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Enfriamiento y eficiencia energética: una nueva era en el diseño de edificios
Escrito por Fabian Dejtiar
Publicado el 31 de octubre, 2023
Tomado de https://www.archdaily.cl
El mundo acaba de presenciar los meses más calurosos de la historia registrada, y las perspectivas están lejos de ser optimistas. Las temperaturas en aumento están generando una mayor demanda de refrigeración, lo que amenaza con desencadenar un ciclo vicioso de mayor consumo de electricidad y emisiones de carbono. En un planeta que enfrenta simultáneamente una urbanización sin precedentes y una crisis climática, la intersección entre la eficiencia energética de los edificios y las tecnologías de refrigeración nunca ha sido más crucial.
«Los edificios, tradicionalmente importantes consumidores de energía, ahora se enfrentan al desafío dual de proporcionar ambientes interiores confortables al tiempo que minimizan su huella ambiental», dijo Clara Camarasa, analista de política de eficiencia energética de la Agencia Internacional de Energía (AIE). «La demanda cada vez mayor de refrigeración ha llevado al uso generalizado de sistemas de aire acondicionado que consumen mucha energía, lo que contribuye significativamente tanto a la demanda máxima de electricidad como a las emisiones de gases de efecto invernadero. Lograr un equilibrio entre el confort interior y la conservación de energía se ha convertido en una misión urgente».
Los esfuerzos para crear edificios y sistemas de refrigeración eficientes desde el punto de vista energético requieren una estrategia integral. El diseño integrado de edificios tiene en cuenta factores esenciales como la orientación del edificio, el sombreado, el aislamiento y la ventilación natural para minimizar la necesidad de refrigeración mecánica. Priorizar los métodos de diseño pasivo permite a los edificios aprovechar los elementos naturales para mantener ambientes interiores confortables.
Técnicas de enfriamiento pasivo
En áreas caracterizadas por climas templados, las estrategias de refrigeración pasiva ofrecen alternativas ecológicas a los enfoques tradicionales. Estrategias como la purga nocturna, la ventilación cruzada y la refrigeración evaporativa aprovechan el flujo de aire natural y las variaciones de temperatura, ofreciendo condiciones interiores óptimas sin necesidad de equipos de refrigeración intensivos en energía. Por ejemplo, la ventilación cruzada optimiza el flujo de aire para reemplazar el aire caliente con brisas frescas del exterior. La refrigeración evaporativa aprovecha el efecto de enfriamiento del agua, ofreciendo un método eficiente y de bajo consumo energético para mantener el confort.

Combinar el diseño de edificios eficientes desde el punto de vista energético con fuentes de energía renovable crea una sinergia poderosa. Los paneles fotovoltaicos, los aerogeneradores y los sistemas solares térmicos producen energía limpia para alimentar los sistemas de refrigeración, reduciendo la dependencia de los combustibles fósiles y acelerando la transición hacia la neutralidad de carbono.

Tecnología e innovaciones en materiales
Los desafíos para lograr una demanda de refrigeración eficiente desde el punto de vista energético requieren soluciones innovadoras. La renovación de estructuras existentes es un desafío común, pero los avances en materiales y tecnologías están facilitando esta tarea. Los materiales de construcción de alto rendimiento con propiedades de aislamiento superiores y el control térmico permiten que los edificios antiguos adopten diseños eficientes desde el punto de vista energético, reduciendo la necesidad de extensas modificaciones estructurales.

Cambiar los comportamientos de los usuarios es otro desafío, ya que los hábitos de los ocupantes pueden afectar la eficiencia de refrigeración. Las tecnologías innovadoras, como termostatos inteligentes y sensores de ocupación, ayudan a los usuarios a adoptar prácticas sostenibles sin esfuerzo. Estos dispositivos permiten ajustes automatizados, aprendiendo de las preferencias de los usuarios y los patrones de ocupación para optimizar el confort mientras se conserva energía. Al abordar estos desafíos con enfoques creativos, podemos garantizar que la refrigeración eficiente desde el punto de vista energético se convierta en la norma, fomentando un entorno construido sostenible y confortable.

