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ALGO MÁS SOBRE LA POSTAL Nº 365

El concurso convocado por la Alcaldía del Municipio Baruta el año 2002 con el objeto de diseñar la Plaza del Sol, Mercado y Terminal de Transferencia a ubicarse en la entrada principal norte del centro tradicional de Baruta, sobre un importante espacio urbano totalmente subutilizado con frente hacia tres calles (la avenida San Sebastián o La Industria al norte, la calle Ricaurte al oeste y la calle Mariño al este), tenía como objetivo recibir propuestas que colaboraran a resolver una serie de problemas que allí se concentraban, mejorar la calidad ambiental del entorno y, de ser posible, convertirse en un primer paso de una acción ordenadora para la capital de la entidad.

1. Vista aérea con la localización del espacio objeto del concurso en el contexto de Baruta.

Una vez concluido el proceso de convocatoria, inscripción, entrega y evaluación de los trabajos presentados a la competición, resultó ganador el proyecto elaborado por el arquitecto Jorge Rigamonti con la colaboración de Cesar Badaracco y Helena Correa Rigamonti uno de cuyos renders, el que muestra la fachada hacia la calle Mariño, por donde se tenía previsto el acceso al terminal de transferencia, ilustra nuestra postal del día de hoy.

Pensado para convertirse en la puerta de entrada al pueblo de Baruta desde Caracas y para servir de detonante de la revitalización del centro, el proyecto, que ofrece un enfoque innovador para diseñar el espacio público, buscó liberar las calles adyacentes de microbuses y vendedores informales, para permitir la organización del mobiliario urbano, ampliando y enriqueciendo el sistema peatonal.

2. Izquierda: Planta del nivel Terminal de Transferencia. Derecha: Planta del nivel Plaza del Sol.
3. Cortes.

De la descripción elaborada por los proyectistas que se puede encontrar en https://www.behance.net/gallery/12106775/Plaza-del-Sol-Public-Market-and-Transfer-TerminalE, podemos ver que el partido arquitectónico asumido contempla la construcción de una edificación en forma de “U” que “se organiza paralela a las calles para valorar su espacialidad urbana y contiene una gran plaza-patio que retoma el nombre de Plaza del Sol. Liviana y ‘transparente’, la edificación está a su vez protegida por un gran techo sombrilla y pieles vegetales verticales constituidas por una gran variedad de especies de plantas trepadoras (enredaderas) venezolanas”. El edificio, sin lugar a dudas el elemento protagónico del planteamiento, tiene carácter multifuncional e integra en un área de 12.380 m2 de construcción un terminal de autobuses con locales comerciales (mercado) y servicios relevantes para la comunidad conectándose a su vez con un centro cultural adyacente a través de un puente peatonal. Su planta trapezoidal con las caras norte y sus paralelas entre sí, es producto del interés de los proyectistas en adaptarse al perímetro del terreno, factor que origina buena parte de las decisiones en torno a su geometría.

4. Renders en los que se puede apreciar la fachada hacia la calle Ricaurte con el acceso principal y el acceso lateral a la Plaza del
Sol y también el importante papel que juega en todo momento el «techo-sombrilla».

El acceso principal ubicado sobre la calle Ricaurte, permite percibir y alcanzar de forma directa a través de una escalinata el espacio central (Plaza del Sol) y desde allí apreciar la totalidad del edificio. Desde la plaza se puede acceder directamente a la mitad de los 74 locales comerciales ubicados en la planta baja. Para llegar a los otros 37 se previó la existencia de corredores aporticados perimetrales que, pese a dar hacia la calle, se encuentran protegidos por la piel vegetal diseñada como envolvente del edificio. El mismo esquema se repite en los dos pisos superiores, existiendo en este caso corredores que se relacionan con la plaza. En total se cuenta con aproximadamente 222 locales de tamaños diferentes, teniendo los ubicados en las alas norte y sur (los más pequeños) la misma superficie entre sí, siendo los localizados al este y oeste los de mayor dimensión.

