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VISITAS MEMORABLES

Oscar Niemeyer (1907-2012)

El más importante arquitecto brasileño del siglo XX, cuya aerofobia (temor a volar en aviones) se hizo mundialmente famosa, llegó a Venezuela por vía marítima procedente de Rio de Janeiro el 26 de septiembre de 1955, contratado por Inocente Palacios para diseñar el Museo de Arte Moderno de Caracas (MAMC) a ser ubicado en Colinas de Bello Monte.

La estadía de Niemeyer en Caracas, quien sólo vino una vez, estuvo precedida por varios asuntos que sería bueno resaltar, le ofreció la oportunidad de dejar en nuestro país un trabajo de gran trascendencia y le abrió las puertas a lo que sería su despegue definitivo como arquitecto reconocido ya no sólo nacional sino internacionalmente.

1. Aviso publicitario de la urbanización Colinas de Bello Monte aparecido en la revista A, hombre y expresión, nº 4, 1957

Para empezar, Niemeyer es contactado por Inocente Palacios en el contexto del emprendimiento que éste ya había iniciado desde 1949 del primer suburbio para clase media caraqueño, que trepará por las hasta entonces inmaculadas colinas del sureste de la ciudad. Dicha iniciativa dio origen a la compañía Urbanización Colinas de Bello Monte que contó con apoyo financiero del Banco Obrero y luego el propio Palacios presidió. La condición natural de Colinas calificada como “terraza sobre el Ávila”, “corazón de Caracas” o “palco escénico” de filiación teatral (como bien señalara Hannia Gómez), motivarán al musicólogo Palacios no sólo a promover un concurso para diseñar una casa modelo que venciera la resistencia que generaba ocupar una agreste topografía, sino a imaginar el sector como idóneo para desarrollar una sucesión de obras, que le permitirían asumir el mayor protagonismo socio-cultural dentro de la ciudad vinculado a la arquitectura moderna, entre las que se encontraban el implantar allí por decisión de sus accionistas el Club Táchira, su propia casa-pinacoteca, la construcción de una “concha acústica” y, por si fuera poco, de un museo de arte moderno cuya presencia ocuparía uno de los lugares más privilegiados dentro de la urbanización.

Como bien dirá Carola Barrios en su Tesis Doctoral titulada Caracas: Ciudad Moderna y Museo. Intersecciones inacabadas en el paisaje de los años cincuenta, entregada el año 2005 en la Universidad Politécnica de Cataluña, Barcelona, España, “para la concepción del MAMC se van a buscar las últimas tendencias de la arquitectura moderna. Inicialmente se piensa en un concurso internacional, lo que manifiesta desde sus inicios el espíritu de internacionalización del ambicioso proyecto. (…) A través de Inocente Palacios y la gestión de Gustavo Ferrero Tamayo -en su momento Director de Urbanismo del MOP (Ministerio de Obras Públicas) y miembro de la Comisión Nacional de Urbanismo- serán considerados nombres como Mies van der Rohe, Philip Johnson y Gio Ponti, ofreciéndose éste último para colaborar en la organización del concurso desde la revista Domus”.

2. Carta de R. C. Wiley, socio de Mies van der Rohe, en respuesta a la invitación de Gustavo Ferrero Tamayo quien le había propuesto encargarse del proyecto del Museo de Arte Moderno de Caracas. 13 de julio de 1955.

El concurso es descartado y Ferrero Tamayo le envía una carta a Mies para proponerle se encargue del proyecto del MAMC, la cual es respondida el 13 de julio de 1955 por R.C. Wiley, socio administrador de la oficina del arquitecto alemán, argumentando que por la gran cantidad de trabajo que tenía en esos momentos ocupado al despacho, declinaba la propuesta de asumirlo sugiriendo, a la vez, considerar, por su afinidad en cuanto a “gramática arquitectural” a Philip Johnson, para entonces Director de Arquitectura del MoMA de Nueva York.

“La negativa de Mies no detendrá sin embargo la búsqueda de un arquitecto emblemático para el MAMC”, apuntará Barrios. De esta manera, contando con el apoyo de Gio Ponti, quien para entonces ya había visitado en repetidas ocasiones Caracas y de sus artículos escritos para Domus en 1954 (particularmente “Proposta per Caracas”, nº 295), “Palacios y Ferrero Tamayo continuarán sus gestiones para la contratación de un arquitecto de prestigio. Tamayo será quien proponga una vez más el nombre del arquitecto a Palacios. Esta vez será Oscar Niemeyer, por ser ‘una estrella fulgurante del momento’ en el panorama internacional de la arquitectura moderna. A mediados de agosto de 1955, Tamayo recibirá una carta afirmativa del arquitecto brasilero sobre la posibilidad de llevar a cabo un estudio preliminar y un anteproyecto para el Museo de Arte de Caracas”.

De tal manera, aprovechándose la circunstancia de la realización en Caracas del IX Congreso Panamericano de Arquitectos entre el 19 y el 28 de septiembre de 1955, Ferrero Tamayo cursará a Niemeyer invitación a participar en el mismo y a la vez para realizar el museo, proponiéndole “hacer un viaje unos 10 o 15 días antes del 19 de septiembre, para organizar así un taller con estudiantes de arquitectura y jóvenes arquitectos que colaboren con él en el desarrollo del anteproyecto”.

3. Oscar Niemeyer es agasajado a su llegada a Caracas en septiembre de 1955. De izquierda a derecha: Diego Carbonell, Carlos Raúl Villanueva, Oscar Niemeyer, Inocente Palacios y Gustavo Ferrero Tamayo

Como ya se señaló, Niemeyer llega a Caracas el 26 de septiembre (justo para el cierre del Congreso) y extenderá su permanencia por casi dos meses, cumpliendo con los planes fijados: dejó terminado en el tiempo estipulado (16 días) el anteproyecto del museo, contando con la colaboración de un grupo de estudiantes venezolanos cursantes de los últimos años de la carrera de arquitectura: Fruto Vivas, Henrique Hernández, Elio Vidal, Gustavo Legórburu y Pedro Valenti.

También dio una serie de charlas, una de las cuales se dictó en la planta baja del edificio de ingeniería donde funcionaba la Escuela de Arquitectura en la Ciudad Universitaria, e hizo acto de presencia en actividades organizadas por el gremio entre las cuales se registra la presentación del proyecto para El Helicoide el 23 de noviembre en el Centro Profesional del Este, edificio donde se ubicó la oficina desde la que realizó con sus colaboradores el anteproyecto para el MAMC.

