
Cuando entre el 27 de julio y el 28 de septiembre de 2014 se abrió en los espacios del Centro Cultural BOD (Banco Occidental de Descuento), La Castellana, Caracas, la exposición “KLAUS HEUFER Arquitecto. Arqueología de la modernidad”, auspiciada por Collectania, el BOD, la Fundación Fotografía Urbana y la Fundación Klaus Heufer, que contó con la curaduría de Rafael Pereira apoyada en la investigación realizada por Lorenzo González Casas, Henry Vicente, Orlando Marín y Karen Mata, con una cuidada museografía a cargo de José Luis Sánchez, montaje de Víctor Díaz y diseño gráfico de Sigfredo Chacón, se le ofreció la oportunidad al medio arquitectónico nacional de conocer por primera vez a profundidad la obra y figura de un arquitecto de dilatada presencia en el país que, además, ha dejado un muy relevante grupo de piezas construidas que permiten complementar la comprensión de la modernidad en tierras venezolanas.

La promoción de la muestra, donde se pudieron apreciar maquetas, planos originales, fotografías y documentos personales del arquitecto, “a partir de los vestigios documentales rescatados, de sus edificaciones de mayor significación para nuestro acervo arquitectónico» simulando una «labor arqueológica”, como diría el propio Pereira, se basó en la selección del dibujo axonométrico que Heufer realizara para el proyecto (no construido) de la Casa Casado, Playa Grande, 1958, que hemos también escogido para engalanar nuestra postal del día de hoy.
Como bien señalara Pereira, la Casa Casado se convirtió en el “primer ejercicio de lo que Heufer llamó ‘casa patio moderna’ ”, donde el arquitecto de origen alemán nacido en 1923, formado en la Universidad Tecnológica de Braunschweig (la más antigua universidad tecnológica de Alemania), de donde egresa en 1950 bajo la tutoría del profesor Friedrich Wilhelm Krämer para luego llegar a Venezuela en 1952 contratado por Luis Malaussena (ver ALGO MÁS SOBRE LA POSTAL, Contacto FAC nº 113, 17/02/2019), pone en práctica tanto su gran habilidad para el dibujo como la capacidad de integrar prácticas tradicionales provenientes de las enseñanzas de Krämer que le permitieron hacer una verdadera exploración en torno a la arquitectura doméstica de donde destaca su integración al medio ambiente, la continuidad espacial entre el interior y el exterior y el combinado equilibrio entre lo tradicional y lo moderno. De allí la paulatina asimilación por parte de Heufer de valores y elementos locales como el patio, el corredor y el alero que sumó al impacto producido por la luz, el color y la exuberancia vegetal de Caracas logrando resultados excepcionales.

La ejercitación del tema del patio que la Casa Casado abre, tiene su punto culminante en 1960 cuando Heufer termina la quinta Loma Baja (en colaboración con Jorge Cvejic, Lomas del Mirador) y también su vivienda personal (la Casa H, Los Palos Grandes), síntesis entre el lenguaje de la arquitectura internacional y las exigencias del trópico donde Heufer, además, pone en práctica la integración de la madera de acuerdo con las prácticas y modos de uso artesanales de la arquitectura escandinava (que absorbió tras su pasantía como estudiante por Malmö, Suecia), la destreza y el refinamiento en el diseño de detalles constructivos, y la importancia de incorporar el mobiliario integrado a los ambientes
Se sumaba Heufer a una tradición que permitió al patio constituirse en motivo de exploración constante para el diseño de casas dentro del Movimiento Moderno. Así, desde la casa patio en forma de “L” que utilizó Hilberseimer en 1931 como unidad básica de repetición para la generación de sus entramados urbanos de desarrollo horizontal, hasta la serie de “casas con patio” de Mies van der Rohe también de 1931, donde gracias a la colaboración que ofrecen los muros exteriores y los de las parcelas vecinas se respondía más bien a la búsqueda y la experimentación de nuevas formas de organizar los espacios, lograr privacidad y responder a la orientación solar ideal, y no tanto a una influencia directa de la tradición donde el patio se ubicaba centralizadamente (que curiosamente si cumple la casa Mouche de Adolf Meyer -1923-), los pioneros centroeuropeos del Movimiento Moderno le abrirán paso sin proponérselo a la hibridación y transformaciones que posteriormente se darán cuando dicha arquitectura aterrice en contextos periféricos (empezando por el ámbito mediterráneo) y lo vernáculo logre adaptarse a las exigencias funcionales propias de la modernidad sin necesidad de renunciar a las identidades nacionales.


