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ASEDIO A LA CIUDAD: EL PLAN MAESTRO DE LA ZONA RENTAL PLAZA VENEZUELA Y LOS INTENTOS POR DINAMITARLO

Marco Negrón

1. Plano de Caracas con la ubicación en el centro de la imagen de la Zona Rental de la Universidad Central de Venezuela en la Plaza Venezuela.

La Zona Rental Plaza Venezuela (ZRPV) es un polígono de 10,3 hectáreas localizado en el corazón mismo de la ciudad de Caracas, propiedad de la Fundación Fondo Andrés Bello para el Desarrollo Científico de la UCV (FFAB)[1], una institución de derecho privado sin fines de lucro cuya misión específica es la de generar recursos para promover la investigación científica y humanística en la UCV, nuestra principal y más antigua universidad.

2. Izquierda: Plano de las relaciones urbanas de la ZRPV con el contexto inmediato. Derecha: Vista de la Plaza Venezuela y los edificios que la rodean.

En 1978 fue designado su primer Consejo Directivo, presidido por el Ing. Héctor Isava, quien había sido el primer Decano de la Facultad de Ingeniería de la UCV electo después del restablecimiento de la democracia. Sin embargo, durante varios años ella no contó con un plan, ni siquiera con unos lineamientos para su desarrollo, permaneciendo ocupada, pese a su estratégica localización, por construcciones precarias que en su mayoría alojaban actividades poco relevantes y pagaban arrendamientos insignificantes.

En 1987 el Concejo Municipal del Distrito Federal aprobó el Plan Maestro de Desarrollo y Diseño Urbano (PMDDU) y la respectiva Ordenanza de Zonificación[2], asignándole usos propios de centro urbano con un potencial máximo de construcción de 635% (unos 650.000 m2) sobre el área bruta del terreno, debiendo reservarse un área libre para el uso público no menor del 50 por ciento del área neta[3].

3. Izquierda: En el año 1957 se dio inicio a la construcción del Edificio Rental de la UCV proyectado por C. R. Villanueva. Derecha: La Plaza Venezuela y en la ZRPV la primera etapa del Centro Comercial.

Como para esas fechas era impensable que, a diferencia de lo que había ocurrido medio siglo antes con la magnífica Ciudad Universitaria, un proyecto de esa magnitud pudiera ser asumido directamente por el Estado, el Plan fue concebido de manera que se lo pudiera desarrollar en alianza con inversores privados y por etapas, en lapsos no predecibles con suficiente anticipación. De esta manera, además de su potencial para fortalecer la autonomía universitaria, abría una oportunidad excepcional para reconstituir la alicaída capitalidad caraqueña y, en particular, recuperar la vitalidad del centro tradicional de la ciudad, debilitada por el prolongado predomino de la actividad inmobiliaria hacia el este. Sin embargo, diez años después la situación permanecía inalterada.

Varios factores conspiraban contra su puesta en ejecución, entre ellos el escuálido presupuesto de la Fundación y la dificultad de disponer de un terreno con las dimensiones requeridas: como se señaló, aún desde antes de la creación de la Fundación, la superficie de la ZRPV había ido siendo saturada por una multitud de pequeñas edificaciones que, aunque pagaban modestos arrendamientos, representaban para 1997 el 83 por ciento de su presupuesto (316 mil dólares al cambio de entones), por lo que también sus posibilidades de aportar recursos a la universidad eran insignificantes y ponían en entredicho el cumplimiento de su misión.

La estrategia implementada ese mismo año para desbloquear la situación[4] hizo posible el despeje de las 2,8 hectáreas de la llamada Unidad Sur y abrió las puertas para la puesta en ejecución del Plan. El Consejo Directivo acordó proceder a la asignación del terreno en usufructo mediante oferta pública en un proceso que culminó en abril de 2001 con el otorgamiento del mismo a la empresa Desarrollos CATIVEN, S.A.; esta, con una inversión de 80 millones de dólares, se proponía la construcción de un complejo comercial y recreativo de 180.000 m2 cancelando a la Fundación una renta de seis dólares al mes por metro cuadrado de terreno, ajustable por inflación, durante todo el tiempo de duración del contrato. Esto comportaba un ingreso para la Fundación seis veces superior a su presupuesto de 1997 y equivalente aproximadamente al 25 por ciento del presupuesto para investigación de la UCV de ese mismo año[5].

Otra decisión crucial del Consejo Directivo consistió en que el proyecto arquitectónico no se asignara directamente sino mediante concurso por invitación, con participantes designados paritariamente, al igual que el jurado evaluador, por la Fundación y el inversionista. El veredicto, emitido en marzo de 2002, reconoció como ganador el anteproyecto presentado por el equipo Mendoza, Dávila y Gómez de Llarena[6]

4. Render del anteproyecto ganador de concurso para el Centro Comercial del equipo Mendoza, Dávila y Gómez de Llarena.
5. Render de Centro Comercial de la ZRPV.
6. Vista desde la UCV de la primera etapa construida del Centro Comercial.

A causa de la fuerte inestabilidad política y económica del momento hubo que esperar hasta 2007 para dar inicio a las obras, concluyéndose la primera etapa, el mayor y más moderno hipermercado de la ciudad, en 2009.

7. Izquierda: Caminería mecánica de acceso al Centro Comercial. Derecha: El presidente Hugo Chávez inaugurando el efímero Abasto Bicentenario del Centro Comercial en la ZRPV.

Este primer éxito preludiaba el arranque de una dinámica que, en plazos razonables, podía conducir al completo desarrollo de la ZRPV, lo que no sólo se traduciría en un considerable robustecimiento de la autonomía de la UCV sino que además contribuiría a elevar la calidad del medio urbano caraqueño en un área especialmente crítica, reafirmando con ello su capitalidad.

En junio de 2004, con el patrocinio del Colegio de Arquitectos de Venezuela y la Federación Panamericana de Asociaciones de Arquitectos, se convocó el concurso internacional de ideas y propuestas para la Gran Plaza Central[7], una pieza fundamental del Plan Maestro que la concibe como el elemento relacionador de todos los espacios y edificios del conjunto.

8. La Plaza Central del Proyecto de la ZRPV.

Con un total de cincuenta propuestas provenientes del país y el exterior la respuesta del mundo profesional fue relevante, pero el Jurado estimó que ninguna de ellas satisfacía los requisitos para ser reconocida como ganadora, acordando, sin embargo, asignar los montos establecidos en las bases entre las tres que consideraron más interesantes[8]. El Consejo Directivo de la Fundación, por su parte, se comprometió a invitar a sus autores a participar en un concurso privado para el desarrollo del proyecto de la Gran Estación Central, estrechamente vinculado con el diseño definitivo de la plaza. Lamentablemente este ofrecimiento no se concretó.

El contratiempo, sin embargo, no impidió que en 2007 la empresa Terminal Plaza Venezuela, C.A. obtuviera la buena pro para desarrollar un Intercambiador Modal de Transporte con Galerías Comerciales en la Unidad Central, encargando el proyecto al Arq. Oswaldo Molina Mirabal, ganador del correspondiente concurso celebrado en agosto del mismo año.

9. Propuesta para el Intercambiador Modal de Transporte de la Zona Rental Norte Plaza Venezuela, fachada. Arq. Oswaldo Molina Mirabal ganador del concurso.
10. Terminal Estación Central, planta nivel sótano 1. Arq. Oswaldo Molina.
11. Terminal Estación Central, render del proyecto del arq. Oswaldo Molina (2007).

El impulso se mantuvo, de modo que en 2009 las empresas Promociones 5ZR, C.A. y Promociones e Inversiones ZRPV, C.A. ganan la licitación para la construcción de un hotel de 4 estrellas y otro de 5 en la Unidad Este; en septiembre de ese mismo año, atendiendo la invitación de la Fundación, tres reputadas oficinas de arquitectura[9] presentaron sus propuestas y el 30 de octubre el jurado proclamó ganadora la presentada por Pimentel y Capiello.

12. Propuesta ganadora del Concurso de un hotel de 4 y otro de 5 estrellas. Arquitectos Francisco Pimentel y Oscar Capiello.
13. Izquierda: Propuesta del Concurso de un hotel de 4 y otro de 5 estrellas. Arquitectos Dieterich y Béla Kunckel. Derecha: Propuesta del Concurso de un hotel de 4 y otro de 5 estrellas. Arquitecto Hélène de Garay.

Desde 2003 la Fundación y la C. A. Metro de Caracas (CAMETRO) sostenían conversaciones con la finalidad de ver las posibilidades de que esta última construyera su sede administrativa y centro de control en la ZRPV, convertida en el principal nodo del Sistema Metro.  Para la Fundación era una opción atractiva, porque la localización en ella de una empresa pública que todavía gozaba de un alto prestigio vendría a refrendar la exitosa operación cerrada con Desarrollos CATIVEN en 2001, afianzando la imagen de la ZRPV como elemento fundamental del centro de la ciudad del siglo XXI.

Como quiera que la empresa no consideraba conveniente levantar su sede sobre un terreno ajeno del cual eventualmente pudiera ser desalojada, se llegó finalmente a un acuerdo para hacerlo sobre una parcela de la Unidad Norte expropiada por causa de utilidad pública (2005). El proyecto fue desarrollado en la Gerencia de Proyectos de la empresa por el Arq. Héctor Giménez, concluyéndose la construcción del edificio en 2008.

14. Edificio proyectado originalmente para ser la sede de la C.A Metro de Caracas, diseñado por el arquitecto Héctor Giménez y la Gerencia de Proyectos de CAMETRO, pero asignado, inconsulta y arbitrariamente, al Servicio Bolivariano de Inteligencia (SEBIN).

Sorpresivamente, poco antes de su terminación, el propio Presidente de la República decidió cambiar su destino asignándolo al Servicio Bolivariano de Inteligencia (SEBIN), un organismo policial, un tipo de institución claramente incompatible con la idea que había alimentado el acuerdo de la Fundación con CAMETRO.

A lo anterior se sumó que, en enero de 2010, apenas terminada la primera etapa del centro comercial, el Ejecutivo Nacional amagó con expropiar el edificio para instalar en él un hipermercado de la Red de Abastos Bicentenario. Tal amenaza, finalmente, no se concretó, resolviéndose en la adquisición por parte del Estado del 81 por ciento de las acciones de Desarrollos CATIVEN; en agosto de 2012, en cadena nacional de radio y televisión, Chávez en persona procedió a su apertura al público, anunciando además que en dos años se concluiría la segunda etapa del edificio.

Estos dos incidentes, del todo imprevistos, prendieron las alarmas de los demás inversionistas ya comprometidos, que, comprensiblemente, solicitaron una pausa hasta tanto se clarificara la situación pero que terminaron retirándose.

Y es que, en efecto, antes que clarificarse ella no hizo más que oscurecerse y complicarse con el paso del tiempo: transcurridos menos de cuatro años de la pomposa inauguración del hipermercado, la promesa de terminar la construcción del edificio no sólo no se cumplió sino que se ordenó la “reestructuración” de toda la Red, porque, en palabras del propio Presidente de la República, había sido carcomida por la corrupción; con esta excusa, en una operación caracterizada por la opacidad y presumiblemente incumpliendo el contrato firmado con la FFAB, el inconcluso edificio fue puesto en manos de Salva Foods, una empresa desconocida, que instaló en él unas denominadas Tiendas CLAP[10].

Esta situación se profundizó a partir de 2015, cuando el Gobierno dejó de cancelar la renta por el usufructo del terreno con el argumento de que el Banco Central, incumpliendo con su propia ley, dejó de publicar las cifras sobre inflación, por lo que, estando vinculada la renta a esta, no se podía determinar su monto. Las múltiples gestiones de la Fundación para llegar a un acuerdo razonable se han estrellado contra el muro de silencio de un Ejecutivo atrincherado en la impunidad[11]. Siendo esa la principal fuente de ingresos de la Fundación, además de reducir al mínimo las transferencias a la Universidad, ella se ha visto obligada a recortar radicalmente sus gastos operativos.

Pese a ello, en ningún momento sus autoridades han abandonado los contactos con los órganos de gobierno, sean estos nacionales o locales, explicando con detalle, cada vez que ha sido necesario, los beneficios que la cabal ejecución del Plan aportaría tanto al desarrollo de la ciencia nacional como a la elevación de la calidad del medio urbano capitalino. Con eso se ha tratado no sólo de revertir las situaciones negativas ya ocurridas sino, como aspiración mínima, evitar actuaciones que pudieran distorsionarlo o bloquearlo cuando las circunstancias sean favorables a su reinicio.

Lamentablemente, los abusos y desafueros oficialistas no han cesado: comenzando 2025 la Alcaldía Municipal, haciendo oídos sordos a las denuncias de la Fundación y de la misma UCV, procedió a la precipitada construcción de un terminal de autobuses en una parcela de la Unidad Norte.

