
Cuando los editores y responsables que estaban detrás del proyecto de la revista Armitano Arte expusieron las razones por las cuales lo emprendían estaban muy claros. En el editorial de su nº 1 se señalan los puntos principales que los orientaban y la seguridad exultante que los acompañaba: “Primero, la unicidad de esta publicación que, desde el primer número, deja ver a las claras, que se trata de algo totalmente diferente y sin posibilidad de comparación. Segundo, que es un esfuerzo editorial y cultural único en América Latina; no se conocen antecedentes que hayan tratado temas culturales con tanta generosidad de espacio y calidad técnica de las reproducciones en color. Tercero, que esta es una revista para coleccionar. En efecto, no ofrecemos una publicación informativa que pierde interés en cuanto termine su lectura. Todo lo contrario, es una revista que por su calidad artística aumenta de valor a medida que se conserven todos los ejemplares”.
Con semejante compromiso asumido, la publicación aparece en diciembre de 1982 (a las puertas de la conmemoración del año Bicentenario del nacimiento del Libertador Simón Bolívar, 1783-1983), con periodicidad bimestral, sobrio diseño e impecable impresión que contó con el respaldo y garantía de Ernesto Armitano, cuya legendaria imprenta (Gráficas Armitano C. A.), ubicada en la Cuarta Transversal de la Avenida Principal de Boleíta, se había hecho un importante espacio apoyando el arte y la arquitectura venezolanos a través de publicaciones de una altísima calidad y de gran formato. Toda la experiencia de Armitano se volcará en la revista que será dirigida por otro veterano de estas lides, Graziano Gasparini, acompañado por un Comité Consultivo de lujo integrado por: Carlos F. Duarte, Manuel Pérez Vila, Carlos González Bogen, José María Cruxent, Carlos Cruz-Diez, Ricardo Legorreta y Oscar d’Empaire.
Como complemento de lo ya señalado vale subrayar que la publicación se imprime sobre papel “IKONOFIX de 115 gramos especialmente elaborado para ARMITANO ARTE por Zanders, Alemania”, tiene un tiraje inicial de 15.000 ejemplares y un costo unitario de Bs. 55,00 para Venezuela, 19,00 $ para toda América y 24,00 $ para Europa. La suscripción anual por 6 números es de Bs. 300,00 para Venezuela, 100,00 o 150,00 $ para toda América y de 120,00 o 180 $ para Europa (dependiendo en los dos últimos casos si se deseaba recibir por correo ordinario o aéreo). La publicidad (a página entera), elemento siempre importante para lograr que empresas de este tipo sean medianamente sostenibles, se ubicó ocupando las primeras hojas y las cotratapas de la revista.

Con la finalidad de colocar el listón en lo más alto el primer número de Armitano Arte, donde se utiliza como elemento distintivo el fondo negro tanto en la portada como en la mayoría de las ilustraciones que la acompañan (emulando en gran medida lo que la revista italiana de arte FMR – del editor Franco Maria Ricci- ya había lanzado como propuesta el mismo año 1982), tiene como contenido cinco temas en los que la excelente fotografía compite de tú a tú con los textos. Así, abre la entrega (pp. 11-42) “El mobiliario de la Época Republicana en Venezuela”, texto del prestigioso conservador y restaurador, experto en arte colonial venezolano, Carlos F. Duarte y fotografías de Mariano U. de Aldaca. Aquí Duarte confirma sus dotes de acucioso investigador, dedicado coleccionista y meticuloso informante de una temática poco trabajada en nuestro país, apoyándose para acompañar el desarrollo del ensayo, de objetos provenientes en su mayoría de las colecciones del Museo de Arte Colonial, la Casa Natal de Libertador y la suya propia.

Le sigue (pp. 43-62) “El muro del Inca” con texto y fotografías de Luise Margolies (antropólogo cultural) y Graziano Gasparini (historiador y arquitecto), donde al espléndido y predominante despliegue fotográfico lo acompaña un breve artículo que reseña el recorrido, ya trabajado con anterioridad por los autores, por el siempre impactante uso que se hizo de la piedra tallada en las construcciones que se encuentran en Cuzco (Perú) y sus alrededores durante la época precolombina.