4. Croquis elaborado por Oscar Niemeyer de la propuesta para el Museo de Arte Moderno de Caracas
5. Anteproyecto del Museo de Arte Moderno de Caracas. Oscar Niemeyer. 1955
6. Maqueta del Museo de Arte Moderno de Caracas que muestra el diseño de la cubierta traslúcida y el sistema de protección solar en forma de brise-soleil horizontales
7. Portadas de las revistas Módulo (1956) y Progressive Architecture 2 (1956)

Sobre la propuesta del MAMC y su impactante forma de pirámide invertida de 50x50x16 metros, sustentada mediante una estructura ciclópea de hormigón de 5 pisos y sótano, colocada sobre un pequeño promontorio, desafiando las leyes de la gravedad, bastante se ha escrito y difundido. Niemeyer, de acuerdo al memorando que le enviara Inocente Palacios a Rio de Janeiro fechado el 18 de agosto de 1955, se tomó muy en serio la completa libertad que se le dio para concebir un edificio que se adaptara al programa elaborado (que derivaría en 9400 m2 de construcción y tendría su principal atracción en la colección de arte moderno ubicada en los dos últimos niveles), y tomara en cuenta la topografía para resolver su área de acceso, de donde se origina una rampa colgante de 90 metros de largo. Juan Otaola, ingeniero que trabajó con Villanueva  en el diseño de estructuras en concreto armado de la Ciudad Universitaria se encargaría de asesorar en este campo la elaboración del anteproyecto. Zenón Handelman (también ingeniero) diseñaría las instalaciones eléctricas y se ocuparía de la luminotécnica, vitales en un edificio museístico, que en este caso se decidió acompañan con la luz cenital atrapada por la cubierta cuadrada inversa de la pirámide.

8. Pabellón de Brasil para la Feria Internacional de Nueva York, 1939, Oscar Niemeyer y Lucio Costa
9. Oscar Niemeyer. Izquierda: Croquis del conjunto de Pampulha, Belo Horizonte, 1940-1943. Derecha: Iglesia de San Francisco de Asís, Pampulha, Belo Horizonte (1943)
10. Oscar Niemeyer. Casa Das Canoas, Rio de Janeiro, 1951
11. Oscar Niemeyer. Sede de la ONU en Nueva York (1949-52)
12. Oscar Niemeyer. Congreso Nacional, Brasilia, 1958

Sin lugar a dudas, el MAMC significó para Niemeyer un antes y un después, es decir, el paso de su rica experiencia previa, resumida en el Pabellón de Brasil para la Feria Internacional de Nueva York (1939, autoría compartida con Lucio Costa); el Yacht Club (1940-42), el Casino (1942), la Casa de Danza (1943) y la Iglesia de San Francisco de Asís (1943), todos en Pampulha, Belo Horizonte; la Casa Das Canoas (1951), Rio de Janeiro; y la Sede de la ONU en Nueva York (1949-52), a su participación, cuando es llamado en 1956 por Lucio Costa, tras ganar el concurso promovido por Juscelino Kubitschek para proponer el plan general de la nueva capital de Brasil (Brasilia), para asumir diseño de los edificios mientras Costa asumía la supervisión del plan y su desarrollo urbanístico.

13. Portada y solapa del catálogo de la exposición Brazil Builds. Architecture new and old. 1653-1942, Museo de Arte Moderno de Nueva York, 1943

La influencia de la arquitectura brasilera en general y de  Niemeyer en particular sobre la obra de Villanueva fue notoria. Ya el Maestro la conocía a partir tanto de la muestra colectiva “Brazil Builds” (MoMA, 1943) como de sus realizaciones de los tempranos años 50. De allí que cuando construye el comedor universitario (1951) de la CUC y el pequeño pabellón que era la librería universitaria revestido de azulejos, se vea reflejado el impacto que había causado en nuestro arquitecto el conjunto de Pampulha, y también de una manera marcada cuando da el trascendental giro que origina el Conjunto Central de la UCV (1952-53).

14. Invitación a la inauguración de la exposición itinerante y retrospectiva “Oscar Niemeyer. Una invención del tiempo”, 2009

En 2009, cuando Niemeyer ya había cumplido 102 años, llega a Caracas la exposición itinerante y retrospectiva “Oscar Niemeyer. Una invención del tiempo”, en un esfuerzo conjunto entre la Embajada de Brasil en Venezuela, el Museo de Arte Contemporáneo -MAC- (donde se montó), el Museo Nacional de Arquitectura y el Instituto Cultural de Brasil Venezuela. Ello sirvió para que después de 17 años desde que Oscar (como se le conoce a Niemeyer en Brasil) le manifestara a Domingo Álvarez el deseo de que su obra fuese mostrada en suelo venezolano, dicho anhelo finalmente se hiciera realidad. Aunque la  curaduría y un guión elaborado en Brasil estuvieron a cargo de Marcus de Lontra, Kadu Niemeyer y Heloisa Alves, trabajaron activamente en su adaptación a los ambientes de MAC el propio Álvarez y Carola Barrios.

La exposición, además de concentrar sus mayores obras, recogió los 40 proyectos que a pesar de su avanzada edad había realizado en los últimos tres años. También, se presentaron el Sambódromo de Río de Janeiro; el Conjunto de Ibirapuera, en São Paulo; el Museo Oscar Niemeyer, en Curitiba; el centro cultural que también lleva su nombre en Goiana; la Torre del Parque, de Natal; el Museo de Arte Contemporáneo en Niteroi (donde busca recrear, sin lograr el mismo efecto y potencia, la idea del MAMC); y la maqueta y planos que, procedentes del archivo de Inocente Palacios, hiciera para el Museo de Arte Moderno de Caracas durante su estadía en nuestra ciudad. Fue, sin duda, una bonita ocasión para apreciar de nuevo la trascendental importancia que puede cobrar un proyecto no construido dentro de la larga y brillante trayectoria de un arquitecto que obtuvo en vida todos los reconocimientos posibles.

