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ALGO MÁS SOBRE LA POSTAL Nº 458

ALGO MÁS SOBRE LA POSTAL

El diseño de muebles en Venezuela, aunque se presume es de larga data, carece aún de estudios rigurosos que permitan detectar orígenes, influencias, transformaciones, asimilaciones y búsquedas que a su vez puedan darle estructura a un sustancioso relato. Si quisiéramos precisar el importante (preponderante se podría decir) uso de la madera en ellos e, hilando más fino, buscamos elaborar una mínima cronología del proceso evolutivo seguido por el importante segmento ocupado por el asiento, la orfandad de investigaciones llama poderosamente la atención.

Tales apreciaciones, junto al interés por echar a andar, aunque sea de forma incipiente,un necesario trabajo indagatorio, se encuentran entre los detonantes que dieron origen a la Exposición Nº19 montada en el Centro Cultural Chacao del 17 de agosto al 21 de octubre de 2007, titulada “Sentados en una tradición. Las mecedoras de Vestuti, origen y evolución”, cuya curaduría y museografía corrió a cargo del arquitecto Enrique Fernández-Shaw (contando con la colaboración en el montaje de Héctor Sierra y Luis González), de cuyo catálogo diseñado por Eduardo López hemos extraído la portada para engalanar nuestra postal del día de hoy.

Sin ánimo de establecer criterios definitivos, la oportunidad de reseñar la exposición que nos ocupa da pie para ir reconociendo, por un lado, hitos dentro del desarrollo del diseño industrial en Venezuela en los que el acto de sentarse ha sido protagonista y, por el otro, el lugar alcanzado por la muestra dentro de las dedicadas al tema dado su valor específico.

1. Izquierda: Cornelis Zitman. Dining chair, 1955. Silla de comedor que surgió de un pedido del arquitecto Fruto Vivas para amueblar el Club Táchira. Derecha: Miguel Arroyo. Silla para el estar de la casa de Alfredo Boulton en Pampatar, Isla de Margarita, 1954.

La producción industrial de sillas en nuestro país podríamos decir que parte de una preocupación que desde los años 50 del siglo XX, publicaciones periódicas como El Farol, Cruz del Sur, Integral y A, Hombre y expresión, empezaron a mostrar al registrar la irrupción de delicadas piezas de mobiliario doméstico hecho fundamentalmente en madera, que fusionaban la mirada hacia raíces locales con una clara influencia escandinava de manos, principalmente, de Cornelis Zitman y Miguel Arroyo. A ellos se irán sumando Rudolf Steikal, Jorge Castillo y Emile Vestuti, pero la disciplina recibirá un espaldarazo trascendental con la creación en 1964 del Instituto de Diseño, iniciativa del industrial Hans Neumann, y luego, en los años setenta e inicios de los 80 el Instituto de Diseño Caracas y el Instituto Tecnológico Antonio José de Sucre aportarán junto a las escuelas de arquitectura un nutrido grupo de profesionales que hoy han tomado el relevo de los que se consideran como pioneros en el área.

2. Ture de madera, tapizado en cuero crudo. Adaptación criolla del asiento indígena. Fines del siglo XVIII.

Sin embargo, si nos centramos en la madera como material de trabajo, en el dar preponderancia al hecho de sentarse y en buscar en las raíces de lo local el punto de partida para alcanzar lo universal, pocas experiencias dan cuenta de ello como la desarrollada por Vestuti.

3. Guinand, Benacerraf y Vestuti. Hotel-residencias Montserrat, Altamira, 1951. Curiosamente, el equipamiento los apartamentos fue realizado en su totalidad con muebles diseñados por Cornelis Zitman.

Nacido en New Heaven, Connecticut, EE. UU. en 1927, Vestuti llegó a Venezuela en 1949 recién graduado de arquitecto en Yale donde recibió la influencia directa de Louis Kahn y manifestó su admiración por la manera como trabajaba Frank Lloyd Wright. Recorre un trecho importante de 10 años laborando junto a su compañero de estudios Moisés Benacerraf y su socio Carlos Guinand Baldó diseñando piezas memorables dentro del paisaje urbano caraqueño que no han corrido con suerte y de las que sólo quedan en pie dignamente el hotel-residencias Montserrat en Altamira y la sucursal del Banco Unión en la Calle Real (hoy bulevar) de Sabana Grande.

4. Silla de paleta venezolana. Colección Casa de estudio de la Historia de Venezuela Lorenzo A. Mendoza Quintero, Caracas.

Aunque Vestuti retorna a los Estados Unidos para trabajar como arquitecto en 1965 y permanecerá allí hasta 1975 cuando definitivamente se radica en nuestro país, para los fines de esta nota vale la pena recordar que desde su época de estudiante en Yale ya había tenido contacto laboral con firmas como Herman Miller y Knoll y no es casual que su primer empleo en Venezuela en 1950 haya sido en la tienda de mobiliario de Tony Dibo (Decodibo) donde manifestó su claro interés por el diseño de sillas, butacas, mecedoras y sillones. Ello lo refrendó al trasladarse a Milán entre 1960 y 1962 para incorporarse en el diseño y producción de la firma Knoll International, durante el intervalo entre el final de su primera estadía en Caracas y su regreso a Norteamérica.

5. Izquierda: Mecedora tradicional de cardón. Tallada a mano con machete. Talladores: Richard y Misael Álvarez. Madera: cardón. Asiento y respaldo: bejuco proveniente del río Mitare, tejido por Roberto Álvarez. Fecha: 1997. Origen: Valle de Pecaya. Edo. Falcón. Derecha: Juego de muebles de paleta versión Casa Curuba, realizado a partir de un juego de muebles fabricado por Zenón Bonillo en los inicios del desarrollo de la empresa en la Casa La Siempreviva, Quíbor, Edo. Lara. Diseño: tradicional. Madera: caoba pintada con acrílico. Ebanista: Edison Daza. Fecha: circa 1988.

Así, al residenciarse en Venezuela a partir de 1975 respaldado con una sólida experiencia acumulada, Vestuti, sin dejar la arquitectura, se dedicará de lleno a su enseñanza y sobre todo al diseño de muebles para Casa Curuba empresa constituida por Don Bell y Dennis Schmeichler para promover y comercializar lo mejor de la artesanía del país. De tal modo, a partir de 1989 es imposible referirse a los muebles de Vestuti sin mencionar a Casa Curuba, que contaba con un taller de carpintería en Quíbor y una tienda en Caracas, que desafortunadamente fue clausurada en 2011.

6. Emile Vestuti para Casa Curuba. Trío «Goldilocks» o «Mamá, Papá y Bebé». 1989.

La aproximación de Vestuti al diseño de muebles en su última etapa, donde demostró un claro interés por la cultura local sin dejar de lado su formación moderna, confirma la ventaja que muchas veces ha tenido el “ser extranjero” dentro de una cotidianidad que para el nativo pasa desapercibida y que devela el poder descubrir e identificar dónde y cómo actuar. “Su originalidad fue hacer aflorar la tradición artesanal en el proyecto moderno”, sintetizará Alberto Sato en la semblanza que elaboró sobre Vestuti para el catálogo de la exposición motivo de esta nota.

7. Emile Vestuti para Casa Curuba. Izquierda: Mesa «Margarita», 1991. Derecha. Silla «Bailarina» (1997).

Cuando decide dedicarse seriamente al diseño de muebles, dirá Sato, “no agregaría un modelo más, dentro de la búsqueda de originalidades modernas. Inquirió donde ya había, y conjugó el popular sistema de paleta con la abstracción elementarista, destacada en el plano de asiento y respaldo, contenida dentro de una estructura. Así, universal y local, la sucesión de asientos de cerezo, de carreto, de capure -maderas extraídas de los bosques tropicales venezolanos, densas y de gran dureza, pulidas hasta parecer porcelana, entarugadas y acopladas con precisión de relojero- es el refinado tributo devuelto a una tierra que algunos insisten en describir como sólo propia de grandes gestos, sagas y epopeyas, como si nunca existiera en ella el tiempo para el acabado fino, agobiada siempre por una urgencia que no termina de resolver sus propósitos”.

8. Las cinco piezas de Vestuti seleccionadas por Enrique Fernández-Shaw para protagonizar la exposición. De izquierda a derecha: Sillón 139. Madera: caoba (1989), Mecedora 143. Madera: roble (1989), Mecedora 197 (para niños). Madera: capure, zapatero, curarí (1991), Silla IVIC. Madera: capure (1993) y Mecedora 281. Madera: zapatero (1996-1998).

Será con parte de lo producido por Vestuti para Casa Curuba, representado por un total de cinco piezas (tres mecedoras, un sillón y una silla) que Enrique Fernández-Shaw irá construyendo el origen y evolución de ellas, así como su proceso de creación y desarrollo para con ello dar cuerpo a la investigación conducente a la curaduría y montaje de la exposición “Sentados en una tradición”.

9. Vista parcial del espacio de la exposición.

En el texto principal del catálogo, Fernández-Shaw explicará: “El ture, la mecedora, el mueble de paleta son entonces elementos referenciales dentro del planteamiento de nuestro ejercicio intelectual. Con estos precedentes que hemos incluido en la curaduría -así como también con las piezas seleccionadas diseñadas por Vestuti- el discurso se estructura a partir de categorías que reconocen los ámbitos de acción, y que hemos denominado Origen y referencia, Aproximación a la tradición e Interpretación y creación”. (…) De este modo, la exhibición se estructura como un tejido que describe un camino aparentemente claro, un sentido evolutivo, evidenciado en las planimetrías, fotografías e íconos que hemos incluido. Nuestro planteamiento hace a un lado la idea moderna de piezas innovadoras y sin precedentes, cargadas de singularidad y ambiciosas propuestas de autor, en donde sólo la innovación legitima. En esta muestra del trabajo de Vestuti queda en evidencia el valor que ha tenido el crear a partir de procesos, conexiones y secuencias evolutivas. Estas operaciones se desarrollan desde un planteamiento que podríamos afiliar a una condición clásica, en donde el rigor de la referencia y la tradición son capitales del ejercicio creativo y proyectual, y nuestra aproximación a ello, se da bajo su concreción en la producción específica de Vestuti”.

10. Vista parcial del espacio de la exposición.

Habiendo dejado clara la estructura de la muestra y el lugar desde donde se mira la obra expuesta, valdría la pena agregar que, para el montaje, ocupando el espacio central de la sala, las cinco sillas de Vestuti identificadas como Sillón 139 (1989), Mecedora 143 (1989), Mecedora 197 (1991), Silla IVIC (1993) y Mecedora 281 (1996-1998), estuvieron acompañadas de otros cuatro muebles tradicionales: un ture o butaca, una mecedora y dos asientos de paleta versión Casa Curuba.

Las paredes, por su parte, albergaron un total de hasta 81 fotografías y planos que incorporaron además de las láminas correspondientes a los objetos protagonistas y los dibujos que Vestuti utilizaba para explicar su construcción a los artesanos, imágenes de espacios donde ellos formaban parte del mobiliario. Las siete láminas finales las dedicó Fernández-Shaw para mostrar parte de la obra arquitectónica desarrollada por Vestuti en Caracas primero junto a Guinand y Benacerraf y luego con Ramírez Isava.

11. Izquierda: Gustavo Legórburu. Biblioteca Marcel Roche del Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas (I.V.I.C.), Altos de Pipe, 1987. Derecha: Emile Vestuti. Sillas IVIC en los espacios de estudio de la biblioteca Marcel Roche.

La exhibición, un claro homenaje que había quedado pendiente luego de la repentina muerte de Vestuti en 1998, fue resumida por Fernández-Shaw (quien de paso es su sobrino político) de la siguiente manera: “Con lo que presentamos en esta exposición podemos percibir un relato cultural, social y objetual, sobre los valores y su desarrollo en nuestra cultura. Todo ello al calor de piezas que nos brindan el sosiego de sentarnos en unos diseños y unos materiales de valores, que parecen trascender las generaciones”.

Como complemento a la muestra se proyectó un audiovisual y se realizó un ciclo de cuatro conferencias: «Textura, color, sabor y olor de las maderas en Venezuela» a cargo de Gilberto Rodríguez y «Las maderas en Venezuela» a cargo de Katy Castillo, el 21 de agosto de 2007; «El mueble artesanal y su evolución en la zona de Quíbor», de Dagmar Peña y Dennis Schmeicler, el 22 de agosto de 2007; y «Las mecedoras Vestuti, origen y evolución» , a cargo de Enrique Fernández-Shaw, el 29 de agosto; todas a las 7:00 p.m.

12. Prototipos de la Mecedora 143 («Easy Rocker») en caoba realizada por el ebanista Edison Daza para Casa Curuba (izquierda) y del mueble de paleta construido por Zenón Bonilla, pintado y en madera desconocida. 1989 (derecha).

