ALGO MÁS SOBRE LA POSTAL Nº 301

La realización durante los años 2008 y 2009 del concurso nacional de arquitectura de anteproyectos para un hotel de 4 y 5 estrellas, a desarrollarse en la Zona Rental Norte (Plaza Venezuela) por parte de la Fundación Fondo Andrés Bello (FFAB) para el Desarrollo Científico de la Universidad Central de Venezuela, con el acompañamiento de Inversiones y Promociones ZRPV, C. A. y Promociones 5ZR C. A., significó una nueva oportunidad y trajo un nuevo halo de esperanza para un gremio que ya empezaba a sufrir los rigores de la prolongada crisis en la que se encuentra sumido el país.

1. Ubicación de la Zona Rental Plaza Venezuela y dentro de ella del lugar previsto dentro del Plan Maestro donde se desarrollaría el hotel objeto del concurso.

El edificio objeto del concurso se encontraba incorporado dentro del complejo hotelero o “isla hotelera” previsto dentro del Plan Maestro de Desarrollo y Diseño Urbano de la Zona Rental de Plaza Venezuela a ubicarse hacia el sur, en el borde limitado por la calle Olimpo, particularmente en las parcelas identificadas como E4, E5 y E6. La superficie total del terreno a ser desarrollado alcanzaba los 4.654 metros cuadrados.

Con la convocatoria, la FFAB buscaba reafirmar su compromiso con el desarrollo sostenible y continuar impulsando proyectos de renovación urbana para la transformación creativa de las Zonas Rentales y otras propiedades de la UCV, así como mejorar la calidad de vida de la comunidad universitaria y los habitantes de la Caracas Metropolitana y sus áreas periféricas. Revalorizar el entorno, diversificar el uso de la zona, y potenciar la cultura y la tecnología como detonante para la transformación espacial y social sería otros de los retos que la institución ponía en manos de los concursantes.

2. Imágenes de las otras dos propuestas finalistas del concurso. Izquierda: Dietrich y Bela Kunckel. Derecha: Helene de Garay

Organizado en dos etapas, culminada la primera, se seleccionaron a tres arquitectos o equipos de profesionales para llevar las ideas iniciales a un mayor nivel de desarrollo. Los finalistas fueron los arquitectos Dietrich y Bela Kunckel, la arquitecta Helene de Garay, y los arquitectos Francisco Pimentel y Oscar Capiello. Finalmente, el 30 de octubre de 2009 a las 6:00 p.m., se convocó asistir a los espacios del Hotel Ávila (lugar con el que buscaba dotar de significado al evento), para dar lectura al Acta elaborada por el jurado evaluador, resultando ganadores los arquitectos Francisco Pimentel y Oscar Capiello.

El equipo formado entre Pimentel y Capiello para el momento del concurso ya había realizado, entre otros: el Centro Comercial Plaza Las Américas II Etapa (1999); el Conjunto Residencial Solano (1998); el nuevo Plan Maestro y el Edificio Cincuentenario en la Universidad Católica Andrés Bello (2002-2003); el Complejo Plaza Miranda – Centro Comercial Millenium en la Av. Francisco de Miranda, Los Dos Caminos (2004-2009); y participado en 2008 en el concurso para el edificio sede de la CAF. Por su parte Pimentel, con una trayectoria de más de 50 años en el ejercicio profesional, había sido distinguido junto a Bernardo Borges y George Wilkie con el Premio Nacional de Arquitectura 1971 por el edificio El Universal (1969) y llevado adelante numerosos proyectos individualmente o asociado con notables profesionales tales como Klaus Heufer, Bernardo Borges, Beltrán Alfaro. George Wilkie, Pablo Lasala, Jacobo Koifman, Edwing Otero, Carlos Teodoro Itriago y María Inmaculada de León.

3. Croquis que presenta la propuesta ganadora del concurso y su relación con la Ciudad Iniversitaria de Caracas.
4. Francisco Pimentel y Oscar Capiello. Dos renders de la propuesta ganadora del concurso.
5. Francisco Pimentel y Oscar Capiello. Propuesta ganadora del concurso. Implantación y corte.

