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ALGO MÁS SOBRE LA POSTAL Nº 239

El Centro Comercial Bello Monte (a veces denominado Centro Bello Monte o también Torre Bello Monte) es el primer edificio de envergadura realizado con éxito en Caracas por BFG Arquitectos, firma conformada en 1970 por Moisés Benacerraf, Manuel Fuentes y Carlos Gómez de Llarena. Fuentes se independiza en 1973 pero la sociedad Benacerraf  & Gómez Arquitectura perdurará por más de 30 años constituyéndose en una de las oficinas de arquitectura más importantes de la historia reciente en Venezuela. Es de destacar que aquel mismo año de 1970 Benacerraf, Fuentes y Gómez ganan el Primer Premio del Concurso Internacional para el Palacio Municipal de Caracas y en 1976 el Premio Nacional de Arquitectura con la Torre Europa construida entre 1971 y 1975.

1. Centro Comercial Bello Monte, Colinas de Bello Monte, Caracas. Tinta sobre albanene. Carlos Gómez de Llarena, 1970

Para Hannia Gómez en “Obra Reciente de Benacerraf & Gómez. Caracas, Venezuela”, publicado en el blog Desde la Memoria Urbana el 27 de abril de 2016, “En la obra conjunta Benacerraf & Gómez van a encontrarse la primera modernidad venezolana más ortodoxa, encarnada en la experiencia de Benacerraf, con la nueva modernidad venezolana de la segunda mitad del siglo, actualizada por la fuerza proyectual de Gómez de Llarena, cuando la memoria de la propia modernidad y la necesidad de darle importancia a lo urbano se estaban haciendo cada vez más presentes y urgentes, y se estaban redoblando tanto la sofisticación del diseño y la importancia de la estructura, como la aspiración a la excelencia en la calidad de la construcción y en el refinamiento en los detalles. (…) La capacidad de Gómez de Llarena como dibujante de perspectivas (en las que no solo dibuja sino que diseña los proyectos), le abrieron el camino desde muy temprano en su carrera, contando con una oficina de arquitectura propia desde los veinte años de edad, trabajando para los arquitectos Martín Vegas, José Miguel Galia y Walter J. Alcock. Esta facultad, y la inclinación por el diseño en perspectiva de los volúmenes calzando en los escenarios de la ciudad, marcará inmediatamente el perfil de la obra de Benacerraf & Gómez.»

2. Pequeño centro comercial ubicado en el cruce de la Avenida Principal de Bello Monte y la Calle Lincoln (frente a la tienda por departamentos Sears), que fue demolido en 1970 para iniciar la construcción de la Centro Comercial Bello Monte
3. Dos vistas de la fachada sur del Centro Comercial Bello Monte

Ubicado en la zona comercial de la Urbanización Colinas de Bello Monte entre las avenidas Principal de Bello Monte y Leonardo Da Vinci y la calle Lincoln, la obra de 19.000 m2 de construcción descansa sobre un terreno de 3.600 m2 en el que anteriormente se encontraba un pequeño centro comercial que había sido construido en los años 50 frente a la tienda por departamentos Sears. Fue proyectada para contener 12 apartamentos tipo estudio en cada uno de los 11 pisos de la torre, planta baja y mezzanina comercial, y estacionamiento en el sótano y parte del nivel calle.

4. Comparativa de las plantas tipos de las torres de oficina de Benacerraf & Gómez 1970-1998. Torre Bello Monte (remarcada), Torre Europa, Torre América, Torre El Recreo y Torre Copérnico

Este notable edificio también da inicio al desarrollo de una tipología que será aplicada y desarrollada posteriormente por Benacerraf & Gómez en obras como la ya mencionada Torre Europa y continuará con la Torre América (1978), la Torre del Banco Unión (1980), las torres gemelas del Centro El Recreo (1990) y las del Centro San Ignacio (1998). “Observando algunas de las plantas de sus torres de oficinas entre 1970 y 1998, vemos como ‘todos los edificios tienen la misma planta’. Porque ellas no son sino una repetición diferente de un mismo tema. En todas se trabaja la misma idea de ‘la planta útil’: un enorme container, una planta amplia y modular que funciona diáfanamente, un uso del piso total, con su circulación vertical y horizontal y la ubicación clara de los grandes servicios y de la ductería. ‘Una constante desde la Torre Bello Monte (1970)’ ”, recogerá Hannia Gómez intercalando frases del arquitecto Gómez de Llarena.

