ALGO MÁS SOBRE LA POSTAL nº 184

El desaparecido edificio Galipán, cuya impactante estampa engalana nuestra postal del día de hoy, fue la primera intervención de envergadura que se realizara en la avenida Francisco de Miranda, vía que el Ministerio de Obras Públicas (MOP) terminó de construir en 1954 sobre el trazado del antiguo Camino Real de Petare en el trecho de 8,2 kilómetros que transcurre desde Chacaíto hasta esa población.

Tardó el Galipán 20 meses en construirse (agosto 1950 a marzo 1952) bajo la responsabilidad de la Compañía Anónima Edificaciones Galipán, presidida por Carlos Rodríguez Landaeta, en una manzana de 8.600 m2 de extensión que limita con la avenida Francisco de Miranda por el Norte, la calle El Parque por el Este, la avenida Tamanaco por el Sur y al Oeste con la calle Mohedano, de la urbanización El Rosal. Su diseño fue realizado por el ingeniero-arquitecto Gustavo Guinand Van der Walle (FI UCV, 1942; FAU UCV, 1967).

1. Edificio Galipán, Gustavo Guinand Van der Walle. 1952. Arriba: planta tipo (apartamentos). Abajo: planta baja (comercios)

Estaba integrado por tres torres enlazadas, y fue considerado en su momento “la unidad de vivienda mas avanzada de Latinoamérica”. Tuvo 14 pisos que totalizaban 36 metros de altura (la más alta de la capital, pudiéndose divisar el valle de Caracas en toda su extensión), 28.000 m2 de construcción, en los cuales Guinand desarrolló 135 apartamentos, 29 locales comerciales, 24 oficinas, un bar-restaurante en el último nivel, un garage con estación de servicios para 80 vehículos y estacionamientos al aire libre.

Fue construido a un costo de 14 millones de bolívares por varias empresas, entre las que se destacaron Técnica Constructora C.A., quien realizó la estructura de concreto armado antisísmica; Martínez y Salegui responsable de la albañilería; Briceño y Rodríguez de las instalaciones sanitarias y José García de las instalaciones eléctricas.

Los pisos del edificio fueron de granito y las paredes de los accesos y espacios de circulación estaban recubiertos con mármol de Carrara. La circulación vertical se realizaba a través de 12 escaleras y 6 ascensores (dos de ellos de carga). El tanque subterráneo de agua tenia una capacidad de 500.000 litros y estaba equipado con 4 bombas de 25 hp cada una.

2. Dos vistas exteriores del edificio Galipán
3. Edificio Galipán, Gustavo Guinand Van der Walle. 1952. Fachada norte

Citando a Hannia Gómez en el artículo “Flores al Galipán”, aparecido inicialmente en la sección Arquitectura del diario El Nacional en 1999 (que hoy se puede releer en http://fundamemoria.tripod.com/id37.html), “La avenida como dijéramos una vez en un libro del Instituto de Arquitectura Urbana, luciría ‘nueva y flamante’, prácticamente construida para el uso exclusivo de la ‘gigantesca megaestructura en medio de grandes lotes baldíos de terreno’. El edificio se asienta majestuosamente a su orilla como un ‘mundo urbano en sí mismo, como un pedazo aislado de ciudad’. En aquel entonces lo habíamos escogido entre los 10 mejores edificios de vivienda multifamiliar de los años cincuenta y le redibujamos cariñosamente sus plantas, sus secciones y sus alzados, cuidando mucho en delinear bien cada antepecho, cada baranda, cada alero (que tanta familiaridad tienen con los de su notable pariente, el Hotel Tamanaco, otra espléndida obra del arquitecto Gustavo Guinand), a fin de salvarlos para la posteridad, erigiéndolo con nuestro devoto esfuerzo en un sitial de honor: una de las operaciones de mayor confianza urbana de la época. Arriba en el último piso, un amplio restaurante coronaría la corpulenta fábrica a lo largo de una terraza sobre la curvatura central del volumen, rutilante de luces festivas y repleta de gente, y desde cada uno de los dos penthouses en las cinco puntas del edificio, los inquilinos, todos gente muy chic que se daban codazos para conseguir aquí apartamentos para rentar, abrían sus elegantemente decorados balcones a la vista de la nueva Caracas”.

