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65 AÑOS DE UN LIBRO DE REFERENCIA

1. Primera edición de Theory and design in the first machine age de Reyner Banham, The Architectural Press, 1960.

Theory and design in the first machine age

Reyner Banham

The Architectural Press

1960

La década de 1960 se erige como un período fundamental y dual en la historia de la arquitectura moderna. Por un lado, fue una etapa de consolidación y maduración de principios ya establecidos, especialmente a través del auge del Brutalismo, que llevó el funcionalismo y la honestidad material a su máxima expresión. Por otro lado, y de manera crucial, los años 60 fueron el crisol donde emergieron las críticas más incisivas al dogma modernista, gestando nuevas direcciones que redefinirían la disciplina. Figuras, entre otras, como Robert Venturi, con su defensa de la complejidad y la contradicción en contraposición a la simplicidad rígida del dogma moderno; Aldo Rossi con el reconocimiento de la relación entre ciudad y arquitectura rescatando la memoria colectiva, la tipología, el monumento, la simplicidad geométrica y el concepto de «locus»; y Jane Jacobs junto a Kevin Lynch, Gordon Cullen y el Team X, con su visión humanista del urbanismo, desafiaron la “pureza” y la universalidad del Estilo Internacional así como la estandarización y homogeneización de la ciudad impulsadas desde los CIAM que sirvió de modelo para la reconstrucción de Europa en la posguerra.

2. Tres de las figuras que participaron de manera relevante en el espíritu crítico y contestatario que caracterizó los años 60 del siglo XX en los campos del urbanismo y la arquitectura: Jane Jacobs (izquierda) y Robert Venturi con Denise Scott Brown (derecha).
3. Las provocadoras imágenes de Archigram (izquierda) y Superstudio (derecha).

Simultáneamente, movimientos como la Arquitectura Radical (representada desde Italia por Archizoom, Superstudio y Studio Alchimia y desde Inglaterra por Archigram), exploraron utopías especulativas y provocaciones estéticas, mientras que el avance tecnológico sentó las bases para el High-Tech y la prefabricación. Esta efervescencia cultural, social y política transformó la arquitectura de un ideal de abstracción a una disciplina que abrazaba la diversidad, la contextualidad y la comunicación, dejando un legado que sigue siendo profundamente relevante para los desafíos y debates contemporáneos en el diseño y la planificación urbana.

Pues bien, dentre los protagonistas directos de los cambios de enfoque y cuestionamientos propios de los años 60, se debe señalar a Reyner Banham (1922-1988) crítico e historiador excepcionalmente prolífico e iconoclasta, cuya obra transformó profundamente el discurso sobre la arquitectura moderna, el urbanismo y la cultura de masas tanto en Gran Bretaña como en Estados Unidos.

4. Reyner Banham.

De acuerdo con sus biógrafos Peter Reyner Banham nació en Norwich, Inglaterra, hijo de Percy Banham, ingeniero de gas, y Violet Frances Maud Reyner. Estudió en la Escuela de Norwich y obtuvo una beca de ingeniería en la Bristol Aeroplane Company, donde pasó gran parte de la Segunda Guerra Mundial. En Norwich impartió conferencias sobre arte, escribió reseñas para el periódico local y colaboró con el Teatro Maddermarket. En 1949, Banham ingresó en el Courtauld Institute of Art de Londres, donde estudió historia del arte con Anthony Blunt, Sigfried Giedion y Nikolaus Pevsner.

5. Nikolaus Pevsner (c.1950) y la portada de su importante libro Pioneers of the Modem Movement (1936).

Pevsner quien fue el supervisor en su doctorado le propuso orientar su tesis retomando la historia de la arquitectura moderna en el punto en el que el propio Pevsner la abandonara en su obra Pioneers of the Modem Movement (1936), es decir hacia 1910. Su formación inicial como ingeniero aeronáutico le otorgó una comprensión práctica y distintiva de la tecnología que, al complementarse con sus estudios humanísticos, le proporcionaría una lente interdisciplinaria poco común para examinar el diseño.

La tesis doctoral de Banham llevada a cabo bajo la tutela de Pevsner sería posteriormente revisada y ampliada para dar origen a Theory and design in the first machine age (Teoría y diseño en la primera era de la máquina), obra publicada en 1960, objeto de la presente nota.

6. Izquierda: Modern Architecture: Romanticism and Reintegration de Henry-Russell Hitchcock (1929), considerada la primera aproximación histórica a la arquitectura moderna. Derecha: Space, time and archtecture de Sigfried Giedion (1941). Ambas obras junto a la de Pevsner ayudaron a fijar la visión «canónica» del Movimiento Moderno.
7. The international style de Henry-Russell Hitchcock y Philip Johnson (1932). Obra que opacó el primer trabajo de Russell Hitchcock y que introdujo el término «estilo internacional» distorsionador de los valores seminales del Movimiento Moderno.

La confrontación intelectual que se desarrolló entre Banham y su mentor, al transformar una relación de aprendizaje en un desafío crítico, se convirtió en un pilar de su enfoque. La naturaleza radical del libro y su éxito crítico posterior se arraigan profundamente en este diálogo académico interno lo cual sugiere un entorno intelectual dinámico y a menudo confrontativo, donde las teorías fundamentales no eran aceptadas pasivamente, sino debatidas activamente, deconstruidas y reevaluadas. De este modo, Teoría y diseño en la primera era de la máquina se posiciona no solo como un relato histórico, sino como una polémica que buscaba deliberadamente remodelar el campo desafiando a sus voces más autorizadas desde dentro. La conexión personal con Pevsner añade una capa de audacia intelectual al esfuerzo de Banham, ya que se arriesgó a la alienación profesional al refutar directamente la narrativa establecida de su maestro.

Aventurando un apretado resumen se podría decir que Teoría y diseño en la primera era de la máquina, cuya primera edición en formato de 20,5 x 13,8 cms., 344 páginas, tapa dura e ilustraciones en blanco y negro, fue lanzada en inglés por The Architectural Press, Londres (casi simultáneamente Praeger Publishers produjo la primera edición estadounidense), ofrece una visión general de los importantes desarrollos teóricos de principios del siglo XX que condujeron al «Estilo Internacional» de las décadas de 1930 y 1940. En su esencia, el libro representa un esfuerzo deliberado por revisar los relatos ampliamente publicados y aceptados de la historia de la arquitectura moderna. Banham evaluó críticamente los textos históricos seminales, especialmente los de su mentor, Nikolaus Pevsner (que Banham percibía como un «firmamento propagandístico ordenado”), argumentando que presentaban «puntos de vista claros y cuidadosamente categorizados» de los desarrollos que, en la evaluación más matizada de Banham, eran «de hecho mucho más desordenados».

8. Carátulas en tapa dura de las primeras ediciones de Theory and design in the first machine age lanzadas casi en simultáneo en Inglaterra por The Architectural Press (izquierda) y en los Estados Unidos por Praeger Publishers (derecha).
9. Carátulas de las primeras reediciones de Theory and design in the first machine age lanzadas en formato de bolsillo (paperback) en 1980 por The Architectural Press (izquierda) y a partir de 1981 por The MIT Press (derecha).

La tesis central de Banham fue un desafío directo a la narrativa imperante: desmanteló sistemáticamente el credo funcionalista resumido en la frase «la forma sigue a la función» (form follows function, acuñada por Louis Sullivan en 1896), afirmando en cambio que el formalismo -una profunda preocupación por el estilo y la estética- cobró un interés primordial, si no preponderante, de la arquitectura moderna temprana. Sostuvo que los arquitectos de este período, a pesar de su aparente compromiso con la tecnología, a menudo «nunca se molestaron en investigar la tecnología a fondo», estando principalmente interesados en crear un simbolismo formal de la tecnología que pudiera incorporarse a sus diseños.

10. Carátulas de las primeras ediciones de Theory and design in the first machine age en castellano. Izquierda: la más antigua impresa por Ediciones Nueva Visión (Buenos Aires) en 1965 (reeditada en 1977) con el título Teoría y diseño arquitectónico en la era de la máquina. Derecha: la reedición de 1985 realizada por Paidós corrigiendo en título por Teoría y diseño en la primera era de la máquina en la que también se añadió la introducción de Banham a la segunda edición inglesa.

El libro, cuyas reimpresiones en formato paperback (de bolsillo) corrieron a cargo primero por The Architectural Press (1980) y luego por The MIT Press (1981 en adelante), apareció por primera vez en castellano en 1965 impreso por Nueva Visión Ediciones (Buenos Aires), traducción de Luis Fabricant, con el título Teoría y diseño arquitectónico en la era de la máquina. En 1985, la editorial Paidós de Barcelona hizo una reedición manteniendo la misma traducción, pero agregando la introducción de Banham a la segunda edición inglesa con traducción de C. Fernández Medrano, y corrigiendo el título: Teoría y diseño en la primera era de la máquina. Tiene una estructura organizativa tanto geográfica como temática, centrándose meticulosamente en regiones y movimientos arquitectónicos fundamentales que caracterizaron la «primera era de la máquina», aproximadamente entre 1900 y 1930.

11. Índice de Teoría y diseño en la primera era de la máquina tomado de la reedición de 1985 realizada por Paidós.

La estructura deliberada del libro es una estrategia retórica sofisticada empleada por Banham para fundamentar su crítica revisionista contra las narrativas históricas monolíticas del modernismo. El esquema detallado revela una progresión clara y segmentada a través de distintos países europeos y movimientos arquitectónicos. Esta elección estructural contrasta directamente con la crítica de Banham a las «visiones claras y cuidadosamente categorizadas» de Pevsner y la reducción del movimiento moderno a un «supuesto ‘estilo internacional'» singular.Al dedicar amplias secciones a contextos diversos como Italia (Futurismo), Holanda (De Stijl), París (Le Corbusier) y Alemania (Bauhaus), Banham argumenta implícitamente a favor de la pluralidad y contingencia inherentes de los primeros desarrollos modernistas demostrando que no hubo una trayectoria única y unificada. Esta decisión estructural le permite ilustrar la realidad «más desordenada» y compleja de la evolución arquitectónica de principios del siglo XX al mostrar una variedad de respuestas diversas, y a veces contradictorias, a los avances tecnológicos y a las fuerzas más amplias de la modernidad en diversos paisajes culturales.

12. Páginas interiores de Theory and design in the first machine age tomadas de la segunda edición norteamericana de Praeger Publishers (1967) con imágenes que acompañaron la Primera parte.

El índice, convertido en un testimonio de la complejidad que Banham buscaba desvelar, tiene las siguientes secciones clave y enfoques temáticos (según la traducción al castellano de Paidós):

  • «CAUSAS PREPRATORIAS: ESCRITORES ACADÉMICOS Y RACIONALISTAS, 1900-1914»: Esta sección explora el trabajo intelectual de figuras como Choisy, Garnier, Perret, Lethaby, Scott y Adolf Loos, examinando sus contribuciones al pensamiento arquitectónico moderno temprano.
  • «ITALIA: MANIFIESTOS Y PROYECTOS FUTURISTAS, 1909-1914»: Una sección dedicada al análisis del movimiento futurista, sus manifiestos y las visiones arquitectónicas de Antonio Sant’Elia.
  • «HOLANDA. EL LEGADO DE BERLAGE: DE STIJL, 1917-1925»: Esta parte profundiza en la influencia de Hendrik Petrus Berlage y el desarrollo de De Stijl, incluyendo sus fases holandesa e internacional, así como el Expresionismo en Ámsterdam y Berlín.
  • «PARÍS: EL MUNDO DEL ARTE Y LE CORBUSIER»: Una parte sustancial dedicada a Le Corbusier, analizando su obra seminal Vers une Architecture, su enfoque de la planificación urbana y sus principios estéticos en el contexto del arte y la arquitectura parisinos.
  • «ALEMANIA: BERLÍN, LA BAUHAUS, LA VICTORIA DEL NUEVO ESTILO»: Esta sección examina la Escuela de Berlín, la Bauhaus y los desarrollos arquitectónicos alemanes más amplios, concluyendo con una discusión crítica sobre «Funcionalismo y tecnología» que conforma el Capítulo 22.
13. Páginas interiores de Theory and design in the first machine age tomadas de la segunda edición norteamericana de Praeger Publishers (1967) con imágenes que acompañaron la Segunda parte.

«Funcionalismo y tecnología» ubicado estratégicamente en la conclusión del libro es, por su contenido crítico, notable. Allí es donde Banham rompe el vínculo entre el funcionalismo y la arquitectura progresista de la década de 1920 señalando la interpretación errónea y la apropiación simbólica generalizadas de la tecnología dentro del discurso arquitectónico modernista. El análisis de Banham expone sistemáticamente que el mismo «funcionalismo» a menudo atribuido póstumamente al modernismo temprano fue, en su opinión, una racionalización posterior, adoptada en gran medida en la era posterior a la Segunda Guerra Mundial. Los arquitectos de la «primera era de la máquina» estaban, paradójicamente, más cautivados por la imagen o el simbolismo de la máquina que por un compromiso riguroso con sus verdaderas implicaciones funcionales o estructurales.

14. Páginas interiores de Theory and design in the first machine age tomadas de la segunda edición norteamericana de Praeger Publishers (1967) con imágenes que acompañaron la Tercera parte.

Justamente ligado a lo anterior es que vemos en Banham su decisión deliberada de destacar la arquitectura expresionista y futurista con mucha más prominencia que los historiadores anteriores de la arquitectura moderna. Argumentó que los futuristas se encontraban entre los pocos intelectuales de su tiempo que comprendieron fundamentalmente el profundo valor de la tecnología para el arte y la arquitectura más allá de la mera superficie estética, adoptando las plenas implicaciones culturales de las nuevas tecnologías como el automóvil. Vio sus «visiones provocadoras y exploraciones estéticas» como un producto directo y honesto de la «era de la máquina», a diferencia de los enfoques más restringidos o simbólicamente disfrazados de otros modernistas. No fue casual, por tanto, la empatía que Banham sintió con la aparición del grupo Archigram, una vanguardia arquitectónica formada en la década de 1960 que se inspiró en la tecnología para crear proyectos hipotéticos y neo-futuristas.

15. Páginas interiores de Theory and design in the first machine age tomadas de la segunda edición norteamericana de Praeger Publishers (1967) con imágenes que acompañaron la Cuarta parte.

La trayectoria intelectual de Banham también estuvo estrechamente ligada al Independent Group, una asociación informal de artistas, arquitectos e historiadores en Londres a menudo reconocido por dar origen al Pop Art. Su postura revisionista sobre la arquitectura moderna influyó significativamente en este grupo, especialmente en su fascinación por el proto-Pop y el arte Conceptual. A lo largo de su carrera, Banham ocupó puestos influyentes, como editor adjunto de The Architectural Review y, más tarde, como distinguido profesor en instituciones como la Bartlett School of Architecture, University College London, la State University of New York en Buffalo y la University of California, Santa Cruz.

16. Páginas interiores de Theory and design in the first machine age tomadas de la segunda edición norteamericana de Praeger Publishers (1967) con imágenes que acompañaron la Quinta parte.

Banham se caracterizó por ser un prolífico articulista habiendo dejado más de 750 textos publicados en diversas revistas y periódicos. Además publicó una decena de libros. El estilo de escritura de Banham fue aclamado por su vigor, compromiso, disciplina y agudeza, a menudo descrito como una fusión de rigor académico y «periodismo funky». Poseía una habilidad inigualable para transitar por el espectro de los artefactos culturales, abordando la arquitectura de «alta cultura» con la misma curiosidad intelectual que los electrodomésticos, los automóviles o la ciencia ficción.

También desempeñó un papel fundamental en la popularización y definición del «Nuevo Brutalismo» a través de su influyente ensayo de 1955 y su libro más completo de 1966, The New Brutalism: Ethic or Aesthetic? el cual, mucho más que una mera tendencia estilística, fue para Banham una respuesta crítica interna, una autocorrección, a las deficiencias e idealizaciones percibidas del modernismo anterior.

17. La bibliografía completa en inglés de Reyner Banham.

Además, fue un visionario que predijo una «segunda era de la máquina» caracterizada por el consumo masivo. Esta transición de la «primera era de la máquina» -donde la tecnología aún no había sido idealizada y se empleaba de manera práctica e incondicional en la vida diaria- a una fase posterior fue un tema recurrente en sus escritos de la década de 1960.

Podríamos concluir que la publicación de Teoría y diseño en la primera era de la Máquina en 1960 no fue una mera coincidencia cronológica; fue una intervención intelectual estratégicamente oportuna. La década de 1950 había presenciado la solidificación y, en algunos casos, la osificación de una interpretación dogmática del modernismo, a menudo destilada en una narrativa simplificada de «funcionalismo». Al comienzo de la década de 1960, una creciente corriente de insatisfacción con esta ortodoxia era palpable, dando lugar a movimientos críticos como el Team X y los incipientes movimientos del pensamiento posmoderno. El libro de Banham, con su revisión histórica meticulosamente investigada que expuso los profundos cimientos estéticos y simbólicos del modernismo temprano, proporcionó munición intelectual crucial para estas críticas emergentes. Ofreció un precedente histórico para cuestionar la narrativa establecida de los «maestros», convirtiéndose así en un texto fundacional que no solo reflejó, sino que también moldeó activamente la reevaluación crítica del modernismo que definió el discurso arquitectónico de la década de 1960. Su llegada oportuna le permitió capturar y acelerar la ola de introspección y rebelión arquitectónica que caracterizó aquellos intensos años.

ACA

Procedencia de las imágenes

1, 6, 7, 8, 9, 10, 11 y 17. Colección Fundación Arquitectura y Ciudad.

2. Jane Jacobs. Wikipedia (https://es.wikipedia.org/wiki/Jane_Jacobs): y Metalocus (https://www.metalocus.es/es/noticias/no-al-premio-pritzker-para-denise-scott-brown)

3. CLICK into MAGAZINE! (https://clickintomag.wordpress.com/2017/12/27/architecture-archigram-school/); y ARQUITECTURA DISEÑO (https://www.arquitecturaydiseno.es/arquitectura/despedimos-a-adolfo-natalini-fundador-superstudio_3551)

4. Centro Vasco de Arquitectura (https://intranet.pogmacva.com/fr/autores/43612)

5. Yale Books Blog (https://yalebooksblog.co.uk/2023/09/21/the-pevsner-architectural-guides-series-50-years-in-50-books/); y do.co.mo.mo._Ibérico (https://docomomoiberico.com/enciclopedia/el-origen-de-la-arquitectura-moderna-segun-nikolaus-pevsner/)

12, 13, 14, 15 y 16. Reyner Banham. Theory and design in the first machine age, Praeger Publishers (1967)

ALGO MÁS SOBRE LA POSTAL Nº 324

Hoy volvemos a encontrarnos con el grato compromiso de redactar una nota sobre una de las casas que podrían considerarse icónicas dentro de las realizadas en el territorio venezolano, pese a no tratarse de una obra maestra de su creador. Nos referimos a la quinta Alto Claro, proyectada por el afamado arquitecto de origen austríaco, que emigra a los Estados Unidos en 1923, Richard Neutra (1892-1970) para el abogado, economista, académico, banquero y empresario, amén de importante funcionario público entre 1936 y 1966, José Joaquín González-Gorrondona (1910-1988).

Ubicada en el Sector Pajaritos, Parque Nacional Waraira Repano, Caracas, la edificación estuvo envuelta desde muy temprano por la polémica de su localización y de los vericuetos que terminaron por permitir su construcción en la más importante área verde de la capital (para lo cual se logró asignarle al propietario en 1963 el cargo de “guardaparques honorario”).

Como inicio de nuestro recorrido que nos llevará a encontrarnos con la obra construida, es oportuno recordar que el proyecto de la quinta le había sido encargado inicialmente en 1957 por J.J. González-Gorrondona y su esposa Margarita Centeno Vallenilla a otro reconocido arquitecto, el milanés Gio Ponti, del cual tenían clara referencia por haber edificado en Caracas la Villa Arreaza (Caracas Country Club, 1955), y por encontrarse en la etapa final de construcción la Villa Planchart, terminada en 1957.

1. Dos fotos de la maqueta y planta de la propuesta (descartada) de Gio Ponti para la casa de los González-Gorrondona.

La propuesta que le presenta Ponti a los González-Gorrondona, absolutamente emparentada con las dos villas caraqueñas anteriormente proyectadas (como puede apreciarse de la información que sobre ella ha trascendido gracias a lo publicado por Hannia Gómez en El Cerrito. La obra maestra de Gio Ponti en Caracas -2009-), no satisfizo a los clientes por lo que recurrieron a la contratación de Richard Neutra a quien habían conocido 1955 cuando, acompañado de su esposa Dionne, visitó Caracas para participar como invitado internacional (junto a Marcel Breuer y Pierre Vago) en el IX Congreso Panamericano de Arquitectos. El arquitecto austro-norteamericano ya para entonces tenía una vasta trayectoria centrada fundamentalmente en el diseño de viviendas unifamiliares en el estado de California, donde había demostrado absoluta maestría en manejo de la escala doméstica. Justamente en aquel viaje Armando Planchart, quien había puesto a los González-Gorrondona en contacto con Ponti, presentaría a Neutra a la pareja pasando a ser el diseñador de la casa que terminaría de construirse en 1965, dos años después de finalizado el proyecto. Cabe destacar que, entre tanto, hubo de sortearse el proceso que significó el haber sido decretado el Ávila como parque nacional en 1958 en el que, paradójicamente, Gonzalez-Gorrondona, participó y ayudó a impulsar.

Como relata Gómez en “Estas rocas eran para mí”, capítulo dedicado a Neutra de Our architects en Caracas. Arquitectura norteamericana en Caracas 1925-1975 (2017), quizás el punto de discrepancia que hizo a los González-Gorrondona decantarse por Neutra en detrimento de Ponti (inclinado siempre a enmarcar las vistas), haya sido la importancia de contar con un gran ventanal corrido para poder apropiarse de la extraordinaria panorámica al sur sobre el valle de Caracas. De resto “mucho de esa arquitectura con dos patios y una marquesina … su emplazamiento en el sitio, su forma de paralelepípedo, la ubicación de la piscina…”, presentes en la propuesta de Ponti, será asimilada por Neutra.

2. Vista aérea de Alto Claro en el Parque Nacional El Ávila.
3. Dos perspectivas de la propuesta para la quinta Alto Claro elaboradas por Richard Neutra, fechadas el 17 de enero de 1963. Desde el sureste (izquierda) y desde el suroeste (derecha
4. Alto Claro. Perspectiva desde el noroeste del proyecto realizado por Richard Neutra.
5. Alto Claro. Fachadas este (izquierda) y oeste (derecha).
6. Alto Claro. Fachadas norte y sur (izquierda), planta nivel 31,20 (centro) y fotografía de la fachada sur (derecha).

Alto Claro, quizás la residencia unifamiliar de mayor tamaño realizada por Neutra en su dilatada carrera, es de las pocas que llevaría a cabo fuera de los Estados Unidos y la única que se tenga registro realizada en Suramérica. Iván González Viso en la nota dedicada a la quinta dentro de Caracas del valle al mar. Guía de arquitectura y paisaje (2015) apuntará: “Emparentada con las casas californianas de Neutra …, la espaciosa vivienda moderna posee una estructura constituida por dos cuerpos; uno destinado a áreas sociales y habitaciones, y otro a los servicios. Las áreas sociales se orientan hacia la ciudad con grandes balcones y terrazas en volado unas sobre otras, como bandejas soportadas por vigas metálicas; mientras que los servicios se ubican en un cuerpo vertical de mayor altura ubicado en la parte posterior, con balcones orientados al este. Neutra contrasta la horizontalidad de los niveles con planos verticales revestidos en piedra e introduce brise soleil verticales de aluminio con mecanismos móviles que van de piso a techo. La casa no se funde con el paisaje y pone de manifiesto su capacidad de artificio, exhibiendo en sus formas puras superficies lisas y pulidas, así como grandes muros acristalados, que contrastan con otros revestidos de piedra, otorgándole un alto grado de abstracción plástica. El mobiliario moderno, con muebles de la casa italiana Cassina, acompaña el rico mundo interior. El paisajismo, obra de Eduardo Robles Piquer, completa el potente marco natural de la única vivienda privada permisada en el Ávila…”. El proyecto estructural fue realizado por el Ing. Anastasio Labropoulos y la inspección durante su construcción estuvo a cargo del Ing. Sergio De Ambrogio.

7. Dos tomas del interior de Alto Claro. El balcón con Caracas al fondo (izquierda) y parte de las áras sociales (derecha).
8. Alto Claro. Acceso vehicular (izquierda) y vista desde las áreas sociales hacia Caracas.
9. Alto Claro. Segmento de la fachada oeste (izquierda), parte de las áreas sociales (derecha arriba) y vista de la fachada sur desde la piscina (derecha abajo)

Sin llegar a los niveles de calidad de muchas de sus realizaciones, de las cuales destacan la Lovell House (1929, Los Ángeles, California) considerada por Keneth Frampton como la apoteosis del “estilo internacional”, o la Kaufmann House (1946, Palm Springs, California) valorada por William Curtis por su condición de modelo de la casa lujosa y saludable de suburbio estadounidense de los años 50, la quinta Alto Claro se podría sumar a la valoración que hizo en su momento Leonardo Benévolo de la totalidad de la producción por parte de Neutra de viviendas unifamiliares, ejemplo a seguir en cuanto al adecuado uso de los materiales, clara funcionalidad y positivas implicaciones que cubren exigencias emotivas, psicológicas y ambientales.

10. Texto de Juan Pedro Posani titulado “La Casa González Gorrondona de Richard Neutra. El estilo internacional sube al Ávila”, aparecido el 3 de octubre de 1992 en el encartado Arquitectura HOY.

Por otro lado, la casa puede considerarse “como una obra correcta y digna, elaborada con la pulcritud y elegante eficiencia” que eran características del estilo de su creador, tal y como comentaría en su momento Juan Pedro Posani en el texto “La Casa González Gorrondona de Richard Neutra. El estilo internacional sube al Ávila” aparecido el 3 de octubre de 1992 en el encartado Arquitectura HOY. También agregará Posani que, guardando algunas distancias con sus obras más emblemáticas, la casa caraqueña de Neutra no deja de mostrar, pese a no haber explotado al máximo su formidable ubicación, su diálogo y respeto con el paisaje al cual exalta en sus características “mediante el método del contraste acentuado, del uso preciso y contundente de los materiales artificiales, de las líneas rectas, de los volúmenes elegantes y exactos, estructurados con el admirable virtuosismo de sus composiciones dinámicas y asimétricas”.

Aunque de Neutra se conoce fundamentalmente su obra construida que lo llevó a ser considerado, según Posani, además de proyectista experto y eficiente, como “el arquitecto de las divas de Hollywood, de las casas preciosas y refinadas, relucientes de aluminio y vidrio, volando ligeras sobre las piedras del desierto”, no deja de ser importante resaltar su condición de teórico del diseño y profuso escritor. Su libro Survival through design de 1954 (traducido en 1957 como Planificar para sobrevivir), contentivo de los elementos fundamentales de su filosofía arquitectónica, lo coloca como pionero entre quienes han incorporado la reflexión pertinente y necesaria sobre el diseño ambiental ante las agresiones crecientes que ya venía sufriendo la naturaleza y nuestro golpeado planeta. También se presenta como creyente de un diseño centrado en el ser humano, atento a las condiciones naturales del sitio y sensible a las necesidades sociales.

11. Dos de los libros más importantes escritos por Richard Neutra: Life and Shape de 1962 (izquierda) y Survival through design de 1954 (derecha).

“Sus reflexiones se ampliaron a incluir la percepción de la forma y los juicios estéticos sobre la belleza en 1962 con la publicación del libro Life and Shape en que desarrolló en diversos ensayos que reflejan la consolidación de sus ideas sobre arquitectura y su filosofía de realismo biológico. Propuso comprender la percepción de la arquitectura desde las funciones neurológicas; inclusive aboga por comprender a la forma y la percepción de la belleza en términos de funciones cerebrales”, apuntará Catherine Ettinger en el interesante artículo titulado “Diseño desde el ser humano. Richard Neutra y su proyecto para América Latina”, publicado en la revista Contexto de la Facultad de Arquitectura de la Universidad Autónoma de Nuevo León en 2018 accesible en https://www.redalyc.org/journal/3536/353659380003/html/.

Regresando a la casa que hoy nos ha ocupado, la misma se vio inmersa dentro de los problemas que tuvo que afrontar González-Gorrondona cuando en 1978 fue intervenido y liquidado por el gobierno nacional el Banco Nacional de Descuento (entidad que había fundado en 1954), debido a problemas de liquidez e insolvencia que afectaban la actividad del instituto. Así, Alto Claro en 1975 llega a ser expropiada siendo devuelta a la familia décadas después. Por otro lado, es bueno decir que a González-Gorrondona le fue reconocida su labor académica al ser designado individuo de número de la Academia de Ciencias Políticas y Sociales (1975) y de la Academia Nacional de Ciencias Económicas (1988).

Incomprensiblemente excluida (al igual que la casa Borges de Athos Albertoni en Petare) en la excelente exposición “La casa como tema” realizada en el Museo de Bellas Artes entre octubre y noviembre de 1989, Alto Claro fue declarada por el Instituto de Patrimonio Cultural como Bien de Interés Cultural de la Nación, publicado en la Gaceta Oficial de la República Bolivariana de Venezuela N. 38 234 de fecha 22 de julio de 2005 como una de las manifestaciones tangibles registradas en el I Censo del Patrimonio Cultural Venezolano, encontrándose actualmente en buen estado de conservación.

Tal y como ya apuntáramos en el segmento de VISITAS MEMORABLES dedicado a Neutra en el Contacto FAC nº 97 del 7 de octubre de 2018, “la terminación de ‘Alto Claro’ se inscribe dentro del último período de la obra de Richard Neutra quien falleció en Alemania, el 16 de abril de 1970, a la edad de 78 años, durante una gira de conferencias. También que quizás por la relevancia de su presencia en Venezuela, Punto publicó en su número 22 (marzo-abril 1965) el texto ‘El diseño y la metrópoli’ tomado de la revista Urbe de México”.

ACA

Procedencia de las imágenes

Postal y 4. http://guiaccs.com/obras/alto-claro/

1. Hannia Gómez, El Cerrito. La obra maestra de Gio Ponti en Caracas (2009)

2. https://arquitecturayempresa.es/noticia/casa-gonzalez-gorrondona-o-alto-claro-caracas-venezuela-obra-del-arquitecto-richard-j-neutra

3, 5 y 6. Hannia Gómez, Our architects en Caracas. Arquitectura norteamericana en Caracas 1925-1975 (2017)

7. https://www.ccscity450.com/otras_obras/quinta-alto-claro/ y https://arquitecturayempresa.es/noticia/casa-gonzalez-gorrondona-o-alto-claro-caracas-venezuela-obra-del-arquitecto-richard-j-neutra

8. https://www.facebook.com/Arquitecturavzl/photos/a.1790071744541496/1798812433667427/?type=3 y https://arquitecturayempresa.es/noticia/casa-gonzalez-gorrondona-o-alto-claro-caracas-venezuela-obra-del-arquitecto-richard-j-neutra

9. https://www.pinterest.com/pin/832110468661679549/, https://iamvenezuela.com/2017/10/casa-gonzalez-gorrondona-un-privilegio-en-el-avila/ y https://arquitecturayempresa.es/noticia/casa-gonzalez-gorrondona-o-alto-claro-caracas-venezuela-obra-del-arquitecto-richard-j-neutra

10 y 11. Colección Fundación Arquitectura y Ciudad

ALGO MÁS SOBRE LA POSTAL nº 148

El edificio Santa María, ubicado en la avenida México, Caracas, proyectado por el arquitecto de origen alemán Klaus Heufer (1923) con la participación del joven venezolano Francisco Pimentel para la firma Arquitectos Asociados (recién fundada en sociedad con Klaus Peter Jebens), constituye una de las obras en las que de manera temprana se utiliza en Venezuela un elemento que permitirá a lo largo del mundo generalizar los códigos del Estilo Internacional, tanto en edificios de oficinas como institucionales: el “curtain wall” cuya traducción al español es “muro cortina”.

La foto que ilustra nuestra postal del día de hoy da cuenta de la elegante presencia de esta correcta edificación en fechas recientes a su puesta en servicio y de la absoluta limpieza con que es tratada su volumetría, integrada por un cuerpo bajo y una torre, donde de esta última resalta la cuidadosa modulación de su fachada sur, impecablemente resuelta con una piel vidriada de diferentes tonos, sostenida por perfiles de aluminio e independiente de la estructura, contenida entre los muros laterales ciegos que la delimitan y dan respuesta a las orientaciones este y oeste. Esta manera de mostrarse al exterior recuerda sin lugar a dudas referentes tales como la Lever House (1952) de Gordon Bunshaft trabajando para Skidmore, Owings & Merril y el Seagram Building (1958) de Mies van der Rohe ambos en Nueva York, pioneros en la utilización de este recubrimiento que empezó a darle a las fachadas un acento característico.

Ya antes en Caracas, con la realización de la Torre Polar (1953) de Vegas & Galia Arquitectos Asociados, el “curtain wall” hizo por primera vez su aparición recubriendo por igual los cuatro frentes de un edificio a todas luces emblemático que buscaba, dada su localización, impactar y constituirse en símbolo recogiendo la tradición de los rascacielos newyorkinos. Esta atrevida y polémica decisión de tratar indiscriminadamente las cuatro fachadas de la edificación con un material de comportamiento uniforme ante el asoleamiento, se enfrentó provocadoramente a las enseñanzas que con relación a las consideraciones climáticas había ido mostrando Carlos Raúl Villanueva en el desarrollo de la Ciudad Universitaria de Caracas y los mismos Vegas & Galia a través de su propia obra temprana.

1. Izquierda: Lever House, Park Avenue, New York. Skidmore, Owigs & Merril, 1952. Derecha: aviso publicitario de la empresa que realizó el revestimiento del Edificio Polar de Vegas & Galia (c.1954)

Sin que nos conste que en el caso del edificio Santa María haya sido así, vale la pena recordar que para resolver el cerramiento definitivo del Polar, Vegas & Galia, cuando la estructura ya estaba concluida y se disponían realizar las fachadas según el proyecto original (a semejanza del edificio El Municipal), convocaron a representantes y vendedores de los cristales Saint-Gobain (ofrecidos como aislantes y absorbentes de la radiación solar) y de ACO, S.A. distribuidores y también representantes de la compañía norteamericana ALCOA (Aluminum Company of America), quienes les ofrecieron utilizar sus productos, siendo estos últimos con quienes finalmente se concluyó la obra no sin antes tener que sortear importantes inconvenientes técnicos tanto de instalación como de filtración del agua cuando llovía. De esta manera, entre 1953 (cuando se termina el Polar) y 1959 (fecha de apertura del Santa María), aunque tímidamente varios edificios asumieron esta manera de envolverse que daba protagonismo a la superficie vidriada (Centro Comercial del Este -1953- de Diego Carbonell, Cámara de Comercio de Caracas -1954- de Julio Volante, Edificio de Radio Continente -1956-, Edificio del Rectorado del Colegio San Ignacio de Loyola -1958- de Erasmo Calvani y Juan Capdevila Elías y Palacio Municipal de Maracaibo -1959- de Miguel Casas Armengol, por citar algunos), ninguno lo hará con la maestría y contundencia con que Heufer la maneja, para lo cual debe haber contado con la asesoría de los proveedores de productos importados de los Estados Unidos tal y como lo hicieran Vegas & Galia en su momento.

En adelante, proliferará el uso del “curtain wall” en Caracas, desatando, como lo hiciera el edificio Polar, una encendida discusión acerca de su conveniencia y adecuación en climas tropicales (traducida a los tiempos actuales en “sostenibilidad”), más allá del recato con que durante un buen tiempo los proyectistas lo usaban destinándolo a las fachadas norte y/o sur, hasta que se liberaron de tal condición a medida que se lograban, sin conseguirlo del todo, mejoras en los índices de polarización de los cristales.