Sistemas HVAC inteligentes y eficientes
Los sistemas eficientes de calefacción, ventilación y aire acondicionado inteligentes (HVAC) están revolucionando la refrigeración en los edificios. Estos sistemas utilizan sensores avanzados, análisis de datos y automatización para optimizar la refrigeración en función de la ocupación, el clima y las cargas térmicas. Este ajuste dinámico no solo conserva energía, sino que también garantiza el confort de los ocupantes. Se adaptan a los patrones de ocupación, reduciendo la refrigeración innecesaria cuando los espacios están vacíos, y responden a las condiciones climáticas cambiantes para mantener el confort sin un uso excesivo de energía.
Paul Chávez, asociado de Experiencia del Usuario y Tecnología en ARUP, sugiere que los edificios podrían volverse significativamente más inteligentes aprovechando el conocimiento y las acciones colectivas de sus ocupantes. Encabezando el proyecto BREO (Building Resource Expression and Optimization), Chávez destaca el potencial sin explotar de involucrar a los ocupantes en la conservación activa de energía en los edificios. El proyecto crea un sistema receptivo que comunica el uso de recursos en tiempo real. El sistema dota a los edificios de datos «expresivos» de sistemas eléctricos, confort térmico, calidad del aire, agua, gas natural, iluminación y audiovisuales a través de salidas sensoriales.

Políticas y compromisos
Las regulaciones gubernamentales e incentivos desempeñan un papel crucial en la promoción de esta refrigeración eficiente desde el punto de vista energético, y muchas naciones ya han establecido objetivos ambiciosos de neutralidad de carbono y eficiencia energética, incluido el objetivo de emisiones netas cero. Los responsables de la formulación de políticas en todo el mundo están comprendiendo que lograr estos objetivos requiere un cambio de paradigma en las prácticas de refrigeración, enfatizando la sostenibilidad y la conservación de energía. Además, estas iniciativas están en plena sintonía con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de las Naciones Unidas.
«Objetivos como el ODS 7, que busca garantizar una energía asequible y no contaminante, y el ODS 13, centrado en la acción climática, subrayan la urgencia de la transición hacia tecnologías de refrigeración ecológicas. Al priorizar la refrigeración eficiente desde el punto de vista energético y fomentar la colaboración entre las partes interesadas, creamos una oportunidad para cumplir con estos objetivos internacionales al tiempo que garantizamos un futuro en el que la refrigeración sea sostenible y confortable», señala Clara Camarasa.

Mobiliario efímero en la Plaza de Les Glòries
En resumen, la clave para crear un entorno construido sostenible radica en combinar técnicas de refrigeración eficientes desde el punto de vista energético, tecnología de vanguardia y fuentes de energía renovable. Mediante la implementación de políticas creativas y trabajando juntos, podemos acelerar nuestro camino hacia los objetivos de emisiones netas cero, lo que supone una contribución significativa a un mundo más consciente del medio ambiente y resiliente al clima.
ACA
CONTACTO FAC 345
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(a propósito de la “nueva monumentalidad”)

El laboratorio moderno: Explorando la arquitectura de Le Corbusier y Louis Kahn en la India
Escrito por Maria-Cristina Florian
Traducido por Piedad Rojas
Publicado el 27 de junio, 2023
Tomado de https://www.archdaily.cl
Al inicio de 2022, la curadora Lesley Lokko anunció el título de la 18ª Exposición Internacional de Arquitectura – La Biennale di Venezia: «El Laboratorio del Futuro». La intención del tema es destacar al continente africano como protagonista del futuro, un lugar «donde convergen y se fusionan todas estas cuestiones de equidad, raza, esperanza y miedo», en palabras de la curadora. Como el continente de más rápido crecimiento urbano, África se ve como una tierra de potencial, pero también de desafíos, donde las cuestiones de equidad racial y justicia climática se juegan con un impacto significativo en el mundo en general.
Sin embargo, a fines de la década de 1950, otro laboratorio del futuro estaba tomando forma, uno donde las nuevas ideas del modernismo producían grandes diseños monumentales y estructuras urbanas completas a una escala sin precedentes: India. En busca de una imagen moderna y democrática, el país recién independizado dio la bienvenida a maestros de la arquitectura occidental como Le Corbusier y Louis I. Kahn y les confió una amplia gama de comisiones, desde el diseño urbano de Chandigarh y sus principales edificios gubernamentales hasta universidades, museos y proyectos residenciales de menor escala. El resultado es una mezcla de culturas, influenciándose mutuamente para obtener resultados inesperados.


