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¿SABÍA USTED…

…que en 1964 se concluye la construcción del Centro Comercial Los Palos Grandes, también conocido como Centro Comercial “Canaima”?

1. Centro Comercial Los Palos Grandes. En primer plano volumen del cine «Canaima», en segundo plano volumen del Pin 5 y en tercer plano (al fondo) Parque de Cristal.

Si el boom de los centros comerciales en Caracas tiene en el Centro Comercial Chacaíto su mayor detonante cuando se concluye en 1968, colocando el listón en lo más alto, han pasado por debajo de la mesa a la hora de establecer una especie de cronología de lo que este fenómeno ha sido para la capital venezolana (trabajo aún pendiente de realizar con verdadero rigor académico), otros que lo antecedieron y se constituyeron en referencia particularmente para los habitantes del este de la ciudad.

La fórmula de contar con usos considerados “ancla” que garantizarían la afluencia de público a este tipo de edificación, quedó claramente establecida cuando en 1955 Don Hatch proyecta en Las Mercedes lo que sería la primera incursión en Caracas de IBEC (International Basic Economy Corporation), empresa de Nelson Rockefeller fundada en 1947, cuya subsidiaria en Venezuela adoptaría las siglas VBEC (Venezuelan Basic Economy Corporation), quien asociado a empresarios nacionales dueños de los automercados Todos, de Maracaibo, financian el centro comercial donde se ubicaría el primer Automercado CADA (Compañía Anónima Distribuidora de Alimentos) de la capital. De esta manera, se daría inicio a la conformación de una cadena pionera en la venta al detal de alimentos bajo estándares norteamericanos que acompañaría la apertura de otros centros comerciales como elemento jerárquico, en los cuales se vería normalmente complementado con una fuente de soda de la misma franquicia y de otra serie de locales que irían adquiriendo identidad propia. A ello se fueron sumando usos de importante tamaño que junto al supermercado acrecentarían el atractivo de estas pequeñas ciudades dentro de la ciudad.

Al CADA de Las Mercedes siguió el de La Vega y luego el de La Florida incorporado al centro comercial del mismo nombre, el cual empezó a señalar un importante cambio en la escala reforzado por la adición de un local con 12 canchas de bowling, deporte que se empezaba a poner de moda a inicios de los años 60.

2. Imágenes y propaganda del Coney Island de los Palos Grandes en cuyo terreno se construyó el centro comercial

Dentro de esta secuencia le correspondería a la urbanización Los Palos Grandes contar a partir de 1964 con un centro comercial que se ubicaría en los terrenos de lo que fue el Coney Island, lugar de recreación, diversión y atracciones de gran importancia durante los años 50 que funcionó hasta 1963.

El proyecto, ubicado con frente sobre la avenida Francisco de Miranda, entre la 2ª y 3ª avenidas de Los Palos Grandes, estaría a cargo de la firma Coto y Loperena Arquitectos (Alvaro Coto Asenjo y José Gabriel Loperena). Sería construido por la empresa Aldrey y Simon siendo Luis Borges Villegas y Francisco Borges los ingenieros residentes y su costo total alcanzaría los cinco millones de bolívares provenientes en su totalidad de capital privado.

El programa contemplaba el funcionamiento de un automercado, una fuente de soda, 24 canchas de bowling, 20 establecimientos comerciales, una sala de cine y estacionamiento para 360 vehículos.

El partido arquitectónico orientó la organización de los tres grandes cuerpos (el cine, el bowling y el automercado) en torno a un espacio central donde se ubicaría la fuente de soda presidida por un enorme mijao, árbol común en la zona de los Palos Grandes, a quien la urbanización debe su nombre. Hacia la periferia (donde se resolvieron los estacionamientos divididos en tres zonas), bajo el volumen del bowling y en parte del espacio central se ubicarían el resto de los locales comerciales. La circulación, resuelta correctamente, permitía el acceso independiente a los locales principales y secundarios localizándose el automercado al norte (con estacionamiento propio y una amplia área de carga y descarga), el cine al oeste y el bowling al este.

3. Vistas exteriores del centro comercial. Abajo a la izquierda: foto de la maqueta

El centro comercial se caracterizó por tener una estilizada solución estructural y por estar realizado con materiales de muy buena calidad, excelentes acabados y una lograda volumetría. Así, el prisma en el cual se desarrolló la sala de cine fue utilizado con mucho acierto por los proyectistas como volumen con fuerza suficiente para presentar el edificio hacia el frente de la avenida Francisco de Miranda. La pendiente interna de este espacio, necesaria para la gradería de asientos, se convierte en su exterior en antesala techada de acceso peatonal y vehicular al teatro.