La paradoja es que, como se vio en párrafos anteriores, entre los proyectos abortados por las erráticas acciones gubernamentales se contaba con mucho más que eso: un intercambiador modal de transporte concertado con CAMETRO; el proyecto, regularmente aprobado por la Ingeniería Municipal y que, conforme a la práctica de la FFAB, había sido seleccionado mediante concurso, se encontraba en la fase final de elaboración y no implicaba erogación de dineros públicos puesto que corría por cuenta de la empresa ganadora de la licitación.

15. Izquierda: Lo que proponía el Plan Maestro: Terminal de la Estación Central. Andén de llegada. Proyecto del arq. Oswaldo Molina. Derecha: Lo que por su cuenta y riesgo construyó la Alcaldía de Libertador: Terminal de Paso Rápido. Plaza Venezuela.

Simultáneamente y siempre en la Unidad Norte, con inusitada rapidez y la extravagante pretensión de conmemorar los ochenta años de la victoria del ejército ruso sobre el nazismo, se procedió a levantar una versión, cronológica desfasada y geográficamente desubicada, de las peores manifestaciones del realismo socialista, localizada en un entorno urbano en el cual, desde hace muchos años, brillan obras de algunos de los más destacados artistas plásticos del siglo XX, entre otros Cruz Diez, Soto y Otero en Plaza Venezuela, Arp, Lobo, Calder y Laurens en la Ciudad Universitaria. Pero, además, la plaza sobre la que se alza el monumento es un auténtico reventadero de sol, una placa reflectante que, al funcionar como una isla de calor, empeorará las ya deplorables condiciones ambientales del sector. La continuidad de esas acciones y el silencio oficial ante las denuncias obligan a pensar que no se trata de errores aislados de algún funcionario desaprensivo, sino de una deliberada operación de demolición del PMDDU y, por ende, de la aspiración de la UCV a fortalecer su autonomía.

16. Izquierda: La anacrónica Plaza del Triunfo Ruso, Plaza Venezuela (2025). Derecha: Fisicromía Cóncava-Convexa Carlos Cruz-Diez, Monumento a Andrés Bello, Plaza Venezuela (1982).

Desde luego, no se puede ignorar que todo ello se inscribe en la crisis humanitaria compleja que, con efectos devastadores en todos los aspectos de la vida, azota al país desde hace poco más de una década[12]; de la multitud de aspectos que ella abarca cabe destacar, para los fines que aquí interesan, un éxodo de población sin precedentes, el virtual colapso del sector construcción de la economía y el grave deterioro de la UCV, que ya ni siquiera dispone de presupuesto propio, de modo que el cuadro adquiere connotaciones apocalípticas.

Ciertamente, se trata de un contexto que no deja demasiado espacio al optimismo, pero es esencial entender que, pese a todos los obstáculos y contratiempos, el PMDDU no ha perdido vigencia, como no la ha perdido la capitalidad caraqueña; pero urge diseñar una estrategia que permita retomarlo cuando cambie el viento, que inevitablemente cambiará. Caracas y la UCV se lo merecen.

Bibliografía:

Deniz, Roberto (2018), “Los CLAP son una ‘franquicia’ y ya tienen dueño”, en Armando.Info.

Fundación Fondo Andrés Bello (2023), https://ffabucv.org/libro-digital-publicaciones-1994-2023/

Negrón, Marco (2024), “La Zona Rental de la UCV, el sueño elusivo. Una memoria personal”, en https://tropicoabsoluto.com/author/marco-negron/


Notas

[1] Creada en 1974 por el Ejecutivo Nacional, entregándole, como patrimonio inicial, “los terrenos integrantes de la llamada zona rental de lo Ciudad Universitaria” (Gaceta Oficial Nº 30.616).

[2] Redactado por el Instituto de Urbanismo de la UCV bajo la coordinación del Arq. Fernando Gonzalo, el Plan con su Ordenanza fue aprobado por el Concejo Municipal en noviembre de 1987 (Gaceta Municipal del Distrito Federal, Extra 720-C).

[3] Sirva como comparación la experiencia de Potsdamer Platz, en Berlín, quizá la más importante intervención urbanística en la Europa de la década de 1990, 340.000 m2 de construcción sobre una superficie bruta terreno de 75.000 m2

[4] El detalle de la misma en Negrón (2024).

[5] Según el Informe de Gestión de su presidente de septiembre de 2016, durante el año 2015 el aporte de la Fundación a la UCV fue de 18 millones de bolívares, que, a la tasa de cambio oficial de entonces (Bs. 6,30/$) equivalía a casi 2,9 millones de dólares (Marcano, 2016).

[6] Además de ellos participaron en el concurso otros dos equipos nacionales (Jorge Rigamonti y Díquez, González y Rivas) y dos extranjeros (Guérin & Pedroza, architectes y César Portela, arquitecto). El jurado estuvo integrado por Gustavo Legórburu, Fernando Gonzalo, Carlos Ferrer, Jean Pierre Enjolras y Giorgio Piccinato.

[7] En esta ocasión el jurado estuvo integrado por Manuel Solá-Morales (España), Rodrigo Pérez de Arce (Chile), Daniel Bermúdez (Colombia), Jimmy Alcock, John Stoddart y Fernando Gonzalo (suplente).

[8] Arq. Franco Micucci y asociados (Caracas), Arq. Kate John-Alder y asociados (Filadelfia) y Arq. Fabrizio Arrigoni (Roma). 

[9] Hélèn De Garay, Dieterich y Béla Kunckel, Pimentel y Capiello; el jurado estuvo integrado por los arquitectos Azier Calvo, Álvaro Rodríguez Muir, Enrique Gómez Marcano e Ítalo Balbi.

[10] Deniz (2018).

[11] Hasta 2023 había una deuda acumulada de casi 17 millones de dólares.

[12] https://reliefweb.int/report/venezuela-bolivarian-republic/crisis-regional-de-venezuela-emergencia-compleja-hoja-de-datos-no-3-ano-fiscal-af-2024-31-de-mayo-de-2024

Procedencia de las imágenes

1, 2 izquierda, 5, 8, 9, 10, 11, 12, 13 y 15 izquierda. Archivo Fundación Fondo Andrés Bello.

2 derecha. Wikipedia (https://es.wikipedia.org/wiki/Archivo:Vista_de_Plaza_Venezuela_-_Caracas.JPG)

3 izquierda. Foto de John Martínez. Publicación de Gustavo Antonio Rademaker Palm (https://www.facebook.com/photo/?fbid=10160650195601082&set=pcb.3904625343015990)

4. Archivo del arquitecto Carlos Gómez de Llarena.

6 y 7 derecha. Alba Ciudad 93.3 FM (https://albaciudad.org/2012/08/chavez-inaugura-el-abasto-bicentenario-mas-grande-del-pais-en-la-zona-rental/)

7 izquierda. Cortesía del arquitecto Henrique Vera.

14. Colección Crono Arquitectura Venezuela.

15 derecha. Punto de Corte (https://puntodecorte.net/inauguran-terminal-de-paso-rapido-en-plaza-venezuela-caracas/)

16 izquierda. Diario Vea (https://diariovea.com.ve/encuestados-plaza-de-la-victoria-de-la-gran-guerra-patria-rinde-justo-honor-a-triunfo-comunista-sobre-el-nazismo-ver-video/)

16 derecha. Foto @rodrigocapriles. Venezuela, te extraño (https://www.facebook.com/photo.php?fbid=726889099483140&id=100064861681076&set=a.483438087161577)

VALE LA PENA LEER

Entendiendo el Eco-Brutalismo: La paradoja entre estructura, sostenibilidad y estilo

por Olivia Poston

Casa Butantã – Paulo Mendes da Rocha. Sao Paulo, Brasil, 1964.

Traducido por Valentina Díaz

Publicado el 17 de julio, 2025

Tomado de https://www.archdaily.cl

Se espera que el entorno construido reduzca las emisiones de carbono, apoye la biodiversidad y responda a las condiciones ecológicas cambiantes, todo mientras proporciona vivienda para las comunidades y refleja sus valores culturales. En este paisaje cambiante, un estilo arquitectónico que alguna vez fue mal visto surge en una nueva forma sorprendente. El brutalismo, durante mucho tiempo asociado con la gravedad institucional y la austeridad material, ahora se está reformulando a través de un lente ecológico. Este movimiento híbrido, conocido como eco-brutalismo, combina el poder del concreto con la vegetación y estrategias de diseño sensibles al clima. El resultado es un conjunto de espacios que son visualmente impactantes, conceptualmente complejos y cada vez más populares entre diseñadores, urbanistas y el público en general.

Docklands Park / BAU Brearley Architects + Urbanists. Wuxi, China, 2020.

Las estructuras brutalistas se caracterizan tradicionalmente por su uso monumental de concreto y acero, su rechazo al ornamento y una especie de honestidad pragmática nacida de la reconstrucción de la posguerra. Escuelas, iglesias, urbanizaciones, bibliotecas y centros cívicos construidos durante las décadas de 1960 y 70 encarnan este legado. Estos edificios no estaban destinados a encantar. Fueron diseñados para perdurar. El eco-brutalismo desafía y reinterpreta ese legado, a menudo manteniendo la masa expresiva y la claridad del brutalismo mientras introduce elementos orgánicos, como plantas, luz natural y sistemas de rendimiento pasivo. La vegetación se aferra a los balcones, las enredaderas caen sobre las fachadas, los jardines en la azotea recuperan superficies de concreto planas, y los interiores son moldeados por la luz y el aire tanto como por la estructura.

Bosco Verticale / Boeri Studio. Milán, Italia, 2014.

El eco-brutalismo plantea preguntas esenciales sobre la sustancia frente al simbolismo. La suposición de que integrar plantas en estructuras de concreto las convierte automáticamente en sostenibles es un concepto erróneo común. El concreto es uno de los materiales más intensivos en carbono en el planeta. Simplemente agregar vegetación a su superficie no compensa el impacto ambiental de la extracción, producción o energía incorporada. Esta no es una razón para desestimar el eco-brutalismo. En cambio, es una razón para tomarlo en serio. Cuando se hace de manera reflexiva, el eco-brutalismo puede servir como un marco para reconciliar las responsabilidades materiales de la arquitectura con sus ambiciones ambientales. Puede explorar nuevas formas de reutilización, adaptación e integración climática. Puede desafiar la falsa división entre naturaleza y estructura, así como entre belleza y función.

Mamun Residence / Shatotto. Chittagong, Bangladesh, 2013.

Esta tipología encuentra un equilibrio entre densidad y altura, desafiando las limitaciones visuales y ecológicas de las torres convencionales. Las estructuras en esta categoría utilizan formas brutalistas como un marco para sistemas vivos, integrando árboles, arbustos y enredaderas a través de balcones, fachadas y líneas de techos. El resultado es una colisión dramática entre permanencia ingenieril y crecimiento orgánico. Estos edificios son a menudo ecosistemas altamente curados, diseñados para purificar el aire, reducir el calor y reintroducir la biodiversidad en el plano vertical de la vida urbana.

Kampung Admiralty / WOHA. Singapur, 2017.

En regiones húmedas y ecuatoriales, el lenguaje del brutalismo se reinterpreta para responder a las intensas condiciones climáticas. Aleros profundos, circulación abierta, vacíos sombreados y superficies de concreto texturizadas ayudan a regular el calor y fomentar la circulación de aire. La vegetación no es ornamental, sino esencial, actuando como un dispositivo de enfriamiento natural y un alivio psicológico del peso de la paleta de materiales. Esta tipología equilibra la masa con la sensibilidad climática, a menudo difuminando los límites entre interior y exterior.

Algunas manifestaciones

Sitios recuperados del brutalismo ecológico

Esta categoría refleja la relación cambiante de la arquitectura con el tiempo, el deterioro y la reutilización. En lugar de demoler antiguas estructuras brutalistas, los diseñadores preservan sus estructuras de hormigón en bruto y las reactivan mediante intervenciones ecológicas, añadiendo jardineras, renovando con sistemas pasivos o creando nuevos usos públicos en estructuras antiguas. Estos son actos de memoria y renovación, que transforman monolitos obsoletos en estructuras vivas que conservan la historia y se adaptan a las necesidades climáticas del presente.

Ejemplos

Edificio Pirelli Tire / Becker + Becker Associates. New Haven, Connecticut, EE.UU., 2022.

Tate Modern Switch House / Herzog & de Meuron. Londres, Reino Unido, 2016.

Five Manhattan West / REX. Nueva York, EE.UU., 2017.

Monolitos cívicos

El ecobrutalismo encuentra su expresión natural en las instituciones públicas, donde la arquitectura debe encarnar la durabilidad, la identidad y la función social. Bibliotecas, museos, edificios gubernamentales y centros de transporte de esta tipología utilizan volúmenes de hormigón a gran escala para consolidar el espacio y la autoridad, a la vez que integran estrategias ecológicas, como patios interiores, fachadas verdes o sistemas de gestión del agua. Estos proyectos demuestran que la arquitectura cívica puede ser imponente y receptiva, monumental y ecológica.

