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ALGO MÁS SOBRE LA POSTAL Nº 351

Nuestra postal del día de hoy dedicada a reproducir el “Mapa índice de los lotes adjudicados por el Sindicato Blandín a sus suscriptores”, trazado por la Oficina de Ingeniería Edgar Pardo Stolk sobre el General Plan del Caracas Country Club (plano nº23, archivo 7947), Caracas, Venezuela, de Olmsted Brothers-Landscape Architects, Brookline, Massachusetts, fechado en noviembre de 1928, nos permite repasar varios aspectos involucrados a la creación de esa urbanización, sus antecedentes y su significado dentro del desarrollo de la trama urbana de la capital venezolana.

El primer asunto que puede ofrecernos pistas sobre los antecedentes del tema que abordaremos tiene que ver con el momento en el que un “selecto grupo de personas de la sociedad caraqueña” encabezado por los señores William Phelps, Robert Wesselhoeft y A. Mustard, quienes para entonces ya habían comenzado a practicar el golf, deciden fundar en 1918 el “Caracas Golf Club”, antecedente directo de lo que hoy conocemos como “Caracas Country Club”. El acta constitutiva sería firmada por ciento treinta y cuatro personas y el sitio escogido para albergar las primeras actividades y luego la correspondiente casa-club, se ubicaría en el sector Las Barrancas de la Hacienda La Vega, área que luego llevó el nombre de La Quebradita.

1. Primera ubicación del Caracas Golf Club, luego Caracas Country Club, en el sector Las Barrancas de la Hacienda La Vega (extremo oeste de la actual avenida San Martín, entrada de la urbanización Vista Alegre)
2. Las instalaciones del club desde el este (f.1920s).

Tal y como señala Hannia Gómez en “An experimental green” texto publicado en su blog Desde la memoria urbana el 19 de septiembre de 2019, el lugar donde funcionaría el club era “…una amplia franja de piedemonte en forma de media luna que se extendía al norte del rio Guayre, del Camino Real (hoy Avenida San Martín) y de la línea del Ferrocarril, llegando hasta el sitio llamado ‘Cruz de la Vega’ (la esquina del mismo nombre aún se conserva). Los terrenos de suave pendiente combinaban una vasta sabana de árboles ocasionales, en su mayoría hermosos Cujíes, con una serie de barrancos”.

El acondicionamiento de los terrenos se llevó a cabo de forma progresiva desde su estado inicial “con un solo solo green y nueve diferentes tees de salida … hasta convertirse en una nueva cancha formal con 9 hoyos con su propio tee y su propio green, diseñada por el arquitecto de golf norteamericano Charles Henry Banks (quien luego también proyectaría los campos de golf de Blandín) y que duró en vigencia hasta la mudanza del club en 1930”. Sobre una explanada de 5.000 m2 cercana al Camino Real se decidió ubicar la casa-club, terminada de construir en 1923 y cuya autoría se la disputan entre el fundador Robert Wesselhoeft y el para entonces joven arquitecto, recién llegado de Europa, Alfredo Jahn López, quien en 1926 diseñaría la sede del Club Paraíso. El camino de acceso se ubicaba en el lugar donde hoy se encuentra el monumento a Artigas al final de la avenida San Martín en la entrada de la urbanización Vista Alegre.

3. Frederick Law Olmsted y Calvert Vaux. Central Park, Nueva York (1858).

Así, cuando en 1928 el Sindicato Blandín (constituido por las familias Vaamonde, Phelps, Hauck, Brandt, Machado y Arismendi), por sugerencia de Nelson Rockefeller, encarga a la ya mencionada firma Olmsted Brothers-Landscape Architects (proyectistas de Central Park de Nueva York), el diseño al este de la ciudad de una urbanización campestre que contendría 18 hoyos para practicar el golf, en los terrenos que ocupaban la antigua Hacienda Blandín junto a los de las haciendas Lecuna, el Samán y la Granja, se trasladará el antiguo Caracas Golf Club (ya para entonces denominado Caracas Country Club) a una nueva sede, dejando atrás los terrenos acondicionados de La Quebradita, contratándose para el diseño del nuevo campo al ya conocido especialista Charles Henry Banks.

4. Crecimiento de Caracas hacia el este plasmado en el «Plano de Caracas y sus alrededores» de Eduardo Rohl (1934).
5. Detalle del plano de Rohl en el que se ve el trazado del Country Club (izquierda) y foto aérea de la construcción de la urbanización en fechas cercanas a 1930 (derecha).

De esta manera, la urbanización Country Club, proyectada en 1928, construida por etapas y terminada en 1941 se convertiría, tras Los Chorros (1914-1935) y junto a Los Palos Grandes (1928-1940) y La Florida (1929), en pionera dentro del racimo de desarrollos que hacia el este ya empezaban a poblar el valle de Caracas producto de la venta de los terrenos de las haciendas que los ocupaban. De esa manera también surgirían Campo Alegre (1932), San Bernardino (1939), Los Caobos (1939-1941) y Altamira (1943-1944).