Así, el programa del concurso ganado por Pimentel y Capiello exigía resolver en una misma edificación un hotel con 269 habitaciones tipo 4 estrellas y 135 habitaciones tipo 5 estrellas, centro de negocios, oficinas, salones de banquetes, espacios comerciales y de recreación. Ello dio pie a  una respuesta conformada por dos edificios muy bien articulados y adaptados a los requerimientos urbanos exigidos en el certamen, destacando fundamentalmente su integración peatonal al contexto y la aspiración de convertirse en pieza representativa de la Ciudad Universitaria de Caracas (CUC) en el sector de Plaza Venezuela, para lo cual se buscó en todo momento tomar como elemento referencial la arquitectura de la CUC y a partir de allí llevar a cabo una reinterpretación más acorde a los tiempos presentes.

6. Tratamiento cromático y de protección de las fachadas oeste (izquierda) y este (derecha) del hotel.
7. Una planta tipo de habitaciones y la propuesta del Bulevar Olimpo.

Para otorgarle a la edificación un carácter que cumpliese con todas las expectativas planteadas, cobró prioridad el diseño de una envolvente adaptada a las variables climáticas. En tal sentido, los problemas de orientación e insolación fueron resueltos mediante el diseño de un sistema de protección que habla directamente de su condición tropical. Así, las fachadas de ambas torres cuentan con una piel que a través del juego cromático permite su identificación: el cuerpo este destinado a ser el hotel cuatro estrellas, fue dotado de una fachada con tonos cálidos que van del rojo al amarillo, respondiendo a los tonos de la ciudad, mientras que el cuerpo oeste que sería el hotel cinco estrellas fue revestido de tonos verdes respondiendo al Ávila que funge de telón de fondo.

8. Renders que recogen la espacialidad de la planta baja y su integración con los primeros tres niveles.

El proyecto del conjunto alcanzó un total de 68.417 metros cuadrados de construcción, distribuidos en 16 pisos ocupados mayoritariamente por las habitaciones. Adicionalmente se incluyeron en los primeros tres niveles el resto de los elementos del programa, a los cuales se accede desde lo que se denomina como bulevar Olimpo, un eje peatonal desarrollado para unir al complejo hotelero con las edificaciones vecinas que integran los planes de desarrollo de la Zona Rental. Cabe destacar que en el último piso se ubicó un “sky bar” con una piscina y más áreas de esparcimiento para los huéspedes.

Para el momento en que se da el veredicto del concurso ya habían sido construidos, como integrantes del Plan Maestro de la Zona Rental Plaza Venezuela: la etapa I del Centro Comercial, ganado por concurso por Carlos Gómez De Llarena, Hugo Dávila y Pedro Mendoza (con 62.533 m2 de construcción que serían inaugurados en agosto de 2012) y la Torre Corporativa (19.946 m2 de construcción), destinada inicialmente para ser la sede de la C. A. Metro de Caracas según proyecto de Héctor Giménez, inaugurada en 2008 y hoy tristemente célebre por albergar al Servicio Nacional de Inteligencia (SEBIN).

De acuerdo a lo que hemos recogido de la página https://www.facebook.com/Arquitecturavzl del 25 de marzo de 2021, “Al poco tiempo de haberse dado el veredicto del proyecto ganador, una cadena hotelera internacional junto con un consorcio venezolano mostraron un gran interés en invertir en el proyecto y llevar a cabo su construcción. Sin embargo, el interés y las posibilidades de llevar a cabo el proyecto se fueron desvaneciendo a medida que la situación política y económica de Venezuela se iba deteriorando con el pasar de los años. Esto terminó acabando con cualquier posibilidad de realizar la construcción del complejo, al menos mientras la situación del país no ofrezca mejores condiciones para los inversionistas”.

El compromiso de la FFAB sería firmar con los ganadores el contrato para desarrollar el proyecto, cosa que nunca ocurrió. El hotel se sumaría así, no sólo a la serie de propuestas que aún se encuentran por construir en la Zona Rental Plaza Venezuela, sino al inexorable destino de la mayoría de los concursos de arquitectura convocados en el país.