ACA

Procedencia de las imágenes

Encabezado: http://www.themilanese.com/?p=8665

1. Revista A, hombre y expresión, nº 4, 1957

2 a 7. Carola Barrios. Caracas: Ciudad Moderna y Museo. Intersecciones inacabadas en el paisaje de los años cincuenta, 2005

8 a 12. Colección Fundación Arquitectura y Ciudad

13. http://www.bifurcaciones.cl/2014/12/gorelik/index/

14. https://sancheztaffurarquitecto.wordpress.com/2009/05/29/la-creatividad-de-niemeyer-llega-a-caracas-21-de-mayo-al-16-de-agosto-2009-venezuela/

visitas memorables

Richard Rogers (Florencia, 1933)

Cuando Richard Rogers llega a Caracas en enero de 2014, lo hace con el objetivo de firmar el contrato para la realización del proyecto para el Parque “Hugo Chávez” a ser ubicado en terrenos de La Rinconada, aledaños al Hipódromo Nacional y en las proximidades del Poliedro y del Museo de Artes Visuales Alejandro Otero.
Las características del encargo, solicitado por el Gobierno Nacional para rendir un homenaje más a quien fuera jefe de Estado entre 1999 y 2013 a un año de su fallecimiento, y manejado por la Alcaldía del Municipio Libertador a través de la Fundación Parque Hugo Chávez, tiñeron lo que debía ser un importante aporte para los anales de nuestra arquitectura en manos de una de las firmas más renombradas a nivel mundial, de un cariz político del que le fue muy difícil zafarse, dado el manejo fundamentalmente propagandístico que se le otorgó a la visita y a las actividades, presentaciones y posterior desarrollo de una obra que se inició en 2013, se prometió finalizar para 2015 y hoy se encuentra prácticamente paralizada.

Realmente Rogers no tenía nada que demostrar al venir a Venezuela (ya con 81 años) en cuanto a la capacidad y talla que como arquitecto había alcanzado. Su crecimiento se inicia cuando trabaja como aprendiz con su primo Ernesto Nathan Rogers en Milán; continúa tras su graduación con un master’s degree de la Escuela de Arquitectura de la Universidad de Yale en 1962; sigue al asociarse con Norman Foster (al que conoció en Yale), con quien creó el Team 4 (junto a sus respectivas esposas) experiencia que duró hasta 1967; se eleva a nivel mundial tras ganar en 1971 con Renzo Piano (con quien se asoció sólo para este trabajo), el concurso para el Centro Cultural del plateau Beaubourg (bautizado posteriormente como Centro Georges Pompidou) inaugurado en 1977; y se solidifica al fundar ese mismo año, en compañía de Marco Goldschmied y Mike Davies, Richard Rogers Partnership, que se transforma desde 2007 en Rogers Stirk Harbour + Partners (al asociarse con Ivan Harbour y Graham Stirk, quienes ya se habían unido a Richard Rogers Partnership en 1985 y 1983 respectivamente), lo que le permite cargar a sus espaldas la realización de más de 60 proyectos y obras a lo largo y ancho de todo el mundo entre las que destacan: el edificio Lloyd’s en Londres (1979-84), la Corte Europea de los Derechos Humanos en Estrasburgo (1984), la Terminal 4 del Aeropuerto de Madrid-Barajas (hoy Adolfo Suárez) en Madrid (1997-2006),  One Hyde Park en Londres (2007-2009) o la Torre BBVA Bancomer en Ciudad de México (2009-2015) en sociedad con Legorreta + Legorreta, por citar sólo unos pocos. Además, en 1985 ya le había sido conferida la Medalla de Oro del RIBA, en 2000 el Praemium Imperiale del Japón y en 2007 el Premio Pritzker.

Quizás haya sido el activismo que asume desde que regresa a Londres desde Italia en 1977 (una vez concluido en Centro Georges Pompidou), manifiesto tras su empeño por mejorar la red urbana de la capital británica y su relación con el Támesis mediante propuestas innovadoras, o a través de sus batallas en defensa del espacio público y contra todas las formas de gueto (tanto para los pobres en los suburbios como para los ricos en sus comunidades cerradas), su afán por impulsar la idea de una ciudad compacta servida por transporte público y respetuosa con el medio ambiente (que lo llevó a chocar directamente con el “campeón de todos los reaccionarios arquitectónicos” -el príncipe Carlos-), traducido en figuración política como militante activo del partido laborista y como Miembro de la Cámara de los Lores (Rogers es nombrado, siendo italiano de nacimiento, Lord a comienzos de los años 90), junto a su visión progresista, que pudo poner en práctica como asesor primero de Tony Blair y luego como director para la arquitectura y el urbanismo del Greater London Authority, lo que despertó su interés hacia la Venezuela de Hugo Chávez que se acrecentó al conocerlo personalmente años atrás en el exterior y verse atraído tanto por el personaje como por la idea que le transmitiera de diseñar un parque recreacional que ayudara a los habitantes de Caracas.

De esta manera, el 17 de enero de 2014 (sin que se hiciera público el pago acordado) se firma el contrato mencionado al inicio entre Rogers Stirk Harbour + Partners (representada por Richard Rogers) y la Fundación Parque Hugo Chávez (representada por Jorge Rodríguez), que permitiría a la firma británica desarrollar el plan maestro y los proyectos para los estadios de futbol y de béisbol y que finalmente se redujo a la realización del correspondiente al “Estadio Nacional de Fútbol de Venezuela”, el único trabajo ampliamente reseñado en la página web de la oficina de arquitectura británica (https://www.rsh-p.com/projects/estadio-nacional/).

1. Imágenes del proyecto para el Estadio de fútbol ubicado en el Parque Hugo Chávez, La Rinconada, Caracas. Rogers Stirk Harbour + Partners

Del proyecto del estadio (supuestamente “en proceso” de desarrollo desde 2013) se puede señalar que tiene un costo estimado de 325 millones de dólares, un área de 121.000 m2 de construcción y una capacidad para 50.000 espectadores. También que tuvo como arquitecto asociado a Simon Smithson y la colaboración de más de 17 personas, que la estructura de la cubierta estuvo a cargo de la firma de ingenieros Schlaich Bergermann und partner, la ingeniería estructural quedó en manos de ARUP y la arquitectura paisajista fue propuesta por la oficina Arquitectura y Agronomía.
La instalación deportiva, en forma de tazón, ubicada en una colina con excelentes vistas hacia la ciudad cuenta, según los proyectistas, “… con terrazas cortadas en la ladera que dan paso a una serie de explanadas flotantes que brindan acceso a los distintos niveles: es una adición liviana a la topografía circundante, con huecos deliberados en la estructura para proporcionar vistas espectaculares de la ciudad al noreste. Un techo de dosel de rueda de bicicleta de colores brillantes se cierne sobre el complejo, que será certificado por la FIFA y será la sede del Caracas FC.”

2. Estado de avance de las obras del Parque Hugo Chávez, La Rinconada, Caracas

Del trabajo publicado el 11 de abril de 2018 por elestímulo.com titulado “Las mentiras repetidas del Parque Hugo Chávez” (http://elestimulo.com/climax/las-mentiras-repetidas-del-parque-hugo-chavez/) hemos podido saber y corroborar cómo “el parque metropolitano más grande de toda Sudamérica” albergaría “la edificación de un estadio de fútbol con aforo para 53.200 espectadores y un campo de béisbol para más de 30.000 asistentes, con especificaciones de Grandes Ligas, (convirtiéndose) entonces en la carta de presentación —y principal promesa— del eje deportivo y recreativo del proyecto, que abarca el levantamiento de, al menos, una decena de estructuras con fines educativos y de transporte.”