Por otra parte, como señalan María Isabel Peña e Iván González Viso en Caracas del valle al mar. Guía de arquitectura y paisaje (2015), el Caracas Country Club “es un desarrollo pionero del urbanismo residencial en la ciudad, que logró integrar el diseño urbano con el paisajismo natural del valle (…) La firma norteamericana de Olmsted, padre del paisajismo americano (…), planteó aprovechar el valor del escénico paisaje de la Hacienda Blandín, la presencia de grandes árboles como mangos, bucares rosados, mijaos y sus incomparables vistas sobre el valle de Chacao y el pico Ávila. El plan maestro colocó la casa club en el mismo sitio donde se ubicaba la casa de hacienda, manteniendo la relación entre la vieja casona y su entorno, reafirmando los valores paisajísticos del existente camino Blandín flanqueado por palmas washingtonias en la avenida principal y un inolvidable túnel de bambú en el acceso a la casa club. El puente sobre la quebrada Chacaíto (siglo XVIII) también se mantuvo en su ubicación tradicional, mientras que la vía de acceso, paralela a la quebrada de Chacaíto, se planteó a lo largo del arroyo que regaba la plantación de café, lo que reforzó la costumbre de arbolar las entradas a las haciendas en el valle de Caracas, entre los años 30 y 40 (tal como la avenida Vollmer en San Bernardino o la avenida del Parque en Campo Alegre)”.

6. La urbanización en plena construcción (izquierda) y ya concluida en fechas cercanas a su inauguración (derecha).
7. Dos vistas de los campos de golf y una de la vialidad principal.

También, continúan Peña y González Viso, “los campos de golf, diseñados por el arquitecto norteamericano C. H. Banks, fueron construidos en dos etapas (nueve hoyos en 1930, y el resto en 1934), preservando la topografía natural de las faldas del Ávila y reforzando las vistas hacia las colinas del sur y la montaña. Para conservar intactos los árboles centenarios que aún hoy vemos florecer, se trazaron parcelas de formas irregulares y se desvió el trazado de las calles, colocando grandes extensiones de grama bordeadas por masas de árboles al mejor estilo del movimiento internacional Garden City”.

Con relación a los proyectistas quizás valga la pena señalar que la firma Olmsted se originó en el otoño de 1857, cuando Frederick Law Olmsted y Calvert Vaux acordaron participar en el concurso de diseño de Central Park en Nueva York. Cuando su plan «Greensward» recibió el primer premio en abril de 1858, los dos hombres se comprometieron a supervisar la construcción del parque: Olmsted como arquitecto en jefe y Vaux en una posición subordinada como arquitecto consultor. Durante los siguientes siete años colaboraron en diferentes trabajos, pero aparentemente no tenían ningún acuerdo formal de asociación. Esta situación cambió en el otoño de 1865, cuando formaron la firma de Olmsted, Vaux & Co. con la cual obtuvieron varios encargos importantes. Olmsted también fue socio del estudio de arquitectura Vaux, Withers & Co. Ambas sociedades se disolvieron en 1872.

8. Frederick Law Olmsted (padre) y Calvert Vaux.
9. John Charles Olmsted y Frederick Law Olmsted (hijo) fundadores de Olmsted Brothers en 1898.

Luego, Frederick Law Olmsted creará F.L. Olmsted & Co, y en 1893 junto a John Charles Olmsted (su sobrino e hijo adoptivo) y Charles Eliot fundará Olmsted, Olmsted & Eliot. Después de 1895, Olmsted ya no ejerció activamente y dos años más tarde, tras la muerte de Eliot, los socios restantes de la firma, John Charles Olmsted y Frederick Law Olmsted, Jr. la rebautizaron como F.L. & J.C. Olmsted. Al año siguiente, la firma se hizo conocida como Olmsted Brothers.

Para cuando a Olmsted Brothers se le encarga el proyecto del Caracas Country Club ya J.C. Olmsted había fallecido (1920) y había quedado al frente de la firma Frederick Law Olmsted, Jr., sumándose luego como socios de pleno derecho James Frederick Dawson en 1922, Percival Gallagher en 1927, Edward Clark Whiting en 1927 y Henry Vincent Hubbard también en 1927, todos arquitectos paisajistas formados en la oficina. Para entonces la compañía Olmsted Brothers-Landscape Architects ya era la más importante de los Estados Unidos en su ramo.

10. Postal que muestra el acceso a la casa-club (c.1935.).
11. Fachada y planta de la casa-club.

Con relación al diseño de la casa-club del Caracas Country Club, sólo agregar que sería William H. Phelps quien invitaría a Cliford Charles Wendehack, quien fuera su compañero de estudios en la escuela de Lawrenceville, a participar en el concurso internacional que el Sindicato Blandín había organizado para tal fin. Una vez declarado ganador, Wendehack quien había presentado una propuesta en estilo Spanish revival vería como se le abrían las puertas para realizar en Caracas “gran cantidad de obras, empezando por una serie de casas-modelo para la venta en el propio club, con cinco tipologías que eran todas variaciones de un mismo tema, en torno siempre a una torre cilíndrica”, señalará Hannia Gómez en Our architects en Caracas, catálogo de la exposición del mismo nombre realizada en 2017.

