
La tipología del “superbloque”, desarrollada ampliamente como respuesta al déficit de vivienda de interés social por el Taller de Arquitectura del Banco Obrero (TABO) entre 1951 y 1958, en momentos en que la dictadura de Marcos Pérez Jiménez declaraba la “guerra contra el rancho” a través del “Programa Presidencial para Erradicar la Vivienda Insalubre en Venezuela” (que se desplegó fundamentalmente en Caracas y el Litoral), tal vez por su connotación e imagen ligadas a edificios multifamiliares de alta densidad dirigidos a personas de escasos recursos, contó con pocas manifestaciones que puedan servir de ejemplo desde el ámbito inmobiliario privado.

Como excepción que confirma la regla, hoy hemos querido dedicar la postal nº456 y la nota que la acompaña al edificio Junín, proyectado, calculado y construido en 1958 por el ingeniero Oscar Urreiztieta Botger (1925-2008), ubicado en el sector La Paz de la urbanización El Paraíso, en la Calle Junín, entre la Calle Boyacá y la Calle B, a una cuadra del final al oeste de la avenida José Antonio Páez.


De inicio, parece pertinente recordar que, pese a su condición de ser históricamente la primera urbanización trazada al sur del río Guaire, ejemplo de suburbio para familias pudientes que querían alejarse del “bullicioso” centro de la capital construyendo allí amplias viviendas unifamiliares que fueron denominadas “quintas”, el desarrollo urbano de El Paraíso derivó en cambios importantes de las condiciones iniciales que la originaron conllevando a modificar radicalmente su zonificación abriéndole la puerta, entre otros cambios, a la aparición, de desarrollos de viviendas multifamiliares. Cabe destacar que, dentro de este marco, el sector se convirtió durante la década de los 50 en laboratorio arquitectónico de edificios habitacionales de gran calidad dirigidos a la clase media entre los que sobresalen: la Unidad Residencial El Paraíso (superbloque diseñado por Carlos Raúl Villanueva y Carlos Celis Cepero con la colaboración de José Manuel Mijares para el TABO que cambió su perfil social inicial,1954), las Quintas Aéreas (Natalio Yunis, 1958) y el edificio Los Morochos (Alejandro Pietri, 1956-1959), a los cuales habría que sumar el edificio Junín.

Urreiztieta adaptó la propuesta a las condiciones longitudinales de la parcela en la que debió realizar el proyecto (con orientación favorable norte-sur), aprovechando al máximo las ventajas que le ofrecía la ordenanza, adoptando las condiciones establecidas en la Ley de Propiedad Horizontal que estaba a punto de aprobarse (promulgada el 15 de septiembre de 1958) y enfocando su solución hacia una clase media y profesional emergente.
En tal sentido, se decantó por prefigurar un contenedor prismático puro que se ubicaría paralelo a la calle Junín próximo al lindero norte de la parcela, creciendo en altura hasta configurar un paralelepípedo laminar con planta baja libre, el cual estaría acompañado por un cuerpo bajo ubicado al sur (definiendo el frente hacia la calle Junín), donde se colocarían áreas sociales, rentales y de servicios.

El volumen vertical fue dividido en dos partes de desigual dimensión en planta separados por la circulación vertical (escalera y dos ascensores) que acentúa la asimetría: el localizado hacia el este de 9 pisos (más corto) y el oeste de 10 (más largo).

Sin embargo, más allá de lo descrito, el interés consistió en manejar el programa mediante unidades habitacionales de 2 pisos que ocupan todo el ancho y que, por estar desplazadas verticalmente, le permitieron a Urreiztieta generar un muy interesante dinamismo en la fachada sur en la cual se pueden leer, tras los paños de bloque calado, los pasillos de acceso a los apartamentos, utilizando como recursos adicionales las perforaciones de las ventanas de las habitaciones y baños así como unos pequeños balcones que surgen tanto en medio de los calados como en ciertas áreas de los propios apartamentos. El dinamismo se acrecienta gracias al desfase vertical que aprovecha la diferencia de un piso entre uno y otro cuerpo lo cual permite tener paradas no secuenciales de los ascensores y acceder a algunos apartamentos por la planta baja y a otros por la planta alta. De más está decir que la usada al sur se trata de una envolvente que responde con absoluta pertinencia a la orientación a la que está expuesta.

Por su parte, la fachada norte, más austera, refleja, con grandes ventanales que aprovechan la vista lejana, la ubicación de las áreas sociales y, en un perfecto juego rítmico, la presencia de los dormitorios mediante las perforaciones de las ventanas.

También cabe destacar como dato resaltante el impecable manejo y coordinación geométrica con la cual se proyectó el edificio: paredes construidas con bloques de concreto sin frisar, sólo pintados, en número exacto de piso a techo, al igual que los bloques de ventilación, dentro de cuyos paños se colocan los marcos para ventanas y puertas que conducen a los pequeños balcones cuyos antepechos prefabricados están enmarcados con barandas metálicas.
La estructura se encuentra modulada con luces de aproximadamente seis metros en sentido longitudinal y diez en sentido transversal con volados de dos metros, mostrándose las vigas y columnas en las fachadas laterales evidenciándose allí la disminución de sección de las últimas a medida que el cuerpo se eleva.

