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VISITAS MEMORABLES

Teodoro González de León (1926-2016)

La única visita que hiciera el reconocido arquitecto mexicano Teodoro González de León a nuestro país, se produjo en 1993 en el marco del VI Seminario de Arquitectura Latinoamericana (SAL), organizado en Caracas entre el 24 y el 30 del mes de abril por la Fundación Museo de Arquitectura y la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la UCV, y que, bajo la Coordinación General del arquitecto Martín Padrón, tuvo como sede la Ciudad Universitaria, llevando por título “Nuestra arquitectura reciente. Conceptos y realizaciones”.

Centrado en los temas de enseñanza, valoración de la arquitectura del movimiento moderno y vivienda de interés social, teniendo como inmejorables escenarios la CUC y la «moderna» capital venezolana objetos, a su vez, de atención, desmontaje y discusión, el VI SAL sirvió para poner de nuevo sobre la palestra, la clara intención de sus fundadores y propulsores de ir construyendo un espacio de debate y reflexión acerca de la historia y el desarrollo de la producción arquitectónica y urbana latinoamericana y sus particularidades regionales, donde se valorara el surgimiento a través de pensamiento y obras de una arquitectura “apropiada” que, dejando de lado el mimetismo prevaleciente en otras épocas, reconociera tanto el “espíritu del tiempo” como el “espíritu del lugar”.

1. Eladio Dieste. Iglesia Cristo Obrero de Atlántida, Uruguay (1960).

Así, Silvia Arango, Marina Waisman, Ramón Gutiérrez, Christian Fernández Cox, Juvenal Baracco, Rogelio Salmona, Eladio Dieste, Ruth Verde Zein, Hugo Segawa, Roberto Fernández, Cristian Boza, Alberto Saldarriaga y Carlos Eduardo Dias Comas, se mostraron como los más entusiastas promotores de un movimiento que tuvo su primera aparición de forma espontánea en Buenos Aires (1985) con ocasión de la I Bienal de Arquitectura realizada en esa ciudad y que antes de realizase en Caracas estuvo precedido por el efectuado en 1991 en Santiago (Chile).

Con el transcurrir del tiempo en que periódicamente se produjeron estas reuniones, dejó de ser un secreto la paulatina instauración desde los SAL de una línea que, trastocada en ideología, empezó a manifestarse a través de un cierto tipo de arquitectura que mostraba un sesgo peculiar hacia el uso de materiales, formas, tipologías edificatorias y calidades espaciales que se constituyeron en su sello distintivo.

2. Le Corbusier. Unidad de Habitación de Marsella (1945-1952).

Por su parte, Teodoro González de León para cuando se lleva a cabo el SAL venezolano, ya se había consolidado como uno de los arquitectos mexicanos contemporáneos más importantes y como un claro representante tanto del brutalismo que proliferó entre los años 1960 y 1980, como del proceso de modernización de su país. De acuerdo a sus biógrafos, “realizó sus estudios en la Escuela Nacional de Arquitectura (UNAM) de 1942 a 1947, lapso durante el cual trabajó con Carlos Obregón, Carlos Lazo y Mario Pani. En 1947 obtuvo una beca del gobierno francés y trabajó durante 18 meses en el taller de Le Corbusier. Allí participó en los equipos de trabajo para la Unidad de Habitación de Marsella y L’Usine Duval de St. Dié, Francia. Desde su regreso a México, a finales de los años cuarenta, empezó a colaborar con otro arquitecto de su generación, Abraham Zabludovsky (1924-2003), desarrollando los elementos de su estilo, definido por la gran escala, el uso extensivo del hormigón armado y los patrones rítmicos. Desde entonces llevó adelante una actividad profesional ininterrumpida, primero en el campo del urbanismo y de la vivienda popular, y posteriormente en el de los grandes edificios públicos y privados”.

3. Luis Barragán. Casa-estudio (1948).

No necesariamente alineado con las pautas que empezaron a ser propias de la arquitectura resaltada por línea oficial de los SAL, más inclinada a mirar hacia la mesura íntima presente en la obra de Luis Barragán a la hora de buscar un genuino representante de la esencia moderna de lo mexicano, González de León, sin embargo, empezó a manifestar a través de sus realizaciones otra vía interpretativa de lo que podría significar el mirar hacia el pasado para encontrar lo esencial de lo construido la nación azteca. Ello, traducido en uso cuidado y plástico de la forma, escrupuloso tratamiento de los planos y manejo desmedido de lo dimensional, le empezaron a dar un claro sello distintivo donde lo mexicano también hacía acto de presencia. De tal manera, lo colosal, lo monumental, lo telúrico y la presencia de la materia en su forma más pura, junto al tratamiento del espacio abierto, claros rasgos de la herencia precolombina de su país, pasan a formar parte del lenguaje propio de un arquitecto moderno y culto así como claves para observar su obra.

4. Teodoro González de León.Unidad Habitacional Vallejo-La Patera (1970) en colaboración con Abraham Zabludovsky.
5. Teodoro González de León. El Colegio de México (1976).
6. Teodoro González de León. Universidad Pedagógica Nacional de México (1978) en colaboración con Abraham Zabludovsky.

