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¿SABÍA USTED…

… que el 2 de julio de 1961 el presidente Rómulo Betancourt coloca la primera piedra de Santo Tomé de Guayana, acto que oficializa la fundación de lo que a partir de 1979 se llamará Ciudad Guayana?

1. Santo Tomé de Guayana (1637)

Si bien el proceso sostenido de industrialización del país se inicia en 1936 durante el gobierno de Eleazar López Contreras, cobrando impulso durante el mandato de Isaías Medina Angarita (1941-1945), el desarrollo de la región de Guayana, estado Bolívar, toda vez que atesoraba una importante cantidad de recursos que podían constituirse en alternativa para la generación de ingresos diferentes al petróleo, no empieza a potenciarse sino a partir de que la planificación empieza a ser considerada una actividad a ser tomada en cuenta por nuestros gobernantes.

En tal sentido podría decirse que es a partir del “trienio adeco” (1945-1948) que tras ser descubiertos en 1947 los yacimientos de mineral de hierro en el cerro Bolívar, cuando comienzan a aparecer las primeras iniciativas tendientes a motorizar una industria acerera nacional. La iniciativa se toma desde el sector privado con la creación en 1948 de la Siderúrgica de Venezuela S.A. (SIVENSA), empresa que inicia en 1950 las operaciones de la primera acería venezolana, cuya planta localizada en el sector de Antímano (Caracas) alcanza una capacidad de producción de 20.000 toneladas de cabillas al año, dando pie a la constitución del Sindicato Venezolano del Hierro y del Acero, ente que inició los estudios preliminares para la instalación de una industria siderúrgica en el país.

2. Izquierda: fotografía aérea del yacimiento de hierro de Cerro Bolívar. Derecha: Ferrocarril construido por la Orinoco Mining Company (OMC) que conectaba Puerto Ordaz con el Cerro Bolívar.
3. Vista de una zona de Puerto Ordaz, escasamente poblada donde se establecieron las
primeras “barracas” para trabajadores de la OMC (1952).

Sin embargo, no será sino hasta 1953 que, rescatándose uno de los más importantes planes elaborados durante el “trienio”, el régimen militar venezolano toma la decisión de construir una Planta Siderúrgica en Guayana. Se crea la Oficina de Estudios Especiales de la Presidencia de la República y se le encomienda, entre otras tareas, priorizar el Proyecto Siderúrgico. Ello deriva en la suscripción de un contrato en 1955 con la firma Innocenti de Milán, Italia, para la construcción de una Planta Siderúrgica en el sector de Matanzas con capacidad de producción de 560.000 toneladas de lingotes de acero, cantidad que en 1957, tras modificación del contrato, se aumenta a 750.000 toneladas anuales, iniciándose ese año la construcción de la planta. Ya en 1956 se habían comenzado a hacer las labores para electrificar el rio Caroní con el inicio de la construcción, a cargo del general Rafael Alfonso Ravard, de la Central Hidroeléctrica Macagua I, primera en la región y apoyo fundamental para echar a andar la industrialización en la zona.

Una vez llegada la democracia, en 1958 se crea el Instituto Venezolano del Hierro y el Acero, adscrito al Ministerio de Fomento, sustituyendo a la oficina de Estudios Especiales de la Presidencia de la República, con el objetivo básico de impulsar la instalación y supervisar la construcción por etapas de la planta Siderúrgica, y en 1960 se da un paso fundamental al crearse la Corporación Venezolana de Guayana (CVG), nombrándose como su presidente al ya citado general Ravard. A la CVG se le asignan, entre otras, las funciones del  Instituto Venezolano del Hierro y el Acero, en momentos que se eleva la capacidad de producción de la planta a 900.000 toneladas, y se le encomienda la planificación y construcción de lo que hoy conocemos como Ciudad Guayana.
En 1961 año en que se fundaba por séptima vez Santo Tomé de Guayana, ya en febrero se había creado la primera planta de Aluminios Primarios: CVG Aluminios del Caroní S.A. (CVG ALCASA) y en agosto se concluía y ponía en funcionamiento Macagua I.

A todas estas, la zona en la que se desarrolla este impresionante movimiento industrial podríamos decir que no se encontraba del todo preparada para recibir el impacto de las importantes migraciones que ello producirían y las demandas correspondientes desde el punto de vista urbano y de oferta de vivienda.