Por otro lado, el sistema de soporte de la edificación fue concebido con base en elementos de acero galvanizado, diseñados con la colaboración del ingeniero Francisco Niubo Ribo, “de grandes luces, económicas y de rápido ensamblaje”. Con la maleabilidad como atributo se pensó en la existencia de “pocos elementos cerrados con tabiquerías flexibles y livianas para los locales comerciales, modificables en el tiempo”.

5. Arriba: Render que muestra la fachada hacia la avenida San Sebastián o La Industria y la esquina con la calle Ricaurte. Abajo: tres diferentes vistas de la Plaza del Sol con los efectos de luz y sombra que el «techo-sombrilla» produce.

Como parte de las consideraciones ambientales y de sostenibilidad tomadas muy en cuenta en el diseño, las fachadas del edificio, como ya se ha insinuado, incorporan vegetación permeable al viento “que protege del sol directo los corredores aporticados perimetrales que dan acceso a los locales comerciales del mercado, en sus 3 pisos”. Como complemento y también remate en sentido vertical, el techo sombrilla se separa del volumen edificado y a la vez lo cubre en su totalidad tamizando la luz y propiciando un micro clima cuya finalidad es la de reducir considerablemente el consumo energético.

“La terraza superior, abierta y protegida por el techo sombrilla flotante, podrá utilizarse para la ubicación de jardines, cafeterías, zonas para juegos infantiles, restaurantes, y los equipos mecánicos del edificio. El techo sombrilla permite una óptima ventilación natural y matiza la luz mediante un novedoso diseño, de forma que el sol con su propio movimiento vaya produciendo variaciones en la iluminación natural, desde la luz directa atomizada en las horas de la mañana y de la tarde, a la luz totalmente indirecta en las horas más calurosas del mediodía”. De “efecto cinético” califican los proyectistas la sensación que percibirían los usuarios a lo largo del día.

Como resultado de una muy adecuada adaptación del programa a las diferentes cotas del terreno se logra reducir al máximo el movimiento de tierra y se obtiene un mínimo impacto ambiental. Es el correcto tratamiento de la topografía el que permitió localizar el terminal de transferencia en el nivel más bajo pudiéndose acceder directamente desde la calle Mariño (extremo sureste del terreno), alcanzándose una capacidad máxima para 24 microbuses y 36 rústicos, estacionados al mismo tiempo.

6. Despiece del modelo 3D del proyecto publicado en el blog CA. Catálogo de Arquitectura. Venezuela-Latinoamérica que permite comprender a cabalidad el proyecto.

El proyecto, que recibió en Río de Janeiro el “Premio de Reconocimiento 2005-América Latina” en los International Holcim Awards para Construcción Sustentable, como otras tantas propuestas ganadoras de concursos de arquitectura en nuestro país, no llegó a construirse. Así, la Plaza del Sol, Mercado y Terminal de Transferencia se sumaría, en el caso de Jorge Rigamonti (1940-2008), al Museo del Petróleo-Complejo Urbano, Cabimas, estado Zulia (1984) y el Patio-Jardín Esquina La Torre, Caracas (1995) como trabajos galardonados que se quedaron en el camino.

Nota

El proyecto que aquí hemos reseñado ha sido objeto de una completa reelaboración gráfica (modelo 3D) de parte de Nathaly Briceño, luego editada por Ramón Fermín, que se encuentra publicada en el blog CA. Catálogo de Arquitectura. Venezuela-Latinoamérica. Obras y proyectos de arquitectura con tradición moderna-materia-estructura-paisaje (https://catalogosdearquitectura.wordpress.com/2018/03/12/rigamonti-jorge-2002-plaza-del-sol-mercado-y-terminal-de-transferencia/). De allí hemos tomado también algunas imágenes que hemos considerado complementan lo que aparece en https://www.behance.net/gallery/12106775/Plaza-del-Sol-Public-Market-and-Transfer-Terminal, fuente de la que procede el resto.

