1940• La autoridades civiles, de común acuerdo con el Banco Obrero (BO) deciden drenar y colmatar la Laguna de Catia y utilizar la superficie recuperada para la ampliación de la Avenida La Laguna y la extensión de las áreas edificables. La Laguna de Catia data del año 1557. Era un depósito natural de la Quebrada Caroata, que recibía las aguas de sus afluentes: las quebradas Agua Salud, Agua Salada, El Polvorín, Tacagua y Blandín. La Laguna de Catia tuvo en 1916 un extensión de 487.500 m2 (1.100 m. de longitud por 750 m. de ancho); en 1934, de acuerdo al ingeniero Eduardo Röhl y las mediciones que efectuara para la elaboración de su «Plano de Caracas y sus alrededores» contaba con un área de 35.100 m2 (360 m. de longitud y 150 m. de ancho); y finalmente en 1940, momento en el cual se decide colmatarla solo 1.500 m2 de superficie (225 m. de largo por 35 m. de ancho). Su profundidad siempre osciló en tre los 12 y 10 metros.
Fue durante muchos años un sitio de esparcimiento y recreación popular para quienes utilizando el tranvía llegaban desde distintos sitios de Caracas para remar en pequeñas lanchas de alquiler, merendar al aire libre y disfrutar de su bar La Pulmonía.
(Gran parte de la información obtenida para la realización de esta ficha fue posible gracias a la investigación «Vulnerabilidad Urbana Vinculada con los Cursos de Agua y Lagunas de Caracas: Estudio de Caso Laguna de Catia», realizada por Yolanda Barrientos, Mirsibel Rojas, Liliana Rodríguez, Williams Méndez y Ana Iztúriz, en 2009).
HVH
Laguna de Catia. Ubicación. Eduardo Röhl, 1934. Plano de Caracas y sus alrededores. Escala original 1:30.000. Detalle.
Laguna de Catia. Ubicación. Ministerio de Obras Públicas, 1940. Plano de Caracas. Detalle. (plano intervenido por Crono Arquitectura Venezuela para resaltar la Laguna)
La Comisión de Historia de la Ingeniería de la Academia Nacional de la Ingeniería y el Hábitat (ANIH) y el Instituto de Investigaciones Históricas «Hermann González Oropeza, sj» de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB), se complacen en invitar a la vídeo-conferencia “El Taller de Arquitectura del Banco Obrero y la vivienda en Venezuela” a cargo de Beatriz Meza Suinaga, Doctora en Arquitectura, MSc. en Historia de la Arquitectura y Arquitecto, títulos obtenidos en la Universidad Central de Venezuela, en donde es profesora titular adscrita al Sector de Historia y Crítica de la Arquitectura de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo.
La conferencia virtual, que será moderada por Orlando Marín Castañeda, profesor de la Universidad Simón Bolívar y Secretario de la Comisión, tendrá lugar vía Zoom el próximo jueves 14 de julio de 2022 a las 11:00 am, previa inscripción a través del siguiente link:
Nuestra postal del día de hoy recoge el anuncio de una constructora de la que con el tiempo sólo se ha podido rastrear la importante obra a la que en él se hace mención: la “Unidad de Habitación El Paraíso”, conocida más comúnmente como “Unidad Residencial El Paraíso”, proyectada por Carlos Raúl Villanueva, Carlos Celis Cepero y José Manuel Mijares como una de las primeras realizaciones del Plan Nacional de la Vivienda 1951-55 formulado por el Taller de Arquitectura del Banco Obrero (TABO), enmarcado a su vez en la gestión estatal vinculada al Nuevo Ideal Nacional perezjimenista.