Referencia durante años por su calidad arquitectónica, respuesta urbana y el alto estándar de las firmas que ocupaban sus espacios comerciales, los propietarios del Galipán afectados por el hecho de haber sido construido antes de que se sancionara la Ley de Propiedad Horizontal y por la posterior aplicación de la Ley de Inquilinato, habían ido descuidando paulatinamente su mantenimiento y cambiando forzadamente su uso, presentando innumerables problemas con quienes como inquilinos ocupaban sus espacios. Adicionalmente, se empezaba a ver afectado por la presión de una ordenanza que permitía en el área que ocupaba un mayor porcentaje de construcción del que poseía.

En medio de este panorama, en julio de 1999 el Concejo Municipal de Chacao aprobó un acuerdo mediante el cual se lo declaraba patrimonio histórico del municipio. Sin embargo, meses después, los mismos concejales inexplicablemente, con sólo un voto salvado, derogaron el decreto facilitando la posibilidad de su demolición.

4. Nº 324 del 3 de diciembre de 1999 de Arquitectura HOY, dedicado a encontrar salidas a al inminente demolición del edificio Galipán

El escándalo que acompañó todo el proceso que terminó con el derrumbe forzado del edificio, constituyó a finales de los años 90 del siglo XX todo un testimonio del despertar de un sentir que se venía desarrollando por la preservación del patrimonio construido de la ciudad, altamente afectado en lo correspondiente a su pasado colonial y republicano al cual ya se habían empezado a sumar importantes piezas de arquitectura moderna. También de la frustración que acompañó el no poder evitar su anunciado destino a pesar de los pesares y de los altibajos esperanzadores que fueron surgiendo una vez que la sentencia fue decretada.

Las voces levantadas desde diferentes frentes (académicos o de divulgación), si bien avivaron la polémica y abrieron los ojos al ciudadano común de que se trataba de una pelea desigual entre Mercado Inmobiliario y Conservación del Patrimonio, dejaron en claro que ante el primero mientras no exista una opinión pública solida y que se manifieste al unísono será difícil evitar que la segunda vaya observando la desapareción paulatina de su acervo. La actitud ambigua que en su momento manifestaron el Colegio de Arquitectos de Venezuela que declaró que “el edificio es insalvable”, el silencio del Instituto de Patrimonio Cultural, e incluso las declaraciones proclives al desahucio del arquitecto del edificio, alentaron a los nuevos propietarios a llevar adelante su objetivo de obtener la mayor rentabilidad posible en un terreno que lo permitía sin reparar en lo que sobre él estaba construido.

5. Imagen de la demolición del edificio Galipán el año 2000

El 10 de febrero del año 2000 comenzó la demolición del edificio de parte de la constructora propiedad del Sr. Salomón Cohen, levantándose allí un conjunto o “centro empresarial” que irónicamente lleva el nombre de la obra destruida. A casi 20 años del suceso, de lo que hubo ya nos hemos paulatinamente olvidado.

ACA

Procedencia de las imágenes

Postal, 2 y 5. Colección Crono Arquitectura Venezuela

1, 3 y 4. Colección Fundación Arquitectura y Ciudad

VISITAS MEMORABLES

Glenn Murcutt (1936)

Hijo de padres australianos, Glenn Murcutt, quien es reconocido como el arquitecto más importante de ese país, nació por una de esas casualidades de la vida en Londres en un momento en que sus progenitores se encontraban en la capital del Reino Unido poco antes de que estallara la Segunda Guerra Mundial. Sin embargo, siendo Murcutt muy pequeño, la familia retorna a su tierra de origen, pasando los primeros cinco años de su vida en la provincia de Morobe, Papua, Nueva Guinea, para luego mudarse con sus padres a Sydney en 1941. Allé se educa en la Manly Boys’ High School para posteriormente estudiar arquitectura en Universidad de Nueva Gales del Sur (UNSW) de donde se graduó en 1961.