4. Plan maestro de Puerto Ordaz, desarrollado por TPA (Town Planning Associates) para la Orinoco Mining Company
5. Vista de viviendas residenciales construidas para los trabajadores por la OMC en Puerto
Ordaz (1967)
6. Izquierda: maqueta del Centro Cívico de Puerto Ordaz diseñado por TPA entre 1951 y 1953. Derecha: Dibujo del modelo de la casa junior para los trabajadores de la OMC.

No obstante, previamente, luego del descubrimiento de los yacimientos de hierro en el Cerro Bolívar, ya la Orinoco Mining Company, empresa ganadora de la concesión de explotación, había contratado en 1950 a los arquitectos Carlos Guinand Baldó y Moises Benacerraf, y al ingeniero Francisco Carrillo, para el diseño de dos centros urbanos: uno en Puerto Ordaz (ideado para 50.000 habitantes), a ser ubicada en el sitio donde se planificaba la siderúrgica, al margen norte del río Caroní y al lado del Río Orinoco; y otro en Ciudad Piar (35.000 habitantes), sitio de la extracción del mineral. Ambos estarían vinculados a través del ferrocarril que traería el mineral de hierro desde el lugar de su extracción hasta el de su procesamiento y posterior embarque sobre el Orinoco. Los profesionales venezolanos invitaron como asesores de arquitectura y urbanismo a los integrantes de la internacionalmente reconocida firma Planificadores Urbanos Asociados (Town Planning Associates -TPA-) fundada en 1945 por José Luis Sert junto a Paul Schulz y Paul Lester Wiener.

De acuerdo a lo expresado por Carola Barrios en el artículo “Can Patios Make Cities? Urban Traces of TPA in Brazil and Venezuela” (ZARCH nº 1, 2013) “en ambos casos los planes maestros se dividirán en varias fases y sectores para controlar la expansión. Las casas individuales constituirán el principal tejido celular de la vivienda à redent, en una afinidad más cercana con el modelo Garden City, siguiendo la tradición de los campamentos mineros de EE.UU. En su segregación espacial y social, los modelos idealizados diseñados para las casas de trabajadores senior y junior muestran un gran contraste con los pocos resultados de construcción y las condiciones locales en sus proyecciones utópicas”.

Del plan para Puerto Ordaz, que llegó a construirse aunque con notables discordancias y sustracciones respecto a lo previsto originalmente, y en particular de su Centro Cívico fechado en 1951, Sert desarrolló sus ideas, recogidas posteriormente en el libro publicado en 1952 The heart of the city: towards the humanization of Urban Life (El corazón de la ciudad: hacia la humanización de la vida urbana). Tal y como señala José Javier Alayón González en el artículo “Villanueva-Sert. Itinerarios entrecruzados” (https://www.academia.edu/15770249/Villanueva-Sert._Itinerarios_entrecruzados), Sert al ampliar la idea de patio a la de la acepción inglesa de core la eleva a la de “núcleo fundacional”, estableciendo para su intervención “tres espacios-patio en función de su privacidad: la casa, el barrio y el distrito urbano, derivados todos del modelo mediterráneo. El último y más importante de estos espacios estaría configurado por los edificios representativos, administrativos y comerciales. Para Sert, patio era ‘una palabra intrigante, que rápidamente conjuraba visiones de cielo soleado, agua clara, palmeras y brisa fresca’, elementos que empleó en el Centro Cívico de Puerto Ordaz”. Como confirmación de la experiencia realizada en tierras latinoamericanas, al año siguiente de aparecer The heart of the city… Sert y Wiener publicaron en la revista Architectural Forum el ya citado manifiesto titulado: “Can Patios Make Cities?” donde afirman que el patio, el instrumento de proyecto más antiguo de las ciudades latinoamericanas, puede convertirse en un elemento tipológico clave en el diseño de la ciudad moderna.

7. Evolución del desarrollo urbano de Ciudad Guayana desde antes de 1950 hasta 1997.
8. Izquierda: vista aérea del centro de Altavista. Derecha: primeras instalaciones de la Siderúsgica del Orinoco (SIDOR), cerca de 1960.