También allí se recoge cómo la Fundación Parque Hugo Chávez se encargaría de la ejecución del estadio de fútbol mientras Fundapatria 2000 haría lo propio con el de beisbol (al cual se le dio la mayor prioridad en virtud de ser el deporte favorito de Chávez), cuyo proyecto quedó en manos de la firma Landscape Vision Corporation S.A. (Lanvicorp), empresa panameña con sede en Venezuela cuya “filial caraqueña fue creada en julio de 2013 y, en menos de un mes, estaba suscribiendo su primer acuerdo con el gobierno venezolano. En marzo de 2014 se le asignó la construcción del estadio de pelota. Otros proyectos en los que trabaja, según informa su página web, son gimnasios verticales en 15 localidades del país, la recuperación del Hotel Caribe (antiguo Meliá) en Caraballeda, estado Vargas; y la del Hotel Gaicamacuto, en la misma población. Todas son obras acordadas con el Estado. Los hoteles tampoco han sido terminados.”

Tras la erogación de ingentes cantidades de dinero y las promesas sucesivas de inauguración, sólo el estadio de beisbol pareciera avanzar a paso lento sin que aún se sepa, luego de más de seis años de iniciadas la obras cuándo definitivamente se terminará. Menos aún se conoce sobre el destino final del estadio de fútbol proyectado por Rogers.

3. Richard Rogers en Caracas. Izquierda: Recibiendo las llaves de la ciudad. Derecha: Conferencia dictada en el Museo de Arquitectura (MUSARQ)

En lo que concierne a la visita a Caracas del personaje que nos ocupa el día de hoy, Rogers, tal y como se recoge en https://www.plataformaarquitectura.cl/cl/02-329284/richard-rogers-participara-en-diseno-de-parque-hugo-chavez-en-caracas del 24 de enero de 2014, “recibió las llaves de la ciudad de las manos del alcalde. En esta ceremonia expresó a los asistentes: ‘Creo que lo importante está en rescatar espacios para la recreación, para el buen vivir de la gente. Que los habitantes de la ciudad sientan que disfrutan del ambiente, bien sea con los paseos, solos o en grupos, y en esos rescates se encuentran los estadios, porque de lo contrario dirán que vine por política y no por ejercer mi labor de arquitecto en búsqueda de beneficios que se encuentran en el ambiente’. Finalizado el evento, el arquitecto se dirigió a hacer una inspección al terreno donde se edificará el parque Hugo Chávez y también participó en la inspección de las obras del Proyecto Integral Santa Rosa en El Recreo, complejo urbanístico diseñado por el arquitecto venezolano Fruto Vivas.”

También dio, siempre arropado por las autoridades gubernamentales, una conferencia para todo público titulada “Richard Rogers. Edificios y ciudades” el 17 de enero en la sede del Museo de Arquitectura (MUSARQ). Ninguna aproximación a la academia o a los gremios y cero contacto con los estudiantes en su relampagueante viaje. De esta manera, el paso de Richard Rogers por Caracas, trascendente pero a la vez sesgado como tantas otras situaciones que, buscando otras finalidades, se manipulan políticamente, quedará registrado como una modalidad y claro ejemplo de la presencia de importantes figuras de la arquitectura que, obedeciendo a diferentes intereses, han hecho de Venezuela un país atractivo desde hace mucho tiempo por muy diversas razones.

ACA

Procedencia de las imágenes

1. https://www.plataformaarquitectura.cl/cl/02-329284/richard-rogers-participara-en-diseno-de-parque-hugo-chavez-en-caracas y https://www.rsh-p.com/projects/estadio-nacional/

2. https://www.rsh-p.com/projects/estadio-nacional/ y http://elestimulo.com/climax/las-mentiras-repetidas-del-parque-hugo-chavez/

3. Colección Fundación Arquitectura y Ciudad

visitas memorables

Oriol Bohigas (Barcelona, 1925)

Cuando Oriol Bohigas viene por primera vez a Caracas en 1976, invitado por los organizadores de la VI Bienal Nacional de Arquitectura (evento que se realizó en los espacios del Museo de Bellas Artes) para participar en un ciclo de charlas donde también figuraban Kenzo Tange y Fernando Belaúnde Terry, ya había traspasado los 50 años de edad, se encontraba inmerso en el interesante período que caracterizó la transición española luego de la muerte de Franco en 1975 y llevaba 25 años asociado con Josep Martorell y 14 con David Mackay con quienes había abierto en 1962 el estudio MBM Arquitectes, de donde había salido una serie de obras y proyectos que se pueden considerar emblemáticos de la arquitectura española de la época y que servirían de base para la publicación del libro Martorell, Bohigas, Mackay: Arquitectura 1953-1978 (1979), donde Charles Jenks se atreve a reafirmar lo que el propio Bohigas, en su conocido texto “Una posible ‘Escuela de Barcelona’” (1969), ya había adelantado.

Bohigas, sin embargo, más allá de su sociedad profesional brillaba con luz propia. En 1951, siendo muy joven, había participado en la fundación del Grupo R, movimiento liderado entre otros por Josep Antoni Coderch que surgió como reacción a la arquitectura de corte académico monumentalista desarrollada en los años de la posguerra española, con la voluntad de entroncar con la actividad que el GATCPAC, primer grupo de vanguardia con presencia en la Península Ibérica, de inspiración racionalista, ya había propuesto desde antes de la Guerra Civil. Se nutrió el Grupo R (que se consideraba a sí mismo como postfuncionalista) no sólo del racionalismo y las corrientes de vanguardia internacionales, sino también de diversos estilos practicados anteriormente en Cataluña, como el modernismo y el novecentismo, con un especial énfasis en el carácter mediterráneo de la arquitectura popular catalana. De la arquitectura contemporánea practicada a nivel internacional sienten admiración por el Neoliberty y el contextualismo italiano, así como por el organicismo nórdico.

Ya para 1976 Bohigas, como parte de su propia evolución que se dio luego que en 1961 cesaran las actividades del Grupo R, había escrito tres de sus principales textos que eran objeto de discusión por su talante contestatario, preocupados por asentar principios sólidos para una posible identidad de la arquitectura catalana contemporánea y muy críticos con el desempeño convencional de la arquitectura que se hacía: Arquitectura Modernista (1968), Contra una arquitectura adjetivada (1969) y Proceso y erótica del diseño (1972).

