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ALGO MÁS SOBRE LA POSTAL Nº 354

Para la Fundación Museo de Arquitectura (FMA), creada en 1988 por Hélène de Garay, Celina Bentata, William Niño, Martín Padrón, Juan Pedro Posani, Jorge Rigamonti, José Miguel Roig, Leszek Zawisza y Fernando Tábora, quienes asumieron también el rol de directores, la organización y apertura en el mes de abril de 1989 de la exposición “Alvar Aalto en Venezuela” significó la primera actividad de envergadura y el inicio de una alianza estratégica importante tanto con el Museo de Bellas Artes de Caracas (MBA) como con el Museo de Arquitectura Alvar Aalto de Finlandia. Se trató de una muestra itinerante que llegó a nuestro país gracias a las gestiones de la FMA y que contó con los auspicios de sus dos aliados a los que se sumó la entusiasta participación del excelentísimo Embajador de Finlandia en Venezuela Sr. Pertti Ripatti.

Junto a la exhibición, la FMA se encargó también de organizar el Primer Seminario de aproximación crítica a la obra del maestro finlandés, para lo cual se programaron 10 sesiones los días martes y jueves entre el 11 de abril y el 10 de mayo a un costo de Bs. 200 la entrada general (50 para miembros de la FMA y 100 para estudiantes), con un temario por demás interesante del cual quienes participaron obtuvieron el correspondiente certificado de asistencia. Colaboraron para que ello fuera posible la Universidad Simón Bolívar, la Universidad Central de Venezuela, la Universidad José María Vargas, el Instituto de Diseño Villasmil, la Fundación Neumann y el Instituto de Diseño de Caracas.

1. Imagen del montaje de la exposición «Alvar Aalto en Venezuela» realizado en los espacios del Museo de Bellas Artes de Caracas en 1989.
2. Programación del Primer Seminario de aproximación crítica a la obra de Alvar Aalto publicado en el catálogo de la exposición.

Entrando más en detalle, podemos decir que el seminario se inició el martes 11 de abril con la Conferencia Magistral titulada “Una aproximación a la obra de Alvar Aalto” a cargo de Leszek Zawisza (U.C.V.), organizándose el jueves 13 el primer panel titulado “A propósito de conceptos vinculados con la creatividad”, donde participaron Edilia V. de González, J.A. Sanz Astort, Jesús Trobo, Julio Coll Rojas, Henrique Hernández y Mirna Salamanqués. El martes 18 de abril le correspondió a Juan Pedro Posani (U.C.V.) dar la charla que se tituló “Alvar Aalto en el desarrollo de la arquitectura moderna”, dándose el jueves 20 el segundo panel llamado “La creatividad en Alvar Aalto” con la participación de Edilia V. de González, J.A. Sanz Astort, Jesús Trobo y Julio Coll Rojas. El martes 26 de abril sería el turno de José Miguel Roig (U.S.B.), Enrique Larrañaga (U.S.B.) y William Niño (U.J.M.V.) quienes ofrecieron “Tres aproximaciones a la obra de Alvar Aalto”, realizándose el jueves 27 el tercer panel, “Alvar Aalto y el diseño del objeto”, donde intervinieron Domingo Álvarez, Sete Bentata, Enrique de Mayo, Julia Villasmil, Mercedes Gartner, María Teresa Novoa, Carlos Cruz-Diez y Freddy Balza. El martes 2 de mayo José Luis Colmenares (U.J.M.V.) dictó la conferencia “Alvar Aalto en la arquitectura moderna heroica” y, el jueves 7, Julián Ferris, Carlos Gómez de Llarena, Carlos Celis Cepero, José Miguel Galia, Ernesto Fuenmayor y Jesús Trobo integrarían el cuarto panel en torno al tema “Herencia épica y regional como fundamento del diseño”. La última semana el panel se realizaría el martes 9 de mayo con la participación de Oscar Tenreiro, Alejandro Stein, Rafael Pereira, Martín Padrón y Jorge Castillo exponiendo sus particulares visiones en torno a “La luz como forma. La función y la tecnología en Alvar Aalto”, corriendo la sesión de cierre del jueves 11 a cargo de Jesús Trobo y Enrique Vila tratando el tema “La creatividad en la pedagogía de la arquitectura”.

