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ALGO MÁS SOBRE LA POSTAL Nº 373

El llamado a concurso privado de ideas de arquitectura que hiciera en febrero de 2002 la empresa Sincrudos de Oriente C.A. (SINCOR), sociedad mercantil integrada por las empresas Total Venezuela, S.A., filial del grupo Totalfinaelf (Francia); PDVSA Sincor S.A. (Venezuela) y Statoil Sincor, A.S. (Noruega), que participaba en el desarrollo de la faja petrolífera del Orinoco, significó para los participantes invitados el encontrarse por primera vez de forma explícita con la oportunidad de hacer propuestas que no sólo se tradujeran en un “edificio emblemático para la empresa y la arquitectura nacional” dado “el carácter e importancia de las actividades que realiza SINCOR en el estado Anzoátegui”, sino “…que además de demostrar excelencia en el diseño, también contemplen su sustentabilidad y viabilidad técnica y económica”, tal y como rezaba en las bases del concurso elaboradas el año 2001 por sus organizadores.

Por si esto fuera poco, hacia el final del documento entregado a los convocados, en la sección “La arquitectura que queremos” se manifestaba de manera aún más explícita el compromiso de la empresa con los valores ambientales de la arquitectura: “Queremos una arquitectura nacional, que enfatice los contenidos de su localización regional–tropical… (que combine) el uso de tecnologías apropiadas y materiales constructivos locales con un lenguaje global acorde al nivel de nuestras exigencias como empresa multinacional y multicultural… Requerimos una arquitectura sostenible, con vista a nuestras actividades en los próximos 35 años en el lugar, que valorice los aspectos de redunden en la disminución del consumo energético, sin menospreciar las ventajas de los sistemas de control ambiental”.

1. Láminas presentadas en el concurso por el equipo de VAV Proyectos y Construcciones, C.A.

En tal sentido, a la firma VAV Proyectos y Construcciones C.A. con el arquitecto Domingo Acosta a la cabeza (junto a Fruto Vivas y Efraín Vivas, la colaboración de Mauricio Espina, Erick Vivas y Ariel Donoso y propuesta paisajística de Enrique Blanco), ganadora a la postre del certamen, se le presentó la inmejorable ocasión de plasmar en la práctica toda una serie de planteamientos que Acosta como profesor e investigador dentro del Instituto de Desarrollo Experimental de la Construcción (IDEC) de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo (FAU) venía desarrollando en el área del desarrollo tecnológico.

Así, en el artículo titulado “Hacia una arquitectura y una construcción sostenibles: el proyecto para el edificio sede de SINCOR (Barcelona, estado Anzoátegui)”, publicado en la revista Tecnología y Construcción, Vol 19, Nº 2 (2003), Acosta develará lo que serían los aspectos conceptuales vinculados al enfoque en torno a sostenibilidad, que ya desde los años 90 del siglo XX, introducidos por Alfredo Cilento, se venían debatiendo y explorando dentro del IDEC y la manera como ellos fueron incorporados en la concepción y puesta en escena de la idea ganadora del concurso.

2. Planta de conjunto (izquierda) y esquemas explicativos sobre la consideración de las variables climáticas (derecha).

Con la más absoluta claridad, Acosta declara cómo: “Nuestra propuesta se centra en cinco ideas para una arquitectura sostenible: el techo como filtro ambiental; el patio interior: ventilación e iluminación naturales; vegetación y ciclo del agua: la incorporación de los procesos naturales al entorno del edificio sede; estructura flexible y de rápido montaje; y construcción seca y por componentes modulares, todo ello bajo la premisa que encierran las siguientes estrategias: hacer más con menos recursos; reducción del consumo energético; reducción de la contaminación y de los peligros para la salud; construir bien desde el inicio; cero desperdicio, y producción local, flexible y de pequeña escala”.

Enfocado claramente con la intención en convertirse en un edificio manifiesto, y en un importante eslabón dentro de un campo al que se le ofreció la posibilidad de explicar y dar salida a temas que se manejan desde el interior de la academia, Acosta expondrá cómo el proyecto asumió cada una de las ideas plasmándolas en criterios y objetivos que se aplican en la implantación de la edificación en el predio, el uso de diversos elementos, la escogencia de los materiales, la utilización de un determinado sistema estructural y la organización del programa.

Ante el reto de trabajar en un lote de 43.000 metros cuadrados de superficie, plano, físicamente muy homogéneo, sin mayor relevancia del paisaje, de escasa vegetación, alta humedad relativa, temperaturas fuera de la zona de confort, velocidad del viento más moderada que fuerte y elevado nivel freático, insertado en un sitio de bajo perfil, deprimido y sin mayor interés, en medio de un contexto ruidoso, polvoriento y contaminado que originan un fuerte deterioro de la calidad ambiental y urbana, la respuesta incorpora una serie de intervenciones urbanísticas que apuntan a mejorar su accesibilidad, dar relevancia al tratamiento de las áreas exteriores y procurar la concentración del edificio de 7.500 metros cuadrados de construcción, orientado norte-sur, en el segundo tercio del terreno.