El estatus de India después de 1947 y la búsqueda de una nueva imagen establecieron las premisas para la construcción de una de las mayores asambleas modernistas y experimentos urbanos. Nombrada en honor a la diosa hindú del poder, Chandigarh fue elegida como sede de la nueva capital estatal de Punjab, creada para encarnar la agenda de modernización y los valores seculares de la recién fundada república. Desde el principio, el ingeniero jefe de Punjab, P. L. Varma, y el administrador estatal de obras públicas, P. N. Thapar, se propusieron traer a profesionales occidentales, en parte debido al deseo de crear una ciudad moderna y eficiente y debido a la capacitación profesional limitada. Previamente Albert Meyer, un urbanista estadounidense, fue invitado a diseñar la nueva ciudad, y Matthew Nowicki, un joven arquitecto que trabajó con Le Corbusier, fue seleccionado para crear la arquitectura de las nuevas instituciones democráticas. Después de la inesperada muerte de Nowicki en 1950 en un accidente de avión, Thapar y Varma se pusieron en contacto e invitaron a Jane Drew y Maxwell Fry, quienes recomendaron una colaboración con Le Corbusier, como se explica en el libro de William J R Curtis Le Corbusier: Ideas and Forms.
Al principio, Le Corbusier dudó, pero aceptó la comisión y se convirtió en el exclusivo diseñador de los edificios del Capitolio y consultor para la disposición de la ciudad, aún liderado oficialmente por Mayer, pero eclipsado por la fuerte visión de Le Corbusier. Jane Drew y Maxwell Fry también fueron empleados, concentrando su atención en las áreas residenciales, desarrolladas con equipos de jóvenes arquitectos indios. El sector de la vivienda se informó con prototipos vernáculos indios y contenía elementos como logias y terrazas para dormir. En 1951, Le Corbusier también invitó al joven arquitecto indio Balkrishna Doshi a unirse a su estudio en París, quien aportó una comprensión más profunda de la cultura y el clima indios al equipo, teniendo una influencia significativa en la planificación de la nueva ciudad, las áreas residenciales y la creación de espacios abiertos. Más tarde, en 2018, Balkrishna Doshi se convirtió en el primer arquitecto de India en recibir el Premio Pritzker, el mayor honor en arquitectura.

A escala urbana, la planificación de Chandigarh retuvo algunos de los principios de Le Corbusier, como la separación de áreas para vivir, trabajar y disfrutar del tiempo libre, y los grandes ejes monumentales, pero dejó de lado los rascacielos, optando en su lugar por edificios de baja y media altura, en una adaptación a los estilos de vida y las costumbres locales. En su libro, Curtis señala que en la búsqueda de una gramática india moderna, Le Corbusier cambió su enfoque para ver a India como «un país que debe evitar el voraz industrialismo de la primera era de la máquina, forjando una nueva cultura sobre la base moral de un equilibrio entre lo mecanizado y lo rústico, lo secular y lo sagrado, lo local y lo universal».
En el diseño de los cuatro principales edificios gubernamentales, las investigaciones de Le Corbusier sobre cosmología y tradiciones se combinaron con adaptaciones a las condiciones específicas del clima local para producir elementos arquitectónicos escultóricos y simbólicos. Se emplean variantes de celosías para proporcionar la sombra necesaria, mientras que los pórticos y los muros perforados permiten que el aire circule y ventile las estructuras. El hormigón era el material preferido. Aunque almacena e irradia calor, su bajo coste y fácil disponibilidad lo convirtieron en una elección fácil. Las herramientas rudimentarias de que disponían los trabajadores en la obra dieron lugar a formas potentes y superficies rugosas, lo que hizo que la arquitectura fuera «intemporal pero de su tiempo».

La influencia de Le Corbusier no se limita a Chandigarh. Tras su primera visita a la India en 1951, fue invitado a Ahmedabad, importante centro comercial del noroeste del país. Con su potente industria textil, la ciudad se consideraba un modelo potencial para una «Nueva India», ya que desempeñó un papel importante en la lucha por la independencia. La nueva élite urbana, formada por comerciantes y propietarios de fábricas, deseaba afianzar su posición alineándose con los ideales modernos representados en la obra del arquitecto. Aunque no todos los encargos tuvieron éxito, Le Corbusier construyó cuatro edificios en Ahmedabad: el Museo, el edificio de la Asociación de Propietarios de Molinos, las residencias Shodhan y una casa privada para Manorama Sarabhai.