Para cerrar citamos de nuevo a Alberto Sato: “Nunca como en la modernidad se ha diseñado y producido tantos modelos de sillas, como si el sentarse fuese insatisfactorio. El hombre moderno está incómodo, nunca está satisfecho. Con esta serie de sillas, mecedoras, butacas y sillones, Vestuti dio valor a la artesanía de los carpinteros de Quíbor dentro de las líneas del tiempo de la modernidad y creó -como ocurre con los grandes- pues su imitación es única”.

Notas

1

“Sentados en una tradición” podría considerarse como una clara repercusión del esfuerzo adelantado por el Centro de Arte La Estancia de PDVSA (creado en 1995) a quien correspondió durante los 90 tomar la batuta en cuanto al montaje de exposiciones y con ello dar apoyo a la divulgación del diseño industrial. La emblemática muestra “Detrás de las Cosas: El Diseño Industrial en Venezuela” (1995) sirvió para abrir la puerta de una actividad que a lo largo de la década no cesó. Así, a ella se sumarán, en este caso relacionadas al tema de la silla: “Hans Wegner: hacedor de sillas (1996), “Sentados en un siglo. Emblemas cotidianos en Venezuela” (1997), “Vitra Design: 100 sillas Clásicas” (1997) y “La butaca, un asiento venezolano” (1998, complementada con “El asiento de al lado. Cien años de descanso”).

13. La Mecedora 143 conocida como Easy Rocker fue seleccionada para formar parte de la emblemática exposición “Sentados en un siglo. Emblemas cotidianos en Venezuela” (1997) montada en el Centro de Arte La Estancia bajo la curaduría de Alberto Sato. En el catálogo diseñado por Álvaro Sotillo, se le acompañaba con la siguiente nota: «Inspirada en las populares sillas de paleta, la simplicidad formal y delicadeza de detalles, actualiza la tradición de la artesanía en términos de producción industrial contemporánea».

Por otro lado, el momento en que aparecen las sillas de Vestuti seleccionadas por Enrique Fernández Shaw correspondería a lo que Alberto Sato, curador de “Sentados en un siglo. Emblemas cotidianos en Venezuela” (donde se incluyó la Mecedora 143 también conocida como “Easy Rocker”), calificó como un “Sexto Tiempo” que tenía a la década de 1990 como escenario. Apuntaba Sato: “Hoy todo vale, aun cuando la silla deja pocos rastros de su función primigenia que es la de sentarse cómodamente”. (…) “La silla nos permite dos tipos de fruición: desde adentro y desde afuera. Cuando nos sentamos disfrutamos de su comodidad y estamos dentro de ella; cuando la contemplamos a cierta distancia nos transportamos al mundo de los valores estéticos: estamos afuera. Es así como podemos pasar de una experiencia totalmente individual (sentarse) a una colectiva (la contemplación del objeto por varias personas a la vez). Es por ello que un elemento que nace signado por su utilidad se ha podido convertir en pieza museable”.

2

Finalmente, no podemos dejar de mencionar del artículo titulado “De los bancos a las sillas” escrito por Juan Pedro Posani para el diario Economía HOY publicado el sábado 22 de septiembre de 1990, donde por primera vez se hace un merecido reconocimiento al trabajo de Vestuti, el siguiente pasaje:

14. En 1990 cuando la producción de muebles diseñados por Vestuti para la Casa Curuba despegaba con fuerza, Juan Pedro Posani dedicó una de las páginas sabatinas que escribía en el diario Economía HOY a resaltar su trayectoria como arquitecto y diseñador.

“Los procesos íntimos del diseño y las circunstancias dentro de las cuales éstos se dan, son extraños y, en el fondo, inasibles. Y le dan la razón a quienes le conceden muy especial atención al papel que, dentro de ellos tienen la memoria y la intuición. ¿Cómo imaginar un posible contacto, en un objeto concreto, aquí en Venezuela, entre el infinito entusiasmo de pionero de Wright y la modestia y comodidad de los muebles de ‘paleta’?

Pues bien, ese contacto, esa combinación, ahí está, sorprendentemente realizado en los muebles de Vestuti. Veamos como él describe su mejor pieza, la mecedora:

Las mecedoras se asocian tradicionalmente con el movimiento repetitivo y pendular. Esta, sin embargo, ofrece su propia experiencia cinética. Ella no invita al movimiento exagerado ni lo permite. Es una silla que más bien se mueve agradablemente pero con moderación, en la medida que el ocupante cambia de posición o desplaza su peso. La silla ‘cede’ a la presión, por lo tanto el contacto nunca es demasiado duro o abrupto: hay un trato amigable bien definido entre el usuario y el objeto. No hay nunca la sensación de inestabilidad, de que uno está por caerse hacia atrás, como suele suceder en algunas mecedoras: la especial curva compuesta de las dos bases está diseñada para contener el centro de gravedad dentro de sus límites. Y, finalmente, para la persona sentada hay una sensación de contención. Uno se acomoda dentro del recinto sugerido por sus propias cercas circundantes, protegido, apartado, por lo menos sicológicamente, de lo que Walt Whitman llamó ‘el ruido del día’».

ACA

Procedencia de las imágenes

1. MoMA (https://www.moma.org/collection/works/450692); y PROPUESTAS IN_CONSULTAS (https://sancheztaffurarquitecto.wordpress.com/2010/11/15/miguel-arroyo-1920-2004-pionero-del-mobiliario-moderno-el-nacional-caracas/)

2. Carlos Duarte. Un asiento venezolano llamado butaca (1999)

3. Colección Crono Arquitectura Venezuela

4, 5, 8, 9, 10 y 12. Centro Cultural Chacao. Catálogo de la exposición “Sentados en una tradición. Las mecedoras de Vestuti, origen y evolución” (2017)

6 y 7. Symbold. «Emile Vestuti: EL CARNAVAL QUIBOREÑO PLASMADO EN MUEBLES» (https://www.simbold.com/2013/02/el-carnaval-quiboreno-plasmado-en.html)

11. José Humberto Gómez y Víctor Sánchez Taffur. Gustavo Legórburu y la conciencia del lugar (2023); y Centro Cultural Chacao. Catálogo de la exposición “Sentados en una tradición. Las mecedoras de Vestuti, origen y evolución” (2017)

13 y 14. Colección Fundación Arquitectura y Ciudad

ALGO MÁS SOBRE LA POSTAL Nº 457

No son muchas las revistas de arquitectura de las que aún circulan con periodicidad que hayan aparecido por primera vez durante el siglo XIX. La británica Architectural Review fundada en 1896 es una de ellas, privilegio que comparte con la alemana Deutsche Bauzeitung (1867), el también inglés Architects’ Journal (1895) y la norteamericana Architectural Record (1896). Su constancia y su salida todos los meses, más allá de su calidad, se constituyen en sus puntos altos, lo que permite mantener a arquitectos de todo el mundo informados sin un gran desfase de tiempo.

1. Izquierda: Henry Wilson (1864 – 1934) primer editor de Architectural Review entre 1896 y 1901. Derecha: Portada del nº 11 la revista de enero de 1898.

Fundada como una publicación mensual por Percy Hastings, propietario de Architectural Press (empresa editora también de Architects’ Journal), la que se denominó como Architectural Review for the Artist and Craftsman contó con un primer consejo editorial conformado por Reginald Blomfield, Mervyn Macartney y Ernest Newton y tuvo como su primer editor al arquitecto, joyero y diseñador Henry Wilson.

Bajo la dirección de Wilson, Architectural Review, cuyos primeros números fueron de gran formato, surgió como un órgano dedicado a recoger artículos relacionados con la arquitectura y con las arts & crafts (artes y oficios) inspiradas en John Ruskin y Augustus Pugin, por lo que fue descrita como “una revista para el artista y el artesano” y se estructuraba con base en secciones dedicadas a “Pintura”, “Escultura”, “Diseño” y “Artesanía”. En tal sentido, la portada del número uno que hoy engalana nuestra postal retrataba a la musa ficticia de la arquitectura, acunando un edificio y guiando a sus musas hermanas.

2. Izquierda: Dugald Sutherland MacColl (1859 – 1948) segundo editor de Architectural Review entre 1901 y 1905. Derecha: Portada del nº 69 la revista de agosto de 1902.

Con la salida de Wilson en 1901 tras el fracaso económico de la editorial responsable de la revista, y la llegada del pintor, crítico de arte y periodista escocés Dugald Sutherland MacColl, la orientación fue cambiando para dedicarse más a la arquitectura clásica y la cobertura de lo que acontecía en el extranjero aumentó.

La gestión de MacColl, que se extendió hasta 1905 (cuando se produjo una nueva crisis financiera), dio paso a la del arquitecto agrimensor de la fábrica de la Catedral de San Pablo y figura destacada en el movimiento Arts and Crafts, Mervyn Macartney, miembro como se señaló del primer consejo editorial. Bajo su dirección que extendió hasta 1921, el enfoque de Architectural Review evolucionó al ritmo del estilo arquitectónico británico, pasando de estar dedicada principalmente a la arquitectura del movimiento Arts and Crafts a incorporar cada vez más lo que hoy se conoce como barroco eduardiano.

3. Izquierda: Mervyn Macartney (1853- 1932) tercer editor de Architectural Review entre 1905 y 1921. Derecha: Portada del nº 203 la revista de octubre de 1913, año en el que Macartney relanzó la revista y la adaptó a los nuevos medios de impresión y reproducción fotográfica. Desde entonces se acompañó el nombre de The Architectural Review con «A Magazine of Architecture & Decoration».
4. Dos de las páginas interiores del nº 203 de la revista de octubre de 1913.

En 1913, Macartney relanzó la revista y la adaptó a los nuevos medios de impresión y reproducción fotográfica, adoptando un formato nuevo y lujoso con páginas de fotografías completas e incorporando nuevos temas, como la arquitectura de los transatlánticos. También, durante la Primera Guerra Mundial se fijó la tarea de documentar la destrucción acaecida en Bélgica y Francia y lanzó un número especial para conmemorar su finalización y celebrar la “Gran Paz”, en el que se presentaron ideas y planos para la sede de la futura Sociedad de Naciones. Con Macartney al frente la cobertura se amplió para incluir muebles, decoración, diseño de jardines y escultura con el objetivo de atraer no solo a los arquitectos sino también al público en general. La ampliación del tamaño de la página de la revista sirvió para acomodar la reproducción de fotografías y dibujos a mayor escala convirtiéndose en un ejemplo práctico que proporcionaba a los arquitectos patrones universales de los diversos estilos de la época.

5. Portada del nº 358 de Architectural Review de septiembre de 1926 que muestra la fotografía del interior de La Maison la Roche de Le Corbusier que se identifica como «a modern French living room».
6. Páginas interiores del nº 358 de Architectural Review de septiembre de 1926.

En 1921, Ernest y William Newton (padre e hijo), ambos arquitectos, se convirtieron en editores conjuntos. Ernest murió en 1922 y William continuó como editor hasta que renunció en 1927 debido a la presión de su trabajo como arquitecto. Sin embargo, bajo su dirección, Architectural Review comenzó a centrarse en la arquitectura europea y contó con muchos arquitectos y edificios del Movimiento Moderno, incluido Le Corbusier.

Al hacerse cargo en 1927 de la edición de Architectural Review y Architects’ Journal, Hubert de Cronin Hastings (hijo del fundador Percy Hastings) dio inicio, acompañado al comienzo por Christian Berman como editor adjunto, a un período en que se erigió como editor ejecutivo que se extendió hasta su jubilación en 1973. Es decir, atravesó el período de entreguerras, la Segunda Guerra, la posguerra por lo que acompañó el auge y posterior cuestionamiento de los postulados del Movimiento Moderno, de los cuales Hastings fue un entusiasta divulgador.

7. El formato y la presentación de Architectural Review se mantuvo prácticamente inalterado desde 1913 hasta 1943. Arriba: Portadas de los números 412, marzo 1931 y 472, marzo 1936. Abajo: Cinco números (518 -enero-, 520 -marzo-, 521 -abril-, 522 -mayo- y 523 -junio-) de 1940 y número 555 de marzo de 1943.
8. Páginas interiores del número 521 de abril 1940.

Al asumir la dirección tanto de Architects’ Journal como de Architectural Review, H. de C. Hastings (conocido por sus amigos como «H. de C.”) decidió que el primero, en su condición de semanario, debía ocuparse de la arquitectura práctica, mientras que la segunda, dada su periodicidad mensual, se dedicaría a la arquitectura como arte, apoyada en la aparición de artículos sobre pintura, escultura, diseño de interiores e historia arquitectónica.

