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ALGO MÁS SOBRE LA POSTAL Nº 436

El caraqueño Inocente Palacios Caspers (1908-1996) es una de las personalidades más interesantes del siglo XX venezolano.

1. Algunos de los miembros de la Generación de 1928. Inocente Palacios aparece de pie, segundo de izquierda a derecha.

Integrante de la llamada Generación de 1928 y descendiente directo de Bonifacio Palacios, tío materno de Simón Bolívar, Inocente “estudió bachillerato en el liceo Caracas, pasando luego a la Universidad Central de Venezuela, donde obtuvo los títulos de bachiller en filosofía (1928) y de doctor en ciencias políticas (1931). Durante 20 años mantuvo una intensa actividad política y de lucha social por la que hubo de soportar cárcel y destierro”, expone Omar Alberto Pérez en la entrada correspondiente publicada en el Diccionario de Historia de Venezuela de la Fundación Empresas Polar (https://bibliofep.fundacionempresaspolar.org).

2. El golpe de estado del 18 de octubre de 1945 se convirtió en un punto de inflexión en la vida de Inocente Palacios.

Casado con Josefina Juliac Madroño, Palacios, antes del golpe de Estado del 18 de octubre de 1945, se retira de Acción Democrática (agrupación política que contribuyó a gestar tras haber sido secretario de su germen: el Partido Democrático Nacional -PDN-), por lo que una vez más “debió (según Omar Alberto Pérez) afrontar persecución, cárcel y exilio. Después de esto no participó más en la militancia partidista”.

3. Vista aérea de Caracas hacia el este con el desarrollo de Colinas de Bello Monte a la derecha en momentos en que se concluían los movimientos de tierra para urbanizar la parte alta (1953)

A su regreso, Palacios se involucró de manera decisiva en el proceso urbanizador de Caracas actividad que compartió con las de promotor cultural y musicólogo. De tal manera, cuando desde 1949 se acomete la urbanización de las tierras ubicadas hacia el sureste del casco central de Caracas, antiguamente ocupadas por la Hacienda Bello Monte (donde se alojó Humboldt durante su estancia en 1799), que se extendían a ambos lados del rio Guaire, propiedad de la Sucesión Casanova, Palacios junto a Luis Albero Pocaterra aceptan la proposición que le hacen Juan Vicente Casanova-Ibarra y Antonio J. Casanova para desarrollar los terrenos más inclinados ubicados al sur. Así, Palacios (quien conseguiría apoyo del Banco Obrero ya como presidente de C.A. Urbanización Colinas de Bello Monte) terminó gestando un suburbio con alto sentido especulativo que se convirtió en la primera conquista por parte del crecimiento formal de la ciudad de lo que en otro contexto sería calificado como un “cerro”, con modificación de la ordenanza de zonificación incluida.

4. Izquierda: Propuesta ganadora presentada por José Miguel Galia para el Concurso Concurso Internacional “Colinas de Bello Monte” para una quinta en pendiente (1951). Derecha: «Casa Modelo» (1951) construida por C.A. Urbanización Colinas de Bello Monte encargada a Antonio Lombardini
5. Izquierda: Concha Acústica de Bello Monte. Julio César Volante, 1954. Derecha: Fotomontaje de la maqueta del proyecto para el Museo de Arte Moderno de Caracas. Oscar Niemeyer, 1955.

Teniendo al arquitecto italiano Antonio Lombardini como su mano derecha en lo relacionado al trazado urbanístico y la realización de una serie de quintas-tipo para posibles compradores de terrenos en pendiente (para lo cual también se había realizado en 1951 un concurso internacional ganado por José Miguel Galia), Palacios, en su rol de promotor cultural y como presidente de la Fundación José Ángel Lamas, donó un predio con la intención de que fuese la sede artística de la Orquesta Sinfónica Venezuela (OSV) donde se construyó un anfiteatro (que luego pasaría a ser la Concha Acústica de Bello Monte), proyectado por el arquitecto Julio César Volante. Dentro de la misma línea también será el principal impulsor de la propuesta que, con la idea de convertir la zona en el epicentro de un movimiento cultural a escala metropolitana, previó la posibilidad de colocar al borde de una pequeña colina el futuro Museo de Arte Moderno de Caracas que se le encargó, luego de la declinación de Mies van der Rohe, a Oscar Niemeyer en 1955.

