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¿SABÍA USTED…

… que en 2011 abrió sus puertas al público en Baruta la Hacienda La Trinidad Parque Cultural?

1. Foto tomada en los años 1940 que muestra el lugar en el que durante el siglo XVI se asentó la encomienda de Alonso Andrea de Ledesma en tierras de Baruta y donde luego se ubicaría la Hacienda La Trinidad.

De acuerdo a lo que hemos podido recoger de Wikipedia, si nos remontamos al periodo de la conquista del valle de Caracas y sus alrededores, encontramos que el fundador de Santiago de León, Diego de Losada, “otorgó en encomienda a Alonso Andrea de Ledesma, por título fechado el 12 de marzo de 1568, al rey Baruta, su tribu y sus tierras”. Por otra parte, se reseña que Baruta, “cacique Mariche, hijo del cacique Guaicaipuro y de Urquia”, cuyo nombre deriva de la denominación dada por los mariches al jabillo, “formó parte de la coalición que en el siglo XVI luchó contra los colonizadores castellanos, dirigida por su propio padre y posteriormente por el cacique Tamanaco”.

Tras ser otorgada la encomienda a Andrea de Ledesma, se manejan dos versiones con relación a la reacción que Baruta y su pueblo asumieron ante el hecho. Según una de ellas, el cacique y dos mil indios de su tribu “presentaron batalla y fueron aniquilados; la otra (la más difundida) afirma que … decidió aceptar pacíficamente la presencia de los castellanos, que habrían respetado su autoridad y sus tradiciones y cooperado con él, enseñándoles nuevas técnicas ganaderas y de cultivos”.

2. Centro urbano antiguo de Baruta, autor desconocido. Caracas, 1620.

Lo cierto es que, una vez fallecido el líder indígena, no será sino hasta el 19 de agosto de 1620, cuando “el Gobernador Francisco de la Hoz Berrio y Oruña fundó Baruta, con el nombre de San Francisco de Paula. Los textos hacen referencia expresa a la villa de Baruta como pueblo de indios en la consagración de la Iglesia de Nuestra Señora del Rosario de Baruta el 14 de julio de 1655”.

Pues bien, ya en plena época de la Colonia, en las tierras fértiles del valle ubicado al este de la villa (donde Andrea de Ledesma había situado el primer hato), se establece “una de las haciendas más antiguas del país” que inicialmente llevará por nombre el de “San Pedro y San Pablo” y posteriormente el de “La Trinidad”. Destinada en sus inicios durante el siglo XVIII al cultivo de café y caña de azúcar, se sabe que poco antes de la creación de la Capitanía General de Venezuela fue propiedad del sacerdote Ignacio Rengifo Pimentel quien en 1740 (aunque otros lo datan en 1759) encargó la construcción, por un lado, de un trapiche para procesar caña de azúcar; producir melaza y papelón “en cuyas paredes mandó a grabar imágenes religiosas” y, por el otro, de la casa colonial.

3. Terrenos urbanizados de La Trinidad y Sorocaima antiguamente ocupados por la Hacienda La Trinidad (c.1960)

De acuerdo a la historia elaborada por IAM Venezuela (https://iamvenezuela.com/2016/08/hacienda-la-trinidad/), “a comienzos del siglo XIX, la hacienda es adquirida por la familia Vegas, quienes la venden, en 1919, al Dr. Rafael González Rincones. El Dr. González mantuvo las siembras de caña de azúcar y café hasta 1945, fecha en que decidió producir tabaco”. Fue así que ordenó la construcción de siete cubos de aproximadamente 8 metros de arista, que funcionarían como secaderos de ristras de tabaco, al arquitecto Bastianini. “Luego, decide vender la mayor parte de los terrenos de la hacienda para construir la ‘ciudad satélite’ de Caracas, llamada La Trinidad”.

