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ALGO MÁS SOBRE LA POSTAL Nº 288

Diseñada por Celina Wiesenfeld de Bentata para la Constructora Sambil (donde trabajó durante 27 años y formó allí el Departamento de Arquitectura), lo que permite afirmar que se trata de la arquitecta venezolana que tal vez tiene mayor cantidad de metros cuadrados construidos, la Torre La Primera constituye su primera obra de importancia y la que refleja con mayor fidelidad los principios con los que fue formada en la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la UCV, de donde egresó en 1961.

1. La cuadra al norte de la Av. Francisco de Miranda que transcurre entre la Av. Los Cortijos y la 2ª Avenida de Campo Alegre. De izquierda a derecha: la Torre Europa, la Torre Seguros Venezuela, la Torre Roraima y la Torre La Primera (en primer plano).

El edificio ocupa la esquina este de una de las cuadras de mayor calidad de las que conforman la avenida Francisco de Miranda, tanto por la condición coral como por la calidad individual que aporta cada una de las piezas que la componen. El segmento al que nos referimos, que transcurre al norte del importante eje vial entre la avenida Los Cortijos y la Segunda Avenida de Campo Alegre, comenzó a conformarse en 1957 con la construcción en el centro y casi al unísono de las torres Seguros Venezuela (Eugene F. Renger) y Roraima (Natalio Yunis) las cuales dictaron la pauta en cuanto a tipología, escala, altura y alineamiento que posteriormente fue seguida al completarse por la obra que hoy nos ocupa (1973) y finalmente por la Torre Europa (Carlos Gómez de Llarena y Manuel Fuentes, 1975), siendo de todos ellos el edificio proyectado por Bentata el único que transgrede ligeramente el orden urbano al retirar su cuerpo vertical y a la vez mantener la continuidad con su volumen bajo destinado a albergar la sede principal de la Entidad de Ahorro y Préstamo que le dio nombre.

Una aproximación descriptiva a la Torre La Primera, apoyada en lo publicado en la revista PUNTO nº 51 (abril 1974), nos permite decir que cuenta con 2 sótanos (que albergan 190 vehículos); un semi-sótano (para otros 20 automóviles) que además tiene capacidad para un restaurant y cafetería con acceso directo desde la calle y varios locales comerciales; planta baja y mezzanina (donde opera la agencia bancaria); una primera planta tipo, con terraza (pensada como futura ampliación de la entidad financiera); catorce plantas tipo de 700 m2 cada una que conforman la torre (con posibilidad de ser subdivididas en 2, 4, 6 u 8 partes según sea necesario), y como remate un pent-house.

2. Torre La Primera. Izquierda arriba: Planta de techos (situación). Izquierda abajo: Planta baja. Derecha arriba: Corte sentido norte-sur. Derecha abajo: Corte sentido este-oeste.

Por otro lado, el núcleo de circulación y de servicio del edificio fue colocado en el centro de la planta, decisión que facilitó la subdivisión de las oficinas e hizo eficiente el uso de los 3 ascensores más uno de carga, la escalera, ductos de basura y los sanitarios que contiene.

En el diseño de la envolvente exterior, Bentata recurre a plantear un sistema de protección solar para los ventanales del edificio correspondientes a las fachadas sur y norte, el cual opera como una segunda piel, separada del prisma habitado y se apoya sobre el entramado estructural que ocupa el primer plano. Las dos fachadas restantes son ciegas y hacia ellas se dispusieron dos pequeños núcleos de sanitarios como apoyo a cualquiera de las subdivisiones que se decidan hacer en la planta tipo.

3. Torre La Primera. Izquierda arriba: Planta tipo. Izquierda abajo: Detalle del sistema de protección solar. Derecha: Fachada sur.

Pensada bajo criterios de máxima racionalidad constructiva, sobriedad y corrección, la Torre La Primera fue construida en concreto armado obra limpia utilizando una retícula estructural de 8,40 x 6,65 mts lo que le ofrece máxima flexibilidad a las plantas de oficinas.

El ingreso al edificio desde la Av. Miranda está planteado con la finalidad de resolver la esquina a través de escalinatas y jardineras dispuestas a manera de transición entre la calle y la planta baja.

Perteneciente a una etapa de su trayectoria en la que Bentata se movía, según sostiene William Niño Araque en “Celina Bentata. Tránsito de la modernidad, cuestionamiento de un lenguaje”, artículo aparecido en el nº 49 de la revista C.A.V. (abril 1986), en la dialéctica forma-función donde la “funcionalidad de lo bello” se soporta “en la creencia de una resemantización inmediata e independiente de convenciones culturales”, en la Torre La Primera se maneja un lenguaje que le “confirió a la eficiencia de lo moderno, la capacidad de expresar a través de la arquitectura, los valores de una época y sus referencias iconográficas, visualizadas todas por medio de los objetos de alto nivel de acabado”.

