
No sabemos a ciencia cierta cual es la revista de arquitectura hispanoamericana más longeva. Varias se disputan ese renglón reconociéndose como la pionera, en cuanto a aparecer de forma independiente, la revista Arquitectura de la Sociedad de Arquitectos del Uruguay (SAU) de 1914, aún activa, que ha llegado con los correspondientes sobresaltos propios de toda publicación periódica a su número 274 en 2022. Sin embargo, si hay alguna que, perteneciente también al ámbito de las organizaciones profesionales y casualmente con el mismo nombre de su par uruguaya, se ha mantenido con asombrosa continuidad y ha sorteado los consabidos obstáculos sin dejar de mantenerse a flote es Arquitectura, lanzada como órgano Oficial de la Sociedad Central de Arquitectos (hoy Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid -COAM-) el 15 de mayo de 1918, a cuyo nº1 hemos dedicado nuestra postal del día de hoy.

Como antecedente a la aparición de Arquitectura se conoce (gracias al apoyo de una nota que hemos rescatado de la Hemeroteca Digital. Biblioteca Nacional de España y del excelente trabajo de digitalización de todos los números de la revista realizado desde el COAM, disponible en https://www.coam.org/es/fundacion/biblioteca/revista-arquitectura-100-anios), que a raíz del nacimiento en 1845 de la Escuela de Arquitectura de Madrid y en 1849, vinculada a ella, de la Asociación de Arquitectos, denominada un año después Sociedad Central de Arquitectos -SCA- (antecesora de los modernos colegios oficiales que comenzarán a instituirse en 1929), esta entidad “que intentaba superar el aislamiento individual del arquitecto, agrupando a los profesionales para la defensa de sus intereses comunes como un órgano de relación e intercambio independiente de la Academia, institución que todavía agrupaba corporativamente al colectivo”, tras comenzar publicando algún anuario y folletos con los listados de sus miembros, “dio en 1874 uno de sus más tempranos frutos con la creación de la primera publicación de prensa arquitectónica de la que hay noticia en España, el Boletín de la Sociedad Central de Arquitectos”.

Con una evolución compleja llena de avatares y frecuentes cambios de denominación, en 1882 la Revista de la Sociedad Central de Arquitectos (creada en 1876), comenzará a publicarse con periodicidad variable hasta estabilizarse con entregas quincenales, como órgano oficial de la entidad, con sede en Madrid pero ámbito nacional. “Como la revista no dio lugar a la inserción de grabados y se fue reduciendo a contenidos puramente corporativos, la Sociedad Central de Arquitectos (lanzará), a partir de 1891, otra publicación bajo el título Resumen de arquitectura, y en 1899 se fundirán ambos títulos, formando Resumen de Arquitectura, Revista de la Sociedad Central de Arquitectos. (…) Este título unificado … editará hasta 24 números mensuales, de entre doce y veinte páginas cada uno, compuestos a dos columnas, hasta diciembre de 1900”, momento en que suspenderá su salida.

Cabe mencionar que el Boletín de la Sociedad Central de Arquitectos reanudó su publicación en 1904 y se mantuvo hasta 1931, primero con periodicidad quincenal y finalmente mensual. Por su parte, la revista Arquitectura, propiamente dicha (a la que hoy nos dedicamos), inició su andadura en 1918 junto al Boletín, ambos publicados por la SCA. En 1929 se crea el COAM, que se hace cargo tanto del Boletín como de la revista que, con el mismo título de Arquitectura, seguirá publicándose hasta 1936.
Tras una pausa obligada por el desarrollo de la Guerra Civil, a partir de 1941 Arquitectura será renombrada “por exigencia de los nuevos tiempos” como Revista Nacional de Arquitectura, siendo editada hasta 1946 por la Dirección General de Arquitectura, entonces perteneciente al Ministerio de la Gobernación del franquismo, denominación que perdurará hasta 1959, pese a que desde 1946 el COAM recupera su función editorial, si bien tutelado en cierta forma por el Consejo Superior de Colegios de Arquitectos de España.