En todo caso teniendo sólo como referencia estos antecedentes, el re-establecimiento de Santo Tomé en 1961 (que terminó de conocerse oficialmente como Ciudad Guayana desde 1979) da pie para pensar en la posibilidad de contar con una ciudad totalmente planificada. Ubicada en la confluencia de los ríos Orinoco y Caroní en medio de un paraje privilegiado por la naturaleza, de Santo Tomé se registra una primera fundación por Antonio de Berrío a mediados del siglo XVI.

9. Rómulo Betancourt poniendo la piedra inaugural de la población Santo Tomé de Guayana, 1961

Para el desarrollo del séptimo intento fundacional de Santo Tomé en pleno siglo XX, a tono con lo más avanzado en cuanto a estudios sobre la materia, se conforma para la elaboración de su Plan Director un equipo de profesionales venezolanos (entre quienes se encontraban los arquitectos Juan Andrés Vegas -egresado del Instituto Tecnológico de Massachussetts -MIT- y Gustavo Ferrero Tamayo -egresado de la Universidad Nacional de Colombia-, y el ingeniero Alfredo Calzadilla -también egresado el MIT-) liderado por el general Rafael Alfonzo Ravard (Presidente de la CVG y también egresado del MIT), que trabajan en colaboración técnica con el Joint Center for Urban Studies -JCUS- (MIT-Universidad de Harvard, creado en 1959) grupo dirigido por Lloyd Rodwin en compañía de Donald Appleyard, John Friedmann, Lisa Peattie y Willo von Moltke, con quien la Corporación firmó un contrato de asesoría en 1962.

En medio de tensiones y un fuerte intercambio de ideas entre quienes lideraban ambos equipos, el Plan Director de Desarrollo Urbano para Santo Tomé de Guayana se culmina a finales de aquel año. Según nos relatan Simone Rots & Ana Maria Fernandez-Maldonado en “Planning Ciudad Guayana, an industrial new townin oil-rich Venezuela” (International Planning Studies, 2019), las discrepancias partían de hecho de que Rodwin respaldaba el papel del planificador como actor esencial para prestar atención a los aspectos sociales y económicos en el proceso de planificación. Ravard por su parte “tenía un enfoque de planificación tecnocrático dirigido a promover el crecimiento económico de la región de Guayana, expresando las opiniones de la élite política venezolana en ese momento”. Rodwin “enfatizó la necesidad de un equipo multidisciplinario para poder abordar todos los aspectos de planificación y diseño para un desarrollo inclusivo. Según él, el objetivo principal de Ravard era simplemente ‘fomentar el crecimiento económico de la región y especialmente alentar a las empresas que podrían competir en los mercados internacionales’ una visión que consideró inadecuada para el desarrollo urbano inclusivo”.

10. Concepto físico integral de Ciudad Guayana
11. Ciudad Guayana. Izquierda: Plan Maestro de Desarrollo Urbano para 1.300.000 habitantes. Derecha: Vialidad
12. Vista aérea de Ciudad Guayana. A la izquierda las represas Macagua II y Macagua III. Su construcción desencadenó otros proyectos, como el parque de La Llovizna , el Ecomuseo del Caroní y la Plaza del agua. También se construyó una carretera escénica que conecta ambos lados del río.

Ciudad Guayana, considerada en su momento un modelo que se contraponía a Brasilia, otra ciudad de nueva planta que se fundaba casi al unísono en Latinoamérica, basó buena parte de su enfoque en la directrices emanadas de lo que se denominó el “Plan o Programa de Guayana” (CORDIPLAN) y en “la noción (propuesta por el JCUS y en particular por John Friedmann) de core region análoga a los polos de desarrollo de François Perroux, aplicable a un territorio rico en recursos mineros, hidráulicos y energéticos, pero escaso en cultivos y provisiones”, como señalará Arturo Almandoz Marte en “Rómulo Betancourt y la Venezuela urbana, III: Ciudad Guayana” -2020- (https://prodavinci.com/romulo-betancourt-y-la-venezuela-urbana-iii-ciudad-guayana/).