ACA

Procedencia de las imágenes

Postal, 1, 2, 3, 4 y 5: https://www.behance.net/gallery/12106775/Plaza-del-Sol-Public-Market-and-Transfer-Terminal

6. https://catalogosdearquitectura.wordpress.com/2018/03/12/rigamonti-jorge-2002-plaza-del-sol-mercado-y-terminal-de-transferencia/

ALGO MÁS SOBRE LA POSTAL Nº 253

La propuesta para el Complejo Urbano y Arquitectónico del Museo de Petróleo, Cabimas, Edo. Zulia, ganadora de un concurso convocado en 1983 por Petróleos de Venezuela S.A. y desarrollada en 1984, le ofreció a Jorge Rigamonti (1940-2008) la oportunidad de incorporar en su resolución todo el contenido metafórico que el tema petrolero podía encerrar.

Buscándose en todo momento ofrecer un desarrollo turístico importante de escala nacional e internacional para la costa oriental del Lago de Maracaibo, dentro del cual el Museo se convertiría en el punto focal, se asumió en todo momento un relevante papel didáctico en cuanto mostrar el pasado, presente y prometedor futuro de la industria petrolera venezolana.

1. Maqueta del Museo del Petróleo – Vista Superior del Museo; el anfiteatro a cielo abierto; el parque con áreas dedicadas para exhibiciones al aire libre, ferias, juegos infantiles, invernaderos y un paseo costero; y, el complejo hotelero con el muelle sobre el Lago de Maracaibo.

En la completa reseña publicada en https://www.behance.net se explica que “El proyecto urbano comprende: una plaza en conmemoración de ‘El Reventón’ de 1922, ya construida, donde el pozo Barroso II marcó el inicio de la explotación comercial a gran escala del petróleo en Venezuela; el edificio sede del Museo del  Petróleo  (con un área de construcción de 55.144 m2); un complejo hotelero con un malecón; un anfiteatro; y un parque de 500.000 m2, con áreas para exposiciones industriales, ferias, umbráculos, un parque recreacional, y un paseo costero.” Cabe señalar que el tratamiento paisajístico estuvo a cargo de Maciá Pintó y María Luisa Acosta.

Tuvo particular relevancia para el proyectista en su planteamiento el tomar en cuenta los aspectos funcionales, espaciales y constructivos y la posibilidad de remitir a una secuencia de imágenes que fuesen motivadoras y cargadas de memoria y arraigo. De tal forma aparecen referencias al Lago de Maracaibo, a los ancestrales palafitos que lo ocupaban a la llegada de los conquistadores y a las más actuales instalaciones petroleras; también a la posterior y más novedosa aparición de refinerías en nuestro territorio; y a la oportunidad de incorporar una semblanza de lo venezolano a través de tepuyes, vegetación tropical recreada tanto en el parque como en la edificación en clara alusión a la idea de Uslar de “sembrar el petróleo”.

2. Maqueta del Museo del Petróleo – Vista de la Entrada Principal

De imagen poderosa a la vez que compleja pero trabajada con un rigor geométrico exquisito, que pone en evidencia un claro planteamiento estructural a cargo de Josef Dragula, el edificio del museo se maneja con claro protagonismo y teatralidad asumiendo su condición de centro geométrico del parque. Para ello Rigamonti apela a la idea de hacerlo surgir del agua y rodearlo a la vez de áreas verdes, metáfora que remite al rol jugado por el hombre en la transformación de la tierra en energía. Su concepción obedece a una sucesión de cuerpos autónomos donde se le da singular relevancia a las relaciones que garanticen su percepción como un todo volumétrico debidamente articulado. “Este concepto permite resolver en concreto armado, las áreas de exposición y servicio que necesitan aislamiento térmico y aire acondicionado. Los elementos de unión, como corredores y escaleras, son livianos, en aluminio y generan los movimientos de un cuerpo a otro, están siempre rodeados de agua  y/o vegetación. Los equipamientos técnicos se ubicaron, siempre perimetralmente a la edificación, tanto en el cuerpo horizontal como en el vertical, y también en todo el nivel inferior, facilitando la operatividad general y las operaciones de mantenimiento, sin entorpecer los movimientos del público. Los elementos mecánicos utilizados por la industria petrolera son generalmente simétricos y de formas puras. En el museo la simetría permite relacionar enfáticamente las formas primarias utilizadas: círculo y cuadrado, cilindro y cubo. El paseo costero ‘La Rosa’ da presencia al lago y relaciona lo urbano con el parque y el museo”.

