Archivo de la etiqueta: desarrollo urbano

LAS PUBLICACIONES DE EDICIONES FAU UCV

Un mundo de ciudades

Giorgio Piccinato

Fundación para la Cultura Urbana/Embajada de Italia en Venezuela/Ediciones FAU UCV

2007

Con el lanzamiento en julio de 2007 de la traducción al español del libro Un mondo di cittá de Giorgio Piccinato (originalmente publicado por Einaudi en junio de 2002), Ediciones FAU UCV dio un paso muy importante en sus intenciones de consolidarse como incipiente sello editorial universitario. Las razones que sustentan esta afirmación tienen que ver con que a través de la salida del texto del reconocido catedrático italiano, cristalizaba la alianza con la Fundación para la Cultura Urbana (FCU), institución que, desde su creación el año 2001, ya había acumulado una importante experiencia en el área y con la cual se lograría dar salida posteriormente a otros cinco trabajos provenientes de la producción académica del profesorado de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la UCV.

Un mundo de ciudades, además, se convertiría en el primer producto que se lograba coeditar a partir de un convenio formal desde que se iniciara en la FAU UCV el camino hacia la publicación unificada de libros a través de un mismo frente institucional, y el segundo desde que Ediciones FAU UCV se mostró de manera oficial como sello a partir de que en 2005 lo hiciera mediante el texto conmemorativo de los 50 años de creación de la institución, titulado Facultad de Arquitectura y Urbanismo UCV 1953-2003. Aportes para una memoria y cuenta.

1. Giorgio Piccinato y la edición italiana de Un mundo de ciudades (Un mondo di cittá)

Por otro lado, hay que señalar que la aproximación que se produjo entre la FCU y la FAU UCV se dio gracias a los buenos oficios de Marco Negrón, quien fuera decano entre 1990 y 1996, toda una autoridad como investigador en torno al tema del desarrollo urbano  (Miembro Honorario de la Academia Nacional de la Ingeniería y el Hábitat de Venezuela dese 2006), conocedor de la obra y trayectoria de Piccinato con quien había entablado una sincera amistad.

Así, Un mundo de ciudades aparecerá como el tomo 56 de la Colección Numerada de libros (siempre en tapa dura) de la FCU (presidida en aquel entonces por Rafael Arráiz Lucca), formando parte del género Arquitectura y Urbanismo. Para su publicación también se sumará como coeditora la Embajada de Italia a través del Instituto Italiano de Cultura en Venezuela, y contará con el apoyo económico del Grupo de Empresas Econinvest (Econinvest Casa de Bolsa C.A. y Seguros Carabobo), pieza fundamental para que la FCU cobrara vida en su interés por dejar un importante aporte a la comunidad.  La impecable traducción al español del texto de Piccinato estuvo a cargo de Rosalba Ciancia Biondo, el diseño de la carátula corrió por cuenta de John Lange a partir de una fotografía de Nicola Rocco perteneciente a la colección de la Fundación, apareciendo como responsables de la producción gráfica Ediplus producción C.A. y de la impresión Editorial Arte C.A. Para más señas hay que añadir que se trata de una edición de 237 páginas, que tuvo un tiraje de 1000 ejemplares y en su composición fueron empleados tipos de familia Bookman y Helvética. Está, además, ilustrado hasta con 100 figuras que, en una abrumadora mayoría, son fotografías casi todas tomadas por el propio Piccinato.

El texto central del libro está antecedido de una “Presentación” realizada por la Fundación para la Cultura Urbana, unas “Palabras preliminares” escritas por Azier Calvo Albizu, para entonces decano de la FAU UCV y Coordinador del Comité Editorial de Ediciones FAU UCV, un “Prefacio” a modo de presentación para la edición venezolana preparado por Marco Negrón y un “Prólogo” elaborado por el autor.

2. La figura 1 que acompaña el capítulo I del libro.
3. De izquierda a derecha: páginas con fotografías que acompañan los capítulos II, III, IV y V del libro.

El corazón del libro está compuesto de once partes trabajadas como ensayos independientes, con base en un hilo conductor que lo provee el título que se le dio al ensayo de inicio el cual, a su vez, permite contextualizar lo que vendrá: “Un mundo de ciudades”. Esa frase asoma, sin lugar a dudas, el hecho de que nuestro planeta se encuentra cada vez más urbanizado y cada vez es mayor el número de personas que habita en centros urbanos, alcanzando ya para el año 2000 la mitad de la población mundial.

En los capítulos II, III, IV y V, Piccinato introduce cuatro temas o categorías que a su vez servirán de guía para repasar las seis urbes a las que dedica los correspondientes capítulos finales. De tal forma, el capítulo II se titula “La ciudad asiática”; el III, “La ciudad de los pobres”; el IV, “El uso de la historia”; y el V, “La forma de la ciudad”. En orden de aparición, las metrópolis a las que Piccinato presta particular atención para corroborar los argumentos presentados son: Los Ángeles (Capítulo VI), Nueva York (capítulo VII), Singapur (capítulo VIII), Tokio (capítulo IX), Caracas (capítulo X) y Sao Paulo (capítulo XI).

4. De izquierda a derecha: páginas con fotografías y gráficos que acompañan los capítulos VI (Los Ángeles), VII (Nueva York), VIII (Singapur) y IX (Tokio) del libro.

En el Prólogo podemos encontrar, en líneas generales, la explicación del por qué y cómo nace este proyecto editorial.  Allí Piccinato se formula dos preguntas que responde con absoluta claridad: ¿Cómo describir la ciudad contemporánea? y ¿Por qué en este ensayo se habla sólo de las ciudades fuera de Europa?

Como respuesta a la primera, entre las múltiples posibles, el autor se decantó por “la única que me pareció tener cierta utilidad: exponer los problemas más relevantes de la ciudad como si tuviera que describirla a un ciudadano común”, a costa de las posibles críticas que pudieran provenir de círculos académicos, arquitectónicos y urbanísticos. Esto quiere decir que, sin renunciar a un ápice de rigor y bajo el convencimiento de que “observar la ciudad es también una manera de reflexionar sobre las características de la sociedad contemporánea”, para lo cual “es necesario aprender a ver la ciudad”, Piccinato apostó por darle al libro un tono divulgativo cosa que se agradece y contribuye a su fácil lectura.

