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¿SABÍA USTED…

… que en 1973, en la V edición de la Bienal Nacional de Arquitectura se otorga el Premio Nacional al arquitecto José Miguel Galia por la obra Edificio Seguros Orinoco, ubicado en el ángulo noreste de la esquina de Socarrás, avenida Este 2 con avenida Fuerzas Armadas, Caracas?

1. Edificio sede de Seguros Orinoco, esquina de Socarrás, avenida Fuerzas Armadas, Caracas. José Miguel Galia en colaboración con Adolfo Maslach y Luis Martínez, 1971

Cuando en 1968 José Miguel Galia (1919-2009) proyecta Seguros Orinoco, en colaboración con Adolfo Maslach y Luis Martínez (arquitectura) y Paúl Lustgarten y Gilberto Bourgeot (estructura), ya habían transcurrido diez años de la disolución de Vegas & Galia, sociedad que entre 1952 y 1958 se constituyó, como dirá Alberto Sato en José Miguel Galia. Arquitecto (2002), en “uno de los equipos conductores de la arquitectura moderna venezolana, con sus 35 proyectos y 26 obras construidas, donde se han hecho presentes la normativa urbana, la tipología edilicia, el dispositivo ambiental, los materiales constructivos de las edificaciones, los detalles y acabados, con la maestría de quienes, por la vía de un riguroso profesionalismo, han dado verdaderas lecciones de arquitectura”.

Así, Galia deja su sociedad con Vegas a los 39 años con 11 años de labor profesional y se convertirá en una de las figuras más importantes dentro del panorama arquitectónico venezolano. A la vez, continuará siendo uno de los profesores de mayor valía dentro de la Escuela de Arquitectura de la UCV de cuya Facultad fue miembro fundador en 1953.

A partir de 1958 para Galia comenzará también una etapa en la cual Sato abre dos importantes vertientes: la de su participación en el desarrollo de un numeroso grupo de edificios de vivienda en propiedad horizontal, que constituyen en sí mismos una clara tipología; y otra, que denomina como “Protagonismo”, en la que tiene cabida el edificio que hoy nos ocupa, donde “una doble articulación de su poética se juega ante cada proyecto: por una parte la subyacencia de ideotipos con geometrías angulosas, en planta y elevación; por otra, la realidad del medio profesional, el gusto y el reconocimiento del cliente, que en general termina por dominar el proyecto”. A lo que valdría la pena agregar cómo “las nuevas tendencias arquitectónicas por una parte, y una realidad abierta y permeable a nuevas imágenes, estéticas y modos de abordar los temas de la arquitectura y de la ciudad, se hacen presentes en la obra de Galia”.

2. Izquierda: Fotomontaje de la propuesta inicial para la sede de Seguros Orinoco. Derecha: Edificio construido según el proyecto definitivo

Seguros Orinoco forma parte de uno de los dos “nuevos palacios del trabajo” (el otro será la sucursal del Banco Metropolitano en Sabana Grande de 1976) en los que, según Sato, Galia busca romper “la casi inevitable homogeneidad que en apariencia exige el edificio de oficinas” atacando “el problema desde un ángulo inesperado, desde el lugar, desde cómo acceder y qué buscar en la escala de la ciudad de Caracas” a modo de estrategias proyectuales fundamentales que llevan a desplazar una imagen que se había considerado como recurrente, y a la que una compañía aseguradora en franco crecimiento que buscaba constituirse en referencia dentro de una dura competencia apostó, considerando la importancia de que su sede se convirtiese en su símbolo y señal de identidad.

Si bien el primer anteproyecto de 1966 era en hormigón visto con un tratamiento volumétrico de gran potencia desde el punto vista plástico, muy diferente al que finalmente se construyó, cobra relevancia el hecho de que la aprobación de dicha propuesta por los clientes ocurriese el año anterior al que se produjera el terremoto de Caracas de 1967, cuyos efectos obligaron a repensar por completo los sistemas estructurales en el país y por ende a descartar el primer proyecto. Sato, quien recoge con cuidado todos los detalles que rodearon el proceso que condujo la solución definitiva, señala cómo “en el segundo proyecto, la inestabilidad estructural y visual de la pirámide invertida se transforma en una sólida pieza de envigados ortogonales”, complementada “con cerramientos prefabricados de hormigón en placas de una pieza que salvaban la distancia entre la viga y la placa maciza”, derivando en una imagen donde predominaba la obra limpia.

