VALE LA PENA LEER

Durante el período de confinamiento estricto a que obligó la pandemia ocasionada por el COVID-19 entre 2020 y 2021, muchas fueron las manifestaciones que buscaron dar salida a una situación totalmente inédita en lo relativo a las maneras como abordamos nuestras rutinas de trabajo y como nos relacionamos con los ambientes en los que tuvimos que hacerlo. La inmovilidad convirtió nuestros hogares en lugares polifuncionales para lo cual no estaban pensados, obligó a una convivencia para la que no estábamos preparados y significó para muchos la oportunidad de ocupar su tiempo y a la vez dar salida a angustias vinculadas a lo que estaba pasando de muy diferentes maneras.

En este marco se produjo el reencuentro a distancia entre la laureada periodista y escritora chilena María José Ferrada y el diseñador gráfico, ilustrador y artista plástico mallorquín Pep Carrió que tuvo como feliz resultado el libro Casas, publicado por primera vez en México por Editorial Alboroto en 2021 y vuelto a lanzar en abril de este año por Nordicalibros, Madrid.

El lenguaje de las cosas, 2011 y La tristeza de las cosas, 2017 textos de María José Ferrada e ilustraciones de Pep Carrió.
Ilustraciones plasmadas en algunas de las agendas Moleskine en las que Pep Carrió fue desarrollando el proyecto Diario visual.

Carrió, quien ya había participado en la ilustración de dos libros de Ferrada (El lenguaje de las cosas, Jinete Azul, 2011 y La tristeza de las cosas, Amanuta, 2017), venía desde 2007 registrando diariamente, a modo de juego, en el formato que le imponían las páginas de la agenda Moleskine, una imagen hecha en cualquier técnica, juegoque continuó en otros cuadernos en los años siguientes, convirtiéndose en un proyecto de nombre Diario visual y haciendo del cuaderno una herramienta que Pep considera un ‘laboratorio portátil’, un reverso de ese territorio mesurado y obediente que ha de ser todo proyecto desarrollado por encargo”, como recoge Alicia Guerrero Yeste en la estupenda reseña “ ‘Casas’, de María José Ferrada y Pep Carrió” publicada en su blog Un trabajo tartamudo el 27 de septiembre de 2022, apoyada en entrevistas hechas a los autores del libro en mayo y junio de 2022 (https://untrabajotartamudo.wordpress.com/2022/09/27/casas-de-maria-jose-ferrada-y-pep-carrio/).

Siendo casas y edificios algunos de los elementos que se repetían en sus cuadernos,en representaciones que él considera enteramente brotadas del inconsciente”, en medio del desarrollo de su “laboratorio portátil”, llegó el confinamiento y con él “la obligación de permanecer en el interior de nuestra casa como forma extrema de protección ante un virus sumamente contagioso y potencialmente mortal”. Así, Pep pasó a compartir diariamente sus imágenes a través de su cuenta de Instagram.

María José Ferrada y Pep Carrió.
Algunos dibujos que durante la pandemia Pep Carrió fue publicando en su página de Instagram.

Fue entonces, en plena pandemia, que Carrió (instalado en Madrid) le propuso a Ferrada (ubicada en Santiago de Chile) llevar adelante, revirtiendo el orden que habían seguido en los dos libros publicados anteriormente entre ambos, una actividad (o juego) que finalmente desembocaría en Casas. En otras palabras, si anteriormente le correspondió a Pep ilustrar los libros de María José buscando “generar un poema visual que acompañara al texto, pero poseyera una entidad propia”, en esta ocasión sería ella, con base en los dibujos de él, la que inventaría una serie de relatos y personajes. “Yo enseñaba casas y ella escribía sobre los habitantes de esas casas. Habitantes totalmente variopintos. Todo es ficción”, comentará Carrió en una de las entrevistas que sostuvo con Alicia Guerrero Yeste.

“Esas breves ficciones surgían de una pregunta que María José se formuló acerca de aquella extraña realidad en la que de repente todos amanecimos un día y permanecimos durante largas semanas. ‘Muchísimas personas dentro de su casa, que no estaban saliendo en absoluto de ella. Mi pregunta era: ¿Cómo estará viviendo esa gente en su casa?’ (…) El propio hecho de que dos personas, situadas en sendos lejanos puntos del mundo, emprendieran ese juego cotidiano con imágenes y textos era en sí mismo una respuesta a esa pregunta. ‘Se convirtió en una especie de herramienta de supervivencia para sentirnos ilusionados con algo’, dice Pep. ‘En esos días en que todo eran noticias negativas, estas casas eran una forma de recordar que podíamos seguir riendo y creando, aunque estuviésemos sumidos en una situación de incertidumbre muy grande’, dice María José”.