El curioso diseño de la propaganda elaborado por Juan Pedro Posani para el nº 2 de la revista A, hombre y expresión, muestra detalles fotográficos de la obra, ejecutada por la Constructora Sánchez, enmarcados dentro de lo que podríamos entender como una alusión a las nubes de Calder que presiden el interior del Aula Magna de la Ciudad Universitaria de Caracas, inaugurada apenas dos años antes. Por otro lado, la composición general de las tres “nubes”, junto a la tipografía, tienden a conformar de manera esquemática la planta de tan emblemático edificio. Recordemos que Posani por aquellos años es el más directo colaborador de Carlos Raúl Villanueva dentro del Instituto Autónomo de la Ciudad Universitaria y, junto a él y Ramón Losada los tres son fundadores de la revista donde la constructora se promociona.
Por otro la lado, la sutil pero importante diferencia en la denominación del edificio construido entre “unidad de habitación” y “unidad residencial” no es menor. La primera remite a un nivel social muy diferente a la segunda, lo que en efecto ocurrió cuando del proyecto original realizado en 1952 sobreun solar adquirido en 1951 por el Banco Obrero de accidentada topografía, buenas visuales sobre la ciudad y densa vegetación, ubicado al sureste de la avenida Páez, conformado por3 superbloques – dos de 14 pisos y uno de 19 – más tres bloques de 4 pisos, estacionamientos y 2 calles internas, inspirados en la Unidad de Habitación de Marsella de Le Corbusier, sólo se construyó un superbloque de 18 pisos y dos bloques de 4 pisos. Este hecho reorientó la asignación de los apartamentos originalmente destinados a la clase obrera hacia la clase media: la densidad había bajado de manera importante y la proximidad al centro de la ciudad colaboraron para ello fuera así.
1. Unidad Residencial El Paraíso. Carlos Raúl Villanueva, Carlos Celis Cepero y José Manuel Mijares. Izquierda: Dos perspectivas y la planta tipo. Derecha: Planta de conjunto2. Unidad Residencial El Paraíso. Carlos Raúl Villanueva, Carlos Celis Cepero y José Manuel Mijares. Plantas de apartamento duplex
Definitivamente, tal y como señala Beatriz Meza Suinaga en la ficha elaborada para Caracas del valle al mar. Guía de arquitectura y paisaje (2015), “en 1953 se erigen 2 bloques bajos con 40 apartamentos duplex de 3-5 dormitorios, y entre 1954-1955, el superbloque formado por un paralelepípedo y 2 alas transversales de 18 pisos, con 2 pisos para estacionamientos, 2 de servicios y 14 plantas que contienen 182 apartamentos dúplex (26 cada 2 pisos, y 5 modelos de 3 dormitorios). A nivel de calle, al estacionamiento sobresaliente de 2 pisos se adosan rampas peatonales para acceder al tercer nivel con una terraza semitechada y servicios comunales; detrás de los bloques bajos se proyectaron un kinder, comercios y club no construidos. El superbloque presenta variedad con su estructura a la vista, alternancia de llenos y vacíos -paños ciegos, ventanas, balcones, retranqueos- romanillas, quiebrasoles, aleros, contraste de alturas y movimientos plásticos realzados por la policromía de Alejandro Otero (1921-1990)…”. Además, habría que decirlo, se aprovechan al máximo la visuales y se logra iluminar y ventilar la totalidad de los espacios de forma natural y correcta.
Sibyl Moholy-Nagy en Carlos Raúl Villanueva y la arquitectura de Venezuela (1964) aportará lo siguiente: “Cuando Villanueva y Carlos Celis Cepero comenzaron El Paraíso, acordaron basarse en tres directivas principales respetadas a pesar de los obstáculos derivados de la ubicación, los aspectos económicos y la opinión pública.
1. Elegir panoramas tan variados como fuera posible porque el paisaje y la ciudad circundante debían ser incorporados.
2. Eludir la monotonía variando el conjunto de los edificios (la silueta) y mediante la diferenciación de las alturas y del alineamiento de los edificios entre sí.