6. Quinta Caurimare, propiedad de Inocente Palacios. Calle Caroní, Colinas de Bello Monte. Arquitecto Antonio Lombardini, 1957. Demolida en 1980.

Más adelante, Palacios decide construir dos viviendas para su disfrute y el de su familia (ambas finalizadas en 1957), de concepción y carácter muy distintos: una en la ciudad ubicada justamente en la calle Caroní de Colinas de Bello Monte, cuyo proyecto le encarga a Lombardini la cual poseía holgadas dimensiones más próximas a las de un centro cultural; y otra de corte vacacional que realizaría en la región de Barlovento (por la que Palacios tenía una particular atracción sentimental) y que, localizada en Río Chico, le solicita a Fruto Vivas.

7. En primer plano, la Quinta El Palmar (proyectada por Fruto Vivas para el presidente Marcos Pérez Jiménez) y, en segundo plano, la casa diseñada también por Fruto para el gobernador Guillermo Pacanins. Ambas están localizadas en el sector Playa Grande del Litoral Central y son de 1954.

Palacios que conocía a Fruto desde su época de estudiante, cuando formó parte del grupo de colaboradores de Niemeyer (junto a Henrique Hernández, Elio Vidal, Gustavo Legórburu y Pedro Valenti) en el proyecto del Museo de Arte Moderno, y que vio cómo todavía sin graduarse (lo haría en 1956) sería el arquitecto escogido en 1955 para desarrollar la propuesta del Club Táchira y, previamente (1954), de las quintas construidas por Guillermo Pacanins (gobernador del Distrito Federal) y Marcos Pérez Jiménez (presidente de la República) en el Litoral Central, se sumó a la serie de personas algunas pudientes y otras poderosas que le ofrecieron al novel arquitecto la oportunidad de desarrollar su talento y poner en práctica sus planteamientos, relacionados con el uso de materiales autóctonos y la utilización de sistemas constructivos que dotaban a las edificaciones de un espíritu que combinaba modernidad y tradición popular.

La casa que Fruto Vivas diseña para Inocente Palacios (cuya foto de la fachada posterior engalana nuestra postal del día de hoy), cumple con todos los rasgos con los que Juan Pedro Posani caracterizó la “arquitectura populista” a la cual dedica todo un capítulo de la segunda parte de Caracas a través de su arquitectura (1969), y que en el caso del arquitecto tachirense se traducen en: “conocimiento y estudio directos de las fuentes populares, actitud celosamente nacionalista, investigación estructural permanente y un sentido muy agudo del espacio dinámico”, todo lo cual  “se aúna a un carácter generoso y capaz de súbitas explosiones de entusiasmo contagioso, los cuales en buena parte explican su tremendo poder de influencia”.

8. Fruto Vivas. Hotel Moruco. Santo Domingo, estado Mérida (1954-1956)
9. Fruto Vivas. Quinta Zaira. Colinas de Bello Monte, Caracas (1954-1956)
10. Fruto Vivas. Vivienda propia. Los Chorros, Caracas (1955).

Emparentada más directamente con el carácter y la técnica constructiva en madera manejada por Fruto en el hotel Moruco que le encargara la CONAHOTU (Santo Domingo, Mérida, 1954-1956), en la espacialidad de la quinta Zaida de Colinas de Bello Monte (1954-1956) y en la ambientación y uso de los materiales a la vivienda que el propio Fruto se construyó en Los Chorros, Caracas (1955), de la casa Palacios destaca la utilización de troncos gruesos de mora para la estructura (vigas y columnas), viguetas que sostienen el techo de mangle, machihembrado de caoba para las cubiertas (apareciendo también en ocasiones el cedro y el apamate) y pisos de corazón de mora, trabajados con sabiduría con la participación de un grupo de artesanos portugueses.

