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ALGO MÁS SOBRE LA POSTAL Nº 340

Cuando el artista plástico, diseñador y profesor universitario Cornelis Zitman (Leiden,1926- Caracas, 2016), toma la decisión a comienzos de los años 60 del siglo XX de buscar un lugar alejado del mundanal ruido caraqueño en el que construir tanto su vivienda como su taller de trabajo, encuentra en las ruinas del antiguo molino de caña de azúcar de la Hacienda La Trinidad, ubicada entre los pueblos de Baruta y El Hatillo, el lugar ideal.

Zitman llega en 1947 a Venezuela procedente de los Países Bajos a bordo de un petrolero sueco con 21 años, luego de haber finalizado sus estudios en la Academia de Bellas Artes de La Haya y de rehusarse a hacer el servicio militar por estar en desacuerdo con las acciones políticas holandesas en Indonesia. A su llegada, se instala en la ciudad de Coro, donde encuentra empleo como dibujante técnico en una empresa constructora. En su tiempo libre pinta y hace sus primeras incursiones en el campo de la escultura. Dos años después se traslada a Caracas, donde fue empleado por Promociones y Decoraciones Dibo (DecoDibo), que hacía muebles por encargo y en la que alcanzó el puesto de director técnico de la fábrica ubicada en Quinta Crespo. Allí comenzaría a diseñar muebles y años más tarde, fundaría los talleres Zitman C.A. En 1951 recibe el Premio Nacional de Escultura y comienza a dar clases de diseño en la Universidad Central de Venezuela. En 1954 los talleres Zitman C.A. fueron absorbidos por la empresa Tecoteca (Tepuy Compañía Técnica C.A.), que también importaba equipos para arquitectos y llegó a tener tiendas en Caracas, Maracaibo, Valencia y Maracay.

1. Cornelis Zitman. Peinadora, puerta central con espejo. Nº602. Silla Nº601, 1953.
2. Cornelis Zitman. Dibujo (c.1965).

En 1958, Zitman expone un conjunto de pinturas y dibujos en la Galería de Arte Contemporáneo de Caracas. Decide abandonar la vida de empresario y se muda a la isla de Grenada, donde se dedica por completo a la pintura y comienza a afirmar su carácter de escultor. En 1961 viaja a Boston, Estados Unidos, para participar en una exposición de pintura y diseño. Ese mismo año regresa a Holanda con el deseo de estudiar las técnicas de fundición. En 1964 trabaja como aprendiz en la fundición del escultor Pieter Starreveld y regresa definitivamente a Venezuela contratado, de nuevo, por la Universidad Central como profesor de diseño.

Por tanto, es 1964 el momento en que Zitman emprende la búsqueda que lo lleva a instalarse en 1965 en la vieja ruina, cuyos orígenes se remontan al siglo XVIII (1759), cuando el Padre Ignacio Rengifo Pimentel era el dueño de la hacienda que para la época se hacía llamar Hacienda San Pedro y San Pablo, en momentos en que se iniciaban los cultivos de la caña de azúcar en el valle de Baruta y cuyo último lote, ya bajo la denominación de Hacienda La Trinidad, fue producido para los años de 1945, justo cuando se le da el golpe de estado a Isaías Medina Angarita.

3. El lugar y las ruinas desde donde Zitman inició la construcción de su casa-estudio.

Si bien podría considerarse que lo construido originalmente en el lugar se trata de un conjunto, conformado por la antigua casa de hacienda, el trapiche y los siete cubos que constituían los secaderos para la caña de azúcar, Zitman para resolver su casa-taller se acopla a las ruinas del antiguo molino del que quedaba como elemento original el torreón, cuatro paredes internas y una rueda hidráulica los cuales aprovecha para ir labrando, cuan escultor que era, su refugio íntimo mediante toda una aventura constructiva de carácter progresivo.

