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INVITACIÓN

Cultura Chacao en el marco de la celebración del 455° Aniversario de la Fundación de nuestra querida Santiago de León de Caracas, @culturachacao y @arquitour_chacao ponen a su disposición el

Arquitour Especial “San Bernardino: Primer Distrito Petrolero de Caracas”.

Conducido por el Arq. Orlando Marín.

Invitado especial: Arq. Henry Vicente.

Sábado, 23 de julio de 2022.

9:00 a.m. a 1:00 p.m.

Información e Inscripciones: rutaschacao@gmail.com

Cupos limitados.

Celebraremos el 455° Aniversario de la Fundación de nuestra querida Santiago de León de Caracas, llevaremos a cabo un recorrido inédito visitando uno de los más señoriales espacios de la ciudad capital, cuna de lo que el profesor y arquitecto Henry Vicente ha denominado “Primer Distrito Petrolero de Caracas”: la urbanización San Bernardino. Serán cuatro horas aproximadamente, en las cuales conoceremos sus orígenes, desde su pasado colonial agrícola hasta convertirse a comienzos de los años 40 del siglo XX en uno de los sectores más pujantes y modernos de Caracas gracias a las corporaciones petroleras que establecieron allí sus sedes.

ACA

¿SABÍA USTED…

… que en 1944 se inaugura el hotel Waldorf?

1. Postal de finales de los años 1940 donde se aprecia el hotel Waldorf a la derecha. En primer plano la esquina Puente Anauco ocupada por un edificio de vivienda.

El Waldorf, que ocupó inicialmente una edificación ubicada en la avenida Norte 17 (hoy Las Industrias) entre las avenidas Este 1 (hoy avenida Urdaneta) y Este 0, o, dicho de otra manera, entre las esquinas de Campo Elías y Puente Anauco, Parroquia La Candelaria, es uno de los hoteles que formó parte del proceso de “americanización” de que fue objeto la zona de San Bernardino a raíz de su conversión en lo que Henry Vicente califica como el primer distrito petrolero de la ciudad en “Distritos Petroleros en CCS”, texto aparecido en el portal Prodavinci el 8 de agosto de 2017. Dicha “americanización” fue iniciada con la construcción del hotel Ávila (1942) y continuada con el Waldorf (1944), el Potomac (1949) y el Astor (1950), y estuvo acompañada por la ejecución en 1944 de la primera edificación sede en Venezuela de la Creole Petroleum Corporation en la Plaza Mohedano; la instalación de la Embajada de los Estados Unidos en el edificio Valderrey (1948) en San Bernardino; la ocupación por parte de la Mene Grande Oil Company del edificio Vulcania, también en San Bernardino; y de cinco pisos del recién construido Edificio Phelps (1946), obra del arquitecto estadounidense Clifford C. Wendehack, ubicado entre las esquinas de Veroes a Ibarras, por la Sinclair Venezuelan Oil Company. Adicionalmente se construirán el Centro Médico (1947), obra de Stelling, Tani & Cía., con asesoría de Edgar D. Martin, de Chicago; y luego la Shell contratará a Badgeley & Bradbury, una compañía de arquitectura de Nueva York, para la elaboración del proyecto de su edificio sede que terminará de levantarse en 1950 como remate de la avenida Vollmer.

2. Plano de San Bernardino con la señalización en rojo de los cuatro hoteles allí construidos entre 1942 y 1950. Al norte el Ávila (1942), al oeste el Astor (1950), al este el Potomac (1949) y al sur el Waldorf (1944)

Por tanto, la actividad hotelera se convirtió en apoyo de primer orden al movimiento que en torno al negocio de los hidrocarburos se dio en el mencionado “distrito” y la influencia norteamericana se ve claramente reflejada en los nombres que las instalaciones asumen, buscando el Waldorf remitir directamente al neoyorquino Waldorf Astoria, imponente hotel que ocupa un rascacielos de 47 pisos construido en estilo art déco en 1931 sobre la prestigiosa Park Avenue.

