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¿SABÍA USTED…

… en 1945, se reinaugura la Plaza Miranda en el centro de Caracas?

1. Vista general de la plaza Miranda (c.2015)

El espacio que hoy conocemos como Plaza Miranda, ubicado sobre la avenida Baralt (entre las avenidas Oeste 8 y Oeste 10)  y que va de la esquina de Puente San Pablo a la de Miranda, frente al Bloque nº7 de la reurbanización de El Silencio, Parroquia San Juan, registra una interesante evolución desde el momento en que puede detectarse su presencia como espacio por primera vez en los planos de la ciudad elaborados desde la colonia hasta nuestros días.

2. Ubicación de la manzana donde hoy se encuentra la Plaza Miranda en un detalle del «Plan de la ciudad de Caracas, con división de sus barrios» del cartógrafo Joseph Carlos de Agüero (1775).

Remontándonos a 1775, el «Plan de la ciudad de Caracas, con división de sus barrios» del cartógrafo Joseph Carlos de Agüero, que muestra una ciudad idealizada de 256 cuadras idénticas inscritas en un damero perfecto, permite, por un lado, detectar la proximidad del lugar que hoy nos ocupa a la Iglesia de San Pablo (ubicada más al este) de la cual estaba separado por media cuadra. Cabe añadir que San Pablo, erigida a finales del siglo XVI, contaba en su frente con un amplio espacio público, para la época el segundo en tamaño después de la Plaza Mayor y albergó desde muy temprano la talla en madera de pino flandes de Sevilla realizada por Felipe de Ribas conocida como «El Nazareno» (hoy colocada en la Iglesia de Santa Teresa), que aún despierta gran devoción entre los feligreses.

Por otro lado, el plano de De Agüero también permite precisar la cercanía del espacio a la Quebrada de Caroata, la cual lo delimitaba por el este, existiendo al norte uno de los puentes que permitían salvarla (el puente de San Pablo, construido en 1728 por iniciativa del Alcalde Ordinario de primera elección don Diego de Liendo), cuya importancia consistía en facilitar la continuidad de la trama urbana hacia el oeste.

3. Ubicación de la manzana donde hoy se encuentra la Plaza Miranda en sendos detalles del “Plan de la Ville de Caracas, dans l’Amerique Meridionale ” de De Pons (1806) –izquierda– y del Plano de 1810, realizado el 1910 con motivo de la conmemoración del centenario de la declaración de la Independencia por Enrique Mendoza Solar –derecha
4. La plaza y la iglesia de San Pablo a mediados del siglo XIX.

La información recogida por De Agüero en 1775 será plasmada con mayor precisión en el “Plan de la Ville de Caracas, dans l’Amerique Meridionale” de De Pons (1806, sobre el cual elaboramos una nota la semana anterior), apareciendo en este caso (próxima al puente San Pablo) una edificación que ocupa el tercio norte de la manzana dejando el resto como área vacía.

Será en el Plano de 1810, realizado el 1910 con motivo de la conmemoración del centenario de la declaración de la Independencia por Enrique Mendoza Solar, “según apuntaciones de Illmo. Señor Don Mariano Martí y planos de F. d Pons; A.J Jesurun y otros historiadores e ingenieros; desde 1771 hasta 1843”, donde aparecerán dos datos importantes: el primero es que la quebrada Caroata ahora pasará en medio de una cuadra ampliada que cobra forma trapezoidal, dejando separado el tercio este (donde finalmente se llevará a cabo la Plaza Miranda); el segundo es que al norte del espacio aparece señalado con el nº19 el “Hospital y Capilla de Caridad para Mujeres”, construcción de la que no hemos podido obtener mayor información.

5. Ubicación de la manzana donde hoy se encuentra la Plaza Miranda en sendos detalles del “Plano Topográfico de la Ciudad de Caracas” de 1889, realizado por el General Vicente Mestre –izquierda– y del «Plano de Caracas” de 1897 de Ricardo Razetti –derecha
6. La plaza San Pablo transformada en plaza del Teatro Municipal con la estatua de
José Tadeo Monagas.
7. Mercado de San Pablo. Imagen aparecida en nº39 de El Cojo Ilustrado del 1 de agosto de 1893. Allí se señala que «en el mercado había una doble actividad, en la mañana servía de suplidor de alimentos a los parroquianos y en la noche se convertía en una taberna en la que además de servirse licores, se jugaba. De allí que fuese bautizado como el ‘Molino Rojo'»