5. Vista hacia el este que permite apreciar las fachadas norte y oeste del Centro Comercial Bello Monte

Asimismo el Centro Comercial Bello Monte comienza a señalar una ruta relacionada con el compromiso urbano que todas las obras de la firma han demostrado tener en el tiempo. “El edificio ‘es como un guante que calza perfectamente bien en el lugar y lo hace entendible, lo hace lógico. Desde su primer croquis debe crear y resolver la situación urbana donde se encuentra. Luego, se vuelve indispensable para entender ese espacio. Cada edificio es imprescindible en el lugar donde está’. Ambas ideas estarán en toda la obra de Benacerraf & Gómez. Una arquitectura legible y un instrumento para reorganizar la ciudad. Pero también, un sistema”, afirmará Hannia Gómez.

La franqueza que exteriormente manifiesta el edificio, construido en concreto obra limpia obedeciendo a una clara modulación estructural, permite rescatar el principio de que se trata de “una arquitectura que se entiende al observarla perfectamente bien: cuáles son sus partes, cuáles son sus elementos constitutivos, cómo son las oficinas, cómo son los comercios, cómo los medios de escape, dónde están las circulaciones, los accesos, las instalaciones. ‘La expresión exterior es el resultado de cómo todo funciona por dentro. La expresión es la idea, cómo esta se construyó y cómo funciona; es expresar la verdad. Todo lo expresa el edificio; todo se lee: la modulación, las columnas, las vigas, los muros de resistencia que refuerzan la estructura, incluso desde el aire’ «.

6. Centro Comercial Bello Monte. Vista de la torre y detalle de la fachada este
7. Acceso a la torre de oficinas del Centro Comercial Bello Monte

Durante muchos años tal y como lo fueran el Centro Profesional del Este y el Centro Comercial Mata de Coco en su momento, en el Centro Comercial Bello Monte tuvieron su asiento un grupo importante de oficinas de arquitectura e incluso de profesionales que formaban parte de los servicios por ellos requeridos, quienes pudieron comprar o alquilar espacios en momentos en que la bonanza económica del país y la abundancia de trabajo lo permitieron. Las dimensiones de los apartamentos (tipo estudio) que originalmente conformaban la torre, permitían un buen acomodo para estas actividades hasta el punto de que con el tiempo el cambio de uso se tornó inminente. La alta concentración de arquitectos obedeció a las comodidades que la edificación ofrecía, su excelente ubicación y conectividad con el resto de la ciudad a lo cual se sumaba la cercanía de la UCV, institución en la que muchos de ellos daban clases por lo cual también era visitado por un nutrido grupo de estudiantes que los consultaban, trabajaban o colaboraban con ellos. El tratarse de un proyecto en el que intervino Carlos Gómez de Llarena, profesor activo y muy respetado, y su probable actuación como promotor de la venta de los apartamentos entre sus colegas, debe haber influido también en ello.

Es de hacer notar que había mucha movilidad de personal entre las diversas oficinas, además de que se promovía el intercambio y colaboración profesional creándose un clima de franca camaradería. Como dato anecdótico se puede asomar el hecho de que en momentos en que se abrían las convocatorias a concursos de arquitectura, frecuentes en las tres últimas décadas del siglo XX, el edificio se sumía en un clima de tensión y sana competencia en virtud de que muchos de sus ocupantes eran asiduos participantes en tales eventos, saliendo de allí un elevado porcentaje de ganadores, de premiados en general y de mencionados.