3. El diseño exterior debía ser original, pero no a costa de lo razonable. La orientación hacia el oeste debía protegerse especialmente del sol por medio de mamparas y brise-soleils.”
3. Tres vistas exteriores de la Unidad Residencial El Paraíso
El conjunto ha sido reseñado a lo largo de todas las publicaciones editadas sobre la obra de Villanueva no sólo como parte del Plan Nacional de la Vivienda sino como uno de los dos primeros prototipos, junto a la Unidad de Habitación Cerro Grande, proyecto de Guido Bermúdez construida en El Valle casi en simultáneo, de edificaciones de gran altura con los que se dan los primeros pasos para lo que luego serán intervenciones de mayor densidad para las que se proyecta un nuevo tipo de superbloque, más simplificado, más económico y de más rápida ejecución, “donde Villanueva asumió todos los riesgos de la nueva escala tanto en la arquitectura como en el urbanismo”, tal y como señalará Paulina Villanueva en “Unidad Residencial ‘El Paraíso’ ” texto aparecido en el nº 29 (2013) de la revista DPA (Barcelona) dedicada a C.R. Villanueva.
En el libro Carlos Raúl Villanueva (2000) realizado por la propia Paulina junto a Maciá Pintó leemos en la reseña dedicada a la “Unidad Residencial El Paraíso” lo siguiente: “Sin embargo, en El Paraíso, al ser un bloque que también contiene servicios, está presente la particular fusión de Villanueva entre urbanizar y proyectar, al reunir en la solución arquitectónica una propuesta de vida comunitaria completa.”
En lo que a la Constructora Sánchez se refiere, a ella se deben dirigir los comentarios que señalan a la Unidad Residencial El Paraíso como realizada dentro de patrones de muy alta calidad, donde la estructura a la vista destaca por su limpieza y buena ejecución y todas las obras, tanto estructurales como de arquitectura, se llevaron a cabo de acuerdo a lo previsto en el proyecto y en los tiempos establecidos. También la nobleza constructiva (junto al cuidado en el mantenimiento puesto por sus moradores) permite observar el conjunto hoy en día como uno de los mejor conservados de la época. En cuanto al Plan Nacional de Vivienda hay que señalar que “a pesar de la actuación técnica del BO y del interés gubernamental en resolver las carencias, los resultados revelaron la imposibilidad de generar una oferta acorde con la demanda y, a fines de 1953, los programas oficiales cambian y en adelante se enfoquen en eliminar los ranchos en Caracas obviando prácticamente al resto del país”, como señalará Beatriz Meza Suinaga en “Gestión estatal de la vivienda en Venezuela: el Plan Nacional (1951-1955)”, texto publicado en Cuadernos del Cendes (2014). Allí se iniciaba la “guerra contra el rancho” la cual también se perdió. La acentuación del proceso migratorio y el aumento exponencial del crecimiento de áreas de vivienda no controladas no logró frenarse.
ACA
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1 y 2. Sibyl Moholy-Nagy, Carlos Raúl Villanueva y la arquitectura de Venezuela (1964)
Durante los años de su existencia entre 1928 y 1975 cuando se transforma en Instituto Nacional de la Vivienda (INAVI), el Banco Obrero (BO) podríamos decir que atravesó dos momentos estelares: el correspondiente a la realización del Plan Nacional de Vivienda (1951-1955) que bajo otras denominaciones y propuestas se prolongaría hasta 1958, donde el Taller de Arquitectura (TABO) de ese organismo con Carlos Raúl Villanueva a la cabeza se encargó de realizar los proyectos respectivos con base en sistemas constructivos convencionales que respondían a una determinada modulación donde se repetían edificios enteros; y, ya en democracia, el lapso 1961-1969, cuando se crea y se implementa el Programa Experimental de Vivienda a cargo de la que se denominó la Sección de Diseño en Avance e Investigación (SDAI), liderada por Henrique Hernández, donde se emplea por primera vez a gran escala el uso de sistemas y componentes industrializados en la producción masiva de viviendas por parte del Estado.