9. A partir de la segunda mitad de 1943 se comenzarán a producir las importantes modificaciones que introducirá Hubert de Cronin Hastings en el formato, tipografía e imagen de la revista, dejando total libertad en la presentación de sus portadas. Izquierda: nº 561, septiembre 1943. Derecha: nº 572, agosto 1944.

Hastings se dedicó a reorganizar el formato de la revista, incluidos los cambios en la tipografía y la imagen apuntando a un diseño gráfico innovador, con un uso audaz de la maquetación para lo cual se encargaron elementos gráficos a Eric Gill y Edward Bawden. En los años siguientes apuntando a reenfocar el contenido, se incorporaron como colaboradores procedentes de otros campos artísticos, a una nueva generación de escritores entre ellos Hilaire Belloc , Robert Byron, Cyril Connolly , D. H. Lawrence, Paul Nash , Nikolaus Pevsner, P. Morton Shand, Osbert Lancaster, Sacheverell Sitwell , Arthur Evelyn Waugh y John Betjeman (poeta, escritor y locutor) quien sería director asistente entre 1930 y 1934.

James Maude Richards sucedió a Betjeman en 1935 y en 1937 comenzó su largo e influyente reinado como editor que solo terminó en 1971 después de un desacuerdo con Hastings. Cabe apuntar que el reconocido historiador, crítico y teórico de la arquitectura Nikolaus Pevsner, asiduo colaborador, fue editor interino de 1943 a 1945 mientras Richards estuvo de servicio en la guerra y formó parte del consejo editorial hasta 1965.

10. Icónica portada del nº 578 de febrero 1945. «La impactante ilustración de Barbara Jones para la portada de este número parafrasea la combinación de placeres y pesadillas de la feria de atracciones, tema central de su obra junto a Eric Brown sobre tiovivos: «Roundabout: Demountable Baroque». La mirada sin precedentes a este icónico elemento básico de las ferias lo presentó como uno de los últimos vestigios del Barroco, profusamente decorado como el que gira dentro de la boca de un gato gigante, de un tamaño aterrador y dientes afilados, en el dibujo de Jones» se señalará en la página de The Architectural Review.

Se puede decir que en las décadas de 1920 y 1930 Architectural Review se comprometió de forma más activa con los nuevos movimientos arquitectónicos. Al impulso dado por Macartney a las ideas y planes para la Sociedad de Naciones se sumó la impresión de discursos de Louis Sullivan y el encargo de textos, entre otros, a Le Corbusier, Walter Gropius, Berthold Lubetkin y Erno Goldfinger convirtiéndose en la revista líder de arquitectura en lengua inglesa.

11. Otras dos interesantes portadas de la revista en la década de 1940. Izquierda: nº 593, mayo 1946. Derecha: nº 627, marzo 1949.

Superada la Segunda Guerra Mundial, la década de 1950 fue testigo de un nuevo cambio producido por la concienciación de los arquitectos británicos para reconstruir un país destrozado, desatándose una profunda crítica al papel jugado por la arquitectura moderna en dicha reconstrucción, donde Architectural Review jugó un papel relevante. En ese período otros notables colaboradores y articulistas de la revista fueron Colin Rowe y Reyner Banham apareciendo allí, por ejemplo, textos como “Mannerism and Modern Architecture” (1950) del primero y “The New Brutalism” (1955) del segundo.

12. Años 1950. Arriba izquierda: nº 646, octubre 1950. Arriba derecha: nº 701, mayo 1955. Abajo izquierda: nº 714, julio 1956. Abajo derecha: nº 754, diciembre 1959.

La publicación en 1952 de “Townscape: cross a focal point” de Gordon Cullen (editor asistente de la revista desde 1946) y otra serie importante de sus artículos magníficamente ilustrados, liderizaron una campaña orquestada por los editores de Architectural Review  (con Richards a la cabeza) en defensa de las ideas del Townscape: una nueva teoría y metodología para el análisis y diseño visual urbano basado en la psicología de la percepción, como la necesidad humana de estimulación visual y las nociones de tiempo y espacio.

13. Años 1960. Izquierda: nº 761, julio 1960. Derecha: nº 857, julio 1968.
14. Septiembre 1969-junio 1970. Portadas de los 8 números de la revista dedicados a 8 temas propuestos en Manplan «manifiesto humanista con el objetivo de reevaluar, desde cero, las necesidades del público y las formas que la arquitectura podría proporcionar».

Desde 1960 la publicación se tuvo que enfrentar a un creciente riesgo comercial. Sin embargo, se introdujeron números temáticos, entre los cuales destacó Manplan (1969-1970): un manifiesto humanista con el objetivo de reevaluar, desde cero, las necesidades del público y las formas que la arquitectura podría proporcionar. “Ocho temas que son únicos en la historia de la publicación por sus argumentos proposicionales audaces, diseño gráfico inventivo y fotoperiodismo inquebrantable” de acuerdo a lo señalado en su página web. 1960, cabe resaltar, fue el año en el que William Slack se unió a Architectural Review como editor de arte, imponiendo su autoridad creativa a la revista durante tres décadas.

15. Años 1970. La revista bajo la dirección de Lance Wright. Arriba izquierda: nº 920, octubre 1973. Arriba derecha: nº 954, agosto 1976. Abajo izquierda: nº 960, febrero 1977. Abajo derecha: nº 988, junio 1979.

A principios de la década de 1970, la revista perdía dinero y rumbo, y su circulación estaba en descenso. Ante tal panorama le correspondería a Lance Wright asumir la dirección editorial en 1973 hasta 1980. Era arquitecto y había estado en el personal de Architectural Review desde los años sesenta. Tras la incertidumbre de la posguerra, la década de 1970 dio lugar a un período de autoevaluación por parte de la profesión, cuestionando su papel en la sociedad. Bajo la dirección de Wright la revista también comenzó a cuestionar el papel del arquitecto en la sociedad y el de la arquitectura, y a involucrar a sus lectores en el debate. Así, la revista mantuvo un compromiso con una perspectiva crítica y a largo plazo sobre la arquitectura, lo que en ocasiones chocó con la viabilidad comercial y las tendencias vertiginosas asociadas a modas pasajeras.

Pasado el intenso período que lideró Wright, entre 1980 y 2005 Peter Davey asumió la dirección de la revista. Davey quien estudió arquitectura y posteriormente escribió el libro «Arquitectura Arts and Crafts», considerada una obra clásica sobre el tema, impulsó un retorno a las raíces de Architectural Review, si consideramos que dicho movimiento motorizó su nacimiento. Bajo la dirección de Davey la revista abandonó su introspección de la década de 1970 y volvió a promover y analizar la arquitectura de alta calidad, y a menudo de alta tecnología, de todo el mundo. Reunió a un equipo editorial joven y entusiasta, que incluía a Jonathan Glancey y Dan Cruickshank, y les permitió dar rienda suelta a sus iniciativas, lo que dio como resultado una rica y variada selección de artículos y reportajes. Architectural Review adoptó un formato temático, donde se examinaban conjuntamente edificios con la misma función, algo que ya había hecho en décadas anteriores.

16. Los 25 años de Peter Davey como director de la revista. Arriba izquierda: nº 1025, julio 1982. Arriba derecha: nº 1058, abril 1985. Centro izquierda: nº 1145, julio 1992. Centro derecha: nº 1174, diciembre 1994. Abajo izquierda: nº 1247, enero 2001. Abajo derecha: nº 1306, diciembre 2005.

Se dedicaron números enteros a tiendas y centros comerciales y a edificios individuales. Davey quien creía que la arquitectura era política, provocó reacciones encontradas con la publicación en mayo de 2002 del artículo titulado «Vista desde Ramallah», que consistía en extractos del diario del arquitecto Tom Kay, que detallaban sus experiencias durante la invasión y el posterior asedio y destrucción de la ciudad, manteniéndose, sin embargo, firme en su convicción de que tales temas eran parte de lo que la publicación debía cubrir. Con Davey Architectural Review volvió a florecer, regresaron los lectores y anunciantes, y demostró ser un digno sucesor de Richards. Al editar números especiales sobre medio ambiente, paisaje, el arte y la ecología, la arquitectura y el clima, buscó, además, posicionarse a favor de los temas medioambientales.

En 1999, la revista lanzó sus primeros Premios AR de Arquitectura Emergente, un premio internacional anual que «otorga reconocimiento temprano a jóvenes diseñadores y celebra a las estrellas arquitectónicas del mañana» que aún se mantiene vigente.

17. Portadas de seis números de la etapa de Catherine Slessor como editora de la revista (2009-2015). Arriba (de izquierda a derecha): nº 1344, febrero 2009; nº 1372, junio 2011; nº 1402, diciembre 2013. Abajo (de izquierda a derecha): nº 1404, febrero 2014; nº 1410, agosto 2014; nº 1419, mayo 2015.

En 2009, la arquitecta, crítica y escritora Catherine Slessor se convirtió en la primera mujer editora de Architectural Review. Bajo su dirección, la revista experimentó su primer rediseño en más de 20 años en abril de 2009.

18. Edición del nº 1437 de diciembre 2016-enero 2017 con la que se conmemoró el 120 aniversario de la revista. Le correspondió a Christine Murray como editora analizar el legado proveniente de más de un siglo de una de las revistas más respetadas de la arquitectura.

En 2015, Slessor fue reemplazada por Christine Murray, quien asumió el compromiso de ampliar la cobertura digital de la publicación sin abandonar las ediciones impresas y estuvo al frente hasta 2018 cuando la sucedió Manon Mollard, la editora en la actualidad.

19. Portadas de cuatro números de la etapa de Christine Murray como editora de la revista (2015-2018). De izquierda a derecha: nº 1426, diciembre 2015; nº 1432, junio 2016; nº 1440, abril 2017; nº 1452, junio 2018.

Cabe señalar que, en enero de 2017, Ascential, propietaria de la publicación, anunció su intención de vender 13 “títulos históricos”, entre ellos Architectural Review que fue adquirido por Metropolis International en una transacción en efectivo de 23,5 millones de libras esterlinas, anunciada el 1 de junio de 2017.

20. Vista de la exposición «THE ARCHITECTURAL REVIEW COVERS 1960 – 1979», París, abril 2024.

Otro dato interesante es que en enero de 2024 se llevó a cabo en París la exposición «THE ARCHITECTURAL REVIEW COVERS 1960 – 1979» (montada anteriormente en Londres) que celebró el diseño de las portadas de la revista a través de una selección de 25 carátulas elegidas por Margaret Howell. Para la curadora, «Los audaces y creativos gráficos de las portadas de The Architectural Review de este período siguen siendo tan impactantes y emocionantes hoy como cuando se presentaron por primera vez. No es de extrañar que la revista se haya convertido en una pieza de colección. El período trabajado corresponde al paso de William Slack como editor de arte, donde en todo momento se mostró como un diseñador con una mirada culta e incisiva. «La arquitectura es un tema notoriamente difícil de transmitir en dos dimensiones, pero pocos podían presumir de ser tan constantemente inventivos como Slack. Caracterizado por una impactante modernidad y riqueza visual, su serie de números aún trasciende su época. Que la AR fuera siempre provocadora y preeminente en su campo se debía, en gran medida, a Bill Slack», rescatamos de la reseña de la exhibición publicada en https://www.margarethowell.co.uk/pages/the-architectural-review-covers.

21. Ocho de las portadas de la revista expuestas en París.

«Textos, imágenes y dibujos hábilmente coreografiados se basaban en cuadrículas de elegantes proporciones e iluminaban con un hábil uso de tipografías para titulares. Schmalfette Grotesk, una tipografía suiza audaz y condensada diseñada a mediados de la década de 1950, se convirtió en un sello distintivo de Slack. Sin embargo, a menudo se salía del tema, seleccionando tipografías que se ajustaban a la temática, empleando, por ejemplo, letras victorianas para artículos sobre historia de la arquitectura» (…)

22. Dos de las portadas de la revista expuestas en París.

«Una sola fotografía o ilustración encapsulaba el tema editorial clave del número. A veces se trataba de un detalle de un edificio, otras veces, de una ilustración más abstracta, pero siempre, cada portada estaba cuidadosamente diseñada para despertar el interés del lector. Sin necesidad de un encabezado prominente, el título de la revista solía ser casi invisible, aunque ingeniosas variaciones de las letras A y R formaban la base de numerosas portadas tipográficas. Los suscriptores nunca sabían con qué se encontrarían cuando la AR llegaba a sus buzones, y esta tendencia radical consolidó su atractivo perdurable y su lugar en la historia».