Basta revisar los nombres de quienes participaron y los temas tratados en el seminario para llegar fácilmente a la conclusión de que se trató de un evento de notable trascendencia dentro de la arquitectura local.

3. Algunas de las páginas interiores del catálogo de la exposición.

De lo que se recoge en la Presentación redactada por los organizadores para el catálogo de la exhibición, Alvar Aalto (1898-1976), “desde la perspectiva de la creación artística” no sólo es considerado como “una de las personalidades más trascendentes del llamado ‘Período Heroico de la Arquitectura’ sino uno de los hitos de la cultura occidental del siglo XX”, lo cual le daba un particular brillo al esfuerzo que se realizó.

Por otro lado, en la “Introducción” publicada con el título “Ideas en torno a la Exposición del arquitecto Aalto”, se señala que “La llegada de la exposición de Aalto a nuestro medio debe ser encarada de manera tal de sacar el máximo de frutos de ella, y no dejar que sea un acontecimiento museístico más”, subrayándose que “la vigencia del pensamiento y la acción de este gran maestro finlandés del S.XX, está hoy más presente que nunca”, dada su “lucha incansable… por crear el ambiente de vida y respeto por este habitante de la tierra tan disminuido y pospuesto”, y porque “preconizó el respeto por la naturaleza” profesó con sabiduría y ejemplo la importancia de la relación hombre-entorno y cultivó como pocos la noción del “habitar” heideggeriano, rasgo distintivo de la condición humana.

El catálogo, además, incluyó los textos “Arquitectura ‘orgánica’” de J.J. Richards, publicado en L’Architecture da’Aujourd’hui, nº118, oct-nov 1971; “El largo camino de Alvar Aalto, arquitecto finlandés” de Carlos Santi publicado en Domus, nº254; “Un encuentro personal con la obra de Aalto” de Jesús Trobo; “Método de construcción y empirismo de la razón” de Brian Brace publicado en L’Architecture da’Aujourd’hui, nº191, junio 1977; y “Fuentes y orígenes, al paso del pasado de Aalto” de Cristina Tonelli publicado también en L’Architecture da’Aujourd’hui, nº191, junio 1977. Con ello se dejaba en quienes lo adquirían un rico material que complementaba la aproximación a la obra del maestro finlandés expuesta en el MBA.

4. Presencia de Alvar Aalto y la arquitectura finlandesa en la revista Punto.

Sobre la temprana presencia de Alvar Aalto en Venezuela y su influencia desde el punto de vista de la enseñanza de la arquitectura dan cuenta el hecho de que Carlos Raúl Villanueva, al preguntársele en la revista Punto nº1 (enero 1961) acerca de cuáles eran a su juicio “Las mejores obras del siglo XX”, haya incluido entre las 13 seleccionadas dos del maestro nórdico: la Biblioteca de Viipuri (1934) y el Centro Cívico de Säynätsalo (1955). También lo corrobora la aparición en el nº15 (noviembre 1963) del artículo “Alvar Aalto” escrito por Federico Gutheim, extraído del libro que éste escribiera en 1960 para la colección Masters of World Architecture.

Pero muy particularmente resalta el hecho de que el nº26 (enero-febrero 1966) Punto dedicara buena parte de su contenido (15 páginas) a Aalto y Finlandia a través de los artículos “Arquitectura finlandesa” de Juan Pedro Posani, “Alvar Aalto” de Carlos Raúl Villanueva y “La arquitectura finlandesa y su fondo histórico” de Nils Erick Wickberg.

A poco que se indaga se descubre que dicha profusión de textos en el nº26 de Punto no fue casual. Acompañaron el montaje de la muestra “Arquitectura de Finlandia”, auspiciada por el Museo de Arquitectura de Helsinki, abierta entre el 27 de febrero y el 27 de marzo de 1966 en la Sala de Exposiciones de la FAU UCV, para cuyo acto inaugural se contó con la presencia del profesor Aulis Bloms de la Universidad Tecnóloga de Helsinki y del Embajador de Finlandia en Venezuela Heiki Hannikainen. Esta exhibición, claro antecedente de la que hoy nos ha ocupado, contó con un catálogo de más de 50 páginas y ameritó la presencia para asesorar su montaje del arquitecto H. Gullichsen y su ayudante S. Houvinen enviados por el Museo de Arquitectura de Helsinki, todo lo cual no hace sino resaltar la importancia que tuvo.