Desde su fundación en 1928 hasta 1958 el Banco Obrero sumaba la cifra de 42.104 viviendas (33.462 hasta 1956), siendo la correspondiente a superbloques el 46,5% de ese total, según apunta María Luisa de Blay en Treinta Años del Banco Obrero. 1928-1958 (1959). Por otra parte los números manejados dentro del Plan Nacional de la Vivienda 1951-55 arrojaban un total de 12.185 unidades a construir en ese lapso en todo el país correspondiendo 1.425 al primer año. Pero según señala Beatriz Meza Suinaga en “Gestión estatal de la vivienda en Venezuela: el Plan Nacional (1951-1955)”, aparecido en Cuadernos Cendes, nº 87 (2014) “de acuerdo con el Plan de 1951, deberían haberse construido 9.000 viviendas para 1953 –3.000/año– o por lo menos 7.500, pues el Plan se anunció e inició en julio de 1951. Sin embargo, dos años y medio después sólo se habían inaugurado 3.904 residencias emplazadas en 12 localidades geográficas; de ese total un 60,8 por ciento (2.377 viviendas) se ubica en la capital nacional, quedando 1.527 para otras ciudades”, todo lo cual obliga a pensar, según los datos aportados por María Luisa de Blay que de las 19.580 viviendas correspondientes a superbloques más de la mitad se debieron construir entre 1955 y 1958.
Del otro lado, Juan José Martín Frechilla según tabla aparecida en “Obras Públicas. Siglo XX” dentro del Diccionario de Historia de Venezuela (1997) ha calculado con base en datos procedentes del INAVI que entre 1959 y 1963 se llevaron a cabo 14.365 unidades de vivienda unifamiliares y multifamiliares y 43.711 entre 1964 y 1968 alcanzándose cifras que superan las correspondientes al período 1928-58. De aquí, la primera etapa del Programa Piloto del Programa Experimental alcanzaría entre 3.600 y 4.000 viviendas en tres años distribuidas entre las urbanizaciones San Blas (1962) y La Isabelica (1965) en Valencia, estado Carabobo, lo cual habla a las claras de la envergadura de lo realizado iniciándose un proceso inédito en el país y en América Latina tanto en lo cuantitativo como en lo cualitativo relacionado con el uso de sistemas industrializados.
1. Anuncios publicados por el Banco Obrerro en la revista Punto mostrando los trabajos que se realizaban desde la Oficina de Programación y Presupuesto, Sección de Diseño en Avance e Investigación. Izquierda: Punto nº 26, enero-febrero 1966. Derecha: Punto n 30, marzo-abril 1967
También llama la atención cómo dicho programa hace acto de presencia dentro de los anuncios que publicaba el Banco Obrero en la revista Punto apareciendo en 1966 (nº 26), 1967 (nº 30), 1968 (nº 34) y 1969 (nº 39) este último dedicado al desarrollo de la urbanización La Isabelica que ilustra nuestra postal del día de hoy. Del aviso publicado en 1966, con la experiencia de San Blas y La Isabelica a cuestas, apuntando a la promoción de otros desarrollos, la Oficina de Programación y Presupuesto (dirigida por Alfredo Cilento) y la Sección de Diseño en Avance e Investigación (encabezada por Henrique Hernández) plantean una importante declaración de principios. “La magnitud del problema de la vivienda en Venezuela exige que los recursos que dedica el Estado en su solución tengan un máximo de rendimiento. Por lo cual no sólo es necesario mayor comprensión de las condiciones y requerimientos de las viviendas, es indispensable, además, el desarrollo de métodos de proyecto y construcción que mejoren las condiciones de habitabilidad y aumenten la producción y velocidad de construcción. Por este motivo el Banco Obrero en su búsqueda por mejorar los métodos actuales de producción de viviendas, ha desarrollado Sistemas Constructivos Flexibles, basados en piezas que puedan ser ensambladas en una variedad de formas tal, que permitan el arreglo de diferentes plantas y secciones. Las únicas limitaciones de esos arreglos de los componentes, serán aquellos impuestos por la de los elementos horizontales y verticales escogidos. Este enfoque requiere que el diseño se base en una retícula modular, a fin de reducir el número de componentes especiales”.