ACA

Procedencia de las imágenes

Postal. https://m.facebook.com/photo.php?fbid=2849519085263418&id=1635824313299574&set=a.1761785604036777

  1. https://www.youtube.com/watch?v=6kgoAf1t9RI y https://ffabucv.org/zona-rental-plaza-venezuela/

2, 3, 4, 5, 6, 7 y 8. https://www.youtube.com/watch?v=6kgoAf1t9RI

¿SABÍA USTED…

… que el 2 de agosto de 1891 es inaugurado el Pasaje Linares?

1. Postal que recoge una imagen del Pasaje Linares a comienzos del siglo XX. La toma sur-norte muestra al fondo el Mercado Municipal de San Jacinto y más atrás El Ávila.

Dentro de los postulados de las Leyes de Indias que rigieron la fundación de ciudades a todo lo largo y ancho de la América Hispana, la manzana junto a la calle y la plaza era considerada como elemento estructurante y pilar fundamental en la morfología urbana. En el caso de Caracas, según el plano de 1578, cada manzana estaría dividida en cuatro partes destinada cada una para ser ocupada por una casa, salvo cuando se le abría espacio a la colocación de la una iglesia (como es el caso de la Catedral frente a la Plaza Mayor), o cuando una entera se destinaba a la ubicación de una edificación de cierta envergadura (como fue el convento de San Francisco, por ejemplo). La estructura del damero fundacional de 25 cuadras, se mantuvo prácticamente inalterada durante la colonia, registrándose posteriormente modificaciones en las que la manzana, aunque empezó a perder su condición cuatripartita original, conservó su integridad como bloque continuo rodeado por cuatro calles.

2. Izquierda: Damero fundacional 1578. Derecha: Detalle del plano de Ricardo Razetti de 1897 donde ya aparece el Pasaje Linares en la manzana resaltada.

Las características arriba descritas se verán alteradas por primera vez en 1891 cuando, por iniciativa del comerciante, empresario, banquero, filántropo, político y promotor Juan Esteban Linares se produce una ruptura de la manzana tradicional del casco fundacional para comunicar en sentido norte-sur la plaza de San Jacinto (creada en 1610 en el cuadrante noroeste de la cuadra, aledaña al convento del mismo nombre, cuya importancia creció cuando en 1809 remplazó a la Plaza Mayor como mercado), con la avenida Este 4 (hoy Universidad). Linares, propietario de buena parte de la manzana, construirá, apegado a lo que se recoge a través de la definición de “pasaje” adaptado a tradición europea, un paso público que, a modo de paseo comercial a cielo abierto, estará definido por edificaciones continuas enfrentadas de tres plantas cada una, que albergarán actividades comerciales.

3. Dos imágenes del Paseo Linares del primer cuarto del siglo XX.

Con la altura que se le dio a los edificios que conforman el bien proporcionado espacio, se produciría una segunda ruptura con los cánones tradicionales, ya que se trataba de la primera ocasión que una construcción de carácter privado alcanzaba los tres pisos en el centro de la ciudad. Así, teniendo ambos inmuebles su fachada sur hacia la avenida Este 4, el primero, de mayor envergadura ubicado al oeste, daría su frente tanto al pasaje (caracterizado por la sucesión de altos vanos de puertas y ventanas con arcos rebajados y balcones de metal ornamentados), como al tramo que va de Traposos a San Jacinto, ubicando su fachada oeste de cara a la Casa Natal del Libertador, y su fachada norte sobre la Plaza San Jacinto. El segundo inmueble, menos voluminoso, ofreció su fachada oeste (con elaborados balcones de hierro) al pasaje, apareándose con la edificación contigua ubicada al este dando su cara norte hacia el antiguo Mercado Municipal de Caracas.