El núcleo de circulación vertical está resuelto casi como un añadido, libre, donde las escaleras parecen flotar suspendidas al exterior sostenidas por columnas y pasamanos metálicos. Este volumen de circulación, dos niveles más alto que el ala oeste del edificio, está recubierto de cerámica, de un color contrastante que realza la limpieza de diseño de este.

Confesando que no hemos podido obtener información gráfica (plantas y cortes) del edificio y que nuestras apreciaciones proceden de la lectura que ofrecen las fotografías publicadas por internet y de la información que hemos obtenido de la página de la Bolsa Inmobiliaria de Caracas donde se ofrece un apartamento en venta de los que componen el Junín, nos aventuramos a resumir que consta de un total de 28 apartamentos dúplex de aproximadamente 120 m2 cada uno: 16 ubicados en el ala oeste entre el piso 2 y el piso 9 (donde en el piso uno se detecta la presencia de otros 2 de un nivel también de 120 m2 cada uno); 12 ubicados en el ala este entre el piso 1 y el piso 8; siendo ocupados los pisos 9 al este y 10 al oste por los pent houses a un nivel: el del este de aproximadamente 240 m2 y el del oeste de 360 m2.



Serían en total 32 unidades de vivienda compuestas por: sala-comedor, cocina-lavadero, 3 habitaciones, dos baños, correspondiéndoles un puesto de estacionamiento (ver https://bolsainmobiliariacaracas.com/apartamento-venta-el-paraiso-caracas-libertador/9470048).
Como ya adelantamos, la planta baja de la torre y el retiro del norte se dispusieron para estacionamientos correspondiéndole a la interesante cubierta que cubre el lindero norte el contener las áreas ya señalas y definir el acceso.

De la nota publicada en Caracas del valle al mar. Guía de arquitectura y paisaje (2015), redactada por Iván González Viso, rescatamos lo siguiente: “El carácter austero y sobrio del edificio, cuya expresividad se muestra en las variaciones con que se construye su rica fachada, lo señala como uno de los edificios modernos más contundentes de la ciudad, cuyo carácter contrasta con el colorido de las Quintas Aéreas” (su vecino al sur). Vale la pena agregar que su condición actual en cuanto a mantenimiento nos presenta una obra en buen estado gracias a la escogencia de los materiales que la componen.
Oscar Ureiztieta, de quien sólo tenemos registrado el edificio Junín como obra suya en lo relacionado a la arquitectura, estuvo junto a Gustavo Larrazábal, a cargo de la ejecución del emblemático Hotel Humboldt de Caracas, diseñado por Tomás José Sanabria. Fue, además, el responsable de todos los cálculos estructurales que fueron necesarios para construirlo.

Loly, la hija de Tomás Sanabria, al comentar el momento en el que su padre se reunió por primera vez con Pérez Jiménez para plantearle sus ideas respecto al hotel y le son rechazadas (“trece habitaciones que no fueran vistas desde Caracas, un mirador para disfrutar de la amplia visual y un casino que justificara los costos de servir en ese mágico sitio”), remarca la importancia que cobró la incorporación de Oscar Urreiztieta como calculista de la nueva propuesta: una torre de 16 pisos y de una serie de cubiertas onduladas intersecadas que contenían los cuerpos bajos, donde la estructura se convirtió en parte fundamental del proyecto, resultando en una fluida y valiosa relación interdisciplinaria entre arquitecto e ingeniero. “Papá siempre decía que, sin Oscar, no hubiera logrado este proyecto”.
ACA
Procedencia de las imágenes
Postal, 2, 7, 8 y 9. Colección Crono Arquitectura Venezuela.
1. Julio César Mesa @juliotavolo (https://www.flickr.com/photos/juliocesarmesa/26335962106/sizes/z/)
3. Colección Arquitectura y Ciudad; y Julio César Mesa @juliotavolo (https://www.epdlp.com/edificio.php?id=11247)
4. Captura de Google Earth; y Recorrd El Paraiso 15 6 24 PDF (https://es.scribd.com/document/764739850/Recorrd-El-Paraiso-15-6-24-pdf)
5 y 10. Julio César Mesa @juliotavolo (https://www.flickr.com/photos/juliocesarmesa/15267443461/sizes/c/)
6. CONSTRUIDO EN CARACAS (https://construidoencaracas.wordpress.com/2013/06/30/edif-residencias-junin/)
11, 12, 13 y 14. Bolsa Inmobiliaria de Caracas (https://bolsainmobiliariacaracas.com/apartamento-venta-el-paraiso-caracas-libertador/9470048)
15. Tomás José Sanabria. Arquitecto (https://tomasjosesanabria.com/2016/06/20/hotel-humboldt-caracas/); IAM Venezuela (https://iamvenezuela.org/2018/02/el-hotel-humboldt-la-joya-que-corona-el-avila/); y archdaily.com (https://www.archdaily.cl/cl/768218/clasicos-de-arquitectura-hotel-humboldt-tomas-jose-sanabria)

























