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ALGO MÁS SOBRE LA POSTAL Nº 239

El Centro Comercial Bello Monte (a veces denominado Centro Bello Monte o también Torre Bello Monte) es el primer edificio de envergadura realizado con éxito en Caracas por BFG Arquitectos, firma conformada en 1970 por Moisés Benacerraf, Manuel Fuentes y Carlos Gómez de Llarena. Fuentes se independiza en 1973 pero la sociedad Benacerraf  & Gómez Arquitectura perdurará por más de 30 años constituyéndose en una de las oficinas de arquitectura más importantes de la historia reciente en Venezuela. Es de destacar que aquel mismo año de 1970 Benacerraf, Fuentes y Gómez ganan el Primer Premio del Concurso Internacional para el Palacio Municipal de Caracas y en 1976 el Premio Nacional de Arquitectura con la Torre Europa construida entre 1971 y 1975.

1. Centro Comercial Bello Monte, Colinas de Bello Monte, Caracas. Tinta sobre albanene. Carlos Gómez de Llarena, 1970

Para Hannia Gómez en “Obra Reciente de Benacerraf & Gómez. Caracas, Venezuela”, publicado en el blog Desde la Memoria Urbana el 27 de abril de 2016, “En la obra conjunta Benacerraf & Gómez van a encontrarse la primera modernidad venezolana más ortodoxa, encarnada en la experiencia de Benacerraf, con la nueva modernidad venezolana de la segunda mitad del siglo, actualizada por la fuerza proyectual de Gómez de Llarena, cuando la memoria de la propia modernidad y la necesidad de darle importancia a lo urbano se estaban haciendo cada vez más presentes y urgentes, y se estaban redoblando tanto la sofisticación del diseño y la importancia de la estructura, como la aspiración a la excelencia en la calidad de la construcción y en el refinamiento en los detalles. (…) La capacidad de Gómez de Llarena como dibujante de perspectivas (en las que no solo dibuja sino que diseña los proyectos), le abrieron el camino desde muy temprano en su carrera, contando con una oficina de arquitectura propia desde los veinte años de edad, trabajando para los arquitectos Martín Vegas, José Miguel Galia y Walter J. Alcock. Esta facultad, y la inclinación por el diseño en perspectiva de los volúmenes calzando en los escenarios de la ciudad, marcará inmediatamente el perfil de la obra de Benacerraf & Gómez.»

2. Pequeño centro comercial ubicado en el cruce de la Avenida Principal de Bello Monte y la Calle Lincoln (frente a la tienda por departamentos Sears), que fue demolido en 1970 para iniciar la construcción de la Centro Comercial Bello Monte. El edificio ha sido atribuido al arquitecto norteamericano Don Hatch.
3. Dos vistas de la fachada sur del Centro Comercial Bello Monte

Ubicado en la zona comercial de la Urbanización Colinas de Bello Monte entre las avenidas Principal de Bello Monte y Leonardo Da Vinci y la calle Lincoln, la obra de 19.000 m2 de construcción descansa sobre un terreno de 3.600 m2 en el que anteriormente se encontraba un pequeño centro comercial que había sido construido en los años 50 frente a la tienda por departamentos Sears. Fue proyectada para contener 12 apartamentos tipo estudio en cada uno de los 11 pisos de la torre, planta baja y mezzanina comercial, y estacionamiento en el sótano y parte del nivel calle.

4. Comparativa de las plantas tipos de las torres de oficina de Benacerraf & Gómez 1970-1998. Torre Bello Monte (remarcada), Torre Europa, Torre América, Torre El Recreo y Torre Copérnico

Este notable edificio también da inicio al desarrollo de una tipología que será aplicada y desarrollada posteriormente por Benacerraf & Gómez en obras como la ya mencionada Torre Europa y continuará con la Torre América (1978), la Torre del Banco Unión (1980), las torres gemelas del Centro El Recreo (1990) y las del Centro San Ignacio (1998). “Observando algunas de las plantas de sus torres de oficinas entre 1970 y 1998, vemos como ‘todos los edificios tienen la misma planta’. Porque ellas no son sino una repetición diferente de un mismo tema. En todas se trabaja la misma idea de ‘la planta útil’: un enorme container, una planta amplia y modular que funciona diáfanamente, un uso del piso total, con su circulación vertical y horizontal y la ubicación clara de los grandes servicios y de la ductería. ‘Una constante desde la Torre Bello Monte (1970)’ ”, recogerá Hannia Gómez intercalando frases del arquitecto Gómez de Llarena.

5. Vista hacia el este que permite apreciar las fachadas norte y oeste del Centro Comercial Bello Monte

Asimismo el Centro Comercial Bello Monte comienza a señalar una ruta relacionada con el compromiso urbano que todas las obras de la firma han demostrado tener en el tiempo. “El edificio ‘es como un guante que calza perfectamente bien en el lugar y lo hace entendible, lo hace lógico. Desde su primer croquis debe crear y resolver la situación urbana donde se encuentra. Luego, se vuelve indispensable para entender ese espacio. Cada edificio es imprescindible en el lugar donde está’. Ambas ideas estarán en toda la obra de Benacerraf & Gómez. Una arquitectura legible y un instrumento para reorganizar la ciudad. Pero también, un sistema”, afirmará Hannia Gómez.

