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ALGO MÁS SOBRE LA POSTAL Nº 436

El caraqueño Inocente Palacios Caspers (1908-1996) es una de las personalidades más interesantes del siglo XX venezolano.

1. Algunos de los miembros de la Generación de 1928. Inocente Palacios aparece de pie, segundo de izquierda a derecha.

Integrante de la llamada Generación de 1928 y descendiente directo de Bonifacio Palacios, tío materno de Simón Bolívar, Inocente “estudió bachillerato en el liceo Caracas, pasando luego a la Universidad Central de Venezuela, donde obtuvo los títulos de bachiller en filosofía (1928) y de doctor en ciencias políticas (1931). Durante 20 años mantuvo una intensa actividad política y de lucha social por la que hubo de soportar cárcel y destierro”, expone Omar Alberto Pérez en la entrada correspondiente publicada en el Diccionario de Historia de Venezuela de la Fundación Empresas Polar (https://bibliofep.fundacionempresaspolar.org).

2. El golpe de estado del 18 de octubre de 1945 se convirtió en un punto de inflexión en la vida de Inocente Palacios.

Casado con Josefina Juliac Madroño, Palacios, antes del golpe de Estado del 18 de octubre de 1945, se retira de Acción Democrática (agrupación política que contribuyó a gestar tras haber sido secretario de su germen: el Partido Democrático Nacional -PDN-), por lo que una vez más “debió (según Omar Alberto Pérez) afrontar persecución, cárcel y exilio. Después de esto no participó más en la militancia partidista”.

3. Vista aérea de Caracas hacia el este con el desarrollo de Colinas de Bello Monte a la derecha en momentos en que se concluían los movimientos de tierra para urbanizar la parte alta (1953)

A su regreso, Palacios se involucró de manera decisiva en el proceso urbanizador de Caracas actividad que compartió con las de promotor cultural y musicólogo. De tal manera, cuando desde 1949 se acomete la urbanización de las tierras ubicadas hacia el sureste del casco central de Caracas, antiguamente ocupadas por la Hacienda Bello Monte (donde se alojó Humboldt durante su estancia en 1799), que se extendían a ambos lados del rio Guaire, propiedad de la Sucesión Casanova, Palacios junto a Luis Albero Pocaterra aceptan la proposición que le hacen Juan Vicente Casanova-Ibarra y Antonio J. Casanova para desarrollar los terrenos más inclinados ubicados al sur. Así, Palacios (quien conseguiría apoyo del Banco Obrero ya como presidente de C.A. Urbanización Colinas de Bello Monte) terminó gestando un suburbio con alto sentido especulativo que se convirtió en la primera conquista por parte del crecimiento formal de la ciudad de lo que en otro contexto sería calificado como un “cerro”, con modificación de la ordenanza de zonificación incluida.

4. Izquierda: Propuesta ganadora presentada por José Miguel Galia para el Concurso Concurso Internacional “Colinas de Bello Monte” para una quinta en pendiente (1951). Derecha: «Casa Modelo» (1951) construida por C.A. Urbanización Colinas de Bello Monte encargada a Antonio Lombardini
5. Izquierda: Concha Acústica de Bello Monte. Julio César Volante, 1954. Derecha: Fotomontaje de la maqueta del proyecto para el Museo de Arte Moderno de Caracas. Oscar Niemeyer, 1955.

Teniendo al arquitecto italiano Antonio Lombardini como su mano derecha en lo relacionado al trazado urbanístico y la realización de una serie de quintas-tipo para posibles compradores de terrenos en pendiente (para lo cual también se había realizado en 1951 un concurso internacional ganado por José Miguel Galia), Palacios, en su rol de promotor cultural y como presidente de la Fundación José Ángel Lamas, donó un predio con la intención de que fuese la sede artística de la Orquesta Sinfónica Venezuela (OSV) donde se construyó un anfiteatro (que luego pasaría a ser la Concha Acústica de Bello Monte), proyectado por el arquitecto Julio César Volante. Dentro de la misma línea también será el principal impulsor de la propuesta que, con la idea de convertir la zona en el epicentro de un movimiento cultural a escala metropolitana, previó la posibilidad de colocar al borde de una pequeña colina el futuro Museo de Arte Moderno de Caracas que se le encargó, luego de la declinación de Mies van der Rohe, a Oscar Niemeyer en 1955.

6. Quinta Caurimare, propiedad de Inocente Palacios. Calle Caroní, Colinas de Bello Monte. Arquitecto Antonio Lombardini, 1957. Demolida en 1980.

Más adelante, Palacios decide construir dos viviendas para su disfrute y el de su familia (ambas finalizadas en 1957), de concepción y carácter muy distintos: una en la ciudad ubicada justamente en la calle Caroní de Colinas de Bello Monte, cuyo proyecto le encarga a Lombardini la cual poseía holgadas dimensiones más próximas a las de un centro cultural; y otra de corte vacacional que realizaría en la región de Barlovento (por la que Palacios tenía una particular atracción sentimental) y que, localizada en Río Chico, le solicita a Fruto Vivas.

7. En primer plano, la Quinta El Palmar (proyectada por Fruto Vivas para el presidente Marcos Pérez Jiménez) y, en segundo plano, la casa diseñada también por Fruto para el gobernador Guillermo Pacanins. Ambas están localizadas en el sector Playa Grande del Litoral Central y son de 1954.

Palacios que conocía a Fruto desde su época de estudiante, cuando formó parte del grupo de colaboradores de Niemeyer (junto a Henrique Hernández, Elio Vidal, Gustavo Legórburu y Pedro Valenti) en el proyecto del Museo de Arte Moderno, y que vio cómo todavía sin graduarse (lo haría en 1956) sería el arquitecto escogido en 1955 para desarrollar la propuesta del Club Táchira y, previamente (1954), de las quintas construidas por Guillermo Pacanins (gobernador del Distrito Federal) y Marcos Pérez Jiménez (presidente de la República) en el Litoral Central, se sumó a la serie de personas algunas pudientes y otras poderosas que le ofrecieron al novel arquitecto la oportunidad de desarrollar su talento y poner en práctica sus planteamientos, relacionados con el uso de materiales autóctonos y la utilización de sistemas constructivos que dotaban a las edificaciones de un espíritu que combinaba modernidad y tradición popular.

La casa que Fruto Vivas diseña para Inocente Palacios (cuya foto de la fachada posterior engalana nuestra postal del día de hoy), cumple con todos los rasgos con los que Juan Pedro Posani caracterizó la “arquitectura populista” a la cual dedica todo un capítulo de la segunda parte de Caracas a través de su arquitectura (1969), y que en el caso del arquitecto tachirense se traducen en: “conocimiento y estudio directos de las fuentes populares, actitud celosamente nacionalista, investigación estructural permanente y un sentido muy agudo del espacio dinámico”, todo lo cual  “se aúna a un carácter generoso y capaz de súbitas explosiones de entusiasmo contagioso, los cuales en buena parte explican su tremendo poder de influencia”.

8. Fruto Vivas. Hotel Moruco. Santo Domingo, estado Mérida (1954-1956)
9. Fruto Vivas. Quinta Zaira. Colinas de Bello Monte, Caracas (1954-1956)
10. Fruto Vivas. Vivienda propia. Los Chorros, Caracas (1955).