La construcción de la casa-club “estuvo a cargo de Carlos Guinand Sandoz, quien resolvió gran parte de su arquitectura e hizo aportes fundamentales en su imagen final. Inaugurada en diciembre de 1930, esta obra representa una de las mejores realizaciones en su tipo en Venezuela”, señalará González Viso en Caracas del valle al mar

12. Manuel Cabré y El Ávila pintado desde el Caracas Country Club.

Desde su finalización, los campos de golf del Caracas Country Club se convirtieron lugar de visita frecuente para los caraqueños y en el sitio predilecto desde donde Manuel Cabré realizó buena parte de las obras donde el cerro El Ávila sería el protagonista principal, encontrando allí encuadres y lugares que convirtieron esa serie de pinturas en una colección memorable.

Como se indica en www.ccscity450.com, a mediados de los años setenta, dado el incremento del tráfico por las calles de la urbanización y el paulatino aumento de la inseguridad, “los campos de golf fueron cercados y posteriormente amurallados, impidiendo su contemplación al paso y negando una de las experiencias escenográficas más hermosas de Caracas, donde el paisajismo acompaña las vistas hacia el Ávila de manera única”.

13. Vista aérea de la urbanización en la actualidad.

Wikipedia por su parte señala: “En dos ocasiones (2006 y 2010) el gobierno de la Alcaldía mayor y el central propusieron dar un uso diferente al CCC para construir edificios residenciales en sus terrenos de golf, pero finalmente el proyecto no se llevó a cabo”.

Lo anterior ocurría pese a que en 2005 el Instituto del Patrimonio Cultural, había declarado a la urbanización Caracas Country Club (el parcelamiento, sus calles y casas) “Bien de Interés Cultural de la Nación”, publicándose así en la Resolución Nº 003-05 de fecha 20 de febrero, pasando, en consecuencia, a estar protegida por el artículo 178 de la Constitución Nacional.

Hoy en día el Caracas Country Club es considerado un importante pulmón vegetal y forma parte del patrimonio moderno de Caracas.

ACA

Procedencia de las imágenes

Postal. http://guiaccs.com/obras/caracas-country-club/

1 y 2. http://hanniagomez.blogspot.com/2019/09/an-experimental-green.html

3. https://es.wikipedia.org/wiki/Archivo:New_York_City-Manhattan-Central_Park_(Gentry).jpg

4. http://guiaccs.com/planos/la-ciudad-del-caballo/

5. http://guiaccs.com/planos/la-ciudad-del-caballo/ y https://ceovenezuela.com/articulo/cesar-garcia-urbano-taylor-el-country-club-la-historia-de-caracas-en-una-sola-urbanizacion/

6. Colección Crono Arquitectura Venezuela y http://guiaccs.com/obras/caracas-country-club/

7. http://guiaccs.com/obras/caracas-country-club/ y https://www.ccscity450.com/obra/campos-de-golf-caracas-country-club/

8. https://www.olmsted.org/the-olmsted-legacy/frederick-law-olmsted-sr y https://www.nps.gov/people/calvert-vaux.htm

9. https://www.olmsted.org/the-olmsted-legacy/john-charles-olmsted y https://www.olmsted.org/the-olmsted-legacy/frederick-law-olmsted-jr

10. Colección Fundación Arquitectura y Ciudad

11. http://guiaccs.com/obras/casa-club-caracas-country-club/

12. https://www.revistafairway.com/venezuela/cabre-pintaba-desde-el-caracas-country-club/

13. https://ceovenezuela.com/articulo/cesar-garcia-urbano-taylor-el-country-club-la-historia-de-caracas-en-una-sola-urbanizacion/

ALGO MÁS SOBRE LA POSTAL Nº 340

Cuando el artista plástico, diseñador y profesor universitario Cornelis Zitman (Leiden,1926- Caracas, 2016), toma la decisión a comienzos de los años 60 del siglo XX de buscar un lugar alejado del mundanal ruido caraqueño en el que construir tanto su vivienda como su taller de trabajo, encuentra en las ruinas del antiguo molino de caña de azúcar de la Hacienda La Trinidad, ubicada entre los pueblos de Baruta y El Hatillo, el lugar ideal.

Zitman llega en 1947 a Venezuela procedente de los Países Bajos a bordo de un petrolero sueco con 21 años, luego de haber finalizado sus estudios en la Academia de Bellas Artes de La Haya y de rehusarse a hacer el servicio militar por estar en desacuerdo con las acciones políticas holandesas en Indonesia. A su llegada, se instala en la ciudad de Coro, donde encuentra empleo como dibujante técnico en una empresa constructora. En su tiempo libre pinta y hace sus primeras incursiones en el campo de la escultura. Dos años después se traslada a Caracas, donde fue empleado por Promociones y Decoraciones Dibo (DecoDibo), que hacía muebles por encargo y en la que alcanzó el puesto de director técnico de la fábrica ubicada en Quinta Crespo. Allí comenzaría a diseñar muebles y años más tarde, fundaría los talleres Zitman C.A. En 1951 recibe el Premio Nacional de Escultura y comienza a dar clases de diseño en la Universidad Central de Venezuela. En 1954 los talleres Zitman C.A. fueron absorbidos por la empresa Tecoteca (Tepuy Compañía Técnica C.A.), que también importaba equipos para arquitectos y llegó a tener tiendas en Caracas, Maracaibo, Valencia y Maracay.