Su primer Plan Director buscaba resolver la unión entre el centro cívico de Puerto Ordaz y la Siderúrgica (construidos a lo largo de la margen norte del Río Caroní) y la pequeña ciudad de San Félix (establecida al lado sur del mismo río) integrando numerosos asentamientos informales dispersos en el medio. Como dirá Ricardo Avella en “Ciudad Guayana, a planned growth pole on the Orinoco. A critical assessmenton the role of spatial planning” -2017- (https://www.academia.edu/39780480/Ciudad_Guayana_a_planned_growth_pole_on_the_Orinoco._A_critical_assessment_on_the_role_of_spatial_planning): “Su idea era hacer una ciudad integrada uniendo estos fragmentos, creando una columna vertebral de desarrollo central y una macro cuadrícula. Para lograr esta integración, un puente y un centro de la ciudad cerca de Puerto Ordaz fueron fundamentales. Desde San Félix hasta la acería había más de 25 kilómetros y un río que tenía que ser cruzado por pequeños transbordadores. La mayoría de los trabajadores locales vivían en San Félix, y pasaban muchas horas al día tratando de llegar a sus trabajos. Los planificadores pensaron que un puente sobre el Caroní acercaría los empleos e integraría los asentamientos aislados, y que el centro de la ciudad de Alta Vista podría atraer a la creciente población y dirigir la expansión de la ciudad hacia el oeste.”  Así, el plan dio pie para que luego se fueran sucediendo las ampliaciones con los sectores Alta Vista, Unare, Matanzas y Cambalache.

Al de 1962 seguirán luego tres planes mas en distintos momentos, dos revisiones del Plan Director (1969 y 1979), el Plan Rector de Desarrollo Urbano (1985) y el Plan de Ordenación Urbanística (POU) en 1993-94, el cual fue producto de un acuerdo de cooperación entre el gobierno nacional (representado en ese entonces por el Ministerio de Desarrollo Urbano y la Corporación Venezolana de Guayana) y el gobierno municipal (la Alcaldía de Caroní).

Con el tiempo la confianza que se había colocado en el futuro de Ciudad Guayana se fue apagando. Ya la crisis petrolera de 1973 y la dura competencia a nivel internacional con otros países mineros encendía las alarmas de un porvenir basado en el crecimiento económico sostenido. El centro de Alta Vista no se concreto jamás y su desarrollo estuvo detenido durante décadas y como dice Avella “nunca se convirtió en el imán que supuestamente atraería el crecimiento de la ciudad hacia la orilla occidental del río Caroní. San Félix continuó creciendo rápidamente y sin planificación alguna. Puerto Ordaz también creció, pero no tanto como San Félix y un ritmo más lento, ya que dependía del músculo financiero de CVG, el dueño de la tierra. El polo de crecimiento planeado no era tan fuerte como todos pensaron que sería, y esto se refleja en la comparación entre el crecimiento demográfico proyectado por los planificadores en la década de 1960 y el que realmente ocurrió”. Estudiada hasta el cansancio y duramente golpeada con el devenir de los años, particularmente durante los últimos diez, el futuro de Ciudad Guayana (la ciudad del futuro) está en manos de una necesaria reactivación económica del país dentro de un modelo económico distinto al actual. Pero quizás, además de la necesaria superación de la política clientelar y el rescate del interés por trabajar con base en el estímulo económico ligado a la producción, la clave puede estar en alcanzar niveles de sostenibilidad que actualmente no se poseen y que colaborarían a consolidar una identidad que se quedó varada en el tiempo.

ACA

Procedencia de las imágenes

1, 2, 4, 7, 10, 11 izquierda y 12. https://www.academia.edu/39780480/Ciudad_Guayana_a_planned_growth_pole_on_the_Orinoco._A_critical_assessment_on_the_role_of_spatial_planning

3. file:///Users/aziercalvo/Downloads/2445-Texto%20del%20art%C3%ADculo-7793-1-10-20150602.pdf

5, 6. https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=4953898

8. https://docomomo.org.br/wp-content/uploads/2016/08/CON_19.pdf

9. https://prodavinci.com/romulo-betancourt-y-la-venezuela-urbana-iii-ciudad-guayana/

11 derecha. https://devizcaino.blogspot.com/2013/07/ciudad-guayana-ciudad-planificada.html.

ALGO MÁS SOBRE LA POSTAL nº 175

La Unidad Vecinal “Pomona” (1951-1954), ubicada al suroeste de Maracaibo, estado Zulia, fue uno de los desarrollos incluidos en el Plan Nacional de la Vivienda 1951-1955, puesto en marcha por el Banco Obrero (BO) durante el mandato de Marcos Pérez Jiménez. Ocupa los terrenos adyacentes a la urbanización “General Rafael Urdaneta” (1943-1947), primer conjunto de envergadura realizado por el BO fuera de Caracas y el más grande ejecutado hasta entonces, conformado por 1.000 viviendas unifamiliares dispuestas en 60 hectáreas para una población estimada de 7.300 personas (7% del total urbano de la ciudad de Maracaibo de entonces), que formó parte del Primer Plan de Vivienda de 1946, con la cual «Pomona» comparte una serie de servicios comunales creados para ambos conglomerados.

