¿SABÍA USTED…

… que en 1955 está fechado el permiso de construcción del edificio Royal Castle, ubicado en el bulevar de Sabana Grande con Av. Santos Erminy?

En un interesante artículo titulado “ ‘El Especialista’, mito historiográfico o realidad histórica?” aparecido el 7 de septiembre de 2015 en el portal El Estilete. Crítica/Pensamiento/ Arte (http://www.elestilete.com/dossier/el-especialista-mito-historiografico-o-realidad-historica/), los profesores Orlando Marín y Blanca Rivero dan cuenta de una minuciosa pesquisa que emprendieron con la finalidad de corroborar si la autoría de “algunos edificios caraqueños catalogados hasta entonces como ‘anónimos’ gracias a una publicación del Instituto de Arquitectura Urbana: La Vivienda Multifamiliar en Caracas entre 1940 y 1970, editada por Fondur, en 1983”, eran efectivamente de la autoría del “arquitecto proyectista” Narciso Bárcenas, a quien se le había colocado el mote o alias de “El Especialista” debido “a la maestría del diseñador en producir un sinnúmero de efectos distintos en una misma edificación, a pesar de que su planta fuese exactamente la misma la que se repitiese en todos los niveles”.

Marín y Rivero, siguiendo la estela dejada a mediados de los noventa por un grupo de profesores y estudiantes de arquitectura de la Universidad Simón Bolívar, al indagar en torno a Narciso Bárcenas, descubren a través del Diccionario biográfico de Venezuela (1953) que era nativo de Cumanacoa (estado Sucre) donde había nacido el 6 de junio de 1925 (fallece en 2008), Doctor en Ciencias Físicas y Matemáticas graduado en 1946 en la Universidad Central de Venezuela y que como ingeniero civil contaba entre sus realizaciones el cálculo del Puente Los Caobos y la Iglesia Nuestra Señora de Coromoto, en El Pinar. Además, al contactarlo directamente recibieron la tajante respuesta de que nada tenía que decir sobre las obras que se le endilgaban como “El Especialista” (sobrenombre que rechazaba y por el que nadie lo conocía en el medio profesional), las cuales habían sido diseñadas “por unos arquitectos y artistas italianos con los cuales había trabajado”. Por otro lado, al ser contactados los ingenieros Santos Michelena y Pedro de la Rosa, compañeros de promoción, “negaron de manera categórica cualquier relación de Bárcenas con el diseño arquitectónico de edificaciones, e incluso algún tipo de sensibilidad o inclinación artística; más bien recalcaron su extraordinaria habilidad en el cálculo estructural y los retos constructivos, disciplinas propias de la ingeniería civil”, acotarán los autores del artículo.

El trabajo de Marín y Rivero, esclarecedor por demás de la manera como se fraguó el amplio y ambiguo término “estilismo anónimo”, utilizado por William Niño Araque para encabezar todo un capítulo de 1950. El espíritu moderno (1998), transcurre a través de las páginas de la Revista del Colegio de Ingenieros de Venezuela donde se publicaban mensualmente los permisos otorgados en el área metropolitana de Caracas por las ingenierías municipales a lo largo de la década de 1950, para finalmente develar cómo “Bárcenas estuvo a cargo de la construcción de, al menos, veintidós edificios multifamiliares entre los años 1953 y 1959, dieciséis de los cuales se ‘permisaron’ en el año 1955, entre ellos los edificios Canaima y Humboldt. No obstante, resultó sorprendente descubrir que en proyectos que parecían ser indudablemente salidos de la mano de ‘El Especialista’, como el edificio Royal Castle, ubicado en el bulevar de Sabana Grande; el Mediterráneo, frente al Centro Comercial El Recreo, o residencias Capri en Altamira, no aparecía su nombre como profesional responsable, sino el de los ingenieros Leopoldo Sucre Figarella, José Behar y Héctor Cardazzi, respectivamente”.