En sus tiempos de esplendor el Waldorf estuvo a cargo del reconocido operador e inmigrante austríaco llegado a Venezuela tras la muerte de Gómez, Federico Schlesinger, quien había trabajado previamente en el Potomac al que también colocó en un nivel muy alto. Como relata María F. Sigillo en “Remembranzas de la Hotelería Caraqueña” a partir de un texto tomado de la página Viejas Fotos Actuales (publicado en el 2006), reproducido en su blog Caracas en retrospectiva el 23 de septiembre de 2012, “Schlesinger se concentró en El Encantado y el Waldorf: a mediodía estaba en el restaurant de La Electricidad y de noche despachaba hasta altas horas en el Waldorf, en cuyas paredes del comedor colgaban obras de maestros de la alta pintura europea del siglo XIX y comienzos del XX pues invertía en arte parte de las ganancias como hostelero profesional. (…) Schlesinger tenía humor, pasión por el trabajo. Detrás del comedor, había un espacio de regulares dimensiones en donde semanalmente se reunían rotarios, los miembros del Serra Club, la asociación de damas presidida por Margot Boulton. La comida, tanto en El Encantado como el Waldorf, era buena y ambos establecimientos contaban con un equipo que se desempeñaba con profesionalismo y esmero en la atención pues estaba compenetrado con la manera de ser y entendía la generosidad del patrono, quien hacía gala de su afabilidad. Como decimos al comienzo de estas líneas, merece ser tomado en cuenta cuando se escribe de gastronomía y hostelería venezolana de la segunda mitad del siglo XX”.

3. Aviso de prensa donde la administración del hotel Waldorf invitaba al «Grandioso baile de nochebuena de pascua» (años 1950)

A lo anterior y a la usanza de la época, debe añadirse que el Waldorf también era uno de los puntos en los que la sociedad caraqueña tenía la oportunidad de celebrar fiestas y disfrutar de noches bailables en un ambiente sobrio, quedando para la posteridad un anuncio en el que se promociona la invitación a pasar la nochebuena al son de la muy conocida orquesta de Luis Alfonzo Larrain.

Al parecer, según se publicó en la página de la Cámara de Comercio, Industria y Servicios. La Cámara de Caracas https://camaradecaracas.com/por-aqui-pasaron/trompeta-de-louis-armstrong-supero-el-racismo-en-caracas/ bajo el título “La trompeta de Louis Armstrong superó el racismo en Caracas”, fue al Waldorf y no al hotel El Conde donde se dirigió el famoso trompetista norteamericano junto a su esposa Lucille y siete músicos luego de haber sido discriminado por la administración del hotel Tamanaco, donde tenía reservaciones para su visita a Caracas en noviembre de 1957. Esta versión se contrapone a la hecha “de memoria” por Nikolajs Sodorkovs que recogiéramos en el Contacto FAC 263 (13-3-2022) según la cual “Satchmo” había recalado en el Hotel El Conde, donde fue “considerándolo Huésped de Honor, ya que en ese tiempo ya era una figura legendaria, le dieron la Suite Presidencial”. También la página de La Cámara de Caracas desmiente el hecho de que “cuando Armstrong regresó a principios de los años sesenta, una vez cambiado el Gobierno, en lugar del Hotel Tamanaco previsto fue directamente a Hotel El Conde”, afirmando que el trompetista vino a nuestro país sólo una vez. Sin tomar partido por ningún de las dos versiones quisimos dejarlas aquí plasmadas para que el lector evalúe en todo caso la importancia que en su momento tuvieron ambas instalaciones hoteleras.

4. La Casa de Italia, Doménico Filippone, 1957, junto a su vecino el hotel Waldorf, 1944.

En los años 1950, más precisamente en 1957, al lado norte del Waldorf se ubicó La Casa de Italia notable edificio diseñado por Doménico Filippone que aún hoy se conserva en buen estado y es referencia en la zona. Eran aquellas fechas en las que ya se venía dando la transición que terminó apuntando hacia el este de Caracas como zona en la que se desarrollaría un nuevo distrito petrolero y con ello la paulatina decadencia del hotel.

5. El Waldorf a finales del siglo XX.

Las líneas modernas que caracterizaron el diseño original de la fachada del Waldorf, de quien Martín J. Padrón en el Dossier titulado “De la posada al hotel. El devenir del alojamiento turístico en Venezuela”, aparecido en la revista entre rayas nº 131 de septiembre de 2019 dedicada al tema, supone (junto al Astor y al Potomac) ser proyectado por algún arquitecto norteamericano “de menor renombre al reconocido Wallace Harrison del Hotel Ávila”, aguantaron los embates del tiempo pero cada vez menos la competitividad del hotel con respecto a edificaciones más modernas que se empezaron a construir en el resto de la ciudad, lo cual se tradujo en un paulatino deterioro que llegó a su punto culminante en la década de los años 1990.