1. Comisión Nacional de Urbanismo. Plano Regulador de Maracaibo. Vialidad, 1951

Quizás valga la pena apuntar que el Primer Plan de Vivienda de 1946, a cargo de la Sala Técnica del Banco Obrero, tal y como nos señala Beatriz Meza Suinaga en “Gestión estatal de la vivienda en Venezuela: el Plan Nacional (1951-1955)”, artículo aparecido en Cuadernos del Cendes, nº 87, septiembre-diciembre 2014,  contemplaba “… la construcción de 40.000 unidades en 10 años, 4.000 en 14 ciudades durante el primer año, 11 de ellas capitales de estado y la capital nacional, ampliándose geográficamente la acción del BO respecto a su orientación anterior”. Dicho Plan estaba regido por “…una noción de planificación global e integración de proyectos (…) contando para ello con diferentes modelos de vivienda, destinados a clase media y obrera, diseñados por (Carlos Raúl) Villanueva y el ingeniero Leopoldo Martínez Olavarría…”.

Pues bien, sin variar en gran medida el enfoque y con miras a enfrentar el nuevo reto que significaba la ejecución del Plan Nacional de la Vivienda 1951-1955, la Sala Técnica se redimensiona para convertirse en el Taller de Arquitectura del Banco Obrero (TABO) que bajo la jefatura de Villanueva, contando con el arquitecto colombiano Carlos Celis Cepero como adjunto, aborda la casi totalidad de los proyectos distribuidos a lo largo de 15 localizaciones distintas a lo largo y ancho del país, contemplándose la construcción de 12.185 unidades de vivienda de las cuales 7.000 se realizarían en Caracas y 1.500 en Maracaibo, ciudades que entre los censos de 1941 y 1950 habían duplicado su población. Así, “Pomona” absorbería la mayor parte de la inversión que se haría en la capital zuliana.

Al poco tiempo de haberse establecido, el Taller cumplió con uno de sus propósitos al exponerse en rueda de prensa el 13 de julio de 1951, de boca del Director del BO Julio Bacalao Lara en compañía de Villanueva, el Plan Nacional de la Vivienda 1951-1955. Allí Bacalao informó «que el problema de la vivienda era una de las más importantes preocupaciones públicas visto el pleno desarrollo económico del país y el rápido crecimiento de la población urbana, por lo cual de acuerdo con ‘la planificación administrativa que en escala nacional realiza la Junta de Gobierno –añadió– el Banco Obrero elaboró un Plan … que ha tenido amplio apoyo en el ejecutivo y será objeto de un financiamiento extraordinario’ ”.

Como otra etapa importante, el 8 de noviembre de 1951 en el Colegio de Ingenieros de Venezuela se abre al público la Exposición sobre el Plan Nacional de la Vivienda 1951-1955 exhibiéndose plantas y perspectivas de urbanizaciones para Maracay, Coro, San Felipe, Maracaibo, Valera, Caracas, así como maquetas para El Tocuyo, Sarría, Maracay, Coro y Ciudad Tablitas, junto a diferentes modelos de viviendas unifamiliares y multifamiliares. Como resultado de este evento se publica el folleto “BO Venezuela exposición 1951-1955-Plan Nacional de la Vivienda”, y se apunta a su presentación en el VIII Congreso Panamericano de Arquitectos a realizarse en los espacios de la Universidad Autónoma de México en 1952, editándose finalmente con mayor despliegue (140 páginas) la publicación 1928-1952. La vivienda popular en Venezuela, preparada y dirigida por Carlos Raúl Villanueva y Carlos Celis Cepero, con la colaboración de Carlos González Bogen, Mateo Manaure, del ingeniero Federico Cortés y Miguel Sosa Bar, con motivo de la celebración en 1955 del IX Congreso Panamericano de Arquitectos en el Aula Magna de la Ciudad Universitaria de Caracas.