Ejemplos

Centro Cívico Plaza de La Libertad / OPUS + Toroposada Arquitectos. Medellín, Colombia, 2010.

Centro Cívico Nanjing Jiangbei / MENG Architects. Nanjing, China, 2020.

Bicentennial Civic Center / Lucio Morini + GGMPU Arquitectos. Córdoba, Argentina, 2012.

Entornos subterráneos

A menudo pasada por alto, esta tipología examina cómo las sensibilidades brutalistas se traducen bajo tierra. El ecobrutalismo subterráneo aprovecha la estabilidad térmica y las propiedades aislantes de la arquitectura de protección terrestre, utilizando hormigón para enmarcar espacios subterráneos o parcialmente enterrados, refrigerados pasivamente y aislados acústicamente. Estos espacios se convierten en refugios introspectivos que interactúan con el paisaje en lugar de erigirse sobre él, ofreciendo una alternativa de integración ecológica tranquila y estable.

Ejemplos

Therme Vals / Peter Zumthor. Vals, Suiza, 1996.

Nine Bridges «The Forum» / D.LIM architects. Seogwipo-si, Corea del Sur, 2013.

Casa de las Ideas Library / CROstudio. Tijuana, México, 2012.

Museu Brasileiro de Escultura (MuBE) / Paulo Mendes da Rocha. Sao Paulo, Brasil, 1995.

Paisajes de Gestos Brutalistas

Aquí, el gesto brutalista se extiende horizontalmente en lugar de verticalmente. Estos proyectos utilizan hormigón vertido, mampostería pesada o tierra apisonada para esculpir el terreno, enmarcar parques públicos o definir umbrales cívicos. A menudo fusionados con techos verdes, terrazas o sistemas de vida, estos paisajes difuminan la distinción entre edificación y movimiento de tierras. Se convierten en ecologías infraestructurales que apoyan la gestión de aguas pluviales, la biodiversidad y el uso colectivo, a la vez que mantienen una presencia sólida y materialmente honesta.

Ejemplos

PARKRoyal on Pickering / WOHA. Singapur, 2013.

El Campestre Recreational Park Complex & Community Development Center / CCA Centro de Colaboración Arquitectónica + Bernardo Quinzaños. Jalpa de Méndez, México, 2023.

Missouri Korean War Veterans Memorial / Tilt-Up Concrete Association. Kansas City, EE.UU., 2011.

Docklands Park / BAU Brearley Architects + Urbanists. Wuxi, China, 2020.

Acaponeta Public Park / CCA Centro de Colaboración Arquitectónica. Acaponeta, Nayarit, México, 2021.

Críticas, promesas y futuro del ecobrutalismo

El auge del ecobrutalismo no está exento de controversia. Los críticos argumentan que coquetea con el lavado de imagen ecológico, apropiándose de la retórica de la sostenibilidad sin cambiar radicalmente la lógica de la construcción. El hormigón sigue siendo uno de los materiales con mayor intensidad de carbono a nivel mundial, representando casi el 8% de las emisiones totales de CO₂. La simple adición de árboles a las losas de hormigón no anula su coste ambiental. El barniz ecológico puede oscurecer cuestiones sistémicas más profundas sobre los ciclos de los materiales, la energía incorporada y el urbanismo equitativo.

Sin embargo, las contradicciones del ecobrutalismo podrían ser lo que lo hace más relevante hoy en día. En lugar de refugiarse en el minimalismo de los pabellones de madera o el tecno-optimismo de las ciudades inteligentes de vidrio y acero, el ecobrutalismo aborda la densidad urbana, la permanencia y la complejidad. Reconoce que las ciudades no pueden rehacerse desde cero, pero sí pueden reestructurarse con intención. El hormigón, recuperado, reutilizado o formulado de forma innovadora, puede seguir desempeñando un papel vital en la construcción de estructuras duraderas, adaptables y de bajo mantenimiento.

El ecobrutalismo es un enfoque de diseño para el Antropoceno: una arquitectura que abraza la contradicción y fusiona la resistencia con la ecología. No es nostálgico del pasado ni idealista respecto al futuro. Es un realismo arquitectónico honesto en cuanto a los materiales, radical en su propósito y ecológico en el sentido más profundo de la palabra.

ACA

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Diseñando Pabellones Nacionales: poder e identidad en las Exposiciones Universales

Por Camilla Ghisleni

Pabellón de la República Checa en la Expo Osaka 2025 en contexto.

Traducido por Agustina Iñiguez

Publicado el 10 de junio, 2025

Tomado de https://www.archdaily.cl

¿Qué puede revelar la arquitectura de un pabellón sobre su país? En las grandes Exposiciones Mundiales, la mayoría de los pabellones nacionales intenta responder a esta pregunta, convirtiéndose en una arquitectura cargada de simbolismo. Estructuras temporales, sí, pero densas en significado, funcionan como declaraciones políticas. Son pabellones que condensan, en su forma y material, las ambiciones de sus países de origen. La Expo Osaka 2025, como el capítulo más reciente de esta tradición, evidencia la creciente sofisticación con que las naciones utilizan el espacio construido para proyectar al mundo una imagen de sí mismas: sostenible, tecnológica, culturalmente distinta y geopolíticamente relevante.

Pabellón de Uzbekistán en la Expo Osaka 2025.

A lo largo de las décadas, los pabellones nacionales se convierten en símbolos de narrativas cuidadosamente orquestadas, en las que arquitectura, política y cultura se entrelazan para proyectar al mundo una imagen deseada. En Osaka 2025, esta vocación diplomática y simbólica se intensifica: los edificios retratan cómo es un país, pero también cómo quiere ser visto, una versión estratégica y, a veces, hasta aspiracional. La dimensión ambiental, por ejemplo, se ha convertido en un poderoso vector de soft power. En este contexto, el pabellón de Japón recurre a la madera local, diseño paramétrico y ventilación natural no solo como soluciones técnicas, sino como una metáfora viva de circularidad y coexistencia con la naturaleza.

Gran Anillo. ExpoOsaka 2025.

Mientras tanto, Arabia Saudita y Emiratos Árabes construyen experiencias de alta inmersión tecnológica, con realidad aumentada, fachadas responsivas e inteligencia artificial, buscando recontar la historia de sus territorios — ya no como enclaves de petróleo, sino como centros pulsantes de innovación y futuro. En este nuevo escenario, la identidad nacional se cura como si fuera una instalación artística de gran escala. Materiales, sonidos, aromas, luces y ritmos espaciales no son neutros — son discursos.

La arquitectura como declaración política

Mucho más allá de vitrinas culturales o tecnológicas, los pabellones nacionales funcionan como herramientas de comunicación política. A través de elecciones arquitectónicas, muchos países transmiten mensajes sutiles — o deliberadamente explícitos — sobre sus valores, ambiciones y posicionamientos geopolíticos. Un pabellón que privilegia la transparencia, como el de Dinamarca en la Expo 2020 Dubai, con sus rampas abiertas y ambientes fluidos, puede sugerir apertura democrática e inclusión; mientras que el pabellón de Rusia, con su espiral monumental y simbología nacionalista, podría expresar dominio cultural y control técnico. La arquitectura, en este contexto, actúa como un discurso codificado: cada curva, vacío o fachada se convierte en un signo político.

Pabellón de Rusia en la Expo 2020 de Dubái.

En la Expo Osaka 2025, estas estrategias continúan manifestándose. El pabellón de Israel, con un diseño inspirado en la resiliencia ecológica del desierto, promueve una narrativa de innovación y supervivencia en medio de adversidades, respondiendo tanto a urgencias climáticas como a posicionamientos geopolíticos regionales. Así como el pabellón del Bahrein, de Lina Ghotmeh Architecture, y la resiliencia y adaptabilidad de las culturas marítimas. Ya el pabellón de Corea del Sur apuesta por una estética high-tech futurista que refuerza su identidad como potencia digital en ascenso.

En otros casos, sin embargo, la ausencia es el propio mensaje: en ediciones anteriores, países como Corea del Norte y Siria boicotearon el evento como forma de protesta política. Estas elecciones, aunque veladas, construyen un escenario silencioso en el que cada gesto arquitectónico representa una pieza estratégica en el juego de la diplomacia internacional.

Anatomía de un dhow, Pabellón de Baréin, Expo Osaka 2025.

La sostenibilidad en exhibición

En un escenario de cambios climáticos, los pabellones nacionales se han convertido en herramientas críticas en la construcción de una diplomacia ambiental. El discurso de la sostenibilidad, antes periférico, hoy ocupa el centro de la narrativa arquitectónica de estos eventos. No se trata solo de cumplir con parámetros técnicos, sino de elaborar un lenguaje consciente que traduzca, espacialmente, el compromiso ambiental de una nación. Este nuevo paradigma también cuestiona la propia lógica de la efimeridad. La temporalidad, antes aceptada como característica de las exposiciones, ha sido confrontada con estrategias de reutilización, desmontaje inteligente y reintegración de los materiales al tejido urbano o social.

Esta preocupación ambiental se intensifica en la Expo Osaka 2025, donde el tema «Diseñando la sociedad futura para nuestras vidas» incentiva proyectos que encarnen modos de vida más regenerativos, solidarios y resilientes. Pabellones como los de Suecia y de Alemania, por ejemplo, están diseñados para tener una «segunda vida» después de la Expo, serán desmontados y remontados como escuelas, centros culturales o estructuras comunitarias. Así como el pabellón de los Estados Unidos, diseñado por Trahan Architects que incorpora acción, tejido y sistemas de HVAC reutilizados de estructuras desmontadas de las Olimpíadas de Tokio 2020, materiales que serán reutilizados en otras partes de Japón después de la feria. La Expo, en este contexto, se convierte en un laboratorio geopolítico donde la sostenibilidad es argumento diplomático.

Pabellón de Estados Unidos en la Expo Osaka 2025.

El espectáculo tecnológico como estrategia nacional

En las Exposiciones Universales contemporáneas, la tecnología dejó de ser exhibida como un fin en sí misma para convertirse en un medio narrativo y experiencial. Instalaciones inmersivas, interfaces sensoriales y narrativas guiadas por inteligencia artificial transforman los pabellones en ecosistemas interactivos, donde el visitante es tanto espectador como agente. Esta transición señala un cambio importante: no se trata solo de presentar innovaciones, sino de inscribir la tecnología en la dramaturgia del espacio. La arquitectura, en este contexto, deja de ser un escenario estático y se fusiona con el diseño de experiencia, disolviendo los límites entre lo construido y lo digital. Además, la manera en que cada país articula estos elementos revela su capacidad de crear futuros deseables — y también de proyectarse como protagonista de la transformación tecnológica global.

Pabellón de Arabia Saudita, Expo Osaka 2025 – La masa del pabellón recuerda las formas orgánicas de los pueblos tradicionales saudíes.

En la Expo Osaka 2025, esta carrera por la afirmación tecnológica se materializa con contundencia en pabellones como el de los Emiratos Árabes Unidos, que propone un viaje interactivo a través de ambientes sensibles a la presencia humana, inteligencia artificial narrativa y sensores que responden en tiempo real a las acciones de los visitantes, expresando un dominio técnico sofisticado con implicaciones en diferentes esferas. En este sentido, también destaca el Pabellón de Uzbekistán y su exposición que se centra en el empoderamiento, destacando la apertura a la innovación y el compromiso del país con la preparación para el futuro.

Hay, sin embargo, un desafío cada vez más presente: equilibrar el fascinante tecnológico con la integridad arquitectónica. En muchos proyectos, la arquitectura se arriesga a ser consumida por el espectáculo, perdiendo coherencia formal y valor espacial. Los pabellones más exitosos son los que logran articular forma, función e innovación en un gesto unificado — en el que el edificio no sirve a la tecnología, sino que la incorpora como lenguaje crítico y sensible.

Pabellón de Japón de la Expo Osaka 2025 / Nikken Sekkei. Entrada a la exposición.

Colaboraciones interculturales: el verdadero legado

Aunque las Exposiciones Universales son, por definición, organizadas bajo la lógica de la representación nacional, se han transformado en potentes escenarios de intercambios culturales. Es común, por ejemplo, que pabellones nacionales sean diseñados y desarrollados por equipos multiculturales. El resultado, a menudo, son proyectos más innovadores, sensibles e inclusivos, que expresan el país no como una esencia fija, sino como una identidad en flujo, enriquecida por miradas múltiples.

El pabellón de Indonesia se inaugura en la Expo Osaka 2025 con un diseño inspirado en barcos.

En la Expo Osaka 2025, la colaboración internacional se destaca especialmente en pabellones como el de Suiza, diseñado por un equipo internacional, y el de Indonesia, que une arquitectos locales a consultores extranjeros. Estos ejemplos muestran cómo la arquitectura puede ser una plataforma de encuentro y diálogo. En un contexto de discursos nacionalistas, tales colaboraciones funcionan como gestos de diplomacia silenciosa, reforzando que la innovación nace del intercambio y la disposición para aprender del otro. Cada pabellón es, por lo tanto, también un aula, donde los países comparten soluciones y absorben experiencias, expandiendo colectivamente lo que significa pertenecer al mundo.