Páginas interiores del libro Casas correspondientes al relato «Noel Cocteau» (casa 34)

Y subrayará Guerrero Yeste: “Desde la obvia e inescapable circunstancia ‘de que en ese momento había muchas personas dentro de su casa y que no estaban saliendo en absoluto de ella’ (cualquiera de nosotros era una de esas personas), cada una de las vidas microrrelatadas por María José a partir de las imágenes de Pep es la creación de una respuesta a la pregunta: ‘¿Cómo estará viviendo esa gente en su casa?’. Su mecanismo de creación de esas ficciones tomaba para su arranque otra pieza más de referencia en lo real, una localización en alguna parte del mundo, para después adquirir su propia libertad y deriva. ‘Decidí -dirá María José- ir situando a personas en distintos lugares, países o continentes. Esto era algo que me podía venir sugerido por el dibujo. Quizá, si en la ilustración de Pep predominaba el amarillo, esto me transmitía la impresión de calor y me hacía pensar en África. Elegía un país de ese continente y buscaba entonces un nombre típico de él. Un nombre típico para un niño del Congo, un apellido. Obtenía esa información de Internet. Buscaba también una ciudad al azar y, empleando Google Maps, la miraba para tomar alguna idea sobre el ambiente, por si en la imagen aparecía alguna persona… A partir de todo eso escribía el relato. Lo hacía esforzándome por estar libre de las restricciones que me hubiera impuesto de haber pensado que los textos iban a ser sólo leídos por adultos o por niños, de no coartarme preguntándome que iba a hacer un adulto leyendo sobre un duende o un niño leyendo una cita de Hegel’”.

Por tanto, Casas se trata de un “serial instagrámico” convertido imprevistamente en un libro y que a su vez permitió a sus autores sobrellevar la pesada carga impuesta por la pandemia del cual la reseña de Guerrero Yeste ofrece una disección atinada y profunda. De sus reflexiones sobre la publicación y su contacto con los autores hemos decidido transcribir párrafos que vale la pena compartir.

Páginas interiores del libro Casas correspondientes al relato «Aparicio Silva» (casa 22)

El vínculo afectuoso con los amigos y seguidores que aguardaban cada día la publicación era un estímulo optimista, pero puede considerarse que esa comunicación era también un medio con el que establecer una apertura necesaria, un canal con el que reconstruir en esa circunstancia el sentido del adentro y afuera de la casa. Un sentido del que no sólo depende nuestra relación interna y externa con el espacio, sino también con el tiempo, con la inconsciente confianza en su trayectoria en avance del presente hacia el futuro. Y seguramente, más allá de todas las lecturas que antes hubiéramos hecho sobre esos asuntos, fue algo que sólo en esa práctica forzosa comprendimos, por fin, verdadera y enteramente: el tiempo es materia activa en la construcción de nuestro espacio vital. Y que en esa materia es tan igual de fundamental la capa donde se hace el presente cotidiano, cualquier día común, como esas otras del presente constante, más volátiles y complejas, estratificadas en nuestro espacio interior”.

(…)

Páginas interiores del libro Casas correspondientes al relato «Toshio Hiraoka» (casa 4)

“Importa pensar en la forma de conexión entre la literalidad cotidiana y la profunda subjetividad de la casa que se establece en este proyecto, así como la espontaneidad y naturalidad que lo sostuvieron, y que en suma hicieron de él algo con un valor que trasciende la intención de cordial pasatiempo con que fue propuesto. Haber inventado con cierta deliberación un proyecto cuyo planteamiento fuera pensar la casa desde el suceso de un acontecimiento que forzara a una inhabitual forma de permanencia dentro de ella habría dado a esos dibujos y esas ficciones otro carácter, habría podido reducir la espontánea honestidad y despreocupada inteligencia con que fue haciéndose y ofrece esas imaginaciones que nos sitúan en un espacio en el que meditar sobre qué es habitar y la casa donde estamos y la casa (o casas, tal vez) donde somos, y que está a cierta distancia de la alta sublimación en que a menudo nos es imposible no incurrir cuando consideramos la casa”.

(…)

Páginas interiores del libro Casas correspondientes al relato «Luis Pereira» (casa 1).