Tanto la cubierta de la sala del cine como la del boliche y el supermercado fueron construidas utilizando paraboloides hiperbólicos de concreto armado diseñados por el arquitecto Coto Asenjo, los cuales se dejaron en obra limpia. Para la tabiquería exterior se utilizaron ladrillos de arcilla, colocados también en obra limpia.

Los más importantes locales, todos adjudicados con carácter de alquiler, estarían ocupados por CADA, el Pin 5 (que con 24 canchas de bowling se convirtió en el mayor espacio de este tipo de la capital), el teatro Canaima (primera sala diseñada para proyectar películas sobre una enorme pantalla curva en el formato llamado “supercinerama”), la discoteca El Hipopótamo (ubicada bajo el cine y una de las primeras en su género) y la Librería ABC (de los mismos dueños que posteriormente abrirían LECTURA en el Centro Comercial Chacaíto).

4. Izquierda: Elemento que identificaba del bowling Pin % ubicado en el centro comercial. Derecha: Anuncio en la prensa de la inauguración del cine Canaima el 29 de octubre de 1964.

La apertura del centro comercial se concretaría en septiembre de 1964 y la de la sala de cine sería el 29 de octubre con la superproducción “La Conquista del Oeste”, dirigida John Ford, Henry Hathaway y Georges Marshall en la que participaron hasta 24 famosas estrellas del celuloide, constituyéndose en todo un evento.

Alvaro Coto Asenjo (1928-2013), arquitecto de origen mexicano que revalidó su titulo en la FAU UCV en 1970 y desarrolló su carrera en Venezuela, constituyó en los años 50 junto a José Gabriel Loperena Taboada la empresa “Cubiertas Ala de Venezuela, C.A.” que diseñó y construyó un gran número de estructuras de paraboloides hiperbólicos de concreto armado en nuestro país, y actuó como filial y representante de los proyectos y contratos del ingeniero y arquitecto Félix Candela.

5. Algunas de las obras y proyectos realizados por Alvaro Coto y la empresa Cubiertas Ala de Venezuela, C.A. entre 1950 y 1970. Arriba izquierda: Paragua invertido de la estación de servicio de Coche,en Caracas. Arriba derecha: Espacio interno del terminal de autobuses de San Critóbal. Centro izquierda: Nave central de la planta ensambladora Volkswagen. Centro derecha: Proyecto para silos agroindustriales. Centro a todo lo ancho: Edificio Sede del Colegio de Médicos del Zulia. Abajo: Proyecto para tanques de agua semienterrados de 500 mil litros en la Isla de Margarita.

La firma entre los años 50 y 70 ejecutó una importante cantidad de dichas estructuras a modo de paraguas invertidos que se utilizaron como cubierta en el área de surtidores y en otros volúmenes en numerosas estaciones de servicio (bombas de gasolina) en Caracas, de los cuales sólo unos pocos quedan aún en pie. También colaboró en el proyecto y construcción en 1963 de la cubierta a base de paraboloides de la Planta ensambladora de la Volkswagen en Palma Sola (Morón, estado Carabobo) de Dirk Bornhorst y Pedro Neuberger, y en la construcción en 1964 del Edificio Sede del Colegio de Médicos del Zulia, del arquitecto Miguel Casas Armengol. En 1968 Coto proyectó y construyó el Terminal de Pasajeros “Genaro Méndez” en San Cristóbal, estado Táchira y, en 1969, realizó el diseño para la cubierta del Terminal de Autobuses de Ciudad Bolívar. Más adelante Coto creará las firmas Constructora Orión y Cubiertas Orientales desde donde continuará su particular investigación, planteando entre 1980 y 1990 una tipología de silos agroindustriales de gran capacidad que tuvo su antecedente en las propuestas solicitadas por Fedeagro Turén y Fedeagro Araure a “Ala de Venezuela” durante los 60. También propondrá una estructura con base a paraboloides para construir tanques de agua semienterrados de 500 mil litros en la Isla de Margarita e intentará patentar en 1994 una cubierta denominada “Pieza reversible, prefabricada en forma de dos sectores de paraboloides hiperbólicos, usable en repetición ensamblada en la ejecución de cubiertas”, a base de fibra de vidrio y resinas plásticas, tal y como reseña Rafael Gerardo Páez en el artículo “Edificaciones con paraboloides hiperbólicos. La obra de Félix Candela en México y de Álvaro Coto en Venezuela”, aparecido en la revista Tecnología y Construcción 27 I, septiembre 2013.