Pabellón suizo de Osaka para la Expo 2025.

En este contexto, se entiende que el verdadero legado de las Expos no está en reforzar la imagen de cada nación, sino en ofrecer un terreno fértil para que diferentes saberes y experiencias puedan encontrarse y generar respuestas colectivas a las urgencias de nuestro tiempo. Como afirma el arquitecto Manuel Herz, responsable del Pabellón de Suiza, «en un momento de tensión global, toda posibilidad de encontrarnos físicamente en un espacio compartido y celebrar algo que aún puede describirse como un espíritu cosmopolita debe ser valorado y aprovechado». En medio de tantas urgencias, los pabellones nacionales nos recuerdan que la arquitectura puede ser más que forma o función, puede ser instrumento de aproximación, espacio de aprendizaje y ensayo de futuros que solo son construidos colectivamente.

ACA

VALE LA PENA VOLVER A LEER

1. Primera página del Manifiesto de la Arquitectura Futurista. Antonio Sant’Elia. Imprenta Taveggia. Milán. 11 de julio de 1914.

Manifiesto de la Arquitectura Futurista

Antonio Sant’Elia

1914

Considerado uno de los movimientos de vanguardia más influyentes y que más temprano apareció en el siglo XX, el Futurismo nace el otoño de 1908 de la mano del poeta, escritor, dramaturgo y editor italiano Filippo Tommaso Marinetti (Alejandría, Egipto, 22 de diciembre de 1876-Bellagio, Como, 2 de diciembre de 1944).

Marinetti, hijo de un importante abogado lombardo que se ocupaba de los intereses legales de las empresas involucradas en la construcción y explotación del Canal de Suez, se graduó de abogado en la Universidad de Génova el año 1899, pero la muerte prematura de su hermano mayor y de su madre hacen que abandone todo por la literatura.

2. Filippo Tammaso Marinetti (1876-1944).

Como señala Sonia Cappellini en “Manifesto del futurismo di Marinetti: testo, analisi e commento”, publicado en https://www.studenti.it., su intuición de que “hay un mundo por ahí que pulsa, que ruge, que produce” donde además brilla el “universo de la industria, las máquinas, la energía, la electricidad…” el cual la poesía no puede ignorar “si no quiere permanecer cerrada en una dimensión estéril, envejecida, lejos de la vida”, lo llevará a canalizar su insatisfacción con lo que ofrece la escena europea de principios del siglo XX. Marinetti venía, además, arropado por la dimensión onírica, fantástica y soñada que él mismo se había construido a partir del simbolismo, corriente muy crítica con la realidad que por entonces dominaba el mundo de la literatura y en particular el de la poesía.

3. Portada correspondiente a los números 9-10-11-12, octubre 1907-enero 1908 de la revista Poesía fundada por Marinetti en 1905. Sería dirigida por el, Vitaliano Ponti, Sem Benelli hasta el nº 3-4-5 de 1906 cuando asumirá la dirección en solitario. La revista alcanzó los 31 números y fue publicada mensualmente en Milán de 1905 a 1909.

Es así como, tras fundar en 1905 la revista internacional Poesía donde aparecieron sus escritos críticos, pero también sus obras (todas ellas en francés), Marinetti en los números 9-10-11-12 que van de octubre de 1907 a enero de 1908 (Año III) publica el poema en prosa «La mortiente le volant» que se inspira en las carreras de coches de Brescia, “verdadero punto de inflexión, aquel en el que tiene la brillante intuición de la velocidad, de la emoción del riesgo”, que recoge en una palabra: futurismo, con la que bautiza un movimiento que rechazó el pasado, exaltó la era industrial y celebró la velocidad, la maquinaria, la violencia, la juventud y la industria, abogando por la modernización y el rejuvenecimiento cultural de Italia.

4. «Le Futurisme» y “Manifeste du futurisme” publicados en el diario parisino Le Figaro el 20 de febrero 1909.
5. Portada de los números 3-4-5-6, abril-julio de 1909, de la revista Poesía dedicada por completo al Futurismo y su manifiesto.
6. Portada del nº VI de la revista madrileña Prometeo (1909) donde se publicaría la primera traducción al español del Manifiesto Futurista.

El manifiesto que sienta las bases del Futurismo aparece publicado por primera vez como prefacio de un volumen de poemas de Marinetti, editado en Milán en enero de 1909, y obtendría una amplia difusión al aparecer en las páginas del periódico italiano Gazzetta dell’Emilia en Bolonia el 5 de febrero de 1909, y luego en francés como “Manifeste du futurisme” en el diario parisino Le Figaro el 20 de febrero 1909. Así, “la capital francesa es elegida como plataforma para el lanzamiento internacional del nuevo movimiento cultural y el francés, por supuesto, es el idioma elegido para que esta proclama sea escuchada e incluida en todo el mundo moderno: los que hablan son sí italianos pero italianos a la vanguardia”, acotará Sonia Cappellini. Posteriormente, la penúltima edición de Poesía (ya convertida en órgano oficial del movimiento), que agrupa los números 3-4-5-6 correspondiente a los meses de abril, mayo, junio y julio de 1909, se dedicaría completamente al Futurismo y su manifiesto. Las versiones italiana y francesa fueron reimpresas en marzo de 1912 junto con la versión en inglés, y en abril de 1909, la revista Prometeo, con sede en Madrid, publicaría la traducción al español realizada por Ramón Gómez de la Serna.

7. Izquierda: Declaración de la independencia de los Estados Unidos de América (4 de julio de 1776). Derecha: Portada de la primera edición del Manifiesto Comunista (febrero de 1848) publicada en Londres.

Recordemos que “manifiesto” procede del latín manifestum, que significa claro, evidente. Pasa de adjetivo a sustantivo al ser aplicado a todo “escrito en que se hace pública declaración de doctrinas, propósitos o programas” (DRAE) y comienza a ser utilizado en política en el siglo XVI para exponer propuestas que implican un cambio radical respecto a cualquier orden imperante. Aquel formato, que evolucionará teniendo como episodios de gran importancia las declaraciones de independencia de nuevas naciones y, como ejemplo paradigmático, la aparición en 1848 del Manifiesto Comunista, atraerá la atención de los artistas de vanguardia de comienzos del siglo XX interesados en romper con el pasado y las convenciones y proponer nuevos medios de expresión.

8. «Parole in libertà (palabra en libertad), concepto central del futurismo italiano, se refiere a una forma radical de utilizar el lenguaje, liberándolo de las estructuras sintácticas y gramaticales tradicionales, con el objetivo de crear una experiencia literaria y visual más dinámica y expresiva. Izquierda: Marinetti, Filippo Tommaso e altri, Parole consonanti vocali numeri in libertà. Dal volume di prossima pubblicazione “I paroliberi futuristi”. Milano, 11 febbraio 1915. Derecha: Marinetti, Filippo Tommaso, Zang Tumb Tumb. Adrianopoli Ottobre 1912. Parole in libertà. Edizioni Futuriste di Poesia. Milano 1914. Ejemplo clave de «palabras en libertad» que describe el asedio de Adrianópolis durante la Guerra de los Balcanes, utilizando sonidos onomatopéyicos y una disposición tipográfica innovadora para evocar la experiencia de la guerra.

Así, siguiendo las pautas que regían el espíritu y formato de todo manifiesto, el redactado por Marinetti expresa la voluntad de ruptura con la tradición artística del pasado y su capacidad para crear un nuevo mundo completamente distinto, donde se produce un claro trasvase que va de la interpretación del espíritu del tiempo al arte, con la mediación de la política muchas veces trastocada en ideología. Sin embargo, cabe destacar que pese al tono provocador y talante rupturista y agresivo que ofrece el manifiesto futurista en su afán por involucrar a toda la sociedad, no descuida el mostrar las ideas e intereses de una manera sencilla, clara y rotunda.

9. Junio 1915. Los futuristas italianos fotografiados en Gallarate tras alistarse como voluntarios en el Battaglione Lombardo Ciclisti (Batallón de ciclistas lombardos) durante la Primera Guerra Mundial. De izquierda a derecha: Umberto Boccioni, Ugo Piatti, Filuppo Tommaso Marinetti, Mario Sironi y Antonio Sant’Elia. De ellos, Boccioni y Sant’Elia no regresarían tras morir el año siguiente en el frente. Sant’Elia fallecería «en combate en Monfalcone», al mando de sus hombres del 225.º Regimiento de Infantería de la Brigada «Arezzo», lugar al que fue asignado al desmantelarse el Batallón de ciclistas.

Los puntos programáticos, la parte más famosa y de más impacto del texto, ofrecen, utilizando un lenguaje fuerte, sugerente y altamente provocador, por un lado, un claro entusiasmo por el futuro y la tecnología planteando que la cultura y los mitos del pasado deben ser sustituidos por los mitos de la modernidad (se plantea, por ejemplo, la demolición de museos y bibliotecas); y, por el otro, «la glorificación de la guerra -única higiene del mundo-, el militarismo, el patriotismo y el gesto destructor de los anarquistas», lo cual hará que muchos de los integrantes del movimiento participen (y algunos fallezcan) en la Primera Guerra Mundial (1914-1918), y que una vez finalizada ésta se produzca una afinidad programática con los postulados que dan origen al fascismo y se vea con buenos ojos el ascenso al poder de Mussolini, un hombre nuevo y fuerte, que puede llevar a Italia a la cima.

Más allá de que la idea inicial de Marinetti está dirigida esencialmente al rejuvenecimiento del lenguaje poético, el primer manifiesto no contiene indicaciones concretas sobre las nuevas formas de expresión que deben nacer. Sin embargo, su oratoria y su capacidad de liderazgo pronto atraerán a artistas de otros sectores, e irían naciendo secciones futuristas tales como: poesía, pintura, música, escultura, acción femenina, arte del ruido, arquitectura, teatro y política, la mayoría con su propio manifiesto programático y manifiesto técnico.

10. Pintura futurista. Izquierda: Umberto Boccioni, Elasticidad, 1912. Derecha arriba: Luigi Russolo, Dinamismo de un automóvil, 1913. Derecha abajo: Umberto Boccioni, Dinamismo de un ciclista, 1913.

En tal sentido, los primeros que se manifestarían serían “sus compañeros pintores, y no es casualidad que inmediatamente después del ‘Manifiesto Técnico de la Pintura Futurista’ (1910) se difunda a través de un folleto, firmado por Umberto Boccioni, Carlo D. Carrà, Luigi Russolo, Giacomo Balla y Gino Severini, seguidos de las primeras exposiciones futuristas en Roma y por supuesto en París”, precisará Sonia Cappellini.

11. Manifiestos del movimiento futurista. Como ningún otro, el futurismo, impulsado por Marinetti, utilizó el formato del manifiesto como medio de expresión de sus ideas.
12. Los futuristas italianos Luigi Russolo, Carlo Carrà, Filippo Tommaso Marinetti, Umberto Boccioni y Gino Severini en frente de Le Figaro, en París, el 9 de febrero de 1912.

Luego seguirán, entre otros: el Manifiesto de los Músicos Futuristas (B. Pratella. 11 de enero de 1911); el Manifiesto de la mujer futurista (Respuesta a F. T. Marinetti de parte de Valentine de Saint-Point a lo planteado en los puntos IX y X del manifiesto futurista. 25 de marzo 1912); el Manifiesto técnico de la Escultura Futurista (U. Boccioni. 11 de abril de 1912); el Manifiesto técnico de la Literatura Futurista (F. T. Marinetti. 11 de mayo de 1912); el Manifiesto de la Arquitectura Futurista (Antonio Sant’Elia. 11 de julio de 1914); el Teatro Sintético Futurista (F. T. Marinetti, E. Settimelli, B. Corra. 18 de febrero de 1915); y el Manifiesto de la Danza Futurista (F. T. Marinetti. 8 de julio de 1917). A ello se debe sumar el Programa político Futurista (F. T. Marinetti, U. Boccioni, C.D. Carrá y L. Russolo. 11 de octubre de 1913).

Teniendo al primer manifiesto como modelo, clara influencia para movimientos posteriores (específicamente para el surrealismo y los vanguardistas rusos), se considera que él, junto a los otros textos escritos por Marinetti y firmados por los adherentes, son su mejor producto literario.

13. Antonio Sant’Elia (1888-1916).

Con este amplio preámbulo como referencia, nos corresponde entender la aparición del ya citado Manifiesto de la Arquitectura Futurista, reconocido bajo la autoría del arquitecto y urbanista Antonio Sant’Elia (Como, 30 de abril de 1888-caído en Monfalcone, 10 de octubre de 1916).