6. Recuperación y ampliación del hotel Waldorf, Nikolajs Sidorkovs, 2007-2017.
7. Diversas tomas de la ampliación y recuperación del hotel Waldorf.

Será entre 2007 y 2017 cuando, tras ser adquiridas las dos edificaciones contiguas que al igual que el Waldorf tenían declaratoria de bien de interés cultural, se emprenda desde el sector privado una estrategia inédita en la ciudad dirigida a la recuperación de edificaciones de valor patrimonial. Como apunta Martín J. Padrón, dicha estrategia “implicó la integración al nuevo hotel de dos edificaciones de vivienda muy deterioradas adosadas al hotel, densificando la nueva parcela con un bloque de habitaciones de cinco niveles adicionales desplazados de la fachada original. La operación permitió recuperar la imagen urbana de la conformación de la tradicional esquina de Puente Anauco. La audaz propuesta (ajustada) a los requerimientos del Instituto de Patrimonio Cultural…implicó la demolición interior de los restos desvencijados de las edificaciones (declaradas bien de interés cultural)… para construir la nueva…manteniendo la primera crujía de la fachada original, una estrategia que permite pensar en la posibilidad de intervención de muchas edificaciones de la primera modernidad caraqueña que todavía conservan la imagen urbana original, pero requieren actualizar y mejorar su estructura interior. El proyecto de esta experiencia de recuperación del Hotel Waldorf lo dirigió el arquitecto Nikolajs Sidorkovs con el apoyo del ingeniero Alonso Olivares en el área de restauración y desarrollo estructural, contando con la orientación de conservación integral restaurativa del arquitecto Gregory Vertullo desde el Instituto de Patrimonio Cultural”.

Quienes quieran leer una aproximación algo sesgada y no necesariamente positiva de la intervención hecha en el Waldorf pueden consultar el escrito “Ampliación de pobres resultados” del arquitecto José E. Martínez G. publicado en https://construidoencaracas.wordpress.com/2016/07/31/hotel-waldorf/.

Para conocer el nuevo programa, facilidades, ventajas y servicios que ofrece el nuevo “Waldorf Hotel Boutique”, dotado de salones, piscina, sky bar, restaurante, centro de negocios, gimnasio, wifi gratis y estacionamiento privado gratuito, amén de 118 habitaciones de cuatro tipos con aire acondicionado, escritorio, caja fuerte, TV de pantalla plana y baño privado con ducha, nada mejor que visitar https://waldorfhotelboutique.com/.

ACA

Procedencia de las imágenes

  1. https://www.pinterest.com/pin/462604192952677067/

2. Colección Crono Arquitectura Venezuela y Colección Fundación Arquitectura y Ciudad.

3. https://entrerayas.com/2016/06/los-tiempos-hoteleros-de-caracas-en-la-memoria-de-nikolajs-sidorkovs/

4. https://voce.com.ve/2018/10/24/360689/el-legado-de-los-arquitectos-italianos/

5. https://construidoencaracas.wordpress.com/tag/libertador/

6 y 7. https://planetofhotels.com/es/venezuela/caracas/waldorf-hotel-boutique

1971• Edificio Normandie

1971• Se concluye la construcción del Edificio Normandie, ubicado en la avenida Vollmer, urbanización San Bernardino, proyectado por el arquitecto Peteris Berzins Apinis (FAU UCV promoción 18/1969).
El edificio tiene 20 pisos con 80 apartamentos, un nivel penthouse y un basamento integrado por 10 locales comerciales de doble altura con acceso directo desde las calles que rodean la torre: sobre esta base de carácter comercial, se eleva un cuerpo de seis niveles con 90 oficinas.


Fuente y fotografía: La Voz de la Construcción, No. 169-170/ Noviembre-Diciembre 1971, Año IX.

HVH

1948• Edificio El Parque (luego Valderrey)

1948• Se concluye la remodelación del edificio residencial El Parque, construido en un terreno de forma triangular, ubicado en la intersección de la avenida El Parque con la avenida El Ávila, de acuerdo a una propuesta esquemática elaborada por el arquitecto Hartwell Morehouse Webb y el ingeniero civil Emilio Solórzano Yanéz (FI UCV 1941), transformándolo en una edificación para oficinas administrativas de la Embajada de los EEUU en Venezuela.
La representación diplomática de EEUU en nuestro país había sido elevada de Delegación a Embajada en 1939.

Edificio Astoria y Edificio Valderrey (Arq. Hartwell Morehouse Webb, Ing. Emilio Solórzano Yánez), San Bernardino, durante su remodelación.