En el “Plano Topográfico de la Ciudad de Caracas” de 1889, realizado por el General Vicente Mestre, que recoge las obras ejecutadas durante el período de Guzmán Blanco, aparece por una parte el Teatro Municipal ocupando el lugar de la Iglesia de San Pablo (demolida para llevar a cabo la construcción del fastuoso edificio) y, por la otra, sobre el espacio que estamos auscultando (donde aparentemente se había realizado un primer embaulamiento de la quebrada Caroata), señalado con el nº26, el “Mercado San Pablo” edificación de la que se ha podido hallar, no sin dificultad, algún registro fotográfico. Luego, en el “Plano de Caracas” de 1897 de Ricardo Razetti se mantiene en el lugar el mercado (identificado con el nº33 dentro de los edificios públicos), pero curiosamente en el de 1906, se registra, con el mismo nº33, el “Colegio Municipal San Pablo -de Puente San Pablo a Puente Miranda-” y la “Plaza San Pablo” (letra O) uno al sur y la otra al norte, con la quebrada definitivamente embaulada.

8. Ubicación de la manzana donde hoy se encuentra la Plaza Miranda en sendos detalles de los Planos de Caracas de 1906 (izquierda) y 1929 (derecha) de Ricardo Razetti
9. Fotografía (postal) de la plaza Bermúdez (1924).

Más adelante, Razetti en el plano de 1929 (el último realizado por él), señala la presencia en el espacio, con proporciones muy próximas a las actuales, de la “Plaza Bermúdez” cuya construcción había sido concluida en 1924 siendo ministro de Obras Públicas Tomás Bueno y a la que se le cambió la denominación por “Plaza Miranda” en 1936, marcando uno de los límites hacia el este del barrio “El Silencio”, que paulatinamente había ido densificándose desde comienzos del siglo XX.

Sobre el cambio de denominación de Plaza Bermúdez a Plaza Miranda (que a su vez tomaría el de la esquina del mismo nombre localizada al sur) escribe María F. Sigillo en su blog Caracas en retrospectiva el 16 de noviembre de 2012 al referirse a “La demolición del “Barrio ‘El Silencio’ 1942”: “El cambio de Plaza Bermúdez a Plaza Miranda aparece por primera vez en el plano de Caracas de 1936 editado por el MOP, Dirección de Cartografía Nacional, y este cambio de nombre obedece al hecho de que a la Esquina de la Plaza se le llama Miranda por lo ocurrido en el año de 1812 con un señor de nombre Juan Miranda y que Enrique Bernardo Núñez narra de la siguiente manera: ‘A los pocos meses del terremoto de 1812 que tantos estragos causó en Caracas, árboles y malezas crecían rápidamente entre las ruinas. Cerca del paredón del Puente San Pablo, en un solar perteneciente a Don Cristóbal Ponte y alquilado al mencionado Juan Miranda, crecía un corpulento castaño silvestre que amenazaba derribar con sus raíces al paredón y éste a su vez, la casa donde se hallaba refugiado con su familia el licenciado Isidro González. Además, el castaño, servía de refugio a frecuentes ‘rochelas de hombres y mujeres’, y hombres embozados, que no se distinguen en la oscuridad, lo cual hacía temer al licenciado por su vida, por lo que encareció repetidamente a Miranda el corte del castaño y otros árboles. En vista de la inutilidad de sus esfuerzos, se dirigió por último al ayuntamiento, que libró al efecto órdenes perentorias”.

10. Delimitación del área correspondiente al barrio El Silencio que sería afectada para llevar a cabo la remodelación proyectada por Carlos Raúl Villanueva. Abajo a la derecha la arbolada Plaza Miranda.
11. Carlos Raúl Villanueva. Reurbanización de El Silencio (1942-1945). Esquemas y vista aérea dentro del casco central de Caracas.

Es bajo las circunstancias más arriba señaladas que, convertido El Silencia en lugar insalubre y peligroso, con la particularidad de encontrarse en un sector muy próximo al centro de la ciudad, el gobierno de Isaías Medina Angarita a través del Banco Obrero, toma la decisión de emprender el saneamiento de la zona y convocar a un concurso para desarrollar un conjunto de viviendas de alta densidad y baja altura destinado a la clase obrera que es ganado por Carlos Raúl Villanueva.