5. La figura 95 que acompaña el capítulo XI del libro dedicado a Sao Paulo.

Para responder la segunda pregunta, el autor ofrece un sincero argumento, señalando que “fue una propuesta de la editorial” que, sin embargo, al asumirla le permitió, por un lado, alejarse (no sin dificultades por su nacionalidad y formación) del eurocentrismo imperante en el desarrollo de las teorías urbanas y, por el otro, ahondar en dos temas que escapan al ámbito estrictamente europeo: el dinamismo y la desigualdad, con lo que logra subrayar, en medio de un mundo globalizado donde existen infinidad de matices, un particular interés por lo que ocurre en Asia y en América Latina. Por otro lado, Piccinato, a pesar de centrar su atención en la ciudad no europea, no deja de señalar las peculiaridades con las que ella importa justamente modelos europeos y la forma en que refleja el nuevo orden económico mundial.

No pretendemos aquí entrar a detallar el contenido de cada capítulo del libro de Piccinato, para lo cual nada mejor que proceder a su lectura. Sin embargo, el haber hecho de Caracas, una ciudad a la que llegó a conocer bastante bien, un capítulo aparte, creemos que merece al menos un comentario.

6. Dos de las páginas con imágenes fotográficas que acompañan el capítulo X del libro dedicado a Caracas.

El ensayo dedicado a Caracas le sirve a Piccinato para corroborar la presencia indirecta de algunos de los ejes transversales desarrollados en los textos iniciales y, sobre todo, para profundizar en asuntos absolutamente ligados a su especificidad y condiciones histórico-socio-político-geográfico-culturales. De tal forma, el autor desarrolla un apretado resumen de los aspectos más significativos que a lo largo del tiempo permiten entender la ciudad de hoy y, entre ellos, las modificaciones en el patrón de la economía, su violento crecimiento urbano durante el siglo XX, la migración campo-ciudad y las crisis políticas sucesivas que dieron pie a un cambio radical que se inició en 1998 y ha perdurado por todo el siglo XXI, sirven de marco para que afloren aspectos claves como la informalidad, la marginalidad, la segregación, la pobreza, la violencia, la inseguridad y el miedo.

Es al miedo relacionado a la vivencia ciudadana y sus consecuencias al que Piccinato dedica las últimas líneas del ensayo: “El miedo se ha convertido en un elemento que acompaña permanentemente la vida de los ciudadanos. Divididas por el miedo recíproco, las dos ciudades, la legal y la ilegal, entran en conflicto en los espacios públicos, donde el comercio ambulante y las personas sin hogar se instalan sin controles aparentes por parte de las autoridades, que crea un deterioro que a los demás habitantes parece inaceptable”.

A la Caracas que describió Piccinato continuó la que hoy registra un éxodo que ha llegado a los seis millones de connacionales distribuidos por todo el planeta,  pero eso sería tema para desarrollar en otra oportunidad.

Giorgio Piccinato, quien para el momento de escribir Un mundo de ciudades era Director del Departamento de Estudios Urbanos y coordinador del Doctorado de Investigación “Políticas territoriales y proyecto local” en la Universidad Roma Tre, hoy es Profesor Emérito de dicha casa de estudios.  Entre 1970 y 1995 se desempeñó como docente en el Istituto Universitario di Architettura di Venezia y de 1992 a 1994 ejerció la presidencia de la AESOP (Association of European Schools of Planning).  Ha sido consultor de las Naciones Unidas, la Unión Europea y ARRS (Agencia de Investigación Eslovena) para programas relacionados con planificación urbana y regional, conservación urbana, educación profesional, y miembro del Comité Editorial de las revistas: Planning History (Oxford), Urban@ (Caracas), Journal of Urban Design (Nottingham), Tria (Napoli), Urbani Izziv (Ljubljana).

7. Algunos de los libros publicados por Giorgio Piccinato.

Entre sus publicaciones se encuentran (además de la que hoy nos ha ocupado): La construcción del planeamiento. Alemania 1870-1914 (1974); Ciudad, territorio y políticas urbanísticas en América Latina (1991); Buscando el centro histórico (1996); Atlas de centros históricos de Brasil (2007); Un estudio de la felicidad urbana (2008).

Algunos de sus más destacados ensayos son: Vivienda y planificación ayer y mañana (2000); Planificación del patrimonio en el mundo: oportunidades, amenazas y contradicciones (2003); Palabras e historia: controversias sobre el patrimonio urbano en Italia (2006); Una breve historia del urbanismo italiano después de 1945 (2010) entre otros.

ACA

Procedencia de las imágenes

1 y 7. Colección Fundación Arquitectura y Ciudad.

2, 3, 4, 5 y 6. Giorgio Piccinato. Un mundo de ciudades (2007)

¿SABÍA USTED…

… que el 2 de julio de 1961 el presidente Rómulo Betancourt coloca la primera piedra de Santo Tomé de Guayana, acto que oficializa la fundación de lo que a partir de 1979 se llamará Ciudad Guayana?

1. Santo Tomé de Guayana (1637)

Si bien el proceso sostenido de industrialización del país se inicia en 1936 durante el gobierno de Eleazar López Contreras, cobrando impulso durante el mandato de Isaías Medina Angarita (1941-1945), el desarrollo de la región de Guayana, estado Bolívar, toda vez que atesoraba una importante cantidad de recursos que podían constituirse en alternativa para la generación de ingresos diferentes al petróleo, no empieza a potenciarse sino a partir de que la planificación empieza a ser considerada una actividad a ser tomada en cuenta por nuestros gobernantes.

En tal sentido podría decirse que es a partir del “trienio adeco” (1945-1948) que tras ser descubiertos en 1947 los yacimientos de mineral de hierro en el cerro Bolívar, cuando comienzan a aparecer las primeras iniciativas tendientes a motorizar una industria acerera nacional. La iniciativa se toma desde el sector privado con la creación en 1948 de la Siderúrgica de Venezuela S.A. (SIVENSA), empresa que inicia en 1950 las operaciones de la primera acería venezolana, cuya planta localizada en el sector de Antímano (Caracas) alcanza una capacidad de producción de 20.000 toneladas de cabillas al año, dando pie a la constitución del Sindicato Venezolano del Hierro y del Acero, ente que inició los estudios preliminares para la instalación de una industria siderúrgica en el país.

2. Izquierda: fotografía aérea del yacimiento de hierro de Cerro Bolívar. Derecha: Ferrocarril construido por la Orinoco Mining Company (OMC) que conectaba Puerto Ordaz con el Cerro Bolívar.
3. Vista de una zona de Puerto Ordaz, escasamente poblada donde se establecieron las
primeras “barracas” para trabajadores de la OMC (1952).