Al edificio renovado, al que se le dio por nombre Valderrey, cuenta con ocho niveles: planta baja, seis pisos tipo y un octavo piso como remate; en el eje que divide al edificio en dos partes iguales se colocó el núcleo de circulación vertical (escalera de dos tramos con ventilación natural y un ascensor). Para su construcción se importó todo el material de plomería y electricidad, así como todos los vidrios utilizados.

Edificio Valderrey, urbanización San Bernardino. Arq. Hartwell Morehouse Webb, Ing. Emilio Solórzano Yánez. Foto CCScity450.

El arquitecto norteamericano Hartwell Morehouse Webb, miembro del Palm Beach Chapter del AIA (estado de Florida, EEUU) trabajo para el Departamento de Estado norteamericano proyectando edificios de oficinas, supervisando su construcción y tasando edificios para ser adquiridos, todos ellos como sedes para las embajadas de su país en Guatemala, Colombia Ecuador, Perú, Bolivia, Chile y Venezuela, así como diseñando las residencias para los embajadores en Colombia, Ecuador y Chile.
La Embajada de los EEUU ocupo el edificio Valderrey hasta el año 1959, cuando se mudó a su nueva sede en La Floresta diseñada por Don Hatch.
El edificio permaneció desocupado hasta el año 2007 cuando fue invadido y en el 2011 fue expropiado.

Fuentes:
CCScity45;
Journal of the American Institute of Architects, vol XII No 5, Nov 1949, pg. 224-227
https://history.state.gov/countries/venezuela

HVH

¿SABÍA USTED…

… que en 1949 se inaugura en San Bernardino, Caracas, el hotel Potomac?

1. Hotel Potomac. Cruce de las avenidas Vollmer y Caracas, San Bernardino

La urbanización San Bernardino tiene la peculiaridad de haber sido la primera señal del crecimiento decidido de Caracas hacia el noreste, y de la ruptura clara con el tradicional patrón de retícula característico de su casco histórico, del cual se desprende e independiza. Henry Vicente en el texto “Distritos Petroleros en CCS”, aparecido en el portal Prodavinci el 8 de agosto de 2017, afirmará que se trata de “la primera urbanización yuxtapuesta al centro de la ciudad con un esquema de ocupación territorial diametralmente opuesto a éste, de ejes y nodos estrellados, pero contando también con modelos de habitación aislada, suburbanos”. Ubicada a las faldas de El Ávila, su trazado libre y sinuoso con paseos arbolados centrales, aunque se atribuye a Maurice Rotival, tiene en el proyecto de Gustavo Vollmer (1897) un claro precedente y en la mano del ingeniero Gustavo A. Marturet su ejecutor material.

Ya en 1901, en la parte sur de la hacienda cafetalera “San Bernardino” perteneciente a la familia Vollmer, se había abierto el Club Atlético del mismo nombre, del cual se afirma fue el primer centro deportivo que existió en Venezuela, claro síntoma de que la propiedad se había convertido en una “isla” agrícola improductiva. Así, siguiendo el ejemplo de casos similares como La Florida, Campo Alegre o Los Chorros, cuando a finales de los años 1930 Alberto F. Vollmer se asocia con su hermano Alfredo y a otros empresarios (Julio Blanco Ustáriz y Alfredo y Oscar Augusto Machado) para cambiar el uso de la tierra y llevar a cabo el proyecto de urbanización planeado por su padre Gustavo, vieron la oportunidad de acobijar a una clase media profesional y moderna que huía de las casas coloniales y no podía optar a las lujosas mansiones de El Paraíso, el Country Club, Los Chorros o La Florida.

2. Urbanización San Bernardino al noreste del casco central. Izquierda. Arriba: Plano de Caracas de 1941. Abajo. Plano de Caracas de 1946. Derecha: Plano reciente con señalamiento de algunas obras de interés.

Pensada como un suburbio norteamericano dirigido a un estrato que posee automóvil, pero sin el problema de las largas distancias que le separan del centro de la capital, los capitales norteamericanos ligados a los hidrocarburos ven en San Bernardino una buena oportunidad para invertir.