6. Izquierda: Imágenes del Centro Comercial Los Palos Grandes después del incendio de 1978. Derecha: Torre Telefónica (hoy Movistar) ubicada en el terreno anteriormente ocupado por el centro comercial.

Debido a un incendio de grandes proporciones que hubo en 1978, el cual destruyó por completo la tabiquería del centro comercial, el Cine Canaima tuvo que cerrar sus puertas, el Pin 5 fue mudado a la urbanización La California y la edificación fue demolida a finales de los años 80, teniéndose que utilizar explosivos para derrumbar la estructura y los paraboloides hiperbólicos de concreto armado que habían sobrevivido sin daño al evento. Luego de ser demolido el centro comercial, se construyeron en el mismo lote, la Torre Telefónica (hoy Movistar) y el Centro Comercial El Parque, situados entre la 2ª y 3ª avenidas de Los Palos Grandes, es decir, entre la Torre Hewlett Packard y el Parque Cristal.

ACA

Procedencia de las imágenes

  1. https://www.pinterest.com/pin/462604192945180157/ y https://www.pinterest.com/laliendo/el-ayer-de-una-ciudad-caracas-del-ayer/

2. http://ppr-aracamuni.blogspot.com/2017/05/el-parque-coney-island-de-caracas.html

3 y 4. Colección Crono Arquitectura Venezuela y Colección Fundación Arquitectura y Ciudad

5 y 6 izquierda. https://en.calameo.com/read/005631450353a7c33aa4e y https://issuu.com/tycidec/docs/27-i-tycissuu/68

6 derecha. https://mapio.net/pic/p-42830568/

ALGO MÁS SOBRE LA POSTAL Nº 239

El Centro Comercial Bello Monte (a veces denominado Centro Bello Monte o también Torre Bello Monte) es el primer edificio de envergadura realizado con éxito en Caracas por BFG Arquitectos, firma conformada en 1970 por Moisés Benacerraf, Manuel Fuentes y Carlos Gómez de Llarena. Fuentes se independiza en 1973 pero la sociedad Benacerraf  & Gómez Arquitectura perdurará por más de 30 años constituyéndose en una de las oficinas de arquitectura más importantes de la historia reciente en Venezuela. Es de destacar que aquel mismo año de 1970 Benacerraf, Fuentes y Gómez ganan el Primer Premio del Concurso Internacional para el Palacio Municipal de Caracas y en 1976 el Premio Nacional de Arquitectura con la Torre Europa construida entre 1971 y 1975.

1. Centro Comercial Bello Monte, Colinas de Bello Monte, Caracas. Tinta sobre albanene. Carlos Gómez de Llarena, 1970

Para Hannia Gómez en “Obra Reciente de Benacerraf & Gómez. Caracas, Venezuela”, publicado en el blog Desde la Memoria Urbana el 27 de abril de 2016, “En la obra conjunta Benacerraf & Gómez van a encontrarse la primera modernidad venezolana más ortodoxa, encarnada en la experiencia de Benacerraf, con la nueva modernidad venezolana de la segunda mitad del siglo, actualizada por la fuerza proyectual de Gómez de Llarena, cuando la memoria de la propia modernidad y la necesidad de darle importancia a lo urbano se estaban haciendo cada vez más presentes y urgentes, y se estaban redoblando tanto la sofisticación del diseño y la importancia de la estructura, como la aspiración a la excelencia en la calidad de la construcción y en el refinamiento en los detalles. (…) La capacidad de Gómez de Llarena como dibujante de perspectivas (en las que no solo dibuja sino que diseña los proyectos), le abrieron el camino desde muy temprano en su carrera, contando con una oficina de arquitectura propia desde los veinte años de edad, trabajando para los arquitectos Martín Vegas, José Miguel Galia y Walter J. Alcock. Esta facultad, y la inclinación por el diseño en perspectiva de los volúmenes calzando en los escenarios de la ciudad, marcará inmediatamente el perfil de la obra de Benacerraf & Gómez.»