La propuesta de Villanueva, adaptada plenamente al trazado y perímetro de las manzanas que constituían el área de afectación, aprovecha la oportunidad de revitalizar el espacio ocupado por la Plaza Miranda, destinarla definitivamente a rendir homenaje al prócer precursor de la Independencia y ofrecerla como frente privilegiado al bloque nº7 del conjunto de viviendas, del que aprovecha su galería comercial en planta baja de la cual estaría, sin embargo, separada por una calle de servicios que con el tiempo sería eliminada.

12. Plaza Miranda. Izquierda: Planta (c.2015). Derecha: Fotografía tomada en fechas cercanas a su reinauguración (1945) y que en Caracas en tres tiempos venía acompañada de la siguiente leyenda: «Abertura lateral hacia la vegetación tropical de la plaza Miranda, la cual da a los apartamientos la tranquilidad necesaria para la vida».

Sobre el tratamiento anterior del espacio, Villanueva propone para la plaza Miranda, respetando su condición topográfica ligeramente inclinada de norte a sur y la frondosa vegetación existente, una sencilla intervención que consistirá en renovar el pavimento, definir caminerías, proponer zonas de descanso que aprovechen la sombra de los árboles existentes y dejar el protagonismo a la estatua de Miranda como punto focal principal en el centro.

Reinaugurada en 1945 cuando concluyen las obras de El Silencio iniciadas en 1942, la Plaza Miranda pasará a compartir con la O’Leary el privilegio de ser uno de los dos espacios públicos más notables del sector, tras desaparecer el que aún se mantenía frente al Teatro Municipal (residuo de la antigua plaza San Pablo) con motivo de la realización de las obras del Centro Simón Bolívar.

13. La plaza Miranda en la actualidad.

Entrado el siglo XXI, tras un proceso de creciente deterioro y abandono que fue afectando a la mayoría de los espacios públicos de la ciudad, transformándolos en lugares peligrosos y albergue para la indigencia, la Plaza Miranda será objeto de dos intervenciones que alteraron significativamente el diseño original previsto por Villanueva. Una se realizó en 2006 con ocasión del bicentenario de la llegada de Francisco de Miranda a La Vela de Coro, y otra diez años después en 2016 para conmemorar los 200 años de la muerte del prócer. En esta última, considerada como una transformación realmente profunda, se triplicaron las áreas verdes incluyéndose en ellas “parques infantiles y biosaludables”, se hicieron nuevas caminerías donde se colocó “mármol color verde” al igual que en el resto de los espacios de descanso, se instaló un nuevo sistema de iluminación y se recuperó el área donde se encuentra la estatua de Miranda. También fue dotada de un nuevo mobiliario urbano que fue ubicado en las zonas próximas a la vegetación y lugares de recreo. El diseño del pavimento, delimitación de áreas y ubicación del equipamiento y lugar para la estatua de Miranda obedeció a una modulación orientada 45º con respecto a la ortogonalidad propia de la manzana. Las autoridades del momento afirmaban que:La remodelación de la plaza se concibió para proporcionar a la población un desplazamiento sin ningún tipo de barreras (sin muros ni escaleras) para las personas con alguna discapacidad y a las madres que transitan con niños en coches” y para que, “…deje de ser un lugar de transición, es decir, que no sea utilizada solamente por personas que se desplazan desde un punto de la ciudad a otro, sino que tenga áreas óptimas para el disfrute lúdico y la recreación”.

Sin el necesario mantenimiento adecuado, que ya arroja nuevos signos de deterioro en los componentes de su espacio, veremos de nos depara para la plaza Miranda la llegada del año 2026 al cumplirse 10 años de su último remozamiento.

ACA

Procedencia de las imágenes

1. http://guiaccs.com/obras/plaza-miranda/

2, 3, 5 y 8. Iván González Viso, María Isabel Peña y Federico Vegas. Caracas del valle a mar. Guía de arquitectura y paisaje (2015)

4. https://www.pinterest.com/pin/492933121708355707/

6. Colección Fundación Arquitectura y Ciudad

7. El Cojo Ilustrado, nº39, 1 de agosto de 1893

9. Colección Crono Arquitectura Venezuela.

10 y 11. Carlos Raúl Villanueva. Caracas en tres tiempos (1966)

12. http://guiaccs.com/obras/plaza-miranda/ y Carlos Raúl Villanueva. Caracas en tres tiempos (1966)

13. https://es.wikipedia.org/wiki/Plaza_Miranda_(El_Silencio), https://www.facebook.com/photo/?fbid=165076438507892&set=a.109248557424014 y Colección Fundación Arquitectura y Ciudad

1966• Premio de Escultura para Carlos Raúl Villanueva

1966• El Maestro Carlos Raúl Villanueva recibe en el V Salón de la Escultura, organizado por el Colegio de Arquitectos de Venezuela, el premio de Escultura otorgado por la Fundación Mendoza, por su obra «Pic-nic».