El edificio de la Asociación de Propietarios de Molinos es un pequeño palacio, auténtico testimonio de una arquitectura para los tiempos modernos ajustada al clima de la India. Con los demás edificios de Ahmedabad… será un verdadero mensaje hacia una arquitectura india.
Le Corbusier, 1953 (citado en Le Corbusier: Ideas and Forms de William J R Curtis)

A principios de la década de 1960, cuando se elaboraron los planes para crear el Indian Institute of Management (IIM), una escuela de negocios de posgrado en Ahmedabad, se consultó a Balkrishna Doshi recomendando al arquitecto estadounidense Louis Kahn, a quien había conocido gracias a su puesto de profesor en Filadelfia. Kahn aceptó el encargo por la oportunidad de trabajar en un campo influido por Le Corbusier con la condición de que Doshi se uniera a él como asociado, según explicó Doshi en una entrevista en vídeo.

El campus universitario supuso para Kahn la oportunidad de diseñar un entorno completo para el aprendizaje, un ideal que sólo se había hecho realidad parcialmente con su trabajo en Estados Unidos en Erman Hall y el Instituto Salk. El subcontinente demostró ser un campo de pruebas receptivo para los esfuerzos arquitectónicos de Kahn. Poco después de que comenzara la construcción en Ahmedabad, recibió otro encargo para un proyecto aún mayor en la nueva capital de Dhaka, Bangladesh. El edificio de la Asamblea Nacional de Bangladesh se terminó en 1982, convirtiéndose en una de sus obras más reconocidas y apreciadas.


El campus de Ahmedabad fue una oportunidad para que Kahn explorara las propiedades del ladrillo, un material local que le prescribió el cliente debido a las limitaciones económicas. En el ladrillo, Kahn descubrió un sistema de construcción robusto, atractivo por su honestidad estructural directa. En conversaciones con sus alumnos en Estados Unidos, a menudo escenificaba este diálogo mantenido con el material, como se cita en el libro de David B. Brownlee y David G. De Long, Louis I. Kahn: In the Realm of Architecture:
Le dices al ladrillo: «¿Qué quieres, ladrillo?» Y el ladrillo te dice: «Me gusta un arco». Y tú le dices al ladrillo: ‘Mira, yo también quiero uno, pero los arcos son caros, y puedo usar un dintel de hormigón sobre ti, sobre una abertura’. Y tú le dices: «¿Qué te parece, ladrillo?» Y el ladrillo responde: «Me gusta un arco».
Louis Kahn


En su búsqueda de una imagen moderna y democrática, la India se convirtió en una tierra de posibilidades donde el lenguaje, los ideales y los principios abstractos modernistas podían ponerse a prueba a una escala sin precedentes, pero no en el vacío. Aquí, dos de los pioneros del Modernismo encontraron una nueva expresividad a través de la influencia de una cultura en principio distante de ellos. La cultura, las costumbres, el modo de vida y la relación con los materiales y la tierra de la India influyeron no sólo en la obra de Le Corbusier y Louis Kahn, sino también en la imagen del Modernismo y de la arquitectura del siglo XX en general.
ACA
CONTACTO FAC 337
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Durante el período de confinamiento estricto a que obligó la pandemia ocasionada por el COVID-19 entre 2020 y 2021, muchas fueron las manifestaciones que buscaron dar salida a una situación totalmente inédita en lo relativo a las maneras como abordamos nuestras rutinas de trabajo y como nos relacionamos con los ambientes en los que tuvimos que hacerlo. La inmovilidad convirtió nuestros hogares en lugares polifuncionales para lo cual no estaban pensados, obligó a una convivencia para la que no estábamos preparados y significó para muchos la oportunidad de ocupar su tiempo y a la vez dar salida a angustias vinculadas a lo que estaba pasando de muy diferentes maneras.
En este marco se produjo el reencuentro a distancia entre la laureada periodista y escritora chilena María José Ferrada y el diseñador gráfico, ilustrador y artista plástico mallorquín Pep Carrió que tuvo como feliz resultado el libro Casas, publicado por primera vez en México por Editorial Alboroto en 2021 y vuelto a lanzar en abril de este año por Nordicalibros, Madrid.