Sin embargo, no será sino hasta 1953 que, rescatándose uno de los más importantes planes elaborados durante el “trienio”, el régimen militar venezolano toma la decisión de construir una Planta Siderúrgica en Guayana. Se crea la Oficina de Estudios Especiales de la Presidencia de la República y se le encomienda, entre otras tareas, priorizar el Proyecto Siderúrgico. Ello deriva en la suscripción de un contrato en 1955 con la firma Innocenti de Milán, Italia, para la construcción de una Planta Siderúrgica en el sector de Matanzas con capacidad de producción de 560.000 toneladas de lingotes de acero, cantidad que en 1957, tras modificación del contrato, se aumenta a 750.000 toneladas anuales, iniciándose ese año la construcción de la planta. Ya en 1956 se habían comenzado a hacer las labores para electrificar el rio Caroní con el inicio de la construcción, a cargo del general Rafael Alfonso Ravard, de la Central Hidroeléctrica Macagua I, primera en la región y apoyo fundamental para echar a andar la industrialización en la zona.

Una vez llegada la democracia, en 1958 se crea el Instituto Venezolano del Hierro y el Acero, adscrito al Ministerio de Fomento, sustituyendo a la oficina de Estudios Especiales de la Presidencia de la República, con el objetivo básico de impulsar la instalación y supervisar la construcción por etapas de la planta Siderúrgica, y en 1960 se da un paso fundamental al crearse la Corporación Venezolana de Guayana (CVG), nombrándose como su presidente al ya citado general Ravard. A la CVG se le asignan, entre otras, las funciones del  Instituto Venezolano del Hierro y el Acero, en momentos que se eleva la capacidad de producción de la planta a 900.000 toneladas, y se le encomienda la planificación y construcción de lo que hoy conocemos como Ciudad Guayana.
En 1961 año en que se fundaba por séptima vez Santo Tomé de Guayana, ya en febrero se había creado la primera planta de Aluminios Primarios: CVG Aluminios del Caroní S.A. (CVG ALCASA) y en agosto se concluía y ponía en funcionamiento Macagua I.

A todas estas, la zona en la que se desarrolla este impresionante movimiento industrial podríamos decir que no se encontraba del todo preparada para recibir el impacto de las importantes migraciones que ello producirían y las demandas correspondientes desde el punto de vista urbano y de oferta de vivienda.

4. Plan maestro de Puerto Ordaz, desarrollado por TPA (Town Planning Associates) para la Orinoco Mining Company
5. Vista de viviendas residenciales construidas para los trabajadores por la OMC en Puerto
Ordaz (1967)
6. Izquierda: maqueta del Centro Cívico de Puerto Ordaz diseñado por TPA entre 1951 y 1953. Derecha: Dibujo del modelo de la casa junior para los trabajadores de la OMC.

No obstante, previamente, luego del descubrimiento de los yacimientos de hierro en el Cerro Bolívar, ya la Orinoco Mining Company, empresa ganadora de la concesión de explotación, había contratado en 1950 a los arquitectos Carlos Guinand Baldó y Moises Benacerraf, y al ingeniero Francisco Carrillo, para el diseño de dos centros urbanos: uno en Puerto Ordaz (ideado para 50.000 habitantes), a ser ubicada en el sitio donde se planificaba la siderúrgica, al margen norte del río Caroní y al lado del Río Orinoco; y otro en Ciudad Piar (35.000 habitantes), sitio de la extracción del mineral. Ambos estarían vinculados a través del ferrocarril que traería el mineral de hierro desde el lugar de su extracción hasta el de su procesamiento y posterior embarque sobre el Orinoco. Los profesionales venezolanos invitaron como asesores de arquitectura y urbanismo a los integrantes de la internacionalmente reconocida firma Planificadores Urbanos Asociados (Town Planning Associates -TPA-) fundada en 1945 por José Luis Sert junto a Paul Schulz y Paul Lester Wiener.

De acuerdo a lo expresado por Carola Barrios en el artículo “Can Patios Make Cities? Urban Traces of TPA in Brazil and Venezuela” (ZARCH nº 1, 2013) “en ambos casos los planes maestros se dividirán en varias fases y sectores para controlar la expansión. Las casas individuales constituirán el principal tejido celular de la vivienda à redent, en una afinidad más cercana con el modelo Garden City, siguiendo la tradición de los campamentos mineros de EE.UU. En su segregación espacial y social, los modelos idealizados diseñados para las casas de trabajadores senior y junior muestran un gran contraste con los pocos resultados de construcción y las condiciones locales en sus proyecciones utópicas”.

Del plan para Puerto Ordaz, que llegó a construirse aunque con notables discordancias y sustracciones respecto a lo previsto originalmente, y en particular de su Centro Cívico fechado en 1951, Sert desarrolló sus ideas, recogidas posteriormente en el libro publicado en 1952 The heart of the city: towards the humanization of Urban Life (El corazón de la ciudad: hacia la humanización de la vida urbana). Tal y como señala José Javier Alayón González en el artículo “Villanueva-Sert. Itinerarios entrecruzados” (https://www.academia.edu/15770249/Villanueva-Sert._Itinerarios_entrecruzados), Sert al ampliar la idea de patio a la de la acepción inglesa de core la eleva a la de “núcleo fundacional”, estableciendo para su intervención “tres espacios-patio en función de su privacidad: la casa, el barrio y el distrito urbano, derivados todos del modelo mediterráneo. El último y más importante de estos espacios estaría configurado por los edificios representativos, administrativos y comerciales. Para Sert, patio era ‘una palabra intrigante, que rápidamente conjuraba visiones de cielo soleado, agua clara, palmeras y brisa fresca’, elementos que empleó en el Centro Cívico de Puerto Ordaz”. Como confirmación de la experiencia realizada en tierras latinoamericanas, al año siguiente de aparecer The heart of the city… Sert y Wiener publicaron en la revista Architectural Forum el ya citado manifiesto titulado: “Can Patios Make Cities?” donde afirman que el patio, el instrumento de proyecto más antiguo de las ciudades latinoamericanas, puede convertirse en un elemento tipológico clave en el diseño de la ciudad moderna.