2. 1928-1952. La vivienda popular en Venezuela, publicación preparada y dirigida por Carlos Raúl Villanueva y Carlos Celis Cepero, 1952

De dicha publicación puede rescatarse, en cuanto a la aproximación proyectual efectuada en el TABO, el énfasis en la investigación económica de la vivienda mediante la “construcción masiva, la simplificación de distribución, la eliminación de lo accesorio en el hogar, a favor de lo esencial en su construcción”. Además devela, como señala Meza Suinaga “conexiones entre el TABO y el ideario de la moderna disciplina arquitectónica europea que desde inicios del siglo XX intenta una ruptura histórica radical, abogando por la funcionalidad, la racionalidad, el uso de tecnologías de avanzada y la atención a la vivienda”. Todo lo cual se traduce en una sintonía que los profesionales del TABO asumen mediante el diseño de “Unidades vecinales, grupos cooperativos, urbanizaciones, reurbanizaciones, apartamientos, casas con los cuales se solucionarían técnicamente los problemas para proveer de nuevas viviendas a las familias venezolanas”.

Meza Suinaga agregará: “A la variedad de urbanizaciones del TABO se suman ‘proyectos tipos para casas’ en zonas costeras, montañosas y planas calientes, pretendiéndose individualizar según rasgos climáticos y ambientales de cada localización urbana. Aquí se nota la vinculación con el Plan de 1946 y su diversidad de modelos adaptados a las 14 ciudades seleccionadas. La heterogeneidad, como condición asumida desde sus comienzos, caracteriza el trabajo del Taller donde se generan numerosas propuestas para viviendas unifamiliares y multifamiliares, incluyendo los primeros superbloques, unidades residenciales de alta densidad y gran altura, inspiradas en la obra de Le Corbusier”.

3. Presentación de «Pomona» en 1928-1952. La vivienda popular en Venezuela.

“Pomona” es, dentro del Plan, uno de dos desarrollos que no son proyectados por el TABO que, sin embargo, si supervisa su realización. Ofrece la oportunidad de ver la conjunción de los lineamientos arriba expresados con el aporte adicional de quienes tuvieron a su cargo la propuesta: la firma “Planificación y Vivienda”, integrada por los arquitectos Moisés Benacerraf y Carlos Guinand Baldó más el ingeniero Francisco Carrillo Batalla, contando como asesores con José Luis Sert y Paul Lester Wiener fundadores de la reconocida oficina Town Planning Associates (TPA).

4. Vistas de las viviendas unifamiliares (izquierda) y multifamiliares (derecha) construidas en «Pomona»

Con una inversión de Bs. 15.136.500 , “Pomona” tiene 384 viviendas, 264 casas y 120 apartamentos. Los apartamentos están ubicados en edificios de tres niveles de altura con dos unidades en cada nivel. Los apartamentos que están dispuestos en fila, tienen dos fachadas exteriores opuestas, lo que les permite tener ventilación cruzada. Los de los extremos se benefician aún mas por tener tres fachadas y un área mayor.

El Conjunto cuenta entre sus servicios con un centro comercial, un grupo escolar, campos deportivos y una unidad sanitaria.
El planteamiento urbano concebido para el conjunto desagregó la circulación peatonal dirigida hacia los centros de servicio, de forma tal que no se cruza con las vías vehiculares de penetración, las cuales parten de la trama de la ciudad. El plano de conjunto del proyecto original ilustra nuestra postal del día de hoy.
La llamativa participación de Sert y Wiener como asesores obedeció a dos motivos fundamentales. El primero es que habían coincidido con Moisés Benacerraf en los Estados Unidos habida cuenta que éste se gradúa en 1945 en Yale, universidad en la que aquellos desarrollarán parte de su carrera docente y donde se establecerán vínculos personales.