Carrió, quien ya había participado en la ilustración de dos libros de Ferrada (El lenguaje de las cosas, Jinete Azul, 2011 y La tristeza de las cosas, Amanuta, 2017), venía desde 2007 registrando diariamente, a modo de juego, en el formato que le imponían las páginas de la agenda Moleskine, una imagen hecha en cualquier técnica, juego “que continuó en otros cuadernos en los años siguientes, convirtiéndose en un proyecto de nombre Diario visual y haciendo del cuaderno una herramienta que Pep considera un ‘laboratorio portátil’, un reverso de ese territorio mesurado y obediente que ha de ser todo proyecto desarrollado por encargo”, como recoge Alicia Guerrero Yeste en la estupenda reseña “ ‘Casas’, de María José Ferrada y Pep Carrió” publicada en su blog Un trabajo tartamudo el 27 de septiembre de 2022, apoyada en entrevistas hechas a los autores del libro en mayo y junio de 2022 (https://untrabajotartamudo.wordpress.com/2022/09/27/casas-de-maria-jose-ferrada-y-pep-carrio/).
Siendo casas y edificios algunos de los elementos que se repetían en sus cuadernos, “en representaciones que él considera enteramente brotadas del inconsciente”, en medio del desarrollo de su “laboratorio portátil”, llegó el confinamiento y con él “la obligación de permanecer en el interior de nuestra casa como forma extrema de protección ante un virus sumamente contagioso y potencialmente mortal”. Así, Pep pasó a compartir diariamente sus imágenes a través de su cuenta de Instagram.


Fue entonces, en plena pandemia, que Carrió (instalado en Madrid) le propuso a Ferrada (ubicada en Santiago de Chile) llevar adelante, revirtiendo el orden que habían seguido en los dos libros publicados anteriormente entre ambos, una actividad (o juego) que finalmente desembocaría en Casas. En otras palabras, si anteriormente le correspondió a Pep ilustrar los libros de María José buscando “generar un poema visual que acompañara al texto, pero poseyera una entidad propia”, en esta ocasión sería ella, con base en los dibujos de él, la que inventaría una serie de relatos y personajes. “Yo enseñaba casas y ella escribía sobre los habitantes de esas casas. Habitantes totalmente variopintos. Todo es ficción”, comentará Carrió en una de las entrevistas que sostuvo con Alicia Guerrero Yeste.
“Esas breves ficciones surgían de una pregunta que María José se formuló acerca de aquella extraña realidad en la que de repente todos amanecimos un día y permanecimos durante largas semanas. ‘Muchísimas personas dentro de su casa, que no estaban saliendo en absoluto de ella. Mi pregunta era: ¿Cómo estará viviendo esa gente en su casa?’ (…) El propio hecho de que dos personas, situadas en sendos lejanos puntos del mundo, emprendieran ese juego cotidiano con imágenes y textos era en sí mismo una respuesta a esa pregunta. ‘Se convirtió en una especie de herramienta de supervivencia para sentirnos ilusionados con algo’, dice Pep. ‘En esos días en que todo eran noticias negativas, estas casas eran una forma de recordar que podíamos seguir riendo y creando, aunque estuviésemos sumidos en una situación de incertidumbre muy grande’, dice María José”.

Y subrayará Guerrero Yeste: “Desde la obvia e inescapable circunstancia ‘de que en ese momento había muchas personas dentro de su casa y que no estaban saliendo en absoluto de ella’ (cualquiera de nosotros era una de esas personas), cada una de las vidas microrrelatadas por María José a partir de las imágenes de Pep es la creación de una respuesta a la pregunta: ‘¿Cómo estará viviendo esa gente en su casa?’. Su mecanismo de creación de esas ficciones tomaba para su arranque otra pieza más de referencia en lo real, una localización en alguna parte del mundo, para después adquirir su propia libertad y deriva. ‘Decidí -dirá María José- ir situando a personas en distintos lugares, países o continentes. Esto era algo que me podía venir sugerido por el dibujo. Quizá, si en la ilustración de Pep predominaba el amarillo, esto me transmitía la impresión de calor y me hacía pensar en África. Elegía un país de ese continente y buscaba entonces un nombre típico de él. Un nombre típico para un niño del Congo, un apellido. Obtenía esa información de Internet. Buscaba también una ciudad al azar y, empleando Google Maps, la miraba para tomar alguna idea sobre el ambiente, por si en la imagen aparecía alguna persona… A partir de todo eso escribía el relato. Lo hacía esforzándome por estar libre de las restricciones que me hubiera impuesto de haber pensado que los textos iban a ser sólo leídos por adultos o por niños, de no coartarme preguntándome que iba a hacer un adulto leyendo sobre un duende o un niño leyendo una cita de Hegel’”.
Por tanto, Casas se trata de un “serial instagrámico” convertido imprevistamente en un libro y que a su vez permitió a sus autores sobrellevar la pesada carga impuesta por la pandemia del cual la reseña de Guerrero Yeste ofrece una disección atinada y profunda. De sus reflexiones sobre la publicación y su contacto con los autores hemos decidido transcribir párrafos que vale la pena compartir.