7. Evolución del desarrollo urbano de Ciudad Guayana desde antes de 1950 hasta 1997.
8. Izquierda: vista aérea del centro de Altavista. Derecha: primeras instalaciones de la Siderúsgica del Orinoco (SIDOR), cerca de 1960.

En todo caso teniendo sólo como referencia estos antecedentes, el re-establecimiento de Santo Tomé en 1961 (que terminó de conocerse oficialmente como Ciudad Guayana desde 1979) da pie para pensar en la posibilidad de contar con una ciudad totalmente planificada. Ubicada en la confluencia de los ríos Orinoco y Caroní en medio de un paraje privilegiado por la naturaleza, de Santo Tomé se registra una primera fundación por Antonio de Berrío a mediados del siglo XVI.

9. Rómulo Betancourt poniendo la piedra inaugural de la población Santo Tomé de Guayana, 1961

Para el desarrollo del séptimo intento fundacional de Santo Tomé en pleno siglo XX, a tono con lo más avanzado en cuanto a estudios sobre la materia, se conforma para la elaboración de su Plan Director un equipo de profesionales venezolanos (entre quienes se encontraban los arquitectos Juan Andrés Vegas -egresado del Instituto Tecnológico de Massachussetts -MIT- y Gustavo Ferrero Tamayo -egresado de la Universidad Nacional de Colombia-, y el ingeniero Alfredo Calzadilla -también egresado el MIT-) liderado por el general Rafael Alfonzo Ravard (Presidente de la CVG y también egresado del MIT), que trabajan en colaboración técnica con el Joint Center for Urban Studies -JCUS- (MIT-Universidad de Harvard, creado en 1959) grupo dirigido por Lloyd Rodwin en compañía de Donald Appleyard, John Friedmann, Lisa Peattie y Willo von Moltke, con quien la Corporación firmó un contrato de asesoría en 1962.

En medio de tensiones y un fuerte intercambio de ideas entre quienes lideraban ambos equipos, el Plan Director de Desarrollo Urbano para Santo Tomé de Guayana se culmina a finales de aquel año. Según nos relatan Simone Rots & Ana Maria Fernandez-Maldonado en “Planning Ciudad Guayana, an industrial new townin oil-rich Venezuela” (International Planning Studies, 2019), las discrepancias partían de hecho de que Rodwin respaldaba el papel del planificador como actor esencial para prestar atención a los aspectos sociales y económicos en el proceso de planificación. Ravard por su parte “tenía un enfoque de planificación tecnocrático dirigido a promover el crecimiento económico de la región de Guayana, expresando las opiniones de la élite política venezolana en ese momento”. Rodwin “enfatizó la necesidad de un equipo multidisciplinario para poder abordar todos los aspectos de planificación y diseño para un desarrollo inclusivo. Según él, el objetivo principal de Ravard era simplemente ‘fomentar el crecimiento económico de la región y especialmente alentar a las empresas que podrían competir en los mercados internacionales’ una visión que consideró inadecuada para el desarrollo urbano inclusivo”.

10. Concepto físico integral de Ciudad Guayana
11. Ciudad Guayana. Izquierda: Plan Maestro de Desarrollo Urbano para 1.300.000 habitantes. Derecha: Vialidad
12. Vista aérea de Ciudad Guayana. A la izquierda las represas Macagua II y Macagua III. Su construcción desencadenó otros proyectos, como el parque de La Llovizna , el Ecomuseo del Caroní y la Plaza del agua. También se construyó una carretera escénica que conecta ambos lados del río.

Ciudad Guayana, considerada en su momento un modelo que se contraponía a Brasilia, otra ciudad de nueva planta que se fundaba casi al unísono en Latinoamérica, basó buena parte de su enfoque en la directrices emanadas de lo que se denominó el “Plan o Programa de Guayana” (CORDIPLAN) y en “la noción (propuesta por el JCUS y en particular por John Friedmann) de core region análoga a los polos de desarrollo de François Perroux, aplicable a un territorio rico en recursos mineros, hidráulicos y energéticos, pero escaso en cultivos y provisiones”, como señalará Arturo Almandoz Marte en “Rómulo Betancourt y la Venezuela urbana, III: Ciudad Guayana” -2020- (https://prodavinci.com/romulo-betancourt-y-la-venezuela-urbana-iii-ciudad-guayana/).

Su primer Plan Director buscaba resolver la unión entre el centro cívico de Puerto Ordaz y la Siderúrgica (construidos a lo largo de la margen norte del Río Caroní) y la pequeña ciudad de San Félix (establecida al lado sur del mismo río) integrando numerosos asentamientos informales dispersos en el medio. Como dirá Ricardo Avella en “Ciudad Guayana, a planned growth pole on the Orinoco. A critical assessmenton the role of spatial planning” -2017- (https://www.academia.edu/39780480/Ciudad_Guayana_a_planned_growth_pole_on_the_Orinoco._A_critical_assessment_on_the_role_of_spatial_planning): “Su idea era hacer una ciudad integrada uniendo estos fragmentos, creando una columna vertebral de desarrollo central y una macro cuadrícula. Para lograr esta integración, un puente y un centro de la ciudad cerca de Puerto Ordaz fueron fundamentales. Desde San Félix hasta la acería había más de 25 kilómetros y un río que tenía que ser cruzado por pequeños transbordadores. La mayoría de los trabajadores locales vivían en San Félix, y pasaban muchas horas al día tratando de llegar a sus trabajos. Los planificadores pensaron que un puente sobre el Caroní acercaría los empleos e integraría los asentamientos aislados, y que el centro de la ciudad de Alta Vista podría atraer a la creciente población y dirigir la expansión de la ciudad hacia el oeste.”  Así, el plan dio pie para que luego se fueran sucediendo las ampliaciones con los sectores Alta Vista, Unare, Matanzas y Cambalache.

Al de 1962 seguirán luego tres planes mas en distintos momentos, dos revisiones del Plan Director (1969 y 1979), el Plan Rector de Desarrollo Urbano (1985) y el Plan de Ordenación Urbanística (POU) en 1993-94, el cual fue producto de un acuerdo de cooperación entre el gobierno nacional (representado en ese entonces por el Ministerio de Desarrollo Urbano y la Corporación Venezolana de Guayana) y el gobierno municipal (la Alcaldía de Caroní).

