
Teodoro González de León (1926-2016)
La única visita que hiciera el reconocido arquitecto mexicano Teodoro González de León a nuestro país, se produjo en 1993 en el marco del VI Seminario de Arquitectura Latinoamericana (SAL), organizado en Caracas entre el 24 y el 30 del mes de abril por la Fundación Museo de Arquitectura y la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la UCV, y que, bajo la Coordinación General del arquitecto Martín Padrón, tuvo como sede la Ciudad Universitaria, llevando por título “Nuestra arquitectura reciente. Conceptos y realizaciones”.
Centrado en los temas de enseñanza, valoración de la arquitectura del movimiento moderno y vivienda de interés social, teniendo como inmejorables escenarios la CUC y la «moderna» capital venezolana objetos, a su vez, de atención, desmontaje y discusión, el VI SAL sirvió para poner de nuevo sobre la palestra, la clara intención de sus fundadores y propulsores de ir construyendo un espacio de debate y reflexión acerca de la historia y el desarrollo de la producción arquitectónica y urbana latinoamericana y sus particularidades regionales, donde se valorara el surgimiento a través de pensamiento y obras de una arquitectura “apropiada” que, dejando de lado el mimetismo prevaleciente en otras épocas, reconociera tanto el “espíritu del tiempo” como el “espíritu del lugar”.

Así, Silvia Arango, Marina Waisman, Ramón Gutiérrez, Christian Fernández Cox, Juvenal Baracco, Rogelio Salmona, Eladio Dieste, Ruth Verde Zein, Hugo Segawa, Roberto Fernández, Cristian Boza, Alberto Saldarriaga y Carlos Eduardo Dias Comas, se mostraron como los más entusiastas promotores de un movimiento que tuvo su primera aparición de forma espontánea en Buenos Aires (1985) con ocasión de la I Bienal de Arquitectura realizada en esa ciudad y que antes de realizase en Caracas estuvo precedido por el efectuado en 1991 en Santiago (Chile).
Con el transcurrir del tiempo en que periódicamente se produjeron estas reuniones, dejó de ser un secreto la paulatina instauración desde los SAL de una línea que, trastocada en ideología, empezó a manifestarse a través de un cierto tipo de arquitectura que mostraba un sesgo peculiar hacia el uso de materiales, formas, tipologías edificatorias y calidades espaciales que se constituyeron en su sello distintivo.

Por su parte, Teodoro González de León para cuando se lleva a cabo el SAL venezolano, ya se había consolidado como uno de los arquitectos mexicanos contemporáneos más importantes y como un claro representante tanto del brutalismo que proliferó entre los años 1960 y 1980, como del proceso de modernización de su país. De acuerdo a sus biógrafos, “realizó sus estudios en la Escuela Nacional de Arquitectura (UNAM) de 1942 a 1947, lapso durante el cual trabajó con Carlos Obregón, Carlos Lazo y Mario Pani. En 1947 obtuvo una beca del gobierno francés y trabajó durante 18 meses en el taller de Le Corbusier. Allí participó en los equipos de trabajo para la Unidad de Habitación de Marsella y L’Usine Duval de St. Dié, Francia. Desde su regreso a México, a finales de los años cuarenta, empezó a colaborar con otro arquitecto de su generación, Abraham Zabludovsky (1924-2003), desarrollando los elementos de su estilo, definido por la gran escala, el uso extensivo del hormigón armado y los patrones rítmicos. Desde entonces llevó adelante una actividad profesional ininterrumpida, primero en el campo del urbanismo y de la vivienda popular, y posteriormente en el de los grandes edificios públicos y privados”.

No necesariamente alineado con las pautas que empezaron a ser propias de la arquitectura resaltada por línea oficial de los SAL, más inclinada a mirar hacia la mesura íntima presente en la obra de Luis Barragán a la hora de buscar un genuino representante de la esencia moderna de lo mexicano, González de León, sin embargo, empezó a manifestar a través de sus realizaciones otra vía interpretativa de lo que podría significar el mirar hacia el pasado para encontrar lo esencial de lo construido la nación azteca. Ello, traducido en uso cuidado y plástico de la forma, escrupuloso tratamiento de los planos y manejo desmedido de lo dimensional, le empezaron a dar un claro sello distintivo donde lo mexicano también hacía acto de presencia. De tal manera, lo colosal, lo monumental, lo telúrico y la presencia de la materia en su forma más pura, junto al tratamiento del espacio abierto, claros rasgos de la herencia precolombina de su país, pasan a formar parte del lenguaje propio de un arquitecto moderno y culto así como claves para observar su obra.