Sus biógrafos reconocen que quien primero influyó en su vocación fue su propio padre (constructor) y que durante su formación trabajó con varios arquitectos. Una vez graduado viajó durante dos años trabajando en Londres para la oficina de Frazer & Associates y aprovechó para conocer en Finlandia la obra de Alvar Aalto la cual le dejo una honda huella. De regreso en 1964 a Sydney se incorpora a trabajar por cinco años en la oficina de Ancher, Mortlock, Murray y Woolley vinculados a la arquitectura orgánica y a la valoración de su relación con la naturaleza de clara influencia wrightiana. En 1969, Murcutt estableció su propio taller en el suburbio de Mosman (Sydney) y desde entonces se ha caracterizado por llevar adelante una práctica profesional en solitario concentrada en el territorio australiano a través de proyectos de pequeña escala lo que le ha permitido actuar con total independencia escogiendo los encargos que considera más acordes con su línea de actuación y pensamiento.

1. Glenn Murcutt. Fredericks / White House, Jamberoo, Nueva Gales del Sur, Australia, 1981-82 / 2001-04
2. Glenn Murcutt. Izquierda: Magney House, New South Wales, Australia, 1984. Derecha: SimpsonLee House, Mount Wilson, Blue Mountains, New South Wales, Australia, 1988-93
3. Glenn Murcutt. Palm Beach House, Sydney, New South Wales, Australia, 2006 – 2016

Admite Murcutt que su trabajo en cuanto a basamento conceptual tiene su fuente en la filosofía de Henry David Thoreau y en cuanto a la caracterización de sus edificios ha estado influido por Mies van der Rohe y Pierre Charreau, pero el eje fundamental que ha determinado la impronta por la cual se le ha reconocido internacionalmente proviene del valor que otorga a la relación con el medio ambiente propio de la región donde vive, a la observación cuidadosa de las construcciones aborígenes y rurales australianas y, en consecuencia, a las influencias climáticas dando como resultado una arquitectura que muestra una combinación equilibrada de sensibilidad, artesanía local, mano de obra del sitio y respeto por la naturaleza. En otras palabras, Murcutt ha logrado crear un lenguaje identificable con la región a la que pertenece a partir de una arquitectura que dialoga con el entorno, que “toca la tierra ligeramente” según reza un proverbio de los aborígenes australianos.

La obra de Murcutt, silenciosa, perseverante y consistente, toda ella realizada en Nueva Gales del Sur (NSW), comienza a ser objeto de atención a nivel internacional a mediados de la década de los años 80 del siglo XX para cuando ya tiene acumulada una importante e interesante producción edilicia, conformada en su gran mayoría por viviendas unifamiliares. De allí que en 1992 sea reconocido con la Medalla Alvar Aalto que otorga el Museo finlandés de Arquitectura y la Asociación Finlandesa de Arquitectos (SAFA).