4. Lugar donde hoy se asienta la Hacienda La Trinidad Parque Cultural a comienzos de los años 1960.
5. Casa El Trapiche. Cornelis Zitman. 1965

1964 es el año en que al escultor holandés residenciado en Venezuela, Cornelis Zitman emprende la búsqueda de un lugar para construir su vivienda y montar su taller de trabajo lo que lo lleva a adquirir en 1965 los restos del trapiche casi en ruinas de la hacienda La Trinidad del que solo se encontraba en pie la chimenea, cuatro muros y una rueda hidráulica. Zitman para resolver su casa-taller que bautizará como “El Trapiche”, se acopla a las ruinas del antiguo molino los cuales aprovecha para ir labrando, cuan escultor que era, su refugio íntimo mediante toda una aventura constructiva de carácter progresivo. Como señala el Catálogo del Patrimonio Cultural Venezolano (IPC, 2007): la casa “está bordeada por corredores que permiten acceso al dormitorio principal, estudio de escultura, taller de dibujo, lavandero y dos dormitorios. El lugar donde se encuentra la rueda del trapiche, al lado este de uno de los patios, alberga la biblioteca, la sala de exhibición, el estar, y el cuarto de trabajo, en un nivel superior al resto de la vivienda”.

6. Ubicación del la Hacienda La Trinidad Parque Cultural en la urbanización Sorocaima (izquierda) y señalamiento del acceso desde la calle Rafael Rangel Sur (derecha).

Afortunadamente, gracias a la cuidadosa intervención de Zitman, el resto del terreno de lo que quedó de la hacienda La Trinidad, ubicado en la calle Rafael Rangel Sur, urbanización Sorocaima, de aproximadamente 15.000 m2 (1,5 há), en que se encontraban la antigua casa (utilizada como residencia hasta 2001) y los siete cubos que constituían los secaderos para las hojas de tabaco, fue preservado y declarado en 2005 como Bien de Interés Cultural del Municipio de Baruta por parte del Instituto de Patrimonio Cultural (IPC). En 2012 ya bajo el nombre de Hacienda La Trinidad Parque Cultural, asociación civil sin fines de lucro (https://haciendalatrinidad.org), fueron renovadas las construcciones bajo la tutela del IPC para preservar y disponer en ellas actividades como galerías de arte y fotografía, tiendas de artesanía, librería, talleres, restaurante y cafés. Así mismo, se llevó adelante un plan integral de paisajismo para las áreas exteriores que incorporó altos árboles centenarios que protegían los cultivos, convirtiéndose el conjunto casi de inmediato en un punto de referencia en lo que a recreación y eventos culturales dentro de la ciudad se refiere.

Un recorrido por el parque cultural permite apreciar desde el acceso por el norte los siete secaderos, luego, hacia el sur, se encuentra la “casa vieja”, que sirve de museo y, justo al frente, está la casa Zitman que permanece habitada por la familia y no está abierta al público.

7. Los secaderos.

En cuanto a las características de cada una de las edificaciones públicas cabe señalar, tal y como se apunta en la página de IAM Venezuela, que “los siete secaderos poseen muros portantes de ladrillo a la vista, reforzados con machones de concreto armado en las esquinas, y techos a dos aguas de madera y cubiertos de teja”. Aunque originalmente, eran prismas macizos, en 2012 “cada secadero fue intervenido con la apertura de vanos de ventanas, así como con la construcción de marquesinas de madera y tejas sobre los accesos y mezzaninas en su interior”.

8. La antigua casa colonial.

La antigua casa colonial de la hacienda (también llamada “la casa vieja”), ubicada como ya se dijo en la parte sur de la parcela, “presenta elementos constructivos propios de su tipología como corredores, pilastras, patios y cubiertas en pendiente con teja criolla. Por el lado oeste se vincula con la casa Zitman, por el este, con la larga crujía de la Caballeriza, que ha sido intervenida para alojar las oficinas del Parque Cultural”.

9. Diversas tomas de la Hacienda La Trinidad Parque Cultural en la actualidad.

La completa página de Hacienda La Trinidad Parque Cultural permite recoger, para cerrar, que la institución “gestiona directamente la Casa de Hacienda y el Secadero 3, así como también a través de todos y cada uno de los espacios que van conformando la programación que se va construyendo orgánicamente, porque es precisamente la suma de estas iniciativas las que contribuyen para ofrecer una programación global amplia, diversa y multidisciplinar. (…) Naturaleza, arquitectura, historia, salud, arte y gastronomía encuentran aquí un espacio de dinámica convergencia en pro del cultivo del cuerpo y del espíritu. Pues no hay mejor manera de preservar un patrimonio para las futuras generaciones, que mantenerlo vivo”.