Complementariamente, Alfonso Arellano en “Los aportes técnicos de Diseño en Avance”, ponencia presentado en la Semana Internacional de Investigación de la FAU UCV (2008), puntualizará: “Todos estos sistemas se originan en torno al Programa Experimental de Vivienda, concretamente al encuentro entre empresarios de la construcción y arquitectos de Diseño en Avance. Son ensayados a lo largo de 1964, algunos en los talleres de las empresas, y otros en sitio, y desde finales de 1965 son aplicados en la Urbanización San Blas como prueba piloto. Luego fueron ampliadamente empleados en La Isabelica y en otras urbanizaciones”.
2. Izquierda: Zona Industrial de Valencia años 1960. Derecha: Presidente Raúl Leoni, Ministro Leopoldo Sucre Figarella, Arquitecto Leopoldo Martínez Olavarría. Presentación del Plan de Vivienda 1964-1968 el año 64.3. Vista panorámica de la Urbanización La Isabelica. 1965
De tal forma que cuando algunos cronistas se refieren a La Isabelica, fundada en 1965 por el entonces Presidente de la República Raúl Leoni, como “la urbanización más grande de Latinoamérica” no exageran. Allí terminaron construyéndose en un área aproximada de 190 hectáreas 15.000 viviendas superándose con creces la experiencia pionera de San Blas. Asociada al desarrollo de la Zona Industrial de Valencia, para 1962, cuando se está concibiendo el proyecto de La Isabelica, existían en Valencia 927 industrias que significaba una oferta de 14.000 puestos de trabajo lo cual la convirtió en lugar de habitación de buena parte de quienes allí laboraban y atractivo para los migrantes que hacia la región se desplazaban. De allí la tentación de calificarla como “Ciudad Obrera” pese a que el debate entre los planificadores asomaba más bien la posibilidad de realizar una urbanización donde se le diera cabida a gente de diferentes niveles de ingresos, profesionales, técnicos y obreros.
Ubicada al sur de Valencia, La Isabelica es parte de un plan que buscaba desarrollar un sector caracterizado hasta entonces por viviendas precarias. Termina localizándose en una zona inundable, por lo que los proyectos de drenaje tuvieron alta prioridad y su condición de vulnerabilidad siempre ha sido alta. De ello da cuenta el “Diagnóstico Inicial” del trabajo de investigación realizado en 2008 que tuvo a La Isabelica como objeto de estudio en cuanto a Urbanismo y Vulnerabilidad, coordinado por Luisa Bethencourt y consultado en https://pdfslide.net/document/la-isabelica.html: “El Banco Obrero compra en septiembre de 1965, 260 hectáreas en dos lotes a la sucesión Rauber Avendaño y a la Sucesión de Benacerrat Coriat, los fundos Isabelica e Isabelica Abajo. Ubicación que fue producto de una larga discusión entre el MOP y el Banco Obrero. Ya que si bien resultaba la ubicación ideal por su proximidad a la Zona Industrial, presentaba como límite estar en la sur de Valencia que tiene como punto vulnerable ser inundable”.