“En sí mismos y en su interacción esas imágenes de casas de arquitectura arquetípica, venidas del inconsciente, y esos relatos donde los modos poéticos y fantásticos en que individuos inventados piensan, sienten y habitan, enseñan de qué habla Bachelard cuando habla de la casa y la afirma como ‘uno de los mayores poderes de integración para los pensamientos, los recuerdos y los sueños del hombre’; corroboran cómo somos seres ‘que participan en espacios de los que la física nada sabe’, como señala Sloterdijk, una idea que María José deja escrita en un relato de forma más precisa y comprensible: ‘Las casas no caben en el interior de las cabezas’ y que es algo enteramente cierto, porque la casa es un ser potente, racional o irracional, salvaje o domesticado, protector o adversario, liberador u opresor, controlado o inabarcable, que no se explica únicamente con base a los factores tangibles con que es gestada por el arquitecto. Y esto concierne no sólo a la casa que es pensada y sentida dentro de la filosofía o penetrada a través de la poesía, el cuento, el relato de memorias, la experiencia artística…, sino también, como muestra Perec, a esa en donde todos los días dormimos, nos duchamos, comemos y fregamos los platos… y sobre la que una atención consciente y puramente objetiva de su espacio, los elementos que hay en él y la cotidianeidad que cobija abre un campo de juego inmenso para la mente”.

(…)

Páginas interiores del libro Casas correspondientes al relato «Familia O’Sullivan» (casa 25)

“El dibujo y la escritura son medios a través de los que construir y habitar la arquitectura de ese espacio interior. Con los que explicar (…) cómo hay casas que se llevan cargadas a la espalda, que caben en la palma de una mano, que flotan sobre olas agitadas o se elevan sobre quietas aguas nocturnas, que son portátiles, que están hechas de aire, que albergan en su interior otras casas y habitaciones secretas, que hay casas que son cabezas y cabezas que son casas o suelo sobre el que se levantan bloques residenciales, que hay casas en bosques y bosques en casas, que hay personas que viven en un edificio de varios pisos que está dentro de sí mismos o en los sueños de otros… Metáforas que nos traen ecos de experiencias fenomenológicas que, en recuerdos y sueños, la lectura o la mirada, nos han hecho inquilinos o visitantes de aposentos, jardines, cocinas, salas, antiguas mansiones, pisos destartalados, desvanes, tramos de escalera, pasillos…, volviendo familiares lugares extraños y extraños lugares familiares, reconsiderar la extensión de la superficie de nuestro ser y la dimensión de nuestra escala física y psíquica dentro de él, y que aquí se nos reaproximan como heterodoxas realidades, no como irrealidades ni imposibilidades, sino dando una confirmación a la idea de que habitar es construir algo que está (siempre) más allá del esquema y volumen que un arquitecto define y materializa”.

(…)

Páginas interiores del libro Casas correspondientes al relato «Joao Almeida» (casa 28)

Y, finalmente:

“En La Poética del Espacio, Bachelard hace ver cómo el estado de conciencia de la infancia es el más afinado perceptor del espacio, el más virtuoso constructor de arquitectura interior, de sus muros y habitaciones más indestructibles. También, en consecuencia, podría pensarse, tal vez su más legítimo habitante. Ese estado de conciencia es un fundamento de trabajo para María José, del mismo modo que acceder al flujo de lo inconsciente lo es para las imágenes de Pep, ya que los niños ‘transitan por lugares muy libres, porque todavía no tienen muy fijos esos marcos de seguridad de los que los adultos se valen’. Es por ese motivo por el que al tener Casas entre las manos, aunque posiblemente reverberarán las impresiones y sensaciones de lecturas e imágenes en los que hemos reconocido con mayor claridad los andamios de nuestras propias arquitecturas interiores, es sobre todo importante volver a ver y sentir el extrañamiento del niño de cuatro años ante todo eso que lo rodea. Recuperar incluso el recuerdo de nuestra conciencia de pequeñez física respecto a casi todas las personas y cosas. (…) Esto último, que puede ser la permanente moraleja de Casas, no despista ni hace caer en lo ingenuo el sentido de un proyecto que surgió como pequeña vía de alivio en medio de una situación gravísima, sino que, al contrario, acentúa la trascendencia de llevar a cabo una extensa reflexión consciente sobre nuestra vivencia física y mental del espacio para exigir a la arquitectura que dé protección sana a toda nuestra libertad y fragilidad”.

NOVEDADES EDITORIALES DE AQUÍ Y DE ALLÁ

Casas

María José Ferrada y Pep Carrió

Nordicalibros

2023

Resumen

Casas es un viaje literario por distintas formas de habitar esos espacios que denominamos «casa». Por la autora ganadora del Premio Cervantes Chico Iberoamericano 2022.

Los autores de este libro nos llevan a un viaje por las distintas formas de habitar una casa. Partiendo de ilustraciones de Pep Carrió realizadas con marcadores acrílicos, la escritora María José Ferrada recurre al lenguaje poético y al humor para proponer un conjunto de microrrelatos que invitan a los lectores a observar sus propias formas de habitar el mundo. «La casa tiene que ver con el espacio físico, pero también con el espacio interior que uno habita. Puedes estar muy tranquilo en una vivienda muy pequeña y muy agobiado en otra enorme en mitad del campo. Una misma casa de treinta metros cuadrados puede ser un hogar plácido para un individuo y una celda asfixiante para otro», dice María José Ferrada.