2. Pequeño centro comercial ubicado en el cruce de la Avenida Principal de Bello Monte y la Calle Lincoln (frente a la tienda por departamentos Sears), que fue demolido en 1970 para iniciar la construcción de la Centro Comercial Bello Monte. El edificio ha sido atribuido al arquitecto norteamericano Don Hatch.
3. Dos vistas de la fachada sur del Centro Comercial Bello Monte

Ubicado en la zona comercial de la Urbanización Colinas de Bello Monte entre las avenidas Principal de Bello Monte y Leonardo Da Vinci y la calle Lincoln, la obra de 19.000 m2 de construcción descansa sobre un terreno de 3.600 m2 en el que anteriormente se encontraba un pequeño centro comercial que había sido construido en los años 50 frente a la tienda por departamentos Sears. Fue proyectada para contener 12 apartamentos tipo estudio en cada uno de los 11 pisos de la torre, planta baja y mezzanina comercial, y estacionamiento en el sótano y parte del nivel calle.

4. Comparativa de las plantas tipos de las torres de oficina de Benacerraf & Gómez 1970-1998. Torre Bello Monte (remarcada), Torre Europa, Torre América, Torre El Recreo y Torre Copérnico

Este notable edificio también da inicio al desarrollo de una tipología que será aplicada y desarrollada posteriormente por Benacerraf & Gómez en obras como la ya mencionada Torre Europa y continuará con la Torre América (1978), la Torre del Banco Unión (1980), las torres gemelas del Centro El Recreo (1990) y las del Centro San Ignacio (1998). “Observando algunas de las plantas de sus torres de oficinas entre 1970 y 1998, vemos como ‘todos los edificios tienen la misma planta’. Porque ellas no son sino una repetición diferente de un mismo tema. En todas se trabaja la misma idea de ‘la planta útil’: un enorme container, una planta amplia y modular que funciona diáfanamente, un uso del piso total, con su circulación vertical y horizontal y la ubicación clara de los grandes servicios y de la ductería. ‘Una constante desde la Torre Bello Monte (1970)’ ”, recogerá Hannia Gómez intercalando frases del arquitecto Gómez de Llarena.

5. Vista hacia el este que permite apreciar las fachadas norte y oeste del Centro Comercial Bello Monte

Asimismo el Centro Comercial Bello Monte comienza a señalar una ruta relacionada con el compromiso urbano que todas las obras de la firma han demostrado tener en el tiempo. “El edificio ‘es como un guante que calza perfectamente bien en el lugar y lo hace entendible, lo hace lógico. Desde su primer croquis debe crear y resolver la situación urbana donde se encuentra. Luego, se vuelve indispensable para entender ese espacio. Cada edificio es imprescindible en el lugar donde está’. Ambas ideas estarán en toda la obra de Benacerraf & Gómez. Una arquitectura legible y un instrumento para reorganizar la ciudad. Pero también, un sistema”, afirmará Hannia Gómez.

La franqueza que exteriormente manifiesta el edificio, construido en concreto obra limpia obedeciendo a una clara modulación estructural, permite rescatar el principio de que se trata de “una arquitectura que se entiende al observarla perfectamente bien: cuáles son sus partes, cuáles son sus elementos constitutivos, cómo son las oficinas, cómo son los comercios, cómo los medios de escape, dónde están las circulaciones, los accesos, las instalaciones. ‘La expresión exterior es el resultado de cómo todo funciona por dentro. La expresión es la idea, cómo esta se construyó y cómo funciona; es expresar la verdad. Todo lo expresa el edificio; todo se lee: la modulación, las columnas, las vigas, los muros de resistencia que refuerzan la estructura, incluso desde el aire’ «.

6. Centro Comercial Bello Monte. Vista de la torre y detalle de la fachada este
7. Acceso a la torre de oficinas del Centro Comercial Bello Monte

Durante muchos años tal y como lo fueran el Centro Profesional del Este y el Centro Comercial Mata de Coco en su momento, en el Centro Comercial Bello Monte tuvieron su asiento un grupo importante de oficinas de arquitectura e incluso de profesionales que formaban parte de los servicios por ellos requeridos, quienes pudieron comprar o alquilar espacios en momentos en que la bonanza económica del país y la abundancia de trabajo lo permitieron. Las dimensiones de los apartamentos (tipo estudio) que originalmente conformaban la torre, permitían un buen acomodo para estas actividades hasta el punto de que con el tiempo el cambio de uso se tornó inminente. La alta concentración de arquitectos obedeció a las comodidades que la edificación ofrecía, su excelente ubicación y conectividad con el resto de la ciudad a lo cual se sumaba la cercanía de la UCV, institución en la que muchos de ellos daban clases por lo cual también era visitado por un nutrido grupo de estudiantes que los consultaban, trabajaban o colaboraban con ellos. El tratarse de un proyecto en el que intervino Carlos Gómez de Llarena, profesor activo y muy respetado, y su probable actuación como promotor de la venta de los apartamentos entre sus colegas, debe haber influido también en ello.

