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OTRO IMPORTANTE LOGRO

Seleccionado un proyecto venezolano entre los 32 finalistas para la XI Bienal Iberoamericana de Arquitectura y Urbanismo (XI BIAU)

Tomado de http://www.bienalesdearquitectura.es

El próximo 5 de octubre dará comienzo la XI BIAU (Bienal Iberoamericana de Arquitectura y Urbanismo) en Asunción, Paraguay. A lo largo de una semana, distintos enclaves de la ciudad acogerán exposiciones, conferencias y debates, así como un ciclo de cine y actividades populares.

La bienal recoge la mejor arquitectura de los 22 países que conforman Iberoamérica en las categorías Panorama de Obras, Publicaciones, Textos de investigación, Trabajos académicos y Habitando Iberoamérica. 
A la convocatoria de obras se presentaron un total de 997 propuestas, de las cuales 210 resultaron seleccionadas por los comités nacionales de cada país. Un jurado internacional, reunido los días 25 y 26 de mayo, ha revisado la pre-selección hasta alcanzar un número de 32 proyectos finalistas. Entre las obras finalistas predominan los espacios colectivos: equipamientos públicos, centros culturales, docentes o recreativos; aunque también han resultado destacadas residencias así como rehabilitaciones.

El jurado presidido por Gloria Cabral y Solano Benítez (Asunción), y formado por Gabriela Carrillo y Mauricio Rocha (Ciudad de México), Sandra Barclay y Jean Pierre Crousse (Lima), Josep Ferrando (Barcelona), Carlos Quintáns (La Coruña), Nicolás Campodónico (Rosario), Carla Juaçaba (Rio de Janeiro), Javier Corvalán (Asunción), y por los comisarios de la XI BIAU Ana Román y Arturo Franco, seleccionó la siguiente cantidad de proyectos por país: Argentina (2), Brasil (4), Chile (1), Colombia (2), Ecuador (3), España (7), México (4), Paraguay (1), Perú (2), Portugal (4), Uruguay (1) y Venezuela (1).

Según declara el Jurado “estas obras representan un buen ejemplo de la arquitectura de calidad que se está desarrollando en toda Iberoamérica. Se trata de una muestra que recorre gran parte de los países iberoamericanos e incluye variedad de tipologías, demostrando que el nivel de los proyectos no depende del tipo, del programa, ni de la escala”. 
Esa selección refleja el espíritu de la XI BIAU: el habitar, el habitante. Son propuestas potentes, con muchísima fuerza, matéricas y que se hicieron pensando en quién y cómo las habitará.

Por Venezuela la obra seleccionada ha sido la Iglesia San Juan María Vianney, ubicada en Media Legua, estado Vargas (2008-2018), presentada por Enlace Arquitectura la cual puede ser consultada en: http://www.bienalesdearquitectura.es/index.php/es/resultados-xi-biau-finalistas/finalistas-panorama-de-obras/9090-venezuela-iglesia-san-juan-maria-vianney-media-legua.html.

De la memoria enviada por los proyectistas venezolanos a la XI BIAU podemos resaltar lo siguiente:

«La Iglesia San Juan María Vianney goza de una magnifca vista desde la cordillera norte de Venezuela hacia el Mar Caribe y forma parte de la comunidad rural La Media Legua, aproximadamente a dos horas y media de carretera de Caracas, en el estado Vargas. La iglesia se proyecta para recibir a 200 personas provenientes de áreas aledañas, muchas de las cuales se trasladarán a pie. El proyecto contempla además, para una futura fase, dormitorios y espacios para retiros espirituales.

La estructura de la iglesia se rige con bloques de cemento convertidos en paredes estructurales al insertar cabilla de acero y concreto en las cavidades interiores. Por encima de los 2,40 metros de altura (que correponde a 12 filas de bloques) comienzan a aparecer aperturas que incrementan de tamaño a medida que sube la pared permitiendo que el espacio interior sea ventilado e iluminado naturalmente. Tres aperturas de mayor tamaño al nivel de los ojos acercan el paisaje exterior a la iglesia enmarcando árboles y una cruz. La construcción ha sido realizada por miembros de la comunidad de La Media Legua utilizando materiales que se pueden conseguir con relativa facilidad, ya que la escasez de materiales de construcción ha sido un tema álgido en el país desde hace muchos años. Otra ventaja de los bloques y el concreto es que requieren de mínimo mantenimiento.