La segunda visita que hace Bohigas a Caracas data de 1981, a instancias del Instituto de Arquitectura Urbana, luego de haber sido Director de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Barcelona, cargo que ejerció entre 1977 y 1980 y que deja para ser Delegado del área de Urbanismo del Ayuntamiento de Barcelona hasta 1984. Si su primer paso por Venezuela estuvo signado por un sesgo si se quiere más vinculado a la reflexión asociada a la práctica arquitectónica, ya en este segundo se empezaba a perfilar la fortaleza de un pensamiento en torno a la relación arquitectura-ciudad que fue desarrollando desde el cargo que ejercía dentro de la política urbana de su ciudad y que supo aprovechar al máximo cuando luego sería nombrado en 1984 por el alcalde Pasqual Maragall como consejero de Urbanismo del Ayuntamiento de Barcelona, desde donde trabajó en las grandes obras proyectadas con motivo de los Juegos Olímpicos de 1992, marcando un antes y un después dentro de la historia de la ciudad. De esta trascendental experiencia aparecerá de la mano de Bohigas otra importante publicación que recoge sus fundamentos teóricos y conceptuales: Reconstrucción de Barcelona (1985). También permitirá a MBM participar proyectando a modo de efecto demostrativo la importante operación urbana integrada por la Villa y Puerto Olímpicos.

La actuación modélica de Bohigas en Barcelona, que partió del abandono de la estrategia de los planes urbanísticos generales, reconoce a la ciudad como un hecho político y, como tal, cargado de ideología y de práctica política. Así, la ciudad es concebida como el conjunto de sus espacios públicos entendiéndose como espacio público no sólo a los espacios urbanos, sino también a la inserción de la arquitectura en los servicios colectivos donde piezas relevantes juegan un papel fundamental en su estructuración. En otras palabras, la ciudad debe ser pensada no como un sistema global y unitario, sino como una suma de sistemas relativamente autónomos en la que el espacio de la vida colectiva no puede ser un espacio residual, sino un espacio significativo, proyectado, minuciosamente diseñado.

«Hay que dar un paso adelante en la exigencia proyectual. Hay que definir concretamente las formas urbanas. Es decir, en vez de utilizar los planes generales como documento suficiente, hay que imponer los proyectos urbanos puntuales. Si me permiten decirlo exageradamente, diría que hay que sustituir el urbanismo por la arquitectura. Hay que proyectar el espacio público -es decir, la ciudad- punto por punto, área por área, en términos arquitectónicos», declaró Bohigas en el acto de entrega del premio del RIBA en 1999 casi a modo de manifiesto. Esta manera de proceder que deja de lado el sistema de Planificación por el de Proyectos Urbanos lo entendió y respaldó el alcalde Maragall convirtiéndose posteriormente en parte del programa del Partido Socialista de España liderado por Felipe González.

Entre 1981 y 2008, fecha de la última visita de Bohigas a Caracas transcurren 27 años en los que se consolida su figura y se valora al máximo su rol dentro de la transformación urbana de Barcelona y el pensamiento que la soporta. Las expectativas de su venida a Venezuela en octubre de aquel año, ya con 82 años a cuestas, estaban, por tanto, influidas por la necesidad de escuchar de boca de un maestro reconocido opiniones sobre el futuro urbano de nuestras ciudades y el papel que juegan los arquitectos en el actual diseño de las mismas, lo que dio como resultado una presentación en el IESA y otra en la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la UCV, además de diversas reuniones más puntuales. La Fundación para la Cultura Urbana, quien invita a Bohigas en ocasión de realizar su Conferencia Anual, fungiría en esta ocasión de anfitriona junto a la FAU UCV y Econinvest. La polémica de parte de alguien que nunca la ha evadido hizo acto de presencia de diferentes maneras a lo largo de su estadía.

Desde declaraciones en las que definió a Caracas como una “anticiudad”, hasta la manifestación de tesis que iban en contra de la autonomía universitaria, Bohigas pasa esta vez por Caracas precisando, si cabe aún más, las líneas maestras de su visión urbana o emitiendo opiniones no necesariamente complacientes (sin dejar por ello de lado su posición progresista) en torno a los planes que ofrecía en plena campaña el aspirante del partido oficialista a la Alcaldía del Municipio Libertador. El 5 de octubre aparece publicada en El Universal una candente entrevista a cargo de la periodista Mirelis Morales y William Niño Araque, por su parte, publica  ese mismo día en El Nacional un interesante artículo titulado «Bohigas, entre la esperanza y la desilusión» que permitía al lector conocer mucho mejor al personaje y su ideario mediante un repaso de sus más importantes logros.

La conferencia que dictó en el IESA de San Bernardino el lunes 6 de octubre, generó las mayores expectativas. Allí se presentó un Bohigas severo, tajante, más académico, alertando sobre la crisis de las ciudades y la inminente posibilidad de que la arquitectura desaparezca, al no entenderse ya como un concepto al servicio de los ciudadanos. Centrado, una vez más, en valorar al máximo la dinámica que involucra el equipo conformado por Estado-promotores-profesionales-vecinos y a privilegiar el espacio público para el disfrute del ciudadano común rompiendo las reglas de los grandes planes maestros, sus recomendaciones apuntaron, de nuevo, a pequeñas soluciones enmarcadas dentro de zonas controladas para crear efectos positivos que irradien al resto del territorio, no sin dejar de advertir que cada vez es más difícil «ayudar a formar el espacio público al servicio de la comunidad», lamentándose de que la arquitectura sea hoy en día un «espectáculo» al servicio de una idea «comercial y especulativa». «El arquitecto es un personaje secundario, en vez de ser el ideólogo que da personalidad y buen pensamiento a la arquitectura. Cada vez se le aparta más de las líneas de producción» llegó a decir.

Hoy a sus 93 años, con problemas de salud y algo alejado de la actividad pública, profesional y académica que siempre le han apasionado, Bohigas ha atesorado a lo largo de su vida premios y reconocimientos, pero ante todo la satisfacción de haber visto hechos realidad una muy buena parte de sus proyectos entre los cuales su querida Barcelona ocupa un lugar privilegiado. Salvo contadísimas excepciones, las autoridades de Caracas todavía no lo han escuchado ni mucho menos comprendido.

