ALGO MÁS SOBRE LA POSTAL nº 68

En 1975, José Antonio Abreu funda la Acción Social para la Música creando años mas tarde el Sistema Nacional de las Orquestas Juveniles e Infantiles de Venezuela (FESNOJIV), en el que hoy participan casi 350.000 jóvenes. El exitoso programa social que ha sabido sortear las dificultades de la crisis venezolana, y sostenerse financiado por el estado, extendiendose dentro y fuera de las fronteras del país, construye su sede en el 2009, financiada por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y proyectada por el arquitecto Tomás Lugo (1943-2016).
Inaugurado en el 2011, el Centro de Acción Social por la música (CASM) emerge como un paralelepípedo inserto en el área de influencia del Parque Los Caobos. Allí se planta como uno de los edificios de mayor relevancia en el contexto de la antigua Calle Real de Quebrada Honda (hoy Bulevar Amador Bandayán), donde predominan edificios temáticos producto de la falta de un plan de ordenamiento que le otorgue sentido al sector.

1. Planta nivel 7

La sede fué concebida como un espacio para la formación de orquestas, donde se integra la academia con otras disciplinas artísticas a fin de promover la difusión del acervo musical artístico nacional y universal. El sentido del programa, fundamentado en la acción social, la masificación de la música y las orquestas, le otorgó al diseño del edificio un carácter austero, con una estructura convencional de concreto armado, aporticada, columnas de sección mínima, vigas altas y materiales de bajo mantenimiento, que en su interior alberga espacios con flexibilidad acústica para acoger distintos géneros musicales.
La necesidades del programa obligaron a que el edificio fuera creciendo exponencialmente según los requerimientos del Maestro Abreu, lo cual obligó a concentrar en un lote de solo 3.000 m2, salas de ensayo, aulas, un gran auditorio, áreas de enseñanza, salones de ensayo instrumental y coral, biblioteca, salas de concierto y teatro, salas de música de cámara, áreas para talleres de fabricación de instrumentos musicales, la sede del Centro Nacional Audiovisual, cabinas de grabación, camerinos, cafeterías, servicios administrativos y una concha acústica al aire libre que finalmente se transformaron en casi 16,000 metros cuadrados de construcción. El edificio pese a todos los recursos formales que utiliza, no supera en calidad espacial, capacidad y diseño al Teresa Carreño, pero sin duda logra en sus salas y en la sala «Simón Bolivar”, transmitir los valores de las artes musicales en un auditorio digno y esplendido, revestido de los mejores materiales, con una acústica notable y la más alta tecnología, a lo que se suman elementos clásicos de la música como el gran organo “Klais” con 3.309 tubos tallados en estaño, plomo y madera.
Su austera materialidad exterior en hormigón y bloques a la vista, contrasta con la fineza que se refleja en el uso de la madera y materiales nobles en el interior de la gran sala y los auditorios.

2. Vista general del edificio

El complejo apuesta al desarrollo vertical del programa, con un volumen conformado por un cuerpo al norte, de once plantas, cercano al Bulevar Amador Bendayán, donde funciona la parte académica del Sistema (aulas y salas de ensayo), estacionamientos y oficinas; y un cuerpo ubicado al sur, hacia el parque Los Caobos, que incluye la gran sala “Simón Bolívar” con cuatro palcos y capacidad para 1.200 personas, asi como la sala “Fedora Alemán”, la anfiteátrica y la concha acústica abierta al parque.

3. Nivel de acceso

Los suelos del primer nivel exhiben la obra «Inducción cromática a doble frecuencia» de Carlos Cruz-Diez (1923), un río cromático que se extiende a las zonas de acceso a la Sala de Conciertos, balcones y pasillos, e involucran al espectador al caminar permitiéndole que perciban nuevas tonalidades con una condición “inmaterial”. El mosaico produce el color aditivo propio de las investigaciones de Cruz-Diez, y conduce a la obra «Gran virtual amarillo» de Jesús Soto (1923-2005).
Por su parte, la obra de Soto, ubicada en la fachada norte del edificio, se percibe como una lluvia bicolor que se inserta a su vez dentro del edificio procurando el lógico diálogo espacial entre el arte y la arquitectura, emulando los valores presentes en el Teatro Teresa Carreño, sin contar con los generosos espacios del icónico edificio. La pieza acompaña al visitante en su recorrido desde el acceso principal de la plaza hasta el vestíbulo que antecede a la sala «Simón Bolívar». El ovoide blanco y amarillo crea un punto focal en el extremo oeste de la fachada norte. Asímismo, la incorporación de la obra de Carlos Cruz-Diez en los revestimientos de las butacas de la sala “Simón Bolivar” constituye tambien un elemento novedoso y singular.