ACA

Procedencia de las imágenes

1, 3 y 9. Hacienda La Trinidad Parque Cultural (https://haciendalatrinidad.org)

2. CARACAS MODERNA (http://fundamemoria.blogspot.com/2010/08/206-municipio-baruta-parroquia-nuestra.html)

4. Revista CAV, nº34, 1973; y Hacienda La Trinidad Parque Cultural (https://haciendalatrinidad.org/quienes-somos/#historia)

5. Tripadvisor (https://www.tripadvisor.com/LocationPhotoDirectLink-g316066-d7106695-i226271709-Hacienda_La_Trinidad_Parque_Cultural-Caracas_Capital_Region.html); El Trapiche (https://guiaccs.com/obras/el-trapiche-2/); y Graziano Gasparini, Casa Venezolana, 1992.

6. Capturas de Google Earth.

7. Hacienda La Trinidad Parque Cultural (https://alcaldiabaruta.gob.ve/turismo/hacienda-la-trinidad-parque-cultural/); Hacienda La Trinidad Parque Cultural (https://haciendalatrinidad.org/quienes-somos/#historia); y Tripadvisor (https://www.tripadvisor.com/LocationPhotoDirectLink-g316066-d7106695-i226271709-Hacienda_La_Trinidad_Parque_Cultural-Caracas_Capital_Region.html)

8. Wikipedia (https://es.m.wikipedia.org/wiki/Archivo:Conjunto_Hacienda_La_Trinidad_3.jpg)

ALGO MÁS SOBRE LA POSTAL Nº 261

Tal y como lo señala Wikipedia, la Procter & Gamble, también conocida como P&G, es una empresa multinacional estadounidense de bienes de consumo con sede en Cincinnati (Ohio), Estados Unidos. Fue fundada por William Procter y James Gamble en 1837 ambos originarios del Reino Unido el primero de Gran Bretaña y el segundo de Irlanda. Procter fabricante de velas y Gamble de jabón, al emigrar a los Estados Unidos se establecieron inicialmente en Cincinnati y se conocieron cuando se casaron con las hermanas, Olivia y Elizabeth Norris. Alexander Norris, su suegro, les hizo un llamado en el cual invitaba a sus yernos a ser socios. Así, el 31 de octubre de 1837, nace Procter & Gamble.

El vertiginoso crecimiento de la firma se inició entre 1858 y 1859 cuando sus ventas alcanzaron un millón de dólares llegando a contar con 80 empleados. Durante la Guerra Civil de Secesión, la compañía ganó licitaciones para suministrar al Ejército de la Unión jabones y velas. Además de incrementar su experiencia durante la guerra, los contratos militares introdujeron los productos de P&G en todo el país. Luego vino la comercialización de nuevas elaboraciones y en 1887 William Arnett Procter, el nieto de William Procter, comenzó un programa de reparto de utilidades que daba a los trabajadores una participación en la compañía, asumiendo correctamente que serían menos propensos a hacer huelga.

Más adelante comenzó el proceso de construcción de fábricas en otros lugares de los Estados Unidos, la diversificación de productos y el traslado a otros países convirtiéndose en una corporación internacional con la adquisición en 1930 de la compañía Thomas Hedley, con sede en Newcastle upon Tyne, Inglaterra.

Numerosos productos nuevos y nombres de marca se introdujeron a través del tiempo. P&G comenzó a ocupar nuevas áreas, siguió en su política de compra de otras firmas y en algunos momento de venta de algunas marcas que la habían caracterizado, llegando en enero de 2005, tras el anuncio de la adquisición de Gillette, a formar la mayor empresa de bienes de consumo del planeta colocando a Unilever en el segundo lugar. En 2014 P&G registró $81.100 millones en ventas.

Hoy en día P&G cuenta con operaciones en aproximadamente 70 países alrededor del mundo y sirve a los consumidores con uno de los portafolios más fuertes de marcas entre las que destacan, entre otras: Ace, Always, Ariel, Gillette, Head & Shoulders, Pampers, Pantene, Secret y MUM.