ACA

Visitas memorables

Iñaki Ábalos (San Sebastián,1956)

La visita que realizó Iñaki Ábalos a Venezuela el año 2010 obedeció, como la de muchas otras personalidades que se han acercado a nuestras tierras, a la invitación que se le cursara para formar parte del jurado de un importante concurso nacional promovido en este caso por la CAF (entonces Corporación Andina de Fomento) y la Fundación del Estado para el Sistema Nacional de las Orquestas Juveniles e Infantiles de Venezuela (Fesnojiv): el destinado a seleccionar la mejor propuesta para el “Nuevo Complejo Musical de Caracas” (o “Complejo de Acción Social por la Música Simón Bolívar” como también se le conoce), a ser localizado en el Bulevar Amador Bendayán, Sector Santa Rosa, que fuese ganado por los arquitectos Khristian Ceballos, Alejandro Méndez, Mawari Núñez, Daniel Otero, Jean-Marc Río y colaboradores (ADJKM), cuyo veredicto se dio a conocer el 2 de julio.

Para aquel momento Ábalos, quien se tituló de arquitecto en 1978 y de Doctor en Arquitectura en 1991 en la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Madrid (de la que fue profesor del Departamento de Construcción entre los años 1984 y 1988), y destacaba como uno de los arquitectos españoles más reconocidos de su generación, ya había roto su sociedad (2006) con Juan Herreros con quien fundó en 1985 el prestigioso estudio Herrero & Ábalos y creado (desde el propio 2006) la firma Ábalos+Sentkiewicz arquitectos junto a Renata Sentkiewicz, la cual se mantiene activa hasta ahora.

El mismo año en que nos visita (2010), Ábalos, tras ser en 2009 RIBA International Fellowship, es invitado por la Universidad de Harvard como Visiting Critic in Architecture and Urban Design, pasando luego a ser Professor in Residence (2012-2013), para luego asumir el cargo de Chair of the Department of Architecture (2013-2016).

Ábalos, cuya obra en sociedad con Herreros ya había sido objeto de diversas monografías, y empezaba también a despuntar como crítico a través del ensayo Natural-Artificial (1999, aparecido en el libro de Autores Varios del mismo nombre), comenzó a dejar constancia de su peso como pensador y teórico de la arquitectura a partir de la publicación de La buena vida. Visita guiada a las casas de la modernidad (2000), obra de gran impacto y trascendencia en los medios académicos.

Así, a punto de iniciar su experiencia en Harvard y luego de cuatro años de su filiación profesional con Renata Sentkiewicz, Ábalos se presenta el 6 de mayo de 2010 en el Auditorio Carlos Raúl Villanueva de la FAU UCV, donde dictó la conferencia “La belleza termodinámica. Obras y proyectos”, oportunidad que aprovechó para mostrar la línea de trabajo que en ese momento lo caracterizaba que a su vez había generado un claro eje de investigación proyectual, cuyos principales planteamiento ya habían sido recogidos en La belleza termodinámica (2008) publicación que puede consultarse en http://www.mansilla-tunon.com/circo/epoca7/pdf/2009_157.pdf.

En dicho texto (base indudable de la conferencia dictada), luego de realizar una interesante introducción, que vale a la vez como diagnóstico del estado en que se encuentra el tema de la sostenibilidad a nivel internacional y sus repercusiones en la arquitectura, Ábalos, quien reivindica la preponderancia que debe retomar la forma arquitectónica como génesis y soporte en el proceso de toma de decisiones (o, en otras palabras, una idea de belleza que debe esconderse tras la idea de sostenibilidad), plantea lo siguiente:

“Si atendemos ahora exclusivamente a las nuevas técnicas proyectuales desplegadas por las diferentes aproximaciones hasta aquí descritas, parece fácil identificar dos modelos proyectuales para la estética de la sostenibilidad o, en otras palabras, la belleza termodinámica -dos modos de operar que parecen ligados a dos climas diferentes y también unidos a dos prototipos primigenios-: un modelo basado en la construcción de un ambiente tecnificado, parametrizado y artificial, promovido desde el ámbito anglosajón, basado en gestionar el confort  artificialmente y con medios maquínicos, de duración estacional; y el promovido desde el cinturón tropical y subtropical (incluyendo el mediterráneo), es decir, desde la geografía del sol, basado en una gestión hábil y sensualista de medios diversos más elementales (“bricolagista” en términos de Levi-Strauss), con ciclo más diario que estacional. Estos dos modos de operar, obviamente admiten todo tipo de gradientes de aproximación entre sí (…), pero sobre todo su caracterización (o caricatura) permite identificar dos tipos originales a los que se remiten en última instancia: el invernadero y el umbráculo”.

Más adelante, luego de explicar la manera como puede producirse la necesaria aproximación anunciada entre ambos modelos, concluye:

“La belleza termodinámica más creíble será aquella que sepa poner en relación de forma emotiva y directa la intensificación de la experiencia somática individual con el control científico de los elementos naturales y artificiales como instrumentos de construcción del ambiente. (…) Para avanzar en este cambio de paradigma desde el modelo tectónico y mecánico de la modernidad al modelo termodinámico contemporáneo, parece necesario construir una nueva cartografía que nos oriente en torno a las nuevas técnicas proyectuales, a la organización de los sistemas constructivo-tipológicos y a las filiaciones estéticas, adoptando como hipótesis de partida la convención o consenso en la necesidad de una integración entre arquitectura, paisaje y técnicas medioambientales”.

Esta postura, propia de la cultura arquitectónica contemporánea, sugerente, realista y de avanzada en su momento, sirvió para observar lo que, a modo de adelanto, Ábalos mostró entonces al presentar su obra en la FAU UCV y quizás también para especular acerca de si el proyecto ganador del concurso para el “Nuevo Complejo Musical de Caracas” de ADJKM se ubica en la senda de la “belleza termodinámica”. Además, contextualiza la importante invitación que se le cursara con la que inició su experiencia en Harvard, señal inequívoca de que dicha universidad intuía la presencia de un nuevo paradigma que merecía la oportunidad de ser puesto a prueba, y que en Caracas tuvimos el privilegio de escuchar prácticamente de primera mano (luego se Ábalos lo presentaría en julio de 2011 en la PUC de Chile) y cuyo impacto aún está por sentirse de forma notoria en nuestra enseñanza de la arquitectura. También vale para evaluar, transcurridos 8 años, la prolífica obra que Ábalos+Sentkiewicz ha podido realizar desde entonces y para emprender la lectura de su más reciente libro Textos críticos (2018), reseñado el pasado 9 de septiembre en el Contacto FAC nº 93.