1. Cornelis Zitman. Peinadora, puerta central con espejo. Nº602. Silla Nº601, 1953.
2. Cornelis Zitman. Dibujo (c.1965).

En 1958, Zitman expone un conjunto de pinturas y dibujos en la Galería de Arte Contemporáneo de Caracas. Decide abandonar la vida de empresario y se muda a la isla de Grenada, donde se dedica por completo a la pintura y comienza a afirmar su carácter de escultor. En 1961 viaja a Boston, Estados Unidos, para participar en una exposición de pintura y diseño. Ese mismo año regresa a Holanda con el deseo de estudiar las técnicas de fundición. En 1964 trabaja como aprendiz en la fundición del escultor Pieter Starreveld y regresa definitivamente a Venezuela contratado, de nuevo, por la Universidad Central como profesor de diseño.

Por tanto, es 1964 el momento en que Zitman emprende la búsqueda que lo lleva a instalarse en 1965 en la vieja ruina, cuyos orígenes se remontan al siglo XVIII (1759), cuando el Padre Ignacio Rengifo Pimentel era el dueño de la hacienda que para la época se hacía llamar Hacienda San Pedro y San Pablo, en momentos en que se iniciaban los cultivos de la caña de azúcar en el valle de Baruta y cuyo último lote, ya bajo la denominación de Hacienda La Trinidad, fue producido para los años de 1945, justo cuando se le da el golpe de estado a Isaías Medina Angarita.

3. El lugar y las ruinas desde donde Zitman inició la construcción de su casa-estudio.

Si bien podría considerarse que lo construido originalmente en el lugar se trata de un conjunto, conformado por la antigua casa de hacienda, el trapiche y los siete cubos que constituían los secaderos para la caña de azúcar, Zitman para resolver su casa-taller se acopla a las ruinas del antiguo molino del que quedaba como elemento original el torreón, cuatro paredes internas y una rueda hidráulica los cuales aprovecha para ir labrando, cuan escultor que era, su refugio íntimo mediante toda una aventura constructiva de carácter progresivo.

4. La casa-estudio dibujada por Zitman publicada en «Memoria descriptiva de una casa imposible», Revista CAV nº34, 1973.

En esta «casa imposible» como la calificaría Zitman en 1973 cuando fuera publicada en la Revista CAV nº 34, hecha poco a poco en la medida de sus posibilidades y de su tiempo, y que ya hoy puede considerarse como un verdadero museo, se ponen de relieve por un lado el contacto que este escultor siempre tuvo con la arquitectura y sus aspectos constructivos, y por el otro la libre interpretación que hace de la tradición y la historia que transpira el sitio que ocupa. Rodeada por una espesa vegetación, la casa-taller de Zitman se trata de uno de esos edificios difíciles de fotografiar externamente, pero en el que su sensible tratamiento espacial, cromático y lumínico lo convierten en toda una experiencia fenomenológica llena de sorpresas. En ella es posible identificar el aprovechamiento e integración que se hizo de las viejas ruinas en pro las de mejoras «modernas» posteriores, mediante un minucioso análisis de la tradición constructiva venezolana: techos de caña amarga, ladrillos criollos, muros de mampostería, aleros con trabas entre pares y canecillos, pies derechos, rejas y matas. Podríamos afirmar que en esta intervención se produce, de la mano de un hacedor de origen extranjero que no era arquitecto, una cierta “nacionalización” si se quiere menos académica, más localista pero igualmente significativa de los alcances que una reinterpretación cultural plena puede tener y en la que la condición del intérprete, su sensibilidad y su procedencia juegan positivamente un papel de primer orden.

5. La casa-estudio de Zitman publicada en 1992 por Graziano Gasparini en Casa Venezolana.

La casa está llena de detalles que denotan la estrecha relación que Zitman siempre tuvo con la arquitectura. Como bien expresará Iván González Viso en Caracas del valle al mar. Guía de arquitectura y paisaje (2015): “La casa de ladrillos, muros de adobe color ocre, techos de caña amarga y madera se organiza alrededor del patio del trapiche, con galerías, donde destaca la chimenea como elemento vertical. Su interior está habitado por sus características esculturas: figuras femeninas plasmadas en diversas situaciones cotidianas”.

En la parte norte del torreón hay una terraza donde se puede ver los secaderos de Hacienda La Trinidad, el edificio de la P&G y en días despejados el Ávila. En la parte trasera de la estructura se encuentra el taller, una amplia área de trabajo a doble altura con grandes tragaluces que dan una confortable sensación de amplitud y donde Zitman daba libertad a su capacidad creativa, sin dejar de lado la experimentación, con piezas poco convencionales como armazones de carros, transformándolas y cambiándoles su uso. Allí reposan prototipos y moldes de yeso de diferentes esculturas.