11. Dibujo de Juan Pedro Posani de la casa de Inocente Palacios en Río Chico (c.1960)
12. Fruto Vivas. Casa de Inocente Palacios en Río Chico (fachada principal)

También experimentó Fruto con el uso de bahareque para las paredes, cosa que en su momento alarmó al cliente que no se imaginaba cómo se garantizaría la durabilidad en el tiempo de ese tipo de material. Al respecto, Inocente Palacios en el libro Fruto Vivas. Del barro al metal, escrito por Raquel Castro en 1989, testimonia al narrar la construcción de la casa cómo “Fruto vino, vio el sitio y empezó a hacer un proyecto a lo Fruto Vivas, proyecto que bosquejaba en el reverso de un sobre de correos, en papel de envolver, sobre una tabla, siempre dibujaba en la primera cosa que estuviera a su alcance. Fruto venía aquí, se quedaba un rato viendo el paisaje, se volvía a ir, se desaparecía. Después nos dijo que iba a hacernos una casa de bahareque y madera. En el primer momento me pareció muy hermoso pero enseguida me alarmé y le dije, pero el bahareque se cae! (…) Añade Inocente Palacios que para tranquilizarlo prometió reforzar por dentro las paredes de bahareque y así, poco a poco, le fue dando corporeidad, lentamente; fue un proceso largo”.

13. Fruto Vivas. Casa de Inocente Palacios en Río Chico.

Lo paradójico de esta casa se presenta en el hecho de que habiendo utilizado materiales de la zona y un sistema constructivo relativamente sencillo resultó muy costosa y demorada en el tiempo: “La cosa más larga y más laboriosa del mundo… Resultó una locura”, confesará Palacios a Raquel Castro. Como muestra valga decir que el piso del comedor hecho de rodajas de corazón de mora duró un año construyéndose, por el hecho de que debieron de escogerse uno a uno los pequeños pedazos que rellenarían los huecos que quedaban entre los discos grandes. “Toda una obra de orfebrería y marquetería”, sentenciaría Palacios con admiración luego de ver el resultado.

14. Fruto Vivas. Casa de Inocente Palacios en Río Chico.

Otra clara paradoja que ya asomáramos, está relacionada con la manera como Fruto, declarado por Juan Pedro Posani como “arquitecto revolucionario, vanguardista, contracorriente, que está en contra del sistema, que es perseguido político, que es adscribe a un movimiento político totalmente subversivo”, logra dar sus primeros pasos dentro del ejercicio profesional. La respuesta la da el propio arquitecto al manifestarle a Raquel Castro: “Yo, enamorado de la madera, me ponía a hacer casas de madera para ricos, puesto que esos eran mis clientes y porque allí estaba mi comida. Me tocaba repartirme en eso de trabajarle a los ricos haciéndoles casas y mansiones que yo utilizaba para aprender”.

15. Fruto Vivas. Casa de Inocente Palacios en Río Chico.

La casa Palacios fue considerada la obra “más tropical” de las hechas por Fruto para aquel momento en el que la arquitectura populista de su mano se puso de moda, se convirtió en cliché y fue vaciada de todo su auténtico contenido. En ella, también se encierran los aciertos de quien miró a la significación, valores y experiencias de la tradición sin renunciar a su contemporaneidad, patente en la plena integración entre el interior y el exterior y el uso de técnicas y materiales que se complementan sin rebuscamientos, en pro de exaltar los valores espaciales (y especiales) de su arquitectura.

ACA

Procedencia de las imágenes

Postal y 13. Raquel Castro. Fruto Vivas. Del barro al metal (1989).