La franqueza que exteriormente manifiesta el edificio, construido en concreto obra limpia obedeciendo a una clara modulación estructural, permite rescatar el principio de que se trata de “una arquitectura que se entiende al observarla perfectamente bien: cuáles son sus partes, cuáles son sus elementos constitutivos, cómo son las oficinas, cómo son los comercios, cómo los medios de escape, dónde están las circulaciones, los accesos, las instalaciones. ‘La expresión exterior es el resultado de cómo todo funciona por dentro. La expresión es la idea, cómo esta se construyó y cómo funciona; es expresar la verdad. Todo lo expresa el edificio; todo se lee: la modulación, las columnas, las vigas, los muros de resistencia que refuerzan la estructura, incluso desde el aire’ «.

6. Centro Comercial Bello Monte. Vista de la torre y detalle de la fachada este
7. Acceso a la torre de oficinas del Centro Comercial Bello Monte

Durante muchos años tal y como lo fueran el Centro Profesional del Este y el Centro Comercial Mata de Coco en su momento, en el Centro Comercial Bello Monte tuvieron su asiento un grupo importante de oficinas de arquitectura e incluso de profesionales que formaban parte de los servicios por ellos requeridos, quienes pudieron comprar o alquilar espacios en momentos en que la bonanza económica del país y la abundancia de trabajo lo permitieron. Las dimensiones de los apartamentos (tipo estudio) que originalmente conformaban la torre, permitían un buen acomodo para estas actividades hasta el punto de que con el tiempo el cambio de uso se tornó inminente. La alta concentración de arquitectos obedeció a las comodidades que la edificación ofrecía, su excelente ubicación y conectividad con el resto de la ciudad a lo cual se sumaba la cercanía de la UCV, institución en la que muchos de ellos daban clases por lo cual también era visitado por un nutrido grupo de estudiantes que los consultaban, trabajaban o colaboraban con ellos. El tratarse de un proyecto en el que intervino Carlos Gómez de Llarena, profesor activo y muy respetado, y su probable actuación como promotor de la venta de los apartamentos entre sus colegas, debe haber influido también en ello.

Es de hacer notar que había mucha movilidad de personal entre las diversas oficinas, además de que se promovía el intercambio y colaboración profesional creándose un clima de franca camaradería. Como dato anecdótico se puede asomar el hecho de que en momentos en que se abrían las convocatorias a concursos de arquitectura, frecuentes en las tres últimas décadas del siglo XX, el edificio se sumía en un clima de tensión y sana competencia en virtud de que muchos de sus ocupantes eran asiduos participantes en tales eventos, saliendo de allí un elevado porcentaje de ganadores, de premiados en general y de mencionados.

Del numeroso grupo de arquitectos y firmas que tuvieron y aún tienen al Centro Comercial Bello Monte como base de operaciones vale la pena destacar: BFG Arquitectos (Moisés Benacerraf, Manuel Fuentes y Carlos Gómez de Llarena) y luego Benacerraf & Gómez Arquitectura quienes mantuvieron su oficina allí por varios años, en el PH, hasta mudarse a la Torre América; la firma conformada por Bernardo Borges, Francisco Pimentel y Jacobo Koifman (piso 9), luego continuada por Pimentel y Oscar Capiello en el mismo espacio; la sociedad entre Edwing Otero (quien venía de trabajar con Borges y Pimentel) y Alfredo Sanabria la cual devino luego en OSLD cuando se incorporaron Juan Luchsinger y Hugo D’Enjoy (piso 10), conservando Otero aún la oficina; Gustavo Legórburu, su hijo Gustavo Luis y su esposa Maritza (piso 10); José Miguel Roig y luego su hijo Cristóbal (piso 10); Pablo Lasala (quien también había trabajado anteriormente con Borges y Pimentel) y su esposa Silvia Hernández incorporándose luego sus hijas Isabel y Ana (piso 5); Jesús Tenreiro, su esposa Ana y sus discípulos Manuel Delgado y Rafael Urbina compartieron espacio en el piso 3; Armando Hernández (piso 11); Roberto Puchetti (piso 5); Hernán Zamora y Henry Vicente; Jesús Sandoval; Alberto Enríquez; Doménico Silvestro (posteriormente trasladado a la Torre América); y SPA (Joel Sanz, Juan Carlos Parilli y Francisco Arocha). Debemos reconocer que este somero recuento lo hemos logrado confeccionar gracias al apoyo y buena memoria de Alfredo Sanabria.

Para finalizar vale la pena agregar que, pese al cambio de uso que sufrió y los años transcurridos, el Centro Comercial Bello Monte presenta hoy en día, gracias a la nobleza y calidad de su construcción y al mantenimiento que lo ha acompañado, un buen estado de conservación. Sus moduladas y bien proporcionadas fachadas largas (norte y sur), beneficiadas por la incorporación de jardineras previstas como elementos de protección solar y espacios generadores de sombra, han podido absorber y disimular en gran medida los efectos de la aparición de equipos de aire acondicionado que paulatinamente fueron apareciendo, otro acierto a sumar a los ya mencionados dentro de esta obra que sin duda ha dejado huella.