Larga, pues, es la lista de experiencias a lo largo del siglo XX en las que el patio como herramienta y como espacio es utilizado y reinterpretado para resolver el hábitat moderno de mano de importantes arquitectos. Erich Mendelshon (“Casa Sternefeld, Berlín, 1923-24), Fernando García Mercadal (“Chalet a la orilla del mar”, 1926), Luigi Piccinato (“Casa coloniale”, 1932), Luigini Figini y Gino Pollini (“Villa-studio” para un artista, 1933) son algunos de ellos a los que se incorporarán a partir de 1940: Giuseppe Pagano, Franco Diotavelly e Irenio Marescotti (Propuesta para la “Cittá orizzontale”, Milán, 1940), Alvar Aalto (“Casa experimental”, Muuratsalo, 1952-53), Jørn Utzon (“Casas patio”, Helsingør, 1957), Arne Jacobsen (“Casas patio”, Berlín, 1957), Pennti Ahola (“Casas patio”, Tapiola, Finlandia, 1963), los casos emblemáticos de Josep Lluís Sert (Casa Sert, Cambridge, EEUU, 1957) y Marcel Breuer (“Casa Hooper, Baltimore, 1959), más las propuestas de agrupación y variación de Serge Chermayeff y Christopher Alexander (“Agrupaciones de casas con patio”, Chicago, 1953-61), por citar sólo unos cuantos ejemplos.
Heufer, por tanto, adquirirá en su formación alemana buena parte de los pasos que ya en su país se habían dado en lo relacionado a incorporar transformaciones tanto en la forma como en la función a la hora de utilizar el patio como elemento organizador de la vivienda, variando indistintamente su localización dentro del esquema compositivo en función de las condiciones climáticas imperantes. A ello agregará el aprendizaje derivado del estudio del modelo de casa-patio de la tradición colonial hispana.