1. Juan Bautista Fuenmayor. Generación del 28. El movimiento estudiantil antidictatorial (https://issuu.com/editorialaurora/docs/generacion_del_28_-_juan_bautista_fuenmayor)

2. Contrapunto.com (https://contrapunto.com/nacional/politica/que-paso-el-18-de-octubre-de-1945-revolucion-o-golpe-de-estado/)

3. Colinas de Bello Monte (https://www.facebook.com/ColinasBelloM/)

4. Revista del Colegio de Ingenieros de Venezuela, nº 190, 1952; y Colección Crono Arquitectura Venezuela.

5. Colección Crono Arquitectura Venezuela; y arxiu.bak (http://arxiubak.blogspot.com/2012/12/museo-de-arte-moderno-de-caracas-oscar.html)

6. Colección Crono Arquitectura Venezuela.

7. La Guaira en Retrospectiva (https://www.facebook.com/LaguairaenRetrospectiva/posts/quinta-el-palmar-en-playa-grande-catia-la-mar-construida-en-el-a%C3%B1o-1954-construc/2309071529230096/?locale=hi_IN)

8. Colección Crono Arquitectura Venezuela; Colección Fundación Arquitectura y Ciudad; DoCoMoMo Venezuela (docomomovenezuela.blogspot.com); y Eduardo Feo (https://www.pinterest.com/pin/397442735839615852/)

9. María Isabel Peña, Iván González Viso y Federico Vegas. Caracas del valle al mar. Guía de arquitectura y paisaje (2015).

10. Instagram. gianni.napolitano (https://www.instagram.com/gianni.napolitano/p/BBqLd1yMPpn/); y Viva Venezuela (https://www.pinterest.com/pin/79376012152714196/)

11. Graziano Gasparini y Juan Pedro Posani. Caracas a través de su arquitectura (1969)

12, 14 y 15. Graziano Gasparini. Casa venezolana (1992)

ALGO MÁS SOBRE LA POSTAL Nº 397

El Concurso Nacional de Ideas para el Teatro Municipal El Hatillo, promovido el año 2001 por la Gobernación del estado Miranda, la Corporación de Servicios y Mantenimiento del estado Miranda y la Alcaldía del Hatillo buscaba, de acuerdo a las bases que acompañaron su convocatoria, obtener propuestas para la solución de un teatro clásico (tramoya y servicios) para 1.000 espectadores con actividades de apoyo, zona rental de oficinas (4.000 m2), servicios y estacionamientos.

1. Ubicación del terreno al este del pueblo de El Hatillo.

Se ubicaría en un terreno de 4.500 m2 delimitado al norte por la calle El Progreso (entrada a la urbanización La Lagunita), al sur por parcelas residenciales y al oeste con la calle Buena Vista, el pueblo del Hatillo y (a la distancia) la iglesia parroquial.

Culminado el período de entrega para el que se exigían un máximo de seis láminas rígidas de 60 x 90 cms. que mostraran la información fundamental (memoria, plantas, cortes, fachadas y perspectivas, siendo la maqueta un requisito opcional), el jurado otorgó el primer premio que garantizaba la contratación del anteproyecto y proyecto al escultor, pintor y dibujante Miguel Acosta González, profesor universitario, egresado de la FAU UCV en 1979, quien contó con la colaboración de los también arquitectos Luciano Landaeta, Juvenal Salcedo y Luis Sánchez Alonso.

El interesante proceso de diseño seguido por Acosta, recogido en “Distancias y aproximaciones entre dibujos e ideas. Experiencias en cuatro concursos de arquitectura”, trabajo de ascenso presentado en 2004 para optar a la categoría de Asistente dentro del escalafón universitario en la FAU UCV, permite no sólo encontrar los aspectos claves que fueron esgrimidos para producir y sustentar la propuesta ganadora, sino el importante peso que cobraron los medios de representación utilizados para que dicho éxito cristalizara.

Lo primero que salta a la vista a la hora de observar cómo se abordó el problema es la interpretación que se le dio al programa. Alejándose de la aspiración expuesta por los convocantes de contar con un “teatro clásico”, Acosta y su equipo propusieron más bien la creación de un “centro cultural”, transformando el teatro en una pequeña sala anfiteátrica para 250 espectadores, planteando sólo las oficinas propias de la institución llevándolas a 400 m2 y reduciendo el estacionamiento para una capacidad de 100 vehículos.