Nota

Nos ha parecido pertinente, por lo complementario, transcribir también pero en otra entrada, el artículo “¿Qué es una casa?” publicado el 11 de abril en el diario El País por Anatxu Zabalbeascoa en su columna Del tirador a la ciudad, dedicado al libro que hoy nos ha ocupado.

ACA

Procedencia de las imágenes

https://www.domestika.org/es/projects/125580-el-lenguaje-de-las-cosas

La tristeza de las cosas

https://www.facebook.com/photo/?fbid=2544273522344956&set=a.284138575025140

https://www.instagram.com/diariovisual_pepcarrio/

«Casas», de María José Ferrada y Pep Carrió

Casas

NOVEDADES EDITORIALES DE AQUÍ Y DE ALLÁ

José Antonio Coderch

Un texto y una conversación

José Antonio Coderch

Puente Editores

2023

Nota de los editores

José Antonio Coderch no se prodigaba demasiado escribiendo, y podríamos decir que, en su parquedad, solo escribía cuando lo creía estrictamente necesario. Este libro recoge uno de sus textos más conocidos, «No son genios lo que necesitamos ahora», texto aún vigente que ha sido leído y releído por varias generaciones, junto con la ya mítica entrevista que mantuvo con Enric Soria en la década de 1970. Al leer estos textos podremos llegar a entender mejor la compleja figura del gran maestro de la arquitectura moderna española.

ACA

ES NOTICIA

La Bienal de Arquitectura de Venecia 2023 se abrió al público ayer 20 de mayo

Escrito por María Cristina Florian

21 de mayo de 2023

https://www.archdaily.com

La 18ª Exposición Internacional de Arquitectura – La Biennale di Venezia, titulada El Laboratorio del Futuro, tuvo su inauguración oficial ayer sábado 20 de mayo y permanecerá abierta al público hasta el 26 de noviembre de 2023. Los eventos previos a la inauguración llevados a cabo los días 18 y 19 de mayo incluyeron la ceremonia de premiación, durante la cual un jurado internacional encabezado por Ippolito Pestellini Laparelli como presidente otorgó los premios oficiales: León de Oro como mejor Participación Nacional a la representación de Brasil «Terra», pabellón curado por Gabriela de Matos y Paulo Tavares ; León de Oro como mejor participante a DAAR (Alessandro Petti + Sandi Hilal); y León de Plata al nigeriano residenciado Brooklyn, Nueva York, Olalekan Jeyifous como joven promesa participante en la bienal. El León de Oro a la Trayectoria se otorgó a Demas Nwoko, artista, diseñador y arquitecto nacido en Nigeria, durante la ceremonia de inauguración.

Demas Nwoko. León de Oro a la Trayectoria.
«Terra». Pabellón de Brasil curado por Gabriela de Matos y Paulo Tavares. León de Oro como mejor Participación Nacional.
DAAR (Alessandro Petti + Sandi Hilal). León de Oro al mejor participante en la exhibición «El Laboratorio del Futuro».
Olalekan Jeyifous. León de Plata para un prometedor participante joven en «El Laboratorio del Futuro».

Para esta edición de la Bienal, 64 participantes nacionales han sido invitados a organizar exposiciones en los pabellones de los Giardini, Arsenale y en el centro de la ciudad de Venecia. Níger participa por primera vez en la Biennale Architettura, y Panamá participa por primera vez con pabellón propio. Siguiendo la dirección establecida por la curadora Lesley Lokko, varios subtemas están presentes en las exposiciones presentadas en los pabellones nacionales.

Países como Canadá, República Checa, Ucrania y Estonia se están enfocando en problemas sociales apremiantes presentes en sus áreas, desde la crisis de la vivienda hasta el conflicto armado o las condiciones laborales deficientes. Otros, como Estados Unidos, Bélgica, Alemania o Baréin, cuestionan el uso de los recursos y encuentran un potencial oculto en el carácter único de sus países. Mientras algunos pabellones adoptaron un tono lúdico, como el caso de Letonia, otros están abriendo debates sobre temas más amplios como la descolonización, en el caso del Pabellón de Australia, o la descarbonización y la sostenibilidad, abordados por países como España, Turquía, Chile o Los países bajos.

Además del pabellón nacional, se han anunciado 9 eventos colaterales para desarrollar aún más las diversas perspectivas y temas explorados en la Biennale Architettura. Los eventos, admitidos por la curadora Lesley Lokko y promovidos por organismos e instituciones nacionales e internacionales sin fines de lucro, tienen lugar en varios lugares repartidos por la ciudad. Incluyen exposiciones centradas en la experiencia del migrante, la relación entre lengua y paisaje, o la sabiduría de las prácticas tradicionales, como las practicadas a lo largo de la historia de Taiwán. Como parte de los eventos colaterales oficiales, la Fundació Mies van der Rohe entregará el Young Talent 2023 como parte de los EUmies Awards, mientras que New European Bauhaus organiza conferencias como forma práctica de un laboratorio del futuro.