A partir enero de 1959 hasta el presente el COAM, definitivamente y en solitario, vuelve a ser el propietario de la revista, de nuevo denominada Arquitectura, y así continuará hasta la actualidad.
Aquel nº1 de Arquitectura del 15 de mayo de 1918 aparece, de acuerdo su Editorial denominado “Palabras Iniciales”, “modestamente, con un ropaje sobrio y austero” pero con el compromiso de constituirse en pionera en cuanto a atender el ámbito estrictamente disciplinar, y de acompañar la soledad en que trabajaba el arquitecto español sustituyendo “la labor personal y aislada, por el esfuerzo colectivo y la solidaridad profesional”, así como de ofrecerse como oportunidad de formar conciencia del valor de lo propio y, en consecuencia “conocernos á nosotros mismos y procurar que no nos ignoren fuera”, generando una plataforma que permitiese competir desde España mostrando las obras realizadas en el país con las publicaciones extranjeras que tenían primacía en aquel entonces. En pocas palabras, se aspiraba: “resumir el actual movimiento arquitectónico de nuestro país; volver la vista atrás, en busca de un pasado, en el que se fué incubando la Arquitectura presente, y acoger con cariño las nuevas corrientes que en ella se produzcan”.

1918, no lo olvidemos, fue el año que marcó el fin de la Gran Guerra y aunque sería el 11 de noviembre cuando se firmaría el armisticio definitivo, se trató de un año en el que aún se mantuvo en vilo la paz mundial. Así, en mayo, los editores de Arquitectura atentos a ello sin olvidar que se atravesaban días trágicos, avizoran estar a las puertas de la “etapa inicial de un nuevo período en la evolución humana, (donde) se están forjando silenciosamente las esencias que transformarán todas las actividades del espíritu. Tal vez estemos en la línea divisoria que separa dos concepciones distintas; tal vez haya sido preciso para el alumbramiento del nuevo espíritu, esta pugna terrible que presenciamos. Por eso, el momento actual es de un interés extraordinario, y haciendo un alto en la diaria tarea, debemos contemplar con amor la obra realizada y la que comienza; el pasado, con todo su atractivo sentimental, y el porvenir, cuajado de esperanzas”.
De hecho, tampoco puede pasarse por alto que el período de entreguerras, que abarcaría de 1918 a 1939, marcará el despegue definitivo de la arquitectura del Movimiento Moderno y a él se adentraría la novel publicación con sus particulares expectativas y limitaciones.

Nace pues Arquitectura como “revista mensual ilustrada” con Gustavo Fernández Balbuena como su Director-Gerente teniendo como redactores a Teodoro Anasagasti, Leopoldo Torres Balbás, César Cort y Roberto Fernández Balbuena. Contaba con la presencia al comienzo y al final de su primer número de anuncios publicitarios de empresas y productos ligados a la industria de la construcción, ofreció un listado de los contratistas-constructores de obras de Madrid y tuvo en total 24 páginas de contenidos. Entre ellos se cuenta con las “Palabras iniciales” ya mencionadas, los textos “Los palacios españoles de los siglos XVII y XVIII” y “Un concurso del Círculo de Bellas Artes” ambos escritos por Vicente Lampérez y Romea; una reseña sobre “El laboratorio de materiales de construcción de la Escuela Superior de Arquitectura” elaborada por César Cort; una amplia semblanza dedicada al reconocido arquitecto Federico Aparici (fallecido a finales de 1917); y hasta 10 páginas que mostraban la actualidad sobre “Libros, Revistas y Periódicos”.
Gustavo Fernández Balbuena deja la dirección de la revista después del segundo número siendo asumida por el presidente de la SCA Ricardo García Guerreta, pero quien llevaría las riendas sería Leopoldo Torres Balbás, registrándose en aquella primera etapa una clara separación entre la Sociedad y la publicación: mientras la una “participa activamente en la problemática social”, la otra “mantiene una línea profesionalista en la que la polémica sobre los sistemas más adecuados de acometer la restauración de monumentos ocupa la parte central de los temas tratados”, apuntará Eduardo Navarro en “Revista ‘Arquitectura’ 1918-1936” texto publicado en el nº204-205 de 1977.