De Antonio Sant’Elia sabemos, siguiendo a Wikipedia, que fue «Hijo de Luigi Sant’Elia (barbero) y Cristina Panzillo, en 1905 se tituló como capomastro (maestro constructor), en su ciudad natal, y al año siguiente finalizó la ‘Escuela de Artes de Oficios G. Castellini’. Se trasladó a Milán en 1907 donde frecuentó la Academia de Bellas Artes de Brera hasta 1909. En dicho ambiente conoció a los pintores Carlo Carrà y Leonardo Dudreville».

También que «En 1912 aprobó el examen que lo facultó como profesor de Diseño Arquitectónico, lo cual le habilitó para impartir clases en Bolonia. En dicho año, junto a G. Possamai formó el grupo Nuove Tendenze. A partir de 1913 comenzó a ejercer la docencia en Bolonia, y junto a un amigo abrió un estudio en Milán».

Anatxu Zabalbeascoa y Javier Rodríguez Marcos, quienes incluyeron a Sant’Elia como parte del libro Vidas construidas, biografías de arquitectos (1998), comentarán: «Muy temprana fue su fama y gracias a los coloreados dibujos de volúmenes sin ventanas ni puertas llegó a iniciar carrera política. Torpe con las teorías y muy parco con las palabras, aparte del manifiesto para la arquitectura futurista, no dejó escrito más que alguna postal enviada a su sufrida madre desde la vanguardia del regimiento. Un tiro en la frente en plena línea de fuego haría desaparecer al hombre y nacer al personaje. Un legado escaso, contradictorio y mudo sería suficiente para edificar su misterio. Antonio
Sant’Elia murió sin aplacar la curiosidad que sus extraños trabajos despertaban. Había vivido 28 años, el tiempo justo para convertirse en un mito».

14. Cuatro de los dibujos presentados por Antonio Sant’Elia para La Città Nuova en la exposición colectiva del Gruppo Nuove Tendenze (febrero a junio de 1914).

Considerado como el cierre de las grandes proclamas futuristas, el dedicado a la arquitectura nace a raíz del montaje de una exposición de dibujos y planos para una “Ciudad nueva” (La Città Nuova) que los jóvenes arquitectos Antonio Sant’Elia y Mario Chiattone presentaron en la exposición colectiva del Gruppo Nuove Tendenze en la sede de la Famiglia Artistica Milanese de febrero a junio de 1914. Con ellos, bajo la influencia de la Secesión vienesa, especialmente la de Otto Wagner, así como el impacto del rascacielos estadounidense, buscaban expresar la creación de una ciudad moderna, dinámica y mecanizada, que incorporara nuevas tipologías arquitectónicas y estructuras urbanas.

La presentación de los dibujos de Sant’Elia en la muestra estuvo acompañada de un texto de su autoría repleto de ideas radicales, que posteriormente se convertiría en el prefacio de un catálogo publicado el 11 de julio de 1914 (un mes después del cierre de la exhibición y diecisiete días antes de que el imperio Austro-Húngaro declarara la guerra a Serbia), bajo el título de “Manifiesto de la arquitectura futurista”. Para entonces, los planteamientos de Sant’Elia ya habían sido reinterpretados por Marinetti quien, valga decirlo, hacía cuatro meses había lanzado su escrito titulado “El esplendor de la geometría y de la mecánica y la sensibilidad de los números”, nos recordará Ulrich Conrads en la introducción que hace al texto publicado en Programas y manifiestos de la arquitectura del siglo XX (1964, versión al español de 1973).

Por otro lado, en “Introduzione al Manifesto dell’Architettura Futurista” publicado en la página https://eng.antoniosantelia.org, encontramos como “La repentina publicación del Manifiesto de la Arquitectura Futurista en un folleto impreso por la imprenta milanesa Taveggia, en un formato estándar a cuatro caras como todos los demás textos de propaganda del futurismo, sorprendió a todos los colegas artistas y amigos de Sant’Elia, especialmente a quienes lo habían acompañado en la exposición del Gruppo Nuove Tendenze. (…) En particular, el principal animador del Grupo, el pintor Leonardo Dudreville, consideró la decisión de Sant’Elia una auténtica traición, mientras que Giulio Ulisse Arata, sincero admirador del joven arquitecto y cofundador del Grupo, no dudó en publicar una crítica tajante del Manifiesto, considerándolo irrealista y libresco (en Pagine d’arte, Milán, n.º 14, 30 de agosto 1914)”. La mano de Marinetti, sin duda, se encontraba detrás de esta afrenta.

15. Las cuatro páginas que conforman la publicación que contiene el Manifiesto futurista, editado por la imprenta milanesa Taveggia.

Como ya adelantamos, las inéditas partes inicial y final y algunas frases y palabras adicionales fueron incorporadas posteriormente al texto originalmente elaborado por Sant’Elia. Sin embargo, pese a ello mantuvo el riguroso formato de los manifiestos futuristas, “estructurados según una precisa lógica propagandística: una premisa que propone los temas del caso, una exposición programática en tono lapidario con un destacado gráfico de las frases más significativas, una conclusión contundente que contiene una serie de principios a implementar (‘queremos, proclamamos, afirmamos, etc.’). La adaptación al formato del manifiesto/proclamación no oculta la heterogeneidad de los escritos de diferentes editoriales, pertenecientes a colaboradores amistosos llamados por el propio arquitecto como redactores. Las ideas son, sin duda, todas de la misma matriz santeliana, pero los autores que las han traducido, en el borrador de compleja caracterización literaria, difieren en estilo: enfáticos en los pasajes atribuidos al crítico de arte, galerista y escritor Mario Buggelli, más controlados en los párrafos compuestos para Nuove Tendenze por el historiador de arte Ugo Nebbia, mientras que la intervención final de Marinetti, asistido por su secretario Decio Cinti, un experto lingüista, parece ciertamente más apropiada para la función del documento programático. Son responsables de las correcciones, cambios y añadidos al texto original basados en las tesis futuristas revolucionarias, como la afirmación de que ‘las casas durarán menos que nosotros, cada generación tendrá que construir su propia ciudad’, refutada —sin exigir, sin embargo, su cancelación— por el propio Sant’Elia, según el testimonio de Carrà”. En todo caso , en vista de la participación de otros autores quienes incorporaron algunos párrafos y palabras al texto original, en la transcripción que haremos dichas «intromisiones» aparecerán en cursivas.

Sea como sea, el manifiesto propone, en total sintonía con los postulados futuristas, una visión radical de la arquitectura, basada en la tecnología, la velocidad y la dinámica, en contraste con la tradición y la ornamentación excesiva. Sant’Elia buscaba una arquitectura que reflejara el espíritu de la era moderna, con sus máquinas, ciudades y la velocidad de la vida urbana.

16. Originales de dos de los dibujos que acompañaron la publicación del Manifiesto de la arquitectura futurista que mostraban «La Citta Futurista». Izquierda: Edificio con ascensores exteriores, galería, pasaje cubierto, en 3 niveles viales (línea de tranvía, camino para automóviles, pasarela metálica), faros y telegrafía inalámbrica. Derecha: Aeropuerto y estación de tren, con funiculares y ascensores, en 3 niveles de calle.

La declaración tiene como puntos más destacados: el rechazo a la arquitectura tradicional y a toda arquitectura del pasado, considerándola obsoleta para la era moderna; la valoración de la tecnología y las máquinas como elementos fundamentales de la arquitectura del futuro, invitando a la innovación y al uso de nuevos materiales como el acero, el hormigón armado y el vidrio; el énfasis en la importancia de la dinámica y el movimiento en la arquitectura, buscando formas fluidas, líneas oblicuas y el uso de materiales que permitan la expresión de la velocidad y la energía; la consideración de la arquitectura no sólo como un arte funcional, sino también como una síntesis entre la estética y la tecnología, con la intención de que sea a la vez hermosa y útil; el repudio de la decoración como algo superpuesto a la arquitectura planteando que el valor decorativo debe provenir del uso de materiales originales, colores y la disposición novedoso de los elementos; y la concepción de la ciudad como un organismo en constante evolución, que debe estar conformada por una arquitectura que se adapte a las necesidades cambiantes de la sociedad.

17. Originales de dos de los dibujos que acompañaron la publicación el Manifiesto de la arquitectura futurista que mostraban «La Citta Futurista». Izquierda: Casa adosada con ascensores desde 4 plantas de calle. Derecha: Calle secundaria para peatones, con ascensores en el medio.

La lectura del manifiesto que a continuación transcribimos completo, sin duda nos permitirá encontrar el porqué tuvo una influencia tan significativa e inspiradora en el desarrollo del Movimiento Moderno, manteniendo una vigencia que perdura hasta nuestros días.

Esperamos lo disfruten.

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MANIFIESTO DE LA ARQUITECTURA FUTURISTA

Después del siglo XVIII la arquitectura dejó de existir. A la mezcla destartalada de los más variados estilos que se utiliza para disfrazar el esqueleto de la casa moderna se le llama arquitectura moderna. La belleza novedosa del cemento y del hierro es profanada con la superposición de carnavalescas incrustaciones decorativas que ni las necesidades constructivas ni nuestro gusto justifican, y que se originan en la antigüedad egipcia, india o bizantina o en aquel alucinante auge de idiotez e impotencia que llamamos neo-clasicismo.

En Italia se aceptan estas rufianerías arquitectónicas y se hace pasar la rapaz incompetencia extranjera por genial invención, por arquitectura novísima. Los jóvenes arquitectos italianos (los que aprenden originalidad escudriñando clandestinamente publicaciones de arte) hacen gala de su talento en los nuevos barrios de nuestras ciudades, donde una alegre ensalada de columnitas ojivales, grandes hojas barrocas, arcos góticos apuntados, pilares egipcios, volutas rococó, amorcillos renacentistas, rechonchas cariátides presume de estilo seriamente y hace ostentación de sus aires monumentales. El caleidoscópico aparecer y desaparecer de las formas, el multiplicarse de las máquinas y las crecientes necesidades impuestas por la rapidez de las comunicaciones, por la aglomeración de la gente, por la higiene y por otros cientos de fenómenos de la vida moderna no dan ningún quebradero de cabeza a estos autollamados renovadores de la arquitectura. Con los preceptos de Vitrubio, de Vignola y de Sansovino en la mano, más algún que otro librillo de arquitectura alemana, insisten tozudos en reproducir la imagen de la imbecilidad secular en nuestras ciudades, que deberían, por el contrario, ser la proyección fiel e inmediata de nosotros mismos.

De esa manera, este arte expresivo y sintético se ha convertido, en sus manos, en un ejercicio estilístico vacío, en un revoltijo de fórmulas malamente amontonadas para camuflar de edificio moderno al mismo contenedor de piedra y ladrillo inspirado en el pasado. Como si nosotros, acumuladores y generadores de movimiento, con nuestras prolongaciones mecánicas, con el ruido y la velocidad de nuestra vida, pudiéramos vivir en las mismas casas, en las mismas calles construidas para las necesidades de los hombres de hace cuatro, cinco o seis siglos.

Ésta es la suprema idiotez de la arquitectura moderna, que se repite por la complicidad mercantil de las academias, domicilios forzados de la inteligencia, en las que se obliga a los jóvenes a copiar onanísticamente los modelos clásicos, en lugar de abrir del todo su mente a la búsqueda de los límites y la solución del nuevo y acuciante problema: la casa y la ciudad futuristas. La casa y la ciudad espiritual y materialmente nuestras, en las cuales nuestra agitación pueda desarrollarse sin parecer un grotesco anacronismo.

El problema de la arquitectura futurista no es un problema de readaptación lineal. No se trata de encontrar nuevas formas, nuevos perfiles de puertas y ventanas, ni de sustituir columnas, pilares, ménsulas con cariátides, moscones y ranas. Es decir, no se trata de dejar la fachada de ladrillo visto, de revocarla o de forrarla de piedra, ni de marcar diferencias formales entre el edificio nuevo y el antiguo, sino de crear ex-novo la casa futurista, de construirla con todos los recursos de la ciencia y de la técnica, satisfaciendo noblemente cualquier necesidad de nuestras costumbres y de nuestro espíritu, pisoteando todo lo que es grotesco, pesado y antitético a nosotros (tradición, estilo, estética, proporción), creando nuevas formas, nuevas líneas, una nueva armonía de contornos y de volúmenes, una arquitectura que encuentre su justificación sólo en las condiciones especiales de la vida moderna y que encuentre correspondencia como valor estético en nuestra sensibilidad. Esta arquitectura no puede someterse a ninguna ley de continuidad histórica. Debe ser nueva, como nuevo es nuestro estado de ánimo.

El arte de construir ha podido evolucionar en el tiempo, y pasar de un estilo a otro manteniendo inalterados los atributos generales de la arquitectura, porque en la historia son frecuentes los cambios de la moda y los que produce la sucesión de religiones y regímenes políticos. Pero son rarísimas las causas de cambios profundos en el entorno, las causas que rompen y renuevan, como el descubrimiento de ciertas leyes naturales, el perfeccionamiento de los medios mecánicos y el uso racional y científico del material.