Imagen tomada de Carlos Raúl Villanueva. Paulina Villanueva, Maciá Pintó. Tanais Arquitectura y Fundación Villanueva. Alfadil Ediciones, 2000.

Foto: Paolo Gasparini.

HVH

1968• Marisol Escobar representa a Venezuela en la XXXIV Bienal de Venecia

1968• Simón Alberto Consalvi, presidente del Instituto Nacional de Cultura y Bellas Artes INCIBA, selecciona a Marisol Escobar para representar a Venezuela en la XXXIV Bienal de Venecia y designa al Maestro Carlos Raúl Villanueva en calidad de Comisario de la Muestra de nuestro país, teniendo a cargo el montaje de las obras de la artista en el Pabellón de Venezuela diseñado por el reconocido arquitecto veneciano Carlo Scarpa.
Marisol Escobar (1930-2015), tan sólo Marisol en el medio artístico, reconocida internacionalmente, ya había expuesto con éxito en reconocidos museos y galerías, y en el MoMA, en compañía de Pablo Picasso y Marcel Duchamp.

Al momento de ser seleccionada Marisol por Simón Alberto Consalvi como única representante nacional y no un grupo de artistas, como era la costumbre, se rompió una tradición existente desde 1956, año en que Venezuela inauguró su Pabellón y participo por primera vez en la Bienal, además fue la primera mujer de las artes en Venezuela en representar al país.
En el conjunto de obras que expuso se destacaba La Fiesta (The Cocktail Party, 1965-1966) y una escultura de Andy Warhol (1962-1963), su amigo neoyorquino.

HVH

1972• Exposición Homenaje de Alumnos al Maestro Villanueva

1972• La División de Extensión Cultural de la FAU, dirigida por el profesor Antonio Granados Valdés, organizó una Exposición Homenaje de Alumnos al Maestro Villanueva con dos modalidades a ser expuestas y premiadas: dibujo y maqueta.
El jurado integrado para premiar el mejor dibujo estaba compuesto por Luis Guevara Moreno, Orlando Flores y Antonio Granados Valdés, quienes le otorgaron el primer premio al bachiller José Manuel Rodríguez y concedieron nueve menciones a los alumnos Raimundo Agudo, Gastón González, Nelson Gavlovski, Ángel Guillermo Azuaje, Francisco Larrauri y Iván León.

El jurado para seleccionar la mejor maqueta estuvo integrado por los profesores Eduardo Castillo, Pablo Lasala y Carlos Díaz Porta, quienes otorgaron un premio único al modelo del Pabellón de Venezuela en la Expo de Montreal de 1967, realizado por los alumnos María E. Blanco, Henry Barrios, José Cesarino, Edgar Parra, Gustavo Poleo, Slava Ramírez e Iliana Silvy.
Esta misma maqueta fue una de las que integraron parte del material que Venezuela facilitó al Museo de Arte Moderno MoMA de Nueva York, en el año 2015, para la exposición “Latinoamérica en Construcción: Arquitectura 1955-1980”.

El Maestro Carlos Raúl Villanueva hizo acto de presencia el día de la inauguración de la Exposición Homenaje que le hicieron los alumnos de la FAU. Tristemente esa fue la última ocasión en que estuvo presente en el edificio que proyectó para la Facultad de Arquitectura y Urbanismo y que tanto amó. El momento fue registrado fotográficamente por el alumno Ramón Paolini y las fotos publicadas por el profesor Antonio Granados Váldes en el No 46 (junio-1972) de la revista Punto.

HVH

1964• Edificio Sede de la Fundación La Salle

Edificio Fundación La Salle.jpg

1964•  Se inaugura el Edificio Sede de la Fundación La Salle, ubicado la parte alta de la urbanización Maripérez, diseñado por el Maestro Carlos Raúl Villanueva.