Cuidadas todas la variables relacionadas a lo museístico y su compromiso pedagógico con un público amplio, el cuerpo horizontal fue concebido para albergar las exposiciones buscando mostrar «¿Qué es, en dónde está, cómo se extrae, y cómo se transporta el petróleo?». También se ofrece allí material de interés para personas que manejen mayor información sobre el tema. Los seis módulos prismáticos que lo conforman, construidos con paredes de concreto armado, se organizan en torno a un patio que es en realidad un espejo de agua “del cual brota el ‘Túnel Geológico’ y se apoya la cabria petrolera”, y se comunican a través de corredores de rejillas metálicas.

3. Museo del Petróleo. Arriba izquierda: Sección transversal axonométrica del cuerpo horizontal que muestra la salida del «Túnel geológico» a la plataforma central y la torre de perforación inclinada. Arriba derecha: Sección transversal vertical de los cuerpos horizontal y vertical que muestra el «túnel geológico», la torre de perforación de petróleo inclinada y la «torre de destilación de la refinería» central con su ascensor interior. Abajo: Dibujo de fachada, que muestra la “malla” tridimensional tubular liviana cúbica con enredaderas (plantas trepadoras) organizadas en un patrón similar a un tablero de ajedrez.

El patio de hace presente permanentemente a lo largo del recorrido del público.
La ubicación de los servicios, como ya se adelantó, es perimetral al cuerpo horizontal encontrándose conectados por una calle de apoyo que se disimula por taludes de tierra y grama, utilizados, además, para aportarle presencia y escala al edificio en relación a la dimensión del parque. La zona administrativa, talleres de mantenimiento y depósitos, situados en un piso inferior completan el contenido de este cuerpo.

Por su parte, el volumen vertical está destinado a alojar la exposición «El Petróleo, energía útil al hombre». Inspirado en la imagen de una refinería, está formalmente constituido por un cilindro cuyo centro (que contiene “la torre de fraccionamiento”) funge de patio el cual a su vez contiene una rampa de exhibición. La torre “se recorre verticalmente, por medio de un elevador de paredes transparentes que permite observar el proceso básico de refinación, al llegar a la parte superior, se sale en medio del patio vertical, definido por paredes de vidrio reflejante que producen el efecto de una refinería infinita”. Siguiendo una clara secuencialidad, es desde allí desde donde se pasa, para descender, a la exposición en la rampa “donde se observa, la refinería infinita en el exterior y las múltiples aplicaciones y productos del petróleo, en el interior”.

Finaliza la detallada descripción del proyecto explicando la manera como cierra el meditado recorrido en el vulumen vertical: “Este cilindro elevado en concreto, está rodeado por una malla tubular tridimensional que soporta los servicios, los corredores de mantenimiento, y planos de hiedra organizados en forma de damero en las fachadas. Un sistema hidropónico alimenta dicha hiedra que cumple una función climática (reduciendo la temperatura interna). Una cafetería con terrazas y miradores panorámicos, completan el cuerpo vertical. El recorrido del público, bajando por la rampa en espiral, termina en las terrazas mirador ubicadas sobre el cuerpo horizontal.  Desde allí el público puede ir, cruzando el espejo de agua, a las exposiciones exteriores, los umbráculos, el vivero exposición, el parque recreacional, el complejo hotelero, el malecón y tomar paseos en lancha por el lago”.

