1971•El día 17 de mayo a los arquitectos Jesús Sandoval Parra, Tomás Lugo Marcano y Dietrich Kunckel se les otorga el Primer Premio en el Concurso Sala de Conciertos y Sede de la Orquesta Sinfónica Venezuela. La invitación al Concurso había sido realizada por el Centro Simón Bolívar, C.A. el día 28 de septiembre de 1970. Se inscribieron 56 equipos integrados por más de 100 profesionales, recibiéndose el 14 de mayo, fecha improrrogable fijada para la entrega, 19 anteproyectos para su consideración.
Los arquitectos Jesús Sandoval Parra, Tomás Lugo Marcano y Dietrich Kunkel ganadores del Concurso “Sala de Conciertos y Sede de la Orquesta Sinfónica Venezuela”, reciben en un acto protocolar el Primer Premio por su propuesta.
El Jurado Calificador estuvo integrado por los arquitectos Martín Vegas, Tomás Sanabria, Guido Bermúdez, Julio Coll y Américo Faillace, quienes contaron con la colaboración del especialista en acústica Robert B. Newman y de los destacados profesionales venezolanos Eduardo Arnal y José Miguel Rodríguez. El Complejo Cultural fue construido e inaugurado en el año 1983, con el nombre de Teresa Carreño (1853-1917), virtuosa pianista y compositora venezolana.
El teatro Teresa Carreño, cuyo nombre rinde honor a la virtuosa pianista y compositora venezolana que vivió entre 1853 y 1917, es, sin duda, la obra arquitectónico-cultural más importante construida en Venezuela en el último siglo. Una imponente edificación que emerge como centro de un conjunto conformado por los edificios del Museo de Bellas Artes y el Museo de Ciencias Naturales, el Museo de los Niños, el Museo de Arte Contemporáneo de Caracas, la Galería de Arte Nacional, y el antiguo Ateneo de Caracas.
Levantado sobre un terreno de más de 22 mil metros cuadrados y con 80 mil metros cuadrados de construcción, es el resultado del “Concurso Sala de Conciertos y Sede de la Orquesta Sinfónica Venezuela” convocado el día 28 de septiembre de 1970 por la junta directiva del Centro Simón Bolívar, C.A. (con Gustavo Rodríguez Amengual a la cabeza), al que se inscribieron 56 equipos integrados por más de 100 profesionales, recibiéndose el 14 de mayo de 1971, fecha improrrogable fijada para la entrega, 19 anteproyectos para su consideración.
El Jurado Calificador, integrado por los arquitectos Martín Vegas, Tomás Sanabria, Guido Bermúdez, Julio Coll y Américo Faillace, quienes contaron con la colaboración del especialista en acústica Robert B. Newman y de los destacados profesionales venezolanos Eduardo Arnal y José Miguel Rodríguez, emitieron su veredicto el 17 de mayo de 1971 resultando ganadores del primer premio los arquitectos Jesús Sandoval Parra, Tomás Lugo Marcano y Dietrich Kunkel, cuya maqueta ilustra nuestra postal del día de hoy y en la que se puede apreciar el uso predominante de la geometría hexagonal que se convirtió en tema formal para la resolución definitiva de la totalidad del proyecto.
El prematuro fallecimiento de Sandoval dejó en manos de Lugo y Kunkel el desarrollo definitivo de la propuesta teniendo la oportunidad de viajar por el continente americano y europeo a fin de conocer los adelantos técnicos de los teatros más importantes de la época, entre ellos el Queen Elizabeth Hall de Londres y el centro de la Filarmónica de Berlín. El conjunto fue inaugurado en dos fases, primero la sala José Félix Ribas, en febrero de 1976, y luego la sala Ríos Reyna y el resto del complejo, el 19 de abril de 1983, con un concierto de la Orquesta Sinfónica Venezuela. En 1984 se cerró por ocho meses para la culminación y dotación técnica de algunos espacios. La inauguración formal del 19 de abril se llevó a cabo a más de 10 años de iniciada su construcción (a cargo de la extinta empresa Delpre C.A.) con un costo estimado en 540 millones de bolívares de la época.
Como parte de los antecedentes sabemos que en la década de 1970, Pedro Antonio Ríos Reyna, violinista y presidente de la Orquesta Sinfónica Venezuela, presentó un plan para construir una sala de conciertos que sirviera de sede a la Orquesta ya que los teatros más importantes de Caracas: el Municipal (inaugurado en 1881) y el Nacional (inaugurado en 1905), no cumplían a cabalidad con los requerimientos técnicos y de aforo que cada vez más exigía el crecimiento de la capital. El Centro Simón Bolívar ampliaría el proyecto inicial de Ríos Reyna para convertirlo en un complejo cultural de usos múltiples.