Este enorme consorcio tiene una historia propia en el país que se remonta a 1947 cuando un importador trajo por primera vez a Venezuela la marca de detergente Ace. El año siguiente México se convirtió en la primera subsidiaria de P&G para toda Latinoamérica y en 1950 se anuncia la apertura de oficinas en el país, momento en que la compañía pisa por primera vez Sudamérica. En 1952 se inaugura la primera planta de operaciones en tierras venezolanas; en 1957 P&G Venezuela crea un nuevo departamento: Investigación y Desarrollo de Productos, con el objetivo de estudiar los hábitos del consumidor y sus preferencias para desarrollar nuevas alternativas que cubran sus necesidades; en 1969 se produce el lanzamiento del detergente Ariel que se vio acompañado con un crecimiento continuo a lo largo de los años; y en 1981 se abre una nueva y moderna planta en Barquisimeto que permite a P&G la introducción de nuevos productos.

Es a comienzos de la década de los años 1990 tras 40 de permanecer en el país cuando P&G toma la decisión de ubicar en Caracas su sede principal para Latinoamérica, concebida como centro de investigación y desarrollo de productos para la región. Para ello se selecciona y adquiere para la realización del proyecto un lote localizado en la urbanización La Trinidad en un importante cruce vial.

1. Terrenos de la antigua hacienda La Trinidad a comienzos de los años 1940
2. La urbanización desarrollada durante los años 1950 y el letrero que la identifica desde entonces.

Vale recordar de la mano de https://iamvenezuela.com/2016/08/hacienda-la-trinidad/ que lo que hoy conocemos como La Trinidad fue en 1582 un hato ganadero fundado por Alonso Andrea de Ledezma. Mas adelante, durante el siglo XVIII, convertida en hacienda, comienzan las actividades agrícolas mediante el cultivo de café y de la caña de azúcar, época en que se construyó el trapiche y la casa colonial siendo el sacerdote Ignacio Rengifo Pimentel su propietario en 1740.

“A comienzos del siglo XIX, la hacienda es adquirida por la familia Vegas, quienes la venden, en 1919, al Dr. Rafael González Rincones. El Dr. González  mantuvo las siembras de caña de azúcar y café hasta 1945, fecha en que decidió producir tabaco y ordenó la construcción de siete secaderos de ristras de tabaco al arquitecto Bastianini. Luego, decide vender la mayor parte de los terrenos de la hacienda para construir la ciudad satélite de Caracas, llamada La Trinidad. (…) En 1965 los restos del trapiche fueron vendidos al escultor holandés, Cornelis Zitman. Para esa fecha, del trapiche solo se encontraba en pie la chimenea, cuatro muros y una rueda hidráulica. A partir de estas estructuras, Zitman construyó una casa que está en los espacios de la Hacienda La Trinidad”, Es así como desde 1950, tras la venta de los terrenos por parte de Rafael González Rincones, la zona se desarrolla y urbaniza como “ciudad satélite” de Caracas contemplándose dos sectores: uno industrial y otro residencial. La sede de la P&G se ubicaría justo en el borde entre uno y otro.

3. Vista satelital de la urbanización La Trinidad con la ubicación del edificio de la Procter & Gamble

Para diseñar la edificación se convoca en 1991 un concurso privado resultando ganadores los arquitectos Edmundo Diquez, Oscar González, Jose Rivas y Oscar Diquez, todos pertenecientes a la firma Diquez, Gonzalez & Rivas, Arquitectos (DGR).

4. El edificio de la Procter & Gamble y su entorno inmediato.
5. Edificio de la Procter & Gamble. Vista del espacio central, planta tipo y corte transversal
6. Edificio de la Procter & Gamble. Dos vistas exteriores y fachada este

La obra se terminó en 1993 y se puso en servicio en 1997 correspondiéndole a DGR ser los responsables, también, de la gerencia de proyecto.
Este edificio de oficinas de 12.000 m2, que, como ya se adelantó, ocupa un terreno en esquina y ”pone de relieve el carácter simbólico de la arquitectura y la idea de ciudad”, como señala Iván González Viso en la nota que lo acompaña en Caracas del Valle al mar. Guía de arquitectura y paisaje (2015), tiene unos 30 metros de altura (planta baja y nueve pisos). Su planta es en L, dejando dos aberturas a escala urbana, una de ellas como remate de la avenida La Trinidad. Alberga tres divisiones de la empresa multinacional: laboratorios y dependencias técnicas (primer y más bajo edificio), P&G Latinoamericana (cuerpo este) y P&G Venezuela (cuerpo sur).