ACA

Visitas memorables

Charles Correa (1930-2015)

El arquitecto indio Charles Correa visita Caracas en octubre de 1999 invitado por la Fundación Museo de Arquitectura y, en particular, gracias a las gestiones que logra encaminar uno de sus fundadores y muy activo miembro: Jorge Rigamonti (1940-2008). Para entonces, la Fundación ya había cumplido 11 años de haber sido creada (nace el 26 de enero de 1988 en la sede del Museo de Bellas Artes, a propósito de la celebración de los 50 años de dicha institución), y tenía en sus alforjas el haber liderado importantes iniciativas que dieron como resultado la divulgación de la arquitectura venezolana a través de publicaciones y exposiciones memorables. Sus directores-fundadores Celina Bentata, Helene de Garay, William Niño, Martín Padrón, Juan Pedro Posani, Jorge Rigamonti, José Miguel Roig, Leszek Zawisza y Fernando Tábora, todos arquitectos, estuvieron acompañados al momento de la creación por Tomás José Sanabria, Fruto Vivas, José Miguel Galia y Sofía Imber como directores-fundadores-honorarios y contaron con la coordinación administrativa de Helena Correa de Rigamonti.

La visita de Charles Correa se sumaba entonces a la realización y montaje de exposiciones tales como “La casa como tema” (1989, MBA), “Alvar Aalto en Venezuela” (1989, MBA), “Alessandro Anselmi. Dibujos y Proyectos” (1990, MACCSI), “Arquitectos venezolanos en la Bienal de Quito ‘90” (1990, BAQ), «Las Escalas del Espacio. Arquitectos Italianos Contemporáneos» (1991, MACCSI), “Venezuela arquitectura y trópico. 1980-1992” (1993, MAVAO), “Carlos Raúl Villanueva. Un moderno en Sudamérica” (2000, GAN), las cuales estuvieron casi siempre acompañadas de cuidados catálogos, seminarios y ciclos de discusión, donde la Fundación asumía o bien un rol protagonista o acompañaba a otras entidades en los esfuerzos que se realizaban.

A diferencia de la llegada al país de otros arquitectos célebres, la de Charles Correa no vino relacionada con un encargo determinado ni tampoco, al dejarnos, se fue con algún proyecto que pudiera haberle sido encomendado. Su venida respondió a la necesidad que había en aquel momento de señalar una referencia para la arquitectura que se estaba haciendo en la “periferia”, dentro de la cual se encuentran América Latina en general y Venezuela en particular, sin que ello implicase recurrir a la presencia de arquitectos “del patio”. Se miraba con atención así la posibilidad de entablar un diálogo sur-sur teniendo como excusa la experiencia acumulada y el interesante sesgo que caracterizaba la obra del arquitecto nacido en Hyderabad, provincia de Goa (ex colonia  portuguesa), India, formado en la Universidad de Michigan y el MIT, instalado en Bombay desde 1958, que ya para entonces era reconocido como uno de los más importantes de su país (junto a Balkrishna Doshi -Premio Pritzker 2018- y Raj Rewal), destacando por llevar a cabo realizaciones adaptadas a la condición multicultural de su populosa tierra de origen, en las que había puesto un especial énfasis en conservar los recursos, la energía y el clima como los principales factores a la hora de ordenar el espacio, y buscaba a través de soluciones no convencionales fusionar lo moderno con las tradiciones propias del lugar donde su arquitectura se erige.

1 Arriba: Gandhi Memorial Museum & House (Sabarmati Ashram), 1963. Centro: Jawahar Kala Kendra, Jaipur, India, 1992. Abajo: Bhopal State Assembly, Gujarat, India, 1993

Dos fueron las oportunidades que se dio la prensa local para promocionar y dar relevancia a la visita de Correa. Por un lado, Arquitectura HOY publicó una nota en el nº 317 del 15-10-1999, que resume su ya divulgada y premiada trayectoria, de donde podemos destacar obras como el planeamiento de Navi Mumbai dedicado a viviendas de bajo costo, el memorial de Mahatma Gandhi en el Sabarmati Ashram (Ahmedabad) o la Asamblea del Estado para Madhya Pradresh; la monografía a cargo de Kenneth Frampton editada por Thames & Hudson (1996); su amplia experiencia docente en Harvard, Pennsylvania, Tulane y Washington (habiendo sido Profesor en la Universidad de Londres, el MIT y Cambridge), y entre los galardones la obtención en 1984 de la Medalla de Oro de la RIBA, en 1988 del Premio Aga Khan para la arquitectura, en 1990 de la Medalla de Oro de la Unión Internacional de Arquitectos (UIA) y en 1994 el Praemium Imperiale (Japón).

Por otra parte, El Diario de Caracas le dedica a Correa toda su página de arquitectura del mismo 15-10-1999, a cargo de Oscar Tenreiro, titulándola “INDIA. Charles Correa en Caracas”. Allí se recoge un texto firmado por el propio Tenreiro y Jorge Rigamonti en el que por una parte se resume lo acumulado por el arquitecto indio en su vida profesional y, por la otra, se amplían las razones que permitieron entender por qué fue el personaje elegido para venir a Venezuela en aquel momento. De aquí, y en tal sentido, es conveniente rescatar lo siguiente: “En un fin de siglo turbulento caracterizado por la globalización económica y cultural, donde arquitectos famosos realizan frecuentemente experimentos gramaticales sin pensamiento olvidando el compromiso ético-estético del Movimiento Moderno y el valor social de la arquitectura, Charles Correa realiza acciones leves y disciplinadas que califican lo urbano como expresión colectiva en un mundo caótico y desigual que debemos contribuir a mejorar (…) Aquí en Venezuela, país privilegiado por un amplio mestizaje, lleno de problemas, sí, pero definitivamente más acotables y solucionables que los de la India, debemos creer en la oportunidad de alcanzar una arquitectura legitimada y actuar creativamente en el proceso de cambios, descubriendo las oportunidades que se presentan en las fisuras, deseos y necesidades de la Sociedad Civil. ‘El pensar en relaciones es más difícil que el simple contar cosas’ aseveró el sociólogo N. Luhmann. ¿Podrán Charles Correa y esta última frase enriquecer nuestras actuaciones futuras?”, cita que al día de hoy aún cuenta con total vigencia.

Correa dictó una Conferencia Magistral en el auditorio de la Torre Corp Banca (hoy BOD) el sábado 16 de octubre de 1999 a las 5:00 p.m. en la que expresó su manera de entender la arquitectura a través de la extensa obra que tenía acumulada a los 69 años de edad. Todavía logró sumar posteriormente una experiencia de casi 15 años y publicó en 2010 A Place in the Shade: The New Landscape and Other Essays, resumen de su pensamiento arquitectónico, hechos que permiten en su conjunto catalogarlo como “el más grande arquitecto de India” y una de las figuras fundamentales del panorama mundial de la arquitectura contemporánea.