1. Vista general del Complejo Cultural Teresa Carreño2. Izquierda: vista del hall del Complejo Cultural Teresa Carreño. Derecha: interior de la Sala Ríos Reyna3. Gran hall del Complejo Cultural Teresa Carreño donde se puede apreciar la obra “Cubos vibrantes blancos sobre proyección amarilla” de Jesús Soto, ubicada en la entrada de la Sala Ríos Reyna
Pensado como un gran atrio público que relacionaba los distintos edificios culturales ubicados a su alrededor y como una importante pieza accesible desde el parque Los Caobos, el teatro fue proyectado con los más altos estándares de calidad. El equipo interdisciplinario incluyó a los ingenieros José Luchsinger, Cecilio Luchsinger y Federico Almiñana en la estructura, y a consultores como Bolt, Beranek y Newman (Cambridge, Massachusetts) para la acústica (los mismos que asesoraron a Villanueva en el Aula Magna); George C. Izenour (Yale University, New Haven, Connecticut), inventor y pionero en mecánica teatral; y asesores como el ingeniero alemán Hans von Malotki, experto en diseño de iluminación arquitectónica, que se hizo cargo de tales menesteres en los edificios más significativos de Berlín (la Nationalgalerie, la Staatsbibliothek y el Reichstag, entre otros).
El teatro, como ya se adelantó, cuenta con dos salas: la Ríos Reyna (que debe su nombre al importante músico venezolano propulsor de la idea de la construcción de la sala, quién falleció en un accidente en Nueva York en 1971 y nunca pudo ver materializado su proyecto), y la José Félix Ribas (que recibe el nombre del prócer que comandó un ejército de jóvenes venezolanos en la Batalla de La Victoria). La sala Ríos Reyna es un teatro de uso múltiple con capacidad para 2 mil 400 espectadores en dos niveles (platea y balcón), con dos configuraciones básicas: concierto y espectáculos escénicos (ballet, ópera y teatro). El escenario, con un área de uso de 900 m2 y boca variable (entre 17 y 25 metros de ancho), cuenta con mecanismos hidráulicos y plataformas móviles que le confieren la flexibilidad para adaptarse a los requerimientos del género de espectáculo a presentarse.
4. Izquierda: vista desde el hall hacia el Parque Los Caobos. Derecha: telón “Escritura negra sobre fondo blanco” de la Sala Ríos Reyna, obra de Jesús Soto
La sala José Félix Ribas, llamada también “Sala del Nuevo Arte”, diseñada inicialmente para música de cámara, se usa también para música sinfónica, teatro y danza. Está configurada como una sala de conciertos semicircular a modo de anfiteatro con capacidad para 440 personas. Los triángulos de concreto de su techo fueron enriquecidos por las “Pirámides vibrantes sobre progresión blanca y negra” de Jesús Soto (1923-2005), obra artística de función acústica. Un pequeño foyer antecede la entrada a la sala desde el magnifico hall cubierto, en cuyos espacios abiertos al clima del trópico se presentan eventos culturales, cobijados por la imponente obra de Soto que a su vez se conjuga de forma admirable con la arquitectura de los espacios del complejo: los “Cubos vibrantes blancos sobre proyección amarilla” en la entrada de la Sala Ríos Reyna; las ya mencionadas “Pirámides vibrantes” en el techo acústico de la Sala José Félix Ribas; y los telones “Escritura negra sobre fondo blanco” y “Telón cortafuego” de la Sala Ríos Reyna.
5. Diferentes vistas desde el exterior del Complejo Cultural Teresa Carreño. Arriba derecha: detalle de la obra “Relieve mural sobre pantallas inclinadas” de Harry Abend
En la fachada de la cúspide tronco piramidal del escenario de la gran sala se ubica la obra de Harry Abend (1937) “Relieve mural sobre pantallas inclinadas”. La integración de las artes incluyó a Erling Oloe, Colette Delozanne, Basalo, Jorge Pizzani y Vincenzo Gemito. El teatro alberga la sede de la Orquesta Sinfónica Venezuela, la Orquesta Nacional Juvenil, el Coro Operático y el Ballet Teresa Carreño, además de una sala dedicada a la pianista Teresa Carreño. El 19 de este mes que se inicia ya se cumplen seis años de la intervención a la Fundación Teatro Teresa Carreño decretada por el presidente Nicolás Maduro y en abril el complejo llegó a 36 de inaugurado. Transformado durante años en tribuna política, su infraestructura, sin duda, ha sido la principal víctima de una mala gestión que ha incidido en una merma significativa de su otrora ganado prestigio que, como tantas otras cosas en nuestro país, está a la espera de la llegada de tiempos mejores.
En 1975, José Antonio Abreu funda la Acción Social para la Música creando años mas tarde el Sistema Nacional de las Orquestas Juveniles e Infantiles de Venezuela (FESNOJIV), en el que hoy participan casi 350.000 jóvenes. El exitoso programa social que ha sabido sortear las dificultades de la crisis venezolana, y sostenerse financiado por el estado, extendiendose dentro y fuera de las fronteras del país, construye su sede en el 2009, financiada por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y proyectada por el arquitecto Tomás Lugo (1943-2016). Inaugurado en el 2011, el Centro de Acción Social por la música (CASM) emerge como un paralelepípedo inserto en el área de influencia del Parque Los Caobos. Allí se planta como uno de los edificios de mayor relevancia en el contexto de la antigua Calle Real de Quebrada Honda (hoy Bulevar Amador Bandayán), donde predominan edificios temáticos producto de la falta de un plan de ordenamiento que le otorgue sentido al sector.