Ello daría pie, una vez hecho en 1939 el trazado de largas avenidas con una vialidad en dos sentidos que preservó en gran medida la frondosa vegetación existente, a que en los años cuarenta comenzara la venta de parcelas y la construcción de viviendas. Al mismo tiempo se construyeron los más importantes edificios de servicios y los mejores hoteles de la época encabezados por el Ávila (1942), el de mayor estatus y más amplias comodidades y servicios de todos ellos, seguido por el Waldorf (1944), Potomac (1949) y Astor (1950). También se terminará de construir en San Bernardino el Centro Médico (1947), obra de Stelling, Tani & Cía., con asesoría de Edgar D. Martin, de Chicago; y luego la Shell contratará a Badgeley & Bradbury, una compañía de arquitectura de Nueva York, para la elaboración del proyecto de su edificio sede que terminará de levantarse en 1950.

Estas iniciativas, junto a la ejecución en 1944 de la primera edificación sede en Venezuela de la Creole Petroleum Corporation en la Plaza Mohedano; la instalación de la Embajada de los Estados Unidos en el edificio Valderrey (1948) en San Bernardino, obra del ingeniero Emilio Solórzano Yánez; la ocupación por parte de la Mene Grande Oil Company (tercera en producción tras la Creole y la Shell) del edificio Vulcania, también en San Bernardino; y de cinco pisos del recién construido Edificio Phelps (1946), obra del arquitecto estadounidense Clifford C. Wendehack, ubicado entre las esquinas de Veroes a Ibarras, por la Sinclair Venezuelan Oil Company, han llevado a Henry Vicente en el texto citado, a considerar a la zona de San Bernardino-La Candelaria justamente como el primer “Distrito Petrolero” que se detecta en Caracas.

3. Cuatro importantes hoteles ubicados en San Bernardino: Ávila (1942), Waldorf (1944), Astor (1950) y Potomac (1949)

Por tanto, la actividad hotelera se convirtió en apoyo de primer orden al movimiento que en torno al negocio de los hidrocarburos se dio en el mencionado “distrito” y la influencia norteamericana se ve claramente reflejada en los nombres que las instalaciones asumen: Waldorf, Potomac o Astor.

Sin estar del todo esclarecido, el Potomac, al que nos dedicamos el día de hoy, fue una de las primeras participaciones como arquitecto de Graziano Gasparini tras su llegada a Venezuela en agosto de 1948 con 24 años. Lo que si parece documentado es la realización por su parte de los murales, tanto del hall como los del salón “Joropo”. Por entonces Gasparini se encontraba alojado en un hotel en el centro de la capital, al norte de Altagracia y ya había conocido a los ingenieros Rodríguez Delfino y Enrique Pardo –fundadores de la compañía Técnica Constructora- para quienes realizaba pequeños trabajos, tal y como revela en la entrevista publicada en https://prodavinci.com/graziano-gasparini-1924-2019-el-historiador-de-la-arquitectura-colonial-venezolana-1/.

4. Avenida Vollmer de San Bernardino
5. El hotel Potomac en los años 1950

Por otro lado, de lo que recogemos en https://es.wikipedia.org/wiki/Hotel_Potomac, “la construcción del hotel fue iniciativa de Heraclio Atencio Bozo, y respondía a la necesidad de albergar a los inversionistas extranjeros que se hicieron habituales en Caracas durante los años 1940 a raíz del boom petrolero. (…) El hotel fue inaugurado el 31 de octubre de 1949. Poseía un estilo art déco, con sus pisos hechos con mármol de Carrara. … introdujo el concepto de ‘bar americano’, e incluso contaba con un chef traído de Francia, dándole prestigio al establecimiento. Durante los años 1950 se había convertido en una buena opción de alojamiento para los inversionistas y empresarios petroleros”.

Atencio Bozo era un empresario quien llego a ser contratista de la compañía petrolera Shell vendiéndole y suministrándole madera para las construcciones de la transnacional en las Antillas. Del blog “Crónicas de San Bernardino (Caracas)” https://sanbernardinoccs.blogspot.com/2009/02/por-que-tumbaron-el-potomac.html extraemos: “Don Heraclio era dueño del aserradero mayorista importador en Maracaibo” y estaba atento a las necesidades que se iban a crear con la construcción del edificio donde se ubicaría la Shell (hoy Comandancia General de la Marina). “Dichas necesidades principalmente eran tener cerca un Hotel … con todo el confort americano y el lujo de un … cinco estrellas de Europa”. Atencio Bozo, férreo opositor a Pérez Jiménez, tuvo que salir al exilio dejando la administración del hotel en manos de Albino Leal. A su regresó en 1960 lo mantuvo operativo hasta que decidió venderlo en los 70’.