4. Interior de la sala principal

El edificio fue la última gran obra proyectada por Tomas Lugo. Adyacente a ella se construye hoy el Complejo Internacional de Acción Social por la Música Simón Bolívar, proyecto ganado mediante concurso por la firma ADJKM, que aspira a consolidar el sector al norte del Parque Los Caobos como un importante polo cultural en la ciudad.

ACA

Procedencia de las imágenes

Postal, 3 y 4. https://fundamusical.org.ve/galerias-fotograficas/centro-nacional-de-accion-social-por-la-musica-excelencia-artistica-y-accion-social/

1 y 2. González Viso I.; Peña M.I.; Vegas F. Caracas del Valle al mar. Guía de arquitectura y paisaje, 2015

NotiFAC (Contacto nº 33)

La Fundación Arquitectura y Ciudad (FAC) y Ediciones Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad Central de Venezuela (Ediciones FAU UCV) llaman a participar a autores de cualquier parte del mundo en el

CONCURSO DE ENSAYOS

CARACAS

1567-2017

Caracas al llegar a su 450 aniversario luce agotada, descuidada, olvidada, deteriorada, desarticulada y agredida, y a la vez preservada por su inmejorable clima, su inigualable paisaje y el calor de su gente. Por ende, ofrece la oportunidad única de mirarla sin dejar de pensarla, sentirla, mimarla, reivindicarla, desearla, soñarla, recordarla, imaginarla, proyectarla…

El concurso de ensayos Caracas 1567-2017 se convoca con la intención de dejar plasmadas las múltiples lecturas de que puede ser objeto esta ciudad que es eje de nuestros pensamientos, motivo de nuestras angustias y territorio de nuestros pesares, objeto de amor y de odio, siempre verde como la esperanza.

La convocatoria estará vigente desde el viernes 17 de febrero de 2017 hasta el jueves 31 de agosto de 2017.

Se otorgarán 2 premios en efectivo y tantas menciones como el jurado considere pertinentes. Para conocer las bases completas ir a www.edicionesfau.com

LOS AVATARES DE LA MÁS DESCUIDADA ENTRE LAS MÁS IMPORTANTES ESQUINAS DEL PAÍS (I)

El frente norte de la Plaza Bolívar de Caracas, el que va de la esquina de Principal a la de La Torre y, en particular, lo acontecido con esta última, nos permitirá a lo largo de dos entregas ilustrar cómo el desarrollo urbano de nuestra ciudad ha dejado de atender por un tiempo demasiado prolongado lugares que sin duda deberían ser emblemáticos.

1. Primer plano de Santiago de León de Caracas, 1578, dibujado por Antonio Muñoz Ruiz. Detalle del centro fundacional

De entrada podríamos señalar que si observamos el primer plano que se conoce asociado a la fundación de Santiago de León de Caracas, el de 1578 de Juan de Pimentel (1), puede reconocerse fácilmente la importancia que se le dio a los alrededores de la “plaza” (luego Plaza Mayor y hoy Plaza Bolívar) a la hora de ubicar allí los primeros edificios importantes. Así, siguiendo los lineamientos de las Leyes de Indias, el mencionado documento dispone para cada manzana (mediante una división cruciforme a partes iguales) una serie de solares identificados como “casas”, pertenecientes con seguridad a los primeros asignatarios que poblaron la ciudad, destacando en torno a la “plaza” únicamente la palabra “cabildo” (combinada con la palabra “casa” en el cuadrante suroeste de la cuadra ubicada al norte del importante espacio público) y la palabra “iglesia”, en el mismo sitio que hoy ocupa la Catedral, como sustantivos singulares. El poder civil (el legislativo y no el ejecutivo en nuestro caso) y el eclesiástico, de acuerdo a lo normado, son los primeros en posicionarse en el corazón de la ciudad.