Emparentada más directamente con el carácter y la técnica constructiva en madera manejada por Fruto en el hotel Moruco que le encargara la CONAHOTU (Santo Domingo, Mérida, 1954-1956), en la espacialidad de la quinta Zaida de Colinas de Bello Monte (1954-1956) y en la ambientación y uso de los materiales a la vivienda que el propio Fruto se construyó en Los Chorros, Caracas (1955), de la casa Palacios destaca la utilización de troncos gruesos de mora para la estructura (vigas y columnas), viguetas que sostienen el techo de mangle, machihembrado de caoba para las cubiertas (apareciendo también en ocasiones el cedro y el apamate) y pisos de corazón de mora, trabajados con sabiduría con la participación de un grupo de artesanos portugueses.

11. Dibujo de Juan Pedro Posani de la casa de Inocente Palacios en Río Chico (c.1960)
12. Fruto Vivas. Casa de Inocente Palacios en Río Chico (fachada principal)

También experimentó Fruto con el uso de bahareque para las paredes, cosa que en su momento alarmó al cliente que no se imaginaba cómo se garantizaría la durabilidad en el tiempo de ese tipo de material. Al respecto, Inocente Palacios en el libro Fruto Vivas. Del barro al metal, escrito por Raquel Castro en 1989, testimonia al narrar la construcción de la casa cómo “Fruto vino, vio el sitio y empezó a hacer un proyecto a lo Fruto Vivas, proyecto que bosquejaba en el reverso de un sobre de correos, en papel de envolver, sobre una tabla, siempre dibujaba en la primera cosa que estuviera a su alcance. Fruto venía aquí, se quedaba un rato viendo el paisaje, se volvía a ir, se desaparecía. Después nos dijo que iba a hacernos una casa de bahareque y madera. En el primer momento me pareció muy hermoso pero enseguida me alarmé y le dije, pero el bahareque se cae! (…) Añade Inocente Palacios que para tranquilizarlo prometió reforzar por dentro las paredes de bahareque y así, poco a poco, le fue dando corporeidad, lentamente; fue un proceso largo”.

13. Fruto Vivas. Casa de Inocente Palacios en Río Chico.

Lo paradójico de esta casa se presenta en el hecho de que habiendo utilizado materiales de la zona y un sistema constructivo relativamente sencillo resultó muy costosa y demorada en el tiempo: “La cosa más larga y más laboriosa del mundo… Resultó una locura”, confesará Palacios a Raquel Castro. Como muestra valga decir que el piso del comedor hecho de rodajas de corazón de mora duró un año construyéndose, por el hecho de que debieron de escogerse uno a uno los pequeños pedazos que rellenarían los huecos que quedaban entre los discos grandes. “Toda una obra de orfebrería y marquetería”, sentenciaría Palacios con admiración luego de ver el resultado.

14. Fruto Vivas. Casa de Inocente Palacios en Río Chico.

Otra clara paradoja que ya asomáramos, está relacionada con la manera como Fruto, declarado por Juan Pedro Posani como “arquitecto revolucionario, vanguardista, contracorriente, que está en contra del sistema, que es perseguido político, que es adscribe a un movimiento político totalmente subversivo”, logra dar sus primeros pasos dentro del ejercicio profesional. La respuesta la da el propio arquitecto al manifestarle a Raquel Castro: “Yo, enamorado de la madera, me ponía a hacer casas de madera para ricos, puesto que esos eran mis clientes y porque allí estaba mi comida. Me tocaba repartirme en eso de trabajarle a los ricos haciéndoles casas y mansiones que yo utilizaba para aprender”.

15. Fruto Vivas. Casa de Inocente Palacios en Río Chico.

La casa Palacios fue considerada la obra “más tropical” de las hechas por Fruto para aquel momento en el que la arquitectura populista de su mano se puso de moda, se convirtió en cliché y fue vaciada de todo su auténtico contenido. En ella, también se encierran los aciertos de quien miró a la significación, valores y experiencias de la tradición sin renunciar a su contemporaneidad, patente en la plena integración entre el interior y el exterior y el uso de técnicas y materiales que se complementan sin rebuscamientos, en pro de exaltar los valores espaciales (y especiales) de su arquitectura.

ACA

Procedencia de las imágenes

Postal y 13. Raquel Castro. Fruto Vivas. Del barro al metal (1989).

1. Juan Bautista Fuenmayor. Generación del 28. El movimiento estudiantil antidictatorial (https://issuu.com/editorialaurora/docs/generacion_del_28_-_juan_bautista_fuenmayor)

2. Contrapunto.com (https://contrapunto.com/nacional/politica/que-paso-el-18-de-octubre-de-1945-revolucion-o-golpe-de-estado/)

3. Colinas de Bello Monte (https://www.facebook.com/ColinasBelloM/)

4. Revista del Colegio de Ingenieros de Venezuela, nº 190, 1952; y Colección Crono Arquitectura Venezuela.

5. Colección Crono Arquitectura Venezuela; y arxiu.bak (http://arxiubak.blogspot.com/2012/12/museo-de-arte-moderno-de-caracas-oscar.html)

6. Colección Crono Arquitectura Venezuela.

7. La Guaira en Retrospectiva (https://www.facebook.com/LaguairaenRetrospectiva/posts/quinta-el-palmar-en-playa-grande-catia-la-mar-construida-en-el-a%C3%B1o-1954-construc/2309071529230096/?locale=hi_IN)

8. Colección Crono Arquitectura Venezuela; Colección Fundación Arquitectura y Ciudad; DoCoMoMo Venezuela (docomomovenezuela.blogspot.com); y Eduardo Feo (https://www.pinterest.com/pin/397442735839615852/)

9. María Isabel Peña, Iván González Viso y Federico Vegas. Caracas del valle al mar. Guía de arquitectura y paisaje (2015).

10. Instagram. gianni.napolitano (https://www.instagram.com/gianni.napolitano/p/BBqLd1yMPpn/); y Viva Venezuela (https://www.pinterest.com/pin/79376012152714196/)

11. Graziano Gasparini y Juan Pedro Posani. Caracas a través de su arquitectura (1969)

12, 14 y 15. Graziano Gasparini. Casa venezolana (1992)

1954• Concha Acústica de Bello Monte

Concha Acústica de Bello Monte.jpg

1954•  La empresa C.A. Urbanizadora Colinas de Bello Monte, a través de su propietario, el empresario venezolano Inocente Palacios (1908-1996) dona un terreno de 18.000 m2 ubicado en la Calle Caurimare con Calle Chaure de la citada urbanización, para la construcción de Concha Acústica de Bello Monte, llamada a ser sede artística de la Orquesta Sinfónica Venezuela,

El proyecto fue desarrollado por el arquitecto argentino Julio Volante (U. de Buenos Aires. Reválida FAU UCV promoción 16F/1967), con el cálculo estructural del ingeniero Justo Pastor Farías Mendoza (1890-1960) y construido por un consorcio integrado por las firmas Técnica Constructora, S.A., TEC, S.A. y Gil Rangel Baquero, S.A.