González de León, bueno es recordarlo, ya para 1993 había realizado obras de gran envergadura, casi todas de carácter institucional y de gran presencia tanto en la ciudad de México como en otros centros poblados de su país, entre las cuales cabe señalar: la Unidad Habitacional Vallejo-La Patera (1970) en colaboración con Abraham Zabludovsky; las Oficinas Centrales del Fondo Nacional de la Vivienda para los Trabajadores -INFONAVIT- (1975); El Colegio de México (1976); la Universidad Pedagógica Nacional de México (1978) en colaboración con Abraham Zabludovsky; el Museo Tamayo de Arte Contemporáneo (1981) junto con Abraham Zabludovsky; el Centro Administrativo del Gobierno del Estado de Tabasco (1987); el Palacio de Justicia Federal (1988); la Ampliación de las Oficinas Centrales del Banco Nacional de México (1989) en colaboración con Abraham Zabludovsky; la Remodelación del Auditorio Nacional (1992) en colaboración con Abraham Zabludovsky; y la casa matriz del Fondo de Cultura Económica (1992).

7. Teodoro González de León. Centro Administrativo del Gobierno del Estado de Tabasco (1987).
8. Teodoro González de León. Remodelación del Auditorio Nacional (1992) en colaboración con Abraham Zabludovsky.

Es tal vez por la importancia de todo lo anteriormente expresado, que los organizadores del VI SAL de Caracas no dudaron en invitar e incorporar a Teodoro González de León como uno de los invitados especiales al evento y, con ello, abrirle un significativo espacio dentro de las actividades que acompañaron la dinámica que se centró en la UCV. De tal manera, al maestro mexicano le correspondió el viernes 30 de abril de 1993 dictar la última de las cinco Conferencias Magistrales que, organizadas por el Centro Cultural Consolidado y la Fundación Museo de Arquitectura, con la participación de las facultades de arquitectura de las universidades Central de Venezuela, Simón Bolívar y José María Vargas y el auspicio del Consejo Nacional de la Cultura (CONAC), la Fundación Museo de Artes Visuales Alejandro Otero, MEXICANA de Aviación y la Revista Inmuebles, tuvieron lugar en el Centro Cultural Consolidado, La Castellana. Las otras cuatro estuvieron a cargo de: Christian Fernández Cox -Chile-, Ricardo Porro -Cuba/Francia-, Eladio Dieste -Uruguay- y Severiano Porto -Brasil-, siendo Rogelio Salmona -Colombia- el “gran ausente”. Durante su intervención González de León mostró las directrices que guiaban su manera de entender la arquitectura y lo más relevante de su obra realizada hasta aquel momento.

9. Material divulgativo de las Conferencias Magistrales realizadas en el marco del VI Seminario de Arquitectura Latinoamericana (SAL), Caracas, 1993.

Quienes durante su estadía en Caracas en abril de 1993 acompañaron a González de León a visitar la ciudad y su arquitectura, dan fe de lo asombrado y maravillado que quedó por la estupenda manera como el concreto obra limpia (su material favorito y sin duda el predominante dentro de arquitectura venezolana del siglo XX), era usado y trabajado en nuestro país.

10. Algunos libros publicados relacionados con la figura del maestro mexicano.

Luego de su estancia en estos lares, se publicaron, entre otros, los siguientes libros relacionados con la figura del maestro mexicano: Teodoro González de León. La voluntad del creador (1994, Louise Nouelle -coord.-); La idea y la obra (1995, de su autoría); Teodoro González de León. Obra reunida (2004 y 2017, Miquel Adriá -ed.-); La composición arquitectónica en la obra de Teodoro González de León (2009, José María Larios); Viaje a Japón -4 tomos- (2012-2015, de su autoría); Retrato de arquitecto con ciudad (2013, de su autoría); Arquitectura y ciudad (2013, de su autoría, discurso de ingreso al Colegio Nacional en 1989); Teodoro González de León. Maquetas (2016, Arquine, Catálogo de la exposición con el mismo nombre montada en el Museo de la Ciudad de México); y Lecciones. Escritos reunidos. 1966-2006 (2017, de su autoría, publicado cinco meses después de su fallecimiento).

Los estudiosos de su obra registran que González de León realizó 103 edificios: 72 en el área metropolitana de ciudad de México, 25 en los estados de la República y 6 en el extranjero (Brasilia, Guatemala, Belmopán, Austin, Londres y Berlín). A ello se suman 24 estudios urbanos y 173 proyectos de edificios que quedaron en papel.