Al morir Aalto, el 11 de mayo de 1976, Punto en su número 56-57 (junio de 1976) se hizo eco publicando una extensa nota que daba cuenta, una vez más de la trascendencia de su legado, puesto al día en 1989 en los espacios del MBA de Caracas.

ACA

Procedencia de las imágenes

Postal y 1. Colección Crono Arquitectura Venezuela

2 y 3. Catálogo de la exposición Alvar Aalto en Venezuela, Fundación Museo de Arquitectura/Museo de Bellas Artes de Caracas, 1989

4. Revistas Punto nº1 (enero 1961), nº15 (noviembre 1963), nº26 (enero-febrero 1966) y nº56-57 (junio 1976)

ALGO MÁS SOBRE LA POSTAL Nº 210

La muestra “La casa como tema. Primera aproximación antológica de la casa en Venezuela”, cuya curaduría estuvo a cargo de la Fundación Museo de Arquitectura (FMA), se mantuvo abierta entre el 15 de octubre y el 26 de noviembre de 1989, “Año Centenario del nacimiento de Armando Reverón”, en los espacios del Museo de Bellas Artes (MBA), dirigido por María Elena Ramos cuando era Ministro de Estado para la Cultura y a la vez encabezaba el Consejo Nacional de la Cultura (CONAC) José Antonio Abreu.

Bajo la Coordinación General de Celina Bentata y William Niño, Diseño y Producción Museográfica de María Teresa Novoa y Coordinación Editorial del Catálogo de Martín Padrón, todos miembros de la Fundación, la exposición, primera que se realizaría como producto del apoyo mutuo entre la FMA y el MBA y, por tanto, “primera referencia histórica”, podría catalogarse como una de las que mejor reflejaron el empuje dado por un importante grupo de arquitectos a la divulgación de la arquitectura venezolana, de lo cual fue un fiel reflejo.

A las puertas del inicio de una década como la de los años 1990 donde la arquitectura terminó de hacer acto de presencia constante en los museos y a ocupar importantes espacios en los medios impresos, la FMA fue pionera dentro de todo este rico, interesante y estimulante clima que poco a poco se incrementaría.

Son muy variadas las aristas que permite explorar la revisión de la exposición a través del impecable catálogo de 107 páginas (el nº 821 del MBA), impreso por Tipografía Guanarteme, con papel donado por VENEPAL, que la acompañó. La primera es el compromiso e importante apoyo recibido no sólo por el CONAC, el MBA y su Fundación, sino por el sector privado y en particular por las siguientes empresas: Belfort Glass, Duplex Industrial, Vencerámica, C.A. Venezolana de Pulpa y Papel (VENEPAL), C.A. Manufacturas de Papel (MANPA), Veba Oel, Plus Sistemas, Agregados Livianos (ALIVEN) y Viveros Capaya, a las que hay que sumar el patrocinio de Petróleos de Venezuela como parte del Estado.

Otro aspecto significativo surge de poder constatar que para la fecha entre Directores (9), Miembros Honorarios (4), Miembros Internacionales (16), Miembros Institucionales (15), Miembros Activos (75) y Miembros Estudiantes (50), la Fundación Museo de Arquitectura contaba con 169 personas interesadas en participar en actividades que buscaban animar el alicaído medio arquitectónico donde la asociación gremial a la que debía corresponder esta tarea siempre dio muestras de flaqueza. En otras palabras, como se suele decir con frecuencia, la FMA estaba llenando un importante vacío en lo correspondiente a la organización de eventos, publicaciones, conferencias o exposiciones solo compensada por la permanente actividad que iban desarrollando las Facultades, Escuelas y Carreras de Arquitectura.