4. Dos artículos de Juan Pedro Posani dedicados Australia en general y a la obra de Murcutt en particular

Pues bien, la senda trazada por Murcutt empieza a ser detectada y observada con atención en nuestro país por Juan Pedro Posani quien encuentra en su obra una estupenda ejemplificación y plena sintonía con su pensamiento, heredero de la línea con la que Carlos Raúl Villanueva concebía su arquitectura. De esta manera podemos detectar cómo desde el momento en que empieza a escribir su página semanal en la edición sabatina del diario Economía HOY, en fecha tan temprana como el 19 de mayo de 1990, Posani titula su tercera entrega como “Aprender de Australia”, artículo que marca una afinidad casi absoluta con lo que está aconteciendo en términos de producción arquitectónica en aquella región y del que podemos extraer lo siguiente: “Desde el punto de vista eurocéntrico Australia siempre ha sido considerada usando el metro más convencional de la cultura occidental. Por lo tanto ha aparecido sobre todo como el lugar de un pueblo sin raíces, perdido en la inmensidad de sus sabanas, cuya única memoria -y con mucho- es el té de las cinco y el cricket inglés. (…) En este engañoso vacío cultural, Australia ha producido, sin embargo, una suerte de escuela arquitectónica de portentosa validez. En ella no sólo se revela la inteligencia y la sensibilidad de sus protagonistas, sino también, y sobre todo, su talento para percibir -y casi crear- raíces y tradiciones donde en cambio la cultura etnocéntrica convencional no halla ni rastros ni memorias ni señales ni símbolos que puedan constituir sustancias para conformar imágenes memorables. (…) Algunos de los más conocidos arquitectos australianos, Geoffrey Pic, Robert Robertson, Gabriel Poole, John Andrews, Alex Tzannes y en especial el padre de todos ellos, el más definitivo y esencial, Glenn Murcutt, han estado produciendo una arquitectura de gran calidad a partir de unos ingredientes cuyos atributos pueden tener, por lo que puede inferirse desde acá, algunas analogías con nuestra realidad. El resultado es un diseño asentado en la reinterpretación de la tipología tradicional  del campo. Una arquitectura de materiales exteriores extremadamente pobres, y eficientes, de tradición rural en lo que concierne a los acabados (metal corrugado, zinc, madera) y en lo que se refiere a los dispositivos de control climático (persianas, aleros, verandas y corredores, mosquiteros y ventiladores de techo). Materiales livianos, casi provisionales; tipologías de colonos, de criadores de ovejas, de pioneros solitarios.”

5. Número 115 de Arquitectura HOY (15-07-1995) ocupado en su totalidad por el artículo “Las enseñanzas que vienen de las antípodas de Juan Pedro Posani

Así, Australia en general y Murcutt en particular se harán presentes de forma referencial en otros artículos de Posani titulados “Vuelta al trópico” (11-08-1990), “¿Hacia dónde vamos?” (8-09-1990), “Aldea global, pero regionalista” (17-11-1990), “La incultura del clima o el problema de afinar la arquitectura” (08-08-1992) y “El problema de parecerse a” (20-02-1993); y de forma más directa, ya dentro de lo que fue la importante experiencia del semanario Arquitectura HOY en “Australia, por ejemplo” (nº 91 del 21-01-95), “Las enseñanzas que vienen de las antípodas», (nº 115 del 15-07-95) y “Murcutt, una vez más” (nº 345 del 14-07-2000), piezas todas que reafirmarán los principales postulados sobre los que Posani fue construyendo una teoría aplicable a nuestra más rabiosa actualidad.

6. Juan Pedro Posani. Primeras ideas para los módulos que formaron parte del Proyecto-programa de los espacios culturales Comunitarios (2000-2002)
7. Juan Pedro Poani. Módulo de San Sebastián de Los Reyes, estado Aragua (2000-2002)

Con todos estos antecedentes, convertidos en clara admiración, una vez que Posani asume el año 2001 la Dirección General de Edificaciones Culturales adscrita al Viceministerio de Cultura (encabezado en aquel momento por Manuel Espinoza), coordinando y ejecutando el ambicioso Proyecto-programa de los Espacios Culturales Comunitarios (ECC), encuentra la oportunidad de promover dentro del organismo la venida de Glenn Murcutt como invitado, dando la oportunidad de que se conociera de primera mano su obra y de rendirle si se quiere un tributo a quien había ejercido claras influencias y repercusiones en la experiencia del proyecto-programa en cuanto al carácter y espíritu que predominaba en las propuestas arquitectónicas de allí emanadas de la mano del propio Posani, con el apoyo en cuanto a la concepción estructural y constructiva del ingeniero José Adolfo Peña y de la arquitecta Carmen Yáñez. De dicho programa, sólo añadir que “La idea consiste en diseñar un sistema extremadamente sencillo, flexible y económico que pueda multiplicarse rápidamente por todo el país y que sea capaz de responder adecuadamente a las condiciones contextuales del trópico. (…) La respuesta a las condiciones de partida se basó en dos principios: la elección de un sistema de prefabricación ligera y la consideración en primer plano de las condiciones climáticas extremas propias del trópico. (…) El proyecto, en términos de arquitectura y de política humanista, es un compromiso arquitectónico con el medio ambiente, la tecnología constructiva y las condiciones y exigencias de un medio social claramente desfavorecido” (José Adolfo Peña en “Espacios culturales comunitarios en Venezuela”, Informes de la Construcción, Vol. 56, nº 491, mayo-junio 2004).