La modificación de la segunda imagen en pro de la definitiva provino de la poca experiencia que existía para la época en la utilización de elementos prefabricados (en particular por parte de la empresa Edificaciones C.A. perteneciente al grupo Orinoco), los cuales si iban además destinados a una obra en particular significaban, paradójicamente, aumento del tiempo de ejecución dada su complejidad constructiva y, en consecuencia, de su costo.

“Así, luego de intentar otras soluciones de cerramiento, Galia se decidió por el empleo de piezas de alfarería como material de revestimiento, manteniendo el sistema distributivo original”, nos dirá Sato. “De este modo, pese a la notable diferencia de estructura, forma e imagen de los proyectos, la constante distributiva define el ‘qué’ frente al ‘cómo’ de la proposición kahniana”.

3. Vista desde la avenida Fuerzas Armadas del edificio sede de Seguros Orinoco
4. Planta baja del edificio sede de Seguros Orinoco
5. Dos tomas interiores de la planta baja del edificio sede de Seguros Orinoco

Deteniéndonos en aspectos más precisos, cabe señalar que el edificio fue construido en una parcela rectangular de 650 m2 (con frentes sur y oeste de 20 y 32,5 mts., respectivamente), ocupa el 100% del terreno en la planta baja y las dos mezzaninas, para luego elevarse en una torre de 10 niveles, con 59% de ocupación de la parcela y rematar con 3 niveles adicionales para los equipos de aire acondicionado, sala de ascensores y aviso luminoso. En total un 528% de construcción que se traducen en 6.640 m2. Su ejecución se realizó en 24 meses (1969-1971) a un costo de Bs. 7.500.000,00.

El programa arquitectónico buscó, además de cumplir con las exigencias funcionales, lograr una edificación que diera una flexibilidad de utilización y ubicación de los espacios internos necesarios para una entidad cambiante y en transformación. Los arquitectos resolvieron el edificio con una volumetría dinámica en la que se juega con los llenos y vacíos que explota la condición de esquina, produciendo secuencias espaciales positivo-negativas continuamente cambiantes que en cierto momento engañan en cuanto a la apreciación real de sus dimensiones. Además, del revestimiento de las fachadas ya descrito, logrado con piezas de alfarería en medidas especiales que sirven para obtener la trabazón vertical y horizontal con junta continua, los proyectistas dejaron las vigas y columnas de concreto a la vista en el interior del edificio recubriendo los pisos de las zonas públicas y escalera con mármol travertino. Por otro lado, la solución estructural, acatando las nuevas normas, se define con base en un sistema de hormigón armado aporticado, conformando placas macizas y de fundación sobre pilotes.

6. Izquierda: Acceso al edificio donde se aprecia la puerta-reja tridimensional de Carlos González Bogen (1920-1992). Derecha: Corte

Henrique Vera en la nota que acompaña la presentación del edificio publicada en Caracas del valle al mar. Guía de arquitectura y paisaje (2015), buscando resaltar los valores espaciales y ambientales que la obra posee, apunta: “al ubicar el núcleo de circulación vertical opuesto al acceso, se generan espacios internos flexibles, silenciosos, con jardines y terrazas cerradas, apergoladas o caladas.(…) El acceso a la triple altura desde la avenida se produce a través de la hermosa puerta-reja tridimensional de Carlos González Bogen (1920-1992)”.

Con la intención de entender Seguros Orinoco como parte de un continuo que se inicia en la la época de Vegas & Galia, particularmente en cuanto a su potente imagen y al uso tradicional del ladrillo de alfarería que Galia refuerza, perfecciona y hace parte suya, Sato nos recuerda cómo se puede “trazar un recorrido de veinte años desde las fachadas laterales de El Municipal, el primer proyecto de la Torre Polar, los muros del Teatro del Este, la pequeña Torre de Servicios de Anglo.-Ven y los edificios de propiedad horizontal. Éstos conformaban una identidad tectónica, que en el caso de la sede de Seguros Orinoco, empleado como revestimiento, institucionalizó un modo de recubrimiento que se ha hecho frecuente en la arquitectura caraqueña, acogiéndose a una imagen construida al calor del debate latinoamericano sobre la identidad regional, pero que no puede ocultar procedencias internacionales, llámense aaltianas o kahnianas. Estos aspectos constituyen en Galia detalles de un ‘procedimiento’, que si bien nunca ha sido impermeable a los acontecimientos de la arquitectura internacional, permite explicar más ajustadamente el significado de su obra.”