Así, cuando el MBA en la primera nota escrita que aparece en el catálogo expresa como institución que “a pesar de la intensa actividad museística desarrollada a lo largo de más de cinco décadas en Venezuela, el tema de la Arquitectura y su Museología continúa siendo un raro y difícil desafío”, no estaba sino expresando una realidad tangible que poco a poco empezó a cambiar abriéndose en simultáneo “una entusiasta perspectiva para una naciente área de investigación”, donde la Fundación Museo de Arquitectura (nacida justamente en la sede del MBA un 26 de enero de 1988 cuando la institución cumplía 50 años), “garantiza la continuidad de estos eventos inéditos, cuya realización marca pauta para perfeccionar y enriquecer la labor museística que nos hemos planteado.”

Con el tema escogido para la exposición (La Casa) enfocado de una manera diferente “bajo la cual su esencia como hecho cultural se devela ante nosotros como paradigma, asombrosamente preterido, a pesar de su cotidianidad”, también se abrían las puertas, no sólo a demostrar el esmero y rigor necesarios para llevar adelante la importante tarea, sino para exponer todas las posibles aristas que la más común pero a la vez más difícil de las tipologías arquitectónicas entraña. Por ello María Elena Ramos no dudará en expresar y esbozar en el “Prólogo” la condición intrínseca de la casa como “tema eterno”, “uno de los logros más primarios del amor y del hacer”, “uno de los primeros diseños del arquitecto”, idea que “está en todas partes”, “lugar de los encuentros”, “lugar de los secretos”, “lugar de las adivinanzas”, para finalizar afirmando: “Casa es lugar. Objeto. Cosa. Invento hecho materia. Y materia permanente para nuevos inventos. Motivo de reflexiones. Tema del cual hablar. Tema de la cultura. Tema para un museo. El museo puede ser un espacio donde las casas develan parte de sus estructuras, sus arquitectura y sus secretos”, y concluir: “El Museo de Bellas Artes es también ahora la casa de las casas. Y el hogar para recoger palabras, dibujos y proyectos de la casa como tema eterno”, jugando con la simetría que ofrecía el utilizar la misma oración para comenzar y finalizar el texto.

También, cuando la Fundación Museo de Arquitectura desarrolla el “Preámbulo” del catálogo asomando el concepto y dando las primeras pinceladas sobre la estructura de la exposición, nos ofrece todo lo necesario para entender la trascendencia del evento. “La casa como tema surge de la necesidad de compilar, por primera vez en nuestra naciente actividad museística, los más variados aspectos que apoyan y fortalecen la idea de arquitectura como hecho de creación que construye y estructura la cultura de un lugar. Y es que, sin duda, no sólo la música, el arte, la literatura, la alimentación o, los modismos al hablar, señalan la especificidad de un tipo cultural. En efecto, la arquitectura de ‘la casa’, su atmósfera, las maneras seguidas para su construcción, la organización de su espacio interno, su huella en la geografía o los ritos escenificados en su interior, expresan sólidamente, el espíritu de un tiempo y la rigurosa agudeza, transparencia, sensualidad, afectos, desafectos y, por qué no, también las torpezas de quienes la habitan”. Aclarando que en la muestra no se trata de “atrapar un elenco completo de Monumentos” sino, por el contrario, “apuntar a los conceptos y destacar el espíritu de una exposición antológica”, se pasa a explicitar los 6 capítulos que la constituyen, a saber: “Casa e historia”; “Inicios de la modernidad”; “Casa contemporánea”; “Casa y paisaje”; “La poética de la construcción”; y “La casa ideal”.

La FMA cerrará el “Preámbulo” manifestando su aspiración de que “esta primera selección antológica a propósito de las casas realizadas a lo largo de nuestra geografía durante el siglo XX, afirme la sana práctica de pluralismo en el tratamiento de amplios aspectos comprometidos y tendencias de los arquitectos del país; actitud que plantea comenzar estrategias culturales capaces de descubrir y ampliar las expectativas de vida en ese lugar fundamental que consideramos la casa.”