Unos años más tarde, al ser entrevistada por la periodista Yasmín Monsalve, Bentata le manifestó lo siguiente con respecto a la manera como procedía al hacer arquitectura: “Hay algo que está amalgamando todo el eclecticismo para ofrecernos una arquitectura propia… Yo soy moderna por formación y quizá por modo de ser. Indiscutiblemente nadie es ajeno a las influencias de las diferentes tendencias que existen en todas partes del mundo. Pero siempre prevalece el vocabulario propio que forma parte de lo que uno ha estudiado y desarrollado y de su modo particular de ser”.

4. Cinco edificio de Celina Bentata realizados en diferentes momentos, todos en Caracas. Arriba izquierda: Residencias Aldoral, Los Palos Grandes, 1984. Arriba derecha: Conjunto residencial Doral Castellana, La Castellana, 1988. Abajo izquierda: Torre Shell (hoy BFC), El Rosal, 1990. Abajo centro: Centro Lido, Av. Francisco de Miranda, El Rosal, 1989. Abajo derecha: Torre Banesco, El Rosal, 1991.

De allí que su obra posterior a la Torre La Primera se vea afectada, según Niño Araque, ya no por la dialéctica forma-función sino por la dialéctica forma-figura que empezará a incorporar “la influencia de la crítica internacional de final de los setenta”, evidente en los proyectos de tres edificios de vivienda multifamiliar realizados en 1982: “Aldoral”, “Doralta” y “Negrín”. “La relevancia que en esos proyectos adquiere la construcción de la planta va ligada a una doble y contradictoria opción previa; por una parte el plano como generador de la arquitectura, por la otra, la imagen exterior de constantes más trascendentes que las transmitidas por los cánones de la modernidad”. De allí a que Bentata asumiera en buena parte la representatividad del fachadismo posmoderno en la arquitectura residencial caraqueña sólo había un paso.

Celina Bentata fue uno de los Directores fundadores el año 1988 de la Fundación Museo de Arquitectura junto con Hélène de Garay, William Niño, Martín Padrón, Juan Pedro Posani, Jorge Rigamonti, José Miguel Roig, Leszek Zawisza y Fernando Tábora.

En 1988 Celina Bentata creó su propia oficina asociada con su hija Tania Bentata de Aserraf  que se conoce como «Arquitectura Bentata» desde la cual obtuvo un éxito inmediato y el reconocimiento del gremio por ser una de las pioneras en su género junto a Maricarmen Sánchez y Hélène de Garay. Bajo su firma personal aparecen, entre otros, el Centro Lido (1989), La Torre Shell (1990, actual torre BFC) y la Torre Banesco (1991), además de un sinnúmero de conjuntos habitacionales.

5. Izquierda: Poster de la exposición “Celina Bentata. Arquitectura, Proyectos y Obra”, Museo de Arte Contemporáneo de Caracas Sofía Imber, 1999. Derecha: Portada del libro America Latina. Architettura, gli ultimi vent’anni de Jorge Francisco Liernur, 1990

Es de resaltar el hecho de que en 1999 el Museo de Arte Contemporáneo de Caracas Sofía Imber realiza la exposición “Celina Bentata. Arquitectura, Proyectos y Obra” en la sala 11 durante los meses de agosto y septiembre cuyo catálogo es adquirido en 2004 por la  T.E.C.H. University Library de Texas y por la Berkeley Library University of California, U.S.A.

Bentata fue seleccionada con otros cinco arquitectos venezolanos para el capítulo dedicado a Venezuela en el libro America Latina. Architettura, gli ultimi vent’anni de Jorge Francisco Liernur, publicado por Ediciones Electa en 1990. También fue postulada por el Colegio de Arquitectos de Venezuela (CAV) para el Premio Nacional de Arquitectura que otorgaba el CONAC en dos oportunidades 2004-2005 y 2006.

En 2010  «Arquitectura Bentata» participó en la exposición organizada por el CAV, la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la UCV, la Universidad Simón Bolívar y Espacio Capuy, titulada “5 décadas de Arquitectura Venezolana” siendo el panel presentado seleccionado para ser expuesto en la ciudad de Medellín, Colombia. En 2014 recibió la condecoración Orden Carlos Raúl Villanueva del CAV.

Por la Torre La Primera la arquitecto Bentata obtuvo el premio Municipal del Distrito Sucre en la V Bienal de Arquitectura de Venezuela en 1973. También el edificio fue registrado en el I Censo del Patrimonio Cultural Venezolano 2004-2005 por el Instituto del Patrimonio Cultural como Bien de Interés Cultural de la Nación, publicado en la Gaceta Oficial de la República Bolivariana de Venezuela N. 38.234 de fecha 22 de julio de 2005 como una de las manifestaciones tangibles.