Hoy en día, Architectural Review sigue siendo una publicación de gran influencia a nivel mundial, que explora arquitectura desafiante e inspiradora de todo el mundo y utiliza proyectos seleccionados para desarrollar argumentos sociales, políticos y ecológicos más amplios. La revista continúa presentando una amplia gama de temas, desde diseño de interiores y urbanismo hasta otros más generales como el paisaje, la política y la cultura, y tiene una larga trayectoria alternando entre números temáticos y no temáticos. Continúa publicando de forma crítica sobre la arquitectura moderna y busca constantemente una arquitectura que inspire, centrándose en la implicación social de la arquitectura y manteniendo su escepticismo hacia modas pasajeras.

23. Portadas de seis números de la etapa de Manon Mollard como editora de la revista (2018-hoy). Arriba (de izquierda a derecha): nº 1459, marzo 2019; nº 1472, junio 2020; nº 1480, abril 2021. Abajo (de izquierda a derecha): nº 1490, abril 2022; nº 1502, junio 2023; nº 1515, octubre 2024.

Architectural Review sigue publicándose en papel, diez veces al año (habiendo alcanzado en este mes de noviembre el número 1526), mientras que su versión en línea se actualiza diariamente.

24. En abril de 2023, Architectural Review arribó a su número 1500.

Si uno quisiera resumir la relevancia de Architectural Review como publicación periódica habría que reconocer, por un lado, que si bien desempeñó a todo lo largo del siglo XX una función decisiva y ejerció un importante protagonismo en el panorama de las vanguardias, impactando con sus contenidos de textos e imágenes y jugado un papel determinante como fuente de información y referente de emulación al presentar las últimas novedades en materia de obra construida, por el otro, al igual que la mayoría de ellas y como clara muestra del signo de los tiempos, ha dejado de tener el carácter que tuvo de escaparate de lo ideal y lo deseable, de lo debido y aun de lo utópico, ligado al horizonte de una nueva sociedad.

25. Los dos últimos números de la revista. Izquierda: nº 1525, octubre 2025. Derecha: nº 1526, noviembre 2025.

Habría, por tanto, que sumarse a lo expresado por Luis Fernández-Galiano quien cuando publicó a finales de 2017 en Arquitectura Viva “Cincuenta revistas. El pulso de los tiempos”, afirmaba: Las publicaciones periódicas aspiran a recoger el flujo de los acontecimientos, y este empeño imposible apenas alcanza a registrar el pulso de los tiempos. Incapaces como Heráclito de detener el curso de la vida, y obligadas como Sísifo a levantar el peso de la actualidad con cada aparición, para comenzar de nuevo a subir la roca a la cumbre de la montaña cada día, cada mes o cada año, las publicaciones que tienen cita con el suscriptor, el quiosco o la librería —sin mencionar aquellas digitales donde las noticias o informaciones se vierten en un torrente continuo— querrían saberse perdurables, y sin embargo su propia condición las hace efímeras y fungibles. La cabecera que ostentan es lo único que permanece, en ocasiones durante décadas, pero en otras agostada tras publicar unos pocos números. Pero, pese a su naturaleza perecedera, las publicaciones conforman la opinión, contribuyen a difundir ideas o lenguajes, y son también registro o crónica del transcurso del tiempo, acumulando sus páginas como estratos geológicos donde hallar y datar arquitecturas fósiles”.

ACA

Procedencia de las imágenes

Postal. Architectural Review. Wikipedia (https://nl.wikipedia.org/wiki/Architectural_Review)

1. Coventry Society (https://www.coventrysociety.org.uk/public-art-in-coventry/council-house-henry-wilson/); y Arts:Search (https://www.arthistoryresearch.net/review/the-architectural-review-london.html)

2. National Portrait Gallery (https://www.npg.org.uk/collections/search/portrait/mw95350/Dugald-Sutherland-MacColl); y AbeBooks (https://www.abebooks.com/first-edition/Architectural-Review-August-1902-Volume-XII/13216728556/bd)

3. Mervyn Macartney. Wikipedia (https://en.wikipedia.org/wiki/Mervyn_Macartney); y BIBLIO (https://biblio.co.uk/book/architectural-review-october-1913-vol-xxxiv/d/1338733729)

4. BIBLIO (https://biblio.co.uk/book/architectural-review-october-1913-vol-xxxiv/d/1338733729)

5 y 6. AbeBooks (https://www.abebooks.com/first-edition/Architectural-Review-Magazine-Architecture-Decoration-Vol/22845781606/bd)

7. IberLibro.com (https://www.iberlibro.com/revistas-y-publicaciones/Architectural-Review-Magazine-Vol-LXIX-412/30665503991/bd); Etsy (https://www.etsy.com/es/listing/1866131798/revista-vintage-the-architectural-review); IberLibro. com (https://www.abebooks.com/ARCHITECTURAL-REVIEW-MAGAZINE-ARCHITECTURE-DECORATION-1940/32068666275/bd); y AbeBooks (https://www.abebooks.co.uk/first-edition/Architectural-Review-Vol-xviii-November-1905/22845781995/bd)

8. AbeBooks (https://www.abebooks.com/servlet/BookDetailsPL?bi=10702805728)

9. AbeBooks (https://www.abebooks.com/magazines-periodicals/Architectural-Review-September-1943-No-561/31021804309/bd); y (https://www.abebooks.com/magazines-periodicals/Architectural-Review-Magazine-Vol-XCVI-572/30833611239/bd)

10 y 11. WeHeart (https://www.we-heart.com/2014/05/29/the-architectural-review-a-cover-story/)

12. AbeBooks (https://www.abebooks.com/magazines-periodicals/Architectural-Review-Magazine-October-1950-Volume/31758304066/bd); y FullTable (https://www.fulltable.com/vts/m/mcov/ar.htm)

13. Abebooks (https://www.abebooks.com/magazines-periodicals/Architectural-Review-July-1960-Volume-CXXVIII/31786078056/bd); y (https://www.abebooks.com/magazines-periodicals/Architectural-Review-July-1968-Volume-CXLIII/31791434484/bd)

14. The Architectural Review (https://www.architectural-review.com/archive/campaigns/manplan)

15. AbeBooks (https://www.abebooks.com/first-edition/Architectural-Review-October-1973-Volume-CLIV/9072685970/bd); (https://www.abebooks.com/first-edition/Architectural-Review-August-1976-Volume-CLX/8881518687/bd); (https://www.abebooks.com/magazines-periodicals/Architectural-Review-Magazine-February-1977-Volume/31181240095/bd); y (https://www.abebooks.com/magazines-periodicals/Architectural-Review-June-1979-Volume-CLXV/31791561008/bd)

16. IberLibro.com (https://www.iberlibro.com/revistas-y-publicaciones/Architectural-Review-Magazine-July-1982-Volume/31185884947/bd); AbeBooks (https://www.abebooks.co.uk/first-edition/Architectural-Review-Volume-CLXXVII-Number-1058/8881728704/bd); AbeBooks (https://www.abebooks.com/magazines-periodicals/Architectural-Review-Magazine-July-1992-Number/31690813443/bd); IberLibro.com (https://www.iberlibro.com/revistas-y-publicaciones/Architectural-Review-Magazine-December-1994-Number/17965635211/bd); The Architectural Review (https://www.thearchitecturalreviewstore.com/products/1247); y The Architectural Review (https://www.thearchitecturalreviewstore.com/products/1306)

17, 19, 23, 24 y 25. The Architectural Review (https://www.architectural-review.com/digital-edition)

18. ArchDaily (https://www.archdaily.com/806103/ar-issues-looking-back-on-120-years-of-the-architectural-review?ad_medium=gallery)

20, 21 y 22. Margaret Howell (https://www.margarethowell.co.uk/pages/the-architectural-review-covers)

ALGO MÁS SOBRE LA POSTAL Nº 456

La tipología del “superbloque”, desarrollada ampliamente como respuesta al déficit de vivienda de interés social por el Taller de Arquitectura del Banco Obrero (TABO) entre 1951 y 1958, en momentos en que la dictadura de Marcos Pérez Jiménez declaraba la “guerra contra el rancho” a través del “Programa Presidencial para Erradicar la Vivienda Insalubre en Venezuela” (que se desplegó fundamentalmente en Caracas y el Litoral), tal vez por su connotación e imagen ligadas a edificios multifamiliares de alta densidad dirigidos a personas de escasos recursos, contó con pocas manifestaciones que puedan servir de ejemplo desde el ámbito inmobiliario privado.

1. Unidad de habitación Cerro Grande, El Valle (1952-1954). Guido Bermúdez con la colaboración de Pedro Lluberes y Carlos Brando. Inspirado en la Unidad de Habitación de Marsella ((1947-1952) de Le Corbusier, es considerado el primer superbloque construido en Caracas perteneciente al Plan Nacional de Vivienda del Banco Obrero (1951-1955) desarrollado desde el TABO.

Como excepción que confirma la regla, hoy hemos querido dedicar la postal nº456 y la nota que la acompaña al edificio Junín, proyectado, calculado y construido en 1958 por el ingeniero Oscar Urreiztieta Botger (1925-2008), ubicado en el sector La Paz de la urbanización El Paraíso, en la Calle Junín, entre la Calle Boyacá y la Calle B, a una cuadra del final al oeste de la avenida José Antonio Páez.

2. Unidad Residencial El Paraíso (1952-1955). Carlos Raúl Villanueva y Carlos Celis Cepero con la colaboración de José Manuel Mijares. Junto a la Unidad de Habitación Cerro Grande formó parte de las primeras iniciativas emprendidas por el Banco Obrero en Caracas como parte del Plan Nacional de Vivienda (1951-1955). Terminó siendo dirigido a la clase media.
3. Izquierda: Las Quintas Aéreas (cuya denominación formal es edificio Las Torres), Natalio Yunis (1958). Derecha: Edificio Los Morochos, Alejandro Pietri (1956-1959). Dos claros ejemplos presentes en El Paraíso en los que la vivienda multifamiliar se convirtió en laboratorio experimental durante los años 1950.

De inicio, parece pertinente recordar que, pese a su condición de ser históricamente la primera urbanización trazada al sur del río Guaire, ejemplo de suburbio para familias pudientes que querían alejarse del “bullicioso” centro de la capital construyendo allí amplias viviendas unifamiliares que fueron denominadas “quintas”, el desarrollo urbano de El Paraíso derivó en cambios importantes de las condiciones iniciales que la originaron conllevando a modificar radicalmente su zonificación abriéndole la puerta, entre otros cambios, a la aparición, de desarrollos de viviendas multifamiliares. Cabe destacar que, dentro de este marco, el sector se convirtió durante la década de los 50 en laboratorio arquitectónico de edificios habitacionales de gran calidad dirigidos a la clase media entre los que sobresalen: la Unidad Residencial El Paraíso (superbloque diseñado por Carlos Raúl Villanueva y Carlos Celis Cepero con la colaboración de José Manuel Mijares para el TABO que cambió su perfil social inicial,1954), las Quintas Aéreas (Natalio Yunis, 1958) y el edificio Los Morochos (Alejandro Pietri, 1956-1959), a los cuales habría que sumar el edificio Junín.

4. Ubicación del edificio Junín (resaltado en amarillo) en el contexto y relación de proximidad con las Quintas Aéreas (resaltadas en amarillo ocre).

Urreiztieta adaptó la propuesta a las condiciones longitudinales de la parcela en la que debió realizar el proyecto (con orientación favorable norte-sur), aprovechando al máximo las ventajas que le ofrecía la ordenanza, adoptando las condiciones establecidas en la Ley de Propiedad Horizontal que estaba a punto de aprobarse (promulgada el 15 de septiembre de 1958) y enfocando su solución hacia una clase media y profesional emergente.

En tal sentido, se decantó por prefigurar un contenedor prismático puro que se ubicaría paralelo a la calle Junín próximo al lindero norte de la parcela, creciendo en altura hasta configurar un paralelepípedo laminar con planta baja libre, el cual estaría acompañado por un cuerpo bajo ubicado al sur (definiendo el frente hacia la calle Junín), donde se colocarían áreas sociales, rentales y de servicios.

5. Fachada sur del edificio Junín.

El volumen vertical fue dividido en dos partes de desigual dimensión en planta separados por la circulación vertical (escalera y dos ascensores) que acentúa la asimetría: el localizado hacia el este de 9 pisos (más corto) y el oeste de 10 (más largo).