Como reafirmación de lo adelantado, a través del índice descubrimos que, mediante textos preparados especialmente para la ocasión que no ofrecen ninguna clase de desperdicio, Leszek Zawisza tratará los tópicos “La casa tema universal de la arquitectura” y “La casa venezolana y su historia” (acompañado éste último de 8 casos “notables”); William Niño desarrollará “La casa como tema de abstracción” (10 casos) y “Casa y contemporaneidad” (80 casos); Fernando Tábora aborda “Casa y paisaje” (9 casos); Martín Padrón “Casa y tecnología” (19 casos) y Jorge Rigamonti expone sus “Apuntes para la casa ideal” (14 casos). Como cierre, María Teresa Novoa muestra textual y gráficamente el Proyecto del montaje de la exposición.

Se trata de un gran total de 140 ejemplos expuestos para los cuales se elaboró en cada caso una ficha que incorpora fotografías y/o dibujos, una breve descripción y una aproximación crítica.

“La casa como tema” marcó hace ya 31 años no sólo el inicio sino un antes y un después en la historia de la aparición de la arquitectura como tema museístico en nuestro país. Colocó la vara muy en alto y por tanto se convirtió en deber ser que muchas veces no fue superado y sólo algunas igualado. Sin embargo, esta misma condición y patrón hizo que la Fundación Museo de Arquitectura realizara una importante serie de muestras tanto antológicas como monográficas a lo largo de la década de los 90 del siglo XX que dejaron a su vez un valioso material publicado, imprescindible para quienes están interesados en seguirle los pasos a nuestra historia y nuestro quehacer reciente y no tan reciente.

ACA

Procedencia de las imágenes

Todas: Catálogo de la exposición “La casa como tema. Primera aproximación antológica de la casa en Venezuela”, Museo de Bellas Artes, 1989

ALGO MÁS SOBRE LA POSTAL nº 154

Con la exposición Venezuela. Arquitectura y trópico 1980-1990 la Fundación Museo de Arquitectura dio un importante paso en el fortalecimiento de sus actividades iniciadas en 1988 cuando es creada y nombrados como Directores-fundadores: Celina Bentata, Helene de Garay, William Niño, Martín Padrón, Juan Pedro Posani, Jorge Rigamonti, José Miguel Roig, Leszek Zawisza y Fernando Tábora.

Para el momento en que se concibe la muestra (1991), la Fundación, gestada como “Institución privada sin fines de lucro, orientada hacia la difusión de la Arquitectura”, ya tenía en su haber la organización de al menos 6 eventos expositivos, realizados con la colaboración de otras entidades en las que se contó con la participación de algunos de sus protagonistas: “Figuras de Ciudad”, con Giovanni Chiaramonte, Museo de Arte Contemporáneo de Caracas, julio 1988 (conferencia y catálogo); “La Casa Como Tema”, Museo de Bellas Artes, octubre 1989 (conferencias y catálogo); “Alessandro Anselmi. Dibujos y proyectos”, Museo de Arte Contemporáneo de Caracas, mayo-julio 1990; y “Nuevos caminos de la Arquitectura Española” con la participación de 4 destacados arquitectos españoles, junio 1990 (precedida el año anterior del “Primer Seminario sobre Arquitectura Española” organizado en los espacios de Parque Central).

Venezuela. Arquitectura y trópico 1980-1990 se estructuró como parte de la representación de nuestro país en la V Muestra Internacional de Arquitectura de la Bienal de Venecia, Italia (1991), y, en vista del interés que suscitó fue albergada casi de inmediato por la Maison de l’Architecture de París, Francia, en el marco del “Rencontre du Venezuela à Paris”, entre el 13 de noviembre de ese año y el 15 de enero de 1992 con el auspicio del CONAC y el patrocinio de la Unión Latina. La curaduría corrió a cargo de María Teresa Novoa y estuvo acompañada de un catálogo bilingüe (español-inglés) de 68 páginas cuya portada ilustra nuestra postal del día de hoy.

La muestra, que podríamos decir tuvo un importante antecedente en otra titulada “Los Signos Habitables” (1984) organizada por William Niño Araque en los espacios de la Galería de Arte Nacional (ver Contacto FAC nº 103 del 18-11-2018), permitió ir perfilando nuevos rumbos dentro de la arquitectura venezolana desprendidos de la gesta marcada por Carlos Raúl Villanueva y los arquitectos que hicieron de la década de los años 50 la más destacada dentro de la historia constructiva del país e ir valorando la presencia de nuevas figuras surgidas a partir de la instauración de la democracia, signadas en este caso por un tema común: el trópico y las diferentes maneras como es interpretado a través de variadas respuestas edificadas.