Tal y como recoge Lorenzo Dávalos en el hermoso reportaje que apareció en su blog caracas 10N, 67W titulado “Klaus Heufer y su persistente pasión por los detalles”, del 27 de agosto de 2013 (https://caracas1067.wordpress.com/2013/08/27/la-persistente-pasion-por-los-detalles-de-klaus-heufer-1/) con motivo de la celebración de los 90 años del arquitecto alemán: “Más estrictamente, las casas de Heufer son variaciones modernas de ese estilo de casa. El término patio designa una diversidad de espacios (techados o no) que están ubicados en el límite entre el exterior y el interior de la casa y que se puede utilizar para comer o socializar. Dos variantes de este espacio que han sido felizmente integradas en casas modernas son: el atrium y el lanai. Se define como atrium a un espacio sin techo ubicado en el centro de la casa, y como lanai (término de origen hawaiano recuperado por arquitectos como Vladimir Ossipoff, 1907-1998) o porche, a los espacios sin paredes pero con techo y paneles de vidrio corredizos que separan este espacio del exterior”.
Lo anterior coincidiría con la apreciación que acerca de la simbología del patio establece Patricia Blanco Fernández en su trabajo titulado “La casa patio en el Movimiento Moderno. Orígenes y transformaciones” (2020) (http://oa.upm.es/62774/1/TFG_Jun20_Blanco_Fernandez_Patricia.pdf), y el cambio que sufrió en su significado ancestral: “En el siglo XX, sin embargo, en plena era de la Modernidad y de la máquina, donde la razón y la ciencia tenían un mayor peso en la sociedad que las creencias religiosas, la mirada del hombre moderno se dirigía, en vez de al cielo, a la tierra, donde ‘[…] se [encontraba] la ciencia, el progreso, la vida’. Por tanto, el patio, cuya apertura cenital había creado tensiones verticales en su versión tradicional, pasaba a transformarse en un espacio de tensión horizontal que, junto con los grandes huecos acristalados, permitía establecer una conexión directa con el paisaje. Además, a través de la introducción de la naturaleza en el patio, los arquitectos modernos conseguían integrar la arquitectura en el paisaje, lo artificial en lo natural, eliminando así las fronteras que siempre los había separado y haciendo del tipo doméstico tradicional de la casa patio, una vez más, una herramienta muy útil para solucionar los problemas del habitar moderno”.
Concebido como espacio de transición entre la naturaleza y la arquitectura, la cita de Alvar Aalto extraída por Blanco Fernández del texto “Del umbral a la sala de estar” (1926), reeditado en En contacto con Alvar Aalto (Arquitectura Viva, 1993), complementaría la explicación adelantada por Dávalos. Afirma Aalto: “El verdadero umbral de nuestros hogares se atraviesa en el momento en que pasamos de la calle o el camino al jardín. […] El jardín (el patio) forma parte de la casa, en la misma medida que cualquiera de sus habitaciones. […] Una sala, grande y ventilada, con su chimenea, su embaldosado visible y un tratamiento formal que la distingue de los demás espacios. […] Es la metáfora del aire libre bajo el tejado de la casa. Constituye, pues, el pariente lejano del atrium de las casas patricias de Pompeya, cuyo techo era el cielo real. […] Bien empleada, esta sutileza –el recibidor tratado como espacio al aire libre– es un fragmento de la piedra filosofal”.

Heufer con maestría logra plasmar en la “playera” y generosa Casa Casado (apreciable a través del dibujo que hoy publicamos y la maqueta elaborada para la exposición ya mencionada), diversas variantes de lo que durante mucho tiempo se denominó como “casa-patio” pero que sin duda en este caso se suma a la categoría de “casa con patios”, donde la multiplicidad de ellos permiten hablar de lo contenido y lo abierto, el interior y el exterior, lo techado y lo descubierto como características que no alteran su rol esencial y su condición de “elemento eternamente joven de la arquitectura”, tal y como lo definió Carlos Raúl Villanueva.
ACA
Procedencia de las imágenes
2. https://caracas1067.wordpress.com/2013/10/09/klaus-heufer-y-su-persistente-pasion-por-los-detalles-2/, https://sancheztaffurarquitecto.wordpress.com/2014/08/11/exposicion-klaus-heufer-arquitecto-arqueologia-de-la-modernidad-rafael-pereira-escalona-b-o-d-centro-cultural-caracas/ y Colección Crono Arquitectura Venezuela
3. https://helio-pinon.org/proyecto-tres_casas_patio_i69598
4. https://circarq.wordpress.com/2013/08/24/casa-sert/, http://arquitextosblog.blogspot.com/2016/09/casa-sert-en-cambridge.html, https://www.urbipedia.org/hoja/4_viviendas_en_H%C3%A4ndelallee y https://www.pinterest.es/pin/541628292677199954/
5. https://materialesamv.tumblr.com/post/126585778169/casa-lomabaja-caracas-1960-arquitecto-klaus, https://coleccioncisneros.org/es/editorial/cite-site-sights/la-villa-moderna-en-caracas, http://guiaccs.com/obras/quinta-lomabaja/ y https://dadun.unav.edu/bitstream/10171/42434/1/Buscando%20a%20Heinrich%20Thede.pdf