Linares quien da su apellido para nominar el espacio, nacido en La Guaira en 1847, todo un optimista en una época como lo fue el fin de siglo XIX venezolano que para nada alentaba el optimismo, será según Eduardo Casanova en “El Pasaje Linares: Caracas se quema, se quema Caracas…” artículo publicado el 20 de agosto de 2010 en https://www.facebook.com/eduardo.casanova.s, “todo un potentado de su época, muy parecido a lo que en la nuestra será Eugenio Mendoza Goiticoa”. A los diecisiete años, en 1864, cuando acababa de terminar la Guerra Federal, Linares se inició en el comercio y “a sus treinta años (1877) …ya figura públicamente, quizá por el apellido del sucesor de Guzmán Blanco, el Presidente Linares Alcántara… convertido en un empresario, fundando en Caracas y otras ciudades varias Panaderías Municipales, que recibían subsidios y vendían a precios regulados, lo cual, sin duda, es un excelente negocio”.

4. Izquierda: Juan Esteban Linares en 1896 retratado por Martín Tovar y Tovar. Derecha: Edificio sede del Banco de Venezuela de Sociedad a Traposos en 1924.

Para 1883 Linares ya no era panadero. “Hizo excelentes negocios que lo convirtieron en un rico de verdad… Visto que Guzmán tenía manía por lo francés, don Juan Esteban montó una casa de importación y exportación, J.E. Linares & Cía., con sucursal en París. En 1883 está entre los que acompañan al general Manuel Antonio Matos, primer concuñado de la república, en la promoción del Banco Comercial de Venezuela, cuya finalidad inicial es la de satisfacer las necesidades del sector privado pero ya en 1884 recibe autorización para trabajar con cuentas del gobierno. Es ese el banco que en 1890 se convierte en el Banco de Venezuela, y en él tiene Linares grandes intereses. También es de los fundadores de la Cervecera Nacional y de la Electricidad de Caracas”. En 1893, dando salida a su vena filantrópica, Linares edificaría el primer hospital de niños de Caracas: el hospital Linares, hoy hospital Carlos Bello, perteneciente a la Cruz Roja Venezolana.

Cuenta Casanova que finalizado el último mandato de Guzmán Blanco y derribadas las efigies que el Ilustre Americano erigiese a su persona, “la cabeza de una de las estatuas de Guzmán, el Manganzón de El Calvario, fue a tener a la casa de Juan Esteban Linares, que con mucho humor le puso una gorra de hojalata, como para que todo el que la viera recordara lo débiles que son los andamios que los políticos arman para trascender, para que sus nombres queden grabados en la piedra de la eternidad, que dura apenas unos años más que ellos mismos, si es que duran”.

5. Diferentes vistas del Pasaje Linares. Arriba: último cuarto del siglo XX. Abajo: luego de 2011

Desde su apertura a finales del siglo XIX el pasaje se convirtió en uno de los puntos de mayor vitalidad urbana durante las primeras décadas del XX, pudiéndose considerar como pionero de los centros comerciales de la ciudad. Entre los distintos negocios que allí se ubicaban se encontraban «El Casquillo de Oro», «La Vela de Oro», «El Cirio de Oro» o el «Cinco de Oro». También estaban el «Bar Nube Azul», «El Detal Español» y el «Restaurante El Faro», “muy conocido para la juventud de entonces, quienes frecuentaban este lugar para almorzar y además compartir con el resto de comensales sus propias creaciones literarias y crear tertulias de este tipo entre poetas y escritores y cualquiera que estuviese presente”, según hemos podido recoger del artículo “El Pasaje Linares: la historia antes de los paraguas” publicado en el blog La Guía de Caracas el 15 de junio de 2019 (http://laguiadecaracas.net/28673/el-pasaje-linares-antes-de-los-paraguas/). Más adelante, ese dinámico espacio urbano llegó a conocerse como “la calle de las piñatas”, ya que “hubo una época en la que la actividad comercial de esta zona giraba en torno a ese rubro, y las piñatas se convirtieron en un ícono del lugar. Muchos de estos locales permanecen y se encuentran dentro del mercado, pero otros fueron cerrados”, se apunta en el artículo ya citado.