Luego de tan solo 45 días de construcción (entre el 15 de enero y el 1 de marzo) este espacio cultural, que tiene un aforo para 8.000 espectadores, hoy conocido como la Concha Acústica José Ángel Lamas, se concluyó siendo inaugurado el 19 de marzo de 1954, con la celebración de un concierto cuya primera parte fue de música sacra venezolana, dirigida por el maestro Vicente Emilio Sojo, director de la Orquesta Sinfónica Venezuela.

La segunda parte estuvo a cargo del maestro alemán Wilhelm Furtwängler que dirigió obras de Haendel, Strauss y Wagner. Se decía que Furtwängler había dicho «Acústica Perfecta».

El arquitecto Volante le dio forma rectangular a «la concha» del José Ángel Lamas, logrando que los sonidos de los instrumentos tengan reflexiones nítidas y uniformes audibles hasta a los 87 metros, distancia a la cual se encuentra la última grada de asientos.

Para ello la cocha fue construida, luego de la realización de los cálculos necesarios buscando hacer entrar en vibración los planos de reflexión y dispersión, recubriendo el interior con un delgado friso aplicado sobre metal desplegado, capaz de producir la vibración deseada a la vez de reflejar en toda su pureza cualquier nota musical.

Las paredes laterales encajonan en 20 metros los sonidos evitando el eco.

El piso de la concha es una losa de concreto que asemeja una caja sonora y que cubre los camerinos ubicados debajo.

Las gradas están apoyadas sobre columnas y vigas, ya que por ser el terreno un relleno estas no se pudieron asentar directamente.

La Concha Acústica José Ángel Lamas cuenta con sanitarios, una cabina de control, iluminación, juego de luces para el escenario, dispositivos para radio y televisión y posibilidad de grabación de sonido.

El maestro Alejandro Otero (1921-1990), artista plástico de reconocimiento internacional, quien para la fecha ya había participado en el proyecto de integración de las artes llevado a cabo por el arquitecto Carlos Raúl Villanueva en la Ciudad Universitaria de Caracas y estaba concentrado en la realización de trabajos con diferentes técnicas, es invitado a crear un conjunto de obras a ser integradas en esta notable obra.

Pocos meses después, entre los días 22 de noviembre y el 7 de diciembre, se celebra allí el 1º Festival Latinoamericano de Música de Caracas, organizado por Inocente Palacios, los Maestros Enrique de Los Ríos y Pedro Antonio Ríos Reyna y el escritor cubano Alejo Carpentier.

HVH

¿SABÍA USTED…

… que en 1957 Roberto Burle Marx diseña los jardines de la quinta Caurimare propiedad de Inocente Palacios en Colinas de Bello Monte?

1. Quinta Caurimare, propiedad de Inocente Palacios, Colinas de Bello Monte. Arquitecto Antonio Lombardini, 1957. Demolida en 1980.

Como en diversas oportunidades hemos reseñado, la urbanización Colinas de Bello Monte se trata de la primera incursión que se realiza al sur del río Guaire con el objetivo de ocupar las estribaciones de los cerros allí ubicados. Fue en 1949 cuando la Sucesión Casanova, propietaria de los terrenos de la hacienda Bello Monte (productora de caña de azúcar), ubicada en la ribera sur del rio Guaire, frente a Sabana Grande, se dispuso a planificar la zona, actividad que asumió Inocente Palacios, empresario, promotor cultural y musicólogo (además de cofundador en 1941 del partido Acción Democrática -del que se separa en 1944- y Director fundador de la Escuela de Artes de la UCV en 1978), quien se acompañó de un grupo de competentes profesionales entre los que se encontraba el arquitecto italiano Antonio Lombardini, a quien correspondió realizar el trazado del desarrollo cuya parte menos accidentada (cercana al río) sería ocupada por edificios corporativos y viviendas multifamiliares con comercio en planta baja, destinándose las laderas para quintas que podrían aprovechar, gracias a la sinuosa adaptación topográfica las calles, las magníficas visuales abiertas sobre el valle y el Ávila.

2. Izquierda: Propuesta ganadora presentada por José Miguel Galia para el Concurso Concurso Internacional “Colinas de Bello Monte” para una quinta en pendiente (1951). Derecha: «Casa Modelo» (1951) construida por la urbanizadora de Colinas de Bello Monte encargada a Antonio Lombardini
3. Vista aérea de Colinas de Bello Monte en momentos en que se concluían los movimientos de tierra para urbanizar la parte alta (1953)

Palacios a la hora de promover la venta y ocupación de los terrenos destinados a las quintas lo hace desde dos frentes aparentemente contradictorios entre sí. En primer lugar encarga a Lombardini el proyecto y construcción de una “Casa Modelo”, ubicada en un terreno “ondulado”, como afirmaba la urbanizadora, la cual se termina en 1951, muy poco después de iniciadas las obras de vialidad y lotificación en la zona. Por otro lado, ese mismo año impulsa la realización del Concurso Internacional “Colinas de Bello Monte” para una quinta en pendiente del cual resulta ganador el arquitecto José Miguel Galia obteniendo el segundo premio el arquitecto italiano Gino Ugo Posani y el tercero, el estudiante Raúl Garmedia. La paradoja aflora cuando el acto de entrega de los premios del concurso se realiza en el mes de diciembre en los espacios de la “Casa Modelo”.

Lo cierto es que Lombardini llegó a realizar numerosas quintas en Colinas de Bello Monte de los más variados tipos e implantaciones y, que sepamos, a Galia no le correspondió proyectar ninguna con base a su prototipo “en pendiente”. De hecho, cuando Palacios decide emprender en 1957 la construcción de su propia casa en terrenos de la urbanización, dinamita un pequeño cerro llamado “El Perico” localizado en la calle Caroní y recurre a Lombardini para que la diseñe.

De la vivienda familiar de Palacios, a la que dio por nombre “Caurimare”, es poca información la que se logra conseguir salvo que se trataba de una casa-conservatorio montada “en un pico de ésos”, una casa tan “absurdamente grande que hicimos muchos grandiosos conciertos, a veces hasta de cuarenta músicos” según ciertos testimonios (recordemos que Palacios era chelista), todo lo cual nos habla de su considerable tamaño y de su conversión esporádica en centro cultural. En tal sentido, de una entrevista que realizara el año 2001 Laura Helena Castillo a la viuda de Palacios, Josefina Juliac, tras cumplir 104 años de vida, titulada “La venezolana que ha vivido en tres siglos. La prolongada batalla de Josefina Juliac” (https://enlasdosorillas2.wordpress.com/2005/05/20/la-venezolana-que-ha-vivido-en-tres-siglos/), hemos conocido, con relación a su consideración como epicentro cultural “que en la casa del matrimonio ubicada en Colinas de Bello Monte, se reunía ‘El Sindicato de la Inteligencia’, en el que estaban agremiados Alejo Carpentier, Miguel Otero Silva, María Teresa Castillo, Carlos Eduardo Frías, Antonia Palacios, entre otros ‘sindicalistas del buen vivir y mejor pensar’ ”.