González Viso resumirá: “Con un lenguaje sólido y coherente, la obra, al igual que otras de los autores, se caracteriza por el uso con maestría del ladrillo y tablillas obra limpia, ventanas remetidas continuas, una magnífica plaza cubierta, pérgolas en las terrazas, la integración espacial entre ambientes y la iluminación cenital. La pieza es un potente paralelepípedo que se conjuga con otros sólidos geométricos, lo que genera llenos y vacíos, masa y transparencia. Emparentada con el edificio Atrium (1988), la obra replica el atrio, pero con mayor pureza geométrica y a mayor escala. La forma del paralelepípedo, que le otorga su imagen corporativa se completa con macrocerchas, soportadas por el apoyo en la esquina, lo que da la sensación de un gran edificio pórtico. La planta baja incorpora un plástico cerramiento metálico en tono azul, obra del artista Rafael Barrios (1947)”.

8. Arquitectura HOY, nº 231, 5/12/1997

En fechas próximas a su inauguración Mario Quirós escribió para el número 231 de Arquitectura HOY (5/12/1997) un interesante artículo titulado «Monumento y deseo. Sede de la Procter & Gamble Latinoamérica», desde el que hace una muy atinada aproximación critica al edificio subrayando su condición de protagonista destacado dentro del entorno y de monumento que “redefine bruscamente el escaso perfil urbano existente, a través de una clara voluntad emblemática, propia de edificios contemporáneos de gran carácter simbólico empresarial, que al igual que catedrales de otros siglos, dan origen a objetos arquitectónicos de espacios bondadosos y envueltos en su particular misterio”.

La idea fuerza resumida “en una ventana marco gigante que construye un vacío monumental como aporte espacial más significativo, dando un sentido diverso y sorprendente a la plaza interna privada que agrupa toda la composición” llevan a Quirós a mirar como parte de la misma tipología al edificio de la Ford Fundation, Nueva York de Kevin Roche, John Dinkeloo & Asociados (1963-68) con la diferencia de que en este caso el elemento ordenador se trata de un espacio interior aclimatado que ve hacia y se deja ver desde la ciudad, mientras que el de la sede de P&G, abierto, no tiene ciudad alrededor sino un vecindario de baja altura y visuales largas hacia el exuberante paisaje natural caraqueño. También remite Quirós a revisar la obra de Teodoro González de León y en particular la embajada de México en Brasilia (1972-75) o el Palacio de Justicia Federal en México D.F. sacando éstos también clara ventaja sobre el edificio que nos ocupa a la hora de materializar un concepto íntegro y no sólo integrador.

En otro pasaje Quirós se atreve a decir que la sede de P&G es uno de esos edificios que irradia mucho y dialoga poco, que rechaza más que acabar lo impredecible y que resulta ser una actuación más conquistadora que estratégica.

Otro asunto al que invita a pensar la sede de P&G es el relacionado con el espíritu y equidad que tienen sus espacios abiertos, disfrutables únicamente por los empleados de la empresa cuando sus proporciones son definitivamente urbanas. “El edificio P&G concebido radicalmente separado de la calle, hace que sólo participe de ella desde su interior, creando una atmósfera muy especial, silenciosa y muy agradable en la articulación de todos los usos”, matizará Quirós.

En el año 2005 el emblemático edificio de la P&G, que por disminución de su nómina rentó parte de sus espacios a otra importante transnacional (Nestlé), fue declarado como Bien de Interés Cultural de la Nación por el Instituto del Patrimonio Cultural según Gaceta Municipal Extraordinaria Nº 128-04/2005.

Procedencia de las imágenes

Postal. http://guiaccs.com/obras/edificio-procter-gamble/

1 y 2 . https://haciendalatrinidad.org/quienes-somos/ y http://guiaccs.com/zona-8/

3. Google Earth

4 y 7. Colección Fundación Arquitectura y Ciudad

5 y 6. http://guiaccs.com/obras/edificio-procter-gamble/, Arquitectura HOY, nº 231, 5/12/1997 y Colección Fundación Arquitectura y Ciudad