Graziano Gasparini en Casa venezolana (1992), al referirse al refugio de Zitman expresó: “El resultado es toda una sucesión de sorpresas visuales en las que se identifican viejos pilares, muros, rafas y la chimenea del viejo trapiche. Todo lo aprovechable fue aprovechado y lo nuevo se integró al antiguo con respeto y armonía. Parece que la casa fue así desde siempre”.

6. Diversas tomas de la Hacienda La Trinidad Parque Cultural en la actualidad.

Zitman, quien junto a su esposa Vera Roos vivió en «El Trapiche» hasta su fallecimiento el año 2016, vio desde su recinto el afortunado surgimiento a partir de 2011 de lo que hoy se como la Hacienda La Trinidad Parque Cultural en los terrenos de la antigua Hacienda La Trinidad.

Como se recoge en https://haciendalatrinidad.org/quienes-somos/, dentro del parque cultural, “en la antigua Casa de Semillas funciona un centro de salud alternativa; en la Casa de Hacienda se desarrollan exposiciones y eventos culturales; el Trapiche corresponde al taller y residencia del artista Cornelis Zitman; en los siete secaderos hacen vida una tienda especializada en artesanía tradicional y diseño contemporáneo, una galería de arte contemporáneo, un café-restaurante, un espacio de alquiler para eventos corporativos, un laboratorio dedicado a la investigación sobre el cacao, una librería y un recinto para el incentivo y la práctica de la fotografía”.

También, en la misma página se puntualiza: “Hacia 1950 cesó la actividad agrícola a gran escala. En pocas décadas, las antiguas haciendas se fueron convirtiendo en modernas urbanizaciones, con la consecuente desaparición de un viejo modo de vida y de una arquitectura a él asociado. La Hacienda La Trinidad no fue una excepción, pero sí fue objeto de una decisión afortunada y única tomada en 1970: la preservación de los 15.000 m2 que albergaban sus principales construcciones y su marco natural como un refugio para la memoria histórica. En 2005, esta disposición sería corroborada cuando el Instituto del Patrimonio Cultural declarase esta propiedad como Bien de Interés Cultural del Municipio de Baruta. Para el año 2011 abre al público Hacienda La Trinidad Parque Cultural, un centro cultural y patrimonial concebido para fomentar el arte, la historia y la cultural venezolana y lo consoliden como parte importante de un circuito de turismo cultural que contribuya positivamente al cambio social, educativo y cultural de la comunidad”.

7. Cornelis Zitman (c. 2010).

Hoy en día la casa-estudio de Zitman se ha convertido en un lugar casi mítico donde sus esculturas cobran vida en cada espacio, pareciendo que fueron creadas o que nacieron en cada punto donde están ubicadas. El sol y el paso del tiempo corren por ellos sin dejar mayor huella.

ACA

Procedencia de las imágenes

Postal. http://guiaccs.com/obras/el-trapiche-2/

  1. Catálogo de la exposición «Cornelis Zitman. La década del diseño. 1947-1957». Sala TAC (2011)

2. https://m.facebook.com/media/set/?set=a.1341211965951931.1073741844.147186205354519&type=3

3. Revista CAV, nº34, 1973 y https://haciendalatrinidad.org/

4. Revista CAV, nº 34, 1973.

5. Graziano Gasparini, Casa Venezolana, 1992.

6. https://haciendalatrinidad.org/

7. https://entrerayas.com/2016/01/una-butaca-de-cornelis-zitman-por-gregory-vertullo/

ALGO MÁS SOBRE LA POSTAL Nº 336

Sin habérselo propuesto, a Gustavo Guinand Van der Walle (1920-c.2004) le correspondió desde 1946, cuando aún se denominaba “Carretera del Este”, ser protagonista principal del tramo que transcurría entre Chacaíto y Campo Alegre de la que luego sería a partir de 1954 la avenida Francisco de Miranda.

Hijo de Ernesto Guinand Guinand y Margarita Van der Walle, Gustavo decide cursar ingeniería en la facultad del mismo nombre de la UCV. Tras desempeñarse mientras estudiaba (1940) como dibujante en la Dirección de Urbanismo de la Gobernación del Distrito Federal, Guinand Van der Walle egresa en 1942 (luego cursaría arquitectura obteniendo el título en 1967) y ya como profesional participa como ingeniero jefe de inspección en el Banco Obrero (B.O.) en la Reurbanización El Silencio (1943). Luego, en 1946 se le presentará la oportunidad de diseñar y construir el cine Lido, primera instalación de lujo de la zona este de la capital con un aforo de 712 puestos en un solo nivel, sin balcón. Ubicado en el lado sur sobre la “carretera” que luego sería “avenida” a la altura de Campo Alegre, este cine contaba con una fachada acristalada orientada hacia el noroeste, que permitía ver a través del amplio y alto vestíbulo el mural de figuras femeninas danzantes, pintado por el artista de origen francés, Charles Ventrillón-Horber (1889-1997). Luego de cerrar sus puertas en 1977, el cine Lido sería demolido en 1978 para dar paso a construcción del Centro Lido inaugurado en 1992.