ACA

Procedenia de las imágenes

Postal y 5. Colección Crono Arquitectura Venezuela

  1. https://www.sosbrutalism.org/cms/18832098

2. Torre La Primera. Revista PUNTO nº 51 (abril 1974)

3. Torre La Primera. Revista PUNTO nº 51 (abril 1974) y https://www.sosbrutalism.org/cms/18832098

4. Colección Crono Arquitectura Venezuela y https://www.constructorasambil.com/centro-lido/

ALGO MÁS SOBRE LA POSTAL Nº 264

Cuando la semana pasada nos referimos al lugar ocupado por el Centro Comercial Los Palos Grandes (o “Canaima”) dentro de una posible evolución de ese tipo de edificación en la capital, adelantábamos el importante sitial ocupado por el Centro Comercial Chacaíto. Hoy nos correspondería añadir que este emblemático edificio marca un antes y un después tanto en la manera como fue concebida su organización y resuelta su implantación en el sitio donde le ha correspondido estar, como por el impacto que su apertura aportó a la manera de entender su trazado y el rol que puede jugar un grupo concentrado y diverso de comercios dentro de la trama de la ciudad. Se trata de una obra aleccionadora que, sin duda, envió un claro mensaje sobre la integración que debe darse entre un edificio de esta naturaleza, el trópico, la ciudad y el usuario el cual tuvo una consideración privilegiada.

1. Centro Comercial Chacaíto. Plano de ubicación

El lugar donde se desarrolló el centro comercial, al este de la quebrada Chacaíto, límite natural entre lo que antes era el Distrito Federal y el Distrito Sucre del estado Miranda (o, en la actualidad, entre los Municipios Libertador y Chacao), no sólo ofrecía las ventajas que otorga su condición de nodo articulador urbano de fácil acceso, sino que imponía un complejo reto a la hora de enfrentar la topografía, sectorizar los usos que debía albergar, resolver mediante un esquema claro la relación entre el vehículo y el peatón, y decidir cómo responder a los dos frentes que lo limitan: al norte la avenida Francisco Solano López, y al sur lo que para entonces era el fin de la Calle Real de Sabana Grande y el inicio de la avenida Francisco de Miranda.

Producto de parte de la venta de los 50.000 m2 de terreno que conformaban la antigua Hacienda Sans Souci, los 23.000 m2 que conforman el lote trapezoidal que se destinó al centro comercial, se separan de los 33.000 m2 que darían pie a un importante desarrollo habitacional que tomó el nombre de la hacienda, diseñado por José Miguel Galia, por la ya mencionada avenida Solano, vía que comunicará la Av. Principal de la urbanización El Bosque con la urbanización Las Delicias de Sabana Grande.

El proyecto, encargado al arquitecto Antonio Pinzani (1927-2009), construido entre 1965 y 1968, que contó con la participación de los ingenieros Sergio Piccín y Antonio Froyo en el diseño estructural, enfrentó con gran sabiduría la articulación de las complejas situaciones que presentaba el nodo de Chacaíto ideando un conjunto abierto al clima, con amplios corredores peatonales separados del automóvil que permitían recorrerlo disfrutando a la vez de lo que sus vitrinas mostraban.

2. Arriba: Planata baja y planta alta del Centro Comercial Chacaíto. Abajo: Dos vistas desde las áreas de estacionamiento de cada uno de las dos plantas en fechas cercanas a su apertura.

Conformado por dos grandes piezas, una en forma de “L” que ocupa los linderos norte y este, y otra con planta cuadrada ubicada al sur-oeste, el centro comercial se divide en 3 niveles: sótano (donde se combinan estacionamientos y comercios); planta baja comercial (con fuentes de soda y una plaza central luego convertida en estacionamiento), y planta alta (que tiene usos comerciales y oficinas con área de estacionamiento independiente al norte). Inicialmente tuvo 97 tiendas y contaba con un total de 600 puestos para automóviles.

El nivel superior del cuerpo en “L”, donde destaca al oeste el volumen destinado al supermercado (ocupado finalmente por la cadena Central Madeirense que para la época ya se convertía en la competencia de CADA), conecta la avenida Francisco Solano López por medio de escaleras y una rampa al nivel principal (planta baja comercial). La segunda pieza, rodeada por cómodos pasillos y abierta la calle, contempla la existencia de un espacio central a doble altura donde el tratamiento de la luz se convierte en protagonista. En general, las tiendas ordenadas a partir de corredores perimetrales sin cerramientos, que mantienen al paseante entre las vitrinas y el exterior, junto a unos letreros comerciales de alta calidad gráfica, fueron claves en su imagen vanguardista en los años 70.