ALGO MÁS SOBRE LA POSTAL Nº 231

ALGO MÁS SOBRE LA POSTAL

Aunque el concepto de “árbol para vivir” cobra su mayor impacto en el desarrollo del grupo de viviendas proyectado en 1994 para la Cooperativa de Trabajadores de Pequiven en Lechería, estado Anzoátegui, allí José Fructuoso (Fruto) Vivas (La Grita, 1928) no hace otra cosa que volver a poner en práctica a gran escala buena parte de la teoría que había estado esbozando desde su obra más temprana. Dentro de ese marco, la casa diseñada en 1975 para el Dr. Homero Marín ubicada en la urbanización La Trinidad, Caracas, es la que, después de “El Tarantín”, proyectada para su hermana en Barquisimeto, primero recogió una serie de ideas que buscaban, por un lado, aproximar la arquitectura a la naturaleza a través del hecho constructivo-estructural y, por el otro, la convicción profesada por Vivas de que “todo acto humano es político y el de construir lo es de sobremanera” (como bien ha acotado Juan Pedro Posani), cuestiones que van más allá de una preocupación estética por lo impregnadas que se encuentran de innovación.

La casa, cuyo dibujo ilustra nuestra postal del día de hoy, reseñada por primera vez por Posani en la revista Punto nº 61 (junio 1979), luego en Guía de edificaciones contemporáneas en Venezuela. Caracas. Parte 1 de Mariano Goldberg (1980) y más recientemente en la nota elaborada por Iván González Viso dentro de Caracas del valle al mar. Guía de arquitectura y paisaje (2015), aglutina diferentes temas que quizás valga la pena repasar. El primero tiene que ver con una muy particular relación cliente-arquitecto que permitió al primero enorgullecerse de un resultado que satisfizo plenamente sus expectativas básicas y a la vez contar con una “invención” propia de la creatividad de un imaginativo profesional, y al segundo (al arquitecto) aprovechar la oportunidad para poder experimentar con la utilización racional y no necesariamente convencional de los materiales, lo que condujo a la realización de un verdadero prototipo que podría considerarse como todo un manifiesto en el uso de estructuras límite, cabalmente acompañado de calidades espaciales y ambientales verdaderamente ejemplares y, si se quiere, originales.

1. Dos dibujos de Fruto Vivas explicativos de la concepción y construcción del «arbol para vivir» proyectado como vivienda multifamiliar para Lechería, estado Anzoátegui, 1990

Justamente es ese “construir con la materia óptima necesaria, con la forma de máxima eficiencia” que va asociado al concepto de estructura límite, para dar “a la edificación el carácter mutante propio de la vida”, ofreciéndole a la ciudad la oportunidad de que «cambie como cambian los bosques, sin morirse, en un mundo dialéctico de íntima relación pero a la escala gregaria del hombre, donde sea posible el amor social en estructuras urbanas y en armonía con la naturaleza”, lo que se encuentra en el corazón del concepto bioclimático de “árbol para vivir” que Fruto Vivas incipientemente esbozara en la casa Marín y luego desplegara en el edificio multifamiliar de Lechería.

“La estructura límite -dirá Vivas en otra ocasión- está muy ligada a la idea del andamio al ser aplicada a la vivienda. Pongo el ejemplo del andamio para hacer una objetivación de una estructura liviana aplicable en la vivienda. Nosotros llamamos estructura límite a aquella estructura que está en el máximo de su optimización: donde menos material no se puede poner, pero está en su máxima rigidez. Es una estructura óptima”. 

Buckminster Fuller, Archigram, Yona Friedman y hasta Christopher Alexander resuenan para quienes se han aproximado a la búsqueda tanto a escala doméstica como urbana emprendida por Vivas. En el primer ámbito, el planteamiento para la casa Marín se basa en una estructura metálica colgante pensada para que de ella se trepe la vegetación que en principio permitiría al sistema asumido adaptarse a cualquier accidente topográfico. La vivienda, en la cual se utilizaron materiales industrializados disponibles comercialmente, está desarrollada en tres niveles (+0,90, +2,20, +3.50) y dispone de una sala, comedor, cocina-pantry, habitación de servicio ubicados en los dos primeros y, agrupados en el nivel mas alto (+3,50): la habitación principal con vestier y baño; una habitación con el baño incorporado para la hija y otra habitación, compartida, para los dos con el baño afuera.