2. Del tradicional patio colonial a su adaptación al terreno.

La consideración del diseño de un edificio público asociado a la imagen arquetipal de la casa (célula de un organismo mayor como lo es la ciudad), y en particular de la casa colonial propia de pueblos como El Hatillo, estará presente desde un comienzo como idea generadora de la propuesta. En tal sentido, en el texto introductorio del proyecto elaborado por Acosta para el trabajo de ascenso mencionado, señalará: “La mayoría de las casas de pueblos coloniales como El Hatillo tiene patios internos alrededor de lo cuales se colocan los corredores, habitaciones y espacios. (…) Cuando comenzamos a trabajar en este concurso esto fue lo primero que se nos vino a la mente y propusimos esquemas de funcionamiento y formas que tuvieran que ver con la creación de un patio interno: una serie de volúmenes alrededor de un espacio central. (…) La idea de casa colonial con patio, heredada de la tradición española, fue la primera imagen con la cual trabajamos; se mantuvo presente con ciertas alteraciones”.

3. La idea va tomando forma.
4. Vista general de la idea dentro del contexto.

Otra imagen recurrente, presente desde el inicio, estará asociada a la idea de teatro: “Al igual que con la casa, cuando pensamos en un teatro es casi seguro que recordemos los teatros griegos como imagen arquetipal. (…) Dichos teatros eran tallados en las montañas y los constructores aprovechaban las pendientes naturales de los terrenos para su construcción. (…) De aquí surgieron dos temas para el Centro Cultural: el escalonamiento y la topografía. (…) El primero se manifiesta en la vibración que produce la repetición sucesiva de las gradas de un teatro y el segundo en el tallado de la edificación por niveles: continuidad entre naturaleza y arquitectura”.

Las ideas expuestas dieron pie a lo presentado a concurso luego de un rico proceso en el que, en primer lugar, la geometría triangular del terreno (con los tres lados diferentes entre sí) obligó a adaptar la forma rectangular del patio tradicional. Ello junto a las consideraciones topográficas llevó a proponer la imagen de un “triángulo cubista” el cual fue boceteado “repercutiendo en el conjunto en formas geométricas curvas, rectas y quebradas”.

5. De arriba a abajo: Plantas, corte longitudinal y fachada oeste de la propuesta presentada a concurso.

A los ajustes sucesivos a que se sometieron las primeras ideas se sumó el tratamiento propuesto para el hall de acceso del edificio entendido como una “plaza cubierta” desde donde se pudiera “atravesarlo mediante una calle interna escalonada”. “La edificación comienza a funcionar como un edificio urbano: plaza cubierta, pequeña plaza interna (patio en escalera) y una calle peatonal que permitiera la conexión entre las calles colindantes. La edificación se planteó como una pieza adaptable a las distintas situaciones espaciales y formales del contexto. (…) En ese momento, la imagen de casa se transformó en imagen de edificio institucional (Centro Cultural) que responde al contexto de una manera uniforme con una geometría ligera y severa al mismo tiempo”.

6. Proceso de ajustes que conllevó el anteproyecto.
7. Lámina resumen del anteproyecto.

Durante el desarrollo del anteproyecto una vez obtenido el premio, los promotores y organizadores insistieron en la necesidad de incorporar el “teatro clásico” (ahora para 700 espectadores) planteado en las bases del concurso, transformado (como ya se dijo) en sala anfiteátrica con capacidad sólo para 250 presentada como idea ganadora. Ello originó un importante ajuste que “afectó considerablemente las condiciones formales y espaciales del programa”, el intento de equilibrar sin éxito el teatro con el resto del edificio y el inicio de un proceso de diálogo que condujo a la aceptación por parte de los clientes de retomar la idea de una sala de conciertos para 350 espectadores, “con las dimensiones suficientes para hacer danza y teatro pero sin las complicaciones de un Teatro Clásico”. De aquí surgiría la volumetría resultante plasmada finalmente: “un par de xilófonos (marimbas) de direcciones y proporciones distintas, integradas por el cuerpo del Hall de Acceso … lo cual fue aprovechado como imagen para resolver también la Biblioteca”.

Finalmente, el resultado logrado permitió afirmar que el teatro se abrió hacia el pueblo del Hatillo e interactúa con él, y que el edificio institucional paso a ser un edificio-teatro donde el escalonamiento de pisos y techos cobran gran protagonismo.