Al maestro mexicano le fueron conferidos el Gran Premio Latinoamericano en la Bienal de Arquitectura de Buenos Aires en 1989, el Gran Premio de la Academia Internacional de Arquitectura en la V y VII Bienales de Sofía, Bulgaria, en 1989 y 1994, y el Premio a la trayectoria profesional en la V Bienal Iberoamericana de Arquitectura y Urbanismo de Montevideo en 2006. También le fue otorgada la Medalla de Oro de la Unión Internacional de Arquitectos (UIA) en 2008. Fue miembro de El Colegio Nacional, de la Academia Nacional de Arquitectura, de la Academia de Artes, del American Institute of Architects y de la Academia Internacional de Arquitectura. Recibió el doctorado honoris causa de la Universidad Nacional Autónoma de México, de la Universidad Autónoma Metropolitana, de la Universidad Ricardo Palma (Perú) y de la Universidad Nacional de La Plata (Argentina).

ACA

Procedencia de las imágenes

Encabezado. https://realestatemarket.com.mx/noticias/arquitectura/20075-teodoro-gonzalez-de-leon-creador-de-la-historia-arquitectonica-contemporanea-de-la-cdmx

  1. https://www.hosteltur.com/lat/175800_uruguay-impulsa-obra-eladio-dieste-lista-patrimonio-mundial-unesco.html

2. http://www.fadu.edu.uy/viaje2015/articulos-estudiantiles/la-unite-d-habitation/

3. https://www.archdaily.com/tag/casa-estudio-luis-barragan

4. https://unavidamoderna.tumblr.com/post/187465219285/vista-de-la-entrada-de-un-edificio-bajos-conjunto

5. https://www.archdaily.cl/cl/02-328400/clasico-de-arquitectura-el-colegio-de-mexico-abraham-zabludovksy-y-teodoro-gonzalez-de-leon?ad_medium=gallery

6. https://revistacodigo.com/el-legado-de-teodoro-gonzalez-de-leon-10-arquitecturas-emblematicas/

7. http://soy-arquitectura.blogspot.com/2013/04/arquitecto-teodoro-gonzalez-de-leon.html

8. https://es.wikipedia.org/wiki/Auditorio_Nacional

9. Colección Crono Arquitectura Venezuela

10. Colección Fundación Arquitectura y Ciudad

HA SIDO NOTICIA

El Concurso TériumCaracas tiene ganador

Ayer sábado 25 de junio en los espacios de la planta baja de la FAU UCV se conoció el veredicto final emitido por el jurado del Concurso TeriumCaracas al cual le hemos hecho seguimiento por aquí desde que fue convocado en mayo de 2021.

Una vez culminadas todas las fases, los evaluadores dictaminaron de entre los tres finalistas que fuera el Grupo MECHA, conformado por Robinson Moreno (Carpintero y Diseñador, UNEARTE) y Rodrigo Cordero (Escultor, Escuela Cristóbal Rojas) el que se llevara las dos bicicletas montañeras donadas como primer premio por la empresa de ciclismo profesional Ultrabikex.

Del veredicto del jurado, integrado por Nathalie Naranjo, Ariadna Santacruz, José Humberto Gómez, Béla Kunckel, Ignacio Urbina Polo, Ángel Esqueda, Ana María Marín, José Alejandro Santana y Franco Micucci, extraemos lo siguiente con relación a la propuesta ganadora:

Una idea sencilla, de fácil fabricación y mantenimiento que, con un lenguaje escultórico de inspiración orgánica, logra producir un paisaje atractivo tanto individualmente como agrupado, sugiriendo inclusive la posibilidad de una aproximación lúdica al objeto.

Debido a que la geometría del dispositivo acompaña a la bicicleta en toda su extensión, produce un espacio claramente definido y diferenciable del circuito peatonal, disminuyendo a su vez el riesgo potencial de daño a las bicicletas, que por efecto de palanca pudieran sufrir torsiones o rupturas. Esta misma cualidad ofrece una solución versátil ante los distintos mecanismos de sujeción que existen en el mercado, garantizando dos o más puntos de anclaje.

Este proyecto asume una estrategia de inserción en el lugar por contraste, en la que no existe intención de confundirse con los ritmos, las formas o los materiales del conjunto universitario, permitiendo así que su valor patrimonial se mantenga claramente diferenciado de lo nuevo.

Este proyecto, sin embargo, tiene aún la tarea de identificar la justa medida en la que situarse en respetuosa distancia respecto de los edificios.

Es importante que se desarrolle en lo sucesivo un proyecto debidamente asesorado por aquellos profesionales que han hecho del paisajismo y del diseño urbano su especialidad, para lo cual el momento actual pareciera sugerir una vía posible en el marco del proyecto de recuperación de la CUC.

Desde lo constructivo, y para una mayor preservación en el tiempo, hemos sugerido anticipar posibles daños producto de los esfuerzos laterales a los que se verá sometida la pieza, para lo cual es posible manejar un aumento de calibre para el mismo diámetro de tubo preferiblemente, o en su defecto considerar recurrir al diámetro inmediato superior; es decir, pasar de un tubo de 1 ¼’’ a 1 ½’’.

Finalmente, creemos que las formas finales del proyecto expresadas en el prototipo ya hablan de un lenguaje que puede servir para desarrollar un sistema que crece y comporta soluciones para diferentes situaciones del contexto. Se trataría, pues, de una familia de objetos con el mismo vocabulario, que crean un interesante y amable diálogo con el patrimonio”.

