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ALGO MÁS SOBRE LA POSTAL Nº 317

El Museo y Casa Parroquial Cristo del Buen Viaje, ubicado con frente al Bulevar Joaquín Maneiro y a la calle San Martín, Pampatar, estado Nueva Esparta, diseñado por el arquitecto Ángel L. Yánez, cuya imagen engalana nuestra postal del día de hoy, inaugurado el 26 de octubre de 2012, fue producto de la propuesta ganadora de un concurso público organizado en el año 2010 por el Centro de Ingenieros y Arquitectos del estado Nueva Esparta (CIENE) en el cual participaron 20 arquitectos egresados de diferentes universidades, radicados en la región.

Destinado a proveer espacios que permitieran exponer objetos, ofrendas y tributos relacionados a una veneración de larga tradición en la Isla de Margarita, las bases del concurso planteaban la exigencia de contar, además, con áreas administrativas, una cafetería y de servir de residencia para el párroco local.

1. Museo y Casa Parroquial Cristo del Buen Viaje. Fachada hacia el Bulevar Joaquín Maneiro.
2. La fachada principal del museo, el patio y el cafetín.

El resultado del desarrollo del proyecto construido es una edificación de líneas sobrias, muy bien adaptada al contexto, que resalta justamente por las consideraciones que se hicieron para respetar la escala, el carácter y las condiciones climáticas del entorno. La celosía que identifica la fachada, el alero que la enmarca y a su vez señala a modo de zaguán el ingreso, el patio y el jardín como elementos estructurantes de los espacios que conforman el programa y la utilización de los techos como remate del recorrido interno y a la vez espacio de desahogo donde se desarrollan múltiples actividades, ofrecen un resultado que finalmente llenó de calidad las expectativas puestas por quienes promovieron su realización.

3. Dos imágenes que ilustran la espacialidad interior y la circulación del museo.

De la descripción publicada cuando la obra fue presentada para participar en la Bienal Panamericana de Arquitectura de Quito (BAQ) del año 2014, rescatamos lo siguiente:El patio y el jardín, como dos vacíos articulan tres actividades: una la pertinente al habitar -la casa parroquial- otra la concerniente a la difusión y cultura -las salas expositivas- y la tercera la correspondiente a las actividades de extensión -tienda, café y áreas directivas. (…) La casa parroquial se ubica de modo más controlado, con acceso directo desde la calle superior y con estacionamiento propio, las habitaciones ven hacia el jardín interior, evitando el contacto con la calle ruidosa, este cuerpo aprovecha el desnivel y se conecta por un puente con el museo. (…) Las salas Expositivas en el centro del predio, son el corazón del conjunto, la sala de los Milagros se vincula visualmente con el jardín de planta baja, y posteriormente ella es jardín ya que su techo es vegetal. (…) La tienda café y áreas directivas en el lado sur, separadas de las salas por el patio, el mismo que con una superficie continua de piso se incorpora a la zona de la tienda-café, espacio ideal para actividades culturales, la dirección y sala de juntas se ubican en la planta alta estableciendo contacto visual con dichas zonas”.

4. Vista aérea de la zona de Pampatar donde se ubican el museo y la iglesia del Santísimo Cristo del Buen Viaje.
5. Iglesia del Santísimo Cristo del Buen Viaje e imagen del patrono de Pampatar.

El museo, aunque guarda estrecha relación con la iglesia del Santísimo Cristo del Buen Viaje, patrono de Pampatar, fue construido en un terreno no colindante a ella (a unos 200 mts de distancia) lo cual ofrece a ambos edificios una total autonomía. Por su parte, el pequeño templo, ubicado frente al Castillo San Carlos de Borromeo, es a su vez una obra arquitectónica sencilla de rasgos austeros donde reposa la imagen que le da el nombre, la cual es una de las más veneradas por el pueblo neoespartano y particularmente por los pescadores quienes a diario antes de salir de faena suelen encomendarse a él y por quienes emprenden cualquier travesía que los aleje de la isla. Fue construido en 1748 bajo la dirección del Jefe del Castillo de San Carlos de Borromeo, Don Antonio de la Espada. En su interior, además de la imagen del cristo (llegada de España a comienzos del siglo XVIII) se encuentra un óleo que data de la misma época («El Juicio Final») y la obra «Animas» pintada por Juan Pedro López según opinión del crítico e historiador de arte Alfredo Boulton. La iglesia es parroquia desde 1758 y fue elevada a Santuario en 2002.