2. Fruto Vivas. Cortes y fachadas de la Casa Marín, La Trinidad, Caracas, 1975

Formal y volumétricamente, como señalará González Viso, la casa “se plantea como dos grandes módulos en voladizo (comedor y servicios; estar y dormitorios) suspendidos por cuatro apoyos metálicos vinculados por un marco espacial desde donde se desprenden los tirantes que la soportan. Construida con marcos portantes tubulares metálicos, tabiques de resinas fenólicas y pisos de madera, la casa muestra una clara racionalidad constructiva, consecuencia del uso de un módulo geométrico asociado a la prefabricación. Al interior, la luz es protagonista, controlada por ligeras celosías y romanillas, ubicadas en cielos y muros. Con un mínimo grado de sofisticación, Vivas recurre a … formas simples de fácil ensamblaje mecánico, poniendo de manifiesto en esta obra, la tecnología más moderna para su época”.

El deseo de poder convertirse en su momento en modelo de un sistema para el desarrollo masivo de viviendas que debería tener importantes repercusiones a largo plazo, no se cumplió a cabalidad. Tampoco el haber tomado todas las previsiones en el sentido de economizar materiales y optimizar la estructura logró abaratar el costo final de la casa, lo que impulsa a Mariano Goldberg de calificarla de “costoso prototipo”. Esta contradicción es justificada por Posani cuando apunta que los prototipos arrojan por lo general costos elevados: “Emplean poco material, pero la mano de obra relativamente especializada que exigen, es escasa, impredecible y cara. Al salirse mínimamente de la rutina tradicional, aún para reducirla o simplificarla, las empresas aprovechan para elevar sus precios. Al no estar dentro del mercado ‘normal’ de materiales y de mano de obra, el tiempo de construcción -aún siendo obras pequeñas- se eleva paradójicamente hasta convertirse casi en una caricatura de esas grandes obras monumentales que arrastraban su construcción por años y años”. Y cierra: “…al esbozar el futuro, hay que sustraerse a las condiciones normales de trabajo… Al  proponer procesos constructivos ‘anormales’ (menos peso, menos material, menos mano de obra, menos tiempo) el costo sube vertiginosamente”, cosa que si bien ocurre con los prototipos se amortiza cuando los mismos derivan hacia la construcción masiva.

3. Imágenes recientes de la Casa Marín, La Trinidad, Caracas

La relación entre Homero Marín y Fruto Vivas a raíz de la satisfactoria realización de la vivienda familiar del primero, le permite a Posani afirmar que Vivas “sabía lo que el cliente necesitaba y de allí su identificación con lo que se le construyó alrededor, con la alegre y aparente irresponsabilidad de quien domina tanto su oficio que ya se permite la soltura y la audacia del virtuosismo”. Esta actitud fresca, entusiasta y siempre jovial, permite delinear el perfil de este talentoso maestro de la arquitectura venezolana “cuyo mayor éxito, en el fondo, -según Posani- ha sido el promover ideas, el de agitar ideales y de afirmar con júbilo su fe en el Hombre, en los hombres, en cada hombre con quien se ha topado”.

ACA

Procedencia de las imágenes

  1. https://www.plataformaarquitectura.cl/cl/758152/clasicos-de-arquitectura-arbol-para-vivir-fruto-vivas/54778dbde58ece4c59000006?next_project=no

2. Revista Punto nº 61 (junio 1979)

3. http://guiaccs.com/obras/casa-marin/

1978• «Árbol para Vivir» (Casa del Dr. Marín)

Arbol para Vivir.jpg

1978•  Se concluye la construcción de uno de los primeros prototipos para vivienda del tipo «Árbol para Vivir», proyectados por el arquitecto Fruto Vivas (FAU UCV, promoción 5 / 1956). En este caso es la «Casa del Dr. Marín», ubicada en la urbanización La Trinidad, Baruta, Caracas, la cual fue diseñada en 1975 y terminada en dos años.
La obra es «una estructura límite», caracterizada por una experimentación rigurosamente controlada, en la cual se utilizaron materiales industrializados disponibles comercialmente. La vivienda desarrollada en tres niveles (+0,90, +2,20, +3.50) dispone de una sala, comedor, cocina-pantry, habitación de servicio y, agrupados en el nivel más alto (+3,50): la habitación principal con vestier y baño; una habitación con el baño incorporado para la hija y otra habitación, compartida, para los dos con el baño afuera.

HVH