4. Maqueta del Museo del Petróleo. Izquierda: Vista Nocturna desde la Av. La Rosa con Reflejo en el Estanque de Agua. Derecha: Vista superior

El que hoy hayamos recurrido a describir este impactante edificio, para lo cual ha sido de gran ayuda el excelente material gráfico que también se aporta desde https://www.behance.net, donde Rigamonti pone de relieve sus dotes de talentoso arquitecto, tiene por un lado la finalidad de mostrar la manera como es asumido con absoluto profesionalismo y credibilidad el reto de llevar a delante una propuesta compleja y retadora y, por el otro, el poder encontrar en este proyecto urbano buena parte de las preocupaciones que lo acompañaron a lo largo de su carrera: ofrecer soluciones funcionales e innovadoras, no perder de vista el fin social de las edificaciones, tener siempre presente las condiciones ambientales, uso de estructuras metálicas que creaban exteriores permeables a la luz y al viento, junto con jardines verticales, destinados a generar un agradable microclima natural en el trópico.

Cabe resaltar que en 1987, el museo recibe el premio de “Mejor Proyecto No Construido” en la VIII Bienal Nacional de Arquitectura, Venezuela. También fue exhibido en 1985 en la Bienal de Arquitectura de Buenos Aires, Argentina y en la muestra “Décadas de progreso” celebrada con motivo del 80 aniversario de American Cyanamid Co., Wayne, New Jersey, Estados Unidos, 1987. Apareció publicado en el nº 334 de la revista CIV (1987) y en el catálogo de la VIII Bienal Nacional de Arquitectura. La arquitectura del lugar (1987). El trabajo fue completado cumpliendo con el contrato que así lo establecía con todos los detalles de ingeniería para la construcción en 1984. Pero tal y como ha ocurrido tantas veces a lo largo de nuestra historia, terminado el período presidencial del gobierno que lo impulsó (el de Luis Herrera Campins), no formó parte de los intereses del siguiente por lo que la obra nunca se inició.

ACA

Procedencia de las imágenes

Todas. https://www.behance.net/gallery/12089553/Petroleum-Museum-of-Venezuela

ALGO MÁS SOBRE LA POSTAL Nº 223

Según los  datos generales que se pueden recoger en internet, el estado Cojedes está situado en el centro-occidente del país y debe su nombre al río homónimo que significa “donde todo se da”. Otros asocian etimológicamente la denominación “cojedes” a la lengua Caribe traduciéndola por “pueblo de cerámica o pueblo de ceramistas”. Posee una extensión territorial de 14.800 kilómetros cuadrados, que representa el 1.62% del territorio nacional por lo que es el decimoquinto con mayor superficie del país. Su clima es cálido y pertenece al sistema geográfico de los Llanos Centrales junto con el estado Guárico. Además, con 416.327 habitantes, en 2018, es el tercer estado menos poblado sólo por delante de Delta Amacuro y Amazonas.

Por ser tradicionalmente una entidad cuyas principales actividades económicas son la agricultura y la ganadería, Cojedes pasó a un segundo plano desde el momento en que Venezuela comenzó a despuntar como país fundamentalmente minero, a pesar del enorme potencial de tierras aptas para el cultivo que posee las cuales no han sido debidamente aprovechadas, aunque se ha registrado un ligero repunte de la actividad agrícola gracias al uso de la irrigación y la mecanización. Su población, por otra parte, posee un bajo nivel de desarrollo y un rezago en cuanto a la atención que se le ofrece desde los presupuestos que asigna el gobierno central. Cabe destacar que la fundación en 1989 del Hato Piñero, ubicado al sur del estado, le ha permitido sacar provecho de lo que se conoce como eco-turismo ya que se trata de casi 80 mil hectáreas de verdes paisajes, encontrándose allí la reserva natural más grande de América y la tercera a nivel mundial.