8. Vista desde el este del Centro Comercial Bello Monte

Nota
De acuerdo a lo que se recoge en https://carlosgomezdellarena.blogspot.com/2010/10/biografia-biography.html, “En Marzo de 1971 BFG Arquitectos gana el Premio Municipal del Distrito Sucre en la Quinta Bienal de Arquitectura por el proyecto del Centro Bello Monte”. Este dato pareciera que tiene que ser revisado ya que, en primer lugar, la Quinta Bienal de Arquitectura se realizó en 1973 y, en segundo lugar, el Premio Municipal del Distrito Sucre de aquella ocasión le fue otorgado a la Torre La Primera proyecto de Celina Bentata. Nos preguntamos si el premio otorgado no corresponderá al Distrito Federal de esa misma Bienal ya que el edificio se encuentra justo en el límite entre ambas circunscripciones.

ACA

Procedencia de las imágenes

1 y 4. http://hanniagomez.blogspot.com/2016/04/obra-reciente-de-benacerraf-gomez.html

2, 3 y 8. Colección Crono Arquitectura Venezuela

5, 6 y 7. Colección Fundación Arquitectura y Ciudad

Demolición del pequeño centro comercial ubicado frente a Sears de Bello Monte

1970• Se inicia la demolición del pequeño centro comercial ubicado en el cruce de la Avenida Principal de Bello Monte y la Calle Lincoln (frente a la tienda por departamentos Sears), atribuido al arquitecto norteamericano Don Hatch, para iniciar la construcción de la Torre Bello Monte, diseñada por Manuel Fuentes (FAU UCV, promoción 14A, 1965), Carlos Gómez de Llarena (FA ULA, 1967) y Moisés Benacerraf (1924-1998) (Universidad de Yale, 1947).

El proyecto fue distinguido en marzo del año 1971, en la Quinta Bienal de Arquitectura con el Premio Municipal del Distrito Sucre.
(Fotografía de Julio César Mesa.)

HVH

¿SABÍA USTED…

… que en 1957 Roberto Burle Marx diseña los jardines de la quinta Caurimare propiedad de Inocente Palacios en Colinas de Bello Monte?

1. Quinta Caurimare, propiedad de Inocente Palacios, Colinas de Bello Monte. Arquitecto Antonio Lombardini, 1957. Demolida en 1980.

Como en diversas oportunidades hemos reseñado, la urbanización Colinas de Bello Monte se trata de la primera incursión que se realiza al sur del río Guaire con el objetivo de ocupar las estribaciones de los cerros allí ubicados. Fue en 1949 cuando la Sucesión Casanova, propietaria de los terrenos de la hacienda Bello Monte (productora de caña de azúcar), ubicada en la ribera sur del rio Guaire, frente a Sabana Grande, se dispuso a planificar la zona, actividad que asumió Inocente Palacios, empresario, promotor cultural y musicólogo (además de cofundador en 1941 del partido Acción Democrática -del que se separa en 1944- y Director fundador de la Escuela de Artes de la UCV en 1978), quien se acompañó de un grupo de competentes profesionales entre los que se encontraba el arquitecto italiano Antonio Lombardini, a quien correspondió realizar el trazado del desarrollo cuya parte menos accidentada (cercana al río) sería ocupada por edificios corporativos y viviendas multifamiliares con comercio en planta baja, destinándose las laderas para quintas que podrían aprovechar, gracias a la sinuosa adaptación topográfica las calles, las magníficas visuales abiertas sobre el valle y el Ávila.

2. Izquierda: Propuesta ganadora presentada por José Miguel Galia para el Concurso Concurso Internacional “Colinas de Bello Monte” para una quinta en pendiente (1951). Derecha: «Casa Modelo» (1951) construida por la urbanizadora de Colinas de Bello Monte encargada a Antonio Lombardini
3. Vista aérea de Colinas de Bello Monte en momentos en que se concluían los movimientos de tierra para urbanizar la parte alta (1953)

Palacios a la hora de promover la venta y ocupación de los terrenos destinados a las quintas lo hace desde dos frentes aparentemente contradictorios entre sí. En primer lugar encarga a Lombardini el proyecto y construcción de una “Casa Modelo”, ubicada en un terreno “ondulado”, como afirmaba la urbanizadora, la cual se termina en 1951, muy poco después de iniciadas las obras de vialidad y lotificación en la zona. Por otro lado, ese mismo año impulsa la realización del Concurso Internacional “Colinas de Bello Monte” para una quinta en pendiente del cual resulta ganador el arquitecto José Miguel Galia obteniendo el segundo premio el arquitecto italiano Gino Ugo Posani y el tercero, el estudiante Raúl Garmedia. La paradoja aflora cuando el acto de entrega de los premios del concurso se realiza en el mes de diciembre en los espacios de la “Casa Modelo”.

