1954• Se concluye y es puesto en servicio el Edificio Philips (hoy Centro Comercial Caroní), ubicado en la esquina entre la avenida Caurimare y calle Chama, de la urbanización Colinas de Bello Monte, proyectado por el arquitecto Santiago Goiri Beltrán (1918-1972), El edificio de carácter industrial, tenía dos cuerpos de tres niveles cada uno de ellos. El cuerpo con frente a la avenida Caurimare tenía en la planta baja la exhibición comercial, en el segundo nivel la administración y en el tercero una terraza abierta, espacio concebido de desahogo para los empleados. En el segundo cuerpo se ubicaron los talleres y depósitos. La empresa Philips, fue creada en Holanda en 1891, para «fabricar lámparas incandescentes y otros productos eléctricos». Se estableció en Venezuela pocos años después de terminar la Segunda Guerra Mundial. El edificio sede de Colinas de Bello Monte fue vendido y remodelado, abriendo en el año 1980, con un nuevo uso y nombre, como el Centro Comercial Caroní. Santiago Goiri Beltrán estudio en la Escuela de Arquitectura de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Central de Venezuela, obteniendo su título en su primera promoción en 1948. En 1953 integró junto otras 26 personalidades el grupo de miembros fundadores de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la universidad de la cual obtuvo su título.
Al finalizar la nota con la que acompañamos la Postal nº 203 dedicada a comentar el anuncio de la compañía Philips Venezolana aparecido en el nº 1 de la revista A, hombre y expresión, publicada en el Contacto FAC 168 del 29 de marzo de 2020, lo hicimos de la siguiente manera:
“Si alguno de nuestros lectores posee mayor información sobre el edificio que le sirvió de sede a la Philips entre los años 50 y 80 en Colinas de Bello Monte, mucho le agradeceríamos nos la haga saber para completar debidamente esta reseña”.
Pues bien, el pasado 24 de octubre recibimos una grata sorpresa de parte del arquitecto y profesor Orlando Marín, incansable y acucioso investigador, Secretario de la Comisión de Historia de la Academia Nacional de la Ingeniería y el Hábitat, quien a través del correo electrónico nos aportó una muy valiosa información relacionada a lo que entonces solicitábamos, y que en una fecha tan importante para este órgano de difusión como lo es haber llegado a su número 250 hemos querido compartir por tratarse de un hallazgo de gran valor.
Con nuestro agradecimiento a Orlando una vez más por leernos, estar atento y ofrecernos generosamente parte de los resultados de su trabajo, esperamos que ustedes aprecien y disfruten lo que a continuación publicamos tanto como nosotros lo hemos hecho.
Feliz domingo.
Edificio Philips, avenida Caurimare, Colinas de Bello Monte, Caracas, 1951. Arquitecto: Santiago Goiri. Foto extraída del anuncio que la empresa publicó en el nº 1 de la revista A, hombre y expresión, 1954
SALUDOS E INFO SOBRE EDIFICIO DE LA PHILIPS VENEZOLANA EN COLINAS DE BELLO MONTE
Estimados amigos de la Fundación Arquitectura y Ciudad:
Reciban un cordial saludo en la oportunidad de hacerles llegar una información que tengo a la mano sobre el edificio de la Philips Venezolana que estuvo en la av. Caurimare de Colinas de Bello Monte, respondiendo su solicitud de datos sobre la POSTAL Nº 203 de un Contacto FAC de marzo de 2020.
Llevo varios años transcribiendo las listas de permisos de construcción del Distrito Federal y Distrito Sucre que aparecían en la revista del CIV, para tratar de esclarecer las autorías de tantos edificios interesantes que hay y hubo en Caracas. Hasta el momento he podido transcribir casi todos los que aparecen entre los años 1939 y 1955 (un poco más de 8.000 registros), no todos con datos completos. Me quedan aún por transcribir los de los años 1956-59, que quizás sea un poco menos de la mitad de los ya transcritos.
Revista CIV nº 189, diciembre 1951 donde en la «Relación de permisos de construcción correspondiente al Distrito Sucre del Estado Miranda» aparece (enmarcado por nosotros) el otorgado a Santiago Goiri para el Edificio Philips
En la Revista CIV N° 189 de diciembre de 1951 aparece el permiso de ese edificio, propiedad de la «Philips Venezolana», concedido por la ingeniería Municipal del Dtto. Federal en noviembre de 1951 a Santiago Goiri como profesional responsable.
Arquitecto egresado de la FAU en la primera promoción, Santiago Goiri Beltrán fue -según Guido Bermúdez- «el primer arquitecto graduado en Venezuela (por haber obtenido su título unos días antes que sus compañeros de promoción) y prestó sus servicios durante muchos años en la División de aeropuertos del MOP. Fue asesor de la Oficina «Guido Bermúdez y Asociados» en el «Proyecto del Aeropuerto Internacional de Margarita» (Bermúdez, 1993, «Diccionario del Arquitecto»: p. 287). Allí mismo Bermúdez registra el fallecimiento de Goiri acaecido el año de 1972.