El proceso consecuente de desarrollo estilístico de la arquitectura se detiene en la vida moderna. La arquitectura se separa de la tradición. Se comienza necesariamente de cero.

El cálculo de la resistencia de los materiales, el uso del hormigón armado y del hierro excluyen la «arquitectura» entendida en el sentido clásico y tradicional. Los modernos materiales de construcción y nuestros conocimientos científicos no se prestan en absoluto a la disciplina de los estilos históricos y son la causa principal del aspecto grotesco de las construcciones «a la moda» en las que se pretende conseguir de la ligereza, de la soberbia agilidad de la viga y de la fragilidad del cemento armado la pesada curva de un arco y el aspecto macizo de un mármol.

La formidable antítesis entre el mundo moderno y el antiguo está determinada por todo lo que antes no existía. Han entrado en nuestras vidas elementos que los hombres antiguos ni siquiera podían imaginar. Se han producido situaciones materiales y han aparecido actitudes del espíritu que repercuten con mil efectos distintos, el primero de todo la formación de un nuevo ideal de belleza todavía oscuro y embrionario, pero que ya ejerce su atracción en la multitud. Hemos perdido el sentido de lo monumental, de lo pesado, de lo estático, y hemos enriquecido nuestra sensibilidad con el gusto por lo ligero, lo práctico, lo efímero y lo veloz. Percibimos que ya no somos los hombres de las catedrales, de los palacios y de los edificios públicos, sino de los grandes hoteles, de las estaciones de ferrocarril, de las carreteras inmensas, de los puertos colosales, de los mercados cubiertos, de las galerías luminosas, de las líneas rectas, de los saludables vaciados.

Nosotros debemos inventar y volver a fabricar la ciudad futurista como una inmensa obra tumultuosa, ágil, móvil, dinámica en cada una de sus partes, y la casa futurista será similar a una gigantesca máquina. Los ascensores no estarán escondidos como tenias en los huecos de escalera, sino que éstas, ya inútiles, serán eliminadas y los ascensores treparán por las fachadas como serpientes de hierro y cristal. La casa de cemento, cristal y hierro, sin pintura ni escultura, bella sólo por la belleza natural de sus líneas y de sus relieves, extraordinariamente fea en su mecánica sencillez, tan alta y ancha como es necesario y no como prescriben las ordenanzas municipales, debe erigirse en el borde de un abismo tumultuoso, la calle, que ya no correrá como un felpudo delante de las porterías, sino que se construirá bajo tierra en varios niveles, recibiendo el tráfico metropolitano y comunicándose a través de pasarelas metálicas y rapidísimas cintas transportadoras.

Hay que eliminar lo decorativo. El problema de la arquitectura futurista no debe solucionarse hurtando fotografías de la China, de Persia y de Japón, o embobándose con las reglas de Vitrubio, sino a base de intuiciones geniales acompañadas de la experiencia científica y técnica. Todo debe ser revolucionado. Deben aprovecharse las cubiertas y los sótanos, hay que reducir la importancia de las fachadas, trasladar los problemas del buen gusto del ámbito de la formita, el capitelito, el portalito, al campo más amplio de las grandes agrupaciones de masas, de la amplia distribución de las plantas del edificio. Basta ya de arquitectura monumental fúnebre y conmemorativa. Deshagámonos de monumentos, aceras, soportales y escalinatas; soterremos las calles y las plazas; elevemos el nivel de las ciudades.

YO COMBATO Y DESPRECIO:

1.Toda la pseudo-arquitectura de vanguardia, austríaca, húngara, alemana y norteamericana;

2.– Toda la arquitectura clásica, solemne, hierática, escenográfica, decorativa, monumental, agraciada y agradable;

3.– El embalsamamiento, la reconstrucción, la reproducción de los monumentos y los palacios antiguos;

4.– Las líneas perpendiculares y horizontales, las formas cúbicas y piramidales, que son estáticas, pesadas, oprimentes y absolutamente ajenas a nuestra novísima sensibilidad;

5.– El uso de materiales macizos, voluminosos, duraderos, anticuados y costosos.

Y PROCLAMO:

1.– Que la arquitectura futurista es la arquitectura del cálculo, de la audacia temeraria y de la sencillez; la arquitectura del hormigón armado, del hierro, del cristal, del cartón, de la fibra textil y de todos los sustitutos de la madera, de la piedra y del ladrillo, que permiten obtener la máxima elasticidad y ligereza;

2.– Que la arquitectura futurista, sin embargo, no es una árida combinación de practicidad y utilidad, sino que sigue siendo arte, es decir, síntesis y expresión;

3.Que las líneas oblicuas y las líneas elípticas son dinámicas, que por su propia naturaleza poseen un poder expresivo mil veces superior al de las líneas horizontales y perpendiculares, y que sin ellas no puede existir una arquitectura dinámicamente integradora;

4.– Que la decoración, como algo superpuesto a la arquitectura, es un absurdo, y que sólo del uso y de la disposición original del material bruto o visto o violentamente coloreado depende el valor decorativo de la arquitectura futurista;

5.– Que, al igual que los hombres antiguos se inspiraron, para su arte, en los elementos de la naturaleza, nosotros – material y espiritualmente artificiales – debemos encontrar esa inspiración en los elementos del novísimo mundo mecánico que hemos creado y del que la arquitectura debe ser la expresión más hermosa, la síntesis más completa, la integración artística más eficaz;

6.Que la arquitectura como arte de distribuir las formas de los edificios según criterios preestablecidos está acabada;

7.Que por arquitectura debe entenderse el esfuerzo por armonizar con libertad y gran audacia el entorno y el hombre, es decir, por convertir el mundo de las cosas en una proyección directa del mundo del espíritu;

8.De una arquitectura así concebida no puede nacer ningún habito plástico y lineal, porque los caracteres fundamentales de la arquitectura futurista serán la caducidad y la transitoriedad. Las casas durarán menos que nosotros. Cada generación deberá fabricarse su ciudad. Esta constante renovación del entorno arquitectónico contribuirá a la victoria del Futurismo que ya se impone con las Palabras en libertad, el Dinamismo plástico, la Música sin cuadratura y el Arte de los ruidos, y por el que luchamos sin tregua contra la cobarde prolongación del pasado.

Antonio Sant’Elia

Arquitecto

Dirección del Movimiento Futurista, Milán, 11 de julio de 1914

ACA

Procedencia de las imágenes

1. Wikipedia. Manifesto dell’architettura futurista (https://it.wikipedia.org/wiki/Manifesto_dell%27architettura_futurista)

2. Edizioni GOG (https://www.gogedizioni.it/autori/filippo-tommaso-marinetti/)

3. THE DAILY HELLER (https://www.printmag.com/daily-heller/marinettis-pre-futurism/)

4. Wikipedia. Manifiesto futurista (https://es.wikipedia.org/wiki/Manifiesto_futurista)

5. El rebost de Mr. Cairo (https://elrebostdemistercairo.blogspot.com/2014/12/penultim-numero-de-poesia-la-revista-de.html)

6. Los manifiestos de la nueva literatura (https://losmanifiestos.com/Los-manifiestos)

7. World History Encyclopedia (https://www.worldhistory.org/trans/es/2-2411/declaracion-de-independencia-de-los-estados-unidos/); y Wikipedia. Manifiesto del Partido Comunista (https://es.wikipedia.org/wiki/Manifiesto_del_Partido_Comunista#/media/Archivo:Communist-manifesto.png)

8. artnet (https://www.artnet.com/artists/filippo-tommaso-marinetti/marinetti-parole-consonanti-vocali-numeri-in-rxMG21cJA5U4NHr3GhGScA2); y Vallejo & Co. (https://www.vallejoandcompany.com/2014/03/21/poeta-net-asunto-diotima-dichoso-ser/)

9. WIKIMEDIA COMMONS (https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Marinetti_Sant%27Elia_Sironi_Boccioni.jpg)

10. EPdLP (https://www.epdlp.com/cuadro.php?id=57); Wikipedia. Futurismo (https://es.wikipedia.org/wiki/Futurismo); y Futurismo (https://concepto.de/futurismo/)

11. PROA (https://www.proa.org/esp/exhibition-el-universo-futurista-manifiestos.php)

12. Wikipedia. Futurismo (https://es.wikipedia.org/wiki/Futurismo)

13. Wikipedia. Antonio Sant’Elia (https://es.wikipedia.org/wiki/Antonio_Sant%27Elia)

14, 16 y 17. Recordando a Antonio Sant’Elia (https://www.archdaily.cl/cl/02-19575/recordando-a-antonio-sant%25e2%2580%2599elia?ad_medium=gallery)

15. Fondazione Memofonte (https://www.memofonte.it/files/Progetti/Futurismo/Manifesti/I/66.pdf)

VALE LA PENA CONOCER

1. Foto satelital de la manzana de San Francisco en la actualidad.

La manzana de San Francisco: un palimpsesto urbano en el corazón de Caracas.

Iván González Viso

La historia de esta manzana única del centro de Caracas se revela como un potente crisol donde se funden las tensiones entre la conservación y la transformación, entre la memoria y el progreso, entre la naturaleza implacable y la resiliencia humana. Un relato condensado que ilumina las complejas capas históricas que han dado forma al corazón de la capital venezolana.

¿Puede una sola manzana, incrustada en el corazón de Caracas, narrar las complejas tensiones urbanas que históricamente moldearon el centro de la capital venezolana? La respuesta parece residir en la historia de una de sus manzanas fundacionales: aquella que albergó el antiguo convento de San Francisco. Un enclave cuya trayectoria, desde la génesis misma de Santiago de León de Caracas, se erige como un microcosmos de las dinámicas urbanísticas y sociales que han marcado la ciudad.

2. Plano de Santiago de León de Caracas. Juan de Pimentel, 1578.
3. Detalle del plano de Santiago de León de Caracas. Juan de Pimentel, 1578, resaltando la manzana donde se ubicarían la iglesia y el convento de San Francisco.

Desde aquel primer trazo de Juan de Pimentel en 1578, el convento franciscano ya ocupaba un lugar estratégico al suroeste de la plaza mayor. La llegada de los primeros frailes en 1565 culminaría en 1586 con la construcción del primer claustro.

4. Vista del Templo de San Francisco con el monasterio a la derecha (c.1851). Dibujo de Federico Lessman.

En 1593, se levantaría la iglesia de San Francisco, anexa al convento bajo la dirección del maestro Alarife Antonio Ruiz Ullán. Esta edificación no solo se erigió como un centro de fervor religioso, sino que también redefinió las relaciones con su entorno al congregar a la feligresía. La relevancia del convento se perpetuó en la cartografía de los siglos XVI y XVII, figurando consistentemente en los planos de la ciudad.

Sin embargo, la solidez de su presencia se vio repetidamente amenazada por la furia telúrica que históricamente ha sacudido Caracas. Los terremotos, especialmente el devastador de 1812, exigieron labores de reconstrucción para preservar su estructura.

En paralelo a estos embates naturales, el panorama social, económico, político y religioso de la Venezuela colonial experimentaba una profunda transformación con el auge del movimiento independentista. Este proceso culminó en 1821 con el decreto de supresión de los conventos masculinos. No obstante, no sería hasta 1837 que la comunidad franciscana se vería directamente afectada, cediendo su espacio para acoger a la Universidad, la Biblioteca y el Colegio Independencia. La iglesia, sin embargo, mantuvo su función para honrar a los héroes de la independencia y para las celebraciones litúrgicas cotidianas. La clausura de los conventos abrió un abanico de nuevas posibilidades para el edificio, que se adaptó como sede de la Universidad Central de Venezuela y como espacio para actividades del Congreso.

En 1840, el arquitecto Olegario Meneses emprendió la tarea de adecuar el espacio para su nuevo cometido universitario, proyectando la parte sur con un patio abierto y arcadas clásicas, marcando una nueva etapa en la vida del antiguo convento. Estas transformaciones no fueron exclusivas de este edificio. Numerosas estructuras del casco central de Caracas sufrieron destinos similares, evidenciando una valoración del patrimonio colonial por su ubicación estratégica, su potencial de uso y sus cualidades espaciales intrínsecas.

Paradójicamente, a pesar de su desaparición como centro religioso, la presencia urbana del conjunto arquitectónico se afianzó aún más en la memoria colectiva con la consolidación de un sistema de nomenclatura de esquinas basado en hechos históricos, edificaciones emblemáticas o leyendas urbanas. Este sistema, formalizado en el plano de 1843 de Ángel J. Jesurum, legó el nombre del convento-iglesia a la «esquina de San Francisco», bautizando así una manzana delimitada por las esquinas de San Francisco, Mercaderes, Pajaritos y la Bolsa. La plantación de una ceiba hoy centenaria frente al antiguo convento en 1866 añadió un nuevo hito que reforzó aún más la importancia de esta esquina en el imaginario caraqueño.