«Por primera vez en la historia, el centro de atención ha recaído en África y la diáspora africana, esa cultura fluida y enredada de personas de ascendencia africana que ahora se extiende a ambos lados del mundo. ¿Qué queremos decir? ¿Cómo cambiará algo lo que decimos? Y, quizás lo más importante de todo, cómo lo que decimos interactúa e infunde lo que dicen ‘otros’, de modo que la exposición no sea una sola historia, sino múltiples historias que reflejen el desconcertante y hermoso caleidoscopio de ideas, contextos, aspiraciones, y significados que es cada voz respondiendo a los problemas de su tiempo?» – curadora Lesley Lokko

Esta edición también incluye una colaboración con el Victoria and Albert Museum de Londres, en forma del Proyecto Especial del Pabellón de Artes Aplicadas, una exposición titulada Tropical Modernism: Architecture and Power in West Africa, comisariada por Christopher Turner (V&A) con Nana Biamah- Ofosu y Bushra Mohamed (AA). Además, el programa El Laboratorio del Futuro se enriquece con Carnival, un ciclo de eventos, conferencias, mesas redondas, películas y actuaciones de seis meses de duración que exploran los temas de la Biennale Architettura 2023.

Concebido como un espacio de liberación más que como un espectáculo o entretenimiento, Carnival ofrece un espacio para la comunicación en el que se intercambian, escuchan, analizan y recuerdan palabras, puntos de vista, perspectivas y opiniones. Políticos, legisladores, poetas, cineastas, documentalistas, escritores, activistas, organizadores comunitarios e intelectuales públicos compartirán escenario con arquitectos, académicos y estudiantes. Este programa de eventos públicos es cada vez más una forma de práctica arquitectónica que intenta salvar el abismo entre los arquitectos y el público. – curadora Lesley Lokko

Además, durante las sesiones de la Bienal, las universidades, las academias de bellas artes y otros institutos de educación superior facilitarán visitas autoorganizadas de tres días por grupos de al menos 50 estudiantes y profesores. Esto enfatiza el papel educativo asumido por la Bienal durante la última década, dedicando una mayor atención a las actividades de aprendizaje y las iniciativas educativas dirigidas a la audiencia de sus Exposiciones, a las universidades, jóvenes y niños, de las escuelas de todos los niveles.

ACA

VALE LA PENA LEER

¿Qué es una casa?

El ilustrador Pep Carrió y la escritora María José Ferrada intercambiaron durante la pandemia imágenes y el resultado es el libro ‘Casas’, que demuestra que es un término relativo y cambiante

Anatxu Zabalbeascoa

Una ilustración de Pep Carrió de la casa de Joan Arnau, que cambia de lugar.

El País

11 de abril de 2023

Una misma casa puede asfixiar a una persona y liberar a otra. La misma. En el mismo lugar. ¿Por qué? Puede que porque la mente también es una casa. Seguramente el refugio más seguro. O, en ocasiones, ¿también la mente puede ser una cárcel insalvable?

El ilustrador Pep Carrió y la escritora María José Ferrada han pensado mucho, con viajes de ida y vuelta, lo que significa, o esconde implícitamente, la palabra, el concepto más bien, casa. Así, hablando y compartiendo ideas y dibujos, idearon, cada uno en su propia vivienda, el libro Casas, que ahora ha publicado la editorial Nórdica. Del intercambio de dibujos y palabras nació este volumen que explica lo que son las casas para una serie de personajes tan reales como imaginarios.

Así se hizo el libro. En su apartamento de Madrid, Pep Carrió dibujaba. Pintaba en libretas de tapas negras. Lo hace a diario. Le interesan sobre todo los árboles, el mar y las casas. Al otro lado del Atlántico, en Santiago de Chile, María José Ferrada tenía una de esas libretas de tapas negras repletas de dibujos. Y la leía. Imaginaba a los habitantes de los hogares que dibujaba Carrió. Luego llegó el encierro doméstico, durante la pandemia. Y ese tiempo entre paredes sembró el tono ajustando, y cambiando, la definición de hogar. Hay casas por todo el mundo. Pero siempre son casas de personas. Es decir, van de lo colectivo externo a lo personalizado interno. Por eso para ellos, las casas tienen más que ver con quien las habita que con el lugar que los edificios ocupan. Y así contradicen a un postulado básico de la arquitectura: el de atender al contexto. Para Carrió y Ferrada, el contexto son los habitantes de las viviendas, los que las terminan de construir. De dibujar. De imaginar. ¿O no?