Yo matizaría un poco el comentario de ser Goiri el «primer arquitecto graduado en Venezuela». En la Escuela Nacional de Ingeniería se otorgó el título de arquitecto a 5 graduados entre 1898 y 1905, y luego el Ministerio de Instrucción Pública se lo otorgó a otros dos, sin contar las 18 reválidas que también hizo la UCV antes de 1948. No obstante, es relevante el dato de ser el primero otorgado por la Escuela de Arquitectura, entonces adscrita a la Facultad de Ingeniería de la UCV.
Izquierda: Ficha docente de Santiago Goiri cuando era estudiante de la Escuela de Arquitectura de la UCV. Derecha: Datos registrados hasta el año 2017 en el CNE de Santiago Goiri quien había fallecido en 1972, lo cual indica que dicho ente no actualiza sus datos en función de las defunciones que van aconteciendo.
Por otra parte, investigando sobre los miembros de la primera promoción, en Control de Estudios de la FAU están unas «fichas docentes» con los datos de los primeros estudiantes de la Escuela de Arquitectura, entre ellos Goiri. Allí se registra que nació en Begoña, Vizcaya, el 16 de abril de 1918, hijo de Santiago Goiri y Raquel Beltrán de Goiri (ver anexo). Hasta hace poco, sus datos también aparecían en la web del CNE.
Finalmente encontré un dato curioso hurgando en el Archivo Histórico de la UCV: Goiri fue el único de los estudiantes (aparentemente eran 70) inscritos en la primera -y malograda- cohorte de la carrera de arquitectura de la UCV en 1941 (cuando se creó la Escuela, y que solo cursó el primer año por haber reprobado los cursos o desertado hacia ingeniería la mayoría de sus integrantes) que volvió a inscribirse para la siguiente cohorte de 1944. Según el registro del último año que pude consultar, de ese grupo (apenas quedaron 27), sólo uno terminó estudiando y graduado en arquitectura en Colombia: Miguel Casas Armengol, luego profesor fundador de la carrera en La Universidad del Zulia. Tengo entendido que José Ignacio Sánchez Carneiro, antiguo profesor de la FAU, también formaba parte de esa cohorte «fantasma», y terminó haciendo estudios en Bélgica.
Registro parcial de la investigación adelantada por Orlando Marín donde se identifican 14 poyectos cuyos permisos de construcción fueron solicitados por Santiago Goiri entre 1951 y 1959
Hasta el momento solo he podido identificar 14 proyectos de Goiri en los permisos de las Ingenierías Municipales de Caracas, casi todos para quintas, que les anexo.
He tratado de documentar el desempeño profesional de la llamada primera promoción de arquitectos de la UCV de 1948. En 2016 asigné ese trabajo a unos estudiantes de arquitectura de la USB. Sin embargo, nadie se ocupó de Goiri en ese momento. Saludos.
Orlando Marín
Nota sobre Santiago Goiri aparecida en la primera edición del Diccionario Biográfico de Venezuela, editado por Garrido Mezquita y Compañía con la Dirección Técnica de Julio Cárdenas Ramírez y Carlos Sáenz de la Calzada como Director de Recopilaciones, Madrid, 1953
P.D.: Olvidaba comentarles que hay otro dato importante sobre Goiri: Encontré que hizo un curso sobre arquitectura de aeropuertos en USA en 1949 (razón por la cual debió recibir el título antes que sus compañeros… (ver mini-biografía publicada en 1953 en anexo).
También se integró tempranamente al cuerpo docente de la UCV, donde dictó los cursos «Introducción y Elementos de la Arquitectura» y «Dibujo lineal», y en 1957 llegó a ocupar la Dirección de la Escuela (dato que aparece registrado en el libro Facultad de Arquitectura y Urbanismo UCV 1953-2003. Aportes para una memoria y cuenta, de 2007).
Le acabo de escribir a un Santiago Goiri, venezolano con negocios en Panamá, que parece ser hijo (o nieto) del arquitecto.
Saludos!
OM
Página de créditos del nº 1 de la revista Integral, septiembre 1955
Nota
Como información adicional a la aportada por Orlando Marín vale la pena recordar que Santiago Goiri formó parte junto a Jorge Romero Gutiérrez, Guido Bermúdez, Diego Carbonell y Ernesto Fuenmayor del Comité Directivo de la revista Integral en representación de la Sociedad Venezolana de Arquitectos, que apareció en los créditos de su nº 1 de septiembre de 1955. También participó en el Concurso Nacional de Arquitectura que en 1962 se convocó para diseñar el pabellón que representaría a Venezuela en la Feria Mundial de Nueva York, ampliamente reseñado en la revista SVA nº 7 de agosto-septiembre, 1962.