6. El edificio Junín visto desde el sureste.

Sin embargo, más allá de lo descrito, el interés consistió en manejar el programa mediante unidades habitacionales de 2 pisos que ocupan todo el ancho y que, por estar desplazadas verticalmente, le permitieron a Urreiztieta generar un muy interesante dinamismo en la fachada sur en la cual se pueden leer, tras los paños de bloque calado, los pasillos de acceso a los apartamentos, utilizando como recursos adicionales las perforaciones de las ventanas de las habitaciones y baños así como unos pequeños balcones que surgen tanto en medio de los calados como en ciertas áreas de los propios apartamentos. El dinamismo se acrecienta gracias al desfase vertical que aprovecha la diferencia de un piso entre uno y otro cuerpo lo cual permite tener paradas no secuenciales de los ascensores y acceder a algunos apartamentos por la planta baja y a otros por la planta alta. De más está decir que la usada al sur se trata de una envolvente que responde con absoluta pertinencia a la orientación a la que está expuesta.

7. El edificio Junín visto desde el noroeste. Los grandes ventanales acusan la presencia de las áreas sociales de los apartamentos que aprovechan a su vez las vistas lejanas hacia el norte.

Por su parte, la fachada norte, más austera, refleja, con grandes ventanales que aprovechan la vista lejana, la ubicación de las áreas sociales y, en un perfecto juego rítmico, la presencia de los dormitorios mediante las perforaciones de las ventanas.

8. Vista cercana de la fachada sur del edificio Junín en la que se puede apreciar el impecable manejo y coordinación geométrica con la cual se proyectó basada en la utilización de bloques de concreto sin frisar y bloques de ventilación que determinaron el tamaño de las aberturas (ventanas y balcones).

También cabe destacar como dato resaltante el impecable manejo y coordinación geométrica con la cual se proyectó el edificio: paredes construidas con bloques de concreto sin frisar, sólo pintados, en número exacto de piso a techo, al igual que los bloques de ventilación, dentro de cuyos paños se colocan los marcos para ventanas y puertas que conducen a los pequeños balcones cuyos antepechos prefabricados están enmarcados con barandas metálicas.

La estructura se encuentra modulada con luces de aproximadamente seis metros en sentido longitudinal y diez en sentido transversal con volados de dos metros, mostrándose las vigas y columnas en las fachadas laterales evidenciándose allí la disminución de sección de las últimas a medida que el cuerpo se eleva.

9. Edificio Junín. Vista cercana del módulo de circulación vertical donde destaca el ligero desarrollo de la escalera y el revestimiento del volumen de los ascensores.

El núcleo de circulación vertical está resuelto casi como un añadido, libre, donde las escaleras parecen flotar suspendidas al exterior sostenidas por columnas y pasamanos metálicos. Este volumen de circulación, dos niveles más alto que el ala oeste del edificio, está recubierto de cerámica, de un color contrastante que realza la limpieza de diseño de este.

10. Vista cercana que muestra el acceso y parte de la cubierta que cubre el frente sur del edificio Junín .

Confesando que no hemos podido obtener información gráfica (plantas y cortes) del edificio y que nuestras apreciaciones proceden de la lectura que ofrecen las fotografías publicadas por internet y de la información que hemos obtenido de la página de la Bolsa Inmobiliaria de Caracas donde se ofrece un apartamento en venta de los que componen el Junín, nos aventuramos a resumir que consta de un total de 28 apartamentos dúplex de aproximadamente 120 m2 cada uno: 16 ubicados en el ala oeste entre el piso 2 y el piso 9 (donde en el piso uno se detecta la presencia de otros 2 de un nivel también de 120 m2 cada uno); 12 ubicados en el ala este entre el piso 1 y el piso 8; siendo ocupados los pisos 9 al este y 10 al oste por los pent houses a un nivel: el del este de aproximadamente 240 m2 y el del oeste de 360 m2.

11. Sala-comedor en la planta baja de uno de los apartamentos dúplex del edificio Junín que se ofrece actualmente en venta.
12. Dos de las habitaciones ubicadas en la planta alta.
13. La cocina y uno de los baños.

Serían en total 32 unidades de vivienda compuestas por: sala-comedor, cocina-lavadero, 3 habitaciones, dos baños, correspondiéndoles un puesto de estacionamiento (ver https://bolsainmobiliariacaracas.com/apartamento-venta-el-paraiso-caracas-libertador/9470048).

Como ya adelantamos, la planta baja de la torre y el retiro del norte se dispusieron para estacionamientos correspondiéndole a la interesante cubierta que cubre el lindero norte el contener las áreas ya señalas y definir el acceso.

14. Parte de la planta baja del edificio Junín destinada a estacionamiento (izquierda) y parque infantil ubicado en la esquina sureste del terreno (derecha).

De la nota publicada en Caracas del valle al mar. Guía de arquitectura y paisaje (2015), redactada por Iván González Viso, rescatamos lo siguiente: “El carácter austero y sobrio del edificio, cuya expresividad se muestra en las variaciones con que se construye su rica fachada, lo señala como uno de los edificios modernos más contundentes de la ciudad, cuyo carácter contrasta con el colorido de las Quintas Aéreas” (su vecino al sur). Vale la pena agregar que su condición actual en cuanto a mantenimiento nos presenta una obra en buen estado gracias a la escogencia de los materiales que la componen.

Oscar Ureiztieta, de quien sólo tenemos registrado el edificio Junín como obra suya en lo relacionado a la arquitectura, estuvo junto a Gustavo Larrazábal, a cargo de la ejecución del emblemático Hotel Humboldt de Caracas, diseñado por Tomás José Sanabria. Fue, además, el responsable de todos los cálculos estructurales que fueron necesarios para construirlo.

15. Imágenes del hotel Humboldt (Tomás José Sanabria, 1956-1957) en construcción del cual Oscar Ureiztieta fue el responsable del cálculo estructural.

Loly, la hija de Tomás Sanabria, al comentar el momento en el que su padre se reunió por primera vez con Pérez Jiménez para plantearle sus ideas respecto al hotel y le son rechazadas (“trece habitaciones que no fueran vistas desde Caracas, un mirador para disfrutar de la amplia visual y un casino que justificara los costos de servir en ese mágico sitio”), remarca la importancia que cobró la incorporación de Oscar Urreiztieta como calculista de la nueva propuesta: una torre de 16 pisos y de una serie de cubiertas onduladas intersecadas que contenían los cuerpos bajos, donde la estructura se convirtió en parte fundamental del proyecto, resultando en una fluida y valiosa relación interdisciplinaria entre arquitecto e ingeniero. “Papá siempre decía que, sin Oscar, no hubiera logrado este proyecto”.

ACA

Procedencia de las imágenes

Postal, 2, 7, 8 y 9. Colección Crono Arquitectura Venezuela.

1. Julio César Mesa @juliotavolo (https://www.flickr.com/photos/juliocesarmesa/26335962106/sizes/z/)

3. Colección Arquitectura y Ciudad; y Julio César Mesa @juliotavolo (https://www.epdlp.com/edificio.php?id=11247)

4. Captura de Google Earth; y Recorrd El Paraiso 15 6 24 PDF (https://es.scribd.com/document/764739850/Recorrd-El-Paraiso-15-6-24-pdf)

5 y 10. Julio César Mesa @juliotavolo (https://www.flickr.com/photos/juliocesarmesa/15267443461/sizes/c/)

6. CONSTRUIDO EN CARACAS (https://construidoencaracas.wordpress.com/2013/06/30/edif-residencias-junin/)

11, 12, 13 y 14. Bolsa Inmobiliaria de Caracas (https://bolsainmobiliariacaracas.com/apartamento-venta-el-paraiso-caracas-libertador/9470048)

15. Tomás José Sanabria. Arquitecto (https://tomasjosesanabria.com/2016/06/20/hotel-humboldt-caracas/); IAM Venezuela (https://iamvenezuela.org/2018/02/el-hotel-humboldt-la-joya-que-corona-el-avila/); y archdaily.com (https://www.archdaily.cl/cl/768218/clasicos-de-arquitectura-hotel-humboldt-tomas-jose-sanabria)

ALGO MÁS SOBRE LA POSTAL Nº 455

El estudio de la evolución de las cerraduras es, fundamentalmente, la historia de cómo la humanidad ha buscado proteger la propiedad privada y asegurar los espacios personales. Una cerradura representa la tensión inherente entre dos objetivos de ingeniería: debe ser excepcionalmente simple de operar para el usuario legítimo que posee la clave, mientras que debe ser prohibitivamente complejo y resistente para el intruso no autorizado. Esta dualidad define el campo de la seguridad mecánica y, más recientemente, de la seguridad cibernética.

1. Breve muestra de la evolución de las cerraduras a través del tiempo.

Cualquier intento por establecer una cronología técnica y conceptual alrededor del tema conlleva el análisis de cómo la seguridad de acceso ha migrado desde un acto simbólico de verificación hasta una función de ingeniería de alta precisión y, finalmente, un sistema integrado que depende tanto de la física del hardware como de la resiliencia del software.

2. Sello cilíndrico del período Uruk (antigua Mesopotamia) y su impresión, c. 3100 a. C.

La invención de la cerradura está intrínsecamente ligada (como ya se insinuó) al desarrollo del concepto de propiedad privada. Antes de la cerradura mecánica, la seguridad dependía en gran medida de los contratos sociales y la amenaza de castigo. Las primeras formas de «seguridad» no estaban diseñadas para prevenir físicamente el acceso, sino para proporcionar evidencia innegable de que la barrera había sido violada. Así, en la antigua Mesopotamia, los métodos iniciales de protección de puertas se basaban en el uso de sellos de arcilla. La destrucción de este sello permitía la apertura de la puerta, pero el propietario habría sabido inmediatamente que se había producido una intrusión. La función principal de este sello era la verificación posterior, no la prevención activa. Es de notar que la palabra para el clavo utilizado en el sello de la puerta era «Sikkatu». La evolución lingüística de «Sikkatu» a un término que describía un mecanismo de cerrojo implica una evolución mecánica paralela, indicando una transición conceptual de la seguridad basada en el honor a la seguridad basada en el dispositivo físico.

Sin embargo, será la aparición de la cerradura mecánica la que marque una transición crítica en la historia humana: el cambio de la seguridad comunal basada en la confianza hacia la protección individual, verificable y ejecutable de la propiedad privada, donde la prevención es prioritaria.

Los registros arqueológicos sugieren que los precursores de las cerraduras mecánicas comenzaron como simples restricciones físicas. En el período de la cultura Yangshao en China, alrededor del 5000 a.C., se ha encontrado evidencia del uso de barras de madera o cerrojos que podían instalarse en marcos de edificios. Estos dispositivos representaban la forma más básica de restricción física, la cual requería esfuerzo o una herramienta específica (posiblemente hecha de hueso o dientes de animales) para ser removida.

3. Recreación del sistema de pasadores de cerrojo (pin-tumbler), desarrollado por los egipcios.

Como se insinuó, el desarrollo del título rab sikkāte (maestro de cerrojos) atestiguado en el período babilónico antiguo (c. siglo XVIII a.C.), parece indicar que la cerradura con pasadores de cerrojo ya estaba en uso en ese momento. Esto sitúa la transición crucial de la seguridad simbólica (sellos) a la mecánica de precisión en Mesopotamia en algún momento entre el 2500 a.C. y el 1800 a.C. Será entonces cuando surgirá el principio mecánico más significativo y duradero en la historia de la cerrajería: el sistema de pasadores de cerrojo (pin-tumbler), desarrollado por los egipcios que consistía en un gran cerrojo deslizante de madera y una carcasa de madera fija. La seguridad se lograba mediante pasadores de retención (tumblers o pines) que caían por gravedad en orificios en el cerrojo deslizante, bloqueando su movimiento.

4. Dos ejemplos de cerraduras antiguas de madera.

A pesar de que estos sistemas primitivos estaban limitados por la fragilidad de la madera, su contribución conceptual fue inmensa. La invención del sistema pin-tumbler estableció el requisito esencial para la seguridad de acceso: la necesidad de alinear componentes internos ocultos a una configuración precisa, definida por un patrón externo (la llave). La durabilidad de este concepto es asombrosa; el diseño de cerradura de cilindro más utilizado en el mundo moderno (el cilindro Yale) es una miniaturización y refinamiento directo de este principio egipcio. Esto subraya que la solución mecánica inicial era de una genialidad fundamental, ya que su núcleo conceptual ha resistido miles de años de cambio material y tecnológico.

5. Cerradura romana.
6. Llaves de la antigua Roma.

A partir de allí la historia registra primero cómo el Imperio Romano marcó un avance crucial en la materialidad de las cerraduras. Los romanos mejoraron el diseño, sustituyendo la madera por hierro y bronce, lo que aumentó la durabilidad y la resistencia de las cerraduras a la fuerza bruta, aunque no abordó inherentemente la vulnerabilidad del mecanismo interno. Por otra parte, el sistema dominante adoptado por los romanos y que prevaleció durante la mayor parte de la Edad Media fue la cerradura de guardas (warded lock). A diferencia del sistema de pasadores egipcio, que dependía de la alineación vertical de elementos móviles, la cerradura de guardas dependía de la geometría de obstáculos fijos utilizando un mecanismo basado en una serie de placas metálicas estacionarias (las guardas o wards) colocadas dentro de la cerradura.

