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ALGO MÁS SOBRE LA POSTAL Nº 345

Con el ejecútese del decreto que dio inicio a la nacionalización petrolera el 1 de enero de 1976, había quedado atrás no sólo el período en el que los hidrocarburos en Venezuela fueron explotados por empresas extranjeras, sino también el aporte a la cultura que algunas de ellas llegaron a hacer a través de sendas publicaciones periódicas.

En el caso concreto de la Creole Petroleum Corporation es recordada la continuidad, riqueza de contenidos y calidad gráfica de la que fue su revista: El Farol, cuya aparición entre 1939 y finales de 1975 dejó el listón en un nivel que parecía difícil de superar. (ver Contacto FAC nº222 del 2 de mayo de 2021).

Transformada la Creole en Lagoven y, por ende, convertida en una de las dos filiales más importantes de Petróleos de Venezuela, quienes asumieron su dirección no quisieron dejar pasar mucho tiempo sin atender el vacío originado por la desaparición de la revista de su antecesora. Es así como se dieron a la tarea de explorar cuál debía ser la línea y tipo de publicación que debía crearse, en medio de un clima que siempre se asumió de competencia e igualdad en cuanto a calidad y eficiencia del manejo de las empresas nacionalizadas y todo lo que ellas representaban.

Es así como el Departamento de Relaciones Públicas de Lagoven puesto a trabajar en el asunto y luego de evaluar diversas proposiciones, decide elevar a la junta directiva un proyecto de publicación periódica que tendría por nombre “Cuadernos” al cual se agregaría la denominación de la empresa, lo que le permitiría contar con un claro sello de identidad.

Pareciera que con relación al perfil de la revista no había mayores dificultades con respecto a que debía dedicarse a tratar con profundidad temas culturales y petroleros que contribuirían con el esfuerzo educacional que se realizaba en el país, manteniendo en este sentido una gran proximidad con la línea marcada por El Farol.

1. Algunos de los números pertenecientes a diferentes series de Cuadernos Lagoven.

La más importante diferencia estribaría en que cada ejemplar de lo que dio en llamar Cuadernos Lagoven sería monográfico y que se agruparía a su vez en series temáticas coleccionables, lo cual otorgaba cierta flexibilidad en lo que se refiere a la periodicidad y número de páginas que cada número podría tener. Se mantendría la condición de gratuidad del producto, se conservaría el cuidado en el diseño gráfico y diagramación, se contaría con los mejores fotógrafos, se seleccionarían reconocidas imprentas y se buscaría a los más connotados escritores y estudiosos del país para que fuesen abordando la pauta que los editores fueron estableciendo. El formato seleccionado sería de 21×21 cms.

La propuesta presentada fue aprobada por unanimidad por la junta directiva de la empresa, decidiéndose dar inicio a la materialización del proyecto de inmediato de manera que el mismo año 1976 debía estar el la calle el primer número.

El responsable de llenar de contenido la revista inaugural fue el reconocido historiador, investigador y pedagogo español radicado en nuestro país Manuel Pérez Vila (Girona, 1922, Caracas, 1991). El tema seleccionado: “Ciudades cuatricentenarias”, daría salida a indagaciones llevadas a cabo por el autor por aquel entonces. Se iniciaba así, además, la serie “El hombre y su gente”. Su portada, que recoge una hermosa panorámica de Caracas tomada seguramente desde lo más alto de Colinas de Bello Monte, ilustra nuestra postal del día de hoy.

Ampliamente reconocido por ser el biógrafo más importante del Libertador Simón Bolívar, de quien organizó y clasificó el archivo existente en su Casa Natal entre 1950 y 1955 bajo la dirección de Vicente Lecuna, Pérez Villa sorprendió como lo había hecho en otras oportunidades tocando en el nº1 de Cuadernos Lagoven una temática si se quiere alejada de su línea de trabajo fundamental que, sin embargo, trata con todo el rigor y profundidad de los que era capaz contando para ello con un valioso apoyo documental.

El ensayo elaborado por Pérez Vila invita a analizar la idea que nos hemos forjado sobre la historia hispánica, siguiéndole los pasos a los fundadores de las primeras ciudades venezolanas. Refiriéndose a la generación de primer orden en el desarrollo de la historiografía nacional, Pérez Vila ofrece un interesante matiz sobre los ejes de penetración y los núcleos de poblamiento urbano.