El Centro Comercial Bello Monte (a veces denominado Centro Bello Monte o también Torre Bello Monte) es el primer edificio de envergadura realizado con éxito en Caracas por BFG Arquitectos, firma conformada en 1970 por Moisés Benacerraf, Manuel Fuentes y Carlos Gómez de Llarena. Fuentes se independiza en 1973 pero la sociedad Benacerraf & Gómez Arquitectura perdurará por más de 30 años constituyéndose en una de las oficinas de arquitectura más importantes de la historia reciente en Venezuela. Es de destacar que aquel mismo año de 1970 Benacerraf, Fuentes y Gómez ganan el Primer Premio del Concurso Internacional para el Palacio Municipal de Caracas y en 1976 el Premio Nacional de Arquitectura con la Torre Europa construida entre 1971 y 1975.
1. Centro Comercial Bello Monte, Colinas de Bello Monte, Caracas. Tinta sobre albanene. Carlos Gómez de Llarena, 1970
Para Hannia Gómez en “Obra Reciente de Benacerraf & Gómez. Caracas, Venezuela”, publicado en el blog Desde la Memoria Urbana el 27 de abril de 2016, “En la obra conjunta Benacerraf & Gómez van a encontrarse la primera modernidad venezolana más ortodoxa, encarnada en la experiencia de Benacerraf, con la nueva modernidad venezolana de la segunda mitad del siglo, actualizada por la fuerza proyectual de Gómez de Llarena, cuando la memoria de la propia modernidad y la necesidad de darle importancia a lo urbano se estaban haciendo cada vez más presentes y urgentes, y se estaban redoblando tanto la sofisticación del diseño y la importancia de la estructura, como la aspiración a la excelencia en la calidad de la construcción y en el refinamiento en los detalles. (…) La capacidad de Gómez de Llarena como dibujante de perspectivas (en las que no solo dibuja sino que diseña los proyectos), le abrieron el camino desde muy temprano en su carrera, contando con una oficina de arquitectura propia desde los veinte años de edad, trabajando para los arquitectos Martín Vegas, José Miguel Galia y Walter J. Alcock. Esta facultad, y la inclinación por el diseño en perspectiva de los volúmenes calzando en los escenarios de la ciudad, marcará inmediatamente el perfil de la obra de Benacerraf & Gómez.»
2. Pequeño centro comercial ubicado en el cruce de la Avenida Principal de Bello Monte y la Calle Lincoln (frente a la tienda por departamentos Sears), que fue demolido en 1970 para iniciar la construcción de la Centro Comercial Bello Monte3. Dos vistas de la fachada sur del Centro Comercial Bello Monte
Ubicado en la zona comercial de la Urbanización Colinas de Bello Monte entre las avenidas Principal de Bello Monte y Leonardo Da Vinci y la calle Lincoln, la obra de 19.000 m2 de construcción descansa sobre un terreno de 3.600 m2 en el que anteriormente se encontraba un pequeño centro comercial que había sido construido en los años 50 frente a la tienda por departamentos Sears. Fue proyectada para contener 12 apartamentos tipo estudio en cada uno de los 11 pisos de la torre, planta baja y mezzanina comercial, y estacionamiento en el sótano y parte del nivel calle.
4. Comparativa de las plantas tipos de las torres de oficina de Benacerraf & Gómez 1970-1998. Torre Bello Monte (remarcada), Torre Europa, Torre América, Torre El Recreo y Torre Copérnico
Este notable edificio también da inicio al desarrollo de una tipología que será aplicada y desarrollada posteriormente por Benacerraf & Gómez en obras como la ya mencionada Torre Europa y continuará con la Torre América (1978), la Torre del Banco Unión (1980), las torres gemelas del Centro El Recreo (1990) y las del Centro San Ignacio (1998). “Observando algunas de las plantas de sus torres de oficinas entre 1970 y 1998, vemos como ‘todos los edificios tienen la misma planta’. Porque ellas no son sino una repetición diferente de un mismo tema. En todas se trabaja la misma idea de ‘la planta útil’: un enorme container, una planta amplia y modular que funciona diáfanamente, un uso del piso total, con su circulación vertical y horizontal y la ubicación clara de los grandes servicios y de la ductería. ‘Una constante desde la Torre Bello Monte (1970)’ ”, recogerá Hannia Gómez intercalando frases del arquitecto Gómez de Llarena.
5. Vista hacia el este que permite apreciar las fachadas norte y oeste del Centro Comercial Bello Monte
Asimismo el Centro Comercial Bello Monte comienza a señalar una ruta relacionada con el compromiso urbano que todas las obras de la firma han demostrado tener en el tiempo. “El edificio ‘es como un guante que calza perfectamente bien en el lugar y lo hace entendible, lo hace lógico. Desde su primer croquis debe crear y resolver la situación urbana donde se encuentra. Luego, se vuelve indispensable para entender ese espacio. Cada edificio es imprescindible en el lugar donde está’. Ambas ideas estarán en toda la obra de Benacerraf & Gómez. Una arquitectura legible y un instrumento para reorganizar la ciudad. Pero también, un sistema”, afirmará Hannia Gómez.