1. Gustavo Guinand Van der Walle. Izquierda: Cine Lido (1946). Derecha: Edificio Galipán (1952), ambos demolidos

La segunda presencia de Guinand en el eje vial ya mencionado (también del lado sur) se daría cuando se le designa como proyectista del edificio Galipán (1950-1952), cuya imponente presencia se levantaría a la altura de la urbanización El Rosal. Con sus 28.000 m2 de construcción y 14 pisos, en los cuales Guinand Van der Walle desarrolló 135 apartamentos, 29 locales comerciales, 24 oficinas, un bar-restaurante en el último nivel, un garage con estación de servicios para 80 vehículos y estacionamientos al aire libre, el Galipán se constituyó durante décadas en referencia en el este de Caracas tras ser calificado como “una de las operaciones de mayor confianza urbana de la época” y “la unidad de vivienda más avanzada de Latinoamérica”. Su silueta y detalles constructivos lo emparentarían con otro edificio icónico que Guinand Van der Walle terminaría en 1953 asociado con la firma norteamericana (Chicago) Holabird & Root & Burgee: el hotel Tamanaco en Las Mercedes. El Galipán correría el año 2000 la misma suerte que el cine Lido: sería demolido para construirse en su terreno el Centro Empresarial que paradójicamente tiene su mismo nombre.

2. La recién estrenada avenida Francisco de Miranda vista desde Chacaíto hacia el este (c.1955). El edificio Easo luce sobrio y elegante en el centro a la derecha. Al fondo en el centro se logra distinguir el edificio Galipán.

Será con el proyecto del edificio Easo fechado en 1951, cuya imagen, tomada en momentos en que, recién terminado, se promocionaba su venta, ilustra nuestra postal del día de hoy, que Guinand Van del Walle tendrá una nueva ocasión de hacerse presente en la importante avenida que ya se estaba construyendo. En 1952, seguidamente a la finalización del Galipán, el Easo, ubicado en el cruce de la Av. Francisco de Miranda con la Av. Principal de Las Mercedes, El Rosal, es terminado por la C.A. Construcciones Caleya y la Constructora Raymond, C.A. para la Inmobiliaria Unión, S.A. Concebido como un centro empresarial, su distinción y sobriedad sumadas a su presencia, proporciones y acabados amén de la correcta resolución de su disposición en esquina, lo convirtieron casi de inmediato  en punto de mira como sede de importantes empresas y destacados profesionales.

2. Edificio Easo. Ubicación
4. Vista desde el noroeste y fachada oeste del edificio Easo.

De acuerdo a la descripción que preparara Iván González Viso para Caracas del valle al mar. Guía de arquitectura y paisaje (2015), el Easo se trata de “uno de los más emblemáticos edificios de oficinas de la ciudad”. Los dos volúmenes muy bien articulados que lo constituyen están conformados por “un prisma vertical orientado hacia el norte y otro más bajo orientado hacia el sur, vinculados por un cuerpo horizontal sobre un basamento que ocupa toda la parcela. El cuerpo horizontal alberga una planta baja comercial y mezzanina. El elegante edificio de limpios detalles exhibe una riqueza de materiales (vidrio, mármol, piedra y metal), una estudiada modulación de fachada en vidrio espejo y planos horizontales azules, que se complementan con planos verticales que parecen flotar desprendidos de la fachada y que protegen del sol del poniente. El plano vertical del cuerpo alto (recubierto de mosaiquillos vitrificados de cerámica en color gris blanquecino), que exhibe el nombre EASO (y conforma su fachada oeste), se abre ligeramente … enriqueciendo el volumen. El cuerpo bajo se remata con un techo ligeramente inclinado que se recede del plano de fachada abierto al sur. La torre incorporó un moderno estacionamiento vertical con elevadores muy popular en su época. Un recurso para ahorrar espacio muy utilizado en otros grandes proyectos en Caracas en los años 60 y 70, como en la Torre Selemar. El sistema, que hoy constituye una rareza, se mantiene en pleno funcionamiento como una atracción mecánica”.

5. Edificio Easo. Izquierda: Vista desde el noreste. Centro: Vista desde el noroeste. Derecha: vista cercana de la torre desde el noroeste.

No es de menos importancia señalar que en la planta baja del Easo se exhibe la escultura “Policromía” realizada por el reconocido artista venezolano Alejandro Otero en 1959.

En cuanto al nombre que posee el edificio, el mismo remite a la manera como es conocida la ciudad de San Sebastián (Donostia en euskera), ubicada en Guipúzcoa, País Vasco, a la que se conoce como “La Bella Easo”. Dicha denominación, de acuerdo al portal https://purodreams.com “viene de la creencia de que la ciudad romana de Oiasso (Easo) estaba ubicada en el lugar donde está ahora la población vasca. Pero parece que en realidad esa ciudad romana se encontraba en el lugar en el que está ahora Irún. El caso es que San Sebastián es conocida por ese nombre, incluso uno de los gentilicios usados para definir a los habitantes es ‘easonense’”. Desconocemos si sus propietarios originales tomaron en consideración este dato (o poseían alguna vinculación con tierras vascas) a la hora de nombrar la edificación.