Es de hacer notar que había mucha movilidad de personal entre las diversas oficinas, además de que se promovía el intercambio y colaboración profesional creándose un clima de franca camaradería. Como dato anecdótico se puede asomar el hecho de que en momentos en que se abrían las convocatorias a concursos de arquitectura, frecuentes en las tres últimas décadas del siglo XX, el edificio se sumía en un clima de tensión y sana competencia en virtud de que muchos de sus ocupantes eran asiduos participantes en tales eventos, saliendo de allí un elevado porcentaje de ganadores, de premiados en general y de mencionados.

Del numeroso grupo de arquitectos y firmas que tuvieron y aún tienen al Centro Comercial Bello Monte como base de operaciones vale la pena destacar: BFG Arquitectos (Moisés Benacerraf, Manuel Fuentes y Carlos Gómez de Llarena) y luego Benacerraf & Gómez Arquitectura quienes mantuvieron su oficina allí por varios años, en el PH, hasta mudarse a la Torre América; la firma conformada por Bernardo Borges, Francisco Pimentel y Jacobo Koifman (piso 9), luego continuada por Pimentel y Oscar Capiello en el mismo espacio; la sociedad entre Edwing Otero (quien venía de trabajar con Borges y Pimentel) y Alfredo Sanabria la cual devino luego en OSLD cuando se incorporaron Juan Luchsinger y Hugo D’Enjoy (piso 10), conservando Otero aún la oficina; Gustavo Legórburu, su hijo Gustavo Luis y su esposa Maritza (piso 10); José Miguel Roig y luego su hijo Cristóbal (piso 10); Pablo Lasala (quien también había trabajado anteriormente con Borges y Pimentel) y su esposa Silvia Hernández incorporándose luego sus hijas Isabel y Ana (piso 5); Jesús Tenreiro, su esposa Ana y sus discípulos Manuel Delgado y Rafael Urbina compartieron espacio en el piso 3; Armando Hernández (piso 11); Roberto Puchetti (piso 5); Hernán Zamora y Henry Vicente; Jesús Sandoval; Alberto Enríquez; Doménico Silvestro (posteriormente trasladado a la Torre América); y SPA (Joel Sanz, Juan Carlos Parilli y Francisco Arocha). Debemos reconocer que este somero recuento lo hemos logrado confeccionar gracias al apoyo y buena memoria de Alfredo Sanabria.

Para finalizar vale la pena agregar que, pese al cambio de uso que sufrió y los años transcurridos, el Centro Comercial Bello Monte presenta hoy en día, gracias a la nobleza y calidad de su construcción y al mantenimiento que lo ha acompañado, un buen estado de conservación. Sus moduladas y bien proporcionadas fachadas largas (norte y sur), beneficiadas por la incorporación de jardineras previstas como elementos de protección solar y espacios generadores de sombra, han podido absorber y disimular en gran medida los efectos de la aparición de equipos de aire acondicionado que paulatinamente fueron apareciendo, otro acierto a sumar a los ya mencionados dentro de esta obra que sin duda ha dejado huella.

8. Vista desde el este del Centro Comercial Bello Monte

Nota
De acuerdo a lo que se recoge en https://carlosgomezdellarena.blogspot.com/2010/10/biografia-biography.html, “En Marzo de 1971 BFG Arquitectos gana el Premio Municipal del Distrito Sucre en la Quinta Bienal de Arquitectura por el proyecto del Centro Bello Monte”. Este dato pareciera que tiene que ser revisado ya que, en primer lugar, la Quinta Bienal de Arquitectura se realizó en 1973 y, en segundo lugar, el Premio Municipal del Distrito Sucre de aquella ocasión le fue otorgado a la Torre La Primera proyecto de Celina Bentata. Nos preguntamos si el premio otorgado no corresponderá al Distrito Federal de esa misma Bienal ya que el edificio se encuentra justo en el límite entre ambas circunscripciones.