La franqueza que exteriormente manifiesta el edificio, construido en concreto obra limpia obedeciendo a una clara modulación estructural, permite rescatar el principio de que se trata de “una arquitectura que se entiende al observarla perfectamente bien: cuáles son sus partes, cuáles son sus elementos constitutivos, cómo son las oficinas, cómo son los comercios, cómo los medios de escape, dónde están las circulaciones, los accesos, las instalaciones. ‘La expresión exterior es el resultado de cómo todo funciona por dentro. La expresión es la idea, cómo esta se construyó y cómo funciona; es expresar la verdad. Todo lo expresa el edificio; todo se lee: la modulación, las columnas, las vigas, los muros de resistencia que refuerzan la estructura, incluso desde el aire’ «.
6. Centro Comercial Bello Monte. Vista de la torre y detalle de la fachada este7. Acceso a la torre de oficinas del Centro Comercial Bello Monte
Durante muchos años tal y como lo fueran el Centro Profesional del Este y el Centro Comercial Mata de Coco en su momento, en el Centro Comercial Bello Monte tuvieron su asiento un grupo importante de oficinas de arquitectura e incluso de profesionales que formaban parte de los servicios por ellos requeridos, quienes pudieron comprar o alquilar espacios en momentos en que la bonanza económica del país y la abundancia de trabajo lo permitieron. Las dimensiones de los apartamentos (tipo estudio) que originalmente conformaban la torre, permitían un buen acomodo para estas actividades hasta el punto de que con el tiempo el cambio de uso se tornó inminente. La alta concentración de arquitectos obedeció a las comodidades que la edificación ofrecía, su excelente ubicación y conectividad con el resto de la ciudad a lo cual se sumaba la cercanía de la UCV, institución en la que muchos de ellos daban clases por lo cual también era visitado por un nutrido grupo de estudiantes que los consultaban, trabajaban o colaboraban con ellos. El tratarse de un proyecto en el que intervino Carlos Gómez de Llarena, profesor activo y muy respetado, y su probable actuación como promotor de la venta de los apartamentos entre sus colegas, debe haber influido también en ello.
Es de hacer notar que había mucha movilidad de personal entre las diversas oficinas, además de que se promovía el intercambio y colaboración profesional creándose un clima de franca camaradería. Como dato anecdótico se puede asomar el hecho de que en momentos en que se abrían las convocatorias a concursos de arquitectura, frecuentes en las tres últimas décadas del siglo XX, el edificio se sumía en un clima de tensión y sana competencia en virtud de que muchos de sus ocupantes eran asiduos participantes en tales eventos, saliendo de allí un elevado porcentaje de ganadores, de premiados en general y de mencionados.
Del numeroso grupo de arquitectos y firmas que tuvieron y aún tienen al Centro Comercial Bello Monte como base de operaciones vale la pena destacar: BFG Arquitectos (Moisés Benacerraf, Manuel Fuentes y Carlos Gómez de Llarena) y luego Benacerraf & Gómez Arquitectura quienes mantuvieron su oficina allí por varios años, en el PH, hasta mudarse a la Torre América; la firma conformada por Bernardo Borges, Francisco Pimentel y Jacobo Koifman (piso 9), luego continuada por Pimentel y Oscar Capiello en el mismo espacio; la sociedad entre Edwing Otero (quien venía de trabajar con Borges y Pimentel) y Alfredo Sanabria la cual devino luego en OSLD cuando se incorporaron Juan Luchsinger y Hugo D’Enjoy (piso 10), conservando Otero aún la oficina; Gustavo Legórburu, su hijo Gustavo Luis y su esposa Maritza (piso 10); José Miguel Roig y luego su hijo Cristóbal (piso 10); Pablo Lasala (quien también había trabajado anteriormente con Borges y Pimentel) y su esposa Silvia Hernández incorporándose luego sus hijas Isabel y Ana (piso 5); Jesús Tenreiro, su esposa Ana y sus discípulos Manuel Delgado y Rafael Urbina compartieron espacio en el piso 3; Armando Hernández (piso 11); Roberto Puchetti (piso 5); Hernán Zamora y Henry Vicente; Jesús Sandoval; Alberto Enríquez; Doménico Silvestro (posteriormente trasladado a la Torre América); y SPA (Joel Sanz, Juan Carlos Parilli y Francisco Arocha). Debemos reconocer que este somero recuento lo hemos logrado confeccionar gracias al apoyo y buena memoria de Alfredo Sanabria.