La Sede de la Fundación La Salle tiene una planta de servicio a la cual se le accede desde la urbanización Maripérez, plantas libres de carácter rental, una planta con el acceso principal a través de la fachada norte en la cual el Maestro Villanueva ubico además de la entrada techada, una sala de recepción y una cafetería, y un último nivel en donde están las oficinas de la Fundación La Salle, una biblioteca y una sala de reuniones.

En el Edificio Sede de la Fundación La Salle todos los niveles fueron concebidos como “plantas libres” para permitir la organización más conveniente a quien la rente. En el centro de estas están dispuestas en abanico la circulación vertical, los servicios de cada nivel y los sanitarios, de tal manera que se facilita la subdivisión de las plantas.
Las fachadas norte y sur tienen ventanales corridos y disponen de protección solar a modo de “brise soleil” hechos en concreto armado.

HVH

EL ACERVO EDITORIAL DE LA FAU UCV

1. Portada y contraportada del nº46 de la revista Punto.

PUNTO nº46

División de Extensión Cultural

Facultad de Arquitectura y Urbanismo

Universidad Central de Venezuela

Junio 1972

La aparición del número monográfico 46 de la revista Punto dedicado a Carlos Raúl Villanueva, significó para Antonio Granados Valdés, su editor, el contar con la oportunidad de rendir un merecido y algo postergado homenaje al reconocido maestro venezolano, figura central dentro de la arquitectura del siglo XX en el país. También sirvió para realzar los méritos de quien dentro de la Academia desarrolló una fructífera labor como docente y siempre apoyó incondicionalmente la sostenida aparición de la publicación periódica bandera de la FAU, de la que fue el más consecuente colaborador y apoyo desde sus difíciles comienzos hacía ya más de diez años.

2. Páginas interiores de la revista Punto nº46.

La obra de Villanueva, quien para cuando sale Punto 46 ya se encontraba enfermo y fallecería tres años después, más allá del libro Carlos Raúl Villanueva y la arquitectura de Venezuela de Sibyl Moholy-Nagy aparecido en 1964, no había sido objeto de una amplia recopilación, cosa que Granados intentó realizar con base en la información proveniente de diversas fuentes, pero principalmente de la reproducción de partes del mencionado libro de Moholy-Nagy, de material previamente publicado en la propia revista y de los archivos del propio arquitecto los cuales se mostraban parcialmente al público quizás por primera vez. A ello se sumaron los aportes fotográficos, entre otros, de: Carlos García Toledo, Alfredo Boulton, Alfredo Brandler, Paolo Gasparini, Ramón Paolini, Graziano Gasparini, Gorka Dorronsoro, José Calvo Otero y el propio Granados. También aparecerán formando parte de la revista los dibujos y caricaturas que sobre Villanueva elaboraran Alexander Calder y Ramón León.

3. Páginas interiores de la revista Punto nº46.

Como se señala en el “Editorial”, en Punto 46 se publicó “la totalidad” de la obra arquitectónica del Maestro “desde el Hotel Jardín de Maracay (1929), su primera construcción, hasta la más reciente, como lo es, el Museo Soto de Ciudad Bolívar, incluyendo algunas nuevas edificaciones de la Ciudad Universitaria de Caracas y la ampliación del Museo de Bellas Artes, ahora, por fin, en plena realización, e incluso proyectos de obras no construidas”. Sin embargo, llama la atención cómo el primer trabajo que aparece registrado, el “Proyecto para un club en Costa Rica” realizado en 1928, curiosamente, luego no será mencionado en posteriores antologías realizadas sobre Villanueva.

4. Páginas interiores de la revista Punto nº46.

El valor de este ejemplar de Punto cobra relevancia, no sólo por ser el primer intento por mostrar a plenitud lo hecho por Villanueva como proyectista sino también por el enfoque didáctico que se le trató de imprimir, dirigido fundamentalmente a los jóvenes estudiantes de arquitectura. En tal sentido, en las primeras páginas aparecen los dibujos y la maqueta que obtuvieron premios en la «Exposición Homenaje» que se montó en la planta baja de la FAU UCV, correspondiéndole al bachiller José Manuel Rodríguez el primer premio de dibujo y el segundo al bachiller Andrés Norgaard, donde actuaron como jurados Luis Guevara Moreno, Orlando Flores y Antonio Granados Valdés. El premio único de maqueta le fue adjudicado al modelo sobre el Pabellón de Venezuela en la Expo de Montreal de 1967 realizado por los alumnos María E. Blanco, Henry Barrios, José Cesarino, Edgar Parra, Gustavo Poleo, Slava Ramírez e Ilana Silvy, siendo en este caso los miembros del jurado Eduardo Castillo, Pablo Lasala y Carlos Díaz Porta.