El segundo tiene que ver con el nivel de desarrollo que para entonces ya había alcanzado el concepto de “unidad vecinal”, tema ampliamente debatido en los Congresos Internacionales de Arquitectura Moderna (CIAM) que para Sert (presidente del CIAM entre 1947 y 1956) se convirtió en objeto de investigación. Fruto de ello será la contratación de sus servicios por parte de la Organización de las Naciones Unidas entre 1951 y 1952 con el fin de estudiar y definir condiciones para mejorar su diseño. También lo será la solicitud de llevar adelante desde la TPA (con Wiener como socio) el Plan de Cidade dos Motores en Brasil (1943-1945) donde, tal y como se recoge del Diccionario Biográfico de la Real Academia de la Historia en el artículo dedicado a Sert (http://dbe.rah.es/biografias/8201/jose-luis-sert-lopez), se “proponía una ciudad abierta y ordenada que materializaba de forma rigurosa las doctrinas urbanísticas defendidas por el Movimiento Moderno, con una trama cuadriculada en la que los grandes bloques sobre pilotes concentraban la edificabilidad para preservar la vegetación del territorio, y en la que una amplia red viaria separaba el tráfico rodado y peatonal. A este proyecto le siguieron, entre otros muchos, la Nueva Ciudad de Chimbote, en Perú (1948), los planes directores para Medellín (1949) y Bogotá (1951-1953) y un plan Piloto para La Habana (1955-1958), en los que Sert y sus socios abandonaron progresivamente la ortodoxia de la Cidade dos Motores adaptando el planeamiento a la situación climática, social y económica de cada lugar; para ello emplearon sistemas más adecuados a las condiciones locales, derivados del conocimiento previo de la arquitectura popular que ya había despertado el interés de Sert desde sus primeras obras, abriendo así una nueva vía dentro del urbanismo de la época”.

5. Plano de conjunto de «pomona» con la descripción del programa

De todo ello se beneficia “Pomona” y de “Pomona”, indirectamente, el TABO que pudo incorporar de esta experiencia buena parte tanto de sus planteamiento conceptuales en cuanto a lo urbano como de sus modelos de viviendas. También, casi de forma simultánea, por un lado la Comisión Nacional de Urbanismo solicitará la consultoría de TPA en la elaboración del Plano Regulador de Caracas de 1951 y, por el otro, la firma “Planificación y Vivienda” recurrirá a Sert y Wiener como asesores a la hora de serle solicitada en 1951 por la Orinoco Mining Company la planificación de los centros urbanos de Puerto Ordaz y Ciudad Piar y el diseño de viviendas para los trabajadores. Sert y Wiener realizarán en 1953 los centros cívicos de la “New Towns” de Puerto Ordaz y Ciudad Piar y el proyecto de una iglesia para la primera. Luego, siendo Sert decano de la Escuela de Diseño de la Universidad de Harvard, se concreta la participación de esa universidad y el MIT (integrantes del Joint Center for Urban Studies), mediante un contrato firmado con la Corporación Venezolana de Guayana, para asesorar en 1962 la realización del plan Maestro de Desarrollo Urbano para Santo Tomé de Guayana (Ciudad Guayana).

Finalmente, será el ingeniero Francisco Carrillo Batalla, integrante de la Oficina “Planificación y Vivienda”, quien en 1952 le de a Sert la oportunidad de proyectar su única obra -no construida- en Caracas: el proyecto de su vivienda familiar  ubicada en la avenida principal del Caracas Country Club, develada en la exposición “Our architects en Caracas. Arquitectura norteamericana en Caracas. 1925-1975” (2017) y reseñada en el catálogo de la misma por Hannia Gómez.

6. Vista satelital actual de «Pomona» dentro del crecimiento de Maracaibo

Hoy “Pomona” dada su proximidad a la zona industrial y al puerto de Maracaibo ha sido absorbida por el crecimiento de la ciudad, pese a haber sido concebida como un desarrollo autónomo a las afueras. Si en algún momento resultaba fácil reconocerla dentro de la trama urbana hoy los efectos del tiempo y las intervenciones realizadas por sus pobladores la han mimetizado hasta el punto de verse prácticamente asimilada al desordenado crecimiento de sus alrededores.

Su esquema inicial sufrió una importante modificación al momento de llevarse a cabo el proyecto definitivo y su ejecución, cosa que hemos podido detectar a través de la imagen satelital: las viviendas multifamiliares ubicadas inicialmente al sureste sobre una franja en la que predominan las áreas verdes, pasaron al noroeste, dando la sensación de que los proyectistas, por motivos que desconocemos, llevaron a cabo un rebatimiento completo dejando inalterada la distribución del resto de los componentes del conjunto sobre el terreno.

ACA

Procedencia de las imágenes

Postal, 1, 3 y 5. 1928-1952. La vivienda popular en Venezuela, 1952

2 y 4. Colección Crono Arquitectura Venezuela.

6. Imagen tomada de Googlo Earth.