6. Dos trabajos de Ángel Yánez realizados en Margarita. Catabar (izquierda) y Hotel Isabel La Católica (derecha).

Ángel L. Yánez, arquitecto proyectista del Museo y Casa Parroquial Cristo del Buen Viaje, se graduó en la Universidad Central de Venezuela el año 1991. Fue alumno del profesor Joel Sanz y trabajó con Gorka Dorronsoro y Juan Pedro Posani, en el Plan Rector para la Ciudad Universitaria de Caracas. Fue asistente del arquitecto Rogelio Salmona, en la VI Conferencia Internacional sobre Centros Históricos y Patrimonio Moderno realizada en la UCV en 1995. También trabajó puntualmente con Jorge Castillo. Residenciado en Margarita, participó en el equipo de diseño y gerencia de obra del Puerto de Cruceros de Margarita, Puerto de la Mar, dirigido por Folco Riccio y participó como socio de la oficina de arquitectura “Arquitectos Yánez Asociados”, junto a su padre y hermano. De su obra realizada en Margarita destacan, además de la que nos ha ocupado el día de hoy, entre otras: Utopia Cafe I y II, Casa Mon, Catabar, Residencias Malibu Suites, Hotel Villa Maloka, Hotel Margarita Real y Hotel Isabel la Católica el cual también presentó en la BAQ de 2014 y fue reconocido con el premio “Categoría Turismo” de la Bienal Nacional de Arquitectura del mismo año. Además de haber sido el ganador del concurso regional que concluyó en la construcción del Museo y Casa Parroquial Cristo del Buen Viaje, Yánez ha obtenido reconocimiento en el Concurso Regional de Ideas para la Sede de la Fundación Claret, Margarita (1998), el Concurso Nacional de Ideas Junta Parroquial Fermín Toro, Caracas (1994) y el Concurso Nacional de Ideas El Mundo de los Niños, Puerto Ordaz (1993).

Edificado por la Gobernación del Estado Nueva Esparta, el Museo y Casa Parroquial Cristo del Buen Viaje se concretó a través de una inversión de 7 millones de bolívares.

ACA

Procedencia de las imágenes

Postal 1, 2 y 3. https://arquitecturapanamericana.com/museo-y-casa-parroquial-cristo-del-buen-viaje/

4. Captura de Google Earth

5. https://vernisalazar.wordpress.com/2016/10/06/la-iglesia-del-santisimo-cristo-del-buen-viaje-pampatar/ y https://www.venezuelatuya.com/tradiciones/el_cristo_del_buen.htm

6. https://es.foursquare.com/v/catabar/4d1bed9bfd7bb60cb0049ae1 y Colección Crono Arquitectura Venezuela

1971• Concurso Sala de Conciertos y Sede de la Orquesta Sinfónica Venezuela (Complejo Cultural «Teatro Teresa Carreño»)

Concurso Teresa Carreño.jpg

1971•  El día 17 de mayo a los arquitectos Jesús Sandoval Parra, Tomás Lugo Marcano y Dietrich Kunckel se les otorga el Primer Premio en el Concurso Sala de Conciertos y Sede de la Orquesta Sinfónica Venezuela.
La invitación al Concurso había sido realizada por el Centro Simón Bolívar, C.A. el día 28 de septiembre de 1970. Se inscribieron 56 equipos integrados por más de 100 profesionales, recibiéndose el 14 de mayo, fecha improrrogable fijada para la entrega, 19 anteproyectos para su consideración.

Los arquitectos Jesús Sandoval Parra, Tomás Lugo Marcano y Dietrich Kunkel ganadores del Concurso “Sala de Conciertos y Sede de la Orquesta Sinfónica Venezuela”, reciben en un acto protocolar el Primer Premio por su propuesta.