4. Diseño de la estructura de Hook, la new town que no llegó a realizarse de la cual La Isabelica toma aspectos importantes como la estructura en espina de pez que extendía el centro hasta convertirlo casi en un eje5. La Isabelica. Criterios de diseño6. Ubicación de Institutos Educativos y Centros Deportivos en Urb. La isabelica. Parroquia La Isabelica. 2007
Según se registra en “60 años del Banco Obrero” (1988) en La Isabelica se comenzaron a aplicar enfoques inspirados en las nuevas ciudades (new towns) inglesas y, específicamente, en el plan desarrollado para Hook donde se plantean Unidades de Desarrollo (UD) como contrapartida al criterio tradicional del urbanismo por cuadras, con densidades bajas en el perímetro que se incrementan a medida que se acerca al centro. Alfredo Cilento citado en el trabajo de Bethencourt señala como idea central en la organización del proyecto la realización de “un eje lineal de servicios donde además había viviendas unifamiliares, tipo pirámide, donde la vialidad fuese decreciendo por las densidades, y la vialidad principal fuera reforzada, la vialidad secundaria y local entran en las zonas de estacionamiento”. Es decir, avenidas principales y vialidades secundarias que atraviesan las Unidades de Desarrollo articulándolas entre si y con la vialidad principal.
Otro criterio considerado en el desarrollo del proyecto consistió en la sistematización y normalización con base en la repetición de una Unidad Básica (UB, conformada por tres Unidades de Desarrollo con una población cercana a los 9.000 habitantes), donde los servicios comunales y de infraestructura se adaptan a las sucesivas etapas de la construcción. También se siguió un criterio de desarrollo lineal repitiéndose las UB sobre una línea de desarrollo definida por los servicios principales (vialidad, cloacas, acueductos, electricidad y drenajes), agrupándose en forma continua para formar la estructura. Las unidades básicas, siguiendo el sentido de los movimientos principales este –oeste, sobre una línea de desarrollo, “no reflejarían físicamente los servicios comunales, los cuales serian ubicados en su periferia, exceptuando los servicios de comercio diario que se incluirían en las Unidades de Desarrollo independientemente de la ejecución de las viviendas y su dotación de servicios, los cuales de esta manera podrán ir siendo complementados o ajustados en el futuro…”, apuntará Bethencourt.
El diseño, resumiendo, se planteó la necesidad de una unidad de ordenamiento flexible que aceptara ajustes sucesivos facilitando así que las inversiones en infraestructura se adaptasen a un uso progresivo. Las áreas verdes fueron manejadas bajo el criterio de contar por un lado con un parque perimetral al conjunto y, por el otro, de que las comunes no se constituyesen en un costo elevado de mantenimiento y pasasen a ser objeto de un mayor cuidado por parte de la comunidad organizada.
7. Izquierda arriba: Proceso de construcción de viviendas multifamiliares Sistema A-4. Izquierda abajo: Vista parcial de la estructura para edificio de cuatro pisos Sistema C-4 donde se experimentó la posibilidad de la prefabricación total. Derecha: Proceso de montaje de losas de entrepiso en el Sistema D-6. 8. Banco Obrero. Programa Experimental de Autoconstrucción
En la construcción de La Isabelica se aprovechó la experiencia de industrialización iniciada en San Blas dándosele un mayor impulso al uso de Sistemas Constructivos Flexibles planteándose su ejecución por etapas. Cada UD estaba conformada por un conjunto de aproximadamente 500 viviendas, magnitud que podía ser enfrentada con comodidad y economía por las diferentes empresas involucradas.
Se utilizaron en La Isabelica los siguientes sistemas constructivos: Sistema A3 de Vacuum Concrete de Venezuela C. A., utilizado para viviendas de una y dos plantas; Sistema C-7 de Tuven C.A., utilizado para edificaciones de 4 plantas; Sistema D-6 de Creamer y Denis S.A., que permitía construir bloques de hasta 4 plantas; Sistema B-5 de Talleres Metalúrgicos Van Dam; Sistema C-4 de Vivienda Venezolana, utilizado en viviendas de una, dos y cuatro plantas; Sistema A-4 de Vivienda Venezolana, utilizado para edificios de 4 plantas. El Sistema A estaba basado en el aprovechamiento de los muros perimetrales como elementos portantes. En el Sistema B los cerramientos son independientes de la estructura y como apunta Arellano “se desarrolla a partir de las condiciones que plantea el acero estructural ofrecido por la industria metalúrgica del país, con vista en la fabricación de piezas livianas fácilmente manipulables”. El Sistema C “se fundamenta en la prefabricación y montaje de columnas, vigas, techos y entrepisos de concreto” con cerramientos construidos mediante sistema tradicional. Y el Sistema D, basado en la modalidad “lift-slab”, se fundamenta “en el uso de una cubierta bajo la cual se definen simultáneamente varias unidades de vivienda, con la consiguiente disminución de costos que implica la eliminación de techos individuales para cada casa y la menor cantidad de mano de obra”.