Con el tiempo la confianza que se había colocado en el futuro de Ciudad Guayana se fue apagando. Ya la crisis petrolera de 1973 y la dura competencia a nivel internacional con otros países mineros encendía las alarmas de un porvenir basado en el crecimiento económico sostenido. El centro de Alta Vista no se concreto jamás y su desarrollo estuvo detenido durante décadas y como dice Avella “nunca se convirtió en el imán que supuestamente atraería el crecimiento de la ciudad hacia la orilla occidental del río Caroní. San Félix continuó creciendo rápidamente y sin planificación alguna. Puerto Ordaz también creció, pero no tanto como San Félix y un ritmo más lento, ya que dependía del músculo financiero de CVG, el dueño de la tierra. El polo de crecimiento planeado no era tan fuerte como todos pensaron que sería, y esto se refleja en la comparación entre el crecimiento demográfico proyectado por los planificadores en la década de 1960 y el que realmente ocurrió”. Estudiada hasta el cansancio y duramente golpeada con el devenir de los años, particularmente durante los últimos diez, el futuro de Ciudad Guayana (la ciudad del futuro) está en manos de una necesaria reactivación económica del país dentro de un modelo económico distinto al actual. Pero quizás, además de la necesaria superación de la política clientelar y el rescate del interés por trabajar con base en el estímulo económico ligado a la producción, la clave puede estar en alcanzar niveles de sostenibilidad que actualmente no se poseen y que colaborarían a consolidar una identidad que se quedó varada en el tiempo.

ACA

Procedencia de las imágenes

1, 2, 4, 7, 10, 11 izquierda y 12. https://www.academia.edu/39780480/Ciudad_Guayana_a_planned_growth_pole_on_the_Orinoco._A_critical_assessment_on_the_role_of_spatial_planning

3. file:///Users/aziercalvo/Downloads/2445-Texto%20del%20art%C3%ADculo-7793-1-10-20150602.pdf

5, 6. https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=4953898

8. https://docomomo.org.br/wp-content/uploads/2016/08/CON_19.pdf

9. https://prodavinci.com/romulo-betancourt-y-la-venezuela-urbana-iii-ciudad-guayana/

11 derecha. https://devizcaino.blogspot.com/2013/07/ciudad-guayana-ciudad-planificada.html.

EXcelente noticia

Perú, Ecuador y Venezuela, ganadores del V concurso de desarrollo urbano e inclusión social del CAF

Por Nicolás Valencia

4 de octubre de 2018

Tomado de Plataforma arquitectura

Un proyecto cuya metodología se centra en niños y niñas como agentes de cambio en barrios de Lima es el ganador de la quinta edición del concurso de desarrollo urbano e inclusión social del CAF. El certamen busca propuestas en ciudades latinoamericanas que propongan una mejora integral del hábitat en comunidades, en específico el mejoramiento de la calidad de vida de sus ciudadanos, y la integración de los asentamientos espontáneos a la ciudad a través de la concepción y el diseño de propuestas innovadoras, relevantes, justificadas y realizables.

Este concurso es una iniciativa del Programa Ciudades con Futuro de CAF, cuyo objetivo es acompañar a las autoridades latinoamericanas a crear ciudades cada vez más inclusivas, conectadas, integradas espacial, económica y socialmente, con acceso universal a servicios básicos, oportunidades de capacitación y ambientalmente responsables.

Estos son los proyectos premiados:

Primer Lugar: Urban 95 – Lima Norte

Extracto de memoria: El 70% de Lima ha sido primero habitado (invasiones) y luego construido (barriadas). Un proceso inverso al de la ciudad formal, que requiere otros enfoques y herramientas. En un contexto de crisis del espacio público, se teme por los niños, quienes son recluidos en ambientes interiores y privatizados. En la Lima informal, sin embargo, aún juegan en las calles. La mayoría de programas para la niñez se enfocan en urgencias por atender (desnutrición, explotación, violencia). Pero los niños pueden ser más que receptores de ayuda y protección, ya que tienen agencia activa como productores de espacio público en sus barrios. Ante la limitada capacidad técnica y falta de enfoque adecuado de la mayoría de municipalidades, el piloto de Urban 95 potencia dos iniciativas existentes en Lima-Norte: En Comas, el “Proyecto Fitekantropus” que viene construyendo los barrios culturales como nuevo paradigma de habitar; y en Carabayllo, los programas sociales municipales en favor de la infancia.

Urban 95 es un equipo multisectorial y transdisciplinar para intervenir social y espacialmente en los procesos de producción de la ciudad mediante una metodología progresiva en la que niños y niñas son agentes de cambio en sus barrios:

Conocernos: inmersión para vincularnos, conocernos y familiarizarnos con el espacio.

Animar la calle: acciones colectivas y pequeñas intervenciones físicas para salir a la calle y reencontrarnos.

Imaginar el barrio: analizamos el barrio, imaginamos cómo lo queremos, y definimos los lugares estratégicos para diseñar un proyecto urbano integral.

Experimentar con los espacios: intervenciones menores para recuperar el espacio y probar su uso, aceptación y cuidado. Luego intervenciones mayores para consolidarlo.

Construir los proyectos: jornadas de trabajo comunitario y acompañamiento a las obras de infraestructura; celebrar y replicar; reconocer nuestro trabajo, ampliar las intervenciones, diseñar nuevos proyectos y conectarlos.

Segundo Lugar: Quito Seguro

Extracto de memoria: Los elementos constitutivos de Quito están expuestos a amenazas debido a sus condiciones geodinámicas, geomorfológicas, hidrometeorológicas y antrópicas. Las amenazas son volcánicas y sísmicas, deslizamientos, inundaciones, incendios, accidentes de tránsito y negligencia constructiva. La exposición a estas amenazas determina la fragilidad de las edificaciones, las cuales resguardan a la población y soportan el funcionamiento de la ciudad durante eventos naturales y crisis de los sistemas antrópicos. El terremoto de 2016 en Ecuador generó debate sobre la capacidad resiliente de las ciudades del país. En Quito 60% de las edificaciones son informales y 1,4 millones de personas las habitan siendo un riesgo a sus vidas; en caso de desastre, la reconstrucción supondría 10 mil millones de dólares. Estas cifras escalan a 3,8 millones de viviendas informales en Ecuador y 13 millones de personas en riesgo. No hay una estrategia de gestión de riesgos integral ni una cultura preventiva frente a amenazas.