Será finalmente en junio de 2001 que Glenn Murcutt visite Venezuela y dicte una memorable conferencia en los espacios del Museo de Bellas Artes de Caracas (MBA). Casi seguros estamos de que en su estadía, en virtud de quiénes habían sido los artífices de su visita, conoció el planteamiento y trabajo que se venía adelantando en la Dirección General de Edificaciones Culturales del Viceministerio de Cultura, las primeras ideas y las primeras aproximaciones proyectuales de los ECC e incluso haya sido trasladado a alguno de los que ya se encontraban en proceso de ejecución como el de San Sebastián de los Reyes, estado Aragua.

Luego de visitar Caracas, Murcutt obtiene en 2002 el Premio Pritzker, la más alta distinción en el mundo de la arquitectura, subrayando el jurado que evaluó sus méritos lo siguiente: ”En una época obsesionada con las celebridades, el brillo de nuestros ‘arquitectos estrella’, apoyado por grandes oficinas y profusas relaciones públicas, domina los titulares. En total contraste, Murcutt trabaja en una oficina de una sola persona al otro lado del mundo… aún así, tiene una lista de espera de clientes, a los cuales pretende brindar el mejor proyecto que él pueda producir. Él es un profesional innovador de la arquitectura, quien es capaz de dirigir su sensibilidad hacia el ambiente y lo regional, y producir obras de arte totalmente honestas y humildes.”

Más adelante, en 2009, a Murcutt se le otorga Medalla de Oro de la American Institute of Architects (AIA), otro importante galardón.
También en 2002 “El proyecto-programa de los Espacios Culturales Comunitarios”, bajo el eslogan “Otro mundo es posible”, representó a Venezuela en la VIII Muestra Internacional de arquitectura de la Bienal de Venecia (para lo cual se editó un hermoso catálogo), mostrando de manera tangible como las enseñanzas del maestro australiano había tenido un hondo calado en la realidad venezolana de la mano de un estudioso de su obra y su equipo de trabajo. Hoy Murcutt a los 83 años se ha convertido en referencia planetaria desde su reducto regional, antítesis del “star system” y ejemplo vivo para quienes se forman como arquitectos en la Universidad de Nueva Gales del Sur donde durante muchos años ejerció la docencia y aún presta su valiosa colaboración.

ACA

Procedencia de las imágenes

1 y 2 izquierda: https://catalogo.artium.eus/book/export/html/8363

2 derecha. https://www.archdaily.com/770780/spotlight-glenn-murcutt/55b294bbe58ece6c07000394-spotlight-glenn-murcutt-photo

3. https://www.ozetecture.org/donaldson-house

4 y 5. Colección Fundación Arquitectura y Ciudad

6. Publicación Otro Mundo es posible. Proyecto-programa de los Espacios Culturales Comunitarios. Venezuela 2000-2002. VIII Muestra internacional de arquitectura Bienal de Venecia.

7. Colección Crono Arquitectura Venezuela

Nota aclaratoria

Luego de publicada esta nota un buen amigo y asiduo seguidor de la página nos comentó que Murcutt llega a Venezuela (tras dos intentos anteriores fallidos) gracias a las gestiones realizadas por el Centro de Estudios sobre la ciudad, el diseño y la arquitectura Carlos Raúl Villanueva  (CEVILLA), entidad que por aquel entonces (año 2001) se estaba formando y convirtió el paso por Caracas del australiano en su primera actividad importante además de oportunidad para darle un sustantivo impulso a su lanzamiento el cual, por diversas razones, no cuajó. También nos refiere que los promotores del CEVILLA fueron los encargados de asumir la logística vinculada a la visita: traslados, estadía, paseos por la ciudad y a diversas instituciones, gestiones alrededor de la organización de la conferencia, etc., por lo que fue el ente oficialmente a cargo de ella y el que mayor aporte económico sufragó para hacerla posible.