Lo cierto es que Lombardini llegó a realizar numerosas quintas en Colinas de Bello Monte de los más variados tipos e implantaciones y, que sepamos, a Galia no le correspondió proyectar ninguna con base a su prototipo “en pendiente”. De hecho, cuando Palacios decide emprender en 1957 la construcción de su propia casa en terrenos de la urbanización, dinamita un pequeño cerro llamado “El Perico” localizado en la calle Caroní y recurre a Lombardini para que la diseñe.

De la vivienda familiar de Palacios, a la que dio por nombre “Caurimare”, es poca información la que se logra conseguir salvo que se trataba de una casa-conservatorio montada “en un pico de ésos”, una casa tan “absurdamente grande que hicimos muchos grandiosos conciertos, a veces hasta de cuarenta músicos” según ciertos testimonios (recordemos que Palacios era chelista), todo lo cual nos habla de su considerable tamaño y de su conversión esporádica en centro cultural. En tal sentido, de una entrevista que realizara el año 2001 Laura Helena Castillo a la viuda de Palacios, Josefina Juliac, tras cumplir 104 años de vida, titulada “La venezolana que ha vivido en tres siglos. La prolongada batalla de Josefina Juliac” (https://enlasdosorillas2.wordpress.com/2005/05/20/la-venezolana-que-ha-vivido-en-tres-siglos/), hemos conocido, con relación a su consideración como epicentro cultural “que en la casa del matrimonio ubicada en Colinas de Bello Monte, se reunía ‘El Sindicato de la Inteligencia’, en el que estaban agremiados Alejo Carpentier, Miguel Otero Silva, María Teresa Castillo, Carlos Eduardo Frías, Antonia Palacios, entre otros ‘sindicalistas del buen vivir y mejor pensar’ ”.

Hannia Gómez, por su parte, señala sobre la influencia que sobre Palacios tuvo su atracción suburbana, que ella “arranca con la singular historia de su vida. Su emigración constante hacia el este, de casa en casa, desde la señorial casa paterna en el damero colonial hasta su atalaya en Bello Monte, es una metáfora del desarrollo de la ciudad.”
También es muy poco lo que quedó registrado de la espacialidad interior de “Caurimare” (demolida en 1980) y de su aspecto exterior se tiene una vista de su fachada norte tomada desde la zona baja del terreno que ocupaba la cual ratifica su gran dimensión, el aparente predominio del concreto como material de construcción, su aspecto racionalista a la vez que pesado más próximo al de un edificio público que al de una vivienda unifamiliar, el acento en la horizontalidad y el aprovechamiento máximo de las visuales hacia el valle de Caracas del que destacan corredores ubicados en planta baja abiertos al exterior y una gran terraza techada en la planta alta.

4. Roberto Burle Marx en Río de Janeiro con su equipo, los arquitectos Fernando Tábora, Julio César Pessolani y John Godffrey Stoddart. 1960

Sin embargo, por una de esas afortunadas casualidades que a veces ocurren cuando se navega por internet en busca de información, nos hemos topado con un esclarecedor y muy valioso trabajo realizado en 2017 por la profesora de la FAU UCV Inés M. Casanova Silva, cuando cursaba “Historiografía del Arte” en el MBArch Master Universitario en Estudios Avanzados en Arquitectura en la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Barcelona (Universidad Politécnica de Catalunya), titulado “Crítica de obra de Roberto Burle Marx: El jardín-damero de la casa de Inocente Palacios en Caracas (1957)”, con el cual será posible complementar esta nota.

Para contextualizar la obra y el momento baste decir que, según Fernando Tábora en su libro autobiográfico Dos parques. Un equipo (2007), Burle Marx llega a Venezuela en septiembre de 1956 “debido a una circunstancia fortuita dada por la necesidad de la colaboración de un arquitecto paisajista, en el proyecto del club privado Puerto Azul. El promotor Daniel Camejo Octavio y sus arquitectos Oscar Carpio y Guillermo Suárez, enfrentaban un problema difícil con las áreas libres del proyecto. Uno de los gerentes de la promotora, cuyo sobrino estudiaba en la Universidad de Cornell, el hoy arquitecto y paisajista Oswaldo Lares, le insinuó a Camejo la importancia de hacer venir a Burle Marx como consultor”. El propio Tábora, quien para entonces ya trabajaba en el Atelier de Burle Marx en Río de Janeiro, será quien coordinará los detalles y luego lo acompañará en el viaje que realizaría a Venezuela.