5. Fachada del convento de San Francisco en 1872, cuando se iniciaron los trabajos del Capitolio. Al extremo izquierdo aparece la ceiba como un árbol en crecimiento.
6. Vista norte-sur de uno de los bulevares guzmancistas: a la derecha el Capitolio y al fondo la fachada colonial del templo de San Francisco medio escondida por la ceiba que ya es un árbol frondoso.

Tras la designación de Caracas como capital de la República, la necesidad de un cambio de imagen se hizo patente, materializándose durante el periodo de Antonio Guzmán Blanco. En 1872, bajo su mandato, se ordenó la demolición de las construcciones adosadas al lado norte del antiguo convento de San Francisco, dando paso a un proyecto de renovación urbana influido por el modelo francés. El objetivo era crear una nueva fachada acorde a las ideas de transformación que consolidarían el entonces llamado Bulevar Guzmán Blanco, impactando significativamente la estructura de la capital venezolana.

7. Plano topográfico de Caracas capital de los EE.UU de Venezuela. Estevan Ricard, 1874.
8. Detalle del plano de Caracas de 1874 donde se muestra la nueva fachada norte de la Universidad proyectada por Juan Hurtado Manrique.
9. La fachada de la Universidad en la época de Guzmán Blanco. Aún puede verse la estatua ecuestre del «Ilustre Americano» en la plazoleta.
10. En línea con la fachada de la Universidad, Hurtado Manrique proyectó en 1878 en la esquina de La Bolsa el edificio que luego albergaría lo más importante de la Exposición del centenario del natalicio del Libertador de 1883 denominándose «Palacio del Centenario». Más tarde pasaría a ser la sede de la Corte Suprema de Justicia (CSJ) para integrarse al Palacio de las Academias cuando la CSJ ocupó su actual sede en la esquina de Dos Pilitas. La torre sirvió de observatorio de la Universidad. La foto fue tomada antes de la intervención de Alejandro Chataing en 1911.

Esta intervención fue publicitada como un logro gubernamental en el plano topográfico de Estevan Ricard de 1874. Paralelamente, se proyectó frente a la manzana del convento el Palacio Federal Legislativo, buscando generar un nuevo espacio urbano para la ciudad. El ingeniero Juan Hurtado Manrique (1837-1896) fue el encargado de esta operación, concentrándose entre 1873 y 1875 en la creación de la nueva fachada norte de la Universidad. Esta comprendía una torre neogótica de 35 metros y cuatro cuerpos, coronada por una flecha octogonal, y el edificio del Museo Nacional, también de estilo neogótico. Este importante conjunto urbanístico, opuesto al Palacio Legislativo, se complementó con un bulevar arbolado y la estatua ecuestre de Guzmán Blanco. Asimismo, se remodelaron los jardines interiores del convento, incorporando un trazado diagonal y esculturas en homenaje a Vargas y Cagigal. Posteriormente, en 1883, Hurtado Manrique se ocupó de trabajos internos de ampliación del Museo Nacional y de la adecuación del conjunto para la exposición del Centenario del Natalicio del Libertador. El espacio se preparó para exhibir los avances técnicos, agrícolas y artísticos del país, en un intento por replicar las exposiciones universales que se celebraban en Europa desde 1851.

11. Planta del Palacio de Exposición del centenario del natalicio del Libertador Simón Bolívar (también llamada la «Exposición Nacional»), 1883.
12. Aspecto del lado sur de la Universidad entre las esquinas de Pajaritos y Mercaderes. Añadiduras posteriores transformaron en patio esta entrada.

A comienzos del siglo XX, en 1911, la manzana experimentó una nueva transformación con la inserción de la Biblioteca Nacional, obra del arquitecto Alejandro Chataing (1873-1928), como parte de las “Obras del Centenario” de la Independencia de Venezuela.

13. Corredores y patio del convento de San Francisco, hoy Palacio de las Academias. Foto: Luis Felipe Toro s/f.

Chataing conservó la fachada neogótica de Hurtado Manrique, pero construyó un edificio completamente nuevo en cuanto a materiales, complementando otras intervenciones en los espacios universitarios. Chataing demostró un hábil manejo de los materiales, introduciendo el hormigón armado, elementos de estructura metálica y una ligera cubierta metálica en la sala de lectura. Ganador del proyecto por concurso, logró, mediante la cubierta translúcida y las rejas acristaladas, una iluminación uniforme en el interior, emulando salas de lectura como la de la Biblioteca Nacional de París. Considerado un edificio de estilo beaux-arts, la sala de lectura ocupaba un lugar central, rodeada por el depósito de libros. El hormigón se erigió como la solución para lograr un marco rígido capaz de sostener la estructura metálica. El carácter de esta arquitectura, que experimentaba nuevamente con el cemento, no dependía directamente del sistema constructivo, sino de la luz cenital y de la colección de libros visible entre los pilares de soporte de la gran cubierta, evocando la sala de lectura de la Biblioteca del Congreso en Washington. Cabe destacar que las “Obras del Centenario” fueron esenciales para el desarrollo de nuevas técnicas en la arquitectura venezolana.

14. Residencia San Francisco (1930), ubicada en la esquina de Pajaritos, edificación que comparte pared con la Iglesia de San Francisco, regentada por la Compañía de Jesús desde 1922, año en que regresaron a Caracas. Este edificio de vivienda, de tres pisos y doble «azotea», fue proyectado por el Hermano Coadjutor Luis María Gogorza y Soraluce, S.J. (1875-1947), con la participación del H. Cecilio Irigoyen. Foto tomada aproximadamente en 1954 cuando ya había sido realizado el Centro Simón Bolívar.

El regreso de la Compañía de Jesús a Caracas en 1922, con el objetivo de regentar la iglesia, planteó la necesidad de construir una nueva edificación en el interior de la manzana, en su lado oriental cercano a la esquina de Pajaritos. Para ello, en 1930, el Hermano Coadjutor Luis María Gogorza y Soraluce, S.J. (1875-1947), con la participación del H. Cecilio Irigoyen, construyeron al sur y adyacente a la Iglesia de San Francisco la Residencia San Francisco, un edificio de viviendas de tres pisos y doble azotea.

15. Nueva sede del Museo Boliviano. Esquina de Pajaritos (entre la avenida Sur 2 y la calle Oeste 6, al Sur del templo de San Francisco). Carlos Raúl Villanueva (1931-1936). Los relieves alegóricos de la fachada son obra del artista plástico venezolano Francisco Narváez.
16. Detalle del “Plano de Caracas Monumental”. Ramón Sosa B. (1936).

Con el significativo aumento de los ingresos petroleros a partir de 1935, que representaban casi el 70% de las divisas del país, se desató un acelerado proceso de modernización que también afectó a la manzana de San Francisco. Entre 1934 y 1936, se construyó el Museo Boliviano, proyectado por Carlos Raúl Villanueva. Un edificio entre las esquinas de San Francisco y La Bolsa con un patio interior destinado a albergar la colección de objetos del Libertador, cuya creación había sido ordenada por un decreto de Juan Vicente Gómez en 1911. Inaugurado el 19 de abril de 1936 por el Presidente Eleazar López Contreras, el edificio de estilo art déco irrumpió en la esquina sureste de la manzana con un nuevo lenguaje que se extendería a otras manzanas del centro de la ciudad.

A principios de los años cuarenta, Caracas experimentaba un rápido crecimiento hacia la periferia, extendiéndose hacia el este y rompiendo el esquema de centralidad que se había mantenido durante siglos. Paralelamente, el casco fundacional sufría grandes transformaciones fruto de presiones demográficas, sociales y económicas, permitiendo a nuevas empresas constructoras demoler antiguas edificaciones para construir nuevas tipologías atadas la temprana modernidad arquitectónica. En 1943, el arquitecto español exiliado en Caracas, Rafael Bergamín, proyectó y construyó a través de su empresa Velutini y Bergamín C.A. un edificio residencial y comercial en la esquina suroeste de la manzana, la esquina de Mercaderes. Este edificio de planta irregular y corte modernista, con patios interiores y un volumen de tres cuerpos verticales, definió la esquina con su cuerpo más alto de forma curva y seis plantas, integrándose al conjunto urbano de la manzana con un lenguaje que se extendería a otras áreas del centro de la ciudad.

17. Edificio residencial y comercial, esquina de Mercaderes. Fachada en la esquina. Velutini y Bergamín C.A. Caracas, 1942.

A pesar de la importancia histórica de la manzana y del antiguo convento, ellos no escaparon a la vorágine por modernizar la ciudad, pues en 1956, el edificio fue mutilado para adaptarse a la inserción de las nuevas torres del Centro Simón Bolívar, que se convertirían en el nuevo emblema de la capital.

18. Render del proyecto (2007) para la restauración, ampliación y reciclaje del Edificio Sede del Antiguo Museo Boliviano, ubicado en la esquina de Pajaritos. Alessandro Famiglietti Siu. La obra se concluyó en 2008.

De esta forma, la manzana se fue transformando progresivamente con intervenciones de renombrados arquitectos, a los que se sumó posteriormente Luis Malaussena en 1953, quien realizó modificaciones en la Iglesia, cambiando los techos, colocando vigas de carreto y renovando el pavimento de mármol y los altares. Luego, con el traslado de la Universidad Central de Venezuela al moderno campus proyectado por Carlos Raúl Villanueva en terrenos de la antigua Hacienda Ibarra, el antiguo convento pasó a tener un nuevo uso como sede del Palacio de las Academias, incorporándose también en su interior espacios para la Corte Suprema de Justicia. Ya en el temprano siglo XXI, en 2007, Alessandro Famiglietti tuvo la oportunidad de rehabilitar y dotar de un nuevo programa al antiguo Museo Boliviano de Villanueva, incorporando un núcleo de circulación transparente bajo una lógica contemporánea, devolviéndole su valor urbano a la esquina de Pajaritos.

19-1. Evolución de la ocupación de la manzana de San Francisco en el tiempo. Planta del Convento y el Templo, período de la Colonia (siglo XVI). A. Claustro (1586): 1. Primer cuerpo. Patio, 2. Segundo cuerpo. Patio. B. Templo: (1593): 1. Nave Central, 2. Altar Mayor, 3. Sacristía, 4. Altar de la Capilla de la Tercera Orden, 5. Altar del Santo Niño de Belén, 6. Altar de Nuestra Señora de la Soledad.
19-2. Evolución de la ocupación de la manzana de San Francisco en el tiempo. Planta de la exposición del Centenario de Caracas, 1883, período Republicano (siglo XIX). A. Universidad Central (nueva fachada 1873—1875): 1. Patio Vargas, 2. Patio Cagigal, 3. Patio Sur (1840), 4. Escalinata (1840), 5. Busto de Bolívar (1840), 6. Salón del Consejo Médico, 7. Salón de Pinturas, 8. Aulas, Salón Colegio de Ingenieros, 10. Salón Colegio de Abogados, 11. Corral de la Universidad, B. Templo C. Palacio del Centenario (1873): 12. Salón Floricultura, 13. Corral de animales, 14. Patio, 15. Salón Bolívar, Salón de Bellas Artes, 17. Salón Occidental, 18.Salón Sur, D. Capitolio: 19. Senado, 20. Cámara de, Diputados, 21. Bulevar Este, 22. Bulevar oeste, 23. Estatua ecuestre.

Con las intervenciones de Hurtado Manrique, Chataing, Villanueva, Bergamín y Famiglietti, la manzana de San Francisco mantuvo su escala, pero adquirió nuevas lecturas formales con piezas y estilos diversos, que respondieron a la presencia monumental del Palacio Federal Legislativo, y la construcción del Centro Simón Bolívar.

Si bien a Hurtado Manrique y a Chataing se les puede atribuir gran parte de la imagen patrimonial e icónica que hoy tiene la manzana de San Francisco en el imaginario caraqueño, esta pieza urbana, lejos de sostenerse bajo una visión puramente patrimonial, es hoy el resultado de múltiples “capas de escritura” aplicadas sobre la misma “superficie” urbana.

19-3. Evolución de la ocupación de la manzana de San Francisco en el tiempo.. Planta que reconstruye la manzana de San Francisco período actual (siglo XX). A. Palacio de las Academias, B. Templo, C. Palacio del Centenario, D. Biblioteca Nacional (1911), E. Residencia San Francisco (1930), F. Museo Boliviano (1934—1936), G. Edificio Residencial y comercial (1943), H. Ampliación Museo Boliviano (2007).
20. Resumen y situación actual de la ocupación de la manzana del antiguo Convento de San Francisco.

En ella tanto el antiguo convento como la iglesia de San Francisco se perciben atrapadas entre dos tiempos históricos: el de finales del siglo XIX, donde se promovió el estilo francés, y el de mediados del siglo XX, donde primó la forma moderna. En ella son visibles los profundos cambios edilicios que experimentó Caracas durante más de 400 años.