8. Dibujos de Miguel Acosta que acompañaron la propuesta presentada a concurso.

Los dibujos utilizados para presentar tanto las dos etapas de ideas -material entregado para el concurso- (bocetos y croquis exploratorios a mano alzada en los que se van alternando perspectivas y plantas de conjunto que concluyen con plantas, cortes y fachadas a escala 1/200), como el anteproyecto (croquis definitorios de plantas a mano alzada y dibujos a escalas 1/100 y 1/50,) fueron realizados fundamentalmente utilizando lápiz y marcadores negros (punta fina y punta gruesa) sobre croquis blanco y amarillo.

La riqueza expresiva que muestra a modo de memoria conceptual la presentación realizada desde el primer boceto a los dibujos más precisos, denota una vez más la virtuosidad como dibujante de Acosta y el valor que siempre ha tenido para él como método de aproximación creativa a la arquitectura. Ello le permitirá afirmar: “la relación entre dibujo e ideas es de orden dialéctico: donde comienza el dibujo concluyen las ideas y donde surgen las ideas se define el dibujo”.

Acosta, asiduo participante en concursos de arquitectura, había obtenido el segundo premio en el certamen para la “Escuela de Danza de la Ópera de París, Nanterre” en 1983, fue finalista en el convocado para el “Palacio Municipal del Distrito Sucre del Estado Miranda” en 1986 y obtuvo en 1998 el primer premio del “Concurso de Ideas para el Edificio de Apoyo al Museo de Arte Colonial-Quinta Anauco”, antes del reconocimiento alcanzado en el que hoy nos ha ocupado. Posteriormente continuaría cosechando éxitos como ganador del primer premio en: el “Concurso para el Mercado Popular de Antímano” (2013), el “Concurso Público para el Proyecto Sede del Banco Central Guayana” (2015), el “Concurso para la remodelación de la vieja oficina postal de Miami” (2015) y, más recientemente, junto a Rafael Montes, del “Concurso de Ideas para la manzana del Taller del Hierro, Oporto” (2022).

9. Vistas aéreas del Anfiteatro El Hatillo.
10. Dos imágenes recientes del Anfiteatro El Hatillo.

Nota

Entregado el trabajo por parte de Acosta, finalmente como tantos otros concursos realizados a nivel nacional los promotores decidieron no construirlo. En su defecto lo que se realizó años después fue, tomando en cuenta parte de lo propuesto por Acosta, la restitución de lo que era una infraestructura venida a menos y que hoy se conoce como Anfiteatro El Hatillo, sala multipropósito que, sobre la calle Bella Vista (justo al lado del Centro Comercial Paseo El Hatillo), ocupaba uno de los tres terrenos (el identificado como P2) que se pensaban integrar al momento del lanzamiento del certamen. Con un aforo para 700 espectadores los trabajos se terminaron en 2013 y desde entonces ha funcionado con el objetivo de promover los talentos locales nacionales. La obra requirió la restitución del techo y la refacción de general de paredes e iluminación.

ACA

Procedencia de las imágenes

Postal, 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7 y 8. Miguel Acosta. “Distancias y aproximaciones entre dibujos e ideas. Experiencias en cuatro concursos de arquitectura”, Trabajo de ascenso presentado para optar a la categoría de Asistente dentro del escalafón universitario, FAU UCV, 2004 (visitable en https://issuu.com/miguelacostagonzalez/docs/distancias_y_aproximaciones_entre_dibujos_e_ideas); y ACOSTA (https://miguelacostaarteyarquitectura.com/portfolio/arq2000/)

9. Capturas de Google Earth.

10. Goliiive (https://www.goliiive.com/venue/anfiteatro-el-hatillo); y Ernaly Hernández (https://www.google.com/search?client=firefox-b-d&q=anfiteatro+El+hatillo#lpg=cid:CgIgAQ%3D%3D,ik:CAoSLEFGMVFpcE5SZlJtMmF0RXhueUNaUzNFcXl4M2x3enRjTXBCcVFvRXAxSEtO)