González de León, bueno es recordarlo, ya para 1993 había realizado obras de gran envergadura, casi todas de carácter institucional y de gran presencia tanto en la ciudad de México como en otros centros poblados de su país, entre las cuales cabe señalar: la Unidad Habitacional Vallejo-La Patera (1970) en colaboración con Abraham Zabludovsky; las Oficinas Centrales del Fondo Nacional de la Vivienda para los Trabajadores -INFONAVIT- (1975); El Colegio de México (1976); la Universidad Pedagógica Nacional de México (1978) en colaboración con Abraham Zabludovsky; el Museo Tamayo de Arte Contemporáneo (1981) junto con Abraham Zabludovsky; el Centro Administrativo del Gobierno del Estado de Tabasco (1987); el Palacio de Justicia Federal (1988); la Ampliación de las Oficinas Centrales del Banco Nacional de México (1989) en colaboración con Abraham Zabludovsky; la Remodelación del Auditorio Nacional (1992) en colaboración con Abraham Zabludovsky; y la casa matriz del Fondo de Cultura Económica (1992).


Es tal vez por la importancia de todo lo anteriormente expresado, que los organizadores del VI SAL de Caracas no dudaron en invitar e incorporar a Teodoro González de León como uno de los invitados especiales al evento y, con ello, abrirle un significativo espacio dentro de las actividades que acompañaron la dinámica que se centró en la UCV. De tal manera, al maestro mexicano le correspondió el viernes 30 de abril de 1993 dictar la última de las cinco Conferencias Magistrales que, organizadas por el Centro Cultural Consolidado y la Fundación Museo de Arquitectura, con la participación de las facultades de arquitectura de las universidades Central de Venezuela, Simón Bolívar y José María Vargas y el auspicio del Consejo Nacional de la Cultura (CONAC), la Fundación Museo de Artes Visuales Alejandro Otero, MEXICANA de Aviación y la Revista Inmuebles, tuvieron lugar en el Centro Cultural Consolidado, La Castellana. Las otras cuatro estuvieron a cargo de: Christian Fernández Cox -Chile-, Ricardo Porro -Cuba/Francia-, Eladio Dieste -Uruguay- y Severiano Porto -Brasil-, siendo Rogelio Salmona -Colombia- el “gran ausente”. Durante su intervención González de León mostró las directrices que guiaban su manera de entender la arquitectura y lo más relevante de su obra realizada hasta aquel momento.

Quienes durante su estadía en Caracas en abril de 1993 acompañaron a González de León a visitar la ciudad y su arquitectura, dan fe de lo asombrado y maravillado que quedó por la estupenda manera como el concreto obra limpia (su material favorito y sin duda el predominante dentro de arquitectura venezolana del siglo XX), era usado y trabajado en nuestro país.

Luego de su estancia en estos lares, se publicaron, entre otros, los siguientes libros relacionados con la figura del maestro mexicano: Teodoro González de León. La voluntad del creador (1994, Louise Nouelle -coord.-); La idea y la obra (1995, de su autoría); Teodoro González de León. Obra reunida (2004 y 2017, Miquel Adriá -ed.-); La composición arquitectónica en la obra de Teodoro González de León (2009, José María Larios); Viaje a Japón -4 tomos- (2012-2015, de su autoría); Retrato de arquitecto con ciudad (2013, de su autoría); Arquitectura y ciudad (2013, de su autoría, discurso de ingreso al Colegio Nacional en 1989); Teodoro González de León. Maquetas (2016, Arquine, Catálogo de la exposición con el mismo nombre montada en el Museo de la Ciudad de México); y Lecciones. Escritos reunidos. 1966-2006 (2017, de su autoría, publicado cinco meses después de su fallecimiento).
Los estudiosos de su obra registran que González de León realizó 103 edificios: 72 en el área metropolitana de ciudad de México, 25 en los estados de la República y 6 en el extranjero (Brasilia, Guatemala, Belmopán, Austin, Londres y Berlín). A ello se suman 24 estudios urbanos y 173 proyectos de edificios que quedaron en papel.
Al maestro mexicano le fueron conferidos el Gran Premio Latinoamericano en la Bienal de Arquitectura de Buenos Aires en 1989, el Gran Premio de la Academia Internacional de Arquitectura en la V y VII Bienales de Sofía, Bulgaria, en 1989 y 1994, y el Premio a la trayectoria profesional en la V Bienal Iberoamericana de Arquitectura y Urbanismo de Montevideo en 2006. También le fue otorgada la Medalla de Oro de la Unión Internacional de Arquitectos (UIA) en 2008. Fue miembro de El Colegio Nacional, de la Academia Nacional de Arquitectura, de la Academia de Artes, del American Institute of Architects y de la Academia Internacional de Arquitectura. Recibió el doctorado honoris causa de la Universidad Nacional Autónoma de México, de la Universidad Autónoma Metropolitana, de la Universidad Ricardo Palma (Perú) y de la Universidad Nacional de La Plata (Argentina).
ACA
Procedencia de las imágenes
2. http://www.fadu.edu.uy/viaje2015/articulos-estudiantiles/la-unite-d-habitation/
3. https://www.archdaily.com/tag/casa-estudio-luis-barragan
6. https://revistacodigo.com/el-legado-de-teodoro-gonzalez-de-leon-10-arquitecturas-emblematicas/
7. http://soy-arquitectura.blogspot.com/2013/04/arquitecto-teodoro-gonzalez-de-leon.html
8. https://es.wikipedia.org/wiki/Auditorio_Nacional
9. Colección Crono Arquitectura Venezuela
10. Colección Fundación Arquitectura y Ciudad