Si se quiere ampliar la información sobre este importante edificio, además de los textos señalados, recomendamos consultar las revistas Arquitectura e Ingeniería, enero 1972; Punto nº 47, diciembre 1972; y CAV nº 35, 1973, así como el libro Guía de edificaciones contemporáneas en Venezuela. Caracas. Parte 1 de Mariano Goldberg (1980) y el catálogo de la VII Bienal Nacional de Arquitectura. La arquitectura del lugar  (1987).

7. Edificio sede de Seguros Orinoco, Puerto Ordaz. José Miguel Galia, 1976

 Como demostración de que “nunca segundas partes han sido buenas”, en 1976 la misma compañía de seguros inaugura en Puerto Ordaz, estado Bolívar, un segundo edificio proyectado igualmente por Galia sin la compañía de Maslach pero si del mismo equipo en cuanto a estructura e instalaciones, siguiendo las directrices volumétricas y de recubrimiento de la sede caraqueña, en este caso sobre un terreno de 2.350 m2 lo cual arrojó 16.450 m2 de construcción. La desproporción que terminó alcanzando la propuesta guayanesa abarcó incluso al portal del acceso principal del edificio el cual, diseñado también por Carlos González Bogen, alcanzó 8 metros de ancho y 12 metros de alto, y está compuesto de dos hojas pivotantes fabricadas en hierro.

8. Vista de la sala del MoMA, Nueva York, en la que se puede apreciar la maqueta del edificio sede de Seguros Orinoco (Caracas) como parte de la exposición “Latin America in Construction: Architecture 1955–1980″, marzo-julio 2015

Para finalizar no olvidemos que Seguros Orinoco fue uno de las obras seleccionadas para representar a Venezuela en la importante exposición “Latin America in Construction: Architecture 1955–1980”, montada en los espacios del Museo de Arte Moderno de Nueva York (MoMA) del 29 de marzo al 19 de julio de 2015, y que la maqueta allí presentada había sido elaborada para la muestra “José Miguel Galia. Arquitecto”, organizada por la Fundación Museo de Bellas Artes y la Facultad de Arquitectura y Urbanismo, abierta en el Museo de Bellas Artes de Caracas en marzo de 1992.

ACA

Procedencia de las imágenes

1 y 4. Alberto Sato, José Miguel Galia. Arquitecto (2002)

2, 3 y 7. Colección Crono Arquitectura Venezuela

5 y 6. Revista Punto nº 47, diciembre 1972

8. https://www.moma.org/calendar/exhibitions/1456/installation_images/10535

ALGO MÁS SOBRE LA POSTAL Nº 226

1976 amaneció con la noticia de que Petróleos de Venezuela (PDVSA) asumía formalmente la responsabilidad de extraer y refinar el crudo venezolano, consolidando la nacionalización del sector. El acto formal que daba inicio al proceso estuvo a cargo del entonces Presidente Carlos Andrés Pérez, quien pronunció un discurso desde el pozo Zumaque I, lugar del reventón de 1914. Estábamos en medio de la “Gran Venezuela” que ese año registra su mínimo histórico de desempleo ubicándose en el 4%.

En esos 12 meses nuestro país recibía las visitas oficiales de Henry Kissinger (Secretario de Estado de los EE.UU), Josip Broz Tito (Presidente de Yugoslavia) y los Reyes de España a un año escaso de la muerte de Franco. Air France inaugura el servicio de sus modernos aviones supersónicos Concorde para cubrir la ruta directa París/Charles de Gaulle-Caracas/Maiquetía con frecuencia de un vuelo semanal, sueño que duró 6 años.