3. Vistas de algunos de los espacios del Centro Comercial Chacaíto. Arriba a la izquierda: el muy conocido (hoy desaparecido) Le Drugstore.

El centro comercial, ubicado, como ya se dijo, en un punto neurálgico de la ciudad y de interconexión del transporte público, facilitó el desarrollo y éxito de diversos comercios “ancla”. Al ya mencionado supermercado, se sumaron fuentes de soda (como El Papagayo y el Ovni), librerías (como El Acento y Lectura), varias agencias bancarias, cines (como los tres “cinemas” ubicados en el sótano), un teatro, discotecas (como El Hipocampo a nivel de la Solano y la Eva en el sótano), tiendas que representaban a las mejores marcas (Carnaby Street, Wilco, Adams o Vogue) y muy especialmente Le Drugstore, espacio de ambientación juvenil que ofrecía en su interior, además de una fuente de soda que destacaba por la originalidad de sus platos y el nombre que llevaban, una cantidad de mini tiendas destinadas, entre otras, a la venta de discos, tarjetería y cerrajería, todo bastante alejado de lo que su nombre parecía sugerir.

Recién inaugurado, el conjunto de 45.000 m2 de construcción, cuyo diseño original proponía la realización de una torre de oficinas sobre el centro comercial (la cual fue desechada), se convirtió de inmediato en ícono comercial en Caracas.

Antonio Pinzani, graduado de arquitecto en 1953 en la Universidad de Venecia, Italia, quien revalidó su título en la FAU UCV en 1963 y siempre estuvo muy vinculado a la colonia italiana en nuestro país, alcanzó con el Centro Comercial Chacaíto su obra más lograda y se abrió paso para que posteriormente fuera considerado para diseñar la Escuela Técnica de Catia (1972) y el Unicentro El Marqués (1973) edificaciones que, pese a variar sus usos y sus escalas tienen claras vinculaciones con el de Chacaíto en cuanto al tratamiento espacial, volumétrico y ambiental. Más adelante se le contratará para proyectar la sede del Centro Social Ítalo-Venezolano (1980) y luego, asociado con Giampiero Pierucci Renta, a través de Pinzani + Pierucci, en 1991 el Edificio Sede Gerencial La Castellana; en 1995 el Centro Comercial La Colina, San Antonio de los Altos (estado Miranda); en 1996 el edificio sede de la Casa Oliveira, en Boleíta Norte; y en 1999 el Centro Comercial Santa Fé.

4. Dos tomas de la fachada sur del Centro Comercial Chacaíto hacia 2014
5. La Plaza Brión de Chacaito.

Luego de la inauguración del Metro en 1983, Chacaíto acentuó su condición de nodo dentro de la ciudad y los alrededores del centro comercial se vieron beneficiados por prolongación de la peatonalización del Bulevar de Sabana Grande y la creación de la Plaza Brión ubicada sobre la estación del subterráneo. No obstante, su condición de edificio permeable le ha traído, en momentos en que el deterioro de la ciudad ha ido en franco aumento, problemas para poder defenderse de la inseguridad, y lo que antes fue lugar de referencia por la variedad y calidad de los usos que ofrecía hoy ha dejado de lado el toque de exclusividad que lo distinguía a favor de una mayor mimetización con lo que existe en su entorno.

Acreedor del Premio Municipal del Distrito Sucre en 1970 en la IV Bienal Nacional de Arquitectura, a pesar de sus años y alteraciones, y de la imposición de la nueva tipología del “mall” (ensimismado y aislado de su entorno) que introdujo una nueva forma de vivir la ciudad, tal y como se señala en Caracas del valle al mar. Guía de arquitectura y paisaje (2015) el de Chacaíto “sigue siendo considerado por muchos, desde el punto de vista arquitectónico, como el mejor centro comercial de la ciudad”.

ACA

Procedencia de las imágenes

Postal. Colección Crono Arquitectura Venezuela.

1, 2 arriba y 3 arriba derecha. Mariano Goldberg, Guía de edificaciones contemporáneas en Venezuela. Caracas. Parte 1, 1980

2 abajo. https://i.pinimg.com/originals/96/fe/02/96fe025c42d20858f25b04887a970095.jpg y Colección Fundación Arquitectura y Ciudad

3. https://elestimulo.com/bienmesabe/le-drugstore-el-espiritu-caraqueno-de-los-70/ y Colección Fundación Arquitectura y Ciudad

4 arriba. http://guiaccs.com/obras/centro-comercial-chacaito/

4 abajo. https://venezuela.bienesonline.com/ficha-local-venta-caracas-distrito-federal_LOV110199.php

5. https://es.wikipedia.org/wiki/Plaza_Bri%C3%B3n

¿SABÍA USTED…

…que en 1967 se concluye la construcción en Chuao, Caracas, del edificio “Alcaraván”?