La Iglesia forma parte de la parroquia de Tarmas que tiene una población de 13.500 habitantes, muchos de los cuales viven en situación de pobreza. La parroquia es muy extensa y se requiere varias horas para recorrerla completamente.

La iglesia cuenta con un terreno de más de 2.000 m2 que originalmente perteneció a la familia Monterrey, quienes fueron benefciarios en los años 1960 de la Ley de Reforma Agraria. Años despues, se realizaron movimientos de tierra en preparación para recibir un programa universitario de agricultura, pero el proyecto nunca se concretó. La idea de crear una iglesia en el lugar, surge por preocupación de la comunidad, a que fuera tomado por el gobierno para construir un dispensario de alimentación o uno de sus programas de asistencia conocidos como “misiones.” Habían escuchado rumores de que el terreno estaba en la mira de las autoridades, y se dirigieron al Padre Abelardo Bazó, el Párroco de Tarmas, con la propuesta de ocuparlo proactivamente con una iglesia. En la práctica, la comunidad siente que carecía de un lugar de culto, ya que muchos son practicantes y debían desplazarse más de una hora a pie para llegar a una iglesia. De esta forma nace la iniciativa de crear en ese específco lugar, la Iglesia de Media Legua que luego sería consagrada como La Iglesia San Juan María Vianney, en honor al Cura de Ars que cumplía 150 años en ese momento.

Hoy la iglesia representa el centro de la comunidad. El espacio que precede la iglesia funciona como plaza pública y con sucesivas donaciones será adecuado con mobiliario, iluminación y columpios para los niños. Dada las circunstancias y los retos que se presentan en Venezuela para realizar las tareas mas cotidianas, haber logrado concluir este proyecto y usar el espacio para celebraciones religiosas es de por si un logro muy significativo para la comunidad».

ACA

Procedencia de las imágenes

Todas. http://www.bienalesdearquitectura.es/index.php/es/resultados-xi-biau-finalistas/finalistas-panorama-de-obras/9090-venezuela-iglesia-san-juan-maria-vianney-media-legua.html.

2008• Complejo Deportivo, Turístico y Cultural José María Vargas, Litoral Central

Complejo Deportivo, Turístico y Cultural José María Vargas.jpg

2008•  Se concluye la construcción e inaugura el 21 de noviembre del Complejo Deportivo, Turístico y Cultural José María Vargas o como popularmente se le llama «Polideportivo José María Vargas», ubicado en la Av. Carlos Soublette, Maiquetía, Estado Vargas.
Esta nueva instalación cuenta con un Estadio de Fútbol reglamentario y un Domo o Pabellón Techado multiuso que se utiliza para gimnasio, eventos deportivos (baloncesto, boxeo, voleibol, fútbol sala) y espectáculos.
El nuevo recinto de propiedad pública es administrado por el Gobierno del estado Vargas a través del Instituto de Deportes de ese estado.
El Estadio de Fútbol tiene su superficie de césped y graderías para 2.500 espectadores. Lo utiliza el Deportivo La Guaira como sede deportiva.
El Domo tiene capacidad para albergar 5.000 espectadores y facilidades para ser acondicionado para recibir hasta 7.000 personas, un tabloncillo removible, excelente iluminación, audio, tablero electrónico de cuatro caras, oficinas, área de prensa y camerinos.
Al poco tiempo de ser admitido por la Liga Profesional de Baloncesto se convirtió en la sede de los Bucaneros de La Guaira.
La fachada exterior del Domo esta revestida con una obra del reconocido artista valenciano Iván Estrada realizada sobre ceramica preparada por la firma Balgrés.
El Complejo Deportivo lleva el nombre del doctor José María Vargas (1786-1854), médico, filósofo y político patriota, natural de La Guaira, primer Presidente civil de Venezuela.