En lo político, la nación se conmociona con el secuestro por parte del Grupo de Comandos Revolucionarios del empresario estadounidense William Niehous, Vicepresidente de Owens-Illinois, quien será rescatado luego de tres años. Durante las investigaciones sobre el secuestro de Niehous, agentes de la DISIP arrestan a Jorge Rodríguez, quien muere en reclusión cinco días después de ser arrestado. También con relación al caso Niehous se levanta la inmunidad parlamentaria a los diputados Fortunato Herrera y Salom Mesa Espinoza.
Otra conmociones de diferente índole las constituyen, por un lado, la voladura en el aire de un avión DC8 de la línea aérea Cubana de Aviación con 73 personas a bordo, acto terrorista que tuvo como responsables a los cubanos Luis Posada Carriles y Orlando Bosch y los venezolanos Freddy Lugo y Hernán Ricardo; y, por el otro, la tragedia que supuso el estrellamiento cerca de la pista de aterrizaje del Aeropuerto de Lajes (Isla Terceira, Azores) del Hércules C-130 de la Fuerza Aérea que transportaba a todos los miembros del Orfeón Universitario de la UCV, incluido su director Vinicio Adames.

1. Un libro, una obra de teatro y dos películas que aparecieron o se estrenaron en 1976

En aquel agitado año para nuestro país, en el plano cultural se registra la aparición de los libro Del buen salvaje al buen revolucionario, de Carlos Rangel y Algunas palabras, de Eugenio Montejo. También se estrenan importantes películas entre las que se pueden mencionar Sagrado y obsceno, de Román Chalbaud; Fiebre, de Alfredo Anzola, Juan Santana y Fernando Toro; A propósito de Simón Bolívar, de Diego Rísquez; Compañero Augusto, de Enver Cordido; Canción mansa para un pueblo bravo, de Giancarlo Carrer; y Soy un delincuente, de Clemente de la Cerda. José Ignacio Cabrujas, por otra parte, monta por primera vez Acto cultural su fundamental obra de teatro y la Galería de Arte Nacional, creada en 1974, abre sus puertas al público en el edificio que antiguamente ocupaba el Museo de Bellas Artes en Los Caobos donde permanecería hasta la construcción su verdadera sede.

Era la época en que las Bienales Nacionales de Arquitectura se realizaban con regularidad y, luego de celebrada tres años antes la Quinta, entre los días 26 de noviembre y 10 de diciembre de 1976 abre sus puertas la Sexta en la ampliación del Museo de Bellas Artes, proyectada por Carlos Raúl Villanueva y Oscar Carmona con cálculo estructural de Waclaw Zalewski y José Adolfo Peña, inaugurada en 1973. También eran tiempos en que se podía cursar invitación y contar con la asistencia de diversas y connotadas figuras internacionales. Para la ocasión, se tuvo la participación en un ciclo de Conferencias-Debates de los arquitectos Oriol Bohigas (España), Fernando Belaúnde Terry (Perú) y Kenzo Tange (Japón), lo cual garantizaba un atractivo adicional a la muestra en sí de los 64 trabajos participantes, 27 de los cuales optaban al Premio Nacional de Arquitectura.

2. De izquierda a derecha: Oriol Bohigas, Fernando Belaúnde Terry y Kenzo Tange, invitados internacionales a la VI Bienal Nacional de Arquitectura

Realizada en homenaje a la memoria de Carlos Raúl Villanueva, fallecido el año anterior (1975), la VI Bienal contó como complemento con una muestra sobre su obra y trayectoria en la que, tal y como se recogía en la prensa (El Universal, jueves 26 de noviembre de 1976), “… el público tendrá la oportunidad de admirar, no sólo los aspectos arquitectónicos de su labor, sino también numerosos escritos, apuntes y guías que utilizó en su labor docente, y también su colección de arte, además de un audiovisual con duración de 20 minutos que recoge momentos de su carrera”.

El evento, organizado por el Colegio de Arquitectos de Venezuela (CAV) y coordinado por el arquitecto José Ramos Fellipa, fue auspiciado en esta oportunidad por del Consejo Nacional de la Cultura (CONAC).
William Niño Araque en el texto titulado “La ciudad recobrada” aparecido en el Catálogo de la VIII Bienal Nacional de Arquitectura. La arquitectura del lugar (1987), se refiere a la arquitectura que se mostraba en la Bienal que hoy nos ocupa como parte de una posible, desordenada e inconexa “Escuela de Caracas”. La lectura que hace Niño a la distancia apela al uso del término “neovanguardias” (acuñado por Helio Piñón en 1984) que consistía en la reutilización del lenguaje y modos propios de las vanguardias de comienzos del siglo XX para asumir una actitud renovadora. “El ‘nuevo mundo’ arquitectónico -dirá Niño- abandona así en nuestro medio, la ilusión conformadora del Bauhausianismo, centrada en la integración de las artes al servicio de la comunidad y en la idea de la prestación de servicios al proceso de desarrollo económico, para buscar espacio en posiciones más críticas y distantes”.