Hannia Gómez, por su parte, señala sobre la influencia que sobre Palacios tuvo su atracción suburbana, que ella “arranca con la singular historia de su vida. Su emigración constante hacia el este, de casa en casa, desde la señorial casa paterna en el damero colonial hasta su atalaya en Bello Monte, es una metáfora del desarrollo de la ciudad.”
También es muy poco lo que quedó registrado de la espacialidad interior de “Caurimare” (demolida en 1980) y de su aspecto exterior se tiene una vista de su fachada norte tomada desde la zona baja del terreno que ocupaba la cual ratifica su gran dimensión, el aparente predominio del concreto como material de construcción, su aspecto racionalista a la vez que pesado más próximo al de un edificio público que al de una vivienda unifamiliar, el acento en la horizontalidad y el aprovechamiento máximo de las visuales hacia el valle de Caracas del que destacan corredores ubicados en planta baja abiertos al exterior y una gran terraza techada en la planta alta.

4. Roberto Burle Marx en Río de Janeiro con su equipo, los arquitectos Fernando Tábora, Julio César Pessolani y John Godffrey Stoddart. 1960

Sin embargo, por una de esas afortunadas casualidades que a veces ocurren cuando se navega por internet en busca de información, nos hemos topado con un esclarecedor y muy valioso trabajo realizado en 2017 por la profesora de la FAU UCV Inés M. Casanova Silva, cuando cursaba “Historiografía del Arte” en el MBArch Master Universitario en Estudios Avanzados en Arquitectura en la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Barcelona (Universidad Politécnica de Catalunya), titulado “Crítica de obra de Roberto Burle Marx: El jardín-damero de la casa de Inocente Palacios en Caracas (1957)”, con el cual será posible complementar esta nota.

Para contextualizar la obra y el momento baste decir que, según Fernando Tábora en su libro autobiográfico Dos parques. Un equipo (2007), Burle Marx llega a Venezuela en septiembre de 1956 “debido a una circunstancia fortuita dada por la necesidad de la colaboración de un arquitecto paisajista, en el proyecto del club privado Puerto Azul. El promotor Daniel Camejo Octavio y sus arquitectos Oscar Carpio y Guillermo Suárez, enfrentaban un problema difícil con las áreas libres del proyecto. Uno de los gerentes de la promotora, cuyo sobrino estudiaba en la Universidad de Cornell, el hoy arquitecto y paisajista Oswaldo Lares, le insinuó a Camejo la importancia de hacer venir a Burle Marx como consultor”. El propio Tábora, quien para entonces ya trabajaba en el Atelier de Burle Marx en Río de Janeiro, será quien coordinará los detalles y luego lo acompañará en el viaje que realizaría a Venezuela.

Como ya apuntáramos en la nota dedicada al destacado paisajista brasileño en nuestro Contacto FAC nº 137 (04/08/2019), Burle Marx, quien ya para 1956 se había dado a conocer internacionalmente con obras como el jardín de la casa de Odette Monteiro (1948) y los jardines del Ministerio de Educación y Salud de Río de Janeiro (1945), de Lucio Costa y Oscar Niemeyer, llega a un país que se caracterizaba por su bonanza económica y acelerado ritmo en la construcción de su infraestructura, y a partir del mismo momento en que lo hace se ampliarán los contactos, colaboraciones y proyectos que el Atelier (por entonces conformado por Burle Marx, Tábora, Mauricio Monte y Julio César Pessolani) iría atendiendo y desarrollando. Casi de inmediato, a finales de 1956, Burle Marx es llamado por Carlos Guinand Sandoz para diseñar las áreas exteriores de la Exposición Internacional de Caracas a realizarse en 1960; es requerido por Jorge Romero Gutiérrez, Dirk Bornhorst y Pedro Neuberger para colaborar con el tratamiento de los espacios abiertos de El Helicoide de la Roca Tarpeya; también para proyectar el paisajismo entre el hotel Humboldt y la Estación del Teleférico a instancias de Tomás Sanabria; y, más adelante, el rediseño del área central de la pista del Hipódromo La Rinconada, el Jardín Botánico, en Maracaibo (Edo. Zulia), los jardines de los clubes Playa Azul, Playa Grande, Morón y Balneario de Naiguatá, a los que se sumarán los paisajismos para las viviendas de Inocente Palacios y Diego Cisneros así como el de la casa de hacienda Monte Sacro de Nelson Rockefeller en Nirgua, estado Yaracuy, desarrollados casi todos en 1957 desde Rio de Janeiro. “No sería hasta mediados de 1957 cuando (John) Stoddart se incorporaría como socio a la nueva firma organizada para el desarrollo de proyectos de Arquitectura Paisajista y Planificación”, sumándose a Tábora, Pessolani y Monte, dejando atrás la denominación y estructura de Atelier. Posteriormente, en 1959 se registraría en Caracas la Oficina Técnica Roberto Burle Marx C.A., sociedad que acometería finalmente el proyecto para el Parque del Este.

También es conocido que en fechas más próximas Burle Marx (asociado en este caso con Haruyoshi Ono) estaría involucrado en el diseño paisajístico de las áreas exteriores de Parque Central (Siso & Shaw, 1970-1983) y el Teatro Teresa Carreño (Sandoval, Kunckel y Lugo, 1972-1983). Cabe acotar que desde 1964 Tábora y Stoddart se habían independizado y creado Stoddart + Tábora Arquitectos.

5. Izquierda: Inocente Palacios. Derecha: Ubicación de la quinta Caurimare en la calle Caroní de Colinas de Bello Monte
6. Dibujo en perspectiva del jardín proyectado por Roberto Burle Marx para la quinta Caurimare (1956)

Así, de acuerdo a la indagación realizada por Casanova, basada en un valioso material que le fuera proporcionado por John Stoddart perteneciente a su archivo privado, se nos abre otro importante frente dentro del papel que jugaba la vivienda de Palacios ya que a su condición de casa-conservatorio se podría sumar la de casa-museo. En este sentido, Palacios tendría dentro de su colección obras de Calder, un vitral Fernand Leger, un mural de Alejandro Otero y para ser ubicadas en los espacios exteriores que fueron objeto de diseño por parte de Burle Marx y su equipo, piezas cubistas de Ossip Zadkine (“El Gran Orfeo”) y de Pablo Gargallo (“El Profeta”).

También sabemos que se ubicó en un terreno con fuerte pendiente situado en la ladera norte de una de las colinas de Caracas con vista a la ciudad y al Ávila de aproximadamente 1.3 há (13.000 m2), limitado por dos calles curvas, la calle Guárico, al pie del terreno, y la calle Caroní, en la parte de arriba, por donde se le accedía a la parcela. La casa desarrollada en dos plantas tenía un área de ubicación de 2.000 m2.

Casanova, una vez contextualizado el marco en el que se desarrollaría el proyecto paisajístico no dudará en afirmar: “Ante las descripciones de la arquitectura de casa, el poder del propietario y el ideal de la urbanización, la propuesta de la Oficina Técnica de Burle Marx no podía ser otra que la de recrear el jardín de una fortaleza que parece querer controlar o conquistar el valle”.

“En la perspectiva que dibujó Burle Marx con la propuesta del jardín para Palacios se puede observar que el concepto es una colina arbolada de grupos homogéneos de especies de árboles, arbustos y palmas variadas, coronada por la gran edificación horizontal de Lombardini sobre un basamento rectangular que se extiende hacia el norte como terraza-mirador con una superficie en damero, y al pie de la colina, una hilera curva de palmas reales que delimita la parcela y está bordeada por una muralla de piedra que marca el lindero de la propiedad”, acotará Casanova, quien además logra identificar en el proyecto paisajístico cinco áreas: “el jardín de la entrada…; el área de servicio con garaje; el área de la piscina con un pabellón…; el área de la terraza ajardinada con diseño de damero, cuyo uso era la prolongación del área social de la casa; y, finalmente, el jardín arbolado que se había diseñado en la zona de más pendiente…, todo lo cual significó una modificación importante en el terreno original, para poder producir un aterrazamiento del jardín estabilizado por medio de taludes y muros de piedra”.