Lo que Luis Pereira le dejó claro al arquitecto Oliverio Sánchez es que en su casa debía haber una ventana en la zona de la corteza prefrontal, donde se guardan los recuerdos. Es evidente que el cliente, Pereira, había confundido una vivienda con un cuerpo. Pero él se dispuso a diseñarla. “Una casa, para bien o para mal, significa rutina, así que cada mañana, después de leer el diario, Luis abre la ventana y observa su pasado”.

La casa de Camilo Márquez que prometió a Diego García que si alguna vez lo necesitaba lo llamaría y lo hizo 50 años después.

Es María José la que busca en el pasado de Pereira, claro. Y lo hace impulsada por los dibujos de Pep. No corren, se suceden los días lentos de la pandemia. Pep dibuja en Barcelona. María José escribe en Chile. Y así hablan. Casi todos los días. De lo que hacen los dueños de las casas que, entre los dos, imaginan. La familia del arquitecto, Oliverio Sánchez, está llena de marinos mercantes. Por eso él sabe que “si el suelo de la casa se hace con tablas de barco, la casa navega”. Irina Popov es una inventora “de habitaciones para albergar el vacío”. Por eso creó la casa matrioska en un congreso. Toshio Hiraoka construye netsukes: casas que caben en la palma de la mano, es decir, microcosmos: “Piedras o maderas que hablan de la mente”.

Ernesto Barros construyó su casa con sus propias manos. Por eso la sentía como una extensión de sí mismo. No la podía abandonar. Cuando se hartó del ruido, se la llevó. ¿Cómo? El libro lo deja dudando entre poner una rueda en cada esquina o desarmarla y subirla a un carro.

Hay mucho más: Hao Wang que, “tal como correspondía al tercer hijo, se hizo lo suficientemente pequeño para compartir la casa con un canario”.

La casa de Roberta Santos donde amanece al revés.

Hay muchos más habitantes y, por lo tanto, casas. El hombre-casa vive en una caja de cartón. Y nadie lo ve. Camilo Márquez y Diego García hablaron durante más de cincuenta años desde sus casas en Santiago de Chile y San Pedro de Marcorís (en República Dominicana) antes de conocerse. O Roberto López que coopera con una ONG danesa encargada de revivir recuerdos de infancia. La de Roberta Santos no sabemos dónde está, pero sí que una vez al año amanece al revés. Ese día utiliza una ventana como puerta.

La casa de Joan Arnau está sobre un caracol. En ella se vive lento, pero cuando cambia de lugar puede viajar de Ciudad del Cabo a Colonia. Estos cambios repentinos le producían angustia que “ha aprendido a manejar, ayudado por la lectura de los clásicos japoneses”. Todos hablan de la impermanencia de las cosas. Cuesta pensarlo cuando hay tanta gente sin casa. Pero que las casas cambien y no permanezcan, ¿es malo? ¿O es bueno?

ACA

ALGO MÁS SOBRE LA POSTAL Nº 356

ALGO MÁS SOBRE LA POSTAL

Cuando la familia Boulton Pietri adquiere en los años 1930 una parte de una colina de aproximadamente 50 há en Los Guayabitos, zona próxima a Sartenejas en las afueras de la ciudad de Caracas, Andrés Boulton, Alfredo Boulton y Anita Boulton de Phelps decidieron construir allí sendas casas en las que transcurrió buena parte de sus vidas. En particular, Andrés Boulton, tras casarse a comienzos de aquella década con Thereza Figueira de Mello, hija del embajador brasileño en Venezuela, levanta junto a ella una vivienda de campo que la llamaron Samambaya, (denominación que escrita como samambaia significa helecho en el idioma portugués, planta que crece a sus anchas en las periferias de la casa), nombre que además es elegido por doña Thereza por el recuerdo que le traía la zona de Los Guayabitos con Petrópolis en Brasil, lugar donde de pequeña pasaba largas temporadas cuando vivía en su ciudad natal, Río de Janeiro.

Residenciados permanentemente en Villa Castelania, ubicada en la urbanización El Paraíso, Samambaya, por tanto, era visitada por la familia Boulton Figueira de Mello para pasar temporadas o fines de semana alejados de una Caracas aún provinciana en la que apenas empezaban a soplar aires de modernidad. Imaginamos que la falta de buenas vías de comunicación convertía aquellos viajes a Los Guayabitos en verdaderas expediciones que se veían compensadas por el contacto con la naturaleza y su exuberante vegetación, las estupendas vistas que se abrían hacia el valle y el buen clima que allí reinaba.

1. Izquierda: Andrés Boulton Pietri y Thereza Figueira de Mello. Derecha: Yves Denis Zaldumbide y María Teresa Boulton Figueira de Mello.
2. Andrés Boulton y dos de sus hijos. Única foto que se conserva de la «primera» Samambaya.