En un comentario sobre el texto de Pérez Vila del 8 de septiembre de 2019, ubicable en http://www.diarioelinformante.com.ve, Henry Vargas Ávila expresará cómo en él se describe la España del siglo XVI que acomete la tarea de ocupar un inmenso continente, el Nuevo Mundo, como una nación en la que se superponen diversos planos temporales. “A medio camino entre el Medioevo y la modernidad es España una nación excéntrica y particular. En 1492 expulsa a los árabes, unifica bajo una corona su territorio y comienza su expansión ultramarina. Sin embargo, un rasgo premoderno acompaña este período de esplendor: el fervor proselitista de la Evangelización. Convertir a la fe verdadera a los infieles es una firme idea española que convive y se imbrica con otras de más reciente factura, el Renacimiento, la ampliación del conocimiento geográfico y de la ecúmene, la Contrarreforma católica. Se trata de una España que vacila por situarse entre lo medieval y lo decididamente moderno la que llega al Nuevo Mundo en el siglo XVI”.

Así, “la fundación de las ciudades hispanoamericanas y las formas diversas de penetración a través de la conquista y poblamientos, están en estrecha relación con la acción predicadora de los misioneros y el surgimiento de las llamadas doctrinas. Las comunidades religiosas y entre ellas principalmente los dominicos, los franciscanos, los agustinos y los jesuitas realizaron una importante labor misionera alrededor de las doctrinas”.

Con la intención de remarcar los ejes de penetración seguidos por los conquistadores: el de Oriente, originado en Cubagua-Margarita, que tiene por base a Cumaná en tierra firme y se extiende luego por el Orinoco hacia Guayana; en Occidente, desde la costa, que penetra por Coro hasta El Tocuyo, se abre en abanico hacia Trujillo, Maracaibo, Barquisimeto, Carora y se extiende hacia la región central, nombres y fechas de ciudades fundadas a inicios del proceso de colonización antes de 1577 y que aún hoy persisten son descritas por Pérez Vila: Cumaná, 1521-1522; Coro, 1527-1529; Puerto de Mar (Porlamar) o Villa del Espíritu Santo, iniciada hacia 1528, fundada oficialmente en 1536; Maracaibo, en sus tres fundaciones, empezando por la de Alfinger en 1529; El Tocuyo en 1545; Barquisimeto, en 1552; Valencia 1553; Trujillo, en 1557; Mérida, 1558; San Cristóbal, 1561; La Asunción, 1564-1567; Caracas, 1567; Caraballeda, 1567, Carora, 1569; La Grita, 1576; Barinas –o Altamira de Cáceres- 1577. También algunas otras que no han llegado hasta el presente: Nueva Cádiz de Cubagua, La Borburata, El Collado, San Miguel de Neverí o la Villa de San Francisco.

Emparentado con el texto que posteriormente elaborara para el libro La Guaira. Orígenes históricos. Morfología Urbana (1981) en el que también participaron Graziano Gasparini y Carlos Duarte, Pérez Vila nos dejó en “Ciudades cuatricentenarias” no sólo un valioso aporte a la historia del poblamiento del país sino, además, un texto de obligatoria consulta para los estudiosos de temas urbanos.

2. Ciudado diseño gráfico en dos de las portadas de Cuadernos Lagoven.

Roto el celofán del compromiso asumido con la salida del número 1, Cuadernos Lagoven aparecería ininterrumpidamente entre 1976 y 1997. Allí se publicaron más de 250 textos distribuidos en algo más de 100 entregas, algunas abordadas por un solo autor y otras compartidas que, a pesar de ser editadas en su mayoría a modo de revista y en español, se abrió a la presencia de algunos ejemplares con tapa dura y traducidos al inglés, lográndose una alta calidad impresa. Definidos como una aproximación a las múltiples y diversas expresiones del quehacer humano y concebidos con un claro sentido de utilidad, cada número buscó la armonía entre el valor mismo del tema, el interés del público, la seriedad y amenidad del tratamiento y la riqueza gráfica y de diseño, cumpliendo con creces los objetivos iniciales trazados por la empresa.

3. Dos de los ejemplares de la serie «Bicentenario» (1983).
4. Dos de los ejemplares de la serie «Cuatro Repúblicas» (1988).

Sin necesariamente mantener una periodicidad fija se podría decir que en promedio Cuadernos Lagoven apareció bimensualmente, dándose los casos especiales correspondientes a los años 1983 (dedicado a celebrar los 200 años del nacimiento del Libertador mediante la serie que llevó el nombