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NOVEDADES EDITORIALES DE AQUÍ Y DE ALLÁ

Villanueva y los extravíos poéticos de Juan Pedro Posani

Carlos Pou Ruan

Monte Ávila Editores Latinoamericana

2025

Sinopsis

Este libro está escrito en el espíritu de quien quiere apropiarse de una realidad compleja en su estructura epistémica, pero que no renuncia a ser expresión genuina de lo que históricamente ocurrió. Nos planteamos, entonces, a través de dos espacios redaccionales distintos, como son el ensayo y la escritura teatral, transitar un hilo discursivo común que nos permitiera la percepción de múltiples dimensiones sobre Villanueva y Posani, intentando descifrar, en la dimensión heurística y especulativa, lo que Paul Ricoeur reconoce como adecuadas y oportunas resonancias entre la historia y la ficción, donde se asume, cual telón de fondo, real o imaginario, el tercer protagonista de este libro, que es la ciudad de Caracas.

ACA

TAL DÍA COMO HOY …

… 5 de octubre de 1991, Juan Pedro Posani publica en las páginas del diario Economía HOY el artículo “Jesús Tenreiro, Premio Nacional”.

1. Página de arquitectura del diario Economía HOY del 5 de octubre de 1991.

Jesús Antonio Tenreiro-Degwitz (1936-2007) es, sin duda, uno de los arquitectos venezolanos más importantes de la segunda mitad del siglo XX. Egresado de la FAU UCV en la Promoción 7-B (1958), logró acumular en vida una sustanciosa obra que lo llevó a obtener el Premio Sociedad Bolivariana de Arquitectos (1988), el Premio Nacional de Arquitectura por el CONAC (1991) y el Premio IX Bienal Nacional de Arquitectura del Colegio de Arquitectos de Venezuela a la mejor obra (1998).

Sus trabajos han sido reseñados en publicaciones internacionales, como la revistas Architectural Design (U.K), ARQ Architecture Québec (Canadá), A & V (España), e incorporados en diversas exposiciones (cada una acompañada de su correspondiente catálogo) como “Los Signos Habitables. Tendencias de la arquitectura venezolana contemporánea” (Galería de Arte Nacional, 1984), “Venezuela arquitectura y trópico” (Museo de Artes Visuales Alejandro Otero, 1993), “Latin American Architecture Six Voices, De Groote, Dieste, Legorreta, Salmona, Tenreiro-Degwitz, Testa” (Universidad A&M,Texas, 2000), «Latin America in Construction: Architecture 1950–2015» (MoMA, 2015) y la más reciente, “Una Fascinación por las Formas: La Arquitectura de Jesús & Ana Tenreiro” (Departamento de Arquitectura de Florida International University, diciembre 2024-febrero 2025).

2. Jesús Tenreiro-Degwitz. Vivienda unifamiliar Díaz-Portocarrero. Colinas de Los Ruices, Caracas, 1964.

A los pocos días de anunciarse la escogencia del ganador del Premio Nacional de Arquitectura en 1991, Juan Pedro Posani escribió un artículo dedicado a mostrar y valorar la trayectoria y actitud de Jesús Tenreiro un día como hoy 5 de octubre, el cual hemos decidido transcribir en su totalidad una vez transcurridos 34 años de su aparición en las páginas del diario Economía HOY.

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Jesús Tenreiro, Premio Nacional

Juan Pedro Posani

• Es importante, se dice, hablar de arquitectura. Especialmente en un país como el nuestro donde la construcción del espacio es casi siempre mucha construcción y muy poco espacio realmente arquitectónico. Problemas de educación, de cultura, de estructura económica. Pero el hecho es que la arquitectura como actividad que define un ámbito social propio tiene vigencia reciente en nuestro medio. Pero, más que hablar simplemente de una actividad humana, tan antigua e importante en la historia del mundo, es oportuno elaborar aquí y ahora, alguna crítica sistemática, discursos coherentes que permitan confrontaciones y reflexiones serias. La crítica funcionando, pues. Y con relación a la labor crítica -lo que sigue, dicho sea de paso, es pertinente para cualquiera de las modalidades y categorías que toca la crítica analítica-, es preciso recordar que siempre se está en presencia de tres niveles, diferentes y a la vez íntima y profundamente relacionados.

  • Primer nivel: el que corresponde al carácter personal del creador, a su idiosincrasia, a su perfil de comportamiento individual y social, a las normas de conducta que él adopta, etcétera.
  • Segundo nivel: la palabra; lo que el autor dice y comenta de sí mismo y del mundo, lo cual debe ser considerado más como un documento autónomo, que como una explicación sustantiva de la obra. En todo caso, como una señal a interpretar y a decodificar.
  • Tercer nivel: el de la obra en sí, que viene a ser el nivel principal, el del momento de la verdad. El nivel donde se deciden los grandes dilemas de la ciudad, de las intenciones y del talento.

Desde luego, cualquiera de los tres niveles está afectado contemporáneamente por la presencia de los otros dos y por el entorno espacio-temporal en el cual está colocado, o con el cual está trabado en un enfrentamiento no siempre positivo. De tal manera que es una operación muy cuidadosa la que hay que ejecutar al elaborar una acción crítica, poniendo especial cuidado en identificar lo que corresponde a la obra específicamente. Pero es frecuente, en cambio –y es típico en nuestro país-, hacer de las características personales del crítico y/o del criticado, del observador y/o del observado, el criterio de juicio para la revisión analítica de la obra. Con ese método, antipatías y simpatías, relaciones de proximidad o de intereses son los que rigen y orientan el resultado del examen.

Con los casos de quienes tengan un perfil ideológico o temperamental particularmente conflictivo, arisco o que tiende a ser especialmente intransigente, la confusión se hace más compleja y frecuente.

Es ésta la situación de Jesús Tenreiro, arquitecto retraído, periférico, capaz de gestos de altivez clamorosos; pero hombre de gran cultura, de profunda sensibilidad y de gusto audaz y seguro, quien ha sido distinguido, hace pocos días con el Premio Nacional de Arquitectura.

Una distinción que resulta particularmente importante pues llega a confirmar -oficialmente por decirlo así- el valor de una obra escasa pero estimable sobremanera, cuyo reconocimiento exalta algunos aspectos de la arquitectura que en Venezuela hay que defender y respaldar con gran ahínco.

3. Jesús Tenreiro-Degwitz. Edificio Sede EDELCA-CVG. Ciudad Guayana, estado Bolívar. 1968.

• Es extraño que un extraordinario historiador y crítico, inteligente y agudo como el inglés Reyner Banham, fallecido recientemente, no manifestase demasiada admiración hacia Louis Kahn. Es más, su falta de sincronía con la arquitectura de quien fue llamado el “último de los grandes maestros”, lo llevaba a establecer comparaciones, totalmente peregrinas, entre la volumetría de los famosos Laboratorios de Filadelfia y las canciones populares. Entre ambas cosas él encontraba elementos similares, cuya semejanza por otra parte calificaba de superficial y simple. En realidad, nada más alejado de la concepción austera y altamente elaborada en un plano de estrictas referencias cultas, típicas de la arquitectura de Kahn, que el vocinglerío populachero. Lo que Banham sí capta con precisión, incluso detrás de una barrera de observaciones críticas motivadas por el inevitable sesgo de la crítica operacional -es decir, de la crítica dirigida a promover una actitud concreta- es la dimensión expresamente monumental de la obra de Kahn.

Banham se preguntaba si esa o cualquiera otra monumentalidad podía sostenerse en el marco de una civilización mecanicista como la actual, que se autodestruye y reconstruye todos los días, siguiendo los parámetros inexorables de la obsolescencia tecnológica. Pero la pregunta de 1960 ya ha sido respondida por el tiempo: la necesidad de monumentos, es decir, de obras definitivas que fijen en el espacio significados y contenidos trascendentes, no sólo no ha disminuido, sino que ha demostrado ser una verdadera exigencia cuyo carácter primordial se manifiesta cada vez con mayor importancia psicosocial.

A esa monumentalidad, a ese espíritu del monumento como cita histórica, es que hay que hacer referencia hablando de Jesús Tenreiro. Se ha mencionado con toda razón los vínculos estrechos de la obra proyectada o construida de Tenreiro con un maestro como Louis Kahn. En efecto, Jesús, con su excepcional respeto por la dimensión creadora, es de los que se apegan a ideas y a obras que poseen un ámbito entero y sagaz. Es éste el caso de Le Corbusier y luego de L. Kahn. Más tarde, su propio proceso personal lo llevará a encontrar modalidades más específicas y características particulares, tal y como en efecto ha ocurrido.

4. Jesús Tenreiro-Degwitz. Concejo Municipal de Barquisimeto. Barquisimeto, estado Lara, 1968.

¿Qué es lo que define la arquitectura de Jesús Tenreiro? Podría decirse que el aspecto que más llama la atención es su entrega a la arquitectura como oficio sagrado y su capacidad de transformar la necesaria atención a los problemas funcionales, en un acto de invención formal, absoluto y decisorio, hasta desprender de manera radical el objeto final, perfecto en su apariencia exterior e interior, de las razones prácticas iniciales que le dieron origen. Puede afirmarse que para Jesús Tenreiro, la arquitectura que cuenta es la que permanece, la que se convierte en memoria y signo para todos. En suma, la que entra en la historia y ahí se queda.

Es esta capacidad de elevarse por encima de lo que podría llamarse la “normalidad”, mediante los recursos de unas formas claramente referidas a paradigmas arquetípicos substanciados en una literatura y una experiencia filosófica y psicoanalítica, lo que le otorga todo el atractivo a sus proposiciones arquitectónicas, y tal vez explica también las dificultades de realización que ha encontrado en numerosas ocasiones.

Jesús Tenreiro evidentemente es un arquitecto en espera del cliente que se lo merezca. De un cliente -cuasi mecenas- que entienda el valor trascendental de sus sueños.

Ojalá que algún día lo encuentre, porque el país también merece una obra suya más abundante.

Es por todo ello que este premio no sólo es merecimiento pleno, sino que además apunta hacia el reconocimiento de una manera de entender y de hacer arquitectura, que excede el simple fenómeno del diseño adecuado a la función material. Más que responder a compromisos ideológicos o programáticos, Jesús Tenreiro ha escogido un camino estrictamente personal y difícil. Lo guían, un convencimiento admirable y unas normas de intransigencia poco comunes.

En un mundo blando y ordinario como el nuestro, donde el cinismo se casa todos los días con el oportunismo, es justo resaltar este celo adusto y apasionado por la arquitectura que signa la vida de Jesús Tenreiro.

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5. Jesús Tenreiro-Degwitz. Abadía Benedictina. Güigüe, estado Carabobo, 1990. Premio IX Bienal Nacional de Arquitectura del Colegio de Arquitectos de Venezuela a la mejor obra (1998).

Nota

Si bien la obra de Jesús Tenreiro la sido recogida en numerosas reseñas y de manera amplia y minuciosa en la publicación Jesús Tenreiro-Degwitz. Arquitectura. Edificios y Proyectos (1954-2007) de Rafael Urbina Pacini (2023) su pensamiento, denso y cultivado, sobre el cual él directamente poco escribió, sólo puede encontrarse esparcido en las entrevistas que fue concediendo en vida. De ellas vale la pena resaltar la realizada por Gonzalo Castellanos publicada en el periódico CAL, nº 42, (1959); las respuestas que da a Francesco Simonelli aparecidas en Arquitectos y Obras, nº 7, 8 y 9, Universidad José María Vargas (1996); la que Gabriel Visconti tituló “Tal hombre, tal drama, tal arquitectura. Jesús Tenreiro”, revista entrerayas (2005); y la que quizás sea la más importante: el intercambio sostenido vía correo electrónico con Carlos Brillembourg de otoño de 2001 a finales del verano de 2002 recogida en la revista estadounidense BOMB nº 86 (2004).

Capítulo aparte lo constituye la serie de ocho entregas “Jesús Antonio” que su hermano Oscar le dedica dentro del blog “Entre lo cierto y lo verdadero”, valioso registro testimonial aparecido entre el 16 de febrero y el 28 de abril de 2025, que consideramos de lectura obligatoria para completar una visión global sobre la persona, la familia, la formación, el talento, las lecturas, las preocupaciones teóricas y el compromiso de Jesús con la arquitectura.

ACA

Procedencia de las imágenes

1. Colección Fundación Arquitectura y Ciudad

2, 3, 4 y 5. Rafael Urbina Pacini. Jesús Tenreiro-Degwitz. Arquitectura. Edificios y Proyectos. 1954-2007 (2023)

TAL DÍA COMO HOY…

… 22 de septiembre, con diez años de diferencia, aparecen dos disímiles artículos de Juan Pedro Posani en la página de arquitectura de Economía HOY

1. Primera y última aparición en solitario de Juan Pedro Posani en la página de arquitectura de Economía HOY que marcan la primera etapa de una presencia continua a lo largo de 10 años.

La página de arquitectura del diario Economía HOY, por volumen, continuidad y amplitud de temas abordados la más importante de entre las numerosas manifestaciones que se dieron dentro de la prensa venezolana durante la década de 1990, estuvo siempre bajo la responsabilidad del profesor, historiador y reconocido crítico Juan Pedro Posani.

Objeto de un interesante proceso de transformación en el tiempo, la manera como fue apareciendo este importante espacio puede ser dividido en tres etapas:

  • La primera, que abarca desde el 5 de mayo de 1990 hasta el 6 de marzo de 1993, con la coordinación de Posani en solitario, conformada en su mayoría por una sola página ubicada dentro de la sección de cultura de la edición sabatina del periódico, de la cual se registraron en total 142 apariciones.
2. Portadas de los números 1 y 4 del suplemento-encartado Arquitectura Hoy.
  • La segunda, correspondiente al lanzamiento de los 4 primeros números del suplemento-encartado Arquitectura HOY, aparecidos en cuatro momentos diferentes entre mayo y diciembre de 1992, cuyas dimensiones oscilaron entre 12 y 16 páginas, a cargo de un Comité de Redacción encabezado por Posani más un grupo de colaboradores, lapso en el que cabe señalar que Posani continuó publicando la página de arquitectura sabatina.
3. Carátulas de los números 5 y 100 del encartado Arquitectura HOY, etapa en la que contó con 4 páginas.
4. Números 101 y 358 de Arquitectura Hoy (2 páginas). El primero marca el paso de su condición de encartado a su inserción en las páginas centrales del diario Economía Hoy, y el segundo marcaría el final de esta importante experiencia editorial.
  • La tercera relacionada al momento en que se fusionan la página sabatina de arquitectura y el encartado Arquitectura HOY a partir de su número 5, manteniéndose la figura de un Comité de Redacción y diversos colaboradores bajo la coordinación general de Posani. Esta etapa tiene a su vez dos facetas: la comprendida entre el 13 de marzo de 1993 y el 25 de marzo de 1995, que abarca del número 5 al 100, donde se mantiene la figura de suplemento encartado ahora de 4 páginas; y la comprendida entre el 1 de abril de 1995 y el 13 de octubre de 2000, que va del número 101 al 358, donde Arquitectura HOY abandona el formato de encartado, se reduce a la mitad y pasa a ocupar las dos páginas centrales del diario Economía HOY, vinculadas siempre a la sección cultural, pudiéndose resaltar que a partir del número 146 (22-03-1996) al dejar de circular el periódico los sábados, Arquitectura HOY empieza a aparecer los viernes.

Hecho este breve resumen hemos podido detectar una curiosa coincidencia motivada a la importante continuidad que tuvo la página y al fortuito cambio de día de salida que hubo de darse en la tercera etapa: el sábado 22 de septiembre de 1990 y el viernes 22 de septiembre de 2000 la página de arquitectura aparece en circunstancias muy distintas que permiten develar no sólo cambios de diagramación sino claras diferencias en la manera como Posani se expresó en cada momento.

Así, refiriéndonos al primer caso, hay que mencionar que se trató de la presencia nº 21 desde que Posani inició su andadura gracias a la confianza depositada en él por María Di Mase. Ya para entonces, habiendo asumido en 19 de las ocasiones la responsabilidad de redactar en su totalidad el contenido de la página (las otras dos ocasiones bajo su coordinación estuvieron a cargo de Oscar Olinto Camacho y Alberto Sato), el espacio se había consolidado y ocupaba un lugar privilegiado dentro de las lecturas sabatinas de los arquitectos cuando con expectativa se esperaba la llegada a los kioskos de la edición color salmón de Economía HOY.

5. Muestra del formato y diagramación de algunos de los textos aparecidos durante el primer año (1990) de la página de arquitectura de Economía HOY previos al 22 de septiembre.

Los variados contenidos tratados por Posani en aquel primer año, que sin duda se convirtieron en una pauta para los tres años siguientes, venían cargados de un importante tono reflexivo y crítico en los que evidenciaba la presencia y conformación de una línea de pensamiento. También, acompañados de un cuidado diseño gráfico, variaban en su temática sin abandonar los territorios propios de la arquitectura y la ciudad, apareciendo con mucha frecuencia disertaciones sobre grandes tópicos y comentarios sobre arquitectos u obras. Con el tiempo, más allá de la participación como articulistas de otros profesionales nacionales o internacionales de habla hispana o la ocupación en vez de una de dos páginas, se fueron incorporando: reseñas informativas (comentadas) de eventos, seminarios, exposiciones, libros o películas; cartas enviadas por lectores sobre temas abordados en alguna columna; y traducciones de opiniones, segmentos de libros o artículos escritos en publicaciones extranjeras.

6. Página de arquitectura de Economía HOY del 22 de septiembre de 1990.

De tal forma, la página correspondiente al 22 de septiembre de 1990 Posani la dedicó, a través del artículo titulado “De los bancos a las sillas”, a resaltar la figura del arquitecto norteamericano residenciado en Venezuela Emile Vestuti (1927-1998), de quien en el breve resumen de presentación señala: “La ciudad y su supuesto progreso, desgraciadamente han borrado o deformado muchas de las hermosas e importantes obras realizadas por Emile Vestuti. Ahora que este arquitecto norteamericano trasplantado en Venezuela desde hace muchos años está diseñando unos muebles encantadores, quizá su huella, en el ámbito individual, sea más permanente”.

7. Parte de la obra realizada por Emile Vestuti durante los años 50 asociado con Guinand & Benacerraf. Arriba: el hotel-residencias Montserrat en Altamira, la sede del Banco Unión en Sabana Grande y el edificio Gran Avenida en Plaza Venezuela (hoy en día irreconocible). Abajo: oficinas de Cauchos General en Chacao (demolido para dar paso a la construcción del Centro Sambil)

En el texto, que puede considerarse como una de las primeras semblanzas realizadas sobre Vestuti, se repasan sus orígenes y su formación, se reflexiona sobre la escasa memoria que ha caracterizado al desarrollo urbano caraqueño y la presencia en él de la obra de Vestuti en los años 1950 como parte de la oficina de Guinand & Benacerraf (el hotel-residencias Montserrat en Altamira -1953-, la sede del Banco Unión en Sabana Grande -1954-, el edificio Gran Avenida en Plaza Venezuela -1955-, las oficinas de Cauchos General en Chacao -1955-, o el edificio de oficinas “29” en la avenida Universidad -1950-1960-); y se asoman las influencias que recibirá de los grandes maestros modernos dentro de una misma actitud proyectual, donde “siempre aparece la perspicacia y la sensatez funcionales y constructivas, el buen gusto y la finura en los materiales y acabados y, sobre todo, una extraordinaria mesura en las decisiones fundamentales de diseño”.

8. Mecedora Easy Rocker. Emile Vestuti. 1989. Elaborada por el taller de Casa Curuba ubicado en Quíbor, estado Lara

La actitud señalada será trasladada por Vestuti al diseño de muebles, la otra actividad que llegó a ocupar parte importante de su faceta creativa, que Posani también repasa resaltando sus tempranos contactos con firmas como Herman Miller y Knoll, y luego tras incorporar el lejano recuerdo de piezas clásicas de Frank Lloyd Wright y referencias más próximas y concretas procedentes de los muebles de paleta criollos derivarán como acabada síntesis en la mecedora Easy Rocker de 1989, sobre cuyo diseño Posani transcribirá una estupenda descripción de boca del propio Vestuti que no tiene desperdicio.

9. Número 353 de Arquitectura HOY del 22 de septiembre de 2000.

Como ya anotamos, 20 años más tarde, el 22 de septiembre de 2000 en el nº 353 de Arquitectura HOY (a menos de un mes de que dejara de circular), Posani publicará “¡No a las ciudades improvisadas!”, articulo en el que luego de reconocer “transformaciones importantes en el aspecto urbano” impulsadas por el gobierno bolivariano (calificado como la naciente “gerencia política del país”), con el que siempre se mostró afín, desde donde “se programan, se proyectan, se construyen ciudades nuevas”, se lamenta de la escasa difusión recibida y por ende su desconocimiento y falta de discusión.

Sin embargo, reiterando que ya se comenzaba a “disponer de una visión de conjunto del país… de cara a los retos ingentes que nos plantea este nuevo siglo”, Posani no deja de mostrar un tono crítico ante iniciativas como CIUDAD MIRANDA, experiencia urbana de envergadura desarrollada desde cero en las proximidades de Charallave, en la detecta un preocupante sesgo “inmediatista”, carente “justamente de lo que es indispensable, de lo único que garantiza su eficiencia en términos de realidad social, cultural y política, de las herramientas que únicamente proporciona, precisamente, el diseño en todos sus niveles, desde la concepción macro-urbanística hasta el detalle de las alcayatas”.

10. Tres imágenes del desarrollo de CIUDAD MIRANDA.

El reclamo de Posani, que señala el uso de los arquitectos como meros decoradores que sólo diseñan “fachaditas” una vez tomadas equívocas decisiones urbanísticas, estructurales y constructivas, significará poner sobre el tapete en fechas muy tempranas una “práctica eficientista cuyo único norte parece ser cumplir con la tarea cuantitativa, en el menor tiempo y al menor costo”, que luego se verá elevada en su máxima expresión a través de la Gran Misión Vivienda Venezuela.

Esa “pésima concepción de la ‘eficiencia’ en instituciones clave del Estado, a pesar de las indiscutibles buenas intenciones en el campo de lo social, ha hecho que se haya llegado a la idea tácitamente aceptada de que, por ejemplo, en el nivel uno de los programas de vivienda (o en el correspondiente en las edificaciones escolares) no hay espacio para el diseño porque las limitaciones económicas no lo permiten”.

Tras rescatar los programas impulsados en aquel año por el CONAVI, vinculados a la rehabilitación física de barrios, que dieron origen a diversos concursos atendidos de manera entusiasta por los arquitectos del país, lo cierto es que con el transcurrir del tiempo, como se sabe, el alerta señalado por Posani se convirtió en costumbre sumiendo a todas las iniciativas estatales en un mismo modus operandi signado por el clientelismo y la corrupción, derivando en un estrepitoso y decepcionante fracaso.

Premonitoriamente, sin que ello minimice su fidelidad cómplice con un proyecto político que nunca alcanzó los niveles esperados, Posani cerraba el artículo señalando: “Duele decirlo, pero la advertencia es imperativa: con mecanismos signados por las buenas intenciones pero marcados también por un horizonte cultural limitado, no construiremos nunca los espacios emocionantes de una nueva ciudad para un nuevo ciudadano”.

ACA

Procedencia de las imágenes

1, 2, 3, 4, 5, 6, 9 y 10. Colección Fundación Arquitectura y Ciudad

7. Colección Crono Arquitectura Venezuela; y flickr (https://www.flickr.com/photos/juliocesarmesa/25045051851)

8. Mecedora Easy Rocker (https://www.analitica.com/entretenimiento/mecedora-easy-rocker/)

1969• Propuesta para la Casa del Estudiante de la Ciudad Universitaria de París

Propuesta Edificio para Estudiantes París.jpg
Vista de la maqueta. Fotografía de Paolo Gasparini.

1969•  El maestro Carlos Raúl Villanueva concluye, por encargo de la Fundación Fina Gómez, su propuesta para el Edificio para Estudiantes de la Ciudad Internacional de París, Francia.
La edificación concebida para albergar 750 estudiantes, divididos en 5 grupos de igual número de nacionalidades, sería construido en un terreno con frente al Boulevard Jourdan.

Vista de la maqueta. Fotografía de Paolo Gasparini.


El Maestro Villanueva, quien desarrolló su anteproyecto con la colaboración del arquitecto Juan Pedro Posani, concentró en un solo prisma de 18 niveles, suspendido, de base cuadrada, apoyado solo en sus aristas por los núcleos de circulación vertical.
Las circulaciones horizontales de cada piso del edificio se ubicaron en torno al vacío del espacio central

Vista de la maqueta. Fotografía de Paolo Gasparini.


Este espacio central se cerraría con una claraboya soportada por una estructura metálica cubierta de vidrio que permitiría el paso de la luz del día. El edificio se ensancha en la parte baja, aumenta en dimensión a medida que se acerca a su base, permitiendo más área para el desarrollo de las actividades colectivas.

Corte esquemático del edificio.


En el nivel inferior se desarrolla, con acceso directo desde el Boulevard, una plaza cubierta con cafetín, facilidades para reuniones, convenciones y recitales, servicios, restaurante, museo y una sala de exposiciones.
En el nivel inferior de la torre se encuentra la dirección y la administración de la institución. Las habitaciones se ubicaron en los pisos superiores sucesivos, dejando el ultimo nivel para talleres colectivos.

Un croquis de los elementos propuestos para fachada y baños en donde sugiere la necesidad de aprovechar la experiencia del tecnólogo francés Jean Prouvé.


Las habitaciones, que contemplaban espacios para dormir, estudiar, reunirse y aseo personal, podrían ser arregladas por cada estudiante a su conveniencia.

Croquis indicando el arreglo y mobiliario sugerido para las habitaciones.


Se previó la participación de artistas, tanto venezolanos como extranjeros, en una propuesta de integración del arte al edificio.

Croquis con un corte esquemático indicando la colocación de un penetrables del artista venezolano Jesús Rafael Soto (1923-2005) en el patio central techado del edificio.

Fuentes consultadas: “Explicando la caja brillante de Villanueva: El proyecto de la Fundación Fina Gómez (Maison du Venezuela) para la Cité International Universitaire de Paris, 1969”. José Javier Alayón González (Pontificia Universidad Javeriana, Colombia), Arquitetura Revista, vol. 14, núm. 1, pp. 48-58, 2018.

Archivo Villanueva.

HVH

ALGO MÁS SOBRE LA POSTAL Nº 387

El proyecto-programa de los Espacios Culturales Comunitarios (ECC) impulsado desde el Viceministerio de la Cultura y el CONAC entre 2000 y 2002, cuando Manuel Espinoza ocupaba el cargo, permitió al tándem conformado por Juan Pedro Posani y el equipo profesional de OTIP, C.A. (José Adolfo Peña y Carmen Yánez), acompañados de un grupo de talentosos arquitectos jóvenes que con Posani formaban parte de la Dirección de Edificaciones Culturales del Viceministerio, plasmar lo que Kenneth Frampton exponía acerca de la tectónica: sin estructura, es decir, sin modo y forma de construir, no hay arquitectura.

Tal y como expresa Posani en el artículo escrito por José Adolfo Peña titulado “Espacios Culturales Comunitarios en Venezuela. Concepción tecnológica. Tecnología CONCAPREGO & SANCOCHO”, publicado en la revista Informes de la Construcción, Vol. 56, nº 491, mayo-junio 2004, desde el momento mismo de poner en marcha el programa “nació la idea de diseñar un sistema extremadamente sencillo, flexible y económico, que pudiera multiplicarse rápidamente por todo el país y que fuera capaz de responder adecuadamente a las condiciones contextuales del trópico. El problema de encontrar solución a un conjunto de condiciones extremas tan típicamente complejas, nos pareció que debía de llevarse necesariamente al terreno de las modalidades constructivas. Al tema de cómo construir se le añadía el de la respuesta ambiental. El primero implicaba la elección de un sistema de prefabricación liviana, el segundo exigía colocar en primer plano el mundo físico del trópico húmedo y caluroso que nos pertenece y que nos afecta con todas sus múltiples características”.

Ello se lograría a través del diseño de un grupo de edificaciones destinadas a ubicarse especialmente en las pequeñas localidades de provincia y en los barrios pobres de las grandes ciudades, dotadas de una serie de espacios en los cuales se podrían desarrollar actividades culturales los cuales serían administrados directamente por las comunidades.

Concebidas como variaciones sobre el mismo tema y con un mismo programa, cada respuesta estaba conformada por una serie de volúmenes organizados en torno a un patio y articulados por corredores. El programa establecía la existencia de una sala de usos múltiples con camerinos, espacios de talleres, oficinas, sanitarios y un local para una emisora FM. El espacio de usos múltiples sería siempre considerado como el de mayor jerarquía.

Los variados resultados obtenidos, muy próximos a imágenes procedentes de la arquitectura popular de la que sin duda se nutre sin perder de vista su compromiso con la contemporaneidad, remiten a la manera como Carlos Raúl Villanueva, Jimmy Alcock y Fruto Vivas (entre otros) dan respuesta interpretativa a las variables climáticas. El levantar aunque sea levemente las construcciones del suelo, el facilitar permanentemente la ventilación cruzada gracias a la participación del juego de cubiertas inclinadas que se quiebran y de pieles horizontales que protegen del sol y la lluvia, otorgan expresividad propia a estos edificios y una gran proximidad y empatía con sus usuarios.

Al respecto, Posani afirma: “Es importante destacar que la estrecha relación que pudiera aparecer con conocidas familias de formas tradicionales no es el resultado de una búsqueda intencional de una arquitectura supuestamente de carácter nacional (búsqueda demostradamente inútil y paralizante), sino de la explotación de los muy ricos resortes funcionales que plantea el acto de construir en el trópico venezolano. Por otra parte, cabe recordar el derecho universal a la apropiación cultural, autónoma y madura (en todas las direcciones, verticales: las memorias y las vanguardias, y horizontales: las geografías), bien distinta de la imitación sin criterio, que reconoce el mundo contemporáneo”.

Serán los sistemas de prefabricación liviana desarrollados por el ingeniero José Adolfo Peña y su experto equipo de colaboradores, el soporte material de la realización conceptual y física de los ECC. Adaptándose a las características espaciales requeridas por la sala de usos múltiples y los talleres (gran altura y consideración de la ventilación cruzada) y para dar respuesta a los servicios y alojar las oficinas, los sanitarios y la cafetería, se diseñaron dos tipos de módulos. Así, Peña, en el artículo ya citado explicará: “Para la construcción de los talleres y módulos de servicio, se propuso la tecnología SANCOCHO, que se basa en la producción de elementos prefabricados planos de 3 cm de espesor, de hormigón armado y de manejo manual, los cuales poseen en sus bordes perfiles metálicos, especialmente diseñados; estos elementos se unen a un sencillo esqueleto de tubos estructurales de acero, igualmente prefabricado” (…) Para la construcción del salón de usos múltiples, se aplica la tecnología CONCAPREGO, la diferencia radica que los componentes prefabricados, en este caso, se manejan haciendo uso de grúas, con una capacidad de 10 toneladas”.

Como señalará en algún momento Posani, “las piezas modulares en hierro-concreto se producen en planta según el diseño y luego se transportan y se montan en el sitio determinado soldándolas a un sencillo esqueleto estructural igualmente prefabricado. Las edificaciones, siendo extraordinariamente rígidas y ligeras, carecen de fundaciones masivas, son sismorresistentes, son relativamente económicas y se levantan en cuestión de tres o cuatro meses”.

La mirada de Posani, si bien en lo conceptual se apoyaba, como ya asomamos, en lo publicado por Frampton que finalmente vería luz en su libro Studies in Tectonic Culture: The Poetics of Construction in Nineteenth and Twentieth Century Architecture (1995), traducido al español en 1999 como Estudios sobre cultura tectónica. Poéticas de la construcción en la arquitectura de los siglos XIX y XX, se complementaba con el seguimiento que desde hacía un buen tiempo venía haciendo sobre la obra que en Australia estaba desarrollando Glenn Murcutt, tanto por sus consideraciones a los aspectos climáticos como por su honestidad constructiva arraigada a valores propios del lugar.

Ejemplos de una política que buscaba dignificar la actividad cultural y llevarla a la mayor cantidad de personas que por lo general no la disfrutan, Posani buscó en todo momento hacer de estos espacios ejemplos demostrativos de que la calidad formal constituye un factor de excepcional importancia sin menoscabo de los aspectos funcionales y económicos.

El programa fue elegido el año 2002 como representación de Venezuela en la VIII Muestra internacional de arquitectura Bienal de Venecia bajo el título de “Otro mundo es posible. El programa de los Espacios Culturales Comunitarios”, donde fungió de comisario Juan Pedro Posani, de vicecomisarios Javier Cerisola y Miriam Castellanos y como coordinador de la museología Cristobal Roig, siendo acompañado el montaje con un hermoso catálogo diseñado por ABV Taller de Diseño, Waleska Belisario e impreso por el Grupo Editorial Arte/Soluciones Gráficas.

El proyecto de los ECC, que llegó a contar con 14 trabajos entre los terminados, casi terminados o en proceso de planificación, y que aspiraba llegar a todos los municipios y barrios marginales del país, como tantos otros, no tuvo la continuidad necesaria.

Sin embargo, fueron destacables las propuestas realizadas para San Sebastián de los Reyes (estado Aragua), San José de Guaribe (estado Guárico), Andresote, Palmarejo (estado Yaracuy), Barinas (estado Barinas) y Antímano (Caracas), las tres primeras inauguradas en 2002 y las dos últimas en 2004 y 2007 respectivamente, muestra clara de que las aspiraciones que se buscaron lograr desde un comienzo eran alcanzables más allá de que se hayan visto truncadas.

ACA

Procedencia de las imágenes

Postal, 1, 2, 3, 5 y 7. Viceministerio de Cultura/CONAC. Otro mundo es posible. El programa de los Espacios Culturales Comunitarios, Catálogo de la exposición que representó a Venezuela en la VIII Muestra internacional de Arquitectura Bienal de Venecia, 2002.

4. Viceministerio de Cultura/CONAC. Otro mundo es posible. El programa de los Espacios Culturales Comunitarios, Catálogo de la exposición que representó a Venezuela en la VIII Muestra internacional de Arquitectura Bienal de Venecia, 2002 y Peña, J. A. “Espacios Culturales Comunitarios en Venezuela. Concepción tecnológica. Tecnología CONCAPREGO & SANCOCHO”. Revista Informes de la Construcción, Vol. 56, nº 491, mayo-junio 2004.

6. Colección Fundación Arquitectura y Ciudad.

8. Viceministerio de Cultura/CONAC. Otro mundo es posible. El programa de los Espacios Culturales Comunitarios, Catálogo de la exposición que representó a Venezuela en la VIII Muestra internacional de Arquitectura Bienal de Venecia, 2002 y Colección Crono Arquitectura Venezuela.