ACA

Procedencia de las imágenes

1 y 4. http://hanniagomez.blogspot.com/2016/04/obra-reciente-de-benacerraf-gomez.html

2, 3 y 8. Colección Crono Arquitectura Venezuela

5, 6 y 7. Colección Fundación Arquitectura y Ciudad

Demolición del pequeño centro comercial ubicado frente a Sears de Bello Monte

1970• Se inicia la demolición del pequeño centro comercial ubicado en el cruce de la Avenida Principal de Bello Monte y la Calle Lincoln (frente a la tienda por departamentos Sears), atribuido al arquitecto norteamericano Don Hatch, para iniciar la construcción de la Torre Bello Monte, diseñada por Manuel Fuentes (FAU UCV, promoción 14A, 1965), Carlos Gómez de Llarena (FA ULA, 1967) y Moisés Benacerraf (1924-1998) (Universidad de Yale, 1947).

El proyecto fue distinguido en marzo del año 1971, en la Quinta Bienal de Arquitectura con el Premio Municipal del Distrito Sucre.
(Fotografía de Julio César Mesa.)

HVH

ALGO MÁS SOBRE LA POSTAL Nº 224

El Centro Ciudad Comercial Tamanaco (mejor conocido por sus siglas CCCT) ostentó durante muchos años el lugar que lo colocaba con el establecimiento de su tipo más grande del país. Ello ocurrió desde que se terminó su primera etapa en 1976 hasta 1998 cuando abre sus puertas el Centro Comercial Sambil Caracas. La denominación de ciudad comercial tiene que ver justamente con sus dimensiones, las características de su organización y la diversidad de usos que alberga. Se levanta sobre un terreno de aproximadamente 83.000 m2 (8,3 Há) ubicado en la urbanización Chuao, municipio Chacao, estado Miranda, que, luego de la lotificación de la hacienda de la cual tomó el nombre la urbanización, estuvo durante muchos años vacío y luego subutilizado como lugar donde funcionaba el Autocine o Cinemóvil Tamanaco.

1. Arquitecto Diego Carbonell Parra (1923-2000)
2. Vista aérea del sector de Chuao en 1970 donde se construiría el Centro Ciudad Comercial Tamanaco y otros importantes edificios

Su proyectista, Diego Carbonell Parra (1923-2000), egresado del Massachusetts Institute of Technology en 1944, Presidente de la Sociedad Venezolana de Arquitectos (SVA) (1951-53) y uno de los miembros fundadores de la FAU UCV (1953), ya había hecho acto de presencia casi a modo fundacional en la zona donde se implantará el CCCT diseñando entre 1957 y 1958 junto a Miguel Salvador Díaz y José Lino Vaamonde el edificio La Estancia (antiguo edificio Shell, luego Maraven y hoy sede de la UNEFA), hito de la arquitectura moderna venezolana. También sería bueno recordar que Carbonell constituye entre 1949 y 1953 la que se reconoce como la primera oficina de arquitectura de Caracas junto a Tomás José Sanabria (Carbonell y Sanabria Arquitectos), experiencia que, al servir de modelo para otra serie de profesionales, cambiará el perfil de la disciplina durante la década de los 50 del siglo XX y que realizará una serie de obras señeras en las que modernidad y tradición serán tratadas con particular equilibrio. Ya de manera independiente Carbonell proyectará en 1953 el Centro Comercial del Este (sobre la avenida Casanova); en 1955 la sede del Colegio de Médicos del Distrito Federal (Plaza Las Tres Gracias) y el edificio Las Fundaciones (Avenida Andrés Bello); en 1957 el edificio La Hacienda (Las Mercedes); y en 1958 la Casa Club del Junko Golf Club (El Junko) por citar algunas de sus obras a las que habría de sumarse el trazado y diseño de viviendas tipo para las urbanizaciones Santa Marta y Santa Cecilia (1955).

En esta oportunidad Carbonell, quien durante los años sesenta había reorientado su actividad arquitectónica hacia el campo de la planificación y gerencia de edificaciones, se asociará para enfrentar el proyecto del CCCT con el arquitecto norteamericano Chris Ramos.