Para finalizar vale la pena agregar que, pese al cambio de uso que sufrió y los años transcurridos, el Centro Comercial Bello Monte presenta hoy en día, gracias a la nobleza y calidad de su construcción y al mantenimiento que lo ha acompañado, un buen estado de conservación. Sus moduladas y bien proporcionadas fachadas largas (norte y sur), beneficiadas por la incorporación de jardineras previstas como elementos de protección solar y espacios generadores de sombra, han podido absorber y disimular en gran medida los efectos de la aparición de equipos de aire acondicionado que paulatinamente fueron apareciendo, otro acierto a sumar a los ya mencionados dentro de esta obra que sin duda ha dejado huella.
8. Vista desde el este del Centro Comercial Bello Monte
Nota De acuerdo a lo que se recoge en https://carlosgomezdellarena.blogspot.com/2010/10/biografia-biography.html, “En Marzo de 1971 BFG Arquitectos gana el Premio Municipal del Distrito Sucre en la Quinta Bienal de Arquitectura por el proyecto del Centro Bello Monte”. Este dato pareciera que tiene que ser revisado ya que, en primer lugar, la Quinta Bienal de Arquitectura se realizó en 1973 y, en segundo lugar, el Premio Municipal del Distrito Sucre de aquella ocasión le fue otorgado a la Torre La Primera proyecto de Celina Bentata. Nos preguntamos si el premio otorgado no corresponderá al Distrito Federal de esa misma Bienal ya que el edificio se encuentra justo en el límite entre ambas circunscripciones.
1970• Se inicia la demolición del pequeño centro comercial ubicado en el cruce de la Avenida Principal de Bello Monte y la Calle Lincoln (frente a la tienda por departamentos Sears), para iniciar la construcción de la Torre Bello Monte, diseñada por Manuel Fuentes (FAU UCV, promoción 14A, 1965), Carlos Gómez de Llarena (FA ULA, 1967) y Moisés Benacerraf (1924-1998) (Universidad de Yale, 1947).
El proyecto fue distinguido en marzo del año 1971, en la Quinta Bienal de Arquitectura con el Premio Municipal del Distrito Sucre. (Fotografía de Julio César Mesa.)
… que en 1957 Roberto Burle Marx diseña los jardines de la quinta Caurimare propiedad de Inocente Palacios en Colinas de Bello Monte?
1. Quinta Caurimare, propiedad de Inocente Palacios, Colinas de Bello Monte. Arquitecto Antonio Lombardini, 1957. Demolida en 1980.
Como en diversas oportunidades hemos reseñado, la urbanización Colinas de Bello Monte se trata de la primera incursión que se realiza al sur del río Guaire con el objetivo de ocupar las estribaciones de los cerros allí ubicados. Fue en 1949 cuando la Sucesión Casanova, propietaria de los terrenos de la hacienda Bello Monte (productora de caña de azúcar), ubicada en la ribera sur del rio Guaire, frente a Sabana Grande, se dispuso a planificar la zona, actividad que asumió Inocente Palacios, empresario, promotor cultural y musicólogo (además de cofundador en 1941 del partido Acción Democrática -del que se separa en 1944- y Director fundador de la Escuela de Artes de la UCV en 1978), quien se acompañó de un grupo de competentes profesionales entre los que se encontraba el arquitecto italiano Antonio Lombardini, a quien correspondió realizar el trazado del desarrollo cuya parte menos accidentada (cercana al río) sería ocupada por edificios corporativos y viviendas multifamiliares con comercio en planta baja, destinándose las laderas para quintas que podrían aprovechar, gracias a la sinuosa adaptación topográfica las calles, las magníficas visuales abiertas sobre el valle y el Ávila.
2. Izquierda: Propuesta ganadora presentada por José Miguel Galia para el Concurso Concurso Internacional “Colinas de Bello Monte” para una quinta en pendiente (1951). Derecha: «Casa Modelo» (1951) construida por la urbanizadora de Colinas de Bello Monte encargada a Antonio Lombardini3. Vista aérea de Colinas de Bello Monte en momentos en que se concluían los movimientos de tierra para urbanizar la parte alta (1953)
Palacios a la hora de promover la venta y ocupación de los terrenos destinados a las quintas lo hace desde dos frentes aparentemente contradictorios entre sí. En primer lugar encarga a Lombardini el proyecto y construcción de una “Casa Modelo”, ubicada en un terreno “ondulado”, como afirmaba la urbanizadora, la cual se termina en 1951, muy poco después de iniciadas las obras de vialidad y lotificación en la zona. Por otro lado, ese mismo año impulsa la realización del Concurso Internacional “Colinas de Bello Monte” para una quinta en pendiente del cual resulta ganador el arquitecto José Miguel Galia obteniendo el segundo premio el arquitecto italiano Gino Ugo Posani y el tercero, el estudiante Raúl Garmedia. La paradoja aflora cuando el acto de entrega de los premios del concurso se realiza en el mes de diciembre en los espacios de la “Casa Modelo”.