Del numeroso grupo de arquitectos y firmas que tuvieron y aún tienen al Centro Comercial Bello Monte como base de operaciones vale la pena destacar: BFG Arquitectos (Moisés Benacerraf, Manuel Fuentes y Carlos Gómez de Llarena) y luego Benacerraf & Gómez Arquitectura quienes mantuvieron su oficina allí por varios años, en el PH, hasta mudarse a la Torre América; la firma conformada por Bernardo Borges, Francisco Pimentel y Jacobo Koifman (piso 9), luego continuada por Pimentel y Oscar Capiello en el mismo espacio; la sociedad entre Edwing Otero (quien venía de trabajar con Borges y Pimentel) y Alfredo Sanabria la cual devino luego en OSLD cuando se incorporaron Juan Luchsinger y Hugo D’Enjoy (piso 10), conservando Otero aún la oficina; Gustavo Legórburu, su hijo Gustavo Luis y su esposa Maritza (piso 10); José Miguel Roig y luego su hijo Cristóbal (piso 10); Pablo Lasala (quien también había trabajado anteriormente con Borges y Pimentel) y su esposa Silvia Hernández incorporándose luego sus hijas Isabel y Ana (piso 5); Jesús Tenreiro, su esposa Ana y sus discípulos Manuel Delgado y Rafael Urbina compartieron espacio en el piso 3; Armando Hernández (piso 11); Roberto Puchetti (piso 5); Hernán Zamora y Henry Vicente; Jesús Sandoval; Alberto Enríquez; Doménico Silvestro (posteriormente trasladado a la Torre América); y SPA (Joel Sanz, Juan Carlos Parilli y Francisco Arocha). Debemos reconocer que este somero recuento lo hemos logrado confeccionar gracias al apoyo y buena memoria de Alfredo Sanabria.

Para finalizar vale la pena agregar que, pese al cambio de uso que sufrió y los años transcurridos, el Centro Comercial Bello Monte presenta hoy en día, gracias a la nobleza y calidad de su construcción y al mantenimiento que lo ha acompañado, un buen estado de conservación. Sus moduladas y bien proporcionadas fachadas largas (norte y sur), beneficiadas por la incorporación de jardineras previstas como elementos de protección solar y espacios generadores de sombra, han podido absorber y disimular en gran medida los efectos de la aparición de equipos de aire acondicionado que paulatinamente fueron apareciendo, otro acierto a sumar a los ya mencionados dentro de esta obra que sin duda ha dejado huella.

8. Vista desde el este del Centro Comercial Bello Monte

Nota
De acuerdo a lo que se recoge en https://carlosgomezdellarena.blogspot.com/2010/10/biografia-biography.html, “En Marzo de 1971 BFG Arquitectos gana el Premio Municipal del Distrito Sucre en la Quinta Bienal de Arquitectura por el proyecto del Centro Bello Monte”. Este dato pareciera que tiene que ser revisado ya que, en primer lugar, la Quinta Bienal de Arquitectura se realizó en 1973 y, en segundo lugar, el Premio Municipal del Distrito Sucre de aquella ocasión le fue otorgado a la Torre La Primera proyecto de Celina Bentata. Nos preguntamos si el premio otorgado no corresponderá al Distrito Federal de esa misma Bienal ya que el edificio se encuentra justo en el límite entre ambas circunscripciones.

ACA

Procedencia de las imágenes

1 y 4. http://hanniagomez.blogspot.com/2016/04/obra-reciente-de-benacerraf-gomez.html

2, 3 y 8. Colección Crono Arquitectura Venezuela

5, 6 y 7. Colección Fundación Arquitectura y Ciudad

Demolición del pequeño centro comercial ubicado frente a Sears de Bello Monte

1970• Se inicia la demolición del pequeño centro comercial ubicado en el cruce de la Avenida Principal de Bello Monte y la Calle Lincoln (frente a la tienda por departamentos Sears), para iniciar la construcción de la Torre Bello Monte, diseñada por Manuel Fuentes (FAU UCV, promoción 14A, 1965), Carlos Gómez de Llarena (FA ULA, 1967) y Moisés Benacerraf (1924-1998) (Universidad de Yale, 1947).

El proyecto fue distinguido en marzo del año 1971, en la Quinta Bienal de Arquitectura con el Premio Municipal del Distrito Sucre.
(Fotografía de Julio César Mesa.)

HVH

1951• Hotel Residencias Montserrat

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1951•  Se termina de construir el Hotel Montserrat o Residencias Monserrat, ubicado frente a la zona sur de la Plaza Altamira, proyecto de Carlos Guinand Baldó (1925–1982) (UCV, 1948), Moisés Benacerraff (1924-1998) (Yale, 1947) y Emile Vestuti (1927–1998) (Yale, 1949).