7. Plano realizado por la Oficina Técnica Burle Marx (1956) del jardín de la quinta Caurimare

El trabajo de Inés Casanova describe con detalle los niveles que conforman el jardín, el tratamiento que se les da a cada uno, la importante presencia del agua y la no menos correspondiente a la vegetación seleccionada para la que utilizó “una lista muy diversa de especies botánicas” todo lo cual, ilustrado con inédito material gráfico y fotográfico, puede ser consultado en (https://docplayer.es/92836645-El-jardin-damero-de-la-casa-de-inocente-palacios-en-caracas-1957.html).

8. Detalle del plano del jardín de la quinta Caurimare y foto del pabellón de la piscina
9. Izquierda: Vista parcial del jardín de la quinta Caurimare con un sendero de lajas de piedra. Derecha: Terraza-damero ajardinado desde el corredor con la escultura El Profeta al fondo como protagonista
10. Izquierda: Escultura Gran Orfeo ubicada al extremo este de la terraza-damero. Derecha: Otra vista al norte de la terraza-damero con la escultura El Profeta con El Ávila de fondo
11. Dos espacios del jardín de la quinta Caurimare

Al referirse a “El método de Burle Marx a través del jardín de la Casa de Palacios”, Casanova desarrolla varios temas importantes: “La forma abstracta del jardín” (El organicismo era característico de la obra de Burle Marx, sin embargo, en algunas obras usó las líneas rectas y figuras ortogonales, que como en el caso de la casa Palacios, buscaban crear un espacio intermedio entre la casa y el jardín, o bien, entre las líneas rectas de la arquitectura y las líneas curvas del paisaje.); “El damero en la obra de Burle Marx: … transición entre la edificación y el paisaje”; “Las esculturas como piezas del damero: El Gran Orfeo y El Profeta” (La ubicación de las esculturas no es al azar. Ambas esculturas cumplen un papel importante en la configuración del espacio y las visuales del jardín. Por ejemplo, el Gran Orfeo es el remate visual de la caminería que viene del acceso y va hacia la terraza damero. El Profeta es la pieza protagónica del damero como centro de la visual del espacio.); “El paisaje prestado y la desaparición del límite” (Según Ana Rosa de Oliveira el método del “paisaje prestado” proviene de la cultura china y fue usado y perfeccionado en la cultura japonesa… Se trata del paisaje natural -montañas, valles, rocas y cascadas- que se incluye como telón de fondo del jardín, y aparenta ser un componente estético propio del jardín.); “El Genius Loci: Burle Marx y la sensibilidad al lugar” (En el diseño del jardín de la casa de Palacios se adapta la propuesta al lema de la urbanización “una terraza en el Ávila”. Realmente se logra recrear una terraza-damero a manera imaginaria, en la montaña. Las caminerías acompañan la sinuosidad de los caminos de Colinas de Bello Monte.); “La vivencia del jardín y lo sensorial” (Tiempo y movimiento juegan un papel importante en el paisaje que crea Burle Marx. El jardín se puede recorrer completo y el recorrido es una experiencia de sensaciones. Burle Marx evidencia una facilidad por imaginarse el espacio en tres dimensiones, con volúmenes, texturas y colores.); “La tropicalización del jardín – la vuelta a la flora tropical” (En Caracas se preferían plantas exóticas de climas templados europeos, pero a partir de Burle Marx, se comienzan a usar nuevas especies de plantas provenientes de recolectas botánicas y exploraciones por el interior del País, y por Brasil, que su vez, importa Burle Marx.); “La plástica de la vegetación” (A diferente de otros paisajistas, o arquitectos que diseñaban jardines en la misma época, Burle Marx sentía un gran interés por la botánica, sin embargo la selección de la vegetación estaba dada mayormente por sus las cualidades plásticas, siempre y cuando se desarrollaran óptimamente en el clima del lugar, con la luz necesaria y las condiciones de suelo y agua requeridas.(…) Por lo tanto, sabía colocarlas en el lugar correcto del jardín.); y “La finalización de jardín ‘in situ’ ” (Según Fernando Tábora, Burle Marx tenía la habilidad de comprender el sitio y terminar de resolver el diseño y la selección de la vegetación y la topografía modificada en el sitio. Iba dando las instrucciones y decidiendo los detalles según las visuales del sitio.).

Cubierto su recorrido, Inés Casanova, deja en el ambiente una hipótesis que sería interesante discutir y con la cual cerramos también nuestro repaso a su trabajo: “… a partir de la llegada de Burle Marx, Caracas se volcó hacia lo tropical, posiblemente como consecuencia de la construcción del Parque del Este, símbolo del paisajismo moderno de Venezuela y el nuevo inventario de plantas tropicales importadas desconocidas antes por el caraqueño. Seguramente gracias a Burle Marx el valor de lo local, en materia de paisajismo y vegetación, volvió a ser de interés en la cultura caraqueña.”

ACA

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1 y 2. Colección Crono Arquitectura Venezuela

3 a 11. https://docplayer.es/92836645-El-jardin-damero-de-la-casa-de-inocente-palacios-en-caracas-1957.html

VISITAS MEMORABLES

Oscar Niemeyer (1907-2012)

El más importante arquitecto brasileño del siglo XX, cuya aerofobia (temor a volar en aviones) se hizo mundialmente famosa, llegó a Venezuela por vía marítima procedente de Rio de Janeiro el 26 de septiembre de 1955, contratado por Inocente Palacios para diseñar el Museo de Arte Moderno de Caracas (MAMC) a ser ubicado en Colinas de Bello Monte.

La estadía de Niemeyer en Caracas, quien sólo vino una vez, estuvo precedida por varios asuntos que sería bueno resaltar, le ofreció la oportunidad de dejar en nuestro país un trabajo de gran trascendencia y le abrió las puertas a lo que sería su despegue definitivo como arquitecto reconocido ya no sólo nacional sino internacionalmente.

1. Aviso publicitario de la urbanización Colinas de Bello Monte aparecido en la revista A, hombre y expresión, nº 4, 1957

Para empezar, Niemeyer es contactado por Inocente Palacios en el contexto del emprendimiento que éste ya había iniciado desde 1949 del primer suburbio para clase media caraqueño, que trepará por las hasta entonces inmaculadas colinas del sureste de la ciudad. Dicha iniciativa dio origen a la compañía Urbanización Colinas de Bello Monte que contó con apoyo financiero del Banco Obrero y luego el propio Palacios presidió. La condición natural de Colinas calificada como “terraza sobre el Ávila”, “corazón de Caracas” o “palco escénico” de filiación teatral (como bien señalara Hannia Gómez), motivarán al musicólogo Palacios no sólo a promover un concurso para diseñar una casa modelo que venciera la resistencia que generaba ocupar una agreste topografía, sino a imaginar el sector como idóneo para desarrollar una sucesión de obras, que le permitirían asumir el mayor protagonismo socio-cultural dentro de la ciudad vinculado a la arquitectura moderna, entre las que se encontraban el implantar allí por decisión de sus accionistas el Club Táchira, su propia casa-pinacoteca, la construcción de una “concha acústica” y, por si fuera poco, de un museo de arte moderno cuya presencia ocuparía uno de los lugares más privilegiados dentro de la urbanización.