1. El Alcaraván visto desde la la Av. Principal de El Cafetal. Años 1960

Con el Alcaraván, proyectado en 1965, la firma DGR (Edmundo Díquez, Oscar González y Luis Rivas) lleva a cabo una muy interesante exploración relacionada con la posibilidad de desarrollar apartamentos en propiedad horizontal que, en la medida de lo posible, tuvieran todas las comodidades de una quinta y por ende estuviesen destinados a una clase con un determinado poder adquisitivo.

También forma parte de un momento (los mediados años 60 del siglo XX) en el que empiezan a destacar una serie de jóvenes arquitectos venezolanos, recién egresados de la Escuela de Arquitectura de la UCV, que son catalogados por Juan Pedro Posani como integrantes de lo que denominó como el “eclecticismo criollo” primero y el “eclecticismo como sistema” después, donde, dejando de lado muchas veces el reconocimiento de la enorme calidad que como diseñadores poseían, se empeña en buscar semejanzas en cuanto a la manera como replican a maestros de la arquitectura internacional.

Sin embargo, Posani en Caracas a través de su arquitectura (1969) al referirse al Alcaraván y sus arquitectos señalará lo siguiente: “Las referencias a los modismos de Louis Kahn son elaboradas con coherencia y sin dejar que se conviertan en elementos autónomos en el plano estético en esta obra de notable integridad formal y de alta calidad de diseño. (…) Si todavía fuese lícito hablar de ‘estilo’ en los términos acostumbrados de la vieja crítica formal, la obra de estos arquitectos podría ser un perfecto ejemplo de aplicación. En efecto, en ella se manifiesta la concepción más acabada de la forma entendida como supremo valor de realización de la eficiencia funcional del diseño.”

De esta manera, DGR en el Alcaraván estarían siguiéndole los pasos a Louis Kahn pero a la vez abriéndose camino propio por la manera como trabajan la volumetría a favor de contar con ángulos visuales en los que predomina lo cerrado y otros en los que se impone lo abierto y en todos una lectura que tiende a la verticalidad; enfrentan el diseño funcional de la planta donde cada elemento busca tener identidad formal propia; resuelven sin sobresaltos la articulación entre las piezas que lo constituyen; y manejan con maestría el tratamiento de los llenos y vacíos a favor de una confortable y fluida calidad espacial. Como dirá Mariano Goldberg en Guía de edificaciones contemporáneas en Venezuela. CARACAS. Parte 1 (1980) “independientemente de sus cualidades formales, el perímetro (del edificio) surge como consecuencia de la función y de la orientación de los ambientes. Los frecuentes entrantes y cambios de volumetría resultan en una ventaja desde el punto de vista de protección climática; no así por la retención de los molestos ruidos procedentes desde la avenida.”

2. Edmundo Díquez y Oscar González. Izquierda: Perspectiva de la propuesta ganadora de concurso nacional para el pabellón que representaría a Venezuela en la Feria Mundial de Nueva York inicialmente pautada para 1962. Derecha: Foto del pabellón construido producto de la segunda propuesta realizada para la Feria, abierta finalmente entre 1964-65

Dentro de la trayectoria de DGR el Alcaraván se podría considerar como una obra temprana. Díquez, graduado en la promoción 8 de 1958 y González egresado de la 9ª en 1959 (Rivas, graduado en la promoción 10 de 1960, aún no se había integrado al equipo), obtienen su primer reconocimiento importante al ganar en buena lid, enfrentando a un relevante grupo de arquitectos con mayor experiencia, el primer concurso nacional convocado en democracia por la Sociedad Venezolana de Arquitectos y el Ministerio de Obras Públicas, destinado a seleccionar el pabellón que representaría a Venezuela en la Feria Mundial de Nueva York inicialmente pautada para 1962 y realizada finalmente entre 1964-65. En aquella ocasión tuvieron que diseñar por razones de costos un segundo proyecto diferente al que resultó ganador del concurso, trabajo que, sin embargo, fue reconocido por el American Institute of Architecture (AIA) de los EEUU con una Mención Honorífica.

3. Cinco obras realizadas por DGR (Díquez, González y Rivas). Arriba izquierda: Monumento conmemorativo del Sesquicentenario de la Batalla de Boyacá (1971). Arriba derecha: edificio General de Seguros (1974). Centro izquierda: edificio Atrium (1991). Centro derecha: ampliación del hotel Caracas Hilton (1984). Abajo: Sede Latinoamericana de Procter & Gamble (1998)

Después, como DGR, Díquez, González y Rivas realizarán una serie de trabajos que los posicionarán entre las mejores oficinas de arquitectura del país. Entre otros, se encuentran: el Monumento dedicado a conmemorar el Sesquicentenario de la Batalla de Boyacá, avenida Cota Mil, Caracas (1971); el edificio General de Seguros, Chuao, Caracas (1974); la ampliación del hotel Caracas Hilton, Plaza Morelos, Caracas (1984); el edificio Atrium, El Rosal, Caracas (1991); la Sede Latinoamericana de Procter & Gamble, La Trinidad, Caracas, (1998); y el Conjunto Residencial Caurimare Tepui, Caracas, (2001).

