Invitación

El concurso CCS desde la letra, que conmemora los 451 años de la ciudad de Caracas, tiene por objeto motivar a todo aquel interesado en la literatura, de carácter profesional o amateur, a presentar un trabajo de su autoría de corte narrativo e inédito, que bien pudiera ser un ensayo literario, una crónica o un cuento breve.
Con este tercer concurso, CCScity450 aspira, nuevamente, a convocar un proceso de reflexión del espacio público y la geografía de la urbe; a compartir ideas o puntos de vista sobre la ciudad, su historia, su condición actual y una proyección de la misma hacia un futuro cercano.

La convocatoria abrió el 1 de noviembre y cerrará el 21 de diciembre de 2018, tiempo durante el cual serán recibidos todos los textos (crónicas, cuentos breves o ensayos literarios), de carácter inédito y que no estén comprometidos en otro tipo de certamen. Asimismo, durante el período comprendido entre el 21 de diciembre hasta el 21 de marzo de 2019, un distinguido grupo de expertos, profesionales y docentes de literatura y arquitectura participarán como jurado evaluador, deliberando sobre el material entregado seleccionando aquel que puediera ser meritorio de premios y certificados de participación.

ACA

ALGO MÁS SOBRE LA POSTAL nº 137

La aparición del nº 1 la revista CAV permite constatar la confluencia de una serie de circunstancias que ofrecen particular interés para el gremio de los arquitectos en el país.

Por un lado se presenta como el espacio idóneo que aprovecha la Junta Directiva del recién creado Colegio de Arquitectos de Venezuela (conformada por Guido Bermúdez -Presidente-, Carlos Guinand Baldó -Vicepresidente- y Elías Toro -Secretario-) para exponer las razones que dieron lugar a su constitución en sustitución de la Sociedad Venezolana de Arquitectos (SVA) que, como se sabe, funcionó como ente gremial durante 21 años desde el 4 de julio de 1945.

En segundo lugar, permite conocer la continuidad que se le busca dar no sólo a la conducción del gremio sino también a su principal órgano de difusión tras la aparición de 20 números de la revista SVA (1959-1965). En tercer lugar logra hacernos visitar, a través de una rica documentación gráfica y fotográfica, el más importante edificio construido recientemente en el país. Y en cuarto lugar sirve para exponer una de las preocupaciones teóricas que por aquellos años era objeto de discusión en el medio académico y profesional.

El “Sumario” de la publicación permite aclarar buena parte de lo que hemos adelantado. En el mismo se puede registrar la presencia del “Editorial” a cargo de la Junta Directiva; las “Palabras del Presidente del Colegio de Arquitectos de Venezuela, Arq. Guido Bermúdez Briceño, con motivo del acto de toma de posesión de la nueva Junta Directiva, período 1966-67”; el “Banco Central de Venezuela, Arq. Tomás José Sanabria” (de donde proviene la imagen que ilustra la portada y nuestra postal del día de hoy); “Tradición y continuidad en la arquitectura”, por Walter Gropius; el “Noticiero CAV” (dedicado fundamentalmente a dar cuenta del proceso de registro y constitución del Colegio y designación de su Junta Directiva, a lo que se suma la programación del IX Congreso de la UIA, Praga, 1967); y el “Índice números 1-20 (1959-1965)” de la revista SVA.

Como podrá notarse el nº 1 de la revista CAV (accesible en formato digital a través de https://issuu.com/revistacav/docs/ensamble_revista_cav_1_light) se trata de todo un documento de referencia del que podemos rescatar de su «Editorial» la intención convertirla en órgano de difusión de una agrupación profesional que pasó de ser “sociedad” a dar un particular énfasis al asunto de la “colegiación”. De aquí que la publicación intente constituirse en un “primer paso dirigido a más altas metas y que pretenda fundamentalmente actuar como agente catalizador de las motivaciones latentes desde el gremio”, buscando su transformación “en auténtico instrumento para la crítica y eficaz medio de expresión” y “fermento de discusión y polémica en lo interno y vehículo de comunicación con todas las dimensiones y niveles de nuestra vida social en lo externo”.