ACA

Procedencia de las imágenes

  1. https://www.plataformaarquitectura.cl/cl/791073/architecture-as-an-agent-of-change-remembering-charles-correa-indias-greatest-architect/576145f4e58eceea6c00018c-architecture-as-agent-of-change-remembering-charles-correa-india-photo?next_project=no, https://www.epdlp.com/arquitecto.php?id=34 y https://archnet.org/sites/1406/media_contents/9925

Visitas memorables

Richard Neutra (1892-1970)

La primera visita de la que tenemos conocimiento hecha a Venezuela por el austríaco nacionalizado estadounidense Richard Neutra, considerado como uno de los arquitectos más importantes del siglo XX, se produjo con motivo de la celebración en Caracas del IX Congreso Panamericano de Arquitectos entre el 19 y el 28 de septiembre de 1955, donde, con 63 años, fue uno de los tres invitados especiales convocados por los organizadores del evento junto a Marcel Breuer y Pierre Vago, fundador y secretario general de la UIA. La presencia de estas tres figuras y la de Neutra en particular, buscaba hacer contrapeso al hecho de que en la edición del VIII Congreso Panamericano celebrado en Ciudad de México en 1952, se contó con la asistencia como invitado estelar nada más y nada menos que de Frank Lloyd Wright. En el lector dejamos la tarea de evaluar si el tres por uno equiparó el esfuerzo.

1. Quinta Alto Claro o Casa González-Gorrondona, Caracas, 1962

Como ha señalado Hannia Gómez  en “Estas rocas eran para mí”, capítulo dedicado a Neutra de Our architects en Caracas. Arquitectura norteamericana en Caracas 1925-1975 (2017): “Había venido como participante especial por los Estados Unidos -como Marcel Breuer-, acompañado de su esposa Dionne y en su visita conoció a los arquitectos venezolanos y las obras más importantes que se estaban realizando, como el Parque del Este (1961) y la Villa Planchart (1957). También conoció a quienes serían algunos de sus futuros clientes”.

En efecto, durante ese viaje Neutra conoce a Armando Planchart (a quien Gio Ponti había proyectado su casa conocida como “El Cerrito”), vínculo que lo pone en contacto con la pareja conformada por José Joaquín González-Gorrondona y su esposa Margarita Centeno Vallenilla, quienes también habían encargado en 1957 el diseño de su vivienda a Ponti en el mismo terreno donde finalmente Neutra les proyectará la que sería su única obra construida en Venezuela y quizás la residencia unifamiliar de mayor tamaño por él realizada en toda su dilatada carrera: la quinta “Alto Claro”, ubicada en el Parque Nacional El Ávila a la altura de la urbanización Los Palos Grandes, Municipio Chacao, cuya terminación data de 1962, aunque otras fuentes la ubican en 1965.

Como relata Gómez, quizás el punto de discrepancia que hizo a los González-Gorrondona decantarse por Neutra en detrimento de Ponti (inclinado siempre a enmarcar las vistas), haya sido la importancia de contar con un gran ventanal corrido para poder apropiarse de la extraordinaria panorámica al sur sobre el valle de Caracas. De resto “mucho de esa arquitectura con dos patios y una marquesina … su emplazamiento en el sitio, su forma de paralelepípedo, la ubicación de la piscina…”, presentes en la propuesta de Ponti, será asimilada por Neutra.

2. Croquis del proyecto Trébol Radiante, La Hoyada, Caracas, 1958
3. Proyecto Trébol Radiante, La Hoyada, Caracas, 1958

Durante este primer viaje, “Neutra -nos dirá Gómez- es presentado también a Belén Velutini, una joven ingeniero -y luego constructora y developer-, quien le encarga un centro comercial y de oficinas para Maiquetía, en la costa de Caracas, y otros personajes importantes que le encomiendan varios desarrollos urbanos, como el Trébol Radiante -Cuatro Cuadras Rojas-, las propuestas para un nuevo Sistema Vial y el desarrollo del puerto, ambos en La Guaira.”

4. Propuesta para el sistema vial de La Guaira, 1957

Neutra, quien diseña a distancia y lleva la supervisión “a vuelta de correo” de la construcción de “Alto Claro”, regresa a Venezuela a ver los progresos de su obra entre finales de 1959 y comienzos de 1960, momento en el que se le invita a dictar una charla en la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la UCV, de la cual Oscar Tenreiro ha dejado testimonio por haberla presenciado como estudiante en “Una pequeña historia necesaria III”, texto que apareció en su blog Entre lo cierto y lo verdadero el 4 de enero de 2014: “…la charla en cuestión -apuntará Tenreiro-, fue muy poco interesante, con una introducción dedicada a buscar la simpatía de los estudiantes (dijo que la última vez que había estado en Venezuela lo había hecho rodeado de ametralladoras, lo cual parecía ridículo) y luego una muestra fotográfica de algunas de sus numerosas obras (no incluyó el proyecto caraqueño) acompañadas de comentarios de los cuales no conservo recuerdos. Lo que sí me pareció entonces era que Neutra adoptaba la actitud light del norteamericano que visita un país extranjero del cual nada conoce, asunto que para mí contrastaba con la idea que hasta entonces tenía de que se trataba de un europeo con peso cultural propio que había llegado a los Estados Unidos ya maduro (31 años), por lo cual podía esperarse de él un discurso más sustancial. Y no fue así, tal vez porque simplemente era hombre de pocas palabras o que prefería mostrar que explicarse.

Terminada la charla compartió fuera del Auditorio con los estudiantes y estuvo conversando con nuestro Decano de entonces, Julián Ferris (1921- 2009) mostrándole un cuaderno de sus dibujos que cargaba bajo el brazo. Eran en verdad extraordinarios, como pude ver junto a un par de compañeros mientras hacíamos de testigos de la conversación. Deduzco que el croquis de La Hoyada fue hecho en esos días, tal vez a pedido de alguno de los arquitectos que entonces tenían responsabilidades sobre la Ave. Bolívar, Ron Pedrique o José Joaquín Alvarez, este último para entonces Director de Proyectos del Centro Simón Bolívar”. Como nota al margen habría que decir que la terminación de “Alto Claro” se inscribe dentro del último período de la obra de Richard Neutra quien falleció en 1970. También que quizás por la relevancia de su presencia en Venezuela, Punto publicó en su número 22 (marzo-abril 1965) el texto “El diseño y la metrópoli” tomado de la revista Urbe de México.

ACA

Procedencia de las imágenes

Foto y caricatura. https://www.amazon.it/Richard-Neutra/e/B00DDM4K8U

1 a 4. Our Architects en Caracas. Arquitectura Norteamericana en Caracas. 1925-1975, 2017