Como bien dirá Carola Barrios en su Tesis Doctoral titulada Caracas: Ciudad Moderna y Museo. Intersecciones inacabadas en el paisaje de los años cincuenta, entregada el año 2005 en la Universidad Politécnica de Cataluña, Barcelona, España, “para la concepción del MAMC se van a buscar las últimas tendencias de la arquitectura moderna. Inicialmente se piensa en un concurso internacional, lo que manifiesta desde sus inicios el espíritu de internacionalización del ambicioso proyecto. (…) A través de Inocente Palacios y la gestión de Gustavo Ferrero Tamayo -en su momento Director de Urbanismo del MOP (Ministerio de Obras Públicas) y miembro de la Comisión Nacional de Urbanismo- serán considerados nombres como Mies van der Rohe, Philip Johnson y Gio Ponti, ofreciéndose éste último para colaborar en la organización del concurso desde la revista Domus”.

2. Carta de R. C. Wiley, socio de Mies van der Rohe, en respuesta a la invitación de Gustavo Ferrero Tamayo quien le había propuesto encargarse del proyecto del Museo de Arte Moderno de Caracas. 13 de julio de 1955.

El concurso es descartado y Ferrero Tamayo le envía una carta a Mies para proponerle se encargue del proyecto del MAMC, la cual es respondida el 13 de julio de 1955 por R.C. Wiley, socio administrador de la oficina del arquitecto alemán, argumentando que por la gran cantidad de trabajo que tenía en esos momentos ocupado al despacho, declinaba la propuesta de asumirlo sugiriendo, a la vez, considerar, por su afinidad en cuanto a “gramática arquitectural” a Philip Johnson, para entonces Director de Arquitectura del MoMA de Nueva York.

“La negativa de Mies no detendrá sin embargo la búsqueda de un arquitecto emblemático para el MAMC”, apuntará Barrios. De esta manera, contando con el apoyo de Gio Ponti, quien para entonces ya había visitado en repetidas ocasiones Caracas y de sus artículos escritos para Domus en 1954 (particularmente “Proposta per Caracas”, nº 295), “Palacios y Ferrero Tamayo continuarán sus gestiones para la contratación de un arquitecto de prestigio. Tamayo será quien proponga una vez más el nombre del arquitecto a Palacios. Esta vez será Oscar Niemeyer, por ser ‘una estrella fulgurante del momento’ en el panorama internacional de la arquitectura moderna. A mediados de agosto de 1955, Tamayo recibirá una carta afirmativa del arquitecto brasilero sobre la posibilidad de llevar a cabo un estudio preliminar y un anteproyecto para el Museo de Arte de Caracas”.

De tal manera, aprovechándose la circunstancia de la realización en Caracas del IX Congreso Panamericano de Arquitectos entre el 19 y el 28 de septiembre de 1955, Ferrero Tamayo cursará a Niemeyer invitación a participar en el mismo y a la vez para realizar el museo, proponiéndole “hacer un viaje unos 10 o 15 días antes del 19 de septiembre, para organizar así un taller con estudiantes de arquitectura y jóvenes arquitectos que colaboren con él en el desarrollo del anteproyecto”.

3. Oscar Niemeyer es agasajado a su llegada a Caracas en septiembre de 1955. De izquierda a derecha: Diego Carbonell, Carlos Raúl Villanueva, Oscar Niemeyer, Inocente Palacios y Gustavo Ferrero Tamayo

Como ya se señaló, Niemeyer llega a Caracas el 26 de septiembre (justo para el cierre del Congreso) y extenderá su permanencia por casi dos meses, cumpliendo con los planes fijados: dejó terminado en el tiempo estipulado (16 días) el anteproyecto del museo, contando con la colaboración de un grupo de estudiantes venezolanos cursantes de los últimos años de la carrera de arquitectura: Fruto Vivas, Henrique Hernández, Elio Vidal, Gustavo Legórburu y Pedro Valenti.

También dio una serie de charlas, una de las cuales se dictó en la planta baja del edificio de ingeniería donde funcionaba la Escuela de Arquitectura en la Ciudad Universitaria, e hizo acto de presencia en actividades organizadas por el gremio entre las cuales se registra la presentación del proyecto para El Helicoide el 23 de noviembre en el Centro Profesional del Este, edificio donde se ubicó la oficina desde la que realizó con sus colaboradores el anteproyecto para el MAMC.

4. Croquis elaborado por Oscar Niemeyer de la propuesta para el Museo de Arte Moderno de Caracas
5. Anteproyecto del Museo de Arte Moderno de Caracas. Oscar Niemeyer. 1955
6. Maqueta del Museo de Arte Moderno de Caracas que muestra el diseño de la cubierta traslúcida y el sistema de protección solar en forma de brise-soleil horizontales
7. Portadas de las revistas Módulo (1956) y Progressive Architecture 2 (1956)

Sobre la propuesta del MAMC y su impactante forma de pirámide invertida de 50x50x16 metros, sustentada mediante una estructura ciclópea de hormigón de 5 pisos y sótano, colocada sobre un pequeño promontorio, desafiando las leyes de la gravedad, bastante se ha escrito y difundido. Niemeyer, de acuerdo al memorando que le enviara Inocente Palacios a Rio de Janeiro fechado el 18 de agosto de 1955, se tomó muy en serio la completa libertad que se le dio para concebir un edificio que se adaptara al programa elaborado (que derivaría en 9400 m2 de construcción y tendría su principal atracción en la colección de arte moderno ubicada en los dos últimos niveles), y tomara en cuenta la topografía para resolver su área de acceso, de donde se origina una rampa colgante de 90 metros de largo. Juan Otaola, ingeniero que trabajó con Villanueva  en el diseño de estructuras en concreto armado de la Ciudad Universitaria se encargaría de asesorar en este campo la elaboración del anteproyecto. Zenón Handelman (también ingeniero) diseñaría las instalaciones eléctricas y se ocuparía de la luminotécnica, vitales en un edificio museístico, que en este caso se decidió acompañan con la luz cenital atrapada por la cubierta cuadrada inversa de la pirámide.

8. Pabellón de Brasil para la Feria Internacional de Nueva York, 1939, Oscar Niemeyer y Lucio Costa
9. Oscar Niemeyer. Izquierda: Croquis del conjunto de Pampulha, Belo Horizonte, 1940-1943. Derecha: Iglesia de San Francisco de Asís, Pampulha, Belo Horizonte (1943)
10. Oscar Niemeyer. Casa Das Canoas, Rio de Janeiro, 1951
11. Oscar Niemeyer. Sede de la ONU en Nueva York (1949-52)
12. Oscar Niemeyer. Congreso Nacional, Brasilia, 1958

Sin lugar a dudas, el MAMC significó para Niemeyer un antes y un después, es decir, el paso de su rica experiencia previa, resumida en el Pabellón de Brasil para la Feria Internacional de Nueva York (1939, autoría compartida con Lucio Costa); el Yacht Club (1940-42), el Casino (1942), la Casa de Danza (1943) y la Iglesia de San Francisco de Asís (1943), todos en Pampulha, Belo Horizonte; la Casa Das Canoas (1951), Rio de Janeiro; y la Sede de la ONU en Nueva York (1949-52), a su participación, cuando es llamado en 1956 por Lucio Costa, tras ganar el concurso promovido por Juscelino Kubitschek para proponer el plan general de la nueva capital de Brasil (Brasilia), para asumir diseño de los edificios mientras Costa asumía la supervisión del plan y su desarrollo urbanístico.