Lo cierto es que Lombardini llegó a realizar numerosas quintas en Colinas de Bello Monte de los más variados tipos e implantaciones y, que sepamos, a Galia no le correspondió proyectar ninguna con base a su prototipo “en pendiente”. De hecho, cuando Palacios decide emprender en 1957 la construcción de su propia casa en terrenos de la urbanización, dinamita un pequeño cerro llamado “El Perico” localizado en la calle Caroní y recurre a Lombardini para que la diseñe.
De la vivienda familiar de Palacios, a la que dio por nombre “Caurimare”, es poca información la que se logra conseguir salvo que se trataba de una casa-conservatorio montada “en un pico de ésos”, una casa tan “absurdamente grande que hicimos muchos grandiosos conciertos, a veces hasta de cuarenta músicos” según ciertos testimonios (recordemos que Palacios era chelista), todo lo cual nos habla de su considerable tamaño y de su conversión esporádica en centro cultural. En tal sentido, de una entrevista que realizara el año 2001 Laura Helena Castillo a la viuda de Palacios, Josefina Juliac, tras cumplir 104 años de vida, titulada “La venezolana que ha vivido en tres siglos. La prolongada batalla de Josefina Juliac” (https://enlasdosorillas2.wordpress.com/2005/05/20/la-venezolana-que-ha-vivido-en-tres-siglos/), hemos conocido, con relación a su consideración como epicentro cultural “que en la casa del matrimonio ubicada en Colinas de Bello Monte, se reunía ‘El Sindicato de la Inteligencia’, en el que estaban agremiados Alejo Carpentier, Miguel Otero Silva, María Teresa Castillo, Carlos Eduardo Frías, Antonia Palacios, entre otros ‘sindicalistas del buen vivir y mejor pensar’ ”.
Hannia Gómez, por su parte, señala sobre la influencia que sobre Palacios tuvo su atracción suburbana, que ella “arranca con la singular historia de su vida. Su emigración constante hacia el este, de casa en casa, desde la señorial casa paterna en el damero colonial hasta su atalaya en Bello Monte, es una metáfora del desarrollo de la ciudad.” También es muy poco lo que quedó registrado de la espacialidad interior de “Caurimare” (demolida en 1980) y de su aspecto exterior se tiene una vista de su fachada norte tomada desde la zona baja del terreno que ocupaba la cual ratifica su gran dimensión, el aparente predominio del concreto como material de construcción, su aspecto racionalista a la vez que pesado más próximo al de un edificio público que al de una vivienda unifamiliar, el acento en la horizontalidad y el aprovechamiento máximo de las visuales hacia el valle de Caracas del que destacan corredores ubicados en planta baja abiertos al exterior y una gran terraza techada en la planta alta.
4. Roberto Burle Marx en Río de Janeiro con su equipo, los arquitectos Fernando Tábora, Julio César Pessolani y John Godffrey Stoddart. 1960
Sin embargo, por una de esas afortunadas casualidades que a veces ocurren cuando se navega por internet en busca de información, nos hemos topado con un esclarecedor y muy valioso trabajo realizado en 2017 por la profesora de la FAU UCV Inés M. Casanova Silva, cuando cursaba “Historiografía del Arte” en el MBArch Master Universitario en Estudios Avanzados en Arquitectura en la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Barcelona (Universidad Politécnica de Catalunya), titulado “Crítica de obra de Roberto Burle Marx: El jardín-damero de la casa de Inocente Palacios en Caracas (1957)”, con el cual será posible complementar esta nota.
Para contextualizar la obra y el momento baste decir que, según Fernando Tábora en su libro autobiográfico Dos parques. Un equipo (2007), Burle Marx llega a Venezuela en septiembre de 1956 “debido a una circunstancia fortuita dada por la necesidad de la colaboración de un arquitecto paisajista, en el proyecto del club privado Puerto Azul. El promotor Daniel Camejo Octavio y sus arquitectos Oscar Carpio y Guillermo Suárez, enfrentaban un problema difícil con las áreas libres del proyecto. Uno de los gerentes de la promotora, cuyo sobrino estudiaba en la Universidad de Cornell, el hoy arquitecto y paisajista Oswaldo Lares, le insinuó a Camejo la importancia de hacer venir a Burle Marx como consultor”. El propio Tábora, quien para entonces ya trabajaba en el Atelier de Burle Marx en Río de Janeiro, será quien coordinará los detalles y luego lo acompañará en el viaje que realizaría a Venezuela.