En su camino de más de 100 años, Arquitectura registra, como ya hemos mencionado, al menos tres etapas muy marcadas donde destaca, entre 1948 y 1959 (segunda fase de la segunda) y entre 1959 y 1973 (al inicio de la tercera), la figura de Carlos de Miguel González como el director al que correspondió rescatarla como órgano propio del gremio, recuperar el nombre que le había sido “secuestrado” luego de la Guerra Civil y lograr publicar hasta 174 números.
Sin embargo, pueden distinguirse dentro de las etapas señaladas tantas sub-etapas como cambios se han producido en sus consejos de redacción, impulsados a su vez por la alternancia de los decanos que han dirigido el COAM, registrándose hasta un total de 17: dos entre 1918 y 1936 (201 números), dos entre 1941 y 1959 (204 números, cuando se llamó Revista Nacional de Arquitectura), y 13 entre 1959 y 2024 (que abarca 387 números), instaurándose a partir de 1977 la figura del concurso para designar tanto al equipo director (con el correspondiente proyecto editorial que se vislumbraba) y se fijan los Estatutos de la publicación.

Su condición de revista española, teniendo a Madrid y lo que allí se hacía como prioridad, y su interés por no representar tendencias marcará con sus altos y sus bajos buena parte de ese recorrido. En tal sentido, seguirle la pista a través de los editoriales de los números que marcaron cambios de etapa, no deja de ser una interesante forma de detectar cómo la alternancia se ha convertido en una formula exitosa para oxigenar y reimpulsar como nuevos aires su ilustre trayectoria.
Sin extendernos demasiado, son rescatables algunas citas provenientes de los mencionados editoriales que pueden terminar de dejar sentado, dentro de los particulares sesgos que han caracterizados las diferentes gestiones, lo que se consideran aspectos medulares.

Así, en el ya mencionado nº204-205 de 1977 sus nuevos editores enfatizan como desde la revista “sin crear tendencias o escuelas, vamos a insistir en el hecho arquitectónico aislado: en el compromiso que contrae el arquitecto con su obra y el medio en donde éstos se desenvuelven”. En 1981, se acentúa como línea darle “valor a lo construido” y además no pretender ser “una revista provinciana” donde, sin embargo, “la mejor arquitectura española, será complementada con una ajustada selección de la información internacional (que la) convierta … en una ventana abierta al mundo, facilitando, no sólo el conocimiento, sino la toma de postura de todo colegial en los debates internacionales”. En 1987 se reitera que “la revista evitará identificarse con ninguna tendencia concreta, sin que la ausencia de una declaración programática deba interpretarse como una defensa del eclecticismo como posición teórica”. En 1993 dentro de un proceso de refundación del COAM de cara a la proximidad del siglo XXI, acorde a la Ley de Reforma de Colegios Profesionales, se da inicio a “la cesión de la gestión económica de las Revistas Colegiadas a empresas editoriales consolidadas” a lo cual Arquitectura no escapa.