En lo atinente a todo el proceso que condujo al reemplazo de la SVA por el CAV y el empeño en darle cuerpo a un colegio profesional, las “Palabras del Presidente del Colegio de Arquitectos de Venezuela…” son claras en cuanto a la necesidad de dar viabilidad a las expectativas generadas luego de la aprobación de la Ley de Ejercicio Profesional de 1958, a su necesaria reglamentación para abrirle paso la autonomía de las actividades profesionales vinculadas al hecho construido y a lo expresado en las actas finales de las tres Convenciones Nacionales de Arquitectos realizadas en 1959, 1962 y 1965. En las conclusiones de la Primera (1959), se expresa: “La consolidación de la profesión de Arquitecto en el país justifica el hecho de que quienes la ejercen aspiren ya a constituir un Colegio de Arquitectos, basándose en la convicción de que la Arquitectura se halla suficientemente caracterizada, que su ejercicio representa una legítima función social, cuyo desempeño cabal exige la intervención directa del arquitecto en el señalamiento de sus propios rumbos y que la individualización de esta profesión engendraría una sana emulación que a la postre redundará en beneficio del país”, lo cual es complementado por lo señalado en la Segunda Convención tres años después (y corroborado en la Tercera de 1965): “Existe entre los Arquitectos el convencimiento de que el momento es propicio para iniciar gestiones encaminadas a lograr su Colegiación independiente, sin dejar de reconocer que para la cristalización de esta iniciativa, es preciso superar serios obstáculos; gran parte de la tarea se simplificaría si el Congreso Nacional sancionara la Ley de Ejercicio y Colegiación de la Profesiones Universitarias”. De ambas citas y sus repercusiones al día de hoy, más allá de que el CAV exista, hay aún mucha tela que cortar en cuanto al cabal cumplimiento de todas las aspiraciones señaladas.

La Comisión de Publicaciones que acompañó a la primera Junta Directiva del CAV y permitió la salida de la revista estuvo integrada por: Graziano Gasparini (Presidente), Dirk Bornhorst, Luis Muñoz Tébar, Ilari de Eguiarte, Max Pedemonte, Luis Quiróz y Jesús Tenreiro, fungiendo José Manuel Mijares como Secretario Ejecutivo ostentando el cargo, a su vez, de Director de la Revista. Como Asesor Artístico se contó con Mateo Manaure y también con la colaboración especial de Carmen Díaz. Fue impresa por Editorial Arte y a modo de dato curioso aparece como su dirección la siguiente: “Facultad de Arquitectura y Urbanismo, 9º piso, Ciudad Universitaria, Caracas, Venezuela”, señal de que aún funcionaba donde estuvo por años la SVA y de que también se empezaría, muy seguramente, a gestar la necesidad de contar con una sede propia, meta aún inalcanzada que daría para otra interesante saga.

La documentación mostrada para acompañar el Banco Central de Venezuela no tiene desperdicio y se suma a la aparecida en otros medios de divulgación (la revista PUNTO nº27, por ejemplo) para dar cabal cuenta de tan importante obra. Tampoco revisitar el texto de Gropius y el enterarse de todo el proceso legal de conformación del Colegio. Pero si algún material tiene particular valor para investigadores y estudiosos es el índice de los 20 números que aparecieron de la revista SVA ante el hecho de que cada vez es más difícil consultar todos sus ejemplares, motivo de sobra para emprender una labor de rescate y digitalización de los mismos.

La revista CAV, con sus altos y sus bajos, ha mantenido su continuidad pasando hoy a ser una de las más longevas dentro del difícil territorio de las publicaciones periódicas nacionales sobre arquitectura. Su intermitencia permite detectar diversas etapas que ameritarían un estudio particular por la diversidad de enfoques y énfasis que han caracterizado cada una en función de sus respectivos Comités Editoriales. La última de ellas se produjo, impulsada por la Junta Directivas que ejerció entre 2006 y 2012, luego de un período previo de 14 años de ausencia, lográndose publicar los últimos seis números impresos que se conocen (del 55 al 60) realizados con una gran calidad gráfica, cuidadosa producción e impecable impresión. Como otra curiosidad (preocupante en este caso) en el nº 60 aparece, firmada por Tomás Pérez Calderón, la nota titulada “La Ley de Ejercicio de la Arquitectura y Profesiones afines: un proyecto por etapas” donde se anuncia la introducción el 22 de noviembre de 2012 del mencionado instrumento legal para su consideración por parte de la Asamblea Nacional en virtud de que, a 46 años de lo que subrayáramos de lo contenido en el nº 1 de la revista (y a 54 de la promulgación de la Ley del 58), “Venezuela es el único país de la región en el que el gremio de arquitectos no tiene independencia para la práctica del ejercicio a través del colegio profesional respectivo”. Desde entonces han pasado otros seis años y al parecer aún estamos en mora.