El Jurado Calificador estuvo integrado por los arquitectos Martín Vegas, Tomás Sanabria, Guido Bermúdez, Julio Coll y Américo Faillace, quienes contaron con la colaboración del especialista en acústica Robert B. Newman y de los destacados profesionales venezolanos Eduardo Arnal y José Miguel Rodríguez. El Complejo Cultural fue construido e inaugurado en el año 1983, con el nombre de Teresa Carreño (1853-1917), virtuosa pianista y compositora venezolana.

HVH

1938• Sala de Lectura – Ateneo del Táchira, San Cristóbal,

1938• Se concluye la construcción de la Sala de Lectura – Ateneo del Táchira, ubicada en la esquina de la Calle 9 con Carrera 6, San Cristóbal, estado Táchira, proyectada en estilo neo colonial por el arquitecto Luis Eduardo Chataing (1906-1971) e inaugurada el 1º de abril del mismo año.
El Ministerio de Obras Públicas MOP había iniciado la construcción de la edificación en septiembre de 1935, bajo la supervisión del ingeniero Carlos Ferrero.
El financiamiento de la obra y su posterior dotación fue realizada por el gobierno del presidente Eleazar López Contreras.
El edificio del Ateneo del Táchira tiene dos niveles, los cuales totalizan 1890 m2 de construcción.
El arquitecto Chataing organizo sus plantas entorno a un patio central, sobre el cual dispuso un salón para actos con un aforo de 500 personas, una biblioteca, un archivo, una sala de exposiciones y un vestíbulo.
El Salón de Lectura – Ateneo del Táchira fue fundado en 1907, razón por la cuál se le conoce como el más antiguo de Venezuela, mereciendo la calificación de Patrimonio Cultural de La Nación.
En el año 2016 la Gobernación del Estado Táchira realizó una remodelación del edificio aportando Bs 140 millones de Bolívares para revitalizar este vital espacio cultural regional.


Fuentes consultadas
@ateneotachira
Táchira News
Gobierno del Táchira

HVH

ALGO MÁS SOBRE LA POSTAL Nº 269

Los concursos de arquitectura en Venezuela, como hemos comentado en otras ocasiones, han tenido la mala fortuna de no haber concluido en su mayoría con la construcción de la edificación objeto de los mismos. Con mucho dolor pero con la objetividad que proveen las cifras, no es difícil concluir que concursar se ha convertido en un mecanismo que, al menos en este país, no ha funcionado más allá de su condición de detonante eminentemente proyectual, de manifestación de las modas y tendencias imperantes en cada momento y de generador de tendencias en cuanto a la consolidación de ciertos y determinados estilos expresivos que poco a poco fueron evolucionando a la vez que demostrando su eficaz poder de convencimiento.

En pocas palabras, si consideramos que la finalidad de todo concurso de arquitectura consiste -más allá del consumo disciplinar interno- en propiciar sustanciales mejoras en el entorno construido y con ello inducir pedagógicamente al ciudadano a apreciar sus bondades como valor cultural, no cabe duda que en Venezuela, dado el bajo porcentaje de realizaciones por esa vía, el fracaso ha sido total, a pesar que aún sostengamos que se trata de una de las expresiones más acabadas del modo de vida democrático, el mecanismo más idóneo para garantizar calidad y variedad a bajo costo y la oportunidad siempre propicia tanto para mantenerse en forma como para manifestar y confrontar ideas, amén de ruta para abrirle camino a las nuevas generaciones.

Lo curioso es que cada vez que se llama a una contienda de este tipo se deja de lado la frustración que históricamente las ha acompañado y, automáticamente, un importante grupo de profesionales, atraídos por el tema, por las bases que se elaboran o por la idoneidad del jurado (asuntos formales importantes siempre muy bien cuidados), se enfrascan en competir por el simple placer de hacerlo a sabiendas de que, más allá de obtener el premio en metálico ofrecido y la posibilidad de desarrollar el proyecto vinculado al llamado hecho, no existen mayores garantías de ver el esfuerzo convertido en obra construida.