En 2000, la publicación “empieza por ser una revista de Arquitectura y Urbanismo, porque el tiempo va demostrando que no existe Urbanismo sin el músculo de la Arquitectura, ni Arquitectura sin el espacio definido por el Urbanismo”, así como “una revista de todos y para todos, que empieza por ser exigente consigo misma, con sus textos y materias, con su información, con sus colaboradores, y con sus ambiciosos propósitos”. El equipo que asume la dirección editorial en 2008 la convierte en una publicación bilingüe y enfatizará: “No se trata de una revista de investigación. No estamos en el ámbito docente ni académico. Una revista colegial es un instrumento al servicio del colectivo de los arquitectos que compone un colegio. No es una revista que se nutra del mercado. (…) Los arquitectos no son profesionales de papel. No son profesionales que se satisfacen de la contemplación de sus proyectos en papel. (…) Por lo tanto, un Colegio profesional debe dar prioridad a la obra construida”. En 2013, luego de un período de crisis económica que obligó a redimensionarla y ajustar costos, Arquitectura pasa a ser publicada digitalmente: “El nuevo formato y los nuevos contenidos son una oportunidad para mejorar la accesibilidad del medio y conseguir que la arquitectura se difunda entre el mayor número posible de lectores, nacional e internacionalmente, y nos permitirá obtener una relevante presencia en la Red”.

2018, año centenario de la revista y de llegada de un nuevo grupo a la dirección editorial, servirá para fijar nuevas metas y ambiciosas expectativas, y así “dar visibilidad contemporánea a sus misiones fundacionales. Esto es ser expresión de la arquitectura madrileña y, más allá de ello, en las sugerentes palabras de los directores, ser testimonio de la construcción de Madrid en sus diversas escalas espaciales y sociales; ofrecer una plataforma de vanguardia para el debate disciplinar; y constituir una herramienta al servicio de los profesionales en los ámbitos de la investigación e innovación técnica”.
A partir del pasado 2023 ha tomado las riendas de Arquitectura hasta 2026 un nuevo equipo (dirigido por Javier García-Germán y Alejandro Valdivieso) que centrará su trabajo de tres años en un proyecto editorial que han titulado “El futuro Madrid” para el cual desarrollará con base a tres ejes entrelazados (la sostenibilidad, la inclusión y la belleza), seis números temáticos que reflexionarán sobre la ciudad desde: el territorio, el clima, la inclusión, el cuerpo, la belleza y la práctica. En esa senda, ya han dedicado el nº386 a “Concursos” y el nº387 a “Territorio”, recién publicado.

Desde la revista ahora se proponen “reflexionar sobre las grandes transformaciones demográficas, económicas y ecológicas que ocurrirán en Madrid hasta el año 2050, así como sobre los cambios que la profesión requerirá para darles respuesta efectiva”. En tal sentido, “la nueva etapa de la revista Arquitectura aspira a anticipar no sólo las estrategias editoriales, urbanas y arquitectónicas que serán necesarias sino, además, a reflexionar sobre las competencias de la profesión y sobre el marco institucional que ésta necesita”.
Una verdadera vuelta de tuerca acorde a los nuevos tiempos de preocupaciones similares que han evolucionado a lo largo de 106 años.
ACA
Procedencia de las imágenes
Postal, 4, 5, 6, 8, 9, 10, 11 y 12. REVISTA ARQUITECTURA / REVISTA NACIONAL DE ARQUITECTURA (https://www.coam.org/es/fundacion/biblioteca/revista-arquitectura-100-anios)
1. Hemeroteca Digital/Biblioteca Nacional de España (https://hemerotecadigital.bne.es/hd/es/card?sid=2975582)
2. Hemeroteca Digital/Biblioteca Nacional de España (https://hemerotecadigital.bne.es/hd/es/card?sid=3943455) y (https://hemerotecadigital.bne.es/hd/es/card?sid=3601894) y
3. AbeBooks (https://www.abebooks.com/BOLET%C3%8DN-SOCIEDAD-CENTRAL-ARQUITECTOS-A%C3%91O-XV/4193372386/bd); y Hemeroteca Digital/Biblioteca Nacional de España (https://hemerotecadigital.bne.es/hd/es/issn/2484-1846)
7. BibliotecaETSAM (https://biblioteca.aq.upm.es/biblioteca_digital/3revistas.html)