3. Diego Carbonell y Chris Ramos. Primera propuesta de conjunto para el Centro Ciudad Comercial Tamanaco (1971)

La ambiciosa propuesta, prevista para ser construida por etapas, se propone desde un inicio concentrar las edificaciones que la integran destinándose la casi totalidad del resto del terreno para resolver los estacionamientos los cuales se desarrollarían, además, en los sótanos del complejo. Los primeros bosquejos elaborados por Carbonell (1971) muestran la existencia de tres volúmenes principales en los que se jugaba con el escalonamiento de las fachadas de diferentes formas ofreciéndose una presencia si se quiere más homogénea en que ya destacaba la imagen de una pirámide invertida como elemento de mayor impacto visual.

Se buscaba en todo caso responder a las variables del contexto en el que se insertaba (rodeado de vías rápidas, de difícil accesibilidad peatonal y afectado por el cono de aproximación del Aeropuerto La Carlota) e impactar, dada su estratégica ubicación, mediante el uso del concreto armado obra limpia con visos brutalistas y el protagonismo del elemento piramidal que en definitiva identificará el conjunto de cara a la ciudad.

4. Anuncio promocional de la preventa del CCCT
5. Vista aérea de la primera etapa del CCCT junto al Distribuidor El Ciempiés y la Autopista Francisco Fajardo

El desarrollo y evolución del proyecto apuntará a acentuar y liberar la lectura formal del elemento protagónico de la composición (destinado a oficinas) el cual junto a la construcción en las plantas inferiores de un extenso centro comercial (con 9 salas de cine, el automercado CADA y la tienda por departamentos BECO como “anclas”) y las respectivas áreas de estacionamiento, conformará la primera etapa inaugurada el año 1976 luego de cuatro años de iniciadas las obras.

La “pirámide invertida”, que perdura desde el primer planteamiento de conjunto hasta la propuesta final, permitirá, además, incorporar importantes innovaciones estructurales, introducir la iluminación cenital a su espacio central y manejar de manera peculiar la incidencia solar en sus fachadas, aspecto este de importancia para el uso que alberga. Finalmente, estará acompañada para cuando se concluya la construcción de la segunda etapa (1982) de otras 4 torres de oficinas y un hotel de 200 habitaciones (morfológicamente muy distantes de la primera propuesta), incrementándose a 450 tiendas del centro comercial (tres niveles más) y a más de 5000 los puestos de estacionamiento.

6. Tomas cercanas de la «pirámide invertida» del CCCT
7. Vista aérea del CCCT totalmente concluido
8. Uno de los espacios interiores del CCCT

En total se construyeron 480.000 m2 bajo un esquema de propiedad multiuso, correspondiéndole a don Siro Febres Cordero, quien creó la empresa Ciudad Comercial Tamanaco, la tarea de reunir al nutrido grupo de inversionistas que se asociaron para lograr que la obra se concretara de acuerdo al proyecto definitivo de Carbonell (de mayor incidencia en la primera etapa) y Ramos (con mayor peso en la segunda).

Acompañaron a los arquitectos proyectistas en la tarea de llevar adelante los cálculos estructurales los ingenieros Francisco Pérez Rodríguez, Luís Enrique Madriz y Manuel Porras, con el apoyo de Hugo Hernández López y Celso Fortoul Padrón.

La construcción de la primera etapa se hizo a través de un consorcio formado por tres empresas: Fibrocemento, Inversora Taca y la Constructora de los Hermanos González. El ingeniero Francisco Pérez Rodríguez, se encargó de la inspección de la obra. Al iniciarse la segunda etapa se incorporó al Ing. Enrique Pardo Morales con un equipo de profesionales para contribuir con la supervisión de la obra en la que participaron más de 120 contratistas.

La condición de isla que siempre ha caracterizado al CCCT ha hecho de la llegada en vehículo su principal forma de acceso. Sin embargo, desde la apertura de la estación Chacao de la línea 1 del Metro de Caracas (1988) se ha reforzado su vinculación aunque lejana con este sistema de transporte, estándose a la espera de la finalización de las obras de la línea 5 que aproximaría a los usuarios desde la estación Tamanaco. Esta particularidad ha hecho que desde la apertura del Centro Sambil, mucho más accesible desde el transporte público, la actividad del CCCT disminuyera sensiblemente, obligando a sus propietarios a llevar a cabo importantes inversiones que han buscado una reactivación la cual ha llegado.

Pese a todo ello el CCCT (cuyo slogan es “todas las soluciones en un mismo lugar”) desde su apertura se convirtió en referencia y lugar de encuentro concentrando buena parte de los comercios de élite de la ciudad además de lugares de diversión y entretenimiento. Su versatilidad y permanente actualización le ha permitido albergar también exposiciones industriales y comerciales, eventos musicales y de entretenimiento a gran escala en su áreas destechadas. Hoy, sin duda, es una de los principales lugares de distracción dentro de una ciudad que no ofrece seguridad y que ha hecho de los centros comerciales cerrados y con sistemas de vigilancia espacios urbanos de disfrute masivo.