San Carlos, su capital, fue fundada en 1678 con el nombre de San Carlos de Austria siguiendo las pautas establecidas en las Leyes de Indias. Es una ciudad modesta, que tiene un limitado patrimonio arquitectónico y cuenta con sólo 150.000 habitantes según el censo del 2011. Se encuentra a aproximadamente 300 kms de Caracas. Históricamente, San Carlos se encuentra vinculada a las actuaciones de José Tomás Boves durante la guerra de independencia y a la muerte de Ezequiel Zamora en la Guerra Federal de quien tomó el nombre el municipio que la acoge. Tuvo resonancia más allá de nuestras fronteras durante los tres años (1976-79) en los que el Autódromo Internacional ubicado cerca de la ciudad fue sede de los Campeonatos Mundiales de Motociclismo.

Hecho el preámbulo necesario, el que haya sido escogida San Carlos como sede de los XV Juegos Deportivos Nacionales que se realizarían el año 2003 no dejó de ser todo un acontecimiento para una región en cierta forma olvidada. La ocasión, por tanto, se presentaba como idónea para inyectarle un dinamismo que pocas veces por allí se había vivido.

Pero desde el terreno que nos ocupa, lo más interesante de lo acontecido alrededor de aquellos Juegos Nacionales fue, por un lado, la oportunidad que se le dio a la buena arquitectura y a la idoneidad profesional de hacer acto de presencia y, por el otro, las circunstancias que permitieron que haya sido así, hasta el punto de que se podría considerar como una experiencia única y excepcional sin precedentes dentro de la historia democrática venezolana y mas aún en medio de un sistema político que se ha caracterizado por el sectarismo.

1. San Carlos, estado Cojedes. Vista aérea del lugar donde se localizó la Ciudad Deportiva para los XV Juegos Deportivos Nacionales de 2003

Seleccionados los terrenos en los que se desarrollaría el complejo deportivo al noreste de San Carlos, corresponderá al arquitecto Orlando Martínez Santana, a la sazón Director de Infraestructura y Servicios de la Gobernación del Estado Cojedes desde el año 2000 y designado a la vez Director General de Planificación e Infraestructura de los XV Juegos Deportivos Nacionales, tomar las más importantes decisiones que condujeron a la realización del Plan Maestro y la contratación de los proyectos que conformaron lo que se denominó la “Ciudad Deportiva”, parque urbano que ampliaría los servicios de la capital del estado.

Martínez, egresado en 1990 del Taller Firminy y entre 1994 y 2007 también profesor dentro de este grupo docente de diseño fundado en 1983 por Oscar Tenreiro dentro de la Escuela de Arquitectura de la FAU UCV, saltando por encima de las acostumbradas vías clientelares que recomendaban no contar con “la disidencia” para realizar cualquier trabajo impulsado desde el gobierno, decide convocar a Tenreiro para que realice el Plan Maestro (cuya imagen ilustra nuestra postal del día de hoy) y a un grupo de arquitectos, en su gran mayoría docentes de la FAU, para que desarrollen los proyectos de las instalaciones. Es así como a finales de 2001, con el tiempo apremiando para poder cumplir con la fecha de inicio (2003), con base en el plan trazado por Tenreiro se le asignan a Joel Sanz, Jorge Rigamonti, Augusto Terán, Ana María Marín y José Luis Sánchez, Edwing Otero, José Alejandro Santana y al propio Tenreiro la ejecución de los proyectos del Centro de Tenis, el Pabellón para Gimnasia Olímpica, el Centro de Ajedrez, el Centro de Piscinas, los Gimnasios de Combate, el Estadio Olímpico, y el Centro de Atención al Atleta más el Gimnasio de Basket, respectivamente. Todos, valga decir, capaces profesionales con muy poca obra construida.