Hotel Montserrat.jpgEn años posteriores muy próximos a su construcción, el edificio fue objeto de una ampliación que alteró considerablemente sus proporciones para la cual se agregaron dos módulos estructurales hacia el norte permitiendo ello contar con cuatro apartamentos adicionales por piso (dos a cada lado de su circulación central) que se sumaron a los seis ya existentes, incorporándose a la fachada norte un pequeño balcón  (en lugar de la ventana existente en el volumen original) que permite rematar e iluminar el pasillo central de circulación.
Los arquitectos proyectistas en combinación con el cliente crearon un novedoso edificio no existente en el mercado venezolano en esos años, que estaba compuesto de apartamentos de área reducida, para solteros o parejas sin hijos, totalmente amueblados. Esto implicó que se concibiera a base de espacios mínimos, de usos múltiples, muy funcionales, fáciles de mantener, con mobiliario diseñado para cada sitio y con la escala adecuada, de forma tal que se aprovechara totalmente.

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La parcela sobre la cual se construyó el edificio resultante es un rectángulo orientado norte–sur. El programa contempló diez apartamentos por piso, cada uno con tres ambientes para funciones claramente definidas: estar–comer–dormir, cocina con mueble que combina gabinete de servicio y bar, y baño–vestuario. Para poder lograr un programa tan compacto se tuvo que recurrir a el uso de la ventilación artificial.
Con la estructura se planteó un sistema modular, sencillo y económico, cuyas columnas tenían el mismo ancho que los muros, evitando salientes.
Para el diseño de las fachadas los proyectistas dieron diferentes respuestas. La norte y sur, se diseñaron más cerradas ante la eventualidad de la construcción de otros edificios (solo dejando aberturas del ancho del corredor de circulación para iluminación y en la del norte, un pequeño balcón). La este y oeste tienen, por una parte, un juego de llenos y vacíos, muros calados y balcones, que plásticamente permiten reconocer al edificio desde lejos, transparencia y visuales urbanas desde adentro y, por la otra, una muy adecuada protección solar, básica en nuestro trópico.

El edificio se continúa utilizando hoy con su función original.

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El mobiliario original, obra de Cornelis Zitman (1926-2016), diseñador industrial y notable artista plástico, se fabricó en su totalidad en el país con maderas nacionales y telas importadas. Al haber trabajado con los arquitectos se logró un equipamiento muy adecuado, funcional y contemporáneo.

Hotel Montserrat 5.jpgHotel Montserrat, Altamira, arquitectos Carlos Guinand, Moisés Benacerraf y Emile Vestuti. Planta de una habitación con muebles.

Hotel Montserrat 6.jpgHotel Montserrat, Altamira, arquitectos Carlos Guinand, Moisés Benacerraf y Emile Vestuti. Vista a través de la sala hacia el balcón con el mobiliario diseñado por Cornelis Zitman.

Hotel Montserrat 7.jpgHotel Montserrat, Altamira, arquitectos Carlos Guinand, Moisés Benacerraf y Emile Vestuti. Vista de la sala equipada con el mobiliario diseñado por Cornelis Zitman.

Hotel Montserrat 8.jpgHotel Montserrat, Altamira, arquitectos Carlos Guinand, Moisés Benacerraf y Emile Vestuti. Vista del comedor equipado con mobiliario diseñado por Cornelis Zitman

HVH

ALGO MÁS SOBRE LA POSTAL nº 175

La Unidad Vecinal “Pomona” (1951-1954), ubicada al suroeste de Maracaibo, estado Zulia, fue uno de los desarrollos incluidos en el Plan Nacional de la Vivienda 1951-1955, puesto en marcha por el Banco Obrero (BO) durante el mandato de Marcos Pérez Jiménez. Ocupa los terrenos adyacentes a la urbanización “General Rafael Urdaneta” (1943-1947), primer conjunto de envergadura realizado por el BO fuera de Caracas y el más grande ejecutado hasta entonces, conformado por 1.000 viviendas unifamiliares dispuestas en 60 hectáreas para una población estimada de 7.300 personas (7% del total urbano de la ciudad de Maracaibo de entonces), que formó parte del Primer Plan de Vivienda de 1946, con la cual «Pomona» comparte una serie de servicios comunales creados para ambos conglomerados.