4. La casa-estudio dibujada por Zitman publicada en «Memoria descriptiva de una casa imposible», Revista CAV nº34, 1973.

En esta «casa imposible» como la calificaría Zitman en 1973 cuando fuera publicada en la Revista CAV nº 34, hecha poco a poco en la medida de sus posibilidades y de su tiempo, y que ya hoy puede considerarse como un verdadero museo, se ponen de relieve por un lado el contacto que este escultor siempre tuvo con la arquitectura y sus aspectos constructivos, y por el otro la libre interpretación que hace de la tradición y la historia que transpira el sitio que ocupa. Rodeada por una espesa vegetación, la casa-taller de Zitman se trata de uno de esos edificios difíciles de fotografiar externamente, pero en el que su sensible tratamiento espacial, cromático y lumínico lo convierten en toda una experiencia fenomenológica llena de sorpresas. En ella es posible identificar el aprovechamiento e integración que se hizo de las viejas ruinas en pro las de mejoras «modernas» posteriores, mediante un minucioso análisis de la tradición constructiva venezolana: techos de caña amarga, ladrillos criollos, muros de mampostería, aleros con trabas entre pares y canecillos, pies derechos, rejas y matas. Podríamos afirmar que en esta intervención se produce, de la mano de un hacedor de origen extranjero que no era arquitecto, una cierta “nacionalización” si se quiere menos académica, más localista pero igualmente significativa de los alcances que una reinterpretación cultural plena puede tener y en la que la condición del intérprete, su sensibilidad y su procedencia juegan positivamente un papel de primer orden.

5. La casa-estudio de Zitman publicada en 1992 por Graziano Gasparini en Casa Venezolana.

La casa está llena de detalles que denotan la estrecha relación que Zitman siempre tuvo con la arquitectura. Como bien expresará Iván González Viso en Caracas del valle al mar. Guía de arquitectura y paisaje (2015): “La casa de ladrillos, muros de adobe color ocre, techos de caña amarga y madera se organiza alrededor del patio del trapiche, con galerías, donde destaca la chimenea como elemento vertical. Su interior está habitado por sus características esculturas: figuras femeninas plasmadas en diversas situaciones cotidianas”.

En la parte norte del torreón hay una terraza donde se puede ver los secaderos de Hacienda La Trinidad, el edificio de la P&G y en días despejados el Ávila. En la parte trasera de la estructura se encuentra el taller, una amplia área de trabajo a doble altura con grandes tragaluces que dan una confortable sensación de amplitud y donde Zitman daba libertad a su capacidad creativa, sin dejar de lado la experimentación, con piezas poco convencionales como armazones de carros, transformándolas y cambiándoles su uso. Allí reposan prototipos y moldes de yeso de diferentes esculturas.

Graziano Gasparini en Casa venezolana (1992), al referirse al refugio de Zitman expresó: “El resultado es toda una sucesión de sorpresas visuales en las que se identifican viejos pilares, muros, rafas y la chimenea del viejo trapiche. Todo lo aprovechable fue aprovechado y lo nuevo se integró al antiguo con respeto y armonía. Parece que la casa fue así desde siempre”.

6. Diversas tomas de la Hacienda La Trinidad Parque Cultural en la actualidad.

Zitman, quien junto a su esposa Vera Roos vivió en «El Trapiche» hasta su fallecimiento el año 2016, vio desde su recinto el afortunado surgimiento a partir de 2011 de lo que hoy se como la Hacienda La Trinidad Parque Cultural en los terrenos de la antigua Hacienda La Trinidad.

Como se recoge en https://haciendalatrinidad.org/quienes-somos/, dentro del parque cultural, “en la antigua Casa de Semillas funciona un centro de salud alternativa; en la Casa de Hacienda se desarrollan exposiciones y eventos culturales; el Trapiche corresponde al taller y residencia del artista Cornelis Zitman; en los siete secaderos hacen vida una tienda especializada en artesanía tradicional y diseño contemporáneo, una galería de arte contemporáneo, un café-restaurante, un espacio de alquiler para eventos corporativos, un laboratorio dedicado a la investigación sobre el cacao, una librería y un recinto para el incentivo y la práctica de la fotografía”.

También, en la misma página se puntualiza: “Hacia 1950 cesó la actividad agrícola a gran escala. En pocas décadas, las antiguas haciendas se fueron convirtiendo en modernas urbanizaciones, con la consecuente desaparición de un viejo modo de vida y de una arquitectura a él asociado. La Hacienda La Trinidad no fue una excepción, pero sí fue objeto de una decisión afortunada y única tomada en 1970: la preservación de los 15.000 m2 que albergaban sus principales construcciones y su marco natural como un refugio para la memoria histórica. En 2005, esta disposición sería corroborada cuando el Instituto del Patrimonio Cultural declarase esta propiedad como Bien de Interés Cultural del Municipio de Baruta. Para el año 2011 abre al público Hacienda La Trinidad Parque Cultural, un centro cultural y patrimonial concebido para fomentar el arte, la historia y la cultural venezolana y lo consoliden como parte importante de un circuito de turismo cultural que contribuya positivamente al cambio social, educativo y cultural de la comunidad”.