Durante la Edad Media las cerraduras se vuelven más complejas y, a menudo, muy decorativas, reflejando el estatus. Los cerrajeros europeos, especialmente los ingleses, desarrollaron mecanismos más elaborados, incluyendo cerraduras de varios pernos y los primeros diseños con tambor de pines, enfocándose en sistemas que requerían una alineación precisa para el desbloqueo.

7. Dos ejemplos de cerraduras medievales.

Vale decir que las cerraduras de guardas que prevalecieron durante ese período representaron una desviación conceptual en la ingeniería de seguridad. En lugar de utilizar la precisión oculta (como el shear line del pasador), este sistema priorizaba la complejidad visible y la fuerza material. Además, el sistema de guardas resistía la fuerza bruta gracias a su construcción en hierro, pero fallaba contra la habilidad y la manipulación, lo que demostró que la resistencia material sin precisión mecánica era insuficiente para la alta seguridad.

Con el advenimiento de la Revolución Industrial y el crecimiento exponencial del comercio y la banca, el valor asegurado de la propiedad aumentó drásticamente. Las cerraduras de guardas y los sistemas basados en hierro se volvieron inadecuados, ya que los avances en metalurgia y en las herramientas de ganzúa hacían que la manipulación fuera más sencilla.

Esta época estuvo marcada por una intensa competencia entre cerrajeros (casi en su totalidad de origen inglés) para crear la «cerradura perfecta» y con ello la invención de mecanismos de alta seguridad que forman la base de los sistemas actuales. Cronológicamente aparecieron:

8. Robert Barron: Cerradura de palanca de doble acción (1778).
  • Robert Barron y la “cerradura de palanca de doble acción” (o cerrojo de tambor de doble acción) (1778), que usaba un conjunto de palancas internas que debían alinearse a una altura específica por la llave para permitir el movimiento del cerrojo, dificultando la manipulación.
9. Joseph Bramah: Cerradura de desafío (1784).
  • Joseph Bramah y la “cerradura de desafío” (1784), sistema que redefinió el concepto de alta seguridad. Bramah utilizaba un diseño cilíndrico que requería una llave cilíndrica. El mecanismo interno consistía en un sistema de palancas o vasos (lever tumblers) que debían ser elevados a alturas exactas y uniformes por la llave.
10. Jeremiah Chubb: Cerradura detectora (1818).
  • Jeremiah Chubb y la “cerradura detectora” (1818), mecanismo que llevó la innovación un paso más allá, mediante la utilización de un complejo sistema de palancas, pero con una característica conceptual crucial: la capacidad de detección que indicaba si alguien había intentado forzarla.
11. El Palacio de Cristal, sede de la Gran Exposición Universal de 1851, fue la primera Feria Mundial donde Gran Bretaña mostró su poderío industrial y desarrollo de sistemas de seguridad.

En torno al tema de la “cerradura perfecta”, un hito clave ocurrió durante la Exposición Universal de 1851, donde el cerrajero estadounidense Alfred Hobbs logró vulnerar los mejores sistemas de seguridad ingleses, que anteriormente se consideraban inquebrantables, particularmente la «cerradura de desafío» de Bramah y la «cerradura detectora» de Chubb. Esta demostración pública del fracaso de la seguridad existente catalizó una carrera global para desarrollar cerraduras verdaderamente inviolables, con Hobbs mismo fundando su propia marca, Hobbs Hart & Co. Ltd.

Anécdotas aparte, si bien las cerraduras de palancas de Bramah y Chubb ofrecían alta seguridad, eran costosas y complejas de fabricar. Es así como la estandarización global de la seguridad de acceso llega gracias a la estadounidense familia Yale.

12. Linus Yale Sr. (izquierda) y Linus Yale Jr. (derecha).
13. La cerradura de pasador cilíndrico patentada por Linus Yale Jr. en 1863.

Linus Yale Sr. (1797-1858), quien en la década de 1840 se especializó en cerraduras bancarias artesanales de alta seguridad en su taller de Newport, Nueva York, desarrolló la cerradura de tambor de pines en 1848. Su hijo, Linus Yale Jr. (1821-1868), mejoró el diseño en 1861 patentando la cerradura de pasador cilíndrico (la popular cerradura Yale), perfeccionando y reinventando el mecanismo de pasadores de retención conocido por los antiguos egipcios. A diferencia de las cerraduras egipcias, el diseño de Yale utilizaba un mecanismo deslizante en lugar de giratorio para mayor seguridad. Este diseño que utiliza una llave pequeña, plana y con bordes dentados (el bitting) y un cilindro con pernos de diferentes longitudes que deben ser alineados por la llave, se convirtió en el estándar mundial y es la base de muchas cerraduras mecánicas modernas y en inspiración, por ejemplo, de la cerradura cilíndrica de pomo (invención de Walter Schlage de 1920), cuya característica principal es el botón de seguridad en el pomo interior y cilindro para la llave en el exterior para puertas de entrada y dormitorios y ranura de apertura de emergencia, para puertas de baños.

Con su invento, que no es otra cosa que la aplicación tecnológica de un principio antiguo y superior (el pin-tumbler) utilizando técnicas de fabricación del siglo XIX (precisión y estandarización), Yale Jr. produjo dos impactos trascendentales:

  • Aumento de la Variabilidad: El sistema Yale incrementó exponencialmente el número de posibles combinaciones y permutaciones de claves. Los sistemas anteriores ofrecían alrededor de 2,500 variaciones, mientras que el diseño de Yale, mediante la combinación de pasadores, permitió millones de variaciones. Esto mejoró masivamente la seguridad y minimizó la posibilidad de llaves duplicadas.
  • Democratización de la Seguridad: La fabricación estandarizada y la miniaturización hicieron que la seguridad de alta calidad fuera apta para la producción en masa y el uso residencial general, desplazando a las cerraduras de palanca voluminosas y costosas.
14. Fábrica de Yale & Towne Mfg. Co., Stamford, Connecticut, 1873.

Yale Jr. quien en 1862 también introdujo la cerradura bancaria Monitor, que marcó la transición de las cerraduras de llave a las de combinación para las cajas fuertes de los bancos, se asoció con Henry R. Towne para fundar en 1868 la Yale Lock Manufacturing Company en Stamford, Connecticut, utilizando sus patentes para fabricar una variedad de cerraduras, incluyendo las de puertas y los candados pasando a ser el paradigma universal de la seguridad mecánica.

15. Dos páginas del catálogo de cerraduras Yale de 1880.
16. Fábrica de Yale & Towne Mfg. Co., Stamford, Connecticut, 1903.

A finales del siglo XIX y principios del XX, Yale & Towne Manufacturing Co. amplió su gama de productos, incorporando grúas, polipastos y máquinas de prueba, y expandió su presencia internacional. Ya para entonces la empresa empleaba a más de 12.000 personas en todo el mundo.

17. Anuncio publicitario de 1920 de Yale Bank Lock, en referencia a su uso en alrededor de 3/4 de todos los bancos en Estados Unidos.

Como muestra de estatus, Yale equipó con cerraduras y herrajes edificios emblemáticos de comienzos del siglo XX dentro del paisaje newyorkino como el Metropolitan Life (1909), el Woolworth (1912), el Lincoln Building (1930) y muy especialmente el Chrysler Building (1930) donde la empresa tuvo un showroom exclusivo para sus productos.

18. Vista del centro de Manhattan en 1932 donde destaca la presencia del Chrysler Building equipado en su totalidad con cerraduras Yale..
19. Promoción de Yale como proveedor de las cerraduras del Chrysler Building (izquierda) y showroom abierto en las instalaciones del edifico (derecha)

Desde entonces Yale ha acompañado y liderado el desarrollo de sistemas de seguridad durante todo el siglo XX y lo que va del XXI.

20. Poster que promociona la participación de Yale en la Feria Internacional de Nueva York de 1939-1940.

Nuestra postal del día de hoy que recoge un anuncio que revela la presencia y promoción de las cerraduras Yale en Venezuela durante la década de 1960, marca un momento importante a partir del cual, con la llegada de la electrónica, la firma siguió innovando en el sector de la seguridad con el desarrollo de cerraduras inteligentes, sistemas de alarma y cajas fuertes digitales, basándose en la herencia de sus productos mecánicos de alta calidad, marcando el paso a las soluciones smart.

Dichos avances se pueden resumir de la siguiente manera:

  • Cerraduras Electrónicas (décadas de 1970-1980): Inicialmente usadas en hoteles, funcionan con teclados numéricos (códigos) o tarjetas magnéticas.
  • Cerraduras de Alta Seguridad: Las mecánicas tradicionales se mejoran con sistemas antibumping, antipalanca y antitaladro, y el uso de cilindros de alta gama y cerraduras multipunto (que bloquean la puerta en varios puntos simultáneamente).
  • Cerraduras Inteligentes (Actualidad): Son la cúspide de la evolución. Estas cerraduras pueden ser controladas a través de aplicaciones móviles (vía Wi-Fi o Bluetooth) y se activan mediante diversos métodos de autenticación:
  • Códigos de acceso (teclado).
  • Biometría (huella dactilar, reconocimiento facial).
  • Tarjetas de proximidad o tags RFID.
  • Llaves mecánicas de respaldo.
21. Catálogo de productos Yale 2023.

Para concluir, se puede decir que la evolución de las cerraduras continúa enfocándose en la seguridad multipunto (varios pestillos de cierre), la resistencia a técnicas modernas de forzamiento como el bumping, y la integración en sistemas domóticos (hogares inteligentes) priorizando la conveniencia sin sacrificar la seguridad.

22. Cerraduras digitales Yale.
23. De izquierda a derecha: Cerrojos, Gatillos y Perillas ofrecidos por Yale en su catálogo.
24. Manijas (izquierda) y Candados (derecha) ofrecidos por Yale en su catálogo.

A lo largo del tiempo, Yale pasó a formar parte del grupo de empresas ASSA ABLOY, un conglomerado sueco-finlandés, en 2000. Posteriormente, en 2023, para los Estados Unidos y Canadá la firma pasará a ser propiedad de Fortune Brands Innovations. Actualmente, la marca opera en más de 120 países, ofreciendo una amplia gama de productos, desde cerraduras mecánicas tradicionales hasta soluciones inteligentes y conectadas para el hogar. 

Nota

El presente artículo fue elaborado con el apoyo de Gemini de Google, asistente de inteligencia artificial.

ACA

Procedencia de las imágenes

Postal. Revista SVA, nº 11, mayo-junio 1963

1. Kaadas (https://www.kaadas.cl/blogs/noticias/evolucion-de-las-cerraduras-en-la-historia)

2. Wikipedia. Sello cilíndrico (https://es.wikipedia.org/wiki/Sello_cil%C3%ADndrico)

    3. RedHistoria (https://redhistoria.com/historia-de-las-cerraduras-de-la-antiguedad-hasta-las-antibumping/)

    4. Mundillaves (https://www.mundillaves.com/historia-de-las-cerraduras-parte-1/)

    5 y 6. MuyInteresante (https://www.muyinteresante.com/historia/63378.html)

    7. Disportancia (https://disportancia.blogspot.com/2019/04/cerraduras-medievales.html); y TokLock (https://tocklock.com.mx/blogs/noticias/historia-de-la-cerradura-tradicional-a-la-cerradura-digital)

    8, 10 y 11. LockPickWorld (https://www.lockpickworld.com/es/blogs/news/spectacle-of-security-locksport-competitions-in-the-nineteenth-century)

    9. The Colour of Hope (https://www.thecolourofhope.org/114-joseph-bramah.html)

    12. Wikipedia (https://en.wikipedia.org/wiki/Linus_Yale_Sr.) y (https://en.wikipedia.org/wiki/Linus_Yale_Jr.).

    13 y 17. Kiddle (https://kids.kiddle.co/Linus_Yale_Jr.)

    14. Wikimedia Commons (https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Factory_of_Yale_%26_Towne_Mfg._Co.,_Stamford,_Connecticut,_1873.jpg)

    15. Yale (https://www.yale.co.th/en/about-us)

    16. Wikimedia Commons (https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Factory_of_Yale_%26_Towne_Mfg._Co.,_Stamford,_Connecticut,_1903.jpg)

    18. Wikimedia Commons (https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Chrysler_Building_Midtown_Manhattan_New_York_City_1932.jpg)

    19 y 20. Yale (https://yalehome.co.uk/yale-heritage-campaign-celebrating-182-years-of-yale)

    21, 22, 23 y 24. Yale (https://www.yalelatinoamerica.com/es/catalogos)

    ALGO MÁS SOBRE LA POSTAL Nº 454

    1868 fue un año particularmente activo en la historia de Venezuela y de gran inestabilidad política. Una vez concretada la victoria liberal en la Guerra Federal en 1863 tras cuatro años de disputa, y junto a ello el ascenso al poder de Juan Crisóstomo Falcón en junio de ese año como 12º presidente de los Estados Unidos de Venezuela, casi de inmediato se desencadenó un clima general de discordia con el que Falcón tuvo que lidiar a lo largo de todo su mandato.