“El vínculo afectuoso con los amigos y seguidores que aguardaban cada día la publicación era un estímulo optimista, pero puede considerarse que esa comunicación era también un medio con el que establecer una apertura necesaria, un canal con el que reconstruir en esa circunstancia el sentido del adentro y afuera de la casa. Un sentido del que no sólo depende nuestra relación interna y externa con el espacio, sino también con el tiempo, con la inconsciente confianza en su trayectoria en avance del presente hacia el futuro. Y seguramente, más allá de todas las lecturas que antes hubiéramos hecho sobre esos asuntos, fue algo que sólo en esa práctica forzosa comprendimos, por fin, verdadera y enteramente: el tiempo es materia activa en la construcción de nuestro espacio vital. Y que en esa materia es tan igual de fundamental la capa donde se hace el presente cotidiano, cualquier día común, como esas otras del presente constante, más volátiles y complejas, estratificadas en nuestro espacio interior”.
(…)

“Importa pensar en la forma de conexión entre la literalidad cotidiana y la profunda subjetividad de la casa que se establece en este proyecto, así como la espontaneidad y naturalidad que lo sostuvieron, y que en suma hicieron de él algo con un valor que trasciende la intención de cordial pasatiempo con que fue propuesto. Haber inventado con cierta deliberación un proyecto cuyo planteamiento fuera pensar la casa desde el suceso de un acontecimiento que forzara a una inhabitual forma de permanencia dentro de ella habría dado a esos dibujos y esas ficciones otro carácter, habría podido reducir la espontánea honestidad y despreocupada inteligencia con que fue haciéndose y ofrece esas imaginaciones que nos sitúan en un espacio en el que meditar sobre qué es habitar y la casa donde estamos y la casa (o casas, tal vez) donde somos, y que está a cierta distancia de la alta sublimación en que a menudo nos es imposible no incurrir cuando consideramos la casa”.
(…)

“En sí mismos y en su interacción esas imágenes de casas de arquitectura arquetípica, venidas del inconsciente, y esos relatos donde los modos poéticos y fantásticos en que individuos inventados piensan, sienten y habitan, enseñan de qué habla Bachelard cuando habla de la casa y la afirma como ‘uno de los mayores poderes de integración para los pensamientos, los recuerdos y los sueños del hombre’; corroboran cómo somos seres ‘que participan en espacios de los que la física nada sabe’, como señala Sloterdijk, una idea que María José deja escrita en un relato de forma más precisa y comprensible: ‘Las casas no caben en el interior de las cabezas’ y que es algo enteramente cierto, porque la casa es un ser potente, racional o irracional, salvaje o domesticado, protector o adversario, liberador u opresor, controlado o inabarcable, que no se explica únicamente con base a los factores tangibles con que es gestada por el arquitecto. Y esto concierne no sólo a la casa que es pensada y sentida dentro de la filosofía o penetrada a través de la poesía, el cuento, el relato de memorias, la experiencia artística…, sino también, como muestra Perec, a esa en donde todos los días dormimos, nos duchamos, comemos y fregamos los platos… y sobre la que una atención consciente y puramente objetiva de su espacio, los elementos que hay en él y la cotidianeidad que cobija abre un campo de juego inmenso para la mente”.
(…)