7. Cornelis Zitman (c. 2010).

Hoy en día la casa-estudio de Zitman se ha convertido en un lugar casi mítico donde sus esculturas cobran vida en cada espacio, pareciendo que fueron creadas o que nacieron en cada punto donde están ubicadas. El sol y el paso del tiempo corren por ellos sin dejar mayor huella.

ACA

Procedencia de las imágenes

Postal. http://guiaccs.com/obras/el-trapiche-2/

  1. Catálogo de la exposición «Cornelis Zitman. La década del diseño. 1947-1957». Sala TAC (2011)

2. https://m.facebook.com/media/set/?set=a.1341211965951931.1073741844.147186205354519&type=3

3. Revista CAV, nº34, 1973 y https://haciendalatrinidad.org/

4. Revista CAV, nº 34, 1973.

5. Graziano Gasparini, Casa Venezolana, 1992.

6. https://haciendalatrinidad.org/

7. https://entrerayas.com/2016/01/una-butaca-de-cornelis-zitman-por-gregory-vertullo/

ALGO MÁS SOBRE LA POSTAL Nº 332

Al producirse la primera expansión urbana con fines residenciales hacia El Paraíso entre finales del siglo XIX y comienzos del XX, se dieron dos situaciones dignas de ser mencionadas. La primera es que a la hora de realizar las viviendas unifamiliares que empezaron a poblar la zona, se abandonó la tipología propia del damero fundacional de la casa con patio entre medianeras, por lo general de un piso, para adoptar la correspondiente a la edificación aislada con jardín, de más de un nivel, con cuatro fachadas que permitían a los espacios interiores el disfrute de las visuales exteriores y ampliaba las posibilidades de iluminar y ventilar todos los ambientes.

Asociada a la primera situación, el que en 1900 se haya producido un importante terremoto que afectó significativamente en casco central de la capital, llevó al caraqueño pudiente a migrar hacia un sector relativamente cercano y bien comunicado con aquel, en el que se podía prever la construcción de moradas en las que los riesgos sísmicos disminuyeran.

1. Dos detalles del Plano de Caracas eleborado por Ricardo Razetti en 1906. A la izquierda, el sector de El Paraíso y su relación con el casco central de ciudad. A la derecha la leyenda que permite ver los nombres de las quintas o el de sus propietarios.

El hecho es que el desarrollo temprano de El Paraíso le dio la posibilidad a la alta burguesía caraqueña de contar con la posibilidad de emular a través de la construcción de “quintas” cuyos modelos y estilos copiaron los de las villas que ya hacía tiempo se realizaban tanto en Europa como en los Estados Unidos, incorporando las comodidades y el confort que empezaba a proveer el siglo que se iniciaba.

2. Quinta «Las Acacias». Vista general.

La quinta (o residencia) “Las Acacias”, cumpliendo con todas las características señaladas, fue encargada al arquitecto e ingeniero Alejando Chataing (1873-1928) para ser su residencia familiar por el empresario John Lord Boulton Rojas (1870-1940), miembro prominente de una de los grupos más poderosos e influyentes en la Venezuela de entonces, asumiendo el ingeniero Francisco Uzcátegui en 1905 la conducción de las obras. Ya a inicios de 1901 el magnate había dirigido una carta al Presidente Cipriano Castro con el fin de obtener exoneración de impuestos de importación de los materiales de construcción requeridos, tales como las estructuras de hierro para techos, tejas o barandas, lo que da a entender de que para entonces se contaba con el proyecto y se tenía previsto el tipo de elementos que debería incorporar el edificio. La solicitud fue concedida el 25 de enero de 1901, por decreto ejecutivo publicado en Gaceta Oficial de ese mismo año Nro. 81.141. «Las Acacias» se ubicó sobre una ligera loma que permitía ampliar las visuales hacia el valle, frente al amplio espacio ocupado por la plaza Madariaga convirtiéndose desde entonces en importante elemento dentro del paisaje urbano caraqueño.

3. Vista de la fachada principal (sur) de la quinta «Las Acacias» que se ofrece hacia la plaza Madariaga.
4. Dos detalles que muestran algunos de los elementos de los que está compuesta la edificación.