Será en 1957, al casarse María Teresa (hija de Don Andrés), con el arquitecto ecuatoriano-francés Yves Denis Zaldumbide, hijo de los embajadores de Francia en Venezuela, cuando recibirá de su padre como regalo de matrimonio la pequeña casa de campo. Seis años más tarde, en 1963, al crecer la familia, los Denis Boulton construirán la segunda Samambaya como vivienda principal diseñada por Yves, quien aquel mismo año, además de revalidar su título de arquitecto en la UCV, había creado con su compatriota, el ingeniero ecuatoriano Claudio Creamer Gómez (socio durante algunos años del arquitecto norteamericano Don Hatch), la conocida compañía constructora Creamer y Denis que dedicó buena parte de sus esfuerzos a desarrollar sistemas constructivos prefabricados para viviendas de interés social construidas por el Banco Obrero.

De la unión de Yves y María Teresa nacerían cuatro hijos (Roland, Gonzalo, Francisco y Javier) y poco antes de la llegada del cuarto, en 1973, tomarán la decisión de ampliar la casa construida 10 años antes pudiéndose decir que apareció una tercera Samambaya.

Residencia de la familia Denis Boulton por más de 18 años donde llevaron una intensa vida social y familiar en los que la quinta fue permanentemente objeto de remodelaciones, Samambaya en 1974 pasará a ser ocupada de nuevo por quien había construido la primera casa: Don Andrés Boulton ahora con su tercera esposa Jean Harley, poco después de que los Denis Boulton, tras la separación de Yves y María Teresa, fijaran residencia en Ecuador. Don Andrés y Jean vivirán allí por más de 20 años donde disfrutaron de una intensa vida social en cuyas fiestas, cenas y agasajos participaban grandes personalidades de la vida venezolana e internacional para los que la casa servía de excelente marco. Tras la muerte de Don Andrés en 1998 la propiedad retorna a manos de los hermanos Denis Boulton.

3. Caracas vista desde Samambaya.
4. Fachada principal de la quinta Samambaya.
5. Áreas exteriores de la quinta Samambaya.

Gonzalo Denis Boulton en entrevista aparecida en https://puraguapuraweb.com/blog/2018/9/20/quinta-samambaya, comentará cómo en los años 90, cuando su abuelo por razones de salud dejó de frecuentarla, Samambaya tuvo varios inquilinos, todos con necesidades muy peculiares. “Vino una señora que quería hacer un kínder y fue transformada. Después se la alquilaron a un cubano y casi la perdimos. La casa era un desastre, salones de clases, las áreas verdes ya no lo eran tanto, había una cantina, administración, biblioteca. Aún hay algunos vestigios de aquella época”.

Justamente le corresponderá a Gonzalo, arquitecto egresado de la UCV en 1988, devolverla desde 2013 a su estado original y mantener la integridad de la obra, luego de que fuera declarada ese mismo año Patrimonio Arquitectónico del Municipio Baruta por la gestión del alcalde Gerardo Blyde. “Yo agarro la casa y la voy remodelando. Ahora está disponible para todo tipo de eventos”, comentará Gonzalo para Puraguapura.

La valiosa información obtenida de la página https://www.facebook.com/quintasamambaya/ junto al testimonio de Gonzalo Denis y el reportaje hecho por Faitha Nahmens aparecido en Prodavinci titulado “Samambaya, el arte de ser parnaso” (https://prodavinci.com/samambaya-el-arte-de-ser-parnaso/), nos han permitido reconstruir su historia y determinar que la hermosa quinta que hoy conocemos no sólo fue construida por etapas, sino que durante el tiempo fue ocupada por diversos inquilinos y objeto de diversas modificaciones hasta que de manos de Gonzalo y con el apoyo de la familia hoy se ha convertido en lugar idóneo para la celebración de eventos, negocio sustentable que permitirá mantener la obra para las futuras generaciones.

De lo que no hay duda es de que Yves Denis Zaldumbide es el responsable de convertirla en referente arquitectónico y constructivo a partir de 1963: “Mi padre hizo de Samambaya una villa magnífica. Le otorgó el talante estilístico que detenta”, afirmará Gonzalo. “Para hacerla más funcional, no menos hermosa, mi padre transformó la bella casa donde vivía la belleza, y la belleza era mi madre, en una suerte de laboratorio de creatividad: el techo abovedado sería una ocurrencia que le daría carácter. Se habían visto techos así, hasta entonces solo en tiendas de automóviles, y la madera de todos sus acabados, pasamanerías y remates le añadirán calidez”, pasa revista Gonzalo. “Nosotros también participamos de la ocurrencia: las cerámicas usadas en los baños son las de la empresa de la familia y mantienen todavía el diseño añadido: están intervenidas por nosotros, los hijos”, dice sonriendo en el reportaje de Prodavinci.