De allí la pregunta que se hacen de inmediato: “¿Serían también Sucre Figarella, Behar y Cardazzi otros ingenieros ‘Especialistas’?”, la cual se responden con asombrosa precisión al detectar que los 201 permisos en los que aparecen como proyectistas Bárcenas (22), Sucre Figarella (64), Behar -quien fuera socio de Bárcenas- (50) y Cardazzi (65) estaban conformados por obras que, tras ser visitadas por Marín y Rivero, se pudo verificar que “no todas presentaban el lenguaje arquitectónico de carácter plástico y la audacia formal que reconocíamos en ‘El Especialista’; incluso, muchas carecían de atributos formales y espaciales, lo que demostraba que estos profesionales trabajaron con diferentes proyectistas y debieron asumir, más bien, el rol de calculistas estructurales y de responsables, ante las autoridades locales, del desarrollo de las obras”.

Por tanto, la presencia oculta en buena parte de la multitud de edificios construidos en Caracas durante los años 50 de la mano de un grupo de profesionales vinculados a la arquitectura que, por no haber obtenido la reválida de sus títulos, trabajaban para ingenieros que si podían firmar los planos, pasa a ser no sólo un capítulo aparte dentro de la historia de la ciudad sino la excusa para que Marín y Rivero hayan llegado a la conclusión provisional de que tras muchos de los que poseían los atributos propios de “El Especialista” se encontraba quizás el delineante italiano H. Ferrato (cuyas iniciales H. F. aparecían en los “cajetines” de los planos de los proyectos “permisados” hechos siempre a mano con “un mismo modelo de rótulo, con igual tipo de letra y caligrafía, y un mismo monograma que se repite siempre en el espacio destinado a la firma del dibujante”), o que en todo caso “más allá de una ‘invención’ historiográfica, quizá ‘El Especialista’ sea un estilo desarrollado por muchos ‘especialistas’ que, como Ferrato, marcaron la imagen de la edilicia urbana caraqueña en el momento de su mayor crecimiento”.

Así, el Royal Castle, edificio interesante si los hay, cuyo proyecto se podría atribuir transitoriamente a Ferrato y que está firmado por el ingeniero Leopoldo Sucre Figarella (1926-1996), de quien hay que recordar que durante los gobiernos adecos, partido al que pertenecía, fue Gobernador del estado Bolívar (1960-1962) y desarrolló una exitosa gestión como Ministro de Obras Públicas (1962-1969) y Presidente de la Corporación Venezolana de Guayana (1984-1993), denota, como buena parte de ese racimo de obras que pudieron salir de la misma mano, un buen manejo de las proporciones, sensibilidad en la respuesta al contexto donde se inserta, dinamismo y plasticidad en el diseño de las fachadas desde una planta tipo similar, cuidado en la diferenciación de las actividades que lo conforman y en la manera como se produce el contacto con el suelo, manejo acertado de la escala y en la forma de definir los accesos, siempre en el marco del máximo aprovechamiento de lo permitido por las ordenanzas, la racionalidad constructiva, la eficiencia funcional y un uso desprejuiciado de códigos propios de la modernidad arquitectónica.

Más allá del “estilismo” al que se puede sumar, el Royal Castle es, dentro del hoy recuperado bulevar de Sabana Grande, muestra de una edificación que no sólo ocupa dignamente una de sus despejadas esquinas sino que evidencia a las claras una particular maestría en cuanto a la forma como se puede responder a esta condición. Es, por tanto, la obsesiva necesidad de dar cuenta del lugar más importante del terreno lo que da origen a la mayor parte de la carga expresiva de esta particular pieza arquitectónica. De este hecho se origina, por un lado, el manejo de elementos verticales lineales y murales que se componen, con la ayuda del color aportado por el mosaico vitrificado de 2 x 2 cms, con pequeños balcones en voladizo plegados y superficies vidriadas, y, por el otro, el realce de la actividad comercial enmarcada con una sutil marquesina de concreto. Este inusitado despliegue de expresividad hace olvidar que estamos en presencia de un eficiente edificio residencial que se posa sutilmente en el suelo y que maneja con sabiduría la transición volumétrica de los usos que contiene, la relación de lo horizontal con lo vertical y la escala urbana; o que también existía un importante compromiso con la esquina norte del terreno o con el resto de sus fachadas que no fue debidamente atendido.

ACA

Procedencia de las imágenes

Todas. Archivo Fundación Arquitectura y Ciudad

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