Como ya apuntáramos en la nota dedicada al destacado paisajista brasileño en nuestro Contacto FAC nº 137 (04/08/2019), Burle Marx, quien ya para 1956 se había dado a conocer internacionalmente con obras como el jardín de la casa de Odette Monteiro (1948) y los jardines del Ministerio de Educación y Salud de Río de Janeiro (1945), de Lucio Costa y Oscar Niemeyer, llega a un país que se caracterizaba por su bonanza económica y acelerado ritmo en la construcción de su infraestructura, y a partir del mismo momento en que lo hace se ampliarán los contactos, colaboraciones y proyectos que el Atelier (por entonces conformado por Burle Marx, Tábora, Mauricio Monte y Julio César Pessolani) iría atendiendo y desarrollando. Casi de inmediato, a finales de 1956, Burle Marx es llamado por Carlos Guinand Sandoz para diseñar las áreas exteriores de la Exposición Internacional de Caracas a realizarse en 1960; es requerido por Jorge Romero Gutiérrez, Dirk Bornhorst y Pedro Neuberger para colaborar con el tratamiento de los espacios abiertos de El Helicoide de la Roca Tarpeya; también para proyectar el paisajismo entre el hotel Humboldt y la Estación del Teleférico a instancias de Tomás Sanabria; y, más adelante, el rediseño del área central de la pista del Hipódromo La Rinconada, el Jardín Botánico, en Maracaibo (Edo. Zulia), los jardines de los clubes Playa Azul, Playa Grande, Morón y Balneario de Naiguatá, a los que se sumarán los paisajismos para las viviendas de Inocente Palacios y Diego Cisneros así como el de la casa de hacienda Monte Sacro de Nelson Rockefeller en Nirgua, estado Yaracuy, desarrollados casi todos en 1957 desde Rio de Janeiro. “No sería hasta mediados de 1957 cuando (John) Stoddart se incorporaría como socio a la nueva firma organizada para el desarrollo de proyectos de Arquitectura Paisajista y Planificación”, sumándose a Tábora, Pessolani y Monte, dejando atrás la denominación y estructura de Atelier. Posteriormente, en 1959 se registraría en Caracas la Oficina Técnica Roberto Burle Marx C.A., sociedad que acometería finalmente el proyecto para el Parque del Este.

También es conocido que en fechas más próximas Burle Marx (asociado en este caso con Haruyoshi Ono) estaría involucrado en el diseño paisajístico de las áreas exteriores de Parque Central (Siso & Shaw, 1970-1983) y el Teatro Teresa Carreño (Sandoval, Kunckel y Lugo, 1972-1983). Cabe acotar que desde 1964 Tábora y Stoddart se habían independizado y creado Stoddart + Tábora Arquitectos.

5. Izquierda: Inocente Palacios. Derecha: Ubicación de la quinta Caurimare en la calle Caroní de Colinas de Bello Monte
6. Dibujo en perspectiva del jardín proyectado por Roberto Burle Marx para la quinta Caurimare (1956)

Así, de acuerdo a la indagación realizada por Casanova, basada en un valioso material que le fuera proporcionado por John Stoddart perteneciente a su archivo privado, se nos abre otro importante frente dentro del papel que jugaba la vivienda de Palacios ya que a su condición de casa-conservatorio se podría sumar la de casa-museo. En este sentido, Palacios tendría dentro de su colección obras de Calder, un vitral Fernand Leger, un mural de Alejandro Otero y para ser ubicadas en los espacios exteriores que fueron objeto de diseño por parte de Burle Marx y su equipo, piezas cubistas de Ossip Zadkine (“El Gran Orfeo”) y de Pablo Gargallo (“El Profeta”).

También sabemos que se ubicó en un terreno con fuerte pendiente situado en la ladera norte de una de las colinas de Caracas con vista a la ciudad y al Ávila de aproximadamente 1.3 há (13.000 m2), limitado por dos calles curvas, la calle Guárico, al pie del terreno, y la calle Caroní, en la parte de arriba, por donde se le accedía a la parcela. La casa desarrollada en dos plantas tenía un área de ubicación de 2.000 m2.

Casanova, una vez contextualizado el marco en el que se desarrollaría el proyecto paisajístico no dudará en afirmar: “Ante las descripciones de la arquitectura de casa, el poder del propietario y el ideal de la urbanización, la propuesta de la Oficina Técnica de Burle Marx no podía ser otra que la de recrear el jardín de una fortaleza que parece querer controlar o conquistar el valle”.

“En la perspectiva que dibujó Burle Marx con la propuesta del jardín para Palacios se puede observar que el concepto es una colina arbolada de grupos homogéneos de especies de árboles, arbustos y palmas variadas, coronada por la gran edificación horizontal de Lombardini sobre un basamento rectangular que se extiende hacia el norte como terraza-mirador con una superficie en damero, y al pie de la colina, una hilera curva de palmas reales que delimita la parcela y está bordeada por una muralla de piedra que marca el lindero de la propiedad”, acotará Casanova, quien además logra identificar en el proyecto paisajístico cinco áreas: “el jardín de la entrada…; el área de servicio con garaje; el área de la piscina con un pabellón…; el área de la terraza ajardinada con diseño de damero, cuyo uso era la prolongación del área social de la casa; y, finalmente, el jardín arbolado que se había diseñado en la zona de más pendiente…, todo lo cual significó una modificación importante en el terreno original, para poder producir un aterrazamiento del jardín estabilizado por medio de taludes y muros de piedra”.

7. Plano realizado por la Oficina Técnica Burle Marx (1956) del jardín de la quinta Caurimare

El trabajo de Inés Casanova describe con detalle los niveles que conforman el jardín, el tratamiento que se les da a cada uno, la importante presencia del agua y la no menos correspondiente a la vegetación seleccionada para la que utilizó “una lista muy diversa de especies botánicas” todo lo cual, ilustrado con inédito material gráfico y fotográfico, puede ser consultado en (https://docplayer.es/92836645-El-jardin-damero-de-la-casa-de-inocente-palacios-en-caracas-1957.html).