La imponente quinta de los Boulton fue terminada por Chataing en 1912 (quien tomó el testigo dejado por Uzcátegui en 1911) y habitada a partir del 26 de mayo de 1913, lo cual habla a las claras de las dificultades que hubo para poder ser levantada con continuidad, originadas en buena parte por los acontecimientos políticos que caracterizaron la época y el claro involucramiento de la familia en ellos. En tal sentido, se conoce que los influyentes Boulton se encontraban enemistados con el Presidente Cipriano Castro hasta el punto de que fueron parte de los financistas (junto a otros empresarios como los Matos y los Velutini) que apoyaron a la facción rebelde que impulsó la fracasada Revolución Libertadora, prolongado levantamiento que transcurrió entre 1901 y 1903, en la que una coalición de caudillos regionales encabezados por el banquero Manuel Antonio Matos intentaron derrocar al gobierno de Castro. Por tanto, la construcción de la quinta no se reanudará sino en 1908 al ser derrocado «El Cabito» y se demorará 4 años más. Su costo se elevó a la suma de 393.300,00 bolívares.

5. Vista de la esquina sureste de la quinta «Las Acacias».

Tal y como apunta Gregory Vertullo en la nota dedicada a la mansión en Caracas del valle al mar. Guía de arquitectura y paisaje (2015), “la quinta… con apariencia de palacete francés, está compuesto de dos plantas más un nivel adicional que corresponde a la mansarda habitable, con buhardillas…. consta de un cuerpo central, del cual sobresale el amplio balcón que protege el acceso principal, y que se encuentra apoyado por dos pares de columnas a sus lados, compuestos de fuste liso con capiteles eclécticos. La terraza funge como marquesina de protección del acceso vehicular, incluyendo al vehículo como parte del programa, como aporte moderno dentro de la urbanización. Al cuerpo central se articulan dos volúmenes laterales de forma asimétrica: una torre vertical cilíndrica a la derecha, rematada con una cubierta cónica, y una veleta de los vientos, cuya base está conformada volumétricamente por un anillo que contiene un corredor cubierto en la planta baja y una amplia terraza descubierta a nivel de la planta alta; y un volumen horizontal a la izquierda que destaca por las tres buhardillas de la mansarda, y su remate lateral con los falsos almohadillados. Su fachada posee un ritmo resultante de columnas pareadas y los falsos almohadillados y sillares dibujados. La casa está rodeada de amplios jardines con grandes árboles, donde se encuentran dos estatuas pedestres de figuras femeninas apoyadas sobre pedestales”.

6. Tres de los integrantes de la saga de los Boulton. Izquierda arriba: el iniciador John Boulton Townley (1805-1874). Izquierda abajo: Henry Lord Boulton Schimmel (1829-1891). Derecha: John Lord Boulton Rojas (1870-1940), propietario de la quinta «Las Acacias».

En cuanto a John Lord Boulton Rojas, el propietario, se trata del menor de los hijos del matrimonio entre Henry Lord Boulton Schimmel con María Rojas Espaillat, hermana de José María Rojas Espaillat, antiguo agente de la Casa Boulton en Caracas, y hermana también del sabio Arístides Rojas. Boulton Schimmel, a su vez, era el hijo mayor y parte de la segunda generación de empresarios que tiene origen desde el momento en que John Boulton Townley llega a Venezuela procedente de Lancaster, Inglaterra, en 1924 para establecerse en La Guaira, donde se dedica al comercio, logrando ya para 1826 ser uno de los primeros ingleses beneficiados a raíz del Tratado de Amistad, Comercio y Navegación, ratificado en 1825 entre la Gran Colombia y el gobierno británico. En las décadas de 1840 y 1850 Boulton Townley abre una agencia en Caracas (que después en 1870 pasó a ser la casa central) y una en Puerto Cabello. También iniciaron actividades de tipo bancario y de corretaje. Boulton Townley contrae matrimonio con Anna Gertrude Schimmel en 1829.

Así, Henry Lord Boulton Schimmel continuará junto a su hermano William George la saga comenzada por su padre (quien fallecería en 1874), fundando en 1853 Boulton Sons & Co., asumiendo la presidencia (dejada al retirarse su progenitor) de la Casa Boulton (fundada en 1839), y fusionando sus negocios de la Boulton Sons & Co. con las compañías de su padre (un grupo de empresas navieras, comerciales y financieras) creando así la firma H.L.Boulton & Co, la cual a pesar de todo, mantiene el nombre de Casa Boulton. La firma, afincada desde su creación en La Guaira, trasladará su sede principal definitivamente a Caracas en 1871 para lo cual adquiere la casa ubicada en la céntrica esquina El Chorro.