En cuanto a la obtención de información más detallada sobre el número de habitaciones o las características constructivas del hotel no hemos podido ir muy lejos. Tampoco con relación a imágenes que nos hayan recrearan su ambientación interior. No obstante, se presume que la estructura del edificio era en concreto armado y resistió muy bien el terremoto de Caracas de 1967.

6. Un evento y dos obras por los que es recordado el hotel Potomac.

En todo caso, el Potomac por lo que es más recordado es por el secuestro el 24 de agosto de 1963 de la estrella de fútbol del Real Madrid, el argentino Alfredo Di Stéfano, a las puertas de su habitación, cuando la plantilla del club se alojaba en el hotel ya que participaban en un torneo triangular (la “Pequeña Copa del Mundo”) con los equipos Sao Paulo (Brasil) y FC Porto (Portugal), entre 18 y el 30 de ese mes. Di Stéfano estuvo en manos del grupo guerrillero Fuerzas Armadas de Liberación Nacional (FALN) durante casi 80 horas luego de las cuales fue liberando, logrando obtener el suceso la resonancia internacional que el grupo buscaba. “Se cuenta, también, que en el mismo (Potomac) vivió Gabriel García Márquez; y fue allí donde escribió ‘Cuando era feliz e indocumentado’” diversas crónicas, artículos y reportajes periodísticos realizados entre los años 1957 y 1959 en Caracas; y que fue residencia de la Gran Compañía Italiana de Opera de Pietro Milana en 1961.

Ubicado en la confluencia de las avenidas Vollmer y Caracas (frente al Hospital de Niños J. M. de los Ríos), el hotel a finales de los 70’ “fue adquirido por el empresario Franco Luciano por 13 millones de bolívares. Más de una década después, fue vendido por el empresario a la Electricidad de Caracas por 360 millones, en una puja con el Gobierno nacional, quien ofreció 180 millones”.

7. Lo que hoy ocupa el terreno donde se levantó el hotel Potomac

A principios de los noventa, el edificio ya lucía abandonado y se iba deteriorando rápidamente. Pasó el tiempo y luego fue derribado dejando un terreno vacío, que a finales de la década fue ocupado por un «Wendys», y en la actualidad por un “Gama Express”. “Triste final para un edificio que formaba parte de la identidad de San Bernardino” se recogerá del blog que hemos venido citando.

El espejo siamés novela publicada por Ben Amí Fihman en 2017, reseñada por Sebastián de la Nuez en https://www.hableconmigo.com/2018/08/31/del-hotel-potomac-a-el-espejo-siames/ el 31 de agosto de 2018, “coloca a manera de telón de fondo calles, hoteles, bares y sedes diplomáticas de París, Caracas, San Petersburgo o Varsovia. Entre las menciones caraqueñas, el Hotel Potomac, en la urbanización San Bernardino”. Allí, “para testificar el auge de la vida nocturna en la capital de Venezuela, Fihman hace referencia al Hotel Potomac, donde recaló alguna vez la legendaria cantante de origen judío Wiera Gran para interpretar temas de Edith Piaf. Fihman adorna cada frase, no se conforma con escribirla”. Para finalizar ( y con él nosotros), De la Nuez manifestará: “Del Hotel Potomac en la avenida Vollmer no queda nada tangible. En algún momento fue arrasado. Hay cosas que no son de concreto y vidrio y es imposible arrasarlas: perviven en el intelecto de quienes han vivido una ciudad y sus avatares. Aquellos que asistieron a una o varias metamorfosis en planos diversos. Todo eso es masa que no se diluye fácilmente”.

ACA

Procedencia de las imágenes

  1. https://caracascuentame.wordpress.com/2017/02/01/un-breve-paseo-por-aquella-caracas-de-5-estrellas/

2. http://guiaccs.com/planos/caracas-mitad-del-siglo/, https://www.researchgate.net/figure/Figura-29-Plano-de-Caracas-basado-en-restitucion-de-fotografias-aereas-del-ano-1946_fig6_260017256 y https://www.ccscity450.com

3. https://www.pinterest.es/pin/301530137525991289/, https://www.pinterest.com/pin/462604192952677067/ y Colección Crono Arquitectura Venezuela

4. Colección Crono Arquitectura Venezuela

5. https://www.pinterest.es/pin/462604192947795598/

6. https://twitter.com/gfdevenezuela/status/846674577883348993 y Colección Fundación Arquitectura y Ciudad

7. https://excelsiorgama.com/project/gamaexpress-san-bernardino/

¿SABÍA USTED…

… que el 11 de agosto de 1942 abrió sus puertas el hotel Ávila?