Nuestras sinceras felicitaciones y todo el éxito del mundo a los ganadores.

ACA

ALGO MÁS SOBRE LA POSTAL Nº 312

Desde 1958, cuando Carlos Raúl Villanueva es sometido a una especie de ostracismo por su importante aporte como arquitecto en tiempos de la dictadura perezjimenista, la Ciudad Universitaria de Caracas (CUC), aunque había llegado a realizarse en un alto porcentaje, tenía aún pendiente la ejecución de una serie de proyectos y obras que atenderían necesidades no del todo satisfechas en el plan piloto original. Sobre ellos el Maestro no dejó de trabajar ahora con la colaboración de Gorka Dorronsoro y Emilio Palacios egresados de la FAU UCV (el primero en 1963 y el segundo en 1967) quienes, aún siendo estudiantes, se sumarían al equipo que ya integraba Juan Pedro Posani desde 1949.

Durante esa etapa posterior a 1960 Villanueva continuará dirigiendo el proceso de planificación y el diseño de los edificios pendientes hasta 1973, momento en que su salud se deteriorará hasta su muerte en 1975. De allí surgirán una serie de estudios que, como Leszek Zawisza apuntará en el nº 59 de la revista Punto dedicado a La Ciudad Universitaria de Caracas (octubre 1977), “serán una especie de testamento que el Maestro transmite hacia el futuro”.

El Plano de Conjunto de la CUC conservado de aquella fecha “permite detectar y enfatizar las intenciones de C.R. Villanueva acerca de la evolución deseable del espacio físico de la UCV, cosa que, con la desaparición del Maestro, resulta de más improbable realización todavía de lo que fue durante su vida”, complementará Zawisza.

1. Plano de conjunto de la Ciudad Universitaria de Caracas (c.1974) en el que se muestran los edificios proyectados en la última etapa con el de la Escuela de Ingeniería Metalúrgica y Ciencia de los Materiales resaltado en rojo.

Dentro de dicha evolución, donde la participación proyectual de Dorronsoro será por demás relevante, “los cambios más evidentes se producen en la faja sur del conjunto, que debería cobijar las Escuelas de Ingeniería y Ciencias. (…) Paralelamente con esto los estudios tecnológicos adquieren una nueva dimensión en el país y por tanto el original núcleo de las Ciencias Médicas tan decisivo e importante en la fase inicial de la Ciudad Universitaria, deberá ser balanceado con un cuerpo no menos importante de las Escuelas Politécnicas, cónsonas con la nueva realidad de Venezuela, país petrolero y metalúrgico. El centro de este núcleo formaría una plaza ubicada en el eje del conjunto Rectorado-Plaza Cubierta, es decir, el área ocupada actualmente por el estacionamiento frente al rojo prisma de la Biblioteca Central, flanqueada por tres grupos de edificios: un alto y compacto paralelepípedo del Ciclo Básico de Ingeniería al este, por el complejo de la Escuela de Ingeniería Industrial al sur, y por la Facultad de Ciencias al oeste. (…) A continuación de este grupo se proyectó el edificio de las escuelas de Minas y Metalurgia (en la inmediata cercanía de la entrada Las Acacias-San Pedro) y luego, del lado opuesto la Escuela de Ingeniería Sanitaria y el Edificio de Materiales y Modelos Estructurales, ambos realizados. De esta forma se proyectaba también completar el frente de la Ciudad Universitaria hacia la avenida Las Acacias (Paseo Los Ilustres) rellenando espacios que hasta hoy permanecen vacíos y abandonados o apenas cubiertos por deterioradas instalaciones provisionales”.

2. Maqueta del proyecto para la Escuela de Ingeniería Metalúrgica y Ciencia de los Materiales. Gorka Dorronsoro con la colaboración de Julio Riquezes.

Esta larga cita tomada del texto de Zawisza preparado para la revista Punto 59, creemos que contextualiza a la perfección el marco en el que se inscribe la realización primero del proyecto (1976) y luego la construcción (1982-1987) de la Escuela de Ingeniería Metalúrgica y Ciencia de los Materiales, cuya imagen tomada desde su último nivel ilustra nuestra postal del día de hoy.

Con respecto a los orígenes de la entidad que da pie al programa del edificio, sabemos que inicialmente Ingeniería Metalúrgica se trató de un Departamento que pertenecía a la Escuela de Geología, Minas y Metalurgia y que funcionaba en la mitad de uno de los galpones ubicados entre la Facultad de Arquitectura y la Escuela de Derecho. De lo que relatan los profesores Leopoldo Finol, Julio César Ohep y Ana Teresa Vielma Mendoza en “Sobre la construcción de nuestra sede”, consultable en http://www.ucv.ve/en/organizacion/facultad/facultad-de-ingenieria/escuelas/metalurgia/resena-historica.html, sabemos que “luego de la creación de la Escuela de Ingeniería Metalúrgica y Ciencia de los Materiales (octubre de 1972), surgió la necesidad de construir una sede acorde con los lineamientos académicos que se habían formulado en la solicitud de aprobación del Proyecto de Creación de la Escuela, ante el Consejo Nacional de Universidades. En este documento se plasmaron: las necesidades docentes, de investigación y de extensión de la Escuela, junto con la demanda de profesionales por la industria de este sector. Para la fecha la profesión de ingeniero metalúrgico había adquirido una importancia relevante y su desarrollo había sido considerado prioritario, en el Plan de la Nación. A estos efectos, se desarrollaron las especificaciones de diseño del edificio de la Escuela. Se contemplaron ambientes amplios y cómodos para dar cupo a una matrícula estimada en 400 estudiantes de pre y postgrado y al personal docente, técnico, administrativo y de servicios, requerido para su apropiada operación”.