2. Plano de la ciudad de Santiago de León de Caracas en el año 1810 por E. Mendoza Solar

Ahora bien, de no ser por el cambio de ubicación que en 1750 sufrió el Cabildo al cuadrante diagonal en el que originalmente se encontraba (distintas localizaciones pero una misma esquina: la inicialmente nombrada de «Casas Capitulares», luego de la «Guardia Principal» y finalmente de «Principal»), donde construye su nueva sede al sur a la ya existente “Cárcel Real”, quizás el frente norte de la Plaza Mayor no hubiese pasado al segundo plano que ocupó a lo largo de siglo y medio. De hecho, para corroborar el inicio de dicha venida a menos, en el “Plano de Santiago de León de Caracas” de 1810 se asocia al espacio correspondiente a la localización original del ayuntamiento la leyenda “(en construcción) para Autoridades” cosa que de hecho no sabemos si ocurrió así. (2)

3. Casa Amarilla, 1947
4. Casa Amarilla, Caracas, 2005

Por otro lado, como se sabe, el edificio del “Ilustre Ayuntamiento” estuvo vinculado a los acontecimientos del 19 de abril de 1810 y, luego de verse seriamente afectado (junto a la cárcel que lo acompañaba) por el terremoto de 1812 y quedado en el más absoluto abandono, será comprado por el gobierno de José Antonio Páez a la Municipalidad para, después de demolerlo, elevar allí la “Casa de Gobierno” en 1841. Posteriormente (1874), durante el septenio guzmancista, Juan Hurtado Manrique se encarga de remodelar la Casa de Gobierno dotándola del aspecto que hoy presenta como Ministerio de Relaciones Exteriores o “Casa Amarilla” (3 y 4), luego de haber sido entre 1877 y 1904 la “Mansión del Presidente de la República”, uso que será trasladado al Palacio de Miraflores ante la necesidad de contar a raíz del terremoto de 1900 con una edificación a prueba de sismos.

5. Vista de la antigua Plaza Bolívar de Caracas hacia la esquina de Principal después de tumbados los protales. Circa 1866
6. Antiguo frente de la Catedral, la esquina de La Torre y la Plaza Bolívar de Caracas después de tumbados los protales. Circa 1866

La evolución demorada del frente norte de la Plaza se puede corroborar a través de dos fotografías recogidas en la primera parte de Caracas a través de su arquitectura (1969) desarrollada, como se sabe, por Graziano Gasparini: la primera (5) cercana a 1866 “cuando se estaba ultimando la demolición del mercado colonial construido en 1755 por el gobernador Ricardos”, denota la existencia de una edificación de dos plantas donde funcionaba la Oficina de Telégrafo Nacional (o Casa de Correos) en la ubicación “fundacional” del cabildo (el medio cuadrante correspondiente a la esquina de Principal); y la segunda (6), de la misma época, en la que se observa la vivienda de una planta que ocupaba el frente correspondiente a la esquina de La Torre, diagonal a la Catedral.

7. Museo de Historia Natural (1899) que luego hospedó a la Biblioteca Nacional (1903) y al Museo Bolivariano -o Boliviano- (1911). Arquitecto Alejandro Chataing

De tal manera que no será sino hasta el último lustro del siglo XIX cuando se produzcan la primeras acciones tendientes a dignificar la fachada que nos ocupa. En 1899, en un segmento del frente asociado a la esquina de Principal, Alejandro Chataing diseña un pequeño, ecléctico y recargado edificio (7) destinado a albergar el Museo de Historia Natural que luego hospedó a la Biblioteca Nacional (1903) y al Museo Bolivariano -o Boliviano- (1911) y que posteriormente fue usado, demostrando una flexibilidad muy lejana a su talante, como sede de la Prefectura de Caracas dependiente de la Gobernación del Distrito Federal (hoy se encuentra ocupado por el “Gobierno del Distrito Capital”). Se producía así, sin ningún tipo de consideración histórica, la primera fragmentación del solar fundacional destinado al cabildo de manos, casualmente, de un ente público.