4. Edificio El Alcaraván. Arriba: planta de ubicación y planta tipo. Centro y abajo: diversas vistas desde el exterior

Ubicado en el cruce de la Av. Principal de El Cafetal con la Av. Principal de Santa Marta, el Alcaraván aprovecha al máximo su localización para convertirse en hito vertical y remate visual, cosa que también hace residencias Patricia de José Miguel Galia desde la acera de enfrente.

Tiene en la planta baja el hall de acceso, la sala de fiestas, la conserjería y los maleteros; 11 pisos tipo servidos por dos ascensores con dos apartamentos cada uno los cuales están dispuestos “en espejo”, separados por una junta de construcción. Cada apartamento tiene un vestíbulo, cocina, lavandero, comedor, sala, terraza, un estar íntimo y tres habitaciones, la principal con vestier y baño incorporado. Las dos habitaciones y las áreas sociales comparten el otro baño.

El edificio remata con un pent-house y otro nivel con la sala de máquinas de los ascensores y servicios. La fachada plegada ortogonalmente refuerza la percepción prismática del volumen, aumentando visualmente su altura y protegiendo las aberturas hacia el exterior de la insolación, sin reducir visuales ni ventilación.

El proyecto obtuvo el Premio en la categoría “Vivienda Multifamiliar” de la III Bienal de Arquitectura de 1967, año en el que al Banco Central de Venezuela de Tomás José Sanabria se le otorgó el Premio Nacional.

DGR construirán adyacente al Alcaraván un segundo edificio, el Papagayo, que debió ser modificado por exigencias de cálculo luego del terremoto de 1967, formando parte ambos de una trilogía que no se completó.

El Alcaraván fue seleccionado por los editores de Architectural Design entre las obras que se incluyeron como integrantes del artículo central de 26 páginas dedicado a “Venezuela” en el Volumen XXXIX de agosto 1969, trece años después que ocurriera otro tanto en febrero de 1956 (Volumen XXVI).

El editor invitado, Walter Bor, arquitecto y planificador urbano, en su presentación de los diferentes textos incluidos en 1969, citando a Manuel Corao, destaca “los tremendos cambios que se han dado en Venezuela durante los mencionados 13 años. No tan sólo una explosión demográfica, sino profundos cambios en lo político, económico y social. Destacando que en lo político Venezuela está entre la repúblicas más democráticas de América del Sur”.

Edmundo Díquez (1934-2021) fue reconocido con el Premio Nacional de Arquitectura el año 1997.

ACA

Procedencia de las imágenes

1 y 2. Colección Crono Arquitectura Venezuela

3. Colección Crono Arquitectura Venezuela; https://construidoencaracas.wordpress.com/2013/07/21/torre-general-de-seguros/; Colección Fundación Arquitectura y Ciudad; http://guiaccs.com/obras/edificio-procter-gamble/

4. Architectural Design, nº 8, 1969; Graziano Gasparini y Juan Pedro Posani, Caracas a través de su arquitectura, 1969; Mariano Goldberg, Guía de edificaciones contemporáneas en Venezuela. Caracas. Parte 1, 1982; https://construidoencaracas.wordpress.com/2013/06/09/edif-el-alcaravan/

ALGO MÁS SOBRE LA POSTAL Nº 244

La casa que Oscar Tenreiro Degwitz (1939) diseña para él y su familia a escasos cuatro años de haberse graduado y con 26 de edad, en el Alto Hatillo, en un terreno que ofrece hermosas visuales hacia el valle de Caracas y el Ávila, con frente sobre la Carretera El Hatillo-Caracas (calle La Unión) y que decidió denominar como “Los Aromos”, denota a las claras parte de lo que permitió a Juan Pedro Posani acuñar el término “eclecticismo criollo” (título del ensayo del mismo nombre aparecido en el Boletín del CIHE, nº 6, 1966), el cual se fundamenta en “1)…el uso de las formas del pasado reciente y 2)… el concepto de estilo en tanto creación esencialmente personal” cobrando el significado de un eclecticismo instrumental.