3. Arriba: Vistas generales del edificio desde el norte y desde el sur (Paseo Los Ilustres). Abajo: Corte transversal.

Con base en la planificación adelantada por Villanueva y su equipo descrita por Zawisza, se realizaron ante las autoridades universitarias las solicitudes respectivas para ubicar el edificio de la Escuela en el terreno cercano al lindero sur de la CUC, limítrofe con el Paseo Los Ilustres, que al norte limitaba con un estacionamiento y la Facultad de Farmacia; al noreste con el edificio de la Escuela de Ingeniería Mecánica; y al oeste con Puerta Técnica y la vialidad de acceso a la Ciudad Universitaria y al Hospital Clínico, la cual separaba este lote de terreno de la entonces Escuela Técnica Industrial (hoy día la Facultad de Ciencias) y la Facultad de Odontología. Obtenida la aprobación, “el Prof. Leopoldo Finol fue designado por el Director de la Escuela, Gerente del Proyecto e interlocutor entre la Escuela y las diversas autoridades, instituciones y empresas del Sector, que aportaron tanto su aprobación, como ideas, asesoría y recursos materiales, para su construcción”.

Para la obtención del dinero necesario en la ejecución de la obra fueron claves las figuras del Ing. José Ignacio Casal (Ministro de Fomento entre 1975 y 1976 del primer gobierno de Carlos Andrés Pérez) y del presidente de la Junta Directiva de SIDOR en aquel momento, Ing. Ángel Barreto (ambos metalúrgicos) los cuales a través de los respectivos organismos contribuyeron al financiamiento de la construcción del edificio, aportando la suma de Bs. 8.000.000.

Es entonces cuando se contacta al arquitecto Gorka Dorrondoro para realizar, con la colaboración de Julio Riquezes, el proyecto con que se construirá la edificación. Proyecto en mano se convocó la licitación de la obra la cual fue ganada por la empresa EDIFICA colocándose la primera piedra el 18 de agosto de 1982.

Paralelamente y con la anuencia del Consejo Universitario de la U.C.V., el proyecto fue elevado a la consideración de la Cámara de Diputados, para que fuese incluido en el presupuesto de la Ley de Planta Física de la Educación Superior. Los recursos restantes fueron así otorgados directamente por el Estado Venezolano a la Universidad Central de Venezuela, para la culminación de la obra, la cual tuvo oficialmente lugar el 18 de agosto de 1987”, complementarán Finol, Ohep y Vielma.

4. Izquierda: Puente de acceso al edificio donde se aprecia la escultura de Harry Abend colocada en 1994. Derecha: Dos aspectos de la piel que recubre el edificio en su fachada norte

En cuanto al edificio en sí lo primero que cabe señalar es que su implantación obedece a una dirección distinta al resto de los integrantes del campus, adaptándose más bien a las directrices del espacio urbano del Paseo Los Ilustres. En la ficha elaborada por Sebastián Monteagudo para Caracas del valle al mar. Guía de arquitectura y paisaje (2015) encontramos que la Escuela fue construida “salvando el desnivel en el borde sur de los terrenos de la universidad; la planta de acceso se genera un nivel por encima del suelo y el ingreso se resuelve a través de un puente. En su composición hay elementos que la distinguen pero guardan relación con la Ciudad Universitaria. La estructura, de concreto, se expresa en la potente fachada hacia el paseo Los Ilustres, que revela (su) vigoroso esqueleto estructural… Esta cara contundente se orienta a la ciudad, y contrasta con la frágil persiana metálica que se muestra hacia el campus, que cubre la altura del volumen. Este dispositivo de control climático genera sombras entre las aulas, que se abren a terrazas, el jardín de palmas y el juego de luces que se filtra a través del cedazo que lo cubre. Las plantas, organizadas a partir de un corredor central, rematan en escaleras exteriores. Al centro, se ubica la torre de circulación vertical, coronada por una ligera pérgola metálica que protege el corredor hacia la biblioteca y el cafetín. Completa la pieza un enorme cilindro a doble altura, que alberga los laboratorios de ensayo, y actúa como marca de uno de los accesos al campus”.