Por otra parte, no estaría de más recordar que Klaus Heufer, formado como arquitecto en la Universidad Tecnológica de Braunschweig (la más antigua universidad tecnológica de Alemania), de donde egresa en 1950 bajo la tutoría del profesor Friedrich Wilhelm Krämer, viene a Venezuela en 1952 para incorporarse junto a su compañero de estudios Friedrich Beckhoff a la oficina Malaussena & Silveira, donde desde hacía ya un año trabajaba Klaus Peter Jebens también condiscípulo de ellos. Casi de inmediato comienza su participación en los proyectos para el Círculo de las Fuerzas Armadas y los hoteles Guaicamacuto y Maracay de la CONAHOTU, apareciendo la utilización del “muro cortina” de forma clara tanto en este último como en el Salón Venezuela del club militar lo que le permite a la firma, junto a otros atributos propios de un enfoque diferente desde lo proyectual, dar un giro hacia el uso de códigos modernos que se sumarán a los de corte académico que Luis Malaussena manejaba con maestría.

2. Klaus Heufer. Quinta Loma Baja, 1960. Arriba: vista exterior. Abajo: vista interior

Radicado definitivamente en Venezuela, independizado de la oficina de Malaussena & Silveira, Heufer desarrolla en su firma Arquitectos Asociados una prolífica carrera profesional de más de 30 años donde se realizaron aproximadamente 150 proyectos y anteproyectos arquitectónicos, de entre los cuales han quedado piezas memorables, mostrando en ellas un claro interés por la perfección en los detalles acompañada de la impecable utilización de materiales y acabados los cuales siempre pone a prueba antes de decidir su incorporación a un proyecto. Desde muy joven Heufer mostró una gran habilidad para el dibujo y de su formación junto a Krämer aprendió a integrar la madera en sus propuestas de acuerdo con las prácticas y modos de uso de la arquitectura escandinava, de la cual también absorbió, tras su pasantía por Malmö, Suecia, la importancia de incorporar el diseño del mobiliario integrado a los ambientes. Su aclimatación a nuestro país pasó del primer impacto producido por la luz, el color y la exuberancia vegetal de Caracas a la asimilación paulatina de valores y elementos locales como el patio, el corredor y el alero, que le permitieron hacer una verdadera exploración en torno a la arquitectura doméstica de donde destaca su integración al medio ambiente, la continuidad espacial entre el interior y el exterior y el combinado equilibrio entre lo tradicional y lo moderno.

3. Klaus Heufer el dia en que cumplía 87 años, en el patio de su casa de Los Palos Grandes

Sobre la obra de Heufer, Alonso Ayala publicó La arquitectura interior y exterior de Klaus Heufer (Armitano Editores, 2005) y en un tono más personal, con motivo de la celebración de sus 90 años, Lorenzo Davalos le dedicó un hermoso reportaje en su blog caracas 10N, 67W titulado “Klaus Heufer y su persistente pasión por los detalles”, aparecido el 27 de agosto de 2013 (https://caracas1067.wordpress.com/2013/08/27/la-persistente-pasion-por-los-detalles-de-klaus-heufer-1/), que vale la pena consultar.

4. Vista de una sala de la exposición Klaus Heufer Arquitecto. Arqueología de la modernidad. Centro Cultural BOD. 2014
5. Poster de la exposición Klaus Heufer Arquitecto. Arqueología de la modernidad. Centro Cultural BOD. 2014

Sin embargo, el mayor reconocimiento a su trayectoria como arquitecto clave para entender la modernidad venezolana se le rindió en 2014, cuando bajo la curaduría de Rafael Pereira, se montó en los espacios del Centro Cultural B.O.D., La Castellana, Caracas, la exposición “KLAUS HEUFER, Arquitecto: Arqueología de la modernidad” donde se pudieron apreciar maquetas, planos originales, fotografías y documentos personales del arquitecto, “a partir de los vestigios documentales rescatados, de sus edificaciones de mayor significación para nuestro acervo arquitectónico» simulando una «labor arqueológica”, como dirá el propio Pereira.

6. Izquierda arriba y abajo: Edificio Santa María en fechas próximas a su inauguración en 1959. Derecha arriba y abajo: Edificio Santa María en la actualidad

Hoy, diluido entre la vorágine del centro de la ciudad, intervenido sin compasión alguna (coloreando artificialmente su fachada, pintando de rojo el mármol verde alpi y otras superficies, añadiéndole grafismos fuera de tono y clausurando su zona comercial en planta baja), desvirtuado en cuanto a la sobriedad de su planteamiento original a favor de una visión populista de la cultura (cuyo ministerio hoy alberga), el edificio Santa María resiste al igual que toda una sociedad a la espera de la llegada de tiempos mejores.

ACA

Procedencia de las imágenes

Postal y 6. https://entrerayas.com/2018/06/edificio-santa-maria-abusiva-intervencion/

1 izquierda. https://www.som.com/projects/lever_house

1 derecha. Revista CIV, nº 217, abril 1954

2. https://coleccioncisneros.org/es/editorial/cite-site-sights/la-villa-moderna-en-caracas

3.https://caracas1067.wordpress.com/2013/08/27/la-persistente-pasion-por-los-detalles-de-klaus-heufer-1/

4. https://twitter.com/ZonArquitectur/status/754720717904744448/photo/1

5. https://traficovisual.com/2014/07/23/exposicion-klaus-heufer-arqueologia-de-la-modernidad/