1. Planta nivel 7
La sede fué concebida como un espacio para la formación de orquestas, donde se integra la academia con otras disciplinas artísticas a fin de promover la difusión del acervo musical artístico nacional y universal. El sentido del programa, fundamentado en la acción social, la masificación de la música y las orquestas, le otorgó al diseño del edificio un carácter austero, con una estructura convencional de concreto armado, aporticada, columnas de sección mínima, vigas altas y materiales de bajo mantenimiento, que en su interior alberga espacios con flexibilidad acústica para acoger distintos géneros musicales. La necesidades del programa obligaron a que el edificio fuera creciendo exponencialmente según los requerimientos del Maestro Abreu, lo cual obligó a concentrar en un lote de solo 3.000 m2, salas de ensayo, aulas, un gran auditorio, áreas de enseñanza, salones de ensayo instrumental y coral, biblioteca, salas de concierto y teatro, salas de música de cámara, áreas para talleres de fabricación de instrumentos musicales, la sede del Centro Nacional Audiovisual, cabinas de grabación, camerinos, cafeterías, servicios administrativos y una concha acústica al aire libre que finalmente se transformaron en casi 16,000 metros cuadrados de construcción. El edificio pese a todos los recursos formales que utiliza, no supera en calidad espacial, capacidad y diseño al Teresa Carreño, pero sin duda logra en sus salas y en la sala «Simón Bolivar”, transmitir los valores de las artes musicales en un auditorio digno y esplendido, revestido de los mejores materiales, con una acústica notable y la más alta tecnología, a lo que se suman elementos clásicos de la música como el gran organo “Klais” con 3.309 tubos tallados en estaño, plomo y madera. Su austera materialidad exterior en hormigón y bloques a la vista, contrasta con la fineza que se refleja en el uso de la madera y materiales nobles en el interior de la gran sala y los auditorios.
2. Vista general del edificio
El complejo apuesta al desarrollo vertical del programa, con un volumen conformado por un cuerpo al norte, de once plantas, cercano al Bulevar Amador Bendayán, donde funciona la parte académica del Sistema (aulas y salas de ensayo), estacionamientos y oficinas; y un cuerpo ubicado al sur, hacia el parque Los Caobos, que incluye la gran sala “Simón Bolívar” con cuatro palcos y capacidad para 1.200 personas, asi como la sala “Fedora Alemán”, la anfiteátrica y la concha acústica abierta al parque.
3. Nivel de acceso
Los suelos del primer nivel exhiben la obra «Inducción cromática a doble frecuencia» de Carlos Cruz-Diez (1923), un río cromático que se extiende a las zonas de acceso a la Sala de Conciertos, balcones y pasillos, e involucran al espectador al caminar permitiéndole que perciban nuevas tonalidades con una condición “inmaterial”. El mosaico produce el color aditivo propio de las investigaciones de Cruz-Diez, y conduce a la obra «Gran virtual amarillo» de Jesús Soto (1923-2005). Por su parte, la obra de Soto, ubicada en la fachada norte del edificio, se percibe como una lluvia bicolor que se inserta a su vez dentro del edificio procurando el lógico diálogo espacial entre el arte y la arquitectura, emulando los valores presentes en el Teatro Teresa Carreño, sin contar con los generosos espacios del icónico edificio. La pieza acompaña al visitante en su recorrido desde el acceso principal de la plaza hasta el vestíbulo que antecede a la sala «Simón Bolívar». El ovoide blanco y amarillo crea un punto focal en el extremo oeste de la fachada norte. Asímismo, la incorporación de la obra de Carlos Cruz-Diez en los revestimientos de las butacas de la sala “Simón Bolivar” constituye tambien un elemento novedoso y singular.
4. Interior de la sala principal
El edificio fue la última gran obra proyectada por Tomas Lugo. Adyacente a ella se construye hoy el Complejo Internacional de Acción Social por la Música Simón Bolívar, proyecto ganado mediante concurso por la firma ADJKM, que aspira a consolidar el sector al norte del Parque Los Caobos como un importante polo cultural en la ciudad.
1980•Se concluye la construcción de la Quinta Plexus, ubicada en la urbanización La Lagunita, El Hatillo, Caracas, diseñada por Tomás Lugo (arquitecto FAU UCV, promoción 16E/1967).
El arquitecto Lugo implantó hábilmente la vivienda de 500 m2 de área, aprovechando la pendiente del terreno, creando diferentes niveles, en donde sin perder la relación con los jardines exteriores ubicó: el estar, comedor, estar íntimo, una biblioteca, el dormitorio principal con vestier y baño incorporado, dos dormitorios para los hijos, un dormitorio adicional con vestier, un estar familiar, la sala de música, un bar y el garaje para 3 automóviles.
HVH
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