HVH

¿SABÍA USTED…

… que el año 2001, a 38 años de la realización de la primera y bajo el lema “Arquitectura en contexto: globalidad, identidad y ruptura”, se llevó a cabo la X Bienal de Arquitectura organizada por el Colegio de Arquitectos de Venezuela?

1. Logo de la X Bienal de Arquitectura de Caracas

En medio de un clima de contracción en la industria de la construcción y de cuestionamiento a este tipo de evento, cuyo agotamiento en cuanto a su capacidad de promover el interés nacional y el debate con contenido crítico eran evidentes, e intentando darle un giro al hecho de haber perdido desde 1987 su condición de marco en el cual se seleccionaba al Premio Nacional de Arquitectura (en manos desde entonces del Consejo Nacional de la Cultura), la organización de la X Bienal se propone, a tono con los vientos que soplaban ya en el país, renombrar la convocatoria, direccionar el enfoque general de la muestra y apostar por la reflexión y el intercambio.
Oscilando entre «I Bienal de Arquitectura de Caracas» y «X Bienal Nacional de Arquitectura», finalmente se registra la del 2001 como X Bienal de Arquitectura de Caracas, lo cual introdujo de entrada un claro elemento de confusión en cuanto a su propia identidad y alcance. Por otro lado, a la tradicional presentación de trabajos arquitectónicos y urbanísticos de diversa índole, publicaciones y tesis de grado, se le abre la puerta a modo de invitados especiales a proyectos y obras ganadores de premios nacionales e internacionales en el lapso 1998-2001 y a temas que evidenciaran el “interés del sector público, privado y profesional de formular propuestas para atender a las grandes mayorías de menores ingresos” en particular los trabajos ganadores de los Concursos de Habilitación Física de Barrios convocados por el CONAVI en 1999 y 2000, el Proyecto para la Declaratoria de la Ciudad Universitaria de Caracas como Patrimonio Cultural de la Humanidad, los Proyectos para la recuperación del estado Vargas y los Proyectos para Nuevas Ciudades. Adicionalmente, se logró organizar un ciclo de once foros aglutinados bajo el título “Ciudades para vivir” llevados a cabo en tres momentos y tres sedes diferentes, que, sin dejar de ser importantes válvulas de escape ante problemas acuciantes, permitieron evidenciar las tensiones presentes dentro de la organización misma del evento.
Un calificado y exigente jurado preseleccionó, del total de inscritos, 37 trabajos «en los que fuera manifiesta la intención de combinar de manera armónica la pericia profesional y la búsqueda de soluciones renovadoras” que, junto a los temas invitados, serían posteriormente considerados por un segundo jurado cuya misión consistió en llevar adelante la selección final y otorgar los premios. Todo ello dio pie al montaje de una exposición en los espacios del Museo de Arte Contemporáneo de Caracas (que desde el mes de enero ya no contaba con Sofía Imber como su directora) entre el 30 de septiembre y el 4 de noviembre.

2. Zonas afectadas por el deslave del estado Vargas en 1999. Maiquetía-  La Guaira- Punta de Mulatos- Macuto-  El Cojo- Camurí Chico- Los Corales  Caraballeda – Tanaguarena – Carmen de Uria
3. Propuesta de diseño urbano para el sector Los Corales. Oscar Grauer, David Gouverneur y Nuri Bofill


En un inusual y ambiguo fallo, que descolocó a propios y extraños, el jurado decidió “otorgar el Premio Nacional a la totalidad de los Proyectos para la recuperación y desarrollo de Vargas”, grupo conformado por 10 propuestas elaboradas por diferentes sectores, grupos e instituciones, públicos y privados, profesionales y académicos, nacionales y extranjeros, individuales y colectivos, como clara señal del sesgo que desde un inicio se le buscó dar al evento y demostración del interés que propició atender la tragedia que afectó en 1999 el Litoral Central y de entenderlo como una oportunidad para resolver sus problemas de fondo.