Como ya apuntáramos en la nota dedicada al destacado paisajista brasileño en nuestro Contacto FAC nº 137 (04/08/2019), Burle Marx, quien ya para 1956 se había dado a conocer internacionalmente con obras como el jardín de la casa de Odette Monteiro (1948) y los jardines del Ministerio de Educación y Salud de Río de Janeiro (1945), de Lucio Costa y Oscar Niemeyer, llega a un país que se caracterizaba por su bonanza económica y acelerado ritmo en la construcción de su infraestructura, y a partir del mismo momento en que lo hace se ampliarán los contactos, colaboraciones y proyectos que el Atelier (por entonces conformado por Burle Marx, Tábora, Mauricio Monte y Julio César Pessolani) iría atendiendo y desarrollando. Casi de inmediato, a finales de 1956, Burle Marx es llamado por Carlos Guinand Sandoz para diseñar las áreas exteriores de la Exposición Internacional de Caracas a realizarse en 1960; es requerido por Jorge Romero Gutiérrez, Dirk Bornhorst y Pedro Neuberger para colaborar con el tratamiento de los espacios abiertos de El Helicoide de la Roca Tarpeya; también para proyectar el paisajismo entre el hotel Humboldt y la Estación del Teleférico a instancias de Tomás Sanabria; y, más adelante, el rediseño del área central de la pista del Hipódromo La Rinconada, el Jardín Botánico, en Maracaibo (Edo. Zulia), los jardines de los clubes Playa Azul, Playa Grande, Morón y Balneario de Naiguatá, a los que se sumarán los paisajismos para las viviendas de Inocente Palacios y Diego Cisneros así como el de la casa de hacienda Monte Sacro de Nelson Rockefeller en Nirgua, estado Yaracuy, desarrollados casi todos en 1957 desde Rio de Janeiro. “No sería hasta mediados de 1957 cuando (John) Stoddart se incorporaría como socio a la nueva firma organizada para el desarrollo de proyectos de Arquitectura Paisajista y Planificación”, sumándose a Tábora, Pessolani y Monte, dejando atrás la denominación y estructura de Atelier. Posteriormente, en 1959 se registraría en Caracas la Oficina Técnica Roberto Burle Marx C.A., sociedad que acometería finalmente el proyecto para el Parque del Este.
También es conocido que en fechas más próximas Burle Marx (asociado en este caso con Haruyoshi Ono) estaría involucrado en el diseño paisajístico de las áreas exteriores de Parque Central (Siso & Shaw, 1970-1983) y el Teatro Teresa Carreño (Sandoval, Kunckel y Lugo, 1972-1983). Cabe acotar que desde 1964 Tábora y Stoddart se habían independizado y creado Stoddart + Tábora Arquitectos.
5. Izquierda: Inocente Palacios. Derecha: Ubicación de la quinta Caurimare en la calle Caroní de Colinas de Bello Monte6. Dibujo en perspectiva del jardín proyectado por Roberto Burle Marx para la quinta Caurimare (1956)
Así, de acuerdo a la indagación realizada por Casanova, basada en un valioso material que le fuera proporcionado por John Stoddart perteneciente a su archivo privado, se nos abre otro importante frente dentro del papel que jugaba la vivienda de Palacios ya que a su condición de casa-conservatorio se podría sumar la de casa-museo. En este sentido, Palacios tendría dentro de su colección obras de Calder, un vitral Fernand Leger, un mural de Alejandro Otero y para ser ubicadas en los espacios exteriores que fueron objeto de diseño por parte de Burle Marx y su equipo, piezas cubistas de Ossip Zadkine (“El Gran Orfeo”) y de Pablo Gargallo (“El Profeta”).
También sabemos que se ubicó en un terreno con fuerte pendiente situado en la ladera norte de una de las colinas de Caracas con vista a la ciudad y al Ávila de aproximadamente 1.3 há (13.000 m2), limitado por dos calles curvas, la calle Guárico, al pie del terreno, y la calle Caroní, en la parte de arriba, por donde se le accedía a la parcela. La casa desarrollada en dos plantas tenía un área de ubicación de 2.000 m2.
Casanova, una vez contextualizado el marco en el que se desarrollaría el proyecto paisajístico no dudará en afirmar: “Ante las descripciones de la arquitectura de casa, el poder del propietario y el ideal de la urbanización, la propuesta de la Oficina Técnica de Burle Marx no podía ser otra que la de recrear el jardín de una fortaleza que parece querer controlar o conquistar el valle”.
“En la perspectiva que dibujó Burle Marx con la propuesta del jardín para Palacios se puede observar que el concepto es una colina arbolada de grupos homogéneos de especies de árboles, arbustos y palmas variadas, coronada por la gran edificación horizontal de Lombardini sobre un basamento rectangular que se extiende hacia el norte como terraza-mirador con una superficie en damero, y al pie de la colina, una hilera curva de palmas reales que delimita la parcela y está bordeada por una muralla de piedra que marca el lindero de la propiedad”, acotará Casanova, quien además logra identificar en el proyecto paisajístico cinco áreas: “el jardín de la entrada…; el área de servicio con garaje; el área de la piscina con un pabellón…; el área de la terraza ajardinada con diseño de damero, cuyo uso era la prolongación del área social de la casa; y, finalmente, el jardín arbolado que se había diseñado en la zona de más pendiente…, todo lo cual significó una modificación importante en el terreno original, para poder producir un aterrazamiento del jardín estabilizado por medio de taludes y muros de piedra”.