8. Edificio de la Gobernación del Distrito Federal. Propuesta para todo el frente norte de la Plaza Bolívar. Gustavo Wallis en colaboración con los arquitectos franceses Lahalle y Levard. 1933

Más tarde, en 1933, al decretarse la construcción del Palacio de la Gobernación de Caracas (proyecto de Gustavo Wallis en colaboración con los arquitectos franceses Lahalle y Levard) demoliéndose lo que quedaba del mutilado edificio que albergó la Oficina de Telégrafo Nacional, se completa el fragmento restante correspondiente a la esquina de Principal con un uso similar al señalado en el plano de 1568, operación que pareciera tener visos de reivindicación histórica. Para reforzar esa apreciación valga añadir que el mencionado decreto sentaba las pautas no sólo de la construcción del Palacio sino de las cuadras adyacentes a la Plaza Bolívar, normativa que no se cumplió a cabalidad pero que, sin embargo, se ve plasmada en el dibujo de lo que sería la fachada entera al norte de la Plaza Bolívar, demostración (más allá de su marcado academicismo) de una intervención integral que preveía recuperar la dignidad y unidad que dicho frente debía tener (8). Para lograrlo se proponía eliminar el edificio de Chataing y el del Gran Hotel Venezuela que desde 1895 ocupaba el cuadrante noroeste correspondiente a la esquina de La Torre, lugar que da origen al título de esta crónica.

9. Museo Boliviano y hotel Klindt. Fachada norte de la Plaza Bolívar, de principal a La Torre, Caracas. Tarjeta postal. 1910
10. Esquina de La Torre, Caracas. Circa 1910
11. Gran Hotel Klindt, Esquina de La Torre a Principal, Caracas.1910
12. Gran Hotel Klindt, Esquina de La Torre, Caracas. Circa 1908

Aterrizando en el lote sobre el cual finalmente nos interesar ahondar, conviene señalar que en 1906 el Gran Hotel Venezuela se reacondiciona, cambia de dueño y pasa a denominarse Hotel Klindt. Se trataba de un volumen de tres pisos, atribuido al ingeniero español Franco López, dotado de un lenguaje ecléctico con remembranzas renacentistas, sin grandes ambiciones en cuanto a reconocer su envidiable localización en esquina, que se diseñó buscando hacer coincidir la modulación en vertical de su fachada con la altura de los balcones y cornisas de los edificios que compartían la cuadra: el de Chataing y el resto de la construcción decimonónica de dos plantas que para la fecha aún permanecía en la esquina de Principal (9, 10, 11 y 12). El hotel ofrecía hacia la calle cuatro locales comerciales que fueron ocupados por diversos usos, entre otros por la Barbería “Paoli”, la Botillería “La Iberia”, la Agencia de Lotería “La Central” y un salón de billares, siendo tal vez el más recordado el correspondiente a la Cervecería “Strich” (algún tiempo después, Cervecería “Donzella”), punto de encuentro durante años de la sociedad caraqueña. Posteriormente, en 1931, 4 años después de la muerte de su propietario, el edificio del Hotel Klindt es vendido y remodelado para ser utilizado para oficinas, cambiando su nombre por el de Edificio Washington, siendo finalmente derribado en 1957 (a las puertas del inicio del período democrático), con el objetivo de construir un inmueble que complementase el funcionamiento de la Gobernación del Distrito Federal.

13. Vista de la Catedral y la esquina de La Torre, Plaza Bolívar, Caracas, 1967

Es justamente a partir de la demolición del Edificio Washington y del vacío que deja en el lugar que ocupaba (13), cuando comienza la etapa más triste y accidentada relacionada con el solar ubicado en diagonal con la torre de la Catedral de Caracas, de cuyo relato nos ocuparemos la semana entrante.