Henry Lord Boulton Schimmel logró ampliar el emporio dejado por su padre participando en el financiamiento del Ferrocarril Inglés Caracas-La Guaira (1883), promoviendo la primera fábrica de gas de Caracas (1883), y participando como fundador del Banco de Venezuela y del Banco Caracas en 1890. Fallece en 1891 quedando al frente del grupo sus dos hijos mayores, Henry Lord y Alfred William Boulton Rojas e incorporándose aquel mismo año John Lord (el menor) quien, como se ve, seguirá con la tradición empresarial familiar. John Lord se casaría en 1896 con María Corina Olavarría Matos de quien enviudó en 1899 habiendo tenido con ella tres hijos. Luego volvería a casarse con Catalina Pietri Paúl en 1903 con la que tuvo otros cinco descendientes. Con ella y los niños compartiría su estancia en la quinta «Las Acacias».

7. El Hipódromo de Sabana Grande pintado por Arturo Michelena, uno de los fundadores, junto a John L. Boulton, del Jockey Club de Venezuela.
8. Fachada de la sede de la Fundación John Boulton en la Plaza Panteón.
9. Dos tomas del interior de la sede de la Fundación John Boulton.

En particular, John L. Boulton estuvo, por un lado, asociado, junto a otros destacados ciudadanos, al hipismo deporte que se convertiría en una de las empresas de mayor significación en Venezuela a finales del siglo XIX que, gracias a la rectoría del Jockey Club de Venezuela (entidad fundada el 10 de agosto de 1895) y al decidido apoyo del General Joaquín Crespo, pone en funcionamiento el Hipódromo de Sabana Grande. Por otro lado, en virtud de su inclinación y pasión hacia la colección de obras de arte heredada de su tío Arístides Rojas, John L. Boulton se encargó de incrementar sustancialmente el acervo histórico-artístico reunido por su pariente. De allí se desprendió de una parte la donación de sus libros a la Biblioteca Nacional, pero por la otra se conservó la Colección Bolivariana dándose así origen a la creación en 1940 de la Fundación John Boulton dedicada a preservar una parte del patrimonio cultural de Venezuela, cuya labor continuará su hijo, el conocido hombre de cultura Alfredo Boulton Pietri, cuando asuma las riendas de la institución en 1950.

10. Dos fotografías recientes de la quinta «Las Acacias» convetida en la sede de la Comandancia General de la Guardia Nacional Bolivariana.

“Las Acacias” se trata, dentro de la amplia y ecléctica producción edilicia de Alejandro Chataing, conformada por más de treinta obras (en su gran mayoría edificios públicos impulsados por el gobierno de Cipriano Castro primero y en menor medida de Juan Vicente Gómez después), tan sólo de su segunda vivienda unifamiliar. La anterior, ubicada también El Paraíso fue Villa Zoila (1904) que sirvió de morada a la entonces pareja presidencial. Con el transcurrir del tiempo ambas tienen la particularidad de haber pasado finalmente a manos de la Guardia Nacional una como sede de su Comandancia General (Las Acacias) y la otra como su museo histórico (Villa Zoila).

Brevemente conviene recordar que “Las Acacias”, luego de ser adquirida por el General Juan Vicente Gómez el 30 de septiembre de 1935, tras su fallecimiento a escasos tres meses de su compra, es expropiada como parte de los bienes del antiguo dictador en agosto de 1936. En 1938, el inmueble fue adscrito al Ministerio de Agricultura y Cría, permaneciendo sin ningún uso hasta 1954, período en el que la antigua mansión fue objeto de algunas modificaciones que alteraron ligeramente su estructura. El 23 de enero de 1955 la edificación fue designada como sede de la Comandancia General de las Fuerzas Armadas de Cooperación. Para ese momento, el edificio seguía adscrito a Agricultura y Cría, siendo finalmente reasignado al Ministerio de Defensa en 1974 pasando a ser la Comandancia General de la Guardia Nacional, ente creado en 1937, uso que permanece hasta nuestros días.

La quinta fue declarada Patrimonio Histórico Nacional el 7 de octubre de 1985 y el 28 de diciembre de 1988 se aprobó su restauración por un monto de 30.000.000,00 Bs. Desde entonces podemos verla con sus características iniciales encontrándose, en apariencia, en buen estado de conservación.

ACA

Procedencia de las imágenes

Postal. Colección Crono Arquitectura Venezuela.