6. Chacaíto años 1980. En el centro el edificio Easo.

El edificio EASO, que forma parte del sector oeste de la denominada “milla de oro” (ver https://lamilladeoroccs.wordpress.com/la-milla-de-oro-2/), fue registrado por el Municipio Chacao en el Catálogo de Edificios con Valor Arquitectónico de Chacao y declarado por el Instituto del Patrimonio Cultural como Bien de Interés Cultural de la Nación, publicado en la Gaceta Oficial de la República Bolivariana de Venezuela N. 38.234 de fecha 22 de julio de 2005 como una de las manifestaciones tangibles registradas en el I Censo del Patrimonio Cultural Venezolano 2004-2005.

ACA

Procedencia de las imágenes

Postal y 1. Colección Crono Arquitectura Venezuela

2. Colección Fundación Arquitectura y Ciudad

3. http://fundamemoria.blogspot.com/2013/03/306-municipio-chacao-parroquia-chacao.html

4. https://nicelocal.com.ve/caracas/mall/edif_easo/reviews/ y https://www.facebook.com/greetingsccs/photos/edificio-easoes-una-edificaci%C3%B3n-de-uso-administrativo-y-comercial-fue-dise%C3%B1ada-e/1896097220639720/

5. http://guiaccs.com/obras/edificio-easo/ y https://www.conlallave.com/propiedades/alquiler-oficina-en-torre-easo-en-el-rosal-52111107.html

6. https://www.pinterest.com/pin/462604192948592415/

ALGO MÁS SOBRE LA POSTAL Nº 319

La imagen seleccionada para engalanar nuestra postal del día de hoy corresponde al dibujo realizado por Tomás José Sanabria (1922-2008) del proyecto de uno de los dos edificios de vivienda multifamiliar que realizó en Caracas a lo largo de su fructífera carrera: el San Carlos.

1. La Avenida Principal de Las Mercedes (c.1953).
2. Plano de la Urbanización Las Mercedes donde se señala el eje de la Avenida Principal y la ubicación del edificio San Carlos.

Ubicado en el cruce de la Av. Jalisco con la Calle California, Las Mercedes, Caracas, el trabajo le fue encargado por el Dr. Peña Uslar a comienzos de los años 50 del siglo XX (1952) y se terminó de construir en 1954, en medio de una urbanización promovida por el ingeniero de origen mexicano Gustavo San Román asociado con la familia Eraso (propietaria de la antigua Hacienda Las Mercedes) a través de su empresa Venezolana de Inversiones C.A. (VICA), integrada en su gran mayoría por quintas y edificios residenciales realizados en estilo “neo-vasco”.

Será el propio Sanabria quien el año 2007, de acuerdo a lo recogido en http://tomasjosesanabria.com/2016/12/20/edificio-san-carlos/, comentará con respecto al proyecto: “Hablé con el Dr. Peña, persona muy culta y educada, quien demostró a pesar de mi corta edad, gran respeto profesional hacia mi persona. Acto que supe responder con el mayor interés, entusiasmo y dedicación. En el momento se hacían edificios proyectados fundamentalmente por competentes dibujantes que sabían cómo manejar estilos de orden en boga en España. Estas edificaciones tenían gran aceptación y estaban ubicados en la vía principal de la Urbanización recién terminada”.

3. Edificio San Carlos. Diagrama de niveles.

Fiel a su formación, Sanabria, por contraste, diseñará la edificación en un lenguaje afín a los postulados de la arquitectura moderna donde privarán la ausencia de ornamento y la claridad formal a lo que se sumará su permanente preocupación por las variables climáticas.

Al respecto, en la misma nota señalada, el arquitecto precisará: “El terreno en cuestión estaba situado en esquina entre las Ave. Jalisco y la Calle California. La intersección de las dos calles coincidía con la línea Norte Sur, es decir que las fachadas paralelas a cada calle eran bañadas por el sol prácticamente de igual manera durante todo el año. En cuanto a la ventilación el terreno al noreste seria destinado a una bomba de gasolina, ello no bloquearía el paso del viento predominante que venía del Este. (…) Como siempre, hice todos los análisis que acostumbro realizar previos a un estudio, de día, de noche, con lluvia etc. En la manzana todavía no había construcción, esta sería la primera. En ese tiempo no era necesario protegerse de la forma que hoy vemos por doquier, muros sistemas de rejas alarmas etc. Logré proyectar … pensando en el placer que nos ha de dar, el hecho de caminar por una acera, ser libre, ser tomado en cuenta y gozar del ambiente. Hice que los espacios sociales se integrasen con la actividad citadina lo más posible, inclusive expuse el núcleo de circulación vertical para que fuese parte de la fachada, en lugar de elementos que solo adornan. (…) Mi intención fue la de aprovechar lo más que pudiera, la ventilación cruzada, la ventilación natural, por ello propuse las ventanas continuas en todo el perímetro de las fachadas. Esto sin duda le imprime una imagen muy propia al pequeño conjunto”.