“El dibujo y la escritura son medios a través de los que construir y habitar la arquitectura de ese espacio interior. Con los que explicar (…) cómo hay casas que se llevan cargadas a la espalda, que caben en la palma de una mano, que flotan sobre olas agitadas o se elevan sobre quietas aguas nocturnas, que son portátiles, que están hechas de aire, que albergan en su interior otras casas y habitaciones secretas, que hay casas que son cabezas y cabezas que son casas o suelo sobre el que se levantan bloques residenciales, que hay casas en bosques y bosques en casas, que hay personas que viven en un edificio de varios pisos que está dentro de sí mismos o en los sueños de otros… Metáforas que nos traen ecos de experiencias fenomenológicas que, en recuerdos y sueños, la lectura o la mirada, nos han hecho inquilinos o visitantes de aposentos, jardines, cocinas, salas, antiguas mansiones, pisos destartalados, desvanes, tramos de escalera, pasillos…, volviendo familiares lugares extraños y extraños lugares familiares, reconsiderar la extensión de la superficie de nuestro ser y la dimensión de nuestra escala física y psíquica dentro de él, y que aquí se nos reaproximan como heterodoxas realidades, no como irrealidades ni imposibilidades, sino dando una confirmación a la idea de que habitar es construir algo que está (siempre) más allá del esquema y volumen que un arquitecto define y materializa”.
(…)

Y, finalmente:
“En La Poética del Espacio, Bachelard hace ver cómo el estado de conciencia de la infancia es el más afinado perceptor del espacio, el más virtuoso constructor de arquitectura interior, de sus muros y habitaciones más indestructibles. También, en consecuencia, podría pensarse, tal vez su más legítimo habitante. Ese estado de conciencia es un fundamento de trabajo para María José, del mismo modo que acceder al flujo de lo inconsciente lo es para las imágenes de Pep, ya que los niños ‘transitan por lugares muy libres, porque todavía no tienen muy fijos esos marcos de seguridad de los que los adultos se valen’. Es por ese motivo por el que al tener Casas entre las manos, aunque posiblemente reverberarán las impresiones y sensaciones de lecturas e imágenes en los que hemos reconocido con mayor claridad los andamios de nuestras propias arquitecturas interiores, es sobre todo importante volver a ver y sentir el extrañamiento del niño de cuatro años ante todo eso que lo rodea. Recuperar incluso el recuerdo de nuestra conciencia de pequeñez física respecto a casi todas las personas y cosas. (…) Esto último, que puede ser la permanente moraleja de Casas, no despista ni hace caer en lo ingenuo el sentido de un proyecto que surgió como pequeña vía de alivio en medio de una situación gravísima, sino que, al contrario, acentúa la trascendencia de llevar a cabo una extensa reflexión consciente sobre nuestra vivencia física y mental del espacio para exigir a la arquitectura que dé protección sana a toda nuestra libertad y fragilidad”.

NOVEDADES EDITORIALES DE AQUÍ Y DE ALLÁ
Casas
María José Ferrada y Pep Carrió
Nordicalibros
2023
Resumen
Casas es un viaje literario por distintas formas de habitar esos espacios que denominamos «casa». Por la autora ganadora del Premio Cervantes Chico Iberoamericano 2022.
Los autores de este libro nos llevan a un viaje por las distintas formas de habitar una casa. Partiendo de ilustraciones de Pep Carrió realizadas con marcadores acrílicos, la escritora María José Ferrada recurre al lenguaje poético y al humor para proponer un conjunto de microrrelatos que invitan a los lectores a observar sus propias formas de habitar el mundo. «La casa tiene que ver con el espacio físico, pero también con el espacio interior que uno habita. Puedes estar muy tranquilo en una vivienda muy pequeña y muy agobiado en otra enorme en mitad del campo. Una misma casa de treinta metros cuadrados puede ser un hogar plácido para un individuo y una celda asfixiante para otro», dice María José Ferrada.
Nota
Nos ha parecido pertinente, por lo complementario, transcribir también pero en otra entrada, el artículo “¿Qué es una casa?” publicado el 11 de abril en el diario El País por Anatxu Zabalbeascoa en su columna Del tirador a la ciudad, dedicado al libro que hoy nos ha ocupado.
ACA
Procedencia de las imágenes
https://www.domestika.org/es/projects/125580-el-lenguaje-de-las-cosas
https://www.facebook.com/photo/?fbid=2544273522344956&set=a.284138575025140
https://www.instagram.com/diariovisual_pepcarrio/
«Casas», de María José Ferrada y Pep Carrió
Casas