3. X Bienal de Arquitectura de Caracas. Premio Mejor Obra Arquitectónica. Edificio de telecomunicaciones IMPSAT, La Urbina, Caracas. Arquitectos Alessandro Famiglietti y Álvaro Rodríguez

El Premio Mejor Obra Arquitectónica, que en otras circunstancias habría sido el de mayor jerarquía, recayó sobre el Edificio de telecomunicaciones IMPSAT de los arquitectos Alessandro Famiglietti y Álvaro Rodríguez, ubicado en la urbanización La Urbina, Municipio Sucre, Caracas. El jurado “llegó a esta obra a través de la presentación de una condición global y objetiva de su propio partido. Era una obra muy bien planificada que posteriormente a su visita se demostró como una bellísima interpretación de un edificio neutro y de programa predeterminante (…). Complementariamente, una vez más aquí apareció un cierto atributo de ‘perfección en su factura’, que Le Corbusier resaltó en Vers une Architecture como esencial en arquitectura. Por otra parte, valorizando una posición y cualidades más particulares que las otras, ésta resumía su condición de contemporaneidad y globalidad”. El transcurrir de casi 20 años le han dado en cierta forma la razón a los argumentos señalados de manera que se puede hoy seguir sosteniendo que el IMPSAT se trata de un edificio referencial dentro de la arquitectura venezolana del aún joven siglo XXI.
El balance que a la distancia se puede hacer de esta X Bienal viene acompañado por la frustración que ha originado la desatención que se le dio al conjunto de proyectos ganadores a la luz de la situación que hoy se vive en el estado Vargas. Las observaciones y recomendaciones hechas por el jurado que apuntaban “al insoslayable papel que el poder público tiene como convocador y conductor de un proceso  de urbanización y participación, donde múltiples actores sociales deben elaborar propuestas negociadas”, sumadas a la necesidad de “complementar las propuestas con estudios de factibilidad económica e impacto ambiental, capaces de garantizar la viabilidad de las propuestas elaboradas en un territorio que históricamente ha demostrado su vulnerabilidad”, son argumentos suficientes para colocar esta declaración como acompañante de un numeroso grupo de oportunidades perdidas.

Procedencia de las imágenes

1, 2, 3 y 4. Colegio de Arquitectos de Venezuela. Catálogo de la X Bienal de Arquitectura de Caracas, 2001.

1999• El Deslave de Vargas

Tragedia de Vargas.jpg

1999•  El 15 de diciembre, luego de varios días de incesante lluvia (más de 1.814 mm de agua en dos semanas), con la tierra empapada, convertida en barro, se inició un deslave que duró tres días, que desprendió miles de rocas, desde una montaña de 1800 metros de altura con pendientes de hasta 30º, que cayeron por valles, cauces de riachuelos, ríos y quebradas, arrasando todo cuanto tenían por delante. Nunca se sabrá cuántas personas perdieron la vida (algunos, conservadoramente dicen que fueron 30.000; otros que fueron bastante más).
La tragedia ocurrida, el peor desastre natural sufrido en Venezuela en el siglo XX, conocido internacionalmente como el Deslave de Vargas, afecto las costas de los Estados Vargas, Miranda y Falcón. Se perdieron urbanizaciones completas con todas sus viviendas, edificios multifamiliares, comercios, universidades, hoteles, clubs y vialidad. El fenómeno desplazó a miles de personas, desmembró familias, dislocó el aparato productivo y acabó con sus fuentes de trabajo. Muchas de las áreas afectadas estuvieron aisladas durante más de tres días, ya que la respuesta gubernamental, más pendiente de la realización de unas elecciones nacionales, tardó en organizarse, no percatándose de la magnitud de la tragedia.
Maiquetía y Macuto no sufrieron tanto, así como la zona de Caraballeda, en donde el deslave al llegar había perdido su inercia, sin embargo el Hotel Meliá Caribe sufrió grandes daños, no así el Hotel Macuto Sheraton que, sin embrago, tuvo que cerrar sus puertas como consecuencia del desastre económico que posteriormente afectó la zona.

HVH