
Caracas cenital
Fotografías de Nicola Rocco
Colección Fundación para la Cultura Urbana
Editorial Arte
2004
La aparición de Caracas cenital el año 2004 significó colocar otra pieza de gran valor en la saga de libros dedicados a la capital de Venezuela. En este caso se trató de seleccionar de entre una cantidad enorme de fotografías (unas cinco mil) tomadas por el talentoso Nicola Rocco, tras más de 15 vuelos en helicóptero, aquellas que permitiesen trazar una suerte de “mapas visuales” para cuya elaboración la curaduría llevada por William Niño Araque fue fundamental, lo que finalmente se vio coronado por el diseño gráfico de Pedro Quintero conformando todo ello un libro de colección y de consulta obligada.
Inscrito en la categoría de fotolibro, formato de 30 x 30 cms, tapa dura con una sobrecubierta que dobla sobre sí misma para darle protección, lo que lo acerca a un coffetable book, Caracas Cenital está impreso en papel couché de alto gramaje, en pliegos sujetos con puntadas de hilo, y posee guardas negras en cartulina corrugada.
Para Harrys Salswach en “Acerca del fotolibro Caracas Cenital, de Nicola Rocco”, publicado en https://fotourbana.org/harrys-salswach/acerco-del-fotolibro-caracas-cenital-de-nicola-rocco/, “el diseño tiene en cuenta el aire entre las imágenes, los espacios que dan respiro entre los textos, una tipografía delgada, esbelta, y se siente la liviandad del vuelo; … el diseño gráfico logra lo que todo fotolibro debería: fraternidad entre la imagen, el espacio y los textos. No es un atrevimiento pensar que este libro ha sido diseñado para verlo de pie, explayado sobre una mesa o dispuesto sobre un atril.”
La publicación está estructurada en torno a lo que se podría llamar su corazón o, en otras palabras, la descripción del paisaje de la capital. Lo anteceden y suceden una serie de textos concisos y discretos que no buscan en ningún momento competir sino que complementan su carácter visual y contextualizan el trabajo fotográfico. Al inicio se ubican una “Presentación” a cargo de Herman Sifontes Tovar (Econoinvest, Casa de Bolsa); un “Preámbulo” de la Fundación para la Cultura Urbana; los escritos “Caracas de Latinoamérica” de Marco Negrón, “Metrópolis, megalópolis. El mapa desbordado de Caracas” de William Niño Araque y “Descripción del paisaje” de la Fundación para la Cultura Urbana con la asesoría de Saskia Chapellín, que le abren la puerta a la presentación de 9 Paisajes que conforman el territorio de la capital cada uno acompañado de una breve introducción y un diagrama que indica sobre un plano de Caracas reducido el área abarcada. Superado el contenido central aparecen a modo de cierre “Caracas sacudida y en paz” de Rafael Arráiz Lucca, y “Apuntes fotográficos. Una revisión de Caracas” de Tomás Rodríguez Soto; una “Reseña biográfica de Nicola Rocco”; “Notas”; y “Bibliografía”.
El texto de Negrón ubica la ciudad de Santiago León de Caracas en el territorio latinoamericano y la historia de la fundación de ciudades para contrastar datos, similitudes y diferencias y poder comprender el desarrollo de nuestros núcleos urbanos desde una perspectiva integral. La ciudad “cosa humana por excelencia”, invita así a la conciliación de los contrarios. Niño Araque, por su parte, en lo que fue durante años su línea discursiva, reflexiona sobre la modernidad y la ciudad anotando la experiencia que se encuentra tras el proyecto del libro. En su introducción a los Paisajes que constituyen el eje central de la publicación, Saskia Chapellín perfila el mapa al que responde el recorrido por el valle de Caracas. Y, para finalizar, Rafael Arráiz Lucca, desde su perspectiva, ordena una cronología de la ciudad a partir de 1641 hasta principios del siglo XXI.
Los nueve Paisajes que constituyen el corazón de Caracas Cenital están precedidos cada uno, como ya se indicó, por una resumida nota que enfatiza lo paisajístico y lo geográfico donde se exponen las características de la zona, kilómetros de extensión, disposición topográfica, vialidad, infraestructura y la relación de lo urbano con la naturaleza. Así, tenemos: el Paisaje 1/Portal Este (Guarenas-Guatire), el Paisaje 2/Paredón Monumental (Petare Norte-Petare Sur), el Paisaje 3/Archipiélago de Las Colinas del Sur (El Hatillo-Baruta), el Paisaje 4/Terraza Norte (San Bernardino-El Marqués), el Paisaje 5/Portal Tazón (Galería de El Valle, Los Próceres), el Paisaje 6/Mirador (Altos mirandinos), el Paisaje 7/Ciudad Dormitorio (Último ensanche moderno), el Paisaje 8/Recinto Histórico (Ciudad fundacional), y el Paisaje 9/Litoral, Paisaje de Borde (Maiquetía-Los Caracas).