La tercera parte de las cinco que recoge esta entrega del nº 1 de Armitano Arte, está conformada por el hermoso trabajo de registro y análisis de lo que es nuestra “Cestería indígena” (pp. 63-82) a cargo de las antropólogas Daría Hernández y Cecilia Fuentes, ambas graduadas en la Universidad Central de Venezuela y a su vez directora y jefe técnico administrativo, respectivamente, del Museo del Folklore de Caracas. Las notables fotografías que dan cuenta la impactante proximidad existente entre el arte popular utilitario y el abstracto, salieron de la cámara de Andrey von Leitberg. Vale añadir que no es casual que la portada de la revista recurra a una de las contundentes imágenes de von Leitberg para engalanar el número que significó su lanzamiento.

“La Guaira. Cartografía siglo XVIII” (pp. 83-112) es el título del trabajo que permite a Graziano Gasparini dar salida a parte de una investigación que ya venía desarrollando apoyada en los archivos españoles de Sevilla, Madrid, Simancas y de algunos museos y otras instituciones culturales, dedicada a mostrar los tesoros cartográficos allí guardados. No hay que olvidar que en 1981 Gasparini ya había publicado conjuntamente con Manuel Pérez Vila el libro La Guaira. Orígenes históricos. Morfología urbana (editado por Armitano) y que muy probablemente lo publicado en la revista provenga del valioso material recopilado para el libro, potenciado en cuanto a su indudable valor gráfico.

Sigfrido Geyer.
Finalmente, con “Juan Félix Sánchez. Lo espiritual en el arte” (pp. 113-138) del escritor Alberto Arvelo y fotografía de Sigfrido Geyer, ambos integrantes del Grupo Cinco, se deja testimonio del significado y relevancia que cobró la obra del artista merideño una vez que Dennis Schmeichler (otro integrante del Grupo Cinco) estableciese contacto con él y descubriese el riquísimo y variado trabajo que ya había acumulado durante años, anclado de manera indisoluble al recóndito entorno natural (El Tisure ubicado entre las quebradas de El Potrero y Los Muñecos, estado Mérida), donde había decidido erradicarse desde 1943. El artículo, prólogo del catálogo publicado con motivo de la exposición abierta por dos meses en los espacios del Museo de Arte Contemporáneo de Caracas en 1982 se dedicara al artista merideño, es toda una invitación a aproximarse a la producción de Sánchez venciendo los prejuicios de lo que entendemos por arte popular, término que el autor del texto se ha negado ex profeso a utilizar mientras abordaba el análisis de su obra.


Armitano Arte, fruto de otro exitoso emprendimiento de la dupla Ernesto Armitano-Graziano Gasparini, en el que puede percibirse en todo momento la apabullante influencia y presencia del segundo en su conducción, nos deleitó con una regularidad si se quiere poco afectada por las circunstancias que envuelven este tipo de publicaciones en nuestro país (la frecuencia tuvo un promedio de número y medio al año en lugar de los dos planificados inicialmente), a lo largo de 15 años, dejando de circular en 1997 tras la aparición de 22 números. Dejó en manos de lector, tal y como se lo habían propuesto sus impulsores, una colección invalorable de “temas sobre Venezuela y América en las facetas más variadas. Arte precolombino, arte colonial, arquitectura inca, maya o barroca, pintores cuzqueños, muralistas mexicanos o cinéticos actuales, antigüedades, objetos raros, arte popular, artesanía, fotografía, diseño, urbanismo, restauración y movimientos culturales de ayer y de hoy” así como de «la revista más bella de América”, en clara alusión al calificativo de «la revista más bella del mundo» que Franco Maria Ricci había acuñado para su revista, ya citada, lanzada solo unos meses antes.
Tan importante aporte dejó clara la conciencia que se tenía de la envergadura de la empresa, de la responsabilidad que se asumió y de los compromisos cumplidos tal y como se había anunciado década y media antes. Todo un ejemplo a ser analizado y estudiado que queda en los anales de la historia del mundo editorial venezolano.
ACA
Procedencia de las imágenes
Todas excepto 6. Nº1 de la revista Armitano Arte, 1982.
6. Colección Fundación Arquitectura y Ciudad.