El objetivo es implementar un plan de gestión de riesgos que 1) salve vidas, 2) mitigue la crisis de los sistemas naturales/antrópicos y 3) actúe como catalizador de mejoras urbanas y sociales del barrio en 5 años. En los primeros 3 años se implementan elementos del plan de emergencias, que sirven también para el día a día. Los componentes para el desarrollo cotidiano se suman durante 5 años. Para emergencias, el plan contempla acciones desde lo privado a lo público incluyendo rutas de evacuación, reforzamiento estructural de viviendas existentes y construcción de vivienda social, regeneración de vías y nuevos accesos, espacio público y equipamientos, y puntos de encuentro y refugio. En el ámbito cotidiano, se aprovechan estos elementos para densificar y reorganizar manzanas, generar usos mixtos de suelo, comercio, polideportivo, corredores verdes y recuperación de quebradas, puntos de encuentro comunitario, arte y huertos urbanos; acciones que dinamizan el desarrollo socioeconómico.

Tercer Lugar: Plataformas de Gestión Territorial – La SilsaTercer Plan de La Silsa, Caracas, Venezuela

Extracto de memoria: En mayo de 2013 un grupo de viviendas precarias al interior del barrio se vieron fuertemente deterioradas, producto de incesantes precipitaciones que alcanzaron a debilitar de forma peligrosa gran parte de las construcciones existentes. De esta manera se inició un proceso de desafectación de la zona que implicó demoler el conjunto y reubicar 45 familias hacia nuevas unidades de viviendas estatales habilitadas en un entorno estable de la misma comunidad. A partir de este momento se conformó un vacío insólito de 500 metros cuadrados de espacio disponible en el núcleo central de uno de los barrios más densos de Caracas. Con esta operación se establecieron los acuerdos para redefinir la ocupación del terreno, evitar la improvisación de otras construcciones, e implementar un proyecto de espacio público vecinal como gen de renovación del barrio, partiendo de nuevas infraestructuras sociales impulsadas por la propia comunidad.

La intervención prevé una tipología de parque enfocado en la gestión territorial. A través de múltiples infraestructuras, el proyecto se centra en mitigar el riesgo de colapso, y a su vez habilitar dotaciones de espacio público y equipamientos. El proyecto reúne dos naves en los extremos de la parcela, un centro de conjunto que integra plazas de follaje tropical y una zona de protección especial para cultivos endémicos. La primera nave despliega una plaza cubierta a nivel de calle, ofreciendo un espacio flexible para asambleas culturales, talleres y mercados. Sobre la plaza se aloja un cancha de baloncesto y aparatos deportivos. La segunda nave acoge una unidad de manejo energías, que incluye dispositivos de clasificación de desechos sólidos y residuos orgánicos, conectados a un proyecto de canalización ordenada de aguas servidas y electricidad, una toma pública de agua potable y un plan integral de paisajismo productivo, implementando fitoregeneración y agricultura urbana.

Menciones Honrosas

Niños y ciudad

  • La línea guía. Colombia
  • La escuela que soñamos. Venezuela
  • Hacia una red de rutas protectoras escolares. Colombia

Agua y ciudad

  • Parque hídrico La Quebradora. México
  • Gestión integral del paisaje – Arroyo Esquel. Argentina
  • Paseo río Colima. México

Inclusión y ciudad

  • Guaicaipuro, una dinámica urbana socializante. Venezuela
  • Programa de desarrollo progresivo para el comercio en el espacio público del distrito metropolitano de Quito. Ecuador

Menciones

  • Sistema de soporte comunitario Miravalles. Costa Rica
  • PARADISO. Adaptación de comedores comunitarios en ámbitos de resiliencia ciudadana. Venezuela
  • ATANDO CABOS. Corredor calle Villapol. Plan maestro y programa de actuaciones para la ciudad de El Consejo. Venezuela

El jurado estuvo integrado por Diana Giambiagi, arquitecta de la Universidad de Buenos Aires y Magíster en Planificación para el Desarrollo Urbano por la University College London; Mayra Madriz, urbanista, licenciada en psicología por la Universidad de Artes Liberales de Grinnell y Magíster en Planificación Comunitaria y Regional y en Estudios de América Latina por la Universidad de Nuevo México; y Washington Fajardo, arquitecto y urbanista egresado de la Universidad Federal de Río de Janeiro.

Nota:

Gracias a la colaboración que nos han brindado desde CAF. Banco de Desarrollo de América Latina, hemos podido saber los integrantes y firmas vinculadas a las tres propuestas ganadoras. Desde allí se nos insistió en la importancia de recalcar que a estos equipos se sumaron grupos técnicos de trabajo, organizaciones sociales y miembros de las comunidades intervenidas.

De esta manera se puede decir, de entrada, que fueron evaluadas en total 238 propuestas de 14 países miembros de CAF, siendo la convocatoria más exitosa hasta ahora. Los resultados se hicieron públicos el 30 de julio de 2018 tras haber concluido la recepción de propuestas el 15 de junio.

El proyecto ganador del primer premio (Perú), dotado de USD 15.000, con la propuesta “Urban 95 – Lima Norte”, fue elaborado por Coordinadora de la Ciudad, ONG Sumbi y la Fundación Bernard Van Leer, donde participaron Javier Vera Cubas, Daniel Canchán, Paula Villar Pastor y Eleazar Cuadros.

El segundo premio (Ecuador), dotado de USD 5.000, obtenido con la propuesta “Quito Seguro. Barrios resilientes como estrategia de desarrollo sostenible para ciudades latinoamericanas”, fue elaborado por URLO Studio S.A. y el arquitecto Diego Salazar en compañía de Nathalia Hidalgo, Diego Puente y Francisco Moratal.

Finalmente, fue acreedora del tercer premio, dotado de USD 3.000, la propuesta “Plataformas de Gestión Territorial La Silsa”, elaborada por el equipo venezolano Aparatos Contingentes liderado por el consorcio Pico Colectivo y Aga-Estudio en el que participaron Marcos Coronel, Eduardo Barrera, Gabriel Visconti y Rodrigo Marín con importante protagonismo de la comunidad del sector objeto del proyecto.