Todo lo anterior sirve para aclarar que la participación directa del Viceministerio de Cultura en lo concerniente a la traída de Murcutt fue prácticamente nula y su injerencia en cuanto a las actividades por él realizadas en Caracas muy escasa. De allí quizás el bajo perfil que caracterizó su paso a diferencia, por ejemplo, del que tuvieron las venidas de Richard Rogers o Frank Gehry en enero y diciembre de 2014, respectivamente, que sí contaron con todo el apoyo “oficial”.
Lo anteriormente aclarado no disminuye un ápice el importante peso que tuvo la divulgación en Venezuela de la obra de Murcutt a cargo de Juan Pedro Posani, lo cual permitió a quienes tuvimos la oportunidad de asistir a su presentación en el Museo de Bellas Artes, hacerlo con conocimiento y admiración por una obra para entonces poco difundida. Tampoco evita remarcar el peso de las influencias ejercidas por la aproximación de Murcutt a la arquitectura sobre el propio Posani y sobre el Proyecto-programa de los Espacios Culturales Comunitarios gestado desde la Dirección General de Edificaciones Culturales del Viceministerio de Cultura.

El CEVILLA según nos comenta nuestro informante murió antes de nacer. Tenía entre sus planes gestionar la venida a Venezuela de otros dos arquitectos de renombre y emprender otras interesantes iniciativas, pero eso quedó dentro del territorio de los deseos no cumplidos.

ACA

VALE LA PENA LEER

La postmodernidad liberal.

Charles Jencks, 1939-2019

Luis Fernández-Galiano

17/10/2019

Tomado de arquitecturaviva.com

Antes de convertirse en el más notorio propagandista de la arquitectura postmoderna, Charles Jencks fue un agudo y herético historiador de la modernidad. Desaparecido el pasado 13 de octubre, el arquitecto y crítico deja tras de sí más de 30 libros, algunos jardines y la promoción de los modélicos Maggie’s Centres, pequeños pabellones para pacientes de cáncer diseñados por los más grandes arquitectos contemporáneos. Inevitablemente vinculado con el clasicismo postmoderno, al que dedicó buena parte de sus publicaciones e inspiró las formas juguetonas de su casa-manifiesto en Londres, Jencks usó sin embargo una alucinada abstracción geométrica en los paisajes y jardines que llamó ‘cósmicos’, y fue muy ecléctico en los encargos de los pabellones que llevan el nombre de su segunda esposa, la artista y experta en jardines chinos Maggie Keswick, fallecida de cáncer, y recordada hoy con obras de Zaha Hadid, Norman Foster, Frank Gehry, Rem Koolhaas, Richard Rogers o Benedetta Tagliabue.