El carácter que cobró el edificio sirvió para que William Niño Araque lo incluyera entre las obras que conformaban una “posible” Escuela de Caracas, término que utilizó para agrupar arquitectos y obras que a partir de los años 1970 establecen su compromiso ya no tanto con la tradición abstracta de la arquitectura moderna, sino con una simbología más figurativa, ya no con la simple eficiencia, funcionamiento y racionalidad constructiva sino “con el novedoso sentido que hoy adquiere la lógica de la historia, interpretada esta vez desde la geografía tropical y caribeña”.

5. Carátula del libro «Croquis. Plan Rector. Ciudad Universitaria de Caracas» de Gorka Dorronsoro lanzado el año 2000 y uno de los dibujos que contiene.

Nota

Gorka Dorronsoro, Juan Pedro Posani y Frank Marcano entre 1993 y 1999, retomarán la idea de actualizar el Plan Rector de la CUC buscando darle continuidad a lo dejado por Villanueva en los años 70, sin evadir la posibilidad de dar una serie de pasos adelante en la línea evolutiva señalada por el Maestro quien siempre la consideró un “organismo vivo”. Ya para entonces el edificio de Ingeniería Metalúrgica se había construido y la atención se centró, entre otros, en el espacio que se tenía previsto ocupara la escuela de Ingeniería Industrial (el más desarrollado por Villanueva y Dorronsoro, el cual tenía un área techada de 40.000 m2, casi la mitad del Hospital Clínico) y la plaza que la acompañaba ubicada en el actual estacionamiento al sur de la Biblioteca Central. De este trabajo quedó el libro de Dorronsoro Croquis. Plan Rector. Ciudad Universitaria de Caracas lanzado el año 2000, cuando se conmemoraba el centenario del nacimiento de Carlos Raúl Villanueva y se producía la declaratoria de la CUC como Patrimonio Mundial.

ACA

Procedencia de las imágenes

  1. Revista Punto, nº 59, 1977.

2. William Niño Araque. GALERÍA DE ARTE NACIONAL, «La Escuela de Caracas. Apuntes para un acercamiento a la arquitectura contemporánea venezolana», 1993.

3. Colección Fundación Arquitectura y Ciudad y http://guiaccs.com/obras/escuela-de-ingenieria-metalurgica/

4. https://www.flickriver.com/photos/gorgal/sets/72157600926269347/ y http://guiaccs.com/obras/escuela-de-ingenieria-metalurgica/

5. Gorka Dorronsoro. Croquis. Plan Rector. Ciudad Universitaria de Caracas, 2000.

ALGO MÁS SOBRE LA POSTAL Nº 298

“El Grupo de Conservación de Centros Históricos y Monumentos de la Facultad de Construcción de la Universidad de Camagüey, Cuba, en 1989, decidió convocar la I Conferencia Internacional de Centros Históricos y Patrimonio Edificado Iberoamericano, con el propósito de reunir a los especialistas del ámbito universitario que hubieran venido realizando un trabajo sistemático de estudio y preservación del patrimonio edificado. Convocada nuevamente en Camagüey la segunda conferencia en 1990, por iniciativa de la Universidad de Guadalajara, se consideró conveniente constituir el Consejo Académico Iberoamericano (CAI), como órgano encargado de garantizar la continuidad de estos encuentros y del cumplimiento de los acuerdos emanados de cada conferencia.

La III Conferencia tuvo lugar en la Universidad de Guanajuato, México, en julio de 1991, aportando una doble experiencia en su sede y metodología, al iniciar el circuito por otros países de América y establecer a priori un tema central de debate.

En 1992, la Conferencia retornó a su sede fundacional, Camagüey, bajo el tema ‘La Península Ibérica en la arquitectura y urbanismo latinoamericanos’, y en 1993 tuvo como escenario la ciudad de Alcalá de Henares, tratándose el tema ‘La ciudad del saber’.

Este año el CAI propuso a la Ciudad Universitaria de la Universidad Central de Venezuela en Caracas como sede de la VI Conferencia Internacional de Centros Históricos y Patrimonio Edificado Iberoamericano para debatir sobre el tema”.

Con esta detallada explicación publicada en la página 4 del encartado Arquitectura HOY el sábado 2 de julio de 1994, que sirve de abreboca y coloca en contexto lo que sería la convocatoria del evento que se realizaría entre el 24 y 30 de julio, el Consejo Académico Iberoamericano al seleccionar como tema “La Conservación de la Arquitectura Moderna”, abrió la posibilidad de incorporar al debate del rescate y la preservación, hasta aquel momento centrado en la arquitectura tradicional, a aquella que se había desarrollado a todo lo largo del siglo XX la cual respondía a patrones muy diferentes a los comúnmente considerados. Ello implicaba enfrentar el reto que significaba revisar los principios, las teorías y los métodos que permitían identificar, catalogar y conservar ese importante patrimonio construido que ofrece agudas diferencias conceptuales y técnicas a las aplicadas a la arquitectura antigua. En tal sentido, para abrir el debate y el intercambio sobre este impostergable tema, ampliado al de la conservación de la ciudad moderna, no se podía escoger mejor escenario que la Ciudad Universitaria de la capital venezolana ejemplos ambos paradigmáticos de los asuntos que interesaba discutir.