6. Diversas tomas del exterior e interior de Samambaya.

Si a elaborar una ficha técnica nos dedicamos, podríamos decir que Samambaya se trata de una vivienda de 800 m2 de construcción, levantada en un bosque tropical lluvioso de 5 hectáreas, y que tiene planta en L. En uno de sus brazos se ubicaron los dormitorios, baños y vestier. En el otro brazo, las áreas sociales, cocina-pantry y comedor principal. En un nivel por debajo, las áreas de servicio. Entre ambos pisos, a medio nivel se desarrolla el salón principal.

La disposición de sus cerramientos, acristalados en muchos casos, permite establecer desde casi todos los ambientes, visuales hacia los jardines y su cuidado paisajismo o, a la distancia, con El Ávila, reforzando su continuidad espacial. El sistema estructural es de pórticos construidos con columnas de concreto armado y las losas de la cubierta son reticulares, habiéndose utilizado cajetones plásticos como encofrado, dándole un acabado liso para dejarlo a la vista. El bambú, planta que prolifera en la zona, ha sido uno de los principales elementos utilizados en su construcción apareciendo como elemento de fachada, y en la elaboración de portones, techos, escalones, barandas y muebles, entre otros.

7. Cuatro tomas del interior de Samambaya.

De https://www.facebook.com/quintasamambaya/ extraemos como complemento las siguientes características: “El manejo estructural de la techumbre que converge en un eje principal formando un ave que está a punto de tomar vuelo sobre el valle de Caracas. El uso de la formaleta como solución para vencer grandes luces y volados donde percibimos que ese gran techo flotara sobre vidrios y espejos. El canal principal de concreto que recoge las aguas del techo para formar una cascada sobre unas piedras de cuarzo. El manejo de elementos de concreto en obra limpia maravillosamente dispuestos en las ventanas. El trabajo minucioso de la madera en puertas y ventanas. El piso traído del Japón de color rojo en la zona social de la casa y blanca en los espacios privados que recorre lo interno y externo como una gran alfombra que toma el mismo protagonismo del techo”.

Hoy gracias al permiso de vocación turística otorgado por la Alcaldía de Baruta desde su declaratoria patrimonial, Samambaya funciona como una estancia con servicios anexos como salón de eventos, restaurante, tienda y galería. Ofrece la posibilidad de realizar eventos para lo cual cuenta con sus amplios jardines, piscina, terrazas, tres salones, cinco baños de invitados y dos baños para personal. Además, tiene capacidad para 70 carros y un estacionamiento aledaño para otros 50 carros pudiendo albergar cómodamente hasta 400 personas.

8. Variadas formas en que el bambú, abundante en la zona, es utilizado como material en la casa.
9. La quinta hoy se equipa y ofrece para la celebración de eventos.

También en su terreno ampliado que cubre hasta 20 hectáreas se ha comenzado a sembrar cacao proveniente de la zona de Paria (en específico de la hacienda Agua Fria) que ya ha dado como fruto la elaboración del chocolate Río Cacao en seis variedades.

Cuenta Samambaya con una colección permanente de obras de arte en la que predomina, por tradición familiar, la fotografía. Allí encontramos, entre otros, trabajos de: Vicente Diez, Paolo Gasparini, Luisa Richter, Alfredo Boulton, Alexander Apóstol, Ricardo Benaim, Yoshi, Ricardo Gómez Pérez, Fabiola Ferrero, Evelyn (Ivoly) Noguera Penso, Daniel González, Diana Sucre, Karim Dannery, Jenny Woodman, Margarita Scannone, Margarita Boulton, Suwon Lee y Josefina Gómez Revenga.

Rescatada con gran sensibilidad y equipada con gusto exquisito acorde con su riqueza espacial, Samambaya se constituye en una referencia ineludible a la hora de hablar de las grandes quintas caraqueñas.

ACA

Procedencia de las imágenes

Postal. Colección Crono Arquitectura Venezuela.

1, 2, 4, 5 y 8. https://www.facebook.com/quintasamambaya/

3. https://puraguapuraweb.com/blog/2018/9/20/quinta-samambaya y https://www.facebook.com/quintasamambaya/

6. https://www.facebook.com/quintasamambaya/ y https://puraguapuraweb.com/blog/2018/9/20/quinta-samambaya

7. https://prodavinci.com/samambaya-el-arte-de-ser-parnaso/ y https://puraguapuraweb.com/blog/2018/9/20/quinta-samambaya

9. https://www.facebook.com/quintasamambaya/, https://prodavinci.com/samambaya-el-arte-de-ser-parnaso/ y https://www.estadeboda.com/quintasamambaya