  1. http://guiaccs.com/planos/la-busqueda-de-el-paraiso/

2 y 4. Graziano Gasparini y Juan Pedro Posani, Caracas a través de su arquitectura (1969)

3. https://www.pinterest.com/pin/384917099384292374/

5. http://www.guardia.mil.ve

6. https://es.wikipedia.org/wiki/Familia_Boulton

7. https://es.m.wikipedia.org/wiki/Archivo:Arturo_Michelena_04.JPG

8. http://guiaccs.com/obras/fundacion-john-boulton/

9. http://guiaccs.com/obras/fundacion-john-boulton/ y https://fundacionjohnboulton.org/

10. http://guiaccs.com/obras/quinta-las-acacias/

ALGO MÁS SOBRE LA POSTAL Nº 324

Hoy volvemos a encontrarnos con el grato compromiso de redactar una nota sobre una de las casas que podrían considerarse icónicas dentro de las realizadas en el territorio venezolano, pese a no tratarse de una obra maestra de su creador. Nos referimos a la quinta Alto Claro, proyectada por el afamado arquitecto de origen austríaco, que emigra a los Estados Unidos en 1923, Richard Neutra (1892-1970) para el abogado, economista, académico, banquero y empresario, amén de importante funcionario público entre 1936 y 1966, José Joaquín González-Gorrondona (1910-1988).

Ubicada en el Sector Pajaritos, Parque Nacional Waraira Repano, Caracas, la edificación estuvo envuelta desde muy temprano por la polémica de su localización y de los vericuetos que terminaron por permitir su construcción en la más importante área verde de la capital (para lo cual se logró asignarle al propietario en 1963 el cargo de “guardaparques honorario”).

Como inicio de nuestro recorrido que nos llevará a encontrarnos con la obra construida, es oportuno recordar que el proyecto de la quinta le había sido encargado inicialmente en 1957 por J.J. González-Gorrondona y su esposa Margarita Centeno Vallenilla a otro reconocido arquitecto, el milanés Gio Ponti, del cual tenían clara referencia por haber edificado en Caracas la Villa Arreaza (Caracas Country Club, 1955), y por encontrarse en la etapa final de construcción la Villa Planchart, terminada en 1957.

1. Dos fotos de la maqueta y planta de la propuesta (descartada) de Gio Ponti para la casa de los González-Gorrondona.

La propuesta que le presenta Ponti a los González-Gorrondona, absolutamente emparentada con las dos villas caraqueñas anteriormente proyectadas (como puede apreciarse de la información que sobre ella ha trascendido gracias a lo publicado por Hannia Gómez en El Cerrito. La obra maestra de Gio Ponti en Caracas -2009-), no satisfizo a los clientes por lo que recurrieron a la contratación de Richard Neutra a quien habían conocido 1955 cuando, acompañado de su esposa Dionne, visitó Caracas para participar como invitado internacional (junto a Marcel Breuer y Pierre Vago) en el IX Congreso Panamericano de Arquitectos. El arquitecto austro-norteamericano ya para entonces tenía una vasta trayectoria centrada fundamentalmente en el diseño de viviendas unifamiliares en el estado de California, donde había demostrado absoluta maestría en manejo de la escala doméstica. Justamente en aquel viaje Armando Planchart, quien había puesto a los González-Gorrondona en contacto con Ponti, presentaría a Neutra a la pareja pasando a ser el diseñador de la casa que terminaría de construirse en 1965, dos años después de finalizado el proyecto. Cabe destacar que, entre tanto, hubo de sortearse el proceso que significó el haber sido decretado el Ávila como parque nacional en 1958 en el que, paradójicamente, Gonzalez-Gorrondona, participó y ayudó a impulsar.

Como relata Gómez en “Estas rocas eran para mí”, capítulo dedicado a Neutra de Our architects en Caracas. Arquitectura norteamericana en Caracas 1925-1975 (2017), quizás el punto de discrepancia que hizo a los González-Gorrondona decantarse por Neutra en detrimento de Ponti (inclinado siempre a enmarcar las vistas), haya sido la importancia de contar con un gran ventanal corrido para poder apropiarse de la extraordinaria panorámica al sur sobre el valle de Caracas. De resto “mucho de esa arquitectura con dos patios y una marquesina … su emplazamiento en el sitio, su forma de paralelepípedo, la ubicación de la piscina…”, presentes en la propuesta de Ponti, será asimilada por Neutra.

2. Vista aérea de Alto Claro en el Parque Nacional El Ávila.
3. Dos perspectivas de la propuesta para la quinta Alto Claro elaboradas por Richard Neutra, fechadas el 17 de enero de 1963. Desde el sureste (izquierda) y desde el suroeste (derecha
4. Alto Claro. Perspectiva desde el noroeste del proyecto realizado por Richard Neutra.
5. Alto Claro. Fachadas este (izquierda) y oeste (derecha).
6. Alto Claro. Fachadas norte y sur (izquierda), planta nivel 31,20 (centro) y fotografía de la fachada sur (derecha).