1. Hotel Ávila. Wallace K. Harrison (con Max Abramovitz & Jaques André Fouilhoux), 1942 . Fachada principal hacia la calle

Caracas estuvo esperando muchos años para contar con una instalación hotelera acorde a su jerarquía como capital de la República. Más aún cuando a partir de la conversión de Venezuela en país exportador de petróleo comenzó a recibir cuantiosos ingresos y a ser objeto de importantes inversiones que derivaron hacia la mejora paulatina de su infraestructura.

2. Vista satelital de la urbanización San Bernardino con el señalamiento algunas de las principales edificaciones allí ubicadas. El hotel Ávila está distinguido con el número 4.
3. Cruce de las Avenidas Vollmer (derecha) y La Estrella (izquierda), San Bernardino, Caracas. Años 1950

De allí que cuando la ciudad comienza a crecer decididamente, y a finales de los años 1930 se rompe por primera vez de manera clara con el tradicional patrón de retícula característico de su casco histórico, y se desarrolla la urbanización San Bernardino, los capitales norteamericanos ligados a los hidrocarburos ven en dicho sector una buena oportunidad para invertir. Ello daría pie a la construcción de los mejores hoteles de la época: el Waldorf (1944), Potomac (1949) y Astor (1950), encabezados por el Ávila (1942), el de mayor estatus y más amplias comodidades y servicios de todos ellos. Luego se terminará de construir en San Bernardino el Centro Médico (1947), obra de Stelling, Tani & Cía., con asesoría de Edgar D. Martin, de Chicago; y la Shell contratará a Badgeley & Bradbury, una compañía de arquitectura de Nueva York, para la elaboración del proyecto de su edificio sede que termina de construirse en 1950.

Estas iniciativas, junto a la ejecución en 1944 de la primera edificación sede en Venezuela de la Creole Petroleum Corporation en la Plaza Mohedano; la instalación de la Embajada de los Estados Unidos en el edificio Valderrey (1948) en San Bernardino, obra del ingeniero Emilio Solórzano Yánez; la ocupación por parte de la Mene Grande Oil Company (tercera en producción tras la Creole y la Shell) del edificio Vulcania, también en San Bernardino; y de cinco pisos del recién construido Edificio Phelps (1946), obra del arquitecto estadounidense Clifford C. Wendehack, ubicado entre las esquinas de Veroes a Ibarras, por la Sinclair Venezuelan Oil Company, han llevado a Henry Vicente en el texto “Distritos Petroleros en CCS”, aparecido en el portal Prodavinci el 8 de agosto de 2017, a considerar a la zona de San Bernardino-La Candelaria justamente como el primer “Distrito Petrolero” que se detecta en Caracas, cuya suerte “se sellaba simbólicamente en 1956 con el traspaso del Hotel Ávila a empresarios venezolanos”, luego de que el resto de las actividades mencionadas y sus respectivas sedes migrara al este de la ciudad.

San Bernardino, como ya se adelantó, es, corroborado por Henry Vicente, “la primera urbanización yuxtapuesta al centro de la ciudad con un esquema de ocupación territorial diametralmente opuesto a éste, de ejes y nodos estrellados, pero contando también con modelos de habitación aislada, suburbanos”. Su trazado libre y sinuoso con paseos arbolados centrales, aunque se atribuye a Maurice Rotival, tiene en el proyecto de Gustavo Vollmer (1897) un claro precedente y en la mano del ingeniero Gustavo A. Marturet su ejecutor material. Allí, a las faldas del Ávila, en un terreno de un poco más de 15 hectáreas perteneciente a la antigua Hacienda Gamboa, bordeado por el río Anauco que baja del cerro creando un remanso donde se forma la Laguna de Gamboa, Rotival, en 1939, a instancias de del Presidente Eleazar López Contreras, selecciona el lugar que se ofrece a Nelson Rockefeller para desarrollar un hotel que por su ubicación sobre una colina tendrá la oportunidad de aprovechar unas excelentes vistas sobre la ciudad.

4. Plan general e implantación del hotel Ávila
5. Hotel Ávila. Izquierda: Planta baja. Derecha: Primer piso
6. Hotel Ávila. Fachada Principal

El proyecto se le encarga al arquitecto norteamericano Wallace K. Harrison (1885-1981) a través de su firma Harrison, Fouilhoux & Abramovitz, de fuertes vínculos con el Grupo Rockefeller (para quien ya había proyectado en Nueva York el Rockefeller Center -1930-), quien hace una especie de alto en su militante adscripción a los movimientos de vanguardia europeos, «escucha al entorno» y se “tropicaliza” asimilando errores cometidos en encargos anteriores hechos en el Caribe, siendo el Ávila el único hotel que se detecta en la cronología de su obra y la única edificación realizada en Venezuela de su mano.