Nacido en Baltimore y educado en Harvard, acabaría asentándose en el Reino Unido tras redactar su tesis doctoral en Londres bajo la dirección de Reyner Banham, un trabajo que daría lugar en 1973 a Modern Movements in Architecture, una visión del siglo XX cuyo título plural sugiere la apertura de su enfoque, y que es sin duda su mejor libro. Influido por Karl Popper y Hannah Arendt, a los que cita reiteradamente, censura el dogmatismo restrictivo del funcionalismo tectónico o el platonismo geométrico de arquitectos como Mies van der Rohe, que muestra su inconsistencia en las no resueltas esquinas interiores del Seagram. Lo publiqué en español diez años después, y Jencks quiso reemplazar el epílogo ‘Arquitectura y revolución’ por el más inclusivo ‘Arquitectura tardomoderna y postmoderna’, que habla elocuentemente del giro de sus intereses de la historia a la crítica, tras el formidable éxito de The Language of Post-Modern Architecture, aparecido en 1977 y ampliado innumerables veces con nuevas figuras y movimientos, en un carnaval inclusivo que le llevó a desarrollar complejas taxonomías de los sucesivos ismos a través de diagramas que reflejaban ‘árboles evolutivos’. Su interés en la ciencia y en los ‘multiversos’ le llevó a interpretar la obra de arquitectos como Daniel Libeskind o Peter Eisenman con metáforas científicas algo disparatadas, presentando incluso la Núvol i cadira que corona la barcelonesa Fundación Tàpies ¡como una imagen de las supercuerdas! Prueba de la versatilidad de su agenda y su cordialidad expansiva es que lo recuerdo presentándome en Los Ángeles a Thom Mayne y otros representantes de la que en 1989 era la joven arquitectura californiana, y casi tres décadas después, en 2017, asistiendo a la inauguración de la Elbphilharmonie de Herzog & de Meuron, o escribiendo sobre Norman Foster para la monografía de AV que publicamos ese año: arquitectos todos alejados de ese clasicismo postmoderno —hoy afortunadamente agostado— que promovió con sus libros y con sus textos en el AD de Andreas Papadakis. La curiosidad exenta de prejuicios y el espíritu liberal de Jencks, que se expresó tempranamente en su revisión de la modernidad, llegó hasta sus últimos compases con la variedad de sus afinidades electivas y la nómina de excelencia de los Maggie’s Centres, y esta amplitud de miras es seguramente aquello por lo que este historiador será recordado.

ACA

ES NOTICIA

La expansión del MoMA diseñada por Diller Scofidio + Renfro abre sus puertas al público en Nueva York

Por Eric Baldwin

17/10/2019

Tomado de Plataforma arquitectura

El proyecto de expansión del Museo de Arte Moderno de Nueva York ha sido completado. Diseñada por las oficinas de Diller Scofidio + Renfro y Gensler, la extensión se inició en 2014 para agregar 4.000 metros cuadrados de espacio de exhibición. La primera fase de las renovaciones se completó en 2017 y la segunda fase ya está completa y lista para ser abierto al público.

Según Diller Scofidio + Renfro, el corazón del museo contará con programación en vivo y actuaciones que reaccionan, cuestionan y desafían las historias de arte moderno y el momento cultural actual. Un laboratorio de creatividad en el segundo piso invitará a los visitantes a conectarse con el arte que explora nuevas ideas sobre el presente, el pasado y el futuro. Las galerías gratuitas a pie de calle y abiertas a la planta baja extendida conectarán el museo con las calles de Manhattan. Según los arquitectos:

«El diseño optimizó los espacios actuales, haciéndolos más flexibles y tecnológicamente sofisticados, expandió y abrió el vestíbulo principal, convirtiéndolo en un espacio iluminado de doble altura, y creó una multitud de rutas de tráfico, con más lugares para que los visitantes se detengan y reflexionen”.

El proyecto enfrentó críticas por la decisión de demoler el American Folk Art Museum para dar paso a la nueva expansión. En una entrevista con Los Angeles Times en enero de 2014, la directora de Diller Scofidio + Renfro, Liz Diller, aceptó las críticas y dijo que «estaríamos del mismo lado si no supiéramos todos los detalles que conocemos». El equipo explicó el enfoque de diseño, diciendo que:

«La expresión arquitectónica es una conversación restringida entre la paleta existente y los nuevos materiales del Museo de Arte Moderno. El proyecto explora el ADN histórico del edificio, vinculando elementos dispares a través de una serie de intervenciones estratégicas que reflejan aspectos del modernismo del siglo XX: pureza de la expresión material, abstracción del espacio y simplicidad. La síntesis se logra con un uso minimalista de materiales que se correlaciona con el tejido de la construcción existente». La expansión del MoMA se abrió al público el pasado lunes 21 de octubre.

ACA