6. Dos tomas del «Cielo de sombrillas» colocado en el Pasaje Linares en 2019.

Cerrado definitivamente al tránsito vehicular en 1975, las fachadas del Pasaje Linares fueron rehabilitadas en 2011 luego del incendio que lo afectó severamente en 1996. Más recientemente, en 2019, se convirtió de nuevo en noticia debido al “Umbrella sky” (o «Cielo de sombrillas») con el que fue cubierto por iniciativa de la Alcaldía de Caracas, siguiendo la iniciativa emprendida por la ciudad portuguesa Agueda, que en 2011 creó una decoración barata y a la vez llamativa para las zonas comerciales, tendencia que se expandió y se encontraría luego en varias ciudades de Francia, España y Estados Unidos. En aquel momento más de 200 paraguas decoraron y dieron sombra al lugar convirtiéndolo en atracción para transeúntes y curiosos, siendo objeto de custodia por efectivos de los cuerpos de seguridad a diferencia de otras zonas del centro de la ciudad.

Ante la pregunta formulada desde el blog La Guía de Caracas: “¿Cómo recuerdas y reconoces al Pasaje Linares? ¿Como el pasaje de los paraguas o como un importante centro comercial con valor histórico y patrimonio de la ciudad?”, que apunta a valorar el pasado sin quitar importancia a las iniciativas respetuosas que puedan surgir en el presente, no cabe duda que en este lugar nos encontramos con el claro testimonio de una época en la que la influencia europea en la concepción de la arquitectura de la capital era notable.

El pasaje, que se inserta dentro del Conjunto Urbano de San Francisco, fue declarado Bien de Interés Cultural según Gaceta Oficial nº 36.762 del 11 de agosto de 1999.

ACA

Procedencia de las imágenes

  1. https://twitter.com/caracascuentame/status/1255207515350085633

2. http://guiaccs.com/planos/el-primer-dibujo-de-caracas/ y http://guiaccs.com/planos/la-ciudad-de-razetti/

3. https://www.pinterest.com/pin/367536019588552689/ y https://m.facebook.com/caracasretro/photos/el-fuego-devel%C3%B3-alcurnia-del-pasaje-linares-con-105-a%C3%B1os-de-construido-el-pasaje/428817442210/

4. Colección Fundación Arquitectura y Ciudad y Colección Crono Arquitectura Venezuela.

5. https://ar.pinterest.com/pin/707417053950145501/, http://guiaccs.com/obras/pasaje-linares/, http://portaldelahistoriadecaracas.blogspot.com/2010/06/pasaje-linares.html y https://www.facebook.com/TE-ADORO-Venezuela-139521676204628/

6. https://elsumario.com/paraguas-multicolores-embellecen-el-pasaje-linares-en-caracas/ y https://www.facebook.com/SitiosVenezuela2018/posts/383325075717536/

EXPOSICIÓN

YOSIZAKA Takamasa

Panorama World: from life-size to the earth

Museo de Arte Contemporáneo de Tokio

19 marzo-19 junio de 2022

El Museo de Arte Contemporáneo de Tokio albergará una exposición del arquitecto nacido en Tokio YOSIZAKA Takamasa (1917-1980).

YOSIZAKA Takamasa fue un arquitecto que estuvo activo desde el período de reconstrucción de la posguerra hasta 1980. Estudió con Wajiro Kon, conocido como el fundador de la «Modernología», y Le Corbusier, el maestro de la arquitectura moderna. YOSIZAKA fue un valioso colaborador de Le Corbusier a principios de los años cincuenta. Además de su trabajo sobre la unidad de Marsella y la de Rezé, también colaboró en Chandigarh, antes de reencontrarse con Le Corbusier en el proyecto del Museo Nacional de Arte Occidental de Tokio. Las obras de YOSIZAKA incluyen la Casa YOSIZAKA, su residencia personal construida sobre un suelo artificial; el Pabellón de Japón, Bienal de Venecia, que recibió el Premio del Ministro de Educación a las Bellas Artes; el Athénée Français, ganador del Premio AIJ; y la Casa del Seminario Interuniversitario, que fue seleccionados y designados como Arquitectura Histórica por el Gobierno Metropolitano de Tokio, por nombrar algunos. Es conocido por la arquitectura única con sus formas escultóricas de hormigón.