Para reforzar su argumentación, recordemos lo que señalaba Posani en aquel entonces: “… si se mantiene la definición que Diderot dio del eclecticismo como la corriente que ‘de todas las filosofías… hace una sola…’, habría que incluir en esta categoría tanto al arquitecto que alterna diferentes estilos en sus obras, como al que mezcla detalles de diferentes estilos en una misma obra. En cambio, al arquitecto que escoge un maestro y sus obras o un período o un estilo determinado como ejemplo a seguir más o menos permanente, le correspondería más bien el rótulo de historicista. Sin embargo, si el problema se examina desde el punto de vista de la arquitectura como fenómeno colectivo que se realiza durante un determinado período y en un determinado sitio, puede ser perfectamente legítimo afirmar -respetando la definición y sin alterar o confundir los términos- que se hace una arquitectura ecléctica si se produce una arquitectura individualmente historicista pero ecléctica en su conjunto”.

1. Oscar Tenreiro. Quinta en Los Palos Grandes, 1965

Si bien Posani no utiliza en su polémico texto de 1966 a Los Aromos para ejemplificar, junto a otras tantas obras de jóvenes arquitectos venezolanos, su planteamiento, sí la incorpora (junto a otra vivienda realizada en El Marqués en 1965) en el capítulo que titula “El eclecticismo como sistema” en Caracas a través de su arquitectura (1969). En “El eclecticismo criollo” Posani, al referirse a una quinta que Tenreiro construyera en 1965 en la urbanización Los Palos Grandes lo hace en estos términos (cosa que corrobora en el 69 para las tres casas): “Es ésta otra obra donde la influencia de Le Corbusier predomina por libre y voluntaria decisión del arquitecto. Pero aquí el punto de referencia es el del Corbusier de Ronchamp y de la Tourrette. Son evidencia de ello: el blanco acabado del friso áspero, contrastando con el ‘breton brut’; el ritmo libre de las verticales de concreto en los ventanales; el empleo del color en los detalles; la geometría simple y sólida de los techos inclinados; y cierta manera de plantear el diseño con fuerza categórica, por bloques expresivos, sin mayor preocupación por las disonancias”. A lo que agregará en Caracas a través de su arquitectura: “En todo caso, siempre prevalece una interpretación del uso del volumen que, como en Corbusier, tiende a colocarlo en una categoría jerárquica por encima de su significado funcional.”

2. La casa Los Aromos en fechas próximas a su construcción en 1965
3. Casa Los Aromos. Plantas. Izquierda: 1965. Derecha: 2014

Así, en el caso que nos ocupa, a modo de reafirmación, Tenreiro reconocerá sin mayor dificultad que “usó como referencia la casa que Le Corbusier construyó para su madre a orillas del lago en Ginebra, siguiendo la planta rectangular alargada, espacios de dimensiones ajustadas y orientación preferencial hacia la vista. Tomó también el concreto visto del maestro suizo-francés, el techo-jardín que rodea al estudio en la segunda planta con sus notorias gárgolas, las ‘celdas’ integrables para los dormitorios de los niños, similares a las de la Unité de Marsella, el tratamiento de las ventanas y la policromía. También acusa la influencia de Louis Kahn, en el uso del bloque de concreto y en el tratamiento de los volúmenes que se adosan al prisma principal bajo el principio de los ‘espacios sirvientes’ ”, según consta en la ficha elaborada por él para Caracas del valle al mar. Guía de arquitectura y paisaje (2015), poniendo en evidencia cómo este proyecto de juventud logra plasmar con gran habilidad, riqueza en su resolución espacial y correcta disposición en una topografía difícil (que incluye su colocación por debajo de la cota de la calle para protegerse de las visuales y generar mayor intimidad), lo que Posani había descrito.

No obstante, los calificativos de ecléctico e historicista poco afectan la calidad de esta casa y, en consecuencia, si a ver vamos nada tienen de negativos en Los Aromos. Por el contrario, la incorporación de otro recurso fundamental como lo es el patio, ese elemento eternamente joven del que tanto habla Villanueva, clave en la implantación y organización del edificio, lo convierten en aglutinante de una estupenda amalgama donde conviven sin estorbarse diferentes referencias en pro de una solución unitaria y coherente. Tenreiro lo califica de “umbral, sitio de relación con el paisaje, la ciudad y el Ávila” y agrega: “El techo jardín se integra a él y las vigas de concreto apergoladas lo abrazan, lo que lo convierten en uno con la vivienda”.

Otro aspecto interesante a resaltar es que, a pesar de que la casa obtuvo en 1967 el Premio Vivienda Unifamiliar en la Bienal Nacional de Arquitectura, no dejó por ello de manifestarse en el tiempo como un organismo vivo que ha significado para su propietario-proyectista la oportunidad de corregir errores, amén de incorporar modificaciones y prever su crecimiento en la medida que la familia, sus integrantes y las circunstancias así lo han requerido, pudiéndose hablar hoy en día ya no de una casa sino de un pequeño conjunto de tres viviendas o una ciudadela. Ello le otorgaría al planteamiento original carácter experimental y ofrece la sensación de que la casa envejece en la medida que, gracias a los cambios de color y aspecto que sufren los materiales con los que ha sido construida, se integra cada vez más al paisaje a pesar de su acentuado racionalismo.