ACA

LA PLAZA VENEZUELA

Vista general de la Plaza Venezuela en los años 50

A poco que uno se dedica a observar el crecimiento de Caracas desde el damero fundacional hacia el oriente a través de las representaciones planimétricas registradas a partir de 1929 (partiendo del Plano de Caracas de Ricardo Razzeti) (1), se puede notar que el mismo está signado por la prolongación de un eje que, teniendo su origen en la avenida Este 2 (paralelo a la ruta que derivará en el trayecto del Ferrocarril Central), se transforma en la Carretera del Este bordeando el Parque Sucre (hoy Los Caobos), siguiendo por lo que luego se conocerá como la Gran Avenida y la Calle Real de Sabana Grande, para más adelante (donde hoy se desarrolla la avenida Francisco de Miranda) servir de conexión a las haciendas que ocupaban el espacio entre Chacaíto y Petare cuya transformación en urbanizaciones se inicia en 1928. Este proceso de crecimiento, el cual nos es imposible desarrollar en esta breve nota, tiene en el trabajo elaborado por el ingeniero Carlos F. Linares, titulado “Consideraciones acerca del lugar hacia el cual debe extenderse la ciudad de Caracas”, publicado en la Revista Técnica del MOP de marzo de 1912, un claro precedente. Linares, dadas las condiciones naturales del valle y la localización del centro fundacional de la ciudad, veía las llanuras del este como el destino lógico de la expansión de Caracas, para lo cual proponía una serie de acciones que de haberse tomado en cuenta habrían dado un resultado de mayor calidad y orden del que en definitiva se dio.

1 (izquierda): Plano de Caracas por Ricardo Razetti, 1929. 2 (derecha): Plaza de los museos de Bellas Artes y Ciencias Naturales cuando aún se podía atravesar el Parque Los Caobos (Parque Sucre) vehicularmente. Años 1950.

Tal y como relata Ciro Caraballo Perichi en “Los últimos días de aquella de los techos rojos, o los ‘planes’ entes del ‘plan’” (aparecido en El Plan Rotival. La Caracas que no fue, Ediciones Instituto de Urbanismo FAU UCV, 1991), teniéndose a las urbanizaciones Los Caobos (1924), San Agustín (1926) y El Conde (1928) como primeras muestras de la tendencia natural de crecimiento hacia el este, dentro de criterios que no rompían con la trama tradicional, lo que las hacía ver como un bloque relativamente homogéneo, pasa a ser fundamental tomar en cuenta como aspecto coyuntural en la expansión de la ciudad la decisión asumida en 1924 por el Ejecutivo Nacional de adquirir “la mayor parte de los terrenos de la Urbanización Los Caobos -con sus lotes definidos y su vialidad ya trazada- para construir un parque urbano” que se denominará Parque Sucre por conmemorarse ese año el centenario de la Batalla de Ayacucho. Si bien las calles de la urbanización continuaron abiertas al tránsito vehicular, “esta enorme masa de árboles separaría la ciudad de su nuevo engendro: las urbanizaciones del este”, concluirá Caraballo. (2).

3. Recorte hecho al Plano de Caracas y sus alrededores (1934) de Eduardo Rohl en el que «parece adivinarse un caballo recostado contra el Ávila»
4 (izquierda): Detalle del Plano de Caracas Monumental (1936) de Ramón Sosa. 5 (derecha): Entrada de la urbanización Los Caobos promovida por Luis Roche, cuyo trazado fue diseñado por Enrique García Maldonado y José Antonio Madriz Guerrero en 1940.

Son el Plano de Caracas y sus alrededores (1934) de Eduardo Rohl y el Plano de Caracas Monumental (1936) de Ramón Sosa los que ofrecen el mejor apoyo para entender lo que posteriormente sería el destino del lugar ubicado al este del Parque Los Caobos (denominación que se le da al Parque Sucre a partir de 1937) y que dará como resultado la localización de lo que hoy conocemos como Plaza Venezuela. El plano de Rohl (3) informa con precisión acerca de la aparición de cotos aislados, algunos de ellos entre quebradas que aún permanecen intactas, débilmente conectados a la Carretera del Este, que se empiezan a poblar de quintas: Las Delicias (1928), Caracas Country Club (1928), La Florida (1929), Los Palos Grandes (1930), Los Chorros (1930), Campo Alegre (1932) y Sebucán (1932). El plano de Sosa (4), por su parte, esboza como remate de la avenida que atraviesa el Parque Los Caobos y su encuentro con la Carretera del Este que continuará hacia Sabana Grande, un espacio que marca el borde sur de lo que se denomina como “Urbanización Bigott” (con el edificio de la conocida Cigarrera incluido al borde de la ruta del Ferrocarril Central), ubicada entre las quebradas de Maripérez y Canoas. Dicho espacio se constituirá más adelante en la entrada, definida por una plaza verde inaugurada en 1941, provista de fuentes y adornada con una serie de esculturas conocidas como “Los Venados” (trasladadas en los años ’50 a la Plaza La Estrella en San Bernardino), del desarrollo emprendido por Luis Roche, cuyo trazado fue diseñado en 1940 por el arquitecto Enrique García Maldonado y el ingeniero José Antonio Madriz Guerrero, de la que hoy se conoce como urbanización Los Caobos y en el punto donde finalmente aparecerá la Plaza Venezuela. (5)

6 (izquierda): Detalle el esquema de vialidad del Plan Rotival (1939). En el lugar denominado Plaza Colón se ubicará la Plaza Venezuela. 7 (derecha): Vista de la Autopista del Este en fechas cercanas a su inauguración (1953) hacia la Plaza Venezuela.

La decisión de Roche de ubicar la urbanización en ese lugar habla a las claras de su capacidad para detectar sectores de la ciudad con un potencial de desarrollo que con el tiempo se verían convertidos en centros neurálgicos de ella. Por ello no es casual que Los Caobos se inaugure un año después de la presentación del Plan Rotival, propuesta que marca el destino del desarrollo urbano y vial de Caracas y donde empieza a considerarse lo que se denomina “Plaza Colón” como el centro geográfico de la capital y lugar donde se podría pensar en la concentración de actividades financieras.(6)

8. Izquierda: Fuente de la lPaza Venezuela del escultor Ernesto Maragall en pleno funcionamiento. Derecha: La fuente en su ubicación actual en el Parque Los Caobos

El empujón final que hará tomar su aspecto definitivo a la Plaza Venezuela lo dará, siguiendo las recomendaciones del Plano Regulador de Caracas de 1951, la construcción en 1953 de la primer etapa de la autopista del Este y del distribuidor que permitirá desde ella el acceso al espacio que nos ocupa, estrechamente vinculado, también, a través de una conexión directa que pasa sobre la autopista a la Ciudad Universitaria por la puerta “Tamanaco” (7). En este sentido, no hay que olvidar que para ese entonces el espacio central de la plaza es ocupado por un conjunto de esculturas y fuentes luminosas, producto de un concurso promovido en 1952 por el Concejo Municipal de Caracas entre los más prestigiosos artistas del país, del cual resultó ganador Ernesto Maragall con la obra que fue bautizada «Fuente Venezuela» en 1953 que hoy puede apreciarse reubicada, desde 1967, en el Parque Los Caobos.(8)