Sin duda, existe un particular espíritu en el “arquitecto concursante” quien, además de tener la peculiar condición que todo contendiente debe poseer, traducida en entusiasmo, empuje, desinhibición, ganas de confrontarse y hasta fe tanto en el mecanismo como en el triunfo como medio de promoción de ideas y obtención de trabajo, va acompañado de otros rasgos más próximos al apostolado, al misticismo y, sobre todo, al estoicismo con algunas dosis de masoquismo. Todo el que ha tenido la oportunidad de participar en un concurso de arquitectura sabe que el camino que va desde la decisión de inscribirse a la de entregar se encuentra gobernado por una serie de situaciones oscilantes entre el placer y la angustia, el cálculo y el descontrol, la satisfacción y el sufrimiento, la formulación de una estrategia y el manejo del factor sorpresa. Sabe que concursar significa, aunque sea por un período de tiempo, estar poseído por una obsesión. Pero, también debe saber que, en Venezuela, una vez consumado el triunfo y pasada la borrachera del éxito puede que empiecen los verdaderos dolores de cabeza dentro de la más absoluta soledad.

Es así que, ajustándose al perfil descrito, en nuestro país, durante los últimos veinticinco años del siglo XX, los vencedores en los numerosos certámenes abiertos, convocados normalmente con el aval del Colegio de Arquitectos y alguna institución pública o privada reconocida, fueron a parar a un puñado de habilidosos y talentosos profesionales que desarrollaron estrategias que incluían atractivas técnicas de representación que convencían a los calificados evaluadores nombrados para la ocasión.

Entrado el presente siglo, teniendo como referencia todo la información proveniente de la web y con la definitiva incorporación de los medios de expresión gráficos computarizados, manejados con gran destreza por los más jóvenes, se abrió la puerta no sólo para que éstos demostraran su habilidad en el uso de las más avanzadas herramientas de dibujo sino además la solidez de la formación recibida en sus respectivas casas de estudio.

El Concurso para el Complejo Internacional de Acción Social por la Música Simón Bolívar (CIASMSB) ganado por el equipo conformado por los nóveles arquitectos Khristian Ceballos, Alejandro Méndez, Mawari Núñez, Daniel Otero, Jean-Marc Río y colaboradores, cuya atractiva imagen nocturna ilustra nuestra postal del día de hoy, es sin duda una clara demostración de muchos de los asuntos que hemos esbozado en las líneas anteriores.

1. El jurado en pleno proceso de evaluación y perspectiva de la propuesta ganadora en su entorno urbano.

Convocado desde el 8 de enero de 2010, el CIASMSB fue organizado por la Corporación Andina de Fomento (CAF) y la Fundación del Estado para el Sistema Nacional de las Orquestas Juveniles e Infantiles de Venezuela (Fesnojiv) con el auspicio del Colegio de Arquitectos de Venezuela (CAV). Estaría ubicado en el Bulevar Amador Bendayán de la capital venezolana y buscaba obtener la mejor opción arquitectónica para un futuro eje musical complementario con el Centro Nacional de Acción Social por la Música, sede de las orquestas juveniles.

Cerrado el proceso de inscripción el 26 de enero, el cual fue atendido por 234 participantes, y tras 30 días en los que la Secretaría Técnica del concurso atendió las consultas de los inscritos, finalmente el 2 de julio, el jurado internacional integrado por José Antonio Abreu, director del Fesnojiv; Yasuhisa Toyota, ingeniero acústico de Japón; Iñaki Ábalos, arquitecto español; Anita de la Rosa, arquitecto paisajista; Lorenzo González Casas, arquitecto y urbanista; Eduardo Guzmán, representante de la Alcaldía Libertador; Omar Seijas, vicepresidente del Colegio de Arquitectos de Venezuela; y los jurados suplentes Pedro Franco, arquitecto y Paola Posani, representante de la Alcaldía Libertador, luego de evaluar las 55 propuestas entregadas, emitió su fallo mediante el cual otorgaban tres premios y cuatro menciones.

Los evaluadores opinaron que la propuesta ganadora presentada por Ceballos, Méndez, Núñez, Otero, Río y colaboradores se distinguía por “la acertada respuesta a las variables del contexto, estableciendo un importante vínculo entre el Bulevar Amador Bendayán y el Parque Los Caobos mediante la utilización del recurso de la transparencia, y de un programa espacial que valora el uso del espacio público».