Inmersa en “el aplastante desarrollo económico venezolano de los años setenta” y asociada a una “arquitectura de la opulencia” la “Escuela de Caracas” se caracterizará por: asumir “soluciones concretas a los problemas concretos, por la ausencia de teorización explícita y por cierto desinterés en la difusión pública de sus aportaciones”; tener en la realización de una serie de concursos de arquitectura, cuyas propuestas ganadoras no se caracterizaron por ser innovadoras, una válvula de escape para ofrecer “operaciones subversivas” y “soluciones alternativas, no como el resultado de un proyecto explícito o de una teoría general, sino como una operación cerrada sobre sí misma”; no haber sido superadas las nuevas exigencias de la arquitectura en el medio intelectual venezolano. Y concluye: “no debe extrañarnos que las proposiciones arquitectónicas más interesantes sean el producto de una insistencia absolutamente individual y no de un consenso o clima intelectual generalizado…”.

3. VI Bienal Nacional de Arquitectura. Izquierda: Premio Nacional. Torre Europa, Av. Francisco de Miranda. Carlos Gómez de Llarena y Manuel Fuentes con el acompañamiento de Moisés Benacerraf. Derecha: Premio Metropolitano. Banco Metropolitano, Sabana Grande. José Miguel Galia
4. VI Bienal Nacional de Arquitectura. Premio Vivienda Unifamiliar. Quinta Gamero, Cumbres de Curumo. Jorge Castillo y Ralph Erminy con participación de Carlos Cruz-Diez
5. VI Bienal Nacional de Arquitectura. Premio Mejor Tesis (Trabajo final de grado más destacado), “Sistema constructivo para estaciones ferroviarias”. María Teresa Novoa, Ana Isabel Loreto, Martín Padrón y Andrés Simón Herrera 

Bajo esta mirada es que se podría observar el grupo de obras galardonadas en la VI Bienal donde el Premio Nacional fue otorgado a la Torre Europa, de los arquitectos Carlos Gómez de Llarena y Manuel Fuentes con el acompañamiento de Moisés Benacerraf; el recién creado Premio Metropolitano (fusión de los Premios Municipales que en ocasiones anteriores otorgaban el Distrito Federal y el Distrito Sucre) recayó sobre el edificio para el Banco Metropolitano en Sabana Grande, de José Miguel Galia; el Premio Vivienda Unifamiliar se lo llevó la quinta Gamero en Cumbres de Curumo, de Jorge Castillo y Ralph Erminy con participación de Carlos Cruz-Diez; el Premio de Arquitectura para Proyecto no construido fue para el Parque del Oeste, de Jorge Romero y Daniel Baquero; el Premio Mejor Tesis (Trabajo final de grado más destacado) se le dio a María Teresa Novoa, Ana Isabel Loreto, Martín Padrón y Andrés Simón Herrera  con “Sistema constructivo para estaciones ferroviarias”; el Premio Colegio de Arquitectos de Venezuela (labor gremial, actividad docente y obra destacada) reconoció al arquitecto Heriberto González Méndez; el Premio Nacional de Urbanismo distinguió a los arquitectos Pedro Lluberes, Omer Lares y Mireya Urdaneta; y el Premio Interés Social quedó desierto.

La Torre Europa, elegante edificio proyectado en 1971 para un grupo corporativo suizo y terminado de construir en 1975, ubicado sobre la avenida Francisco de Miranda en el cruce con la avenida Los Cortijos de Campo Alegre sobre un terreno de 4.000 m2, tiene 4 niveles de sótanos para 400 automóviles, planta baja comercial, mezzanina compartida entre dos locales con pequeñas oficinas en la parte superior, una torre de 12 pisos para oficinas de 1.300 m2 por planta y un remate de dos niveles para oficinas especiales. Además, el partido asumido permitió liberar un gran espacio público de acceso a la entrada localizada en la esquina y lograr un aporte significativo al orden urbano de la zona tras una acertada lectura de las variables del lugar.