Dentro de la misma línea didáctica, en la revista se recogen datos biográficos, fotos que testimonian momentos importantes de su trayectoria y algunas semblanzas y artículos que analizan el aporte del Maestro de mano de algunos de sus más directos colaboradores y discípulos, así como de estudiosos de su trabajo quienes resaltan, por encima del valor incuestionable de su obra, los más variados aspectos de su personalidad creadora y la importancia de su aporte en el desarrollo cultural del país. Precedidos por un sentido relato elaborado por Granados donde pone en evidencia su aprecio y admiración por Villanueva, los textos “Una ciudad de todas las artes en Venezuela” de Sir John Rothenstein (Director de la Tate Gallery, Londres), “La arquitectura de Villanueva” de Ricardo Porro, “Aula Magna” de Juan Pedro Posani, “Análisis de la obra arquitectónica de Carlos Raúl Villanueva” de Rodolfo García Pablos, “Es uno de los jóvenes de mayor edad…” de Américo Faillace, “Villanueva” de Julio Coll Rojas, “A propósito del homenaje al doctor Carlos Raúl Villanueva” de Gorka Dorronsoro y “Acepto que…” de Juan Pedro Posani, sumados a los mensajes “La arquitectura es Acto Social por excelencia…” y “Jóvenes estudiantes de nuestra muy querida Universidad” (especialmente redactado para Punto 46), junto a “La arquitectura, sus razones de ser. Las líneas de su desarrollo”, “Tendencias actuales de la arquitectura”, “La ciudad del pasado, del presente y del porvenir”, “Algunas observaciones del desarrollo actual de la Arquitectura Iberoamericana” y “Reflexiones personales”, escritos por Villanueva y publicados con anterioridad en la revista (que en su totalidad ya habían sido recopilados en los números 3 y 13 de la Colección Espacio y Forma de octubre de 1960 y agosto de 1965, respectivamente), ofrecen una panorámica completa del personaje acorde con los objetivos trazados por el editor.

5. Páginas interiores de la revista Punto nº46.

Sin embargo, son los textos inéditos de los ensayos ganadores del “Concurso Internacional” convocado por la revista centrado en valorar la obra del Maestro, cuyo primer premio recayó sobre el crítico y arquitecto japonés Makoto Suzuki con “El concepto de espacio cubierto” y el segundo sobre el también crítico e historiador francés Bruno Vayssiere con “Carlos Raúl Villanueva”, los que constituyen verdaderas piezas de colección al ofrecer miradas diferentes a las que convencionalmente habían caracterizado la aproximación a su obra.

Bueno sería decir que, si bien el ejemplar especial de Punto que hoy nos ha ocupado contiene una valiosa información inédita para aquel momento, pecó de un lamentable descuido en términos de diagramación y orden a la hora de presentar las 205 páginas que conforman su contenido. La sempiterna costumbre de “cortar y pegar” material proveniente de diversas fuentes, que tanto le sirvió a Granados para resolver la salida de muchos de los números de la publicación periódica, al aplicarse e intercalarse en la dedicada a Villanueva produce una clara desorientación en el lector.

6. Los tres números de la Colección Espacio y Forma dedicados a Carlos Raúl Villanueva.

Las expresivas portada y contraportada de la revista incorporan dibujos a color del Maestro que formarían parte luego del nº16 de la Colección Espacio y Forma de julio de 1972 lanzado un mes después de la aparición del número de Punto 46. Todo ello, como ya adelantamos, formaría parte de los diversos homenajes que la FAU le ofreciera aquel año cuando Villanueva salía de “un obligado e involuntario reposo” y la Escuela de Arquitectura recién recuperaba el ritmo luego de haber transitado durante los dos años anteriores el proceso de Renovación Académica de la que el reconocido profesor fue partícipe entusiasta.

ACA

Procedencia de las imágenes

1, 2, 3, 4 y 5. Revista Punto, nº 46, junio 1972.

6. http://www.edicionesfau. com