13. Portada y solapa del catálogo de la exposición Brazil Builds. Architecture new and old. 1653-1942, Museo de Arte Moderno de Nueva York, 1943

La influencia de la arquitectura brasilera en general y de  Niemeyer en particular sobre la obra de Villanueva fue notoria. Ya el Maestro la conocía a partir tanto de la muestra colectiva “Brazil Builds” (MoMA, 1943) como de sus realizaciones de los tempranos años 50. De allí que cuando construye el comedor universitario (1951) de la CUC y el pequeño pabellón que era la librería universitaria revestido de azulejos, se vea reflejado el impacto que había causado en nuestro arquitecto el conjunto de Pampulha, y también de una manera marcada cuando da el trascendental giro que origina el Conjunto Central de la UCV (1952-53).

14. Invitación a la inauguración de la exposición itinerante y retrospectiva “Oscar Niemeyer. Una invención del tiempo”, 2009

En 2009, cuando Niemeyer ya había cumplido 102 años, llega a Caracas la exposición itinerante y retrospectiva “Oscar Niemeyer. Una invención del tiempo”, en un esfuerzo conjunto entre la Embajada de Brasil en Venezuela, el Museo de Arte Contemporáneo -MAC- (donde se montó), el Museo Nacional de Arquitectura y el Instituto Cultural de Brasil Venezuela. Ello sirvió para que después de 17 años desde que Oscar (como se le conoce a Niemeyer en Brasil) le manifestara a Domingo Álvarez el deseo de que su obra fuese mostrada en suelo venezolano, dicho anhelo finalmente se hiciera realidad. Aunque la  curaduría y un guión elaborado en Brasil estuvieron a cargo de Marcus de Lontra, Kadu Niemeyer y Heloisa Alves, trabajaron activamente en su adaptación a los ambientes de MAC el propio Álvarez y Carola Barrios.

La exposición, además de concentrar sus mayores obras, recogió los 40 proyectos que a pesar de su avanzada edad había realizado en los últimos tres años. También, se presentaron el Sambódromo de Río de Janeiro; el Conjunto de Ibirapuera, en São Paulo; el Museo Oscar Niemeyer, en Curitiba; el centro cultural que también lleva su nombre en Goiana; la Torre del Parque, de Natal; el Museo de Arte Contemporáneo en Niteroi (donde busca recrear, sin lograr el mismo efecto y potencia, la idea del MAMC); y la maqueta y planos que, procedentes del archivo de Inocente Palacios, hiciera para el Museo de Arte Moderno de Caracas durante su estadía en nuestra ciudad. Fue, sin duda, una bonita ocasión para apreciar de nuevo la trascendental importancia que puede cobrar un proyecto no construido dentro de la larga y brillante trayectoria de un arquitecto que obtuvo en vida todos los reconocimientos posibles.

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Encabezado: http://www.themilanese.com/?p=8665

1. Revista A, hombre y expresión, nº 4, 1957

2 a 7. Carola Barrios. Caracas: Ciudad Moderna y Museo. Intersecciones inacabadas en el paisaje de los años cincuenta, 2005

8 a 12. Colección Fundación Arquitectura y Ciudad

13. http://www.bifurcaciones.cl/2014/12/gorelik/index/

14. https://sancheztaffurarquitecto.wordpress.com/2009/05/29/la-creatividad-de-niemeyer-llega-a-caracas-21-de-mayo-al-16-de-agosto-2009-venezuela/

¿SABÍA USTED…

… que el 19 de marzo de 1954, hace ya 65 años, fue inaugurado el Anfiteatro «José Ángel Lamas» comúnmente conocido como la Concha Acústica de Colinas de Bello Monte, Caracas?

1. Anfiteatro «José Ángel Lamas» (Concha Acústica de Colinas de Bello Monte) un día de concierto de la Orquesta Sinfónica Venezuela

Cuando se acomete desde 1949 la urbanización de los terrenos ubicados hacia el sureste del casco central de Caracas, antiguamente ocupados por la Hacienda Bello Monte (donde se alojó Humboldt durante su estancia en 1799), que se extendían a ambos lados del rio Guaire, se hace en dos etapas: la primera consistente en la lotificación de las áreas planas de los sembradíos agrícolas donde se desarrolló la urbanización Bello Monte en la Parroquia El Recreo, a cargo de la familia Casanova-Hernández, dueños de las tierras; y la segunda, poco tiempo después, cuando Juan Vicente Casanova-Ibarra y Antonio J. Casanova le proponen a Inocente Palacios y Luis Albero Pocaterra el desarrollo de los terrenos más inclinados cuya extensión alcanzaba aproximadamente 1.700.000 m2. Esta escarpada zona, localizada al sur, daría origen a lo que se conoce como Colinas de Bello Monte, donde Palacios (quien conseguiría apoyo del Banco Obrero ya como presidente de C.A. Urbanización Colinas de Bello Monte) terminó gestando un suburbio con alto sentido especulativo que se convirtió en la primera conquista por parte del crecimiento formal de la ciudad de lo que en otro contexto sería calificado como un “cerro”.

Palacios, quien sumaba a su actividad empresarial y urbanizadora la de ser promotor cultural y musicólogo (sin olvidar que tuvo que ver con la creación de la Escuela de Arte de la UCV), buscaba, entre otras cosas convertir Colinas de Bello Monte (promocionada, dada su espectacular condición escénica, con el lema “Una terraza sobre el Ávila”) en un nuevo “corazón de Caracas” y en el epicentro de un movimiento cultural que tenía dos importantes pilares: la posibilidad de proyectar al borde de una pequeña colina el futuro Museo de Arte Moderno de Caracas (que se le encarga, luego de la declinación de Mies van der Rohe, a Oscar Niemeyer), y el diseño en un pequeño valle de un espacio al aire libre cuyas condiciones eran inmejorables para disfrutar de la música y celebrar festivales (el cual se pone en manos del arquitecto argentino residenciado en el país Julio César Volante) y se conocerá como «la Concha Acústica». Si interesa, también podríamos sumar a ello la casa-pinacoteca del propio Palacios llamada “Caurimare”, proyectada por el profesional italiano Antonio Lombardini (llamado «el arquitecto de Colinas») tan “absurdamente grande” que en ella se podía, dada su escala, hacer “conciertos de hasta cuarenta músicos”, como revelara Palacios en una entrevista que le hicieran Hannia Gómez y William Niño en 1989.