6. Torre Europa. Izquierda: Planta de techos. Derecha: Planta tipo pisos 1 al 12
7. Torre Europa. Izquierda: Vista de la fachada sur desde la avenida Francisco de Miranda. Derecha: Corte transversal

La edificación ha sido reseñada en dos ocasiones con gran acierto. La primera por Hannia Gómez en el catálogo de la Bienal de 1987 ya señalado y la segunda por Iván González Viso en Caracas de Valle al mar. Guía de arquitectura y paisaje (2015). En ambos casos se resaltan entre los logros alcanzados por esta torre, que de torre no tiene nada, los avances que representó como solución tecnológica por lo cual para Gómez no fue extraño que apareciese por primera vez totalmente publicada en la páginas de la revista Arquitectura e Ingeniería. Entre las innovaciones técnicas que mostró la Torre Europa se encontraban, según Gómez, “la modulación coordinada de todos los elementos internos para flexibilizar las plantas, el criterio de macroestructura del edificio con losas cada dos pisos y membranas en los pisos intermedios, la liberación de las plantas de la escalera de incendio antes de la aparición de la normativa que así lo obliga hoy en día, el uso inaugural de un nuevo diseño de las ventanas Unifedo como courtain-wall, las juntas aislantes horizontales entre los pisos y el mismo diseño de la fachada autoportante y aislante…”.

En 1998 el edificio sufrió un voraz incendio (sin pérdidas humanas que lamentar) a raíz de un corto circuito en los cajetines de electricidad, ubicados entre los pisos 1 y 3, repitiéndose otro dos días después en el piso 5, lo cual dejó inutilizados 6 de las 12 plantas del inmueble y en particular las oficinas del Sistema Económico Latinoamericano y del Caribe (SELA). Sin embargo una reconstrucción, rehabilitación y actualización de sus instalaciones bien llevadas a cabo lograron que se reinaugurara tres años después.

El Premio Nacional de 1976 a la Torre Europa y a sus arquitectos, si bien logró exaltar sus aportes técnicos, ante todo permitió reivindicar el valor que todo edificio debe añadir al sector de la ciudad donde se inserta y el de convertirse en claro ejemplo de arquitectura urbana.

ACA

Procedencia de las imágenes

1, 2, 6 y 7. Colección Fundación Arquitectura y Ciudad

3, 4 y 5. Colección Crono Arquitectura Venezuela

1994• Juan Andrés Vegas Pacheco es galardonado con el Premio Nacional de Arquitectura

Juan Andrés Vegas  Premio Nacional.jpg

1994•  El arquitecto y urbanista Juan Andrés Vegas Pacheco (1921-1992), graduado en el Massachussets Institute of Technology (MIT), EEUU, quien revalida su titulo en la Universidad Central de Venezuela a su regreso en 1945 al país, fue profesor de Composición Arquitectónica de la Escuela de Arquitectura de la UCV en 1950 y Presidente del Comité Organizador de la 1º Convención Nacional de Arquitectura designado por la Sociedad Venezolana de Arquitectos (SVA) en 1959, es distinguido en 1994 con el Premio Nacional de Arquitectura de ese año por el Consejo Nacional de la Cultura, CONAC por su destacada y valiosa trayectoria profesional.
En su práctica privada de la profesión Vegas proyectó, asociado con Julián Ferrís y Carlos Dupuy: en 1952, el Club Laguna Beach, en el Litoral Central; en 1955, para el Banco Obrero (BO), la Unidad Vecinal La Concordia, San Cristóbal, estado Táchira; y en 1956, para la empresa petrolera Shell, su edificio Sede ubicado en la Av. 5 de Julio, Maracaibo, estado Zulia (hoy Sede de Enelven).
Posteriormente se incorporó a la Corporación Venezolana de Guayana (CVG), donde revisó, conjuntamente con el ingeniero Alfredo Calzadilla, el Plan Director de Ciudad Guayana; la Planificación y Proyecto del Campamento Guri; y la Elaboración del Plan Rector del Área Industrial de Macagua.

HVH