3. El techo como filtro ambiental.
4. El patio interior: ventilación e iluminación naturales.

Para materializar las ya mencionadas “cinco ideas para una arquitectura sostenible”, Acosta expondrá cómo cada una estará acompañada de una serie de elementos arquitectónicos y constructivos orientados por un grupo de estrategias.

Así, el techo como filtro ambiental se referirá “al concepto del doble techo con vegetación, un sistema pasivo de control ambiental ideal para moderar las fuerzas del clima” y estará conformado por pérgolas, una “nube vegetal” y un “paisajismo elevado” donde “la vegetación en las azoteas invade las pérgolas”.

El patio interior: ventilación e iluminación naturales “propone el patio interior como lugar fresco y lleno de vegetación para proteger de la excesiva radiación solar y de la lluvia, y permitiendo la ventilación natural en las áreas comunes del edificio, para así lograr significativos ahorros de energía”.

5. Vegetación y ciclo del agua: la incorporación de los procesos naturales al entorno del edificio sede (izquierda) y Estructura flexible y de rápido montaje (derecha)

Vegetación y ciclo del agua: la incorporación de los procesos naturales al entorno del edificio sede “establece que la vegetación y el agua son los grandes protagonistas del enfoque ecológico de nuestra propuesta como contribución a mejorar los deteriorados procesos ambientales del entorno urbano”, para lo cual “se creará un laguna que consolide el vínculo de la vegetación y el agua al entorno de la sede y para control del ciclo del agua” y se utilizará “vegetación abundante en el paisajismo: caminerías, estacionamientos y laguna”.

Estructura flexible y de rápido montaje “responde a los principios de flexibilidad del espacio exigidos por los usos de la sede”, contándose con espacios libres de 15 m x 15 m ofreciéndose la máxima flexibilidad, facilitando la coordinación modular de la estructura y demás elementos prefabricados modulares.

6. Construcción seca y por componentes modulares (izquierda) y despiece del edificio (derecha).

Construcción seca y por componentes modulares “intenta lograr el ideal de ‘cero desperdicio’ a través de procesos de construcción y ensamblaje de componentes de estructura y cerramiento guiados por los principios de la ‘construcción seca’ y de la ‘desconstrucción’”, planteándose el uso de una estructura conformada por “elementos prefabricados modulares apernados”, la fijación a ella de los cerramientos exteriores (paneles de fachada, ventanas y elementos de protección solar) mediante pernos y tornillos, el uso de cerramientos interiores flexibles y desmontables y la sujeción de los elementos de la pérgola mediante ganchos.

7. Vista fachadas norte y este (izquierda) y planta baja (derecha).

SINCOR que en 2002 realizó la primera producción de crudo sintético que alcanzó los 180.000 barriles diarios a partir de un suministro de 200.000b/d de crudo pesado proveniente de la región de Zuata en la Faja del Orinoco, y que en 2005 anunció que perforaría ocho nuevos pozos productores y esperaba perforar unos 67 pozos en el año 2006 y 84 pozos en el 2007, se vio obligada a convertirse en empresa mixta en 2007 siendo luego asimilada por el consorcio llamado Petrocedeño. Presumimos que este último evento terminaría dejando de lado la construcción del edificio ganado por concurso que hoy nos ha ocupado y con ello la posibilidad de poner a prueba los interesantes planteamientos de una arquitectura y construcción sostenibles que lo sustentaban.

8. Vista fachada norte.

Por otra parte, la labor investigativa acumulada por Acosta (egresado de la FAU UCV en 1979, Ph.D.en Arquitectura de la Universidad de California, Berkeley, 1986 y profesor titular del IDEC, FAU, UCV), le permitió presentar en septiembre de 2002 el trabajo de ascenso a la categoría de profesor asociado titulado “Arquitectura y construcción Sostenibles: propuestas y experiencias profesionales y académicas”, por el que obtuvo el Premio Bienal Carlos Raúl Villanueva al Mejor Trabajo de Ascenso de la FAU-UCV en 2004, y más adelante, junto a Alfredo Cilento, “Edificaciones sostenibles: estrategias de investigación y desarrollo”, publicado en 2005 en Tecnología y Construcción Nº 21 I. Acosta en 2015 dirigió el equipo ganador del Concurso para la Subsede Guayana del Banco Central de Venezuela (BCV), la cual le hizo merecedor de la Mención Honorífica del Gran Premio XIII Bienal de Arquitectura de Venezuela, 2019 (coautor arquitecto Miguel Acosta), y publica en 2019 el libro Diseñar en el Antropoceno: La arquitectura más allá de la sostenibilidad con el que obtiene el Premio Juan Manuel Cagigal 2021 al mejor libro de texto de Ingeniería y el Hábitat, otorgado por la Academia Nacional de la Ingeniería y el Hábitat de Venezuela.

ACA

Procedencia de las imágenes

Todas. https://domingoacosta.org/sincor y http://saber.ucv.ve/ojs/index.php/rev_tc/article/view/3542