ALGO MÁS SOBRE LA POSTAL Nº 295

Tres fueron los concursos de arquitectura convocados en Venezuela el año 2008. El primero, de carácter nacional, organizado por la Fundación Fondo Andrés Bello, la Facultad de Arquitectura y Urbanismo y el Instituto de Urbanismo, todos de la Universidad Central de Venezuela, conjuntamente con la Alcaldía de Caracas y el Colegio de Arquitectos de Venezuela, consistió en presentar anteproyectos para el Centro Nacional de Arte y Entretenimiento CENAE, para la Zona Rental de la Plaza Venezuela. Por razones que no vienen ahora al caso detallar este certamen fue declarado desierto.

El segundo, ya reseñado en estas páginas el 7 de febrero de 2021 (Contacto FAC nº 210), fue el convocado por la Corporación Andina de Fomento (CAF) a nivel internacional, para proyectar su nueva sede al sur de la Plaza Altamira, resultando ganadora la proposición realizada por la firma residenciada en México, PRODUCTORA, en colaboración con Lucio Muniaín et al, también de México.

El tercero es el que hoy nos ocupa. Se trató del Concurso Nacional de Ideas para una Propuesta de Rescate y Revitalización de la Carretera Panamericana y su entorno inmediato, diseño urbano-vial, paisajístico, de gestión y servicios. El llamado lo hizo la Gobernación del estado Miranda y fue ganado por AREPA (Arquitectura Ecología y Paisaje), equipo coordinado por el Arq. Ignacio Cardona con la colaboración de los arquitectos Daniela Romero, Gabriel Alcalde y Ricardo Bombín y los bachilleres Andoni Mugica y Muriel Ramírez. Uno de los croquis elaborados por Cardona ilustra nuestra postal del día de hoy.

Como suele ocurrir cuando existen coincidencias de fechas, fue de acuerdo a sus respectivos intereses y buscando economizar esfuerzos que los arquitectos venezolanos tuvieron que decidir aquel año 2008 en cuál de las contiendas participar que, como en pocas ocasiones, ofrecían una amplia gama de escalas y alcances, siendo el de la Carretera Panamericana quizás el menos rimbombante y mediático pero tal vez el más comprometido con solucionar un problema cercano a un importante porcentaje de ciudadanos.

La Gobernación de Miranda, muy activa en cuanto a ofrecer oportunidades a los profesionales de la arquitectura a la hora de atender mediante proyectos diversas necesidades de su jurisdicción, optó en esta ocasión por llamar a un concurso de ideas que pudiese permitirle afrontar el problemático segmento vial que une Caracas con Los Teques, área colmada de dificultades, inconvenientes y altamente sensible dado el volumen de vehículos y la cantidad de personas que habitan en sus bordes y alrededores.

Para conocer un poco más quien estuvo detrás de la propuesta ganadora quizás sea necesario decir que AREPA, es un grupo creado el año 2000 para el que trabajar en equipo llevando adelante alianzas estratégicas entre grupos profesionales forma parte de su razón de ser. Busca (como se recoge de su portal https://www.arepa.info/), por un lado, “consolidar a la arquitectura como un ente articulador de dinámicas físicas y psicosociales, desde la pequeña escala a la territorial indagando en la creación de sistemas urbanos (…) bajo la convicción de que la arquitectura solo existe a partir del sistema de relaciones que ella genera” y, por el otro, “que la construcción del espacio arquitectónico redunde en la creación de sistemas de relaciones humanas, urbanas e incluso ciudadanas”. Valga añadir que para cuando realiza su propuesta para la carretera Panamericana ya AREPA tenía en su haber la participación el año anterior (2007) en el Concurso de diseño paisajístico Club Puerto Azul, Litoral Central, estado Vargas.

1. Entrega presentada por AREPA (Arquitectura Ecología y Paisaje) para el Concurso Nacional de Ideas para una Propuesta de Rescate y Revitalización de la Carretera Panamericana y su entorno inmediato, donde obtuvo el primer premio.