1. Comisión Nacional de Urbanismo. Plano Regulador de Maracaibo. Vialidad, 1951

Quizás valga la pena apuntar que el Primer Plan de Vivienda de 1946, a cargo de la Sala Técnica del Banco Obrero, tal y como nos señala Beatriz Meza Suinaga en “Gestión estatal de la vivienda en Venezuela: el Plan Nacional (1951-1955)”, artículo aparecido en Cuadernos del Cendes, nº 87, septiembre-diciembre 2014,  contemplaba “… la construcción de 40.000 unidades en 10 años, 4.000 en 14 ciudades durante el primer año, 11 de ellas capitales de estado y la capital nacional, ampliándose geográficamente la acción del BO respecto a su orientación anterior”. Dicho Plan estaba regido por “…una noción de planificación global e integración de proyectos (…) contando para ello con diferentes modelos de vivienda, destinados a clase media y obrera, diseñados por (Carlos Raúl) Villanueva y el ingeniero Leopoldo Martínez Olavarría…”.

Pues bien, sin variar en gran medida el enfoque y con miras a enfrentar el nuevo reto que significaba la ejecución del Plan Nacional de la Vivienda 1951-1955, la Sala Técnica se redimensiona para convertirse en el Taller de Arquitectura del Banco Obrero (TABO) que bajo la jefatura de Villanueva, contando con el arquitecto colombiano Carlos Celis Cepero como adjunto, aborda la casi totalidad de los proyectos distribuidos a lo largo de 15 localizaciones distintas a lo largo y ancho del país, contemplándose la construcción de 12.185 unidades de vivienda de las cuales 7.000 se realizarían en Caracas y 1.500 en Maracaibo, ciudades que entre los censos de 1941 y 1950 habían duplicado su población. Así, “Pomona” absorbería la mayor parte de la inversión que se haría en la capital zuliana.

Al poco tiempo de haberse establecido, el Taller cumplió con uno de sus propósitos al exponerse en rueda de prensa el 13 de julio de 1951, de boca del Director del BO Julio Bacalao Lara en compañía de Villanueva, el Plan Nacional de la Vivienda 1951-1955. Allí Bacalao informó «que el problema de la vivienda era una de las más importantes preocupaciones públicas visto el pleno desarrollo económico del país y el rápido crecimiento de la población urbana, por lo cual de acuerdo con ‘la planificación administrativa que en escala nacional realiza la Junta de Gobierno –añadió– el Banco Obrero elaboró un Plan … que ha tenido amplio apoyo en el ejecutivo y será objeto de un financiamiento extraordinario’ ”.

Como otra etapa importante, el 8 de noviembre de 1951 en el Colegio de Ingenieros de Venezuela se abre al público la Exposición sobre el Plan Nacional de la Vivienda 1951-1955 exhibiéndose plantas y perspectivas de urbanizaciones para Maracay, Coro, San Felipe, Maracaibo, Valera, Caracas, así como maquetas para El Tocuyo, Sarría, Maracay, Coro y Ciudad Tablitas, junto a diferentes modelos de viviendas unifamiliares y multifamiliares. Como resultado de este evento se publica el folleto “BO Venezuela exposición 1951-1955-Plan Nacional de la Vivienda”, y se apunta a su presentación en el VIII Congreso Panamericano de Arquitectos a realizarse en los espacios de la Universidad Autónoma de México en 1952, editándose finalmente con mayor despliegue (140 páginas) la publicación 1928-1952. La vivienda popular en Venezuela, preparada y dirigida por Carlos Raúl Villanueva y Carlos Celis Cepero, con la colaboración de Carlos González Bogen, Mateo Manaure, del ingeniero Federico Cortés y Miguel Sosa Bar, con motivo de la celebración en 1955 del IX Congreso Panamericano de Arquitectos en el Aula Magna de la Ciudad Universitaria de Caracas.