El segundo premio correspondió a Urban-Think Tank / Arquitectos, Urbanistas, C.A. y SLiK Steinemann Lemmerzahl Kueng Architekten GMBH; y el tercero a la arquitecto Sullka Lima. Las menciones fueron otorgadas a: Juan Castellanos, Laura Plazas, Jairo Fleitas, Carlos Jiménez, Alejandra Vergara y colaboradores; Carlos Olaizola, Alfredo Sanabria, Andrés Orellana y colaboradores; Odart Graterol, Ricardo Rebolledo y Wilhelm Scheuren; y Micucci Arquitectos Asociados, conformado por Franco Micucci, Aliz Mena, Claudia Vergara, Andrés Guzmán, Sarah Lipps, Gabriela Semeco y colaboradores.

2. Plantas de la propuesta ganadora
3. Corte norte-sur por una de las salas

Los concursantes tuvieron que enfrentar un complejo y exigente programa compuesto de dos unidades: un conservatorio de música y las salas de concierto. El conservatorio incluía aulas de clases, grandes salas de ensayo y puestos individuales. Las salas de conciertos modulares se componían de una sala de 1700 plazas y otra de 1300 plazas. Una tercera sala con 500 plazas comparte sus funciones entre conciertos y ensayos. Los requerimientos restantes contemplaban: la administración, residencias de músicos, restaurante y cafetería, un centro multimedia, y áreas de estacionamiento.

Para los ganadores, “La proximidad entre el público y los músicos es parte intrínseca de la idea del proyecto… . Las salas de concierto son compactas para permitir una buena acústica y visibilidad, y también son altas para obtener el volumen necesario. (…)
Esas salas son diferentes, para obtener acústicas diferentes, y así responder mejor a las especificidades de las diferentes orquestas. La sala grande de 1700 puestos del programa Infantil tiene vocación internacional, con una escena adaptable y una acústica variable que permite la puesta en escena de 400 músicos y un gran número de espectadores en el público. También puede recibir un programa de eventos. La otra sala de 1300 puestos privilegia los coristas y tiene su escena posicionada más en el centro del espacio. Si el concierto no tiene coristas, sus puestos pueden ser atribuidos a espectadores. La sala de 500 puestos es un auditórium adaptable pero que no contiene modularidades escenografías costosas”.

4. Renders de las áreas comunes pertenecientes a la propuesta ganadora

Por otra parte, dentro de las dificultades que ofrecía un terreno que por sus dimensiones complicaba la resolución del programa, “la idea del proyecto es crear un espacio urbano como un vínculo social en un programa cultural denso. Este fragmento vacío divide el edificio en dos unidades por medio de una grieta horizontal que abre el panorama hacia el parque Los Caobos, e integra la noción de paisaje al proyecto. Es un lugar de encuentro entre los visitantes y los usuarios. Este espacio une el conservatorio de música, un bloque compacto anclado al suelo, y las salas de concierto, un bloque ligero suspendido”.

También, “el proyecto pone en valor la comodidad de los músicos, la facilidad de transporte de los instrumentos, y la reagrupación del público. (…) Un proyecto compacto, organizado alrededor de un nodo central … que permite distribuir de manera eficaz los principales flujos (músicos y público). (…) La yuxtaposición de las distintas familias del programa permiten que cada una funcione de manera independiente pudiendo, en caso de ser necesario, cerrar cualquiera de ellas sin afectar el funcionamiento general del edificio. (…) El acceso general esta concentrado en un solo punto a nivel del boulevard…”.

5. Render del hall de entrada.

A diferencia del Centro Nacional de Acción Social por la Música diseñado por Tomás Lugo, concebido como un “conservatorio del siglo XXI” con énfasis en lo educativo, compuesto por 2 salas de conciertos, una de para 1.100 personas y otra para 400 personas, que por aquel entonces se construía en un terreno adyacente al asignado para el concurso que nos ocupa, se trataba ahora de dar una proyección decididamente internacional a “el sistema” pudiéndose considerar como su edificio “cúspide” lo cual se ve reflejado en su denominación. Tan es así que en la convocatoria se expresaba lo siguiente: “ ‘La arquitectura es una música congelada’. Es indudable que a Caracas con este concurso, le llega la hora de ponerse al nivel de otras ciudades con relación a la música: Londres con su ‘Royal Albert Hall’, New York con su ‘Canergie Hall’ y Viena con su ‘Musikverein’, junto con el ‘Symphony Hall’ de Boston, y el ‘Concertgebouw’ de Ámsterdam, llevan la ‘batuta’, en relación a este tipo de edificaciones y programas musicales”.