9 (izquierda): Torre Polar, Vegas & Galia (1954). 10 (derecha): Concesionario Chrysler-Plymouth, Don Hatch (1953)
11 (izquierda): Torre Capriles, John Machado y Gustavo Machado (1968). 12 (derecha): Torre Phelps, José María Puig (1968)
13 (izquierda): Nunciatura Apostólica, Manuel Mujica Millán (1944). 14 (derecha): Puente Bolívar (Los Caobos), Enrique García Maldonado (1940)

Tampoco será menor el efecto que producirá la localización allí (1954) del nuevo rascacielos de la capital: la torre Polar (tercer proyecto de la firma Vegas & Galia y primer edificio en Latinoamérica en utilizar “muros cortina”) (9), la cual estuvo acompañada a partir de ese mismo año en el terreno del frente por un sobrio concesionario de automóviles Chrysler-Plymouth diseñado por Don Hatch (10) y más hacia el este por una bomba de gasolina que aún permanece. Más adelante (1968) completarán el perfil metropolitano del espacio la Torre Capriles (proyectada por los arquitectos John Machado y Gustavo Machado) (11) y la Torre Phelps (12) (diseñada por el arquitecto José María Puig, que ocupará el lugar dejado por la demolición del showroom de Hatch), ubicadas a ambos lados de la avenida La Salle, eje principal de la urbanización Los Caobos que con el tiempo también terminó de cambiar definitivamente su condición predominantemente residencial presidida durante años por la Nunciatura Apostólica (de Manuel Mujica Millán -1944-) (13) y por el puente Bolívar diseñado por García Maldonado en 1940 (14), que daba paso a la ruta del Ferrocarril (luego Calle La Línea), demolido cuando posteriormente, se construyó la avenida Libertador.

15 (izquierda): El tráfico se apoderó de la Plaza Venezuela desde finales de los años 50. 16 (derecha): La fuente es removida el año 1967 construyéndose una trinchera para aliviar el tránsito

En resumen, a partir de 1953 el impacto que recibirá la plaza convertida en punto de encuentro vial será enorme pasando a convertirse en un lugar de congestión (15). Dicha condición que, salvando las distancias, la asemeja a la Plaza L’Etoile de París, ha hecho de este lugar un permanente dolor de cabeza para quienes piensan la ciudad con base a su vialidad y no en la condición peatonal que requiere como lugar de encuentro a escala urbana.

17 (izquierda): Nueva fuente diseñada por Santos Michelena en una ubicación lateral (1983). 18 (izquierda): Nueva fuente ubicada en el lugar original y centro geométrico del espacio que rescata el diseño de Santos Michelena (2009)
19 (arriba izquierda): Abra solar de Alejandro Otero. 20 (arriba derecha): Fisiocromía homenaje a Andrés Bello de Carlos Cruz-Diez. 21 (abajo): vista general de las áreas verdes complementarias a la Plaza Venezuela

De allí las sucesivas modificaciones que ha sufrido: vaciamiento del centro mediante la construcción de una trinchera que “resolvía” la conexión directa este-oeste y consecuente desaparición de la fuente original (1967) (16); aparición lateralmente de otra fuente diseñada por el ingeniero Santos Michelena (1983) (17); cierre de la trinchera y posterior colocación de otra fuente más moderna (que rescata el diseño de Santos Michelena) en el lugar original y centro geométrico del espacio (2009) (18) lo cual le ha permitido adquirir cierta animación nocturna, sin que por ello haya cuajado como el lugar de permanencia y disfrute que su ubicación y escala siempre han demandado y que tampoco la presencia un tanto desarticulada de obras de arte como el “Abra Solar” de Alejandro Otero (19), la “Fisiocromía homenaje a Andrés Bello” de Carlos Cruz-Díez y la propia efigie de Bello a la que sirve de marco (20), han logrado resolver. (21)

ACA

Procedencia de las imágenes

Encabezado. https://fotourbana.org/fondovisual/homenaje-a-william-nino-en-el-449no-aniversario-de-caracas/

1, 3 y 4. González Viso I.; Peña M.I.; Vegas F. Caracas del Valle al mar. Guía de arquitectura y paisaje, 2015

2. https://www.pinterest.com/pin/486107353527235250/

5, 9, 11, 13, 14, 15. Colección Crono Arquitectura Venezuela

6. Vallmitjana, M.(coord.); El Plan Rotival. La Caracas que no fue. 1939-1989. Un plan urbano para Caracas, 1991

7. https://www.pinterest.com/pin/462604192945063418/

8. https://www.pinterest.com/pin/451134087651586721/

10. https://www.ccscity450.com/otras_obras/showroom-chrysler-plymouth/

12. https://www.conlallave.com/propiedades/torre-phelps-51660841.html

16. https://www.pinterest.com/pin/282530576603829786/

17. https://twitter.com/gfdevenezuela/status/957413387197190144

18. https://medium.com/@beatrice_91993/la-fuente-de-plaza-venezuela-16-millones-de-colores-para-todos-d80306768bbf

19. https://iamvenezuela.com/2015/06/abra-solar-de-alejandro-otero/

20 http://www.cruz-diez.com/es/work/integracion-a-la-arquitectura_1/1980-1989/fisicromia-concavo-convexa-homenaje-a-don-andres-bello/

21. http://www.arquitecturapanamericana.com/wp-content/gallery/rehabilitacion-integral-de-la-fuente-de-plaza-venezuela-y-sus-zonas-de-injerencia/Foto-aerea-Plaza-Venezuela.jpg

1919• Inicio del desarrollo de El Conde y San Agustín

El Conde y San Agustín del Norte.jpg

1919•  Se inicia el desarrollo de la Urbanización El Conde y San Agustín (Norte y Sur) en un esfuerzo conjunto entre el Estado y empresarios privados, (la primera expansión de Caracas hacia el sur-este). Se trataba de grupos de viviendas pareadas en estilos diferentes que reflejaban el gusto del momento: neo-colonial, internacional, morisco y egipcio.

HVH