También a partir de 1968 La Isabelica es incorporada al Programa Experimental de Autoconstrucción del Banco Obrero dirigido a la población de bajos ingresos que, con el tiempo se vio atraída a migrar a la zona viviendo en condiciones precarias, abriéndose con ello otro frente más modesto en cuanto a cantidades, si se quiere muy alejado pero no por ello menos importante a los logros alcanzados por la Sección de Diseño en Avance.
De acuerdo a la planificación original en La Isabelica se edificaron 4775 casas y 3650 apartamentos en 93 edificios, en 13 Unidades de Desarrollo (que mas tarde cambiaron su nombre por el de sectores). Contemplaba alojar inicialmente aproximadamente 62 mil 678 personas.
9. Urbanización La Isabelica. Zonificación propuesta y su relación con las Unidades de Desarrollo (UD) del Banco Obrero y las manzanas de ACOISA10. La Isabelica en la actualidad: Arriba derecha: Vista desde el estacionamiento del Centro Clínico La Isabelica hacia el Gimnasio de Boxeo. Arriba izquierda: Bulevar en el Sector 2. Abajo: Ampliaciones y cambios de uso. Imágenes en las que se observa la construcción de locales comerciales en la planta baja de los bloques
Según https://www.facebook.com/UrbanizacionLaIsabelicaValenciaVenezuelazla/posts/990968157662690/ hoy “la Urbanización está organizada en tres zonas: sectores, bloques e isla central. En los sectores se localizan principalmente viviendas unifamiliares, hay 13 sectores, 5 de ellos ubicados al norte de la urbanización (1 al 5) y los restantes (6 al 13) ubicados al sur. Mientras que en los bloques se localizan viviendas multifamiliares. Hay 79 bloques ubicados en el área central de la urbanización. Sin embargo, hay 10 bloques ubicados en los sectores 1 al 5 (Bloques 1 al 10). En la isla central se localizan complejos deportivos, mercados y otros comercios, siendo un área muy transitada … (…) Adicionalmente, La Isabelica cuenta con un Mercado Periférico … localizado próximo a la isla central de la urbanización… construido entre los años 1976-1978 por la administración municipal de la época, con el objeto de facilitar a los residentes de las zonas aledañas el abastecimiento de alimentos».
A 55 años de su fundación La Isabelica sigue siendo una comunidad de fácil acceso en términos físicos, tanto por su ubicación como por las vías de comunicación y el transporte. Posee una población superior a los 75.000 habitantes de diferentes estratos sociales donde no existe un nivel de organización que facilite la comunicación entre ellos. Según Bethencourt se ha transformado socio territorialmente siguiendo un proceso caracterizado “por el impacto de distintas etapas de políticas de vivienda, de estrategias sociales y económicas en la dinámica de la urbanización y las respectivas respuestas socio organizacionales”. Sus edificios han sido objeto como en casi todo el país de intervenciones, ampliaciones y transformaciones lo que, sumado a desarrollos informales que fueron ocupando paulatinamente el parque perimetral que la protegía, han derivado en un aumento importante de la densidad poblacional originalmente estimada.
ACA
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Postal y 1: Colección Fundación Arquitectura y Ciudad