Así, Venezuela. Arquitectura y trópico 1980-1990  brindó la oportunidad a la Fundación Museo de Arquitectura de promover la obra de buena parte de sus integrantes y “tras bastidores” a William Niño una nueva ocasión para manifestar de qué manera se podría entender “lo caribeño” y “lo tropical” (categorías que buscaban alejarse de “lo climático” y su carga funcionalista) dentro de la construcción de lo que desde mediados de la década de los 80’ denominó como una “posible” Escuela de Caracas. Obras de diferentes escalas que evidencian su carácter público o privado, usos residenciales, cívicos o religiosos, espacios urbanos y proyectos paisajísticos diseminados por todo el territorio se dan cita en la exposición tras las figuras de Max Pedemonte, Manuel Delgado, Miguel Carpio, Lissette Ávila de Delgado/Esther Fontana de Áñez, Celina Bentata, Edmundo Díquez/Oscar González/José Alberto Rivas, James Alcock, Helene de Garay, Jesús Tenreiro Degwitz, Jorge Rigamonti y Fernando Tábora con la finalidad de mostrar un amplio abanico de soluciones concretas a problemas concretos, ancladas en la autonomía disciplinar, con un peso importante en lo expresivo y lo formal, y con una clara consideración de las variables del lugar.
Sin embargo, quizás sea Alberto Sato, autor del texto introductorio del catálogo de la exposición titulado «Arquitectura. Forma y Trópico», quien nos brinde con mayor claridad la clave con la cual poder repasar en las obras expuestas un importante cambio de actitud ante el medio, el cual pasa de convertirse en una simple reacción de defensa a través de mecanismos que más bien asemejan escudos, resueltos mediante el uso de ábacos y complejas ecuaciones, a ser considerado como tema o pretexto tendiente a descifrar los cautivantes secretos de la luz tamizada y su potencialidad plástica.

En ese contexto la arquitectura venezolana objeto de la muestra permite a Sato afirmar cómo, tomando el testigo de lo iniciado en los años 50, se consuma «la construcción de la sombra (como) fragmento o totalidad de un programa arquitectónico: un sabio juego de los volúmenes bajo la luz produce sombras; es desde allí donde la luz se observa con calma; los detalles de la arquitectura son apreciables y el trópico se disfruta, sea desde la galería de una casa, el atrio de un edificio de oficinas, el claustro de un monasterio, una ventana recedida, un muro irregular de ladrillos, una reja, una pérgola; recurren al ancestro del abrigo, no del frío sino del calor.»

En otras palabras, podría decirse que se profundiza una exploración sobre los espacios intermedios que se traduce en la consideración cuidadosa y constante de la transición entre el interior y el exterior a través de la utilización de diversos dispositivos que trabajan a favor del descanso de una retina fatigada por el sol y que terminan muchas veces generando «lugares».Venezuela. Arquitectura y trópico 1980-1990 ajustada en su rango temporal (1980-1992) e incorporando nuevas obras vuelve a ser montada en 1993, promovida por la Fundación Museo de Arquitectura, en el marco del VI Seminario de Arquitectura Latinoamericana (SAL) realizado en Caracas. Junto a “Ricardo Porro Arquitecto de América en Europa” ocupó entonces los espacios del Museo de Artes Visuales Alejandro Otero. Allí se volvió a ofrecer como escaparate de una arquitectura del lugar que abrió paso a lo que Niño denominó como “éticas tendenciales de actuación” las cuales, poco a poco, empezaron a justificar e incluir manifestaciones un tanto alejadas de lo que originalmente se vislumbraba como un “deber ser” atado a la caracterización mediante “atmósferas” de “lo caribeño” y “lo tropical”, clara demostración de cómo lo prescriptivo deriva rápidamente de considerar que somos “lo uno o lo otro” a reconocer que mas bien somos “lo uno y lo otro”.

ACA