9. SIMBIOSIS Arquitectura + Gerencia. Arq. Alejandro Borges G. Dos láminas del proyecto presentado para el concurso privado organizado por el CCCT para la remodelación y actualización de los pisos del centro comercial. 2008

En 2013, a raíz de un concurso privado organizado por el CCCT para el proyecto de remodelación y actualización de los pisos del centro comercial ganado por la arquitecto Vivian Dembo, el arquitecto Alejandro Borges a la vez que presenta su propuesta, señala con claridad cómo “la dinámica urbana actual y la bien comprendida necesidad de generar espacios dados al peatón, han cambiado radicalmente el papel potencial de una pieza tan importante como lo es el CCCT. Tanto su escala como su ubicación en la ciudad lo han convertido en pieza fundamental en las posibilidades reales de establecer conexiones Norte-Sur en este tramo de nuestra ciudad combinando esfuerzos privados y públicos. Las presiones actuales ineludibles de múltiples fuerzas del lugar constituyen una oportunidad valiosa de desarrollar estrategias que permitan ser repetidas a lo largo de la gran escisión que representan la autopista y el río en el tejido de Caracas”. Y añade: “En la actualidad, el CCCT opera como un extraordinario pasaje urbano que de una manera precaria y accidental conecta peatonalmente la avenida Francisco de Miranda, el metro de Chacao y la avenida Libertador con el sector de Chuao y Las Mercedes. La nueva estación del metro Las Mercedes y el futuro Parque La Carlota van seguramente a acentuar el flujo peatonal desde y hacia el CCCT”, todo lo cual le permite realizar una interesante propuesta que con el título de “Arqueología del espacio. Del fragmento a la idea globalizadora” se puede consultar en el nº 103 de la revista entre rayas de febrero de 2014.

Diego Carbonell tras diseñar y ejecutar el CCCT recibió desde el gremio arquitectónico duras críticas en cuanto al claro distanciamiento que mostró esta obra con su anterior producción, muy alejada en cuanto a los patrones estéticos hasta entonces había manejado dando rienda suelta en este caso a las exigencias de inversionistas y agentes inmobiliarios. La desproporcionada escala de los espacios, falta de claridad en los recorridos y llegadas a las diferentes partes que lo conforman, ausencia de contacto con el exterior, impureza y descuido en el tratamiento de la masa construida, y presencia de materiales y acabados suntuosos y aleatoriamente combinados, si bien alejaron a Carbonell de la “buena arquitectura” dejaron sumamente satisfechos a los promotores y también a quienes desde mediados de los años 70 han podido conocerlo. La idea de una ciudad dentro de la ciudad donde la seguridad y el confort del usuario y del vehículo predominan lo convierten en pionero y referencia ineludible dentro de los malls caraqueños.

10. Julio Volante. “Edificio Ciudad Tamanaco”, 1964

Nota

Como dato curioso hemos encontrado que Julio Volante publicó en la Revista Punto nº 17, abril 1964, para la sección “Habla un arquitecto” la imagen de un proyecto que se identifica como “Edificio Ciudad Tamanaco” que bien podría ser una primera propuesta para el lugar donde finalmente de erigió en CCCT, sin que nos atrevamos a afirmarlo categóricamente. Sería interesante que nuestros lectores nos

ayudaran a corroborar si esto es o no cierto.

ACA

Procedencia de las imágenes

1. https://www.academia.edu/36603255/Biografia_sobre_el_Arquitecto_venezolano_Diego_Carbonell_Parra

2, 3, 4 y 6. Colección Fundación Arquitectura y Ciudad

5. https://www.pinterest.com/pin/483574078716324439/

7. https://hectorucsar.wordpress.com/2012/12/06/caminando-por-caracas-piero/caracas-ccct/

8. https://www.tripadvisor.com.ve/LocationPhotoDirectLink-g316066-d316539-i94542393-Centro_Comercial_Ciudad_Tamanaco-Caracas_Capital_Region.html

9. https://entrerayas.com/2014/03/arqueologia-del-espacio-del-fragmento-a-la-idea-globalizadora/

10. Revista Punto nº 17, abril 1964