    1. Caracas vista desde El Calvario según una ilustración publicada en Travels and adventures in South and Central America de Ramón Páez (1868).

    En ese incómodo ambiente, la cada vez más represiva administración central, las convulsiones internas y los desórdenes en varios estados sumados a la precaria salud del mandatario originaron el estallido de nuevos conflictos. Entre ellos la “Revolución azul” o “Revolución Reconquistadora”, insurrección armada liderada por José Tadeo Monagas (quien había presidido el país de 1847 a 1851 y de 1955 a 1958), estalla en 1867 concluyendo el 28 de junio 1868 con el derrocamiento del presidente encargado Manuel Ezequiel Bruzual, sucesor de Falcón, quien había renunciado en junio de aquel año tras presiones populares. Se sumaba así un nuevo episodio en el contexto de las guerras civiles venezolanas sucedidas durante el siglo XIX.

    2. Cuatro fueron los personajes que ocuparon la presidencia de los Estados Unidos de Venezuela a lo largo del año 1868. De izquierda a derecha en orden de sucesión: Juan Crisóstomo Falcón, Manuel Ezequiel Bruzual, José Tadeo Monagas y Guillermo Tell Villegas. Los retratos de Falcón y Monagas fueron elaborados por el pintor Martín Tovar y Tovar (1827-1902).

    Aquel acontecido año tendría como corolario no sólo el derrocamiento de Bruzual y la asunción de la jefatura de Estado por Monagas el ya mencionado 28 de junio, sino el fallecimiento inesperado de este último el 18 de noviembre. A la muerte de Monagas, Guillermo Tell Villegas se encargaría de la presidencia hasta el 20 de febrero de 1869. Lo sucedería José Ruperto Monagas en otro corto lapso que transcurrió entre el 20 de febrero de 1869 y 16 de abril de 1870 para finalmente ver la llegada al poder de Antonio Guzmán Blanco y con ello dar inicio al septenio, su primera etapa en la más alta magistratura. De tal manera, el llamado “Gobierno azul” derivado de la revolución del mismo nombre duraría poco menos de dos años.

    3. Carátula del Almanaque portátil – Guía de Caracas impreso por la imprenta Espinal e Hijos en 1869.

    Así pues, dentro de aquella frágil institucionalidad donde Caracas buscaba alcanzar un crecimiento sostenido y despertar a la cultura, en 1869, circuló en la capital el Almanaque portátil – Guía de Caracas impreso por la imprenta Espinal e Hijos (fundada por Valentín Espinal), ubicada en la esquina de Gradillas número 38. La empresa se especializaba en imprimir desde folletos, letras de cambio, timbres, recibos, carteles y trabajos de imprenta con “finura, limpieza y corrección”, según reza su publicidad en la página final de la publicación. 

    El curioso libro, a pesar de estar dedicado a la descripción detallada de la ciudad, también contenía numerosas páginas con todo el calendario religioso católico para practicantes mes a mes, detallando el cómputo eclesiástico (número áureo, epacta, ciclo solar), los eclipses de sol y de luna, el santoral mensual y las fiestas movibles (Septuagésima, Miércoles de Ceniza, Domingo de Ramos, Resurrección, Corpus Cristi). También especificaba los días de ayuno y abstinencia de consumir carne, las cuatro témporas y los días de órdenes eclesiásticas y velaciones.

    4. «Plano topográfico de la ciudad de Caracas. Capital de los E.E.U.U de Venezuela» realizado en la litografía de Jorge Laue y Compañía inserto en el Almanaque portátil – Guía de Caracas.

    Como toda buena guía, tenía un plano de la ciudad, realizado en la litografía de Jorge Laue y Compañía, llamado “Plano topográfico de la ciudad de Caracas. Capital de los E.E.U.U de Venezuela”.

    5. «Plano topográfico de la ciudad de Caracas. Capital de los E.E.U.U de Venezuela» de 1852 levantado por Lino J. Revenga y Gregorio Fidel Méndez, litografiado por Jorge Laue cuando recién llegado a Venezuela trabajó para Guillermo Stapler (Müller & Stapler).

    Laue (1832-1887), litógrafo y grabador de origen alemán, entra en la escena gráfica venezolana a distancia, cuando trató al litógrafo Henrique Neun en Schweinfurt (Alemania) entre 1848 y 1851 y conoció en Berlín a Federico Lessmann (su futuro socio en Caracas) en 1850. Formó parte de la segunda oleada de impresores provenientes de Europa, poseía formación y contactos en el oficio en el país, lo que lo lleva a unirse a los litógrafos alemanes migrantes en el desarrollo de las artes gráficas y la ilustración. Así, al llegar a Venezuela en 1852 con 19 años, trabajó con Guillermo Stapler en cuyo taller (Müller & Stapler) litografió el Plano topográfico de la ciudad de Caracas de 1852, levantado por Lino J. Revenga y Gregorio Fidel Méndez.

    6. Dos escenas de la Guerra Federal, «El Combate de Maiquetía» (izquierda) y «El Combate de la Plaza de San Pablo» (derecha), primeras cromolitografías impresas en el país realizadas en 1859 por Lessman & Laue.
    7. Anverso y reverso de la fotografía del Gral. Manuel E. Bruzual, ca. 1860, realizada por Lessman & Laue, estudio fotográfico.
    8. Los generales José Antonio Páez y Juan Crisóstomo Falcón, quienes fueran presidentes de Venezuela, fotografiados, ca.1864, por Lessman & Laue, estudio fotográfico.

    Poco después (en 1856) Laue se asociaría con Federico Lessmann (quien también fuese primero empleado y luego socio de Stapler entre 1853 y 1854), produciendo algunas de las más importantes impresiones a color de la ciudad del siglo XIX en Venezuela, e incluso incursionando en el campo de la fotografía especializándose en ambrotipos (fotografía en placas de vidrio) y retratos de gran formato. Su sociedad con Lessmann se prolongaría hasta 1865.

    9. Federico Lessmann. Convento de las Monjas Concepciones y la Plaza de San Jacinto, 1865.

    Tal y como señala Agalia Berlutti, en “Federico Lessmann: un recorrido por la Caracas inolvidable (Parte 1)”, artículo publicado en el portal Prodavinci el 29/11/2020, “Con Laue -Lessmann- compartiría no sólo trabajo, sino también la afición por reproducir los espacios y lugares de la ciudad -ya mucho más elaborada y enfocada la mirada urbana- sino también, los primeros intentos fotográficos que se le atribuyen a Lessmann”. Por otro lado, Belutti asegura que Lessmann y Laue tras trocar en fotógrafos de retratos también se convertirían en los primeros cronistas visuales de Caracas, logrando captar la ciudad con técnicas que estaban en auge en Europa.

    10. Plano Topográfico de la Ciudad de Caracas de 1875 impreso por Henrique Neun y revisado por Aureliano Fernández en el cual participó Jorge Leue.

    En relación con la producción cartográfica de Laue como grabador, de él se conoce su participación en 3 planos de Caracas fechados en 1852 (ya mencionado), 1868 (incluido en el Almanaque y que engalana nuestra postal del día de hoy) y 1875, este último impreso por Henrique Neun y revisado por Aureliano Fernández.

    En el testimonio urbano grabado por Laue en 1868 se aprecia una ciudad dividida en 6 municipios, con un trazado colonial, una cuadrícula de 16 x 16 calles tanto en sentido de Norte a Sur (como Eras, Verde, Carabobo, Roscio, Uztáriz, Rivas) como en Este a Oeste (como Las Fuentes, La Paz, Madariaga, Ciencias, Comercio, Unión).

    11. Referencias al Plano de la ciudad de Caracas de 1868 que acompañó el Almanaque portátil – Guía de Caracas.

    Las referencias del plano incluyen una extensa lista de más de 140 esquinas. Igualmente 20 edificaciones religiosas entre iglesias, capillas y conventos incluyendo la Catedral, La Pastora, La Trinidad, San Francisco, Candelaria, y los conventos de Dominicas y Carmelitas.

    Por otro lado, menciona el río Guaire, y las quebradas Caroata, Anauco, Catuche, Coticita y Gambón, así como 10 puentes, y edificios y lugares clave como el Palacio de Gobierno, la Plaza Bolívar, la Universidad, el Mercado central, la Tesorería general, el Palacio Arzobispal, el Cuartel veterano, y varios hospitales y cementerios.

    Por otro lado, Laue promociona su profesionalismo en el plano, destacando que su litografía “se desempeña exquisito gusto, esmero, puntualidad y precios equitativos”, evidenciando la competencia en la industria de las artes gráficas en ese momento.

    De este Almanaque impreso por Valentí Espinal (1803-1866), se conocen ediciones de 1867, 1868 y 1869.

    IGV

    Procedencia de las imágenes.

    Postal, 3, 4 y 11 . Biblioteca Digital César Rengifo (http://bibliotecadigital.bnv.gob.ve/wp-content/uploads/Almanaque-port%C3%A1til-Gu%C3%ADa-de-Caracas1869.pdf)

    1. Ramón Páez. Travels and adventures in South and Central America. New York, 1868 (https://archive.org/details/travelsadventure00paezuoft/travelsadventure00paezuoft/page/n5/mode/2up?ref=ol)

    2. Wikipedia. Anexo:Gobernantes de Venezuela (https://es.wikipedia.org/wiki/Anexo:Gobernantes_de_Venezuela); La Venciclopedia (https://www.venciclopedia.org/index.php?title=Manuel_Ezequiel_Bruzual); Gema (https://co.pinterest.com/pin/477029785553166108/)

    5. La Caracas de antes, la Caracas de ahora (https://caracas-antesahora.blogspot.com/2008/03/evolucin-histrica-de-caracas.html)

    6 y 8. THE VAGO (https://gabhrieltoro.blogspot.com/2018/12/cronologia-de-las-artes-graficas-en_58.html)

    7. Agalia Berlutti. “Federico Lessmann: un recorrido por la Caracas inolvidable (Parte I)”. Portal Prodavinci, 29/11/2020.

    9. Agalia Berlutti. “Federico Lessmann: un recorrido por la Caracas inolvidable (Parte II)”. Portal Prodavinci, 06/12/2020.

    10. Irma de Sola Ricardo. Contribución al Estudio de los planos de Caracas, 1967.

    ALGO MÁS SOBRE LA POSTAL Nº 453

    En nuestro interés por ir reconstruyendo una cronología de los concursos de arquitectura realizados en Venezuela a lo largo del siglo XX, nos hemos topado con un caso que desconocíamos y del que, luego de intentar documentar con suficiente consistencia, debemos reconocer que nos hemos quedado cortos en el intento.

    Se trata de la sede del Ilustre Colegio de Abogados de Caracas (hoy Colegio de Abogados del Distrito Capital) ubicado en la avenida José Antonio Páez de El Paraíso frente al Instituto Pedagógico de Caracas.

    Sea como sea, quizás valga la pena recordar que, aunque el ejercicio del derecho en nuestro país se remonta a la época de la colonia, fue muy lento el proceso transcurrido entre el momento que comenzó a ser necesaria la presencia de hombres versados en leyes y la creación, establecimiento y difusión de Audiencias y Cancillerías Reales, a las cuales pudieran recurrir las partes en apelación cuando se sintieran lesionadas por sentencias y disposiciones de los alcaldes o corregidores.

    1. Vista del Palacio de la Real Audiencia de Santo Domingo, también conocido como el Museo de las Casas Reales, en la Ciudad Colonial, en Santo Domingo, República Dominicana.

    Si bien la autorización para ejercer el derecho en América se inicia a partir de la creación en las Indias de los Tribunales denominados Reales Audiencias (siendo pionera la Real Audiencia de Santo Domingo abierta en 1511 a la que siguieron la de México en 1527, la de Panamá en 1527, la de Lima en 1542, la de Santa Fe en 1549), y que la primera universidad en otorgar títulos académicos de abogados fue la establecida también en Santo Domingo en 1538, en Caracas hubo que esperar hasta la transformación del Colegio-Seminario de Santa Rosa de Lima en la Universidad Real y Pontificia de Caracas el 22 de diciembre de 1721 para que comenzara a dictarse formalmente la carrera de derecho canónico junto a filosofía, teología y medicina siendo la de Leyes una de las nueve Cátedras con las cuales la Universidad comenzó a funcionar. Sin embargo, hay que precisar que con la apertura el 16 de agosto de 1716 de una Cátedra de Instituta o Leyes en el propio Seminario de Santa Rosa de Lima bajo la dirección del licenciado Antonio Álvarez de Abreu ya se había dado el primer paso para instruir a los jóvenes del país en el conocimiento jurídico.