Así, será la Facultad de Arquitectura y Urbanismo (FAU) de la Universidad Central de Venezuela (UCV) donde se designó a un equipo encabezado por Henrique Vera H. y Ciro Caraballo P. (quienes asumieron la Coordinación Ejecutiva del encuentro), la encargada de organizar el evento con base en una programación que contemplaba las siguientes actividades:

  • Conferencias magistrales sobre arquitectura del siglo XX y su preservación.
  • Ponencias
  • Panel de discusión: mesa redonda.
  • Exposiciones
  • Visitas a edificaciones y conjuntos arquitectónicos modernos en la ciudad de Caracas y sus zonas vecinas.
  • Talleres de arquitectura.
1. Convocatoria y programa aparecido en la prensa de la VI Conferencia Internacional de Centros Históricos y Patrimonio Edificado Iberoamericano

La inauguración, fue llevada a cabo con la conferencia magistral de apertura titulada “La arquitectura del siglo XX y su preservación”, dictada en el Aula Magna, mientras la FAU albergaba durante una intensa semana a más de 600 delegados, entre académicos, profesionales y estudiantes procedentes de Argentina, Bolivia, Brasil, Canadá, Chile, Colombia, Cuba, Ecuador, España, México y Venezuela, y brindó los espacios tanto de su auditorio como de las diferentes aulas anfiteátricas a las 68 ponencias que se presentaron.

La convocatoria contó con la presencia de delegaciones de 31 universidades americanas (extendidas desde Tierra del Fuego hasta Norteamérica), nueve españolas, tres portuguesas y dos de otros países europeos y tuvo un temario conformado por cuatro áreas de interés:

  • EL OBJETO ARQUITECTÓNICO A PRESERVAR Y SU ENTORNO
    • Relación objeto-entorno.
    • La adecuación y adaptación del objeto a preservar a nuevos usos y exigencias.
  • EL DETERIORO DE LA ARQUITECTURA MODERNA
    • Causas que intervienen en su destrucción.
    • Preservación de materiales contemporáneos. El cemento armado: Patología y preservación.
  • INCIDENCIA DEL CRECIMIENTO URBANO SOBRE LAS ZONAS DE CARÁCTER HISTÓRICO AMBIENTAL
    • La nueva arquitectura en los contextos antiguos.
    • Las demandas por una mayor intensidad del uso de la tierra.
    • Aspectos económico-financieros de los Planes de Desarrollo Urbano.
  • CONCIENTIZACIÓN Y CAPACITACIÓN PROFESIONAL
    • La impartición de la disciplina a nivel universitario.
    • La formación de Instituciones y Organismos que se avoquen a la problemática de la preservación.
2. Los cinco lugares o edificaciones que fueron objeto de intervención en los Talleres orgnizados como parte del evento. Arriba: La Ciudad Universitaria y la quinta Las Guaicas. Centro: El Silencio y el edificio Las Laras. Abajo: La Casa del Obrero

La otra actividad de importancia planteada dentro de la convocatoria, los Talleres de Arquitectura, se organizó en un número de cinco con el objetivo de “sensibilizar a jóvenes arquitectos en el campo de la conservación e intervención de las edificaciones de alto valor patrimonial, integrando a este campo ‘La arquitectura moderna’”, y estuvieron dirigidos cada uno por un invitado especial, “seleccionado entre arquitectos iberoamericanos cuyas trayectorias los ha colocado en importantes posiciones dentro de la arquitectura contemporánea”.

Realizados cuatro de ellos en la FAU UCV y el último en la Facultad de Arquitectura y Diseño (FAD) de la Universidad del Zulia (LUZ) durante las dos primeras semanas de julio, con suficiente antelación a la Conferencia de modo que los resultados formaran parte de las exposiciones abiertas para la misma, los Talleres se orientaron a abordar los siguientes problemas:

  • TALLER I.

Inserción de una nueva edificación en la Ciudad Universitaria de Caracas, diseñada por el arquitecto Carlos Raúl Villaueva durante los años 50.

Invitado especial: arquitecto Rogelio Salmona.

  • TALLER II.

Restauración y cambio de uso de la quinta “Las Guaicas”, situada en la urbanización Campo Alegre, Caracas, diseñada por el arquitecto Manuel Mujica Millán a inicios de los años 30.

Invitado especial: arquitecto César Portela.

  • TALLER III.

Restauración y cambio de uso de la “Casa del Obrero”, situada en la urbanización Propatria, Caracas, diseñada por el arquitecto Carlos Guinand Sandoz a inicios de los años 40.

Invitado especial: arquitecto Enrique Capablanca.

  • TALLER IV.

Reinterpretación de “El Silencio”, conjunto residencial diseñado en Caracas por el arquitecto Carlos Raúl Villanueva en 1941.

Invitado especial: arquitecto Jesús Tenreiro.

  • TALLER V.

Rehabilitación y reciclaje de “Las Laras”, antigua sede de la empresa Caribbean Petroleum Corporation en Maracaibo, estado Zulia.

Invitado especial: arquitecto Fernando Rodríguez.