2. 1928-1952. La vivienda popular en Venezuela, publicación preparada y dirigida por Carlos Raúl Villanueva y Carlos Celis Cepero, 1952

De dicha publicación puede rescatarse, en cuanto a la aproximación proyectual efectuada en el TABO, el énfasis en la investigación económica de la vivienda mediante la “construcción masiva, la simplificación de distribución, la eliminación de lo accesorio en el hogar, a favor de lo esencial en su construcción”. Además devela, como señala Meza Suinaga “conexiones entre el TABO y el ideario de la moderna disciplina arquitectónica europea que desde inicios del siglo XX intenta una ruptura histórica radical, abogando por la funcionalidad, la racionalidad, el uso de tecnologías de avanzada y la atención a la vivienda”. Todo lo cual se traduce en una sintonía que los profesionales del TABO asumen mediante el diseño de “Unidades vecinales, grupos cooperativos, urbanizaciones, reurbanizaciones, apartamientos, casas con los cuales se solucionarían técnicamente los problemas para proveer de nuevas viviendas a las familias venezolanas”.

Meza Suinaga agregará: “A la variedad de urbanizaciones del TABO se suman ‘proyectos tipos para casas’ en zonas costeras, montañosas y planas calientes, pretendiéndose individualizar según rasgos climáticos y ambientales de cada localización urbana. Aquí se nota la vinculación con el Plan de 1946 y su diversidad de modelos adaptados a las 14 ciudades seleccionadas. La heterogeneidad, como condición asumida desde sus comienzos, caracteriza el trabajo del Taller donde se generan numerosas propuestas para viviendas unifamiliares y multifamiliares, incluyendo los primeros superbloques, unidades residenciales de alta densidad y gran altura, inspiradas en la obra de Le Corbusier”.

3. Presentación de «Pomona» en 1928-1952. La vivienda popular en Venezuela.

“Pomona” es, dentro del Plan, uno de dos desarrollos que no son proyectados por el TABO que, sin embargo, si supervisa su realización. Ofrece la oportunidad de ver la conjunción de los lineamientos arriba expresados con el aporte adicional de quienes tuvieron a su cargo la propuesta: la firma “Planificación y Vivienda”, integrada por los arquitectos Moisés Benacerraf y Carlos Guinand Baldó más el ingeniero Francisco Carrillo Batalla, contando como asesores con José Luis Sert y Paul Lester Wiener fundadores de la reconocida oficina Town Planning Associates (TPA).

4. Vistas de las viviendas unifamiliares (izquierda) y multifamiliares (derecha) construidas en «Pomona»

Con una inversión de Bs. 15.136.500 , “Pomona” tiene 384 viviendas, 264 casas y 120 apartamentos. Los apartamentos están ubicados en edificios de tres niveles de altura con dos unidades en cada nivel. Los apartamentos que están dispuestos en fila, tienen dos fachadas exteriores opuestas, lo que les permite tener ventilación cruzada. Los de los extremos se benefician aún mas por tener tres fachadas y un área mayor.

El Conjunto cuenta entre sus servicios con un centro comercial, un grupo escolar, campos deportivos y una unidad sanitaria.
El planteamiento urbano concebido para el conjunto desagregó la circulación peatonal dirigida hacia los centros de servicio, de forma tal que no se cruza con las vías vehiculares de penetración, las cuales parten de la trama de la ciudad. El plano de conjunto del proyecto original ilustra nuestra postal del día de hoy.
La llamativa participación de Sert y Wiener como asesores obedeció a dos motivos fundamentales. El primero es que habían coincidido con Moisés Benacerraf en los Estados Unidos habida cuenta que éste se gradúa en 1945 en Yale, universidad en la que aquellos desarrollarán parte de su carrera docente y donde se establecerán vínculos personales.