7. Plano realizado por la Oficina Técnica Burle Marx (1956) del jardín de la quinta Caurimare
El trabajo de Inés Casanova describe con detalle los niveles que conforman el jardín, el tratamiento que se les da a cada uno, la importante presencia del agua y la no menos correspondiente a la vegetación seleccionada para la que utilizó “una lista muy diversa de especies botánicas” todo lo cual, ilustrado con inédito material gráfico y fotográfico, puede ser consultado en (https://docplayer.es/92836645-El-jardin-damero-de-la-casa-de-inocente-palacios-en-caracas-1957.html).
8. Detalle del plano del jardín de la quinta Caurimare y foto del pabellón de la piscina9. Izquierda: Vista parcial del jardín de la quinta Caurimare con un sendero de lajas de piedra. Derecha: Terraza-damero ajardinado desde el corredor con la escultura El Profeta al fondo como protagonista10. Izquierda: Escultura Gran Orfeo ubicada al extremo este de la terraza-damero. Derecha: Otra vista al norte de la terraza-damero con la escultura El Profeta con El Ávila de fondo11. Dos espacios del jardín de la quinta Caurimare
Al referirse a “El método de Burle Marx a través del jardín de la Casa de Palacios”, Casanova desarrolla varios temas importantes: “La forma abstracta del jardín” (El organicismo era característico de la obra de Burle Marx, sin embargo, en algunas obras usó las líneas rectas y figuras ortogonales, que como en el caso de la casa Palacios, buscaban crear un espacio intermedio entre la casa y el jardín, o bien, entre las líneas rectas de la arquitectura y las líneas curvas del paisaje.); “El damero en la obra de Burle Marx: … transición entre la edificación y el paisaje”; “Las esculturas como piezas del damero: El Gran Orfeo y El Profeta” (La ubicación de las esculturas no es al azar. Ambas esculturas cumplen un papel importante en la configuración del espacio y las visuales del jardín. Por ejemplo, el Gran Orfeo es el remate visual de la caminería que viene del acceso y va hacia la terraza damero. El Profeta es la pieza protagónica del damero como centro de la visual del espacio.); “El paisaje prestado y la desaparición del límite” (Según Ana Rosa de Oliveira el método del “paisaje prestado” proviene de la cultura china y fue usado y perfeccionado en la cultura japonesa… Se trata del paisaje natural -montañas, valles, rocas y cascadas- que se incluye como telón de fondo del jardín, y aparenta ser un componente estético propio del jardín.); “El Genius Loci: Burle Marx y la sensibilidad al lugar” (En el diseño del jardín de la casa de Palacios se adapta la propuesta al lema de la urbanización “una terraza en el Ávila”. Realmente se logra recrear una terraza-damero a manera imaginaria, en la montaña. Las caminerías acompañan la sinuosidad de los caminos de Colinas de Bello Monte.); “La vivencia del jardín y lo sensorial” (Tiempo y movimiento juegan un papel importante en el paisaje que crea Burle Marx. El jardín se puede recorrer completo y el recorrido es una experiencia de sensaciones. Burle Marx evidencia una facilidad por imaginarse el espacio en tres dimensiones, con volúmenes, texturas y colores.); “La tropicalización del jardín – la vuelta a la flora tropical” (En Caracas se preferían plantas exóticas de climas templados europeos, pero a partir de Burle Marx, se comienzan a usar nuevas especies de plantas provenientes de recolectas botánicas y exploraciones por el interior del País, y por Brasil, que su vez, importa Burle Marx.); “La plástica de la vegetación” (A diferente de otros paisajistas, o arquitectos que diseñaban jardines en la misma época, Burle Marx sentía un gran interés por la botánica, sin embargo la selección de la vegetación estaba dada mayormente por sus las cualidades plásticas, siempre y cuando se desarrollaran óptimamente en el clima del lugar, con la luz necesaria y las condiciones de suelo y agua requeridas.(…) Por lo tanto, sabía colocarlas en el lugar correcto del jardín.); y “La finalización de jardín ‘in situ’ ” (Según Fernando Tábora, Burle Marx tenía la habilidad de comprender el sitio y terminar de resolver el diseño y la selección de la vegetación y la topografía modificada en el sitio. Iba dando las instrucciones y decidiendo los detalles según las visuales del sitio.).
Cubierto su recorrido, Inés Casanova, deja en el ambiente una hipótesis que sería interesante discutir y con la cual cerramos también nuestro repaso a su trabajo: “… a partir de la llegada de Burle Marx, Caracas se volcó hacia lo tropical, posiblemente como consecuencia de la construcción del Parque del Este, símbolo del paisajismo moderno de Venezuela y el nuevo inventario de plantas tropicales importadas desconocidas antes por el caraqueño. Seguramente gracias a Burle Marx el valor de lo local, en materia de paisajismo y vegetación, volvió a ser de interés en la cultura caraqueña.”