Podría decirse, siguiendo a Salswach, que entre el Archipiélago de Las Colinas del Sur, “donde la ciudad sigue encontrando verdor para expandirse, pasando por el conjunto montañoso de los Altos Mirandinos, y llegar hasta la Ciudad Dormitorio en Caricuao, el recorrido es un tránsito hacia la modernidad como proyecto inconcluso. Quizás porque la propia modernidad es crisis, quizás porque la propia modernidad entraña tensión, caos y desbordamiento, la ciudad responde a esa condición ínsita que la habita. La mirada sobre las fotografías ensancha las ansias de orden propias de una razón que pretendió por siglos regimentar la realidad y, ante la imposibilidad de hacerlo, se fragmentó”.

Comprendido en lo que se denominó “El Proyecto Cenital” impulsado por la Fundación para la Cultura Urbana, siempre bajo el mismo esquema que contó con la participación de Rocco y Niño Araque, donde se incorporó posteriormente a Valencia (2006) y Maracaibo (2007), Caracas Cenital da cuenta, según palabras de Lorena González Inneco, “con una sorprendente carga estética y compositiva, de la compleja topografía urbana de la capital, dejando atrás en su registro los límites impuestos por el relato oficial para brindar unas potentes y magnificas imágenes que evidencian el desbordamiento de una ciudad que traspasa la legitimidad de sus estructuras.”. También según los editores, el Proyecto Cenital se constituye en una “exploración del paisaje urbano (que) se suma a los testimonios de los pintores viajeros y los fotógrafos emblemáticos de los siglos XIX y XX, desprendiéndose de las visiones románticas de la ciudad moderna y se acerca a una postura hiperreal, atrapando sin artificio un momento histórico de la metrópoli en plena metamorfosis”.
Justamente, a Lorena González Inneco le correspondió realizar la curaduría de la exposición montada en la UCAB en 2017 con motivo de la celebración del 450 aniversario de la fundación de Caracas, en el marco la II Feria del libro del Oeste dedicada a la ciudad, que tuvo a Caracas Cenital como principal protagonista. La muestra exhibió fotografías y textos de los nueve paisajes en los que está divido el libro, y brindó al visitante la oportunidad de comprender los planteamientos que se encontraban tras la curaduría de la publicación. También para la ocasión el Archivo Fotografía Urbana presentó en su sección Apuntes sobre el fotolibro un interesante video sobre el proyecto editorial que tuvo a Caracas Cenital como su primer producto. Haciendo nuestras las palabras de Salswach, podríamos concluir diciendo que “mirar Caracas Cenital desplegado sobre una mesa produce una extraña ansiedad. Y es extraña porque al pasar las páginas comienza a sentirse el sosiego de quien va reconociendo los lugares, la geografía, el paisaje de una ciudad que ha tallado el ánimo de sus habitantes. Así, desbordamiento, caos y tensión se reconocen como instancias forjadas en el espíritu que encuentran un desplazamiento del ánimo hacia un ordenamiento urbano. Como si la territorialidad respondiera a la conjugación de un carácter que es también espíritu de los tiempos. (…) Acaso todas las ciudades son materializaciones del carácter de sus habitantes. Formas de estar en el mundo. Cuando ese mundo toma distancia (medible, efectiva, física) exige necesariamente un reajuste para aprehenderlo. Y es esto lo que logra este fotolibro: la exigencia de mirar la ciudad de Caracas por encima de la propia mirada, por ‘encima de la cabeza del observador’. La mirada cenital, que solo puede alcanzarse sobre un vehículo aéreo y que tiene reminiscencias divinas, insta al lector-observador a conciliar contrarios: vértigo y calma, zozobra y contemplación, asombro y análisis, gozo y dolor. Porque mirar Caracas, su paisaje urbano (y los brotes de naturaleza que se impulsan entre el cemento como asfixiados) en la manera en que se ha estructurado este trabajo es caer en cuenta de que la idea de ciudad es muy distinta a la realidad concreta que se muestra y se vive, y que esa idea debe mutar constantemente en una carrera en desventaja o inalcanzable como la tortuga que persigue Aquiles”.
ACA