Hannia Gómez en el catálogo de la exposición “Our Architects en Caracas. Arquitectura norteamericana en Caracas. 1925-1975” (2017), señala cómo Harrison, quien cuando se termina de construir el hotel tenía 67 años, propone una arquitectura entre venezolana y americana, tradicional y moderna, internacional y caribeña, entre el Yatch Style y el Spanish Colonial (que) se convirtió en una referencia para toda la región desde el día mismo de su inauguración” y en “uno de los más importantes monumentos modernos de la capital”.

7. Vista aérea del hotel desde el noroeste

El edificio de 120 habitaciones se implanta como remate de la arbolada avenida Jorge Washington, se oculta entre la vegetación que lo antecede, y se direcciona compositivamente permitiendo el disfrute del Ávila y del valle de Caracas, a través de una planta compuesta por dos alas rectangulares que se articulan formando un ángulo, producto de una correcta lectura de las condiciones del sitio. Es en el vértice formado por los dos cuerpos “donde el arquitecto, siguiendo un impulso… absolutamente personal, inserta las formas libres de la marquesina de la entrada, del lobby y del salón de fiestas…”, comentará Gómez. Por otro lado, se señala cómo el pasillo-estar cubierto ubicado en la entrada del hotel que “garantiza la vista de la transitada terraza de la entrada”, proviene de emular al Caracas Country Club instalación que fuese visitada en varias ocasiones por Harrison y Nelson Rockefeller en busca de referencias “locales”.

8. Diversas tomas tanto del exterior como del interior el hotel

Harrison, egresado de la École des Beaux-Arts de París, adecúa su claro esquema funcional y la pura volumetría que rinden honores a la arquitectura moderna, a las condiciones climáticas húmedas propias del lugar donde se ubica, orientándolo correctamente, logrando una fluida relación entre el interior y el exterior, utilizando materiales locales y dotándolo, además, de elementos que lo aproximarán expresivamente a la arquitectura tradicional autóctona: romanillas en los corredores exteriores, balaustradas de madera torneadas en los balcones privados de las habitaciones y un amplio corredor previo al lobby central del hotel, todos cubiertos de teja criolla. La diferencia que se establece entre la lectura del edificio desde su acceso, donde se muestra complaciente con la cultura lugareña, y la que ofrece hacia el interior más decididamente internacional, revela aspectos interesantes de la formación del arquitecto y una proximidad asombrosa con la actitud asumida posteriormente por Villanueva (graduado también en la École des Beaux-Arts) en «El Silencio».

9. Vista actual de la fachada principal del hotel Ávila

“El Hotel Ávila, representó, como señala González Casas, un momento crucial del cambio cosmopolita vivido en la Caracas de los cuarenta”, apuntará Henry Vicente. En 1944 Clifford Wendehack realiza su ampliación (avalada por Harrison), reformulada y construida por la firma Hegeman-Harris. Al año siguiente (1945) el salón principal fue redecorado, y proyectadas la remodelación y ampliación del cuarto piso así como la “Casa del Presidente” por Badgeley, Wood & Bradbury.

El “experimento caraqueño” de Harrison es desplazado en 1953 como primer hotel de la ciudad al terminarse la construcción al sureste del hotel Tamanaco, el cual acompaña la aparición de un segundo “Distrito Petrolero”, pero eso es tema para otra ocasión. Desde hace años pasó al olvido aquel dicho que rezaba “en el Ávila es la cosa”, sinónimo de fiesta, celebración y encuentro en fechas importantes para la sociedad capitalina.

ACA

Procedencia de las imágenes

  1. https://www.pinterest.com/pin/382946774550958068/

2. Captura de Google Earth. Colección Fundación Arquitectura y Ciudad

3. https://twitter.com/tachirense89/status/1074131812870430720?lang=ar

4, 5 y 7. Hannia Gómez. Catálogo de la exposición «Our architects en Caracas. Arquitectura norteamericana en Caracas. 1925-1975» (2017)

6. https://www.ccscity450.com/obra/hotel-avila/

8. Colección Fundación Arquitectura y Ciudad

9. http://guiaccs.com/obras/hotel-avila/