El segundo tiene que ver con el nivel de desarrollo que para entonces ya había alcanzado el concepto de “unidad vecinal”, tema ampliamente debatido en los Congresos Internacionales de Arquitectura Moderna (CIAM) que para Sert (presidente del CIAM entre 1947 y 1956) se convirtió en objeto de investigación. Fruto de ello será la contratación de sus servicios por parte de la Organización de las Naciones Unidas entre 1951 y 1952 con el fin de estudiar y definir condiciones para mejorar su diseño. También lo será la solicitud de llevar adelante desde la TPA (con Wiener como socio) el Plan de Cidade dos Motores en Brasil (1943-1945) donde, tal y como se recoge del Diccionario Biográfico de la Real Academia de la Historia en el artículo dedicado a Sert (http://dbe.rah.es/biografias/8201/jose-luis-sert-lopez), se “proponía una ciudad abierta y ordenada que materializaba de forma rigurosa las doctrinas urbanísticas defendidas por el Movimiento Moderno, con una trama cuadriculada en la que los grandes bloques sobre pilotes concentraban la edificabilidad para preservar la vegetación del territorio, y en la que una amplia red viaria separaba el tráfico rodado y peatonal. A este proyecto le siguieron, entre otros muchos, la Nueva Ciudad de Chimbote, en Perú (1948), los planes directores para Medellín (1949) y Bogotá (1951-1953) y un plan Piloto para La Habana (1955-1958), en los que Sert y sus socios abandonaron progresivamente la ortodoxia de la Cidade dos Motores adaptando el planeamiento a la situación climática, social y económica de cada lugar; para ello emplearon sistemas más adecuados a las condiciones locales, derivados del conocimiento previo de la arquitectura popular que ya había despertado el interés de Sert desde sus primeras obras, abriendo así una nueva vía dentro del urbanismo de la época”.

5. Plano de conjunto de «pomona» con la descripción del programa

De todo ello se beneficia “Pomona” y de “Pomona”, indirectamente, el TABO que pudo incorporar de esta experiencia buena parte tanto de sus planteamiento conceptuales en cuanto a lo urbano como de sus modelos de viviendas. También, casi de forma simultánea, por un lado la Comisión Nacional de Urbanismo solicitará la consultoría de TPA en la elaboración del Plano Regulador de Caracas de 1951 y, por el otro, la firma “Planificación y Vivienda” recurrirá a Sert y Wiener como asesores a la hora de serle solicitada en 1951 por la Orinoco Mining Company la planificación de los centros urbanos de Puerto Ordaz y Ciudad Piar y el diseño de viviendas para los trabajadores. Sert y Wiener realizarán en 1953 los centros cívicos de la “New Towns” de Puerto Ordaz y Ciudad Piar y el proyecto de una iglesia para la primera. Luego, siendo Sert decano de la Escuela de Diseño de la Universidad de Harvard, se concreta la participación de esa universidad y el MIT (integrantes del Joint Center for Urban Studies), mediante un contrato firmado con la Corporación Venezolana de Guayana, para asesorar en 1962 la realización del plan Maestro de Desarrollo Urbano para Santo Tomé de Guayana (Ciudad Guayana).

Finalmente, será el ingeniero Francisco Carrillo Batalla, integrante de la Oficina “Planificación y Vivienda”, quien en 1952 le de a Sert la oportunidad de proyectar su única obra -no construida- en Caracas: el proyecto de su vivienda familiar  ubicada en la avenida principal del Caracas Country Club, develada en la exposición “Our architects en Caracas. Arquitectura norteamericana en Caracas. 1925-1975” (2017) y reseñada en el catálogo de la misma por Hannia Gómez.

6. Vista satelital actual de «Pomona» dentro del crecimiento de Maracaibo

Hoy “Pomona” dada su proximidad a la zona industrial y al puerto de Maracaibo ha sido absorbida por el crecimiento de la ciudad, pese a haber sido concebida como un desarrollo autónomo a las afueras. Si en algún momento resultaba fácil reconocerla dentro de la trama urbana hoy los efectos del tiempo y las intervenciones realizadas por sus pobladores la han mimetizado hasta el punto de verse prácticamente asimilada al desordenado crecimiento de sus alrededores.

Su esquema inicial sufrió una importante modificación al momento de llevarse a cabo el proyecto definitivo y su ejecución, cosa que hemos podido detectar a través de la imagen satelital: las viviendas multifamiliares ubicadas inicialmente al sureste sobre una franja en la que predominan las áreas verdes, pasaron al noroeste, dando la sensación de que los proyectistas, por motivos que desconocemos, llevaron a cabo un rebatimiento completo dejando inalterada la distribución del resto de los componentes del conjunto sobre el terreno.

ACA

Procedencia de las imágenes

Postal, 1, 3 y 5. 1928-1952. La vivienda popular en Venezuela, 1952

2 y 4. Colección Crono Arquitectura Venezuela.

6. Imagen tomada de Googlo Earth.