4. Crecimiento y transformaciones sufridos por la casa Los Aromos en el tiempo (1965-2014)
5. Diversas tomas de la casa Los Aromos. Año 2014

La primera alteración incorporada a la propuesta primigenia data de 1975. Ella implicó superponer sobre una importante porción de la planta una generosa cubierta plana de estructura metálica que la hizo más confortable si se quiere, impactó el tratamiento de la luz y la sombra que originalmente se habían considerado, le permitió incorporar espacios intermedios o multifuncionales y le ha otorgado a su aspecto actual una mayor sensación de cobijo al “interiorizar” parte de los ambientes que inicialmente eran exteriores. En 1994 se agrega otra cubierta que sumó un importante valor agregado a su colorido, el cual ya se había convertido desde el inicio y particularmente desde 1975 en otro tema corbusiano conscientemente asumido.

Entre 2004 y 2005, en el extremo más agreste del terreno, se proyecta y construye una segunda vivienda que se integra a la primera a través de un patio común el cual le sirve de acceso. En esta pieza de cuatro niveles desarrollados aprovechando la topografía, el concreto armado y el bloque de concreto se utilizan como materiales predominantes. Un amplio alero le sirve de protección y se toman todas las previsiones necesarias para proteger de la humedad las zonas semienterradas. Tenreiro aportará, además, lo siguiente: “Las ventanas siguen el criterio de separar iluminación y ventilación. La unidad-tipo (en todos los dormitorios) conserva la ventana vertical graduable, cuyo color verde se suma al de los mosaicos en antepechos y barandas metálicas, para hacer contrapunto a los colores de las paredes del último nivel, revestidas de cerámica, donde destaca un muro rojo que cierra la visual hacia la tercera casa. El balcón frente al estar y la cocina, de estructura metálica y piso de madera, cuelga del voladizo del piso superior y protege las ventanas de los pisos inferiores. Abierto a la vista, se mezcla con el follaje de los árboles, siendo a la vez expansión del comedor y el estar”.

6. La casa Los Aromos después de su última transformación en 2014

La tercera casa se desarrolla entre 2012 y 2016 ubicándose más próxima a la calle y con mayor grado de independencia que la segunda. Se integra a la primera a través de una amplia terraza existente desde 1966, que se transforma ahora en una pequeña plaza, y aprovecha todo el juego de muros desarrollado entonces como frente hacia la calle para sumar área al prisma rectangular diseñado como elemento predominante, con su eje mayor orientado perpendicularmente al que organizaba la vivienda original.

La casa, excelente ejemplo de lo positivo que puede resultar ser “ecléctico” cuando se asume con el respaldo de cultura y talento, característica ésta por demás recurrente en el desempeño proyectual dentro de nuestra arquitectura, se encuentra ampliamente documentada en Caracas del valle al mar… y, muy particularmente, en el excelente blog “CA | Catálogo de arquitectura • Venezuela | Latinoamérica. Obras y proyectos de arquitectura con tradición moderna • materia | estructura | paisaje”, coordinado por Ramón Fermín, donde se encuentra una estupenda representación de la casa, tanto en blanco y negro como en color, que muestra su orgánica evolución en el tiempo. Allí se muestra, también, un video que permite hacer un recorrido por el edificio gracias al montaje  coordinando a la perfección entre fotografías y dibujo en tres dimensiones.

ACA

Procedencia de las imágenes

  1. Juan Pedro Posani, «El eclecticismo criollo», Boletín del CIHE, septiembre 1966.

2, 3 y 5. http://guiaccs.com/obras/viviendas-en-alto-hatillo/

4 y 6. https://catalogosdearquitectura.wordpress.com/2018/03/07/tenreiro-oscar-1965-2014-casa-los-aromos/

1983• Estadio Nacional Brígido Iriarte

Estadio Nacional Brigido Iriarte.jpg

1983•  Se concluyen las obras del Estadio Nacional Brígido Iriarte, construido sobre lo que había sido el Estadio Nacional de El Paraíso, inaugurado en 1936 por el Presidente Eleazar López Contreras.
El nuevo estadio diseñado por el arquitecto Omar Carnevali y construido por la empresa D.O.F. (ingeniero Darío Lugo Román), aumentó el aforo de la edificación anterior a 12.500 espectadores, mejoró los servicios de apoyo y las diferentes las canchas deportivas.
En el mismo año de la inauguración el Estadio Brígido Iriarte fue reconocido con un Premio de la Asociación de Instalaciones Deportivas y Recreativas (IAKS) de Alemania.

HVH