Así, será bajo la denominación “Miranda a 3 tiempos (M@3t)” como AREPA afronte el complejo sistema existente a lo largo del eje que comunica Caracas y Los Teques entendiéndolo como un desarrollo urbano, “cuya desarticulación merece una intervención integral que aborde mecanismos de gestión, unido a intervenciones de equipamiento arquitectónico y de consolidación del paisaje”.

Guiados por una metodología que establece tres tiempos sucesivos de implantación (1: Gestión-Social, 2: Economía-Equipamiento, y 3: Ambiente-Paisaje), el equipo buscaba tras la conjugación de estas variables consolidar “la identidad visual y vivencial de la Ciudad Carretera” a través de lo que denominaron “un CÍRCULO DE LA SOSTENIBILIDAD”.

Tras determinar que la carretera se trata de un territorio ocupado en un 80% por vehículos privados que transportan el 40% de la población, mientras que en el transporte público se desplaza el 60% de la población ocupando tan solo el 20% de la superficie, lo cual niega “la posibilidad de encuentro y el manejo democrático de los desplazamientos”, AREPA plantea como objetivo fundamental para lograr el rescate integral de la Panamericana y su entorno inmediato y afrontar su descongestionamiento, asociarlo al concepto de “MOVILIDAD SOSTENIBLE, que permita que el recorrido promueva espacios para el encuentro y la formación ciudadana, en la construcción de LO PÚBLICO como una manera de edificar una identidad colectiva sobre su territorio”.

2. Algunos bocetos, fotos y dibujos extraídos de la entrega presentada por AREPA para el concurso.

Tal y como se expresa en la memoria descriptiva de la propuesta, el equipo ganador define la Movilidad Sostenible siguiendo los pasos de Ole Torson para quien “…es una manera de desplazarse, de viajar, que tiene un profundo respeto por todos los vecinos de las calles y carreteras. Este respeto debe ir dirigido a residentes, peatones, ciclistas, pasajeros del transporte público, así como a los demás conductores. / Ello implica que, conduciendo el coche o la moto (extensible a transportistas y conductores de vehículos comerciales), hay que producir el mínimo coste energético, contaminar lo menos posible, hacer menos ruido y dar preferencia al otro usuario de la vía. / La movilidad sostenible es una situación en la que hay un mínimo absolutamente necesario de kilómetros conducidos en coche privado, pero en la que también se conjugan un respeto a los demás y unas velocidades más contenidas.”

En resumen, “la propuesta es tanto método como forma, tanto estrategia como ideas de proyecto, tanto temporal como espacial, que permita la implantación sucesiva que de espacio a la participación ciudadana, pero que al mismo tiempo logre resultados en el corto plazo que motive a creer en ella”.

Los dibujos y láminas que respaldaron la presentación de AREPA estuvieron en total consonancia con los planteamientos conceptuales que sostenían la propuesta. También la entrega fue elaborada con un alto contenido didáctico que la hacía comprensible tanto para quienes la evaluaron desde el punto de vista profesional como para el ciudadano común que buscaba saber cómo podrían verse resueltos sus problemas inmediatos. Comprometido con el desarrollo sostenible y convencido de la importancia del diseño participativo dentro de la idea de una ciudad en la que haya igualdad de derechos pata todos, aquel mismo año de 2008 AREPA participó en el Concurso Premio Eugenio Mendoza para la Vivienda, Caracas y, posteriormente, en el Concurso Latinoamericano Biblioteca Central del Bicentenario, Rosario, Argentina (2010); en los Concursos Centro Simón Díaz (2010) y Parque Deportivo Mesuca (2011), Petare, Municipio Sucre, estado Miranda en los que obtuvo el primer premio; en los Concursos Internacionales para Transformar la Base Aérea «La Carlota» en Parque Verde, Caracas y Desarrollo Urbano e Inclusión Social, Corporación Andina de Fomento (CAF), Petare, Municipio Sucre, estado Miranda (ambos en 2012) donde fue reconocido con mención; y en 2014 en el Concurso Bulevar Río de Janeiro, Las Mercedes, municipio Baruta, estado Miranda, Caracas.

ACA

Procedencia de las imágenes

Todas. https://www.arepa.info/