    2. Palacio Municipal de Monjas a San Francisco. Postal circa 1930. Lugar donde estuvo ubicado el Colegio-Seminario de Santa Rosa de Lima.

    Por otro lado, dado que la creación de la Real Audiencia de Caracas no se produjo hasta 1786 (nueve años después de la creación de la Capitanía General de Venezuela), los primeros abogados obtuvieron su licencia para ejercer en Santo Domingo y de Santa Fe, principalmente, por ser las instituciones más cercanas.

    3. Retrato de Antonio José Álvarez de Abreu, atribuido a Antonio González Ruiz. Museo de Parthenay (Francia).

    Con respecto al momento en que los profesionales del derecho se empiezan a establecer como gremio, la referencia que se tiene remite a 1788 como el año cuando se instaló el Colegio de Abogados de Caracas, tras la necesidad de una organización que representara a los juristas en Venezuela y facilitara la administración de justicia, existiendo ya para entonces un buen número de profesionales ejercían su labor en las luchas tribunalicias tanto en la capital como en el interior de la Capitanía General, algunos de ellos, inclusive, formando parte del cuerpo docente de la ya mencionada universidad.

    4. Miguel José Sanz (1756-1814). Abogado, político y periodista venezolano considerado una de las figuras influyentes en los inicios del proceso de la independencia de Venezuela. Entre 1790 y 1793 fue secretario y decano del Colegio de Abogados de Caracas.

    Luego, de acuerdo con el texto titulado “El Colegio de Abogados Historia en Venezuela” (https://es.scribd.com/document/654058535/EL-COLEGIO-DE-ABOGADOS-HISTORIA-EN-VENEZUELA), “el año de 1797, a raíz del abortado movimiento revolucionario de Gual y España, se forma la Compañía de Abogados y Pasantes que se ejercitaban en la Plazuela de San Jacinto para defender al régimen colonial de España. Y era común mirar a aquellos personajes -ya maduros- como Francisco Espejo, Tomas Hernández Sanabria, Juan Agustín Arnal, el Doctor Agustín de la Torre, notable jurista y rector de la Universidad, dirigirse al sitio de reunión con su fusil al hombro y espada de mano, acompañados por un esclavo ‘de a pie’”.

    5. Esquina de Las Monjas vista desde la Plaza Bolívar en Caracas. Fotografía tomada a comienzos del siglo XX.

    Durante muchísimos años, el Ilustre Colegio de Abogados de Caracas careció de sede propia. “En la época colonial las reuniones se efectuaban en la casa de habitación de los señores Decanos. En el siglo XIX, en plena era republicana, tenían lugar en diferentes sitios. (…) Cuando a principios de la pasada centuria el gobierno del General Cipriano Castro construyó en la esquina de Las Monjas un edificio para sede de los Tribunales, llamado por ello entonces Palacio de Justicia, y es hoy dependencias del que fuera el Consejo Municipal del Distrito Federal, allí se le dio al Colegio de Abogados un salón en el cual funcionó hasta 1928. A partir de ese año, por cuestiones políticas, la Institución permaneció inactiva, hasta el año de 1936”, cuando reinició sus labores en el mismo local.

    La creación de nuevos Tribunales y la necesidad de espacio en aquella sede llevó a desplazar la sede del Colegio a diversas casas tomadas en arrendamiento: “primero una entre las Esquinas de San Francisco y Pajaritos y luego otra entre las Esquinas de Salvador de León y Socarrás, donde más tarde se construyó la sede de lo que fue el Banco Agrícola y Pecuario. Entre tanto, los Doctores Alonso Calatrava, Numa Quevedo y Carlos Eduardo Stolk, cuando respectivamente ejercieron la Presidencia del cuerpo, lograron éxito en las gestiones realizadas en el sentido de conseguir sede propia para la Corporación”.

    6. Aspecto que presentaba la esquina de Piñango en la parroquia Catedral, a fines de los años 40’s.

    Las gestiones cristalizan cuando en 1939 el Gobierno Nacional, presidido entonces por el General Eleazar López Contreras, donó al Colegio una casa situada en Caracas, entre las esquinas de Piñango y Llaguno (sobre la avenida Norte 6), dedicándose las Juntas Directivas de turno a recolectar fondos entre los asociados para iniciar la construcción del anhelado edificio.

    7. Detalle del «Plano de Caracas y sus alrededores» de 1946 publicado por ESSO donde el punto azul indica la ubicación del terreno donado para la construcción del Colegio de Abogados.

    Finalmente, a instancias del Dr. César González, el Gobierno Nacional, presidido por el General Isaías Medina Angarita, donó al Colegio un terreno situado en la prestigiosa urbanización El Paraíso sobre la avenida José Antonio Páez muy cercano al Hipódromo (inaugurado en 1908), al Liceo Caracas (Cipriano Domínguez, 1936-1939) y la sede de la Sociedad Venezolana de Ciencias Naturales (1931) y donde también ya habían sido construidos como sedes sociales el Club Paraíso (Alfredo Jahn López, 1921-1928) y el Club Venezolano Alemán (Carlos Guinand Sandoz, 1935). El Gobierno además “autorizó la venta de la casa donada por el Gobierno del General López Contreras, con facultad para invertir el producto de esa venta en la edificación de referencia. Encaminada la operación, se logró el precio de noventa mil bolívares. (Bs. 90.000,00)”.

    8. Dos vistas de la fachada del edificio del Colegio de Abogados de Caracas en la actualidad.
    9. Izquierda: escultura de Miguel José Sanz (1756-1814) realizada por Pietro Ceccarelli. Derecha: Busto de Cristóbal Mendoza, abogado y primer presidente de Venezuela.

    Es justamente en el documento que hemos consultado a través de internet donde se destaca que con el dinero obtenido la Junta Directiva elegida en 1942 toma la iniciativa de llevar adelante la realización del proyecto a construirse en El Paraíso, para lo cual “abrieron un certamen entre los ingenieros y arquitectos del país, el cual fue ganado por el Arquitecto Doctor Camilo Arcaya. Procediéndose luego a la colocación de la primera piedra y a dar comienzo a la obra bajo la dirección del dicho Dr. Arcaya”.

    10. Acceso y hall de llegada del edificio sede del Colegio de Abogados de Caracas.

    La propuesta de Arcaya consistió en desarrollar una sobria edificación de una planta cuyo limpio frente hacia la avenida Páez, en el que destaca el acceso y junto a él una escultura del destacado jurista Miguel José Sanz (1756-1814) realizada por Pietro Ceccarelli y un busto de Cristóbal Mendoza (también abogado y Primer Presidente de Venezuela), fue resuelto adoptando con sobriedad un lenguaje que remite al clasicismo usualmente utilizado en edificaciones que han fungido de sedes de instituciones ligadas a la impartición justicia. El programa contemplaría la presencia de las oficinas del gremio, un auditorio, áreas reuniones y una zona recreativa con sus respectivos servicios que cubriría las necesidades propias de un club social.

    11. Edificio sede del Colegio de Abogados de Caracas. Auditorio.

    De resto, como ya insinuáramos al comienzo de la nota, no poseemos más información sobre los entretelones del Concurso (jurado, participantes, plazos, etc.). Sólo sabemos que el edificio se concluyó en 1945 y que “la obra costó la cantidad de ciento ochenta y nueve mil quinientos ochenta y tres bolívares con ochenta céntimos de bolívar (Bs. 189.583,80) incluido el mobiliario nuevo. Tal precio se cubrió con los noventa mil bolívares, producto de la venta de la casa situada de Piñango a Llaguno; con las contribuciones extraordinarias de varios miembros del Colegio; y con setenta mil bolívares obtenidos en calidad de préstamo de la Compañía Anónima de Seguros ‘La Nacional’, gracias a las gestiones realizadas por los miembros de la Junta Directiva de entonces a través del Doctor Néstor Luis Pérez”.

    También hemos conocido que “el acto de inauguración del inmueble y de la toma de posesión de la nueva Junta Directiva tuvo lugar el 30 de diciembre de 1945, a las once de la mañana”.

    12. Edificio sede del Colegio de Abogados de Caracas. Vistas de las áreas recreativas.

    Pasaría de esta manera a tener el tercer más influyente gremio su propia sede luego de que se construyera entre 1939 y 1941 la del Colegio de Ingenieros de Venezuela en el sector Santa Rosa aledaño al parque Los Caobos (ganado también por concurso y proyectado por Luis Eduardo Chataing), siendo seguida por la del Colegio de Médicos del Distrito Federal sobre la Plaza Las Tres Gracias en 1956 diseño de Diego Carbonell.

    13. Camilo Arcaya como presidente del CSB y José Antonio Ron Pedrique como director técnico. Proyecto de Centro Cívico para la Avenida Bolívar de Caracas. Centro Simón Bolívar. Desarrollo integral. Plan de obras y financiamiento, Caracas, 1961.

    En cuanto al ingeniero venezolano Camilo Arcaya, ganador del concurso y proyectista de la sede del Ilustre Colegio de Abogados de Caracas, sabemos que destacó principalmente por su papel como presidente del Centro Simón Bolívar (CSB) dentro de la Junta Directiva nombrada en 1959. Durante su gestión se decidió constituir una Comisión de Estudio integrada por calificados ingenieros, arquitectos y economistas, que se abocaron a realizar los estudios necesarios para determinar el uso racional de las áreas que componían el acervo de la Compañía ubicadas sobre el eje de la avenida Bolívar. Resultado de ello fue la presentación pública el mes de enero de 1961 por parte de Arcaya y del arquitecto José Antonio Ron Pedrique (director técnico del CSB y coordinador de un amplio equipo interdisciplinario) de la propuesta que sirvió de base para la elaboración del Proyecto Definitivo del Centro Cívico de Caracas.

    14. Izquierda: La avenida José Antonio Páez frente al edificio del Colegio de Abogados. Derecha: Vista del Instituto Pedagógico de Caracas desde el edificio del Colegio de Abogados.
    15. Entorno actual y localización del edificio del Colegio de Abogados.

    Desde su puesta en servicio hasta nuestros días el entorno donde se construyó en 1945 la sede del Colegio de Abogados ha sufrido severas transformaciones, principalmente a raíz de la construcción del ramal norte sur del distribuidor La Araña que conduce al Cementerio y El Valle. La ampliación del Instituto Pedagógico de Caracas y su conversión en Universidad Pedagógica Experimental Libertador, importante vecino ubicado frente a la obra que nos ha ocupado, es sin duda una dramática representación del nefasto efecto producido por la autopista sobre la zona donde el sencillo y severo edificio del Colegio de Abogados, con modestia, puede considerarse como referencia.

    ACA

    Procedencia de las imágenes

    Postal. Globovisión (https://globovision.com/article/colegio-de-abogados-de-caracas-reconocio-la-trayectoria-de-sus-agremiados)

    1. La América Española (https://laamericaespanyola.com/2019/06/25/reales-audiencias-americanas/)

    2. REDpatrimonio.VE (https://www.redpatrimonio-ve.com/forum/publicaciones/la-capilla-del-antiguo-seminario-de-santa-rosa-de-lima-de-caracas-vientre-bendito-de-la-patria)

    3. Wikipedia. Antonio José Álvarez de Abreu (https://es.wikipedia.org/wiki/Antonio_Jos%C3%A9_%C3%81lvarez_de_Abreu)

    4. Cámara de Caracas (https://camaradecaracas.com/la-camara-caracas-y-sus-historias/por-aqui-pasaron/sanz-el-licurgo-venezolano/)

    5. @micaracasantigua (https://www.instagram.com/p/CdSB0t9tjhg/)

    6. La Caracas Inolvidable (https://www.facebook.com/groups/586879391415561/posts/4966984890071634/)

    7. Colección Fundación Arquitectura y Ciudad.

    8 y 9. @elgallego33 (https://www.instagram.com/p/DLP352Lsh60/?img_index=1)

    10, 11 y 12. @ilustrecolegioabogadoscaracas

    13. Colección Crono Arquitectura Venezuela; y Entre lo cierto y lo verdadero (https://oscartenreiro.com/2013/12/28/una-pequena-historia-necesaria-ii/)

    14. Ilustre Colegio de Abogados de Caracas (https://www.google.com/maps/place/Ilustre+Colegio+de+Abogados+de+Caracas/)

    15. Capturas de Google Earth