8. Detalle del plano del jardín de la quinta Caurimare y foto del pabellón de la piscina
9. Izquierda: Vista parcial del jardín de la quinta Caurimare con un sendero de lajas de piedra. Derecha: Terraza-damero ajardinado desde el corredor con la escultura El Profeta al fondo como protagonista
10. Izquierda: Escultura Gran Orfeo ubicada al extremo este de la terraza-damero. Derecha: Otra vista al norte de la terraza-damero con la escultura El Profeta con El Ávila de fondo
11. Dos espacios del jardín de la quinta Caurimare

Al referirse a “El método de Burle Marx a través del jardín de la Casa de Palacios”, Casanova desarrolla varios temas importantes: “La forma abstracta del jardín” (El organicismo era característico de la obra de Burle Marx, sin embargo, en algunas obras usó las líneas rectas y figuras ortogonales, que como en el caso de la casa Palacios, buscaban crear un espacio intermedio entre la casa y el jardín, o bien, entre las líneas rectas de la arquitectura y las líneas curvas del paisaje.); “El damero en la obra de Burle Marx: … transición entre la edificación y el paisaje”; “Las esculturas como piezas del damero: El Gran Orfeo y El Profeta” (La ubicación de las esculturas no es al azar. Ambas esculturas cumplen un papel importante en la configuración del espacio y las visuales del jardín. Por ejemplo, el Gran Orfeo es el remate visual de la caminería que viene del acceso y va hacia la terraza damero. El Profeta es la pieza protagónica del damero como centro de la visual del espacio.); “El paisaje prestado y la desaparición del límite” (Según Ana Rosa de Oliveira el método del “paisaje prestado” proviene de la cultura china y fue usado y perfeccionado en la cultura japonesa… Se trata del paisaje natural -montañas, valles, rocas y cascadas- que se incluye como telón de fondo del jardín, y aparenta ser un componente estético propio del jardín.); “El Genius Loci: Burle Marx y la sensibilidad al lugar” (En el diseño del jardín de la casa de Palacios se adapta la propuesta al lema de la urbanización “una terraza en el Ávila”. Realmente se logra recrear una terraza-damero a manera imaginaria, en la montaña. Las caminerías acompañan la sinuosidad de los caminos de Colinas de Bello Monte.); “La vivencia del jardín y lo sensorial” (Tiempo y movimiento juegan un papel importante en el paisaje que crea Burle Marx. El jardín se puede recorrer completo y el recorrido es una experiencia de sensaciones. Burle Marx evidencia una facilidad por imaginarse el espacio en tres dimensiones, con volúmenes, texturas y colores.); “La tropicalización del jardín – la vuelta a la flora tropical” (En Caracas se preferían plantas exóticas de climas templados europeos, pero a partir de Burle Marx, se comienzan a usar nuevas especies de plantas provenientes de recolectas botánicas y exploraciones por el interior del País, y por Brasil, que su vez, importa Burle Marx.); “La plástica de la vegetación” (A diferente de otros paisajistas, o arquitectos que diseñaban jardines en la misma época, Burle Marx sentía un gran interés por la botánica, sin embargo la selección de la vegetación estaba dada mayormente por sus las cualidades plásticas, siempre y cuando se desarrollaran óptimamente en el clima del lugar, con la luz necesaria y las condiciones de suelo y agua requeridas.(…) Por lo tanto, sabía colocarlas en el lugar correcto del jardín.); y “La finalización de jardín ‘in situ’ ” (Según Fernando Tábora, Burle Marx tenía la habilidad de comprender el sitio y terminar de resolver el diseño y la selección de la vegetación y la topografía modificada en el sitio. Iba dando las instrucciones y decidiendo los detalles según las visuales del sitio.).

Cubierto su recorrido, Inés Casanova, deja en el ambiente una hipótesis que sería interesante discutir y con la cual cerramos también nuestro repaso a su trabajo: “… a partir de la llegada de Burle Marx, Caracas se volcó hacia lo tropical, posiblemente como consecuencia de la construcción del Parque del Este, símbolo del paisajismo moderno de Venezuela y el nuevo inventario de plantas tropicales importadas desconocidas antes por el caraqueño. Seguramente gracias a Burle Marx el valor de lo local, en materia de paisajismo y vegetación, volvió a ser de interés en la cultura caraqueña.”

ACA

Procedencia de las imágenes

1 y 2. Colección Crono Arquitectura Venezuela

3 a 11. https://docplayer.es/92836645-El-jardin-damero-de-la-casa-de-inocente-palacios-en-caracas-1957.html

ALGO MÁS SOBRE LA POSTAL Nº 203

Cuando en 1949 la sucesión Casanova, dueña de los terrenos, planificó el desarrollo de Colinas de Bello Monte y a comienzos de los años 50 se comienzan a urbanizar con el promotor cultural Inocente Palacios a la cabeza y el arquitecto italiano Antonio Lombardini como su mano derecha, se plantea hacerlo en dos etapas: la primera que ocuparía las áreas más planas próximas al río Guaire estaría conformada principalmente por edificios residenciales con comercio en la planta baja regidos de acuerdo a las ordenanzas vigentes; y la segunda, destinada a la vivienda unifamiliar, que se ubicaría en la zona de más escarpada topografía, lo cual obligó a hacer una importante modificación de la normativa en asuntos tales como: la reducción del ancho de las vías, la eliminación de las aceras y tener la posibilidad de estacionar sólo a un lado de la calle.