Nota

Este texto fue adaptado por su autor para el boletín Contacto FAC tomando como base el ensayo «La manzana del Convento de San Francisco de Santiago de León de Caracas: microcosmos de tensiones urbanas y visiones arquitectónicas», que forma parte del capítulo I del libro Las vidas de San Francisco: arquitectura, patrimonio y ciudad de Rodrigo Pérez de Arce y Emilio de La Cerda (editores). Ediciones UC, Centro UC, 2023.

IGV

Procedencia de las imágenes

1. Captura de Google Earth.

2, 3, 7 y 8. Irma De-Sola Ricardo. Contribución al estudio de
los planos de Caracas. La ciudad y la provincia 1567-1967
, 1967.

4, 5, 6, 9 y 12. Graziano Gasparini y Juan Pedro Posani. Caracas a través de su arquitectura, 1969

10. Caracas Antigua (https://www.facebook.com/story.php?story_fbid=524222100669446&id=100092449826410)

11 y 15. Colección Iván González Viso.

13. Archivo de Fotografía Urbana. Foto: Luis Felipe Toro s/f.

14 y 18. Colección Crono Arquitectura Venezuela

16. CCS. Caracas del valle al mar. Caracas monumental (https://guiaccs.com/planos/de-pueblo-ciudad-caracas-monumental/).

17. Henry Vicente. Arquitecturas desplazadas. Rafael Bergamín y las arquitecturas del exilio español en Venezuela. (Tesis doctoral). Universidad Politécnica de Madrid (2014).

19-1, 19-2 y 19-3. Iván González Viso. «La manzana del Convento de San Francisco de Santiago de León de Caracas: microcosmos de tensiones urbanas y visiones arquitectónicas», en Rodrigo Pérez de Arce y Emilio de La Cerda (editores). Las vidas de San Francisco: arquitectura, patrimonio y ciudad de . Ediciones UC, Centro UC, 2023.

20. Iván González Viso (elaboración propia); y Captura de Google Earth.

VALE LA PENA CONOCER

En días pasados, el arquitecto Lesmes Castañeda, quien en varias oportunidades ha colaborado con esta página, nos hizo llegar un texto fechado en diciembre de 2024, elaborado con las pautas propias de una publicación de carácter académico, titulado “La reintegración cromática de los edificios de la Ciudad Universitaria de Caracas. El caso de la Facultad de Ingeniería”, vinculado a los trabajos adelantados por la Comisión Presidencial para la recuperación de la UCV de la cual Castañeda ha formado parte como experto.

En virtud del interés que posee y de la explicación de los criterios estrictamente técnicos utilizados en la obra señalada, nos ha parecido procedente publicar el escrito íntegramente a fin de que sea aprovechado por quienes no conocen a plenitud el proceso que debe seguirse en trabajos restaurativos de esta naturaleza.

HVH

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LA REINTEGRACIÓN CROMÁTICA DE LOS EDIFICIOS DE LA CIUDAD UNIVERSITARIA DE CARACAS. EL CASO DE LA FACULTAD DE INGENIERÍA.

Lesmes Manuel Castañeda Hernández

Arquitecto Especialista en Restauración de Monumentos

Caracas, diciembre 2024

RESUMEN

Para devolverle la autenticidad que ameritan los edificios de carácter patrimonial, como es el caso de los pertenecientes a la Ciudad Universitaria de Caracas, campus declarado en el año 2000 por la Unesco Patrimonio Mundial, se requiere una línea de trabajo de indagación documental y procesamiento de la información obtenida en el sitio, que permita la restitución del cromatismo original del edificio, responsable importante en la conservación de su imagen.

Palabras claves: Patrimonio mundial, conservación, imagen, reintegración cromática, pintura. color.

PROPÓSITOS

Dentro de los propósitos de los trabajos de recuperación de la Ciudad Universitaria de Caracas (CUC), que se han adelantado, aparte de la rehabilitación de los distintos edificios que la constituyen, mediante la restitución de su funcionalidad y la actuación conservativa sobre los distintos componentes constructivos que los conforman, está la restitución de la imagen de los mismos, que junto con otros importantes valores arquitectónicos, urbanos, paisajísticos y artísticos de este campus, le han hecho merecedor de la condición que actualmente ostenta de “Patrimonio Mundial”.

PRINCIPIOS

En la restitución de la imagen de los edificios, ya sea externa o interna, además de las acciones de profilaxis espacial que se han requerido y las acciones de restitución de las propiedades de los distintos materiales y acabados que presenta, está la actuación sobre los cerramientos y otros elementos constructivos, a los que en el desarrollo de los proyectos elaborados por el arquitecto Carlos Raúl Villanueva a mediados del siglo XX, le fueron asignados determinados colores y que en el transcurso del tiempo fueron alterados.

Para recuperar la autenticidad de la imagen requerida en la conservación de estos edificios patrimoniales, el Hospital Clínico de la Ciudad Universitaria, y los distintos edificios pertenecientes a la Facultad de Medicina, han merecido particular atención. También está el caso de los edificios de la Facultad de Ingeniería que nos ocupa en esta ocasión.

ANTECEDENTES

En estos edificios, a lo largo de 70 años, en los distintos trabajos de mantenimiento realizados en los cerramientos que poseen revestimientos de frisos destinados a recibir acabados de pintura, ya sean externos o internos, fueron casi todos pintados de color blanco o con otros colores en forma arbitraria, ya sea por desconocimiento de la información planimétrica preexistente que en el proyecto bien los especifica o por la dinámica de improvisación que muchas veces caracteriza a estos trabajos. Similar situación sucedió con otros componentes constructivos, tales como la herrería de ventanas, los marcos metálicos de puertas, la tabiquería metálica en los sanitarios y las distintas tuberías de instalaciones que en el proyecto fueron previstas a la vista.

ACTUACIÓN

De esta manera, se trató de determinar el tono y matiz del color, tipo de pintura y brillo, especificado para cada componente constructivo, basándose en el archivo de los planos originales del antiguo Instituto Ciudad Universitaria (ICU) que actualmente reposan en las instalaciones de la Casona Ibarra. Cuando esta información por alguna razón no estuvo presente en los referidos planos, se recurrió a la técnica del decapado de pintura sobre el componente sujeto a recuperar su color original.

IDENTIFICACIÓN DE LOS COLORES

Ahora bien, la especificación de colores aparecida en los planos de los edificios de Ingeniería. está expresada en un tono genérico en el texto (ej. gris, negro o amarillo, etc) mientras que el detalle del matiz se indica con un código alfanumérico perteneciente a un catálogo comercial especifico, en este caso identificado como Pabco, (Figura 5) (ej. PINTURA GRIS 193A). Para los colores blanco y negro, este código se omite por razones obvias. Ver ejemplo de la especificación en la fachada norte del cuerpo Oeste del edificio de Petróleo, Química y Geología (Figura 1).

En otros planos, las especificaciones de colores internos aparecen señaladas en perspectivas elaboradas a mano alzada como las del detalle del plano 22-A-10 (Figura 3). En ella aparecen también las especificaciones de los colores de los mosaicos vidriados identificados con el subíndice «T» (taquitos) cuyos colores en este espacio se han mantenido inalterados debido a las propiedades del material.

Los mosaicos vidriados, en los colores amarillo, gris, blanco o negro, caracterizan gran parte de las fachadas de la mayoría de los edificios de Ingeniería en las superficies de paramentos que no posean revestimiento de frisos o acabados de concreto a la vista. La reintegración cromática por causa de las alteraciones que han sufrido estos acabados, requiere de un tratamiento aparte debido a su naturaleza y complejidad.

Figura 1. Detalle del plano ICU 22-A-9 que indica los colores de la fachada norte del cuerpo oeste de la Escuela de Petróleo, Química y Geología.
Figura 2. Imagen actual del cuerpo oeste de la Escuela de Petróleo, Química y Geología.
Figura 3. Detalle en perspectiva del plano ICU 22-A-10 .
Figura 4. Imagen actual de la entrada principal del edificio de Ingeniería de Petróleo, Química y Geología, correspondiente al punto de vista aproximado de la perspectiva de la Figura 3.

ESPECIFICACIÓN DE LOS COLORES A APLICAR

Es de señalar que la empresa estadounidense de pinturas Pabco, desapareció del mercado hace algún tiempo, por lo cual fue necesario adquirir el muestrario en repositorios comerciales de ese país. De esta manera, una vez obtenido el muestrario de colores e identificado en él el código señalado en los planos, se procedió a determinar por simple comparación visual, el código equivalente en los catálogos comerciales existentes y que las empresas de pintura nacionales estén en capacidad de producir. En este caso se utilizó el catálogo GLIDDEN The Master Palette (Figura 6) empleado por la empresa Montana. De esta manera, tomando como ejemplo la especificación COLOR GRIS 193 A del catálogo Pabco, corresponde a la especificación de pinturas Montana: Seal Grey, Specify #00NN 25/000, Order #A201.

Figura 5. Catálogo Pabco.
Figura 6. Catálogo Glidden.

Métodos más exactos para establecer el color de una superficie, emplean equipos como el Colorímetro o el Espectrofotómetro. Estos equipos nos permiten obviar las distorsiones perceptivas del metamerismo. [1]

Cabe mencionar que en el campo de la restauración a nivel internacional, se suele emplear el patrón de colores denominado Pantone, creado originalmente para las artes gráficas, elaborado por una empresa con ese nombre con sede en Estados Unidos. Sin embargo, algunos países emplean un sistema de códigos específicos diferentes.

OTRAS ESPECIFICACIONES

En cada situación se especificó, además del código comercial equivalente en el mercado nacional, si la pintura es para interiores o para exteriores, la naturaleza de la misma, ya sea en base a agua o en base a aceite y además el tipo de brillo, ya sea brillante, satinado o mate. En todos los casos se especificó que la calidad de la pintura sea de clase A.

Adicionalmente, en la mayoría de las especificaciones aparecidas en los planos de los edificios de la CUC, la pintura en paredes y techos, cuando se trata de pintura en base a agua, se especifica con brillo mate. En la herrería de ventanas, barandas y marcos de puertas y tabiques sanitarios, en base a aceite, se especifica satinada, mientras que en las tuberías de instalaciones a la vista, también en pintura en base a aceite, se especifica brillante. Sin embargo en estos trabajos, para los espacios internos de tipo público, tales como pasillos, aulas o sanitarios, por razones de mantenimiento y mayor lavabilidad de su superficie, nos hemos atrevido a especificar la pintura en paredes en base a agua, en brillo satinado, dejando el acabado mate para los techos de todos los espacios y las paredes de los más privados, tales como oficinas y otras áreas administrativas.

EL DECAPADO

Por otra parte, el proceso de obtener información del color original de un acabado, a falta de la especificación aparecida en los planos, se basó en la técnica del decapado como ya lo hemos señalado, que consiste básicamente, mediante procesos mecánicos y químicos, en realizar calas sucesivas (Figura 7), que permitan identificar el color y la naturaleza de las distintas capas de pintura que ha recibido una superficie en el tiempo, hasta llegar a las primeras que recibió, excluyendo la inicial en el caso de algunos edificios inicialmente pintados de blanco (ej. Hospital Clínico Universitario) y la correspondiente a la protección anticorrosiva en el caso de la carpintería metálica. Sin embargo, es posible que esta información no se pueda obtener cuando esa superficie, previo a la pintura existente, haya recibido la remoción total de las anteriores o el friso subyacente haya sido reconstruido completamente. Para evitar esta situación en el futuro, en el campo de la conservación de monumentos, cuando se deba remover la pintura existente de una pared o se reconstruya el friso completamente, se recomienda dejar intacta como testigo, una pequeña superficie en la esquina superior derecha del paramento.

Con el objeto de restituir los colores de las aulas anfiteátricas del edificio de la Escuela Básica, en ausencia de la información planimétrica requerida, se procedió a realizar una serie de calas en las paredes, que arrojaron luces sobre sus colores originales. Información que luego fue corroborada al remover los pizarrones existentes en el escenario, apareciendo dichos colores detrás de los mismos.

Figura 7. Ejemplo de cala cromática mediante decapados de pintura.

CONCLUSIONES

Se pretende que este trabajo sirva como referencia para las futuras intervenciones de carácter conservativo que deban recibir los distintos edificios de la Facultad de Ingeniería en cuanto a la definición de su cromatismo y que por extensión esta información pueda derivarse a otros edificios de la CUC.

AGRADECIMIENTOS:

Arquitectos Eduardo Gil, Gregory Vertullo, ingeniero Humberto Rengel

REFERENCIAS:

1. Villanueva, Carlos Raul. Plano 22-A-9. Escuela de ingeniería. Laboratorios de Petróleo, Química y Geología. Fachadas-Acabado. Instituto Ciudad Universitaria Caracas, (1950)

2. Villanueva, Carlos Raúl. Plano 22-A-10. Escuela de ingeniería. Laboratorios. Colores. Instituto Ciudad Universitaria. Caracas, (1950).


[1] Metamerismo:. Fenómeno óptico que se produce cuando dos muestras de color parecen iguales bajo una determinada iluminación, pero se ven diferentes bajo otras condiciones de iluminación.