3. Parte de la cobertura que le dio el semanario Arquitectura HOY al evento

Desde antes de su inicio hasta su terminación la Conferencia fue cubierta por Arquitectura HOY que dedicó tres números (el 69 del 16/07/94, el 71 del 30/07/94 y el 72 a recoger artículos, reflexiones e información valiosa relacionados con los temas que se debatían además de promover la asistencia e inscripción. Dicho interés no fue gratuito. Juan Pedro Posani, Coordinador General de la publicación, quien había recibido el Premio Nacional de Arquitectura en 1993, fue nombrado en 1994 presidente y fundador del Instituto del Patrimonio Cultural (IPC), cargo que desempeñó hasta 1999.

De entre lo publicado en Arquitectura HOY vale la pena destacar los siguientes textos directa o indirectamente ligados con la temática del encuentro: “Cómo vivir en un monumento y no morir en el intento” de Juan Pedro Posani y La Ciudad Universitaria, una interpretación japonesa/I” de Alberto Sato (16/07/94), “Plan rector de la Ciudad Universitaria” (16/07/94), “La destrucción del patrimonio arquitectónico de la UCV” de Abner Colmenares (16/07/94), “El Consejo Académico Iberoamericano. Una respuesta universitaria a la integración latinoamericana” de Ciro Caraballo Perichi (30/07/94), “Fundamentos de rehabilitación, conservación y restauración y el patrimonio urbano de Caracas” de Melín Nava (30/07/94), “El patrimonio moderno en Venezuela, según los premios nacionales de arquitectura” (30/07/94), “Lo moderno entre su destrucción y su conservación” de Juan Pedro Posani (06/08/94) y “La conservación de la Arquitectura Moderna” (06/08/94) que recoge “El Acta de Caracas” o, en otras palabras, las conclusiones a las que se llegó tras realizarse el evento.

4. Páginas 1 y 4 de Arquitectura HOY del 6 de agosto de 1994 con los que el semanario cerró la cobertura del evento. A la izquierda el artículo «Lo moderno entre su destrucción y su conservación» de Juan Pedro Posani y a la derecha «El Acta de Caracas» elaborada por el Consejo Académico Iberoamericano (CAI).

De “El Acta de Caracas”, redactada por el CAI, conviene destacar que se organizó con base en las cuatro consideraciones fundamentales provenientes directamente del temario que derivaron en sendas recomendaciones dirigidas a las universidades iberoamericanas.

Producto de la reunión realizada en Caracas en 1994 también fue la creación por parte del CAI del “Instituto Iberoamericano de Estudios del Patrimonio Edificado y la Ciudad” el cual contó con el respaldo de los 48 centros de estudios de nivel superior que para entonces lo integraban.

La VI Conferencia Internacional de Centros Históricos y Patrimonio Edificado Iberoamericano, junto al Foro-Taller «La Ciudad Universitaria de Caracas como patrimonio cultural» celebrado en 1992 en el Museo de Bellas Artes por iniciativa del profesor Carlos Delgado Bruzual, sin lugar a dudas sirvió de preámbulo al trabajo que posteriormente derivó en la Declaratoria de la Ciudad Universitaria de Caracas como Patrimonio Mundial el año 2000, centenario del nacimiento de Villanueva. A ella le siguieron la VII que se realizaría en la Universidad de Camagüey, Cuba en 1995 sobre el tema “Turismo y patrimonio” y la VIII en la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, México en 1996 dedicada a “Renovación urbana y patrimonio edificado”.

Desde entonces la frecuencia anual empezó a mermar por los problemas económicos que afectaron toda la región. Como dato al respecto sólo señalar que le hubiera correspondido de nuevo a la UCV organizar la que en 2004 fuera la XII Conferencia dedicada al tema “Ciudad y Universidad. Educación y Patrimonio” que finalmente pudo realizarse en Córdoba, Argentina, donde al menos se pudo apreciar la exposición itinerante “Ciudad Universitaria de Caracas. Patrimonio Mundial” elaborada con motivo de ese importante acontecimiento.

El CAI pese a haber languidecido, mantuvo desde su creación en 1990 y durante más de dos décadas viva la llama, que como bien señaló Ciro Caraballo Perichi en el texto ya citado, permitió “reconocer y compartir problemas comunes de Latinoamérica en lo referente a la conservación de los bienes patrimoniales y su inserción en la dinámica urbana contemporánea (y) al mismo tiempo, descubrir el potencial de colaboración académica de las universidades regionales en tan actual temática”.

ACA

Procedencia de las imágenes

Postal. Colección Crono Arquitectura Venezuela

1, 3 y 4. Colección Fundación Arquitectura y Ciudad

2. Colección Crono Arquitectura Venezuela, https://steemit.com/venezuela/@helyorsini/magical-and-historical-places-where-i-lived-el-silencio-caracas y https://www.facebook.com/PDVSALaEstanciaOficial/photos/pdvsa-la-estancia-maracaiboel-edificio-las-laras-fue-construido-entre-los-a%C3%B1os-1/305808792875573/