Sin embargo, en lo que se conoce como la Avenida Principal de Bello Monte (prolongación hoy de la Río de Janeiro), paralela a río, se registra la aparición, eventual si se quiere, de algunas edificaciones de oficinas, otras destinadas al comercio y las menos a la actividad industrial ligera que irán ocupando también las avenidas Leonardo Da Vinci, Beethoven y Miguel Ángel.

1. En amarillo el eje correspondiente a la Avenida Caurimare de Colinas de Bello Monte desde su inicio en el lugar donde se construyó el edificio Philips (señalado en rojo) hasta su remate en la Concha Acústica (también señalado en rojo)

Asimismo, cuando se emprende el desarrollo de la zona intermedia entre la parte más plana y las colinas propiamente dichas, y a la vez se busca dar cabida a la actividad cultural que tanto apasionaba al urbanizador Palacios, se trazan dos ejes paralelos noreste-suroeste constituidos por las avenidas Caroní y Caurimare los cuales vincularían el sector de mayor densidad y movimiento con la Concha Acústica, uno de los proyectos promovidos por Palacios con mayor afán. Pero sin duda es la avenida Caurimare la que asume el verdadero protagonismo como puerta de llegada al imponente anfiteatro, diseñándose con una ancha isla arbolada en el centro y canales de circulación amplios a ambos lados, condición que se prolonga hasta su propia entrada. No es de extrañar, por tanto, que, marcando su inicio, en la Caurimare se hayan ubicado tres elementos que buscaban darle el lustre necesario: una pequeña plaza, un cine-teatro (el Colinas) acompañado de un edificio multifamiliar de alta densidad (el Yoraco) y lo que sería la sede en Venezuela de una de las firmas transnacionales de mayor peso: la neerlandesa Royal Philips.

La Philips, hoy en día una de las empresas de tecnología más grandes e importantes del mundo, cuyas oficinas principales se encuentran en Amsterdam y en otras ciudades de los Países Bajos, fue creada, según hemos podido recoger de internet, en 1891 por el ingeniero físico Gerard Philips, su hermano Anton y su padre Benjamin Frederik David (primo hermano de Karl Marx), con formación comercial, con la finalidad de producir lámparas incandescentes en la zona de Eindhoven, provincia de Brabante (Países Bajos). Como el negocio funcionó muy bien gracias a la calidad de sus lámparas y a la habilidad comercial de Anton, en 1918 la compañía introduce al mercado un tubo de rayos X y un servicio de reparación de máquinas para radiografías de donde surge otra importante rama que desde entonces empiezan a cubrir: la dedicada a sistemas médicos. En 1925, se realizan los primeros experimentos de la compañía en materia de televisión y en 1927, se inicia la producción de radios, focos, combinados y otros pequeños electrodomésticos. En 1940, cuando llega la Segunda Guerra Mundial, los bombardeos de la Luftwaffe destruyen las fábricas del país. Entre tanto, la empresa se instala en Bélgica, Estados Unidos y Reino Unido.

La empresa tiene en Eindhoven uno de los laboratorios de investigación más importantes del mundo, donde ha creado tendencias mundiales con productos innovadores como el casete, el CD, el DCC, el CD-ROM, el vídeo, el DVD y el blu-ray. A partir de 2016, Philips está organizada en dos subdivisiones: Philips Personal Health, que agrupa los productos de cuidado personal y para el hogar, cuidado del bebé y salud bucal, entre otros; y Philips Health Systems, donde convergen las líneas de negocio de imagenología (rayos X, resonancias y ultrasonidos), cuidado al paciente y otras soluciones tecnológicas para hospitales, como HealthSuite. Su tercera subdivisión era Philips Lighting, la cual al listarse en la Bolsa de Valores Euronext N V inició satisfactoriamente operaciones como empresa independiente a partir de mayo de 2016. En 2018, cambió su nombre a Signify.

2. Diferentes vistas aéreas de la urbanización Colinas de Bello Monte tomadas durante la de´cada de 1950 que muestran su trazado y los avances de su ocupación. Con un círculo rojo se señala el edificio Philips una de las primeras obras de envergadura construidas tal y como puede observarse en la fotografía de arriba

Para el momento en que se termina la construcción de su sede en Caracas (a comienzos de la década de 1950), la Philips promocionaba fundamentalmente (tal y como podemos constatar en la propaganda que hoy ilustra nuestra postal) sus equipos de sonido, intercomunicación, telefonía y alumbrado que comercializaba en todo el país y exponía en un amplio local que ocupaba la planta baja de su sede caraqueña. Lamentablemente, de esta edificación tenemos pocos datos en cuanto a su autoría y documentación que apoye su arquitectura que nos puedan ayudar a ampliar la información necesaria para rendirle un justo reconocimiento.