2. Anfiteatro «José Ángel Lamas» (Concha Acústica de Colinas de Bello Monte). Arquitecto Julio Volante. 1954

Así, la empresa C.A. Urbanización Colinas de Bello Monte, a instancias de su presidente, dona el terreno de 18.000 m2 ubicado en la Calle Caurimare con Calle Chaure de la citada urbanización, para la construcción de la Concha Acústica, llamada a ser sede artística de la Orquesta Sinfónica Venezuela (OSV). El proyecto desarrollado por Volante (graduado en la Universidad de Buenos Aires donde fue profesor de Acústica y Master of Science de la Universidad de Columbia, EE.UU. Reválida FAU UCV promoción 16F/1967, profesor de Composición Arquitectónica y luego Jefe de Taller en la FAU UCV), que rememora los anfiteatros de la antigüedad clásica y aprovecha las cualidades acústicas y estéticas que ofrece la topografía del lugar, será construido por un consorcio integrado por las firmas Técnica Constructora, S.A., TEC, S.A. y Gil Rangel Baquero, S.A. y se convertirá en la primera instalación de este tipo en la ciudad.

3. Anfiteatro «José Ángel Lamas» (Concha Acústica de Colinas de Bello Monte). Arquitecto Julio Volante. 1954
4. Anfiteatro «José Ángel Lamas» (Concha Acústica de Colinas de Bello Monte). Colorritmos de Alejandro Otero

Luego de tan sólo 45 días de construcción (entre el 15 de enero y el 1º de marzo), este espacio cultural, que tiene un aforo de 8.000 puestos, conocido también como Anfiteatro “José Ángel Lamas”, se concluyó siendo inaugurado el 19 de marzo de 1954 (en el marco de la X Conferencia Interamericana rindiendo honores a los delegados a la mencionada conferencia y, pese a la negativa manifestada por Vicente Emilio Sojo, también al entonces Presidente de la República, Marcos Pérez Jiménez y su señora Doña Flor Chalbaud), con la celebración de un concierto cuya primera parte, dedicada a música sacra venezolana (compuesta por José Ángel Lamas y José Antonio Caro de Boesi ), estuvo a cargo del Orfeón Lamas bajo la dirección del maestro Sojo, director a su vez de la OSV. La segunda parte, con la orqueta conducida por maestro alemán Wilhelm Furtwängler, estuvo conformada por obras de Georg Friedrich Händel, Richard Strauss y Richard Wagner.

El arquitecto Volante le dio una moderna forma geométrica a la “concha” que, a modo de altavoz, contiene el escenario de la “José Ángel Lamas”, logrando que los sonidos de los instrumentos tuvieran reflexiones nítidas y uniformes audibles hasta a los 87 metros, distancia a la cual se encuentra la última grada de asientos, dispuestos en forma de caparazón marino siguiendo las curvas de nivel del terreno. Las gradas convergen en el escenario teniendo al foso de la orquesta como espacio de transición.
Para colaborar en el acondicionamiento acústico del conjunto, la “concha” fue construida, luego de la realización de los cálculos necesarios, buscando hacer entrar en vibración los planos de reflexión y dispersión, recubriendo el interior con un delgado friso aplicado sobre metal desplegado, capaz de producir la vibración deseada a la vez de reflejar en toda su pureza cualquier nota musical. Las paredes laterales encajonan en 20 metros los sonidos evitando el eco. A ambos lados de su parte externa, mirando hacia la gradería, fueron ubicadas dos obras o “colorritmos” del pintor y escultor venezolano Alejandro Otero.

El piso del escenario es una losa de concreto que asemeja una caja sonora y que cubre los camerinos ubicados debajo. Las gradas están apoyadas sobre columnas y vigas, ya que, por ser el terreno un relleno, no se pudieron asentar directamente.
La Concha Acústica “José Ángel Lamas” contaba con sanitarios, una cabina de control, iluminación, juego de luces para el escenario, dispositivos para radio y televisión y posibilidad de grabación de sonido.

5. Programa del Concierto Inaugural del Anfiteatro «José Ángel Lamas» (Concha Acústica de Colinas de Bello Monte). 19 de marzo de 1954

En su momento se decía que Wilhelm Furtwängler, luego de dirigir en la “José Ángel Lamas” había dicho “Acústica Perfecta”. También se sabe que el maestro Furtwängler luego de la inauguración del 19 de marzo se quedó en Caracas unos días más celebrándose un segundo concierto el 21 bajo su sola dirección cuando se grabó un disco en vivo con la OSV desde el espacio que hoy nos ocupa incluyéndose en el repertorio las obras Don Juan de Strauss, Concerto Gross Op. 6 N°10 de Händel y la Sinfonía N° 1 Op. 68 de Brahms.

Pocos meses después de inaugurada, entre los días 22 de noviembre y el 7 de diciembre, se celebró allí el 1º Festival Latinoamericano de Música de Caracas, organizado por Inocente Palacios, los Maestros Enrique de Los Rios y Pedro Antonio Rios Reyna y el escritor cubano Alejo Carpentier, estando todo el programa a cargo de la OSV. Se tocaron piezas de los latinoamericanos Alberto Ginastera, Héctor Tosar y Carlos Chávez, y de los venezolanos Inocente Carreño, Juan Bautista Plaza y Evencio Castellanos. En 1957 se realizó el segundo festival y el tercero en 1966.

Alejo Carpentier, también musicólogo, quien por aquellos años residía en Venezuela y colaboraba semanalmente escribiendo la columna “Letra y Solfa” que aparecía en el diario El Nacional, comenta en el artículo “El micrófono y la música”, aparecido el 21 de noviembre de 1953, una vez que expone el nefasto uso del micrófono en conciertos sinfónicos o presentaciones de música lírica, comenta sobre las diferencias existentes entre la conocida Sala Pleyel (ubicada en París) y sus dificultades para poder ser adaptada acústicamente y “el magnífico éxito logrado por el doctor Julio César Volante, arquitecto del Anfiteatro de Bello Monte, cuya Concha Acústica ha sido sometida a las primeras pruebas el sábado pasado, en horas del mediodía, con el concurso de varios profesores de la Orquesta Sinfónica Venezuela. (…) La audición resultaba extraordinariamente pura y nítida para observadores situados en todos los extremos del espacio que ocupará el graderío. (…) La prueba fue conclusiva, por lo totalmente satisfactoria: el Anfiteatro de Bello Monte es un logro. Llenará su finalidad de modo espléndido. Debemos felicitar, pues, al doctor Julio César Volante por la aportación de su pericia técnica al éxito de la obra…”.

Concebida como escenario para que la primera orquesta sinfónica profesional del país se luciera en espectáculos de gran factura y al alcance de un público que gustaba de las bellas artes, en la Concha Acústica de Bello Monte se registran 51 presentaciones de la OSV entre 1954 y 1983. Actualmente, no sin haber sufrido en el tiempo los avatares del descuido, la falta de mantenimiento y de sucesivas intervenciones, los efectos del aumento de densidad en sus alrededores y las amenazas de su cambio de uso, la Concha Acústica de Bello Monte, sirve como un espacio para la cultura local y es la sede de la Orquesta Sinfónica Municipal de Baruta y se constituye en el sitio ideal para que aún hoy se disfrute en sus instalaciones del teatro, el cine, la música y hasta de actividades deportivas y recreativas de todo tipo.

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1, 3 y 4. http://guiaccs.com/obras/concha-acustica-de-bello-monte/

2. Colección Crono Arquitectura Venezuela

5. https://twitter.com/GFdeVenezuela/status/930102109105770496/photo/2