Conjunto de la Ciudad Deportiva con la identificación de la localización de cada una de las instalaciones
Edwing Otero. Gimnasios de combate
Joel Sanz. Centro de Tenis
Jorge Rigamonti. Gimnasia olímpica
Oscar Tenreiro. Izquierda: Gimnasio de basket. Derecha: Centro de atención al atleta
Ana María Marín y José Luis Sánchez. Centro de piscinas

La historia del ensayo realizado en San Carlos y de las vicisitudes que surgieron en el proceso de elaboración de los proyectos y las que finalmente se tuvieron que superar para poder lograr la culminación (incompleta en muchos casos) de los trabajos de construcción de las instalaciones deportivas, donde se resalta el respeto que siempre caracterizó a Martínez para con el grupo contratado pese a las divergencias políticas que los distanciaban, se pueden encontrar muy bien relatadas en el blog Entre lo cierto y lo verdadero de Oscar Tenreiro en el texto titulado “Una experiencia” con fecha 28/09/013.

De lo expresado por Tenreiro rescatamos, para dar una idea de cómo una experiencia que nació muy bien encaminada logró finalmente desvirtuarse, lo siguiente: “Pero el fantasma del autoritarismo con todas sus consecuencias habría de imponerse en lo sucesivo, sumado a la marea ideológica que se instaló en todos los niveles de la acción pública, sobre todo a partir de las incidencias políticas de Abril de 2002 y el comienzo en los primeros meses de 2003 del movimiento hacia el Referendo Revocatorio que impulsó la oposición venezolana. A eso habría de sumarse la codicia corrupta de los altos personajes del Ejecutivo Regional que veían a Martínez como una figura incómoda. En primer lugar… su autoridad fue reducida y vulnerada. Por otro lado a los arquitectos se les fue restando injerencia hasta que ya cercana la apertura de los Juegos su presencia adquirió un carácter más bien aparente mientras se alteraban los proyectos o se dejaban incompletos. Se impuso una vez más la tradición venezolana: casi todo quedó hecho a medias, de modo improvisado o sujeto a múltiples interferencias.”

Para Tenreiro son únicamente rescatables de los niveles de irrespeto que sufrieron proyectos y obras el Centro de Ajedrez (Augusto Terán), el Centro de Asistencia al Atleta (de su autoría), el Pabellón para Gimnasia Olímpica (Jorge Rigamonti) y muy particularmente Centro de Tenis (Joel Sanz), donde el arquitecto logró una muy buena sinergia con los constructores gracias al completo proyecto realizado, a su perseverancia en la supervisión de los trabajos y al sentimiento de que se le abría una oportunidad que no quería desaprovechar. “Casi todos los demás edificios se pusieron en servicio sin estar terminados, mereciendo capítulo aparte por lo lamentable en relación al papel que podría haber cumplido para la ciudad de San Carlos, el abandono del Plan Maestro de la Ciudad Deportiva y la no construcción del conjunto de viviendas cercano a ella que debía servir como Villa Olímpica”, concluirá Tenreiro.

La realización de los XV Juegos Deportivos Nacionales sirvió para impulsar la creación en 2003 de Universidad Iberoamericana del Deporte (ahora llamada Universidad Deportiva del Sur) en terrenos cercanos a la Ciudad Deportiva, convirtiéndose además en objeto de estudio del «Primer Simposio de Arquitectura para el Deporte» realizado en noviembre de 2006 y luego del Diplomado “Diseño arquitectónico de instalaciones para el deporte y la recreación”, abierto en su primera versión en mayo de 2015 en la FAU UCV, ambos bajo la responsabilidad de AVADER (Asociación Venezolana de Arquitectura Deportiva y Recreacional).

Tras 17 años, las instalaciones, como tantas cosas en el país, han sido pasto de la desidia y la falta de mantenimiento quedando para la posteridad un relato que, pese a las expectativas que generó en su momento como caso del mayor interés, formará parte de las experiencias malogradas pero auspiciosas que reflejan además de responsabilidad profesional una generosidad y apertura que habrá que rescatar.

ACA

Procedencia de las imágenes

  1. Google Earth

Todas las demás: Colección Crono Arquitectura Venezuela