ACA

1967• Teatro Alberto de Paz y Mateos

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1967•  La Corporación Venezolana de Fomento (CVF) crea un Centro Cultural, lo dota y le da por nombre Teatro Alberto de Paz y Mateos, el cual fue proyectado por el arquitecto de origen paraguayo, Ramón González Almeida (1923-1994) (Universidad de Montevideo, 1945 y reválida de su título en la FAU UCV, en la promoción 11B / 1961), y está ubicado en Av. La Colina, Prolongación Los Manolos, urbanización Las Palmas, Caracas.
La CVF transfiere el teatro en 1990 al Consejo Nacional de la Cultura (CONAC).
En 1992, el CONAC cede en calidad de comodato las instalaciones a la Asociación Civil Theja de Venezuela (Grupo Theja), que hizo vida artística en este espacio por 18 años.
Al suprimirse en 2008 el CONAC, el inmueble es transferido al Ministerio del Poder Popular para la Cultura, organismo que en el 2010 lo asigna al Instituto de Artes Escénicas y Musicales, como sede de la Escuela Nacional de Danza (ENDANZA)
La edificación de 1.555 m2 está integrada por la sala de espectáculos provista de tramoya, que tiene un aforo para 190 espectadores y una torre administrativa de 3 pisos.
Este complejo cultural lleva el nombre de Alberto de Paz y Mateos, abogado y director de teatro español que hizo vida en Venezuela y es conocido como el padre del teatro moderno venezolano.

HVH

1914• Hospital de la Caridad, Barquisimeto, estado Lara

Demolición Hospital de La Caridad 1

1914•  Se demuele parcialmente la edificación donde funcionaba el antiguo Hospital de la Caridad, el cual había sido construido en 1878 en tres terrenos contiguos en los cuales existieron el antiguo hospital San Lázaro, la Cárcel Pública destruida por el terremoto de 1812 y una casa de habitación. La edificación demolida, construida con métodos tradicionales, tenía valores históricos y arquitectónicos que se registraron como referencia para el proyecto del hospital a ser construido.
El nuevo Hospital de la Caridad, puesto en servicio en 1918, producto de la presión ante el gobierno Municipal de Barquisimeto del Dr. Luis Razetti (1862-1932) (Doctor en Medicina y Cirugía graduado en la Universidad Central de Venezuela en 1894) y la importantísima gestión y promoción de Dr. Antonio María Pineda (1850-1941), barquisimetano, (Medico graduado en Medicina en la Universidad Central de Venezuela en 1876 y Doctorado en la Facultad de Medicina de París, Francia). El Dr. Pineda, logró a través gestiones participativas, colectas públicas y las alianzas sociales que pudo establecer entre el gobierno, el influyente clero, y la comunidad (incluyendo entre ellos a médicos y comerciantes), que el hospital se edificara como un hospital moderno que se mantuvo operativo hasta 1954, fecha en la cual fue mudado de instalación a una nueva estructura en la avenida Vargas.
El edificio permaneció sin uso durante años, incluso con amenazas de demolición. Afortunadamente el Ayuntamiento lo adquirió en 1977 para que fuese utilizado para fines culturales.
Desde 1982, recuperado y remodelado, es la hermosa sede del Museo de Barquisimeto.

HVH

1964• Edificio 10-18

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1964•  El arquitecto Ramón González Almeida (1923-1994) concluye la construcción del Edificio 10-18, de su propiedad, ubicado en la Av. Libertador, Urbanización Las Palmas, Caracas.
El edificio posee de 16 niveles: un sótano para estacionamiento; un semisótano de acceso a 1,30 m. sobre la avenida Libertador, sobre el cual, existe otro nivel libre que sirve de espacio social para los residentes; 12 plantas tipo, con dos apartamentos cada una, todos de igual área, con un solo espacio rectangular planteado desde la fachada norte a la fachada sur, con posibilidad de dividirlo con mobiliario, con un generoso balcón cuya ubicación se alterna produciendo un atractivo ritmo en las fachadas norte y sur. Los espacios de servicio, baños y kitchenette de cada apartamento fueron resueltos en las fachadas Este y Oeste.
La racional estructura del edificio, en concreto armado a la vista, fue modulada utilizando como medida base los bloque de concreto, con el cual se revistió el edificio, colocándolos completos sin necesidad de cortarlos.
El edificio fue proyectado como un conjunto de dos unidades idénticas, a ser construidas una al lado de la otra en el terreno alargado con frente a la avenida. El segundo nunca se construyó encontrándose hoy el terreno dividido y ocupado con otro uso que lo imposibilita.
El arquitecto González Almeida, nacido en Paraguay, obtuvo su título en la Universidad de Montevideo en 1945 tutelado por Julio Villamajó. Hizo su reválida de título en la FAU UCV en la promoción 11B / 1961.
Se incorporó en 1958 como docente a las actividades de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad Central de Venezuela. Durante varios años se desempeñó como profesor de diseño arquitectónico llegando a tener un Taller con su nombre.
En junio de 1971 el Consejo de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo acuerda la creación del Departamento de Acondicionamiento Ambiental, según proyecto desarrollado y presentado por él y los profesores Augusto Tobito y José Balbino León. Era la primera vez que una Facultad de Arquitectura de América Latina incorporaba en sus planes de estudio los temas de la ecología y el ambiente.
En su práctica profesional como arquitecto proyectó en 1967 el Teatro Alberto de Paz y Mateos, ubicado en la av. La Colina, Prolongación Los Manolos, Las Palmas, Caracas.

HVH