No obstante, con la ayuda de la imagen procedente del anuncio y algunas tomas aéreas de la zona realizadas en fechas cercanas a su inauguración (en las que hemos señalado el edificio dentro de un círculo rojo), se puede inferir que se trataba de una obra correctamente resuelta, de tres plantas, en forma de “V”, compuesta por dos volúmenes: el principal (que probablemente albergaba el uso administrativo y comercial) alineado con la avenida Caurimare, reconocía el cruce con la Chama retirándose para dejar allí un jardín en pendiente. El secundario, un poco más alto y grueso (que seguramente contenía las áreas de servicio y almacenes), con frente hacia la avenida Chama, alineado con la parcela vecina, se desplaza y se abre ligeramente con relación al principal generándose entre ambos un espacio articulador cubierto de dos niveles. En su techo se ubicó el anuncio que identificaba a la compañía propietaria del edificio.

Existían dos accesos: uno desde la avenida Caurimare que se ofrecía para llegar a la zona administrativa y a la tienda que ocupaba la esquina en planta baja el cual estaba acompañado de una reducida área de aparcamiento; y otro desde un cómodo estacionamiento destechado situado al norte donde se ubicaba el núcleo de circulación vertical que servía a los dos volúmenes.

El cuerpo principal, que como ya dijimos presumimos contiene las oficinas, está resuelto con base a criterios claramente corbusianos: se eleva la caja contenedora de actividades sobre una estructura que libera las fachadas, se retrae la planta baja a nivel de los ejes estructurales acristalándose para contrastar con el cuerpo superior y se remata con una terraza cubierta que se abre hacia la esquina. Además de adaptarse a la topografía, la planta baja deja un leve respiro vertical con la caja suspendida resuelto mediante el uso de un alero. Tampoco es de menor importancia la consideración que se le da a la fachada oeste la cual presenta un largo ventanal que remarca la horizontalidad del volumen protegido por un saliente que contiene quiebrasoles verticales a modo de una gran persiana. Al norte las ventanas no se protegen y al sur el cuerpo se remata con el elemento vertical del núcleo de circulación.

3. Torre Phelps, Plaza Venezuela, con el anuncio que por años la identificaba con la empresa Philips la cual había fijado su sede allí a mediados de la década de 1980
4. Diversas tomas del Centro Caroní, Colinas de Bello Monte, diseñado a partir de la remodelación del antiguo edificio Philips

La Philips ocupó el edificio hasta mediados de la década de los años 1980 momento en el que sus oficinas se trasladan a la Torre Phelps de la Plaza Venezuela donde la compañía ya se identificaba ocupando la enorme valla que remató el edificio durante más de 20 años (recordemos que a la Torre Phelps con frecuencia se le llamaba la Torre Philips). A partir de entonces la valla fue desplazada por el logo y gran tazón de Nestlé.

La sede original de Colinas de Bello Monte es vendida y se remodela a finales de los 80 transformándose en lo que hoy se conoce como Centro Caroní. La intervención hecha al edificio original, aprovecha el planteamiento existente para producir un espacio central a cuatro alturas cubierto por una estructura tridimensional hacia donde viven los comercios de la planta baja y las oficinas de los niveles superiores que ocupan los dos volúmenes que lo componen. Dicho espacio tiene su acceso principal hacia la avenida Chama y funge  a su vez de pasaje al permitirse su salida hacia la avenida Caurimare sobre la cual se abren comercios que ocupan la planta baja y se ubican unos escasos puestos para estacionar vehículos. Los proyectistas echaron mano al uso al recubrimiento con tablilla de ladrillo de las fachadas externas y del courtain wall hacia las fachadas internas que dan hacia el espacio central.

Como otras tantas empresas transnacionales que vieron en la década de los 50 a Venezuela como el país donde, dada su prosperidad, se podía invertir y sentar bases, la Philips dejó de operar en nuestro suelo hace varios años. Durante décadas fue quizás la empresa que en mayor porcentaje equipó los hogares venezolanos hasta la aparición de la potente competencia japonesa primero y coreana después. A nivel mundial se mantiene como una de las firmas de tecnología más grandes e importantes del mundo enfocada principalmente, como ya dijimos, en los sectores de la electrónica y la asistencia sanitaria. “Es líder (tal y como reza en su portal web) en cuidados cardíacos, cuidados intensivos y cuidados de la salud en el hogar; en soluciones de iluminación energéticamente eficientes y nuevas aplicaciones de iluminación, así como en afeitadoras, cuidado personal y salud bucal.”

Nota

Si alguno de nuestros lectores posee mayor información sobre el edificio que le sirvió de sede a la Philips entre los años 50 y 80 en Colinas de Bello Monte, mucho le agradeceríamos nos la haga saber para completar debidamente esta reseña.

ACA

Procedencia de las imágenes

1 y 2. https://elcolinero.org

3. Mariano Goldberg, Guía de edificaciones contemporáneas de Venezuela. CARACAS. Parte 1, 1980

4. Colección Fundación Arquitectura y Ciudad