ACA

Procedencia de las imágenes

1. González Viso I.; Peña M.I.; Vegas F. Caracas del Valle al mar. Guía de arquitectura y paisaje, 2015

2. https://mariafsigillo.blogspot.com/2016/04/caraquenos-otra-epoca-empieza.html

3. https://mariafsigillo.blogspot.com/2011/02/la-casa-amarilla.html

4. https://ciberturista.com/caracas/casa-amarilla-de-caracas/

5, 7 y 13. Gasparini G. y Posani J. P.; Caracas a través de su arquitectura, 1969

6. https://twitter.com/gfdevenezuela/status/960189088753217537?lang=ca

8. Galería de Arte Nacional. Wallis/Domínguez/Guinand. Arquitectos pioneros de una época, 1998

9. https://www.pinterest.com/pin/743164375986891298/?nic_v2=1a6F4m0Wq

10. https://caracashermosadotcom.wordpress.com/2016/08/02/gran-hotel-klindt/

11 y 12. https://twitter.com/gfdevenezuela/status/1056553943013228545

NOVEDADES EDITORIALES DE AQUÍ Y DE ALLÁ

La Historia de la Ingeniería Estructural en Venezuela (Volumen I)

José Grases, Arnaldo Gutiérrez y Rafael Salas Jiménez


Fondo Editorial de la Academia Nacional de la Ingeniería y el Hábitat
2017

El pasado 25 de mayo en la sede del Colegio de Ingenieros de Venezuela fue presentado el libro La Historia de la Ingeniería Estructural en Venezuela (Volumen I), significativo esfuerzo iniciado hace 8 años por reconstruir y ordenar los orígenes, evolución y aportes de esta importante disciplina.
La obra que ya podía ser consultada desde el 2016 en la página de la Academia Nacional de la Ingeniería y el Hábitat (http://www.acading.org.ve/) ha logrado ahora llegar a los interesados de forma impresa, a pesar de las enormes dificultades que al día de hoy ello implica, dándose así inicio a través de su venta a la generación de un fondo que permitirá paulatinamente publicar los 4 tomos que la constituyen.
El libro consta de 615 páginas y se encuentra dividido en cuatro partes: una síntesis sobre el contenido de  los 4 volúmenes; las minibiografías (cerca de 200) de ingenieros destacados en esa especialidad; una colección de unos 400 títulos comentados, en los que se incorpora el índice de autores y coautores, de trabajos publicados en Venezuela sobre temas de Ingeniería Estructural, manuales, normas y otros; y, por último, las fichas de 1500 referencias consultadas, que abarcan el período 1850-2015, en su gran mayoría trabajos presentados en congresos, textos con fines pedagógicos, investigación de sistemas novedosos, lecciones de sismos venezolanos, etc. De la última parte destaca particularmente su utilidad para quienes están estudiando temas afines.
Tal y como los autores recogen en la presentación general: “Esta Memoria (…) en múltiples aspectos puede considerarse continuidad de la obra pionera que elaboró y coordinó el doctor Eduardo Arcila Farías, Historia de la Ingeniería en Venezuela, publicada en dos volúmenes con ocasión del primer centenario de la fundación del Colegio de Ingenieros de Venezuela (CIV) el año 1961.
Ese bien sustentado texto se extiende desde los inicios de la Colonia hasta el fin de los días del general Gómez en 1935. Por tanto, la presente Memoria se centra en los subsiguientes decenios del siglo XX, lapso durante el cual Venezuela ha disfrutado de una bonanza petrolera que facilitó el crecimiento del país y exigió la participación de los profesionales de la Ingeniería. Basta señalar que en los últimos 70 años el número de profesionales inscritos en el CIV pasó de poco menos de 400 a más de 180.000, y el número de especialidades registradas en el CIV se ha multiplicado: en 1925 el 99% de los inscritos se calificó como Ingeniero Civil, porcentaje este que para 2007 no alcanzó el 20%.”
La importancia de este logro de enorme valor para el conocimiento y el estudio de la disciplina puede resumirse, como señalan los autores, y a diferencia de lo que se piensa comúnmente, en cómo “el reconocimiento de la naturaleza incierta de muchos de los parámetros que se manejan en la Ingeniería moderna, es considerado como uno de los grandes avances de la Ingeniería Estructural durante el siglo XX”.

ACA