4. Vista del edificio San Carlos (c.1954).
5. Vistas del edificio San Carlos (c.1954).

En otros términos, Sanabria, con la libertad que tuvo de proponer el programa y la densidad del desarrollo en función de los usuarios y la escala que debía prevalecer en la zona, plantea un objeto aislado, respetuoso de las ordenanzas, organizado a partir de dos volúmenes articulados por un núcleo de circulación vertical y de servicios presidido por una hermosa escalera, resuelta estructuralmente como una limpia superficie plegada en concreto armado, encerrada dentro de una caja de cristal. Su planta en «L» se alinea con las calles, protege el espacio interior de la parcela y define un patio. Por otro lado, su baja altura colaboró, sin duda, a la armonización con las construcciones que a futuro lo rodearían.

Los volúmenes se diferencian en forma y altura: cuatro pisos y planta rectangular hacia la calle California; tres pisos y planta cuadrada hacia la calle Jalisco. Las limpias fachadas, a pesar de responder de forma diferente hacia cada frente, no reflejan la elaborada respuesta al clima y a la insolación que caracterizará la obra posterior de Sanabria, plegándose más bien a mostrar referencias directas relacionadas con los maestros modernos que influyeron en su formación. Aquí, la presencia de “pilotis” y columnas cilíndricas patentes en el área de estacionamiento de la planta baja (calle California) o de ventanas corridas y grandes superficies acristaladas en los volúmenes de los apartamentos hacen más bien mención a algunos de los cinco puntos de Le Corbusier.

6. Edificio San Carlos. Izquierda arriba: Planta baja. Izquierda abajo: Fachada hacia la calle California. Derecha: Planta tipo.

La planta muestra la existencia desde el primer piso de un apartamento de tres habitaciones más la de servicio en el cuerpo que da frente a la calle California el cual, en planta baja, se eleva para albergar el estacionamiento y la conserjería así como para darle paso al acceso peatonal. Hacia la calle Jalisco a todo lo alto del volumen se colocaron apartamentos de dos habitaciones, contando el de planta baja con una terraza-jardín que se prolongaba prácticamente hasta la acera. En todos prevalece la idea de continuidad espacial lograda mediante el empleo de tabiques de mampostería que no tocan el techo.

Esta “gran casa”, como gustaba definirla a su autor, se enmarca en el camino de la ruptura funcional, tipológica y de lenguaje que caracterizó buena parte del espíritu de los años 50. Su claridad geométrica, la combinación de limpias superficies con paneles de cristal, el contraste entre horizontalidad y verticalidad y el uso de la planta libre le otorgan una gran expresividad plástica, que se combina con la racionalidad propia de la eficiente distribución, buena iluminación y ventilación cruzada que ofrecen los apartamentos.

7. Imágenes recientes de las agresiones que ha sufrido el edificio San Carlos.

Las alteraciones sufridas por el edificio, producto del cambio de zonificación de Las Mercedes, se han traducido en el cambio de su original color blanco y la presencia de comercios en la planta baja amén de la transformación de apartamentos en negocios u oficinas, lo cual ha alterado su sobria y serena presencia dentro de un congestionado y transitado sector de la urbanización.

El San Carlos fue declarado Bien de Interés Municipal según decreto Nº 181, publicado en Gaceta municipal extraordinaria Nº 128-04/2005 de fecha 14 de abril de 2005.

ACA

Procedencia de las imágenes

Postal y 4. Galería de Arte Nacional. Tomás José Sanabria Arquitecto. Aproximación a su obra (1995)

  1. https://entrerayas.com/2016/06/las-mercedes-el-nuevo-centro-de-la-ciudad/

2. https://www.ciudadalcuadrado.com/mercedes

3 y 6. http://www.redfundamentos.com/blog/es/obras/detalle-146/

5. Galería de Arte Nacional. Tomás José Sanabria Arquitecto. Aproximación a su obra (1995) y https://materialesamv.tumblr.com/post/87496513399/edificio-san-carlos-arquitecto-tomas-jose

7. https://construidoencaracas.wordpress.com/2013/06/02/edif-san-carlos/

1967• Se inaugura la Cuadra de Bolívar

1967•  Tres días antes de un fuerte terremoto que afectó seriamente a Caracas, el día 26 de julio, después de varios años de trabajo de restauración, se inauguró la Cuadra Bolívar, propiedad rural de la familia Bolívar Palacios desde 1750, ubicada entre las esquinas de Piedras a Bárcenas (Av. Oeste 18 con Sur 2).

En esta casa transcurrió parte de la infancia y de la juventud del Libertador Simón Bolívar. La edificación es de un nivel, sus fachadas son largas y sencillas, todas ellas con un sentido de horizontalidad. La casona hace esquina en la manzana en la que está ubicada.

La restauración se hizo respetando el sitio arquitectónico original, siendo los mismos materiales de construcción y de decoración, tanto para la parte externa como interna.
En sus jardines se sembraron granados, naranjos, limoneros, higueras y tamarindos.
Ya en 1959 la Junta Nacional Protectora y Conservadora del Patrimonio Histórico y Artístico de la Nación la había declarado Monumento Histórico Nacional.
El terremoto ocurrido el 29 de julio de ese mismo mes le ocasionó serios daños que llevaron a cerrarla de nuevo, siendo reinaugurada el 24 de junio de 1971.

HVH