6. Dos renders de la sala principal.

Agrupados a través de la firma adjkm, prácticamente recién egresados (entre 2004 y 2006) de sus estudios realizados en la Escuela de Arquitectura Carlos Raúl Villanueva FAU UCV (Ceballos de Barquisimeto y el resto de Caracas), y tras haber coincidido cuatro de ellos en actividades de postgrado en París, es a su regreso cuando, asociados con Río deciden participar en el concurso que les dará notoriedad dentro del mundo de la arquitectura.

Cuando en 2014, en pleno proceso de desarrollo del proyecto para el CIASMSB fueron entrevistados por Natacha Tiniacos y Florencia Alvarado para el portal Backroom (http://backroomcaracas.com/entrevista/adjkm-laboratorio-de-pensamiento/) bajo el título “ADJKM: laboratorio de pensamiento”, Ceballos, Méndez, Otero y Núñez (con Ríos ya fuera del equipo), con la frescura y espontaneidad que da la juventud, expresaban prácticamente a coro:Es un punto en común. Nosotros no nos fuimos escapando de algo sino a formarnos y por una afinidad muy fuerte con Francia. Siempre teníamos el deseo de hacer cosas en Venezuela. Apenas salió el concurso de la Sinfónica (que es muy raro que surjan concursos en Venezuela) vimos que esa era la oportunidad. Ni siquiera con vías a ganar sino simplemente participar y… divertirnos un rato. (…) Ahora, una vez que ganamos sí tuvimos que desprendernos de todos nuestros nexos en Francia y venirnos para asumir la responsabilidad”. Y ante la pregunta “¿Cuánto tiempo les llevó hacer el proyecto para mandarlo al concurso?”, respondieron: “Tres meses. Es muy divertido el proceso porque no son tres meses dibujando ni produciendo cosas, son tres meses pensando, discutiendo… Algún día les mostraremos el mail madre de discusiones que tiene como 160 correos que nos hemos escrito. (…) Teníamos reuniones en bares… Era una actividad ‘after work’ donde nos sentábamos a hablar del proyecto. (…) El proyecto final llegó después de unas cuantas cervezas, de estar en la casa solo, pensando… Es un proceso que no se transforma en un dibujo o una carga de trabajo como se piensa, sino de discusión en discusión”.

Intuimos que tras la muerte del maestro José Antonio Abreu en 2018, creador en 1975 del Sistema Nacional de Orquestas y Coros Juveniles e Infantiles de Venezuela y motor incansable en los logros alcanzados por el mismo durante 40 años, sumado a la crisis estructural que vive el país, el inicio de la construcción del CIASMSB ha entrado en un letargo que como tantos otros no sabemos hasta cuándo durará.

Sin embargo, con algunos de los integrantes de adjkm de nuevo en Francia, llama la atención que en la página web de “el sistema” (https://elsistema.org.ve/ ) no se haga mención del Concurso, de su desenlace, del desarrollo del proyecto y de su estado actual que asumimos completamente concluido.

ACA

Procedencia de las imágenes

Postal, 2, 3, 4, 5 y 6. https://www.plataformaarquitectura.cl/cl/02-148692/complejo-internacional-de-accion-social-por-la-musica-simon-bolivar-adjkm/6_adjkm-ciasmsb-plano-salasb?next_project=no

  1. https://es.paperblog.com/veredicto-concurso-arquitectura-del-complejo-internacional-de-accion-social-por-la-musica-simon-bolivar-ciasmsb-ganadores-202569/ y https://caracasrefurbished.wordpress.com/2010/07/06/veredicto-concurso-complejo-internacional-de-accion-social-por-la-musica-simon-bolivar-ciasmsb/