Alto Claro, quizás la residencia unifamiliar de mayor tamaño realizada por Neutra en su dilatada carrera, es de las pocas que llevaría a cabo fuera de los Estados Unidos y la única que se tenga registro realizada en Suramérica. Iván González Viso en la nota dedicada a la quinta dentro de Caracas del valle al mar. Guía de arquitectura y paisaje (2015) apuntará: “Emparentada con las casas californianas de Neutra …, la espaciosa vivienda moderna posee una estructura constituida por dos cuerpos; uno destinado a áreas sociales y habitaciones, y otro a los servicios. Las áreas sociales se orientan hacia la ciudad con grandes balcones y terrazas en volado unas sobre otras, como bandejas soportadas por vigas metálicas; mientras que los servicios se ubican en un cuerpo vertical de mayor altura ubicado en la parte posterior, con balcones orientados al este. Neutra contrasta la horizontalidad de los niveles con planos verticales revestidos en piedra e introduce brise soleil verticales de aluminio con mecanismos móviles que van de piso a techo. La casa no se funde con el paisaje y pone de manifiesto su capacidad de artificio, exhibiendo en sus formas puras superficies lisas y pulidas, así como grandes muros acristalados, que contrastan con otros revestidos de piedra, otorgándole un alto grado de abstracción plástica. El mobiliario moderno, con muebles de la casa italiana Cassina, acompaña el rico mundo interior. El paisajismo, obra de Eduardo Robles Piquer, completa el potente marco natural de la única vivienda privada permisada en el Ávila…”. El proyecto estructural fue realizado por el Ing. Anastasio Labropoulos y la inspección durante su construcción estuvo a cargo del Ing. Sergio De Ambrogio.

7. Dos tomas del interior de Alto Claro. El balcón con Caracas al fondo (izquierda) y parte de las áras sociales (derecha).
8. Alto Claro. Acceso vehicular (izquierda) y vista desde las áreas sociales hacia Caracas.
9. Alto Claro. Segmento de la fachada oeste (izquierda), parte de las áreas sociales (derecha arriba) y vista de la fachada sur desde la piscina (derecha abajo)

Sin llegar a los niveles de calidad de muchas de sus realizaciones, de las cuales destacan la Lovell House (1929, Los Ángeles, California) considerada por Keneth Frampton como la apoteosis del “estilo internacional”, o la Kaufmann House (1946, Palm Springs, California) valorada por William Curtis por su condición de modelo de la casa lujosa y saludable de suburbio estadounidense de los años 50, la quinta Alto Claro se podría sumar a la valoración que hizo en su momento Leonardo Benévolo de la totalidad de la producción por parte de Neutra de viviendas unifamiliares, ejemplo a seguir en cuanto al adecuado uso de los materiales, clara funcionalidad y positivas implicaciones que cubren exigencias emotivas, psicológicas y ambientales.

10. Texto de Juan Pedro Posani titulado “La Casa González Gorrondona de Richard Neutra. El estilo internacional sube al Ávila”, aparecido el 3 de octubre de 1992 en el encartado Arquitectura HOY.

Por otro lado, la casa puede considerarse “como una obra correcta y digna, elaborada con la pulcritud y elegante eficiencia” que eran características del estilo de su creador, tal y como comentaría en su momento Juan Pedro Posani en el texto “La Casa González Gorrondona de Richard Neutra. El estilo internacional sube al Ávila” aparecido el 3 de octubre de 1992 en el encartado Arquitectura HOY. También agregará Posani que, guardando algunas distancias con sus obras más emblemáticas, la casa caraqueña de Neutra no deja de mostrar, pese a no haber explotado al máximo su formidable ubicación, su diálogo y respeto con el paisaje al cual exalta en sus características “mediante el método del contraste acentuado, del uso preciso y contundente de los materiales artificiales, de las líneas rectas, de los volúmenes elegantes y exactos, estructurados con el admirable virtuosismo de sus composiciones dinámicas y asimétricas”.

Aunque de Neutra se conoce fundamentalmente su obra construida que lo llevó a ser considerado, según Posani, además de proyectista experto y eficiente, como “el arquitecto de las divas de Hollywood, de las casas preciosas y refinadas, relucientes de aluminio y vidrio, volando ligeras sobre las piedras del desierto”, no deja de ser importante resaltar su condición de teórico del diseño y profuso escritor. Su libro Survival through design de 1954 (traducido en 1957 como Planificar para sobrevivir), contentivo de los elementos fundamentales de su filosofía arquitectónica, lo coloca como pionero entre quienes han incorporado la reflexión pertinente y necesaria sobre el diseño ambiental ante las agresiones crecientes que ya venía sufriendo la naturaleza y nuestro golpeado planeta. También se presenta como creyente de un diseño centrado en el ser humano, atento a las condiciones naturales del sitio y sensible a las necesidades sociales.