ACA

NOVEDADES EDITORIALES DE AQUÍ Y DE ALLÁ

La estela de Félix Candela: cascarones de concreto armado en México y el mundo

Juan Ignacio del Cueto Ruiz-Funes (ed.)

Bonilla Artigas Editores

2021

Nota preparada por Francisco Mustieles, coautor del capítulo venezolano del libro

El pasado 27 de enero fue presentado el libro La estela de Félix Candela. Cascarones de concreto armado en México y el mundo, editado por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), impreso en noviembre del 2021.

El libro, bajo la edición del arquitecto Juan Ignacio del Cueto Ruiz-Funes, uno de los más grandes conocedores de la obra de Candela, pretende recoger los cascarones de concreto armado realizados alrededor del mundo que estuvieron influenciados directa e indirectamente por el arquitecto hispano-mexicano Félix Candela, o realizados a través de su empresa Cubiertas Ala, y de ahí el título de “estela”.

Su obra e influencia se extiende por una gran cantidad de países en los cuales dejó impronta. El libro recoge precisamente esa “estela”, primeramente, en México, y luego, en los Estados Unidos de América, Guatemala, Venezuela, Argentina, Colombia, República Dominicana, Reino Unido, Alemania, España, aunque también dejó “estela” en otros países de otros continentes.

El capítulo venezolano fue fruto de una investigación llevada a cabo por Francisco Mustieles, Astrid Petzold, Carmela Gilarranz y Edwin González, a través de: i) una indagación documental de los archivos de la Avery Library de Columbia University, de la familia Coto Villarroel, de la familia Shelley Herrera y del Félix & Dorothy Candela Archive de Princeton University; ii) las entrevistas a dichas familias; y iii) la visita a parte de sus obras en Venezuela.

De esa investigación, no solo destaca la figura de Félix Candela, sino la de sus arquitectos asociados en Venezuela, primeramente, Guillermo Shelley, y luego, durante un período más extenso, Álvaro Coto, quienes, no sólo intervinieron en procesos de cálculo de esas obras sino en el propio diseño, prosiguiendo este último una vasta actividad en el diseño, cálculo y construcción de cascarones de concreto armado.

Nota de los editores

La estela de Félix Candela. Cascarones de concreto armado en México y el mundo, coordinado por Juan Ignacio del Cueto Ruiz-Funes, explora las obras proyectadas, calculadas o construidas bajo la influencia de las enseñanzas de ese gran arquitecto hispano-mexicano, y deja de lado aquellas, más conocidas, en que él intervino directamente. Se ha escrito que Candela, como consecuencia de sus múltiples actividades, habiéndose transformado en el gran maestro que fue, e interesado en la difusión de sus ideas, alcanzó una gran sencillez expositiva en aulas y diversos foros. Pronto debió expresarse en inglés. Su escuela o estela estaría marcada por esa condición de simplicidad en sus explicaciones y claridad didáctica. Existe incluso, una anécdota tan humorística como reveladora al respecto.

En cierta conferencia que debió impartir en Norteamérica y, como no hablara aún de modo fluido el idioma de Shakespeare, un amigo la leyó mientras él improvisaba diagramas y fórmulas en un pizarrón. El resultado fue una sonora ovación.

Este libro, fiel a su espíritu, ofrece al lector, experto o no, tratados por una treintena de especialistas de todo el orbe y sin complicaciones, una serie de ejemplos de cascarones proyectados y construidos por diversos arquitectos e ingenieros, a veces asesorados por Candela, a veces no, pero todos levantados bajo su influjo, en los lugares más recónditos del planeta: desde México, Guatemala, Cuba, Venezuela o EU, hasta casi cualquier punto del resto de Latinoamérica, Gran Bretaña, Alemania y, obvia parábola, en su tierra natal.

ACA