1990• Se generaliza el uso indiscriminado de la arquitectura como soporte de la publicidad. Esto se inicia con las fachadas de los Bloques de Maiquetía, en donde se cubrió de pintura ventanas y las superficies de concreto obra limpia con el pretexto de utilizar las ganancias obtenidas con la colocación de vallas en el mantenimiento de los gastos de condominio. Luego fue el edificio Capriles en la Plaza Venezuela, en donde se desestima el valor de la obra de Jesús Soto integrada a la fachada del edificio. Años después la tendencia se apoderó de edificios en El Recreo, San Román, Santa Fé, etc.
HVH