11. Dos de los libros más importantes escritos por Richard Neutra: Life and Shape de 1962 (izquierda) y Survival through design de 1954 (derecha).

“Sus reflexiones se ampliaron a incluir la percepción de la forma y los juicios estéticos sobre la belleza en 1962 con la publicación del libro Life and Shape en que desarrolló en diversos ensayos que reflejan la consolidación de sus ideas sobre arquitectura y su filosofía de realismo biológico. Propuso comprender la percepción de la arquitectura desde las funciones neurológicas; inclusive aboga por comprender a la forma y la percepción de la belleza en términos de funciones cerebrales”, apuntará Catherine Ettinger en el interesante artículo titulado “Diseño desde el ser humano. Richard Neutra y su proyecto para América Latina”, publicado en la revista Contexto de la Facultad de Arquitectura de la Universidad Autónoma de Nuevo León en 2018 accesible en https://www.redalyc.org/journal/3536/353659380003/html/.

Regresando a la casa que hoy nos ha ocupado, la misma se vio inmersa dentro de los problemas que tuvo que afrontar González-Gorrondona cuando en 1978 fue intervenido y liquidado por el gobierno nacional el Banco Nacional de Descuento (entidad que había fundado en 1954), debido a problemas de liquidez e insolvencia que afectaban la actividad del instituto. Así, Alto Claro en 1975 llega a ser expropiada siendo devuelta a la familia décadas después. Por otro lado, es bueno decir que a González-Gorrondona le fue reconocida su labor académica al ser designado individuo de número de la Academia de Ciencias Políticas y Sociales (1975) y de la Academia Nacional de Ciencias Económicas (1988).

Incomprensiblemente excluida (al igual que la casa Borges de Athos Albertoni en Petare) en la excelente exposición “La casa como tema” realizada en el Museo de Bellas Artes entre octubre y noviembre de 1989, Alto Claro fue declarada por el Instituto de Patrimonio Cultural como Bien de Interés Cultural de la Nación, publicado en la Gaceta Oficial de la República Bolivariana de Venezuela N. 38 234 de fecha 22 de julio de 2005 como una de las manifestaciones tangibles registradas en el I Censo del Patrimonio Cultural Venezolano, encontrándose actualmente en buen estado de conservación.

Tal y como ya apuntáramos en el segmento de VISITAS MEMORABLES dedicado a Neutra en el Contacto FAC nº 97 del 7 de octubre de 2018, “la terminación de ‘Alto Claro’ se inscribe dentro del último período de la obra de Richard Neutra quien falleció en Alemania, el 16 de abril de 1970, a la edad de 78 años, durante una gira de conferencias. También que quizás por la relevancia de su presencia en Venezuela, Punto publicó en su número 22 (marzo-abril 1965) el texto ‘El diseño y la metrópoli’ tomado de la revista Urbe de México”.

ACA

Procedencia de las imágenes

Postal y 4. http://guiaccs.com/obras/alto-claro/

1. Hannia Gómez, El Cerrito. La obra maestra de Gio Ponti en Caracas (2009)

2. https://arquitecturayempresa.es/noticia/casa-gonzalez-gorrondona-o-alto-claro-caracas-venezuela-obra-del-arquitecto-richard-j-neutra

3, 5 y 6. Hannia Gómez, Our architects en Caracas. Arquitectura norteamericana en Caracas 1925-1975 (2017)

7. https://www.ccscity450.com/otras_obras/quinta-alto-claro/ y https://arquitecturayempresa.es/noticia/casa-gonzalez-gorrondona-o-alto-claro-caracas-venezuela-obra-del-arquitecto-richard-j-neutra

8. https://www.facebook.com/Arquitecturavzl/photos/a.1790071744541496/1798812433667427/?type=3 y https://arquitecturayempresa.es/noticia/casa-gonzalez-gorrondona-o-alto-claro-caracas-venezuela-obra-del-arquitecto-richard-j-neutra

9. https://www.pinterest.com/pin/832110468661679549/, https://iamvenezuela.com/2017/10/casa-gonzalez-gorrondona-un-privilegio-en-el-avila/ y https://arquitecturayempresa.es/noticia/casa-gonzalez-gorrondona-o-alto-claro-caracas-venezuela-obra-del-arquitecto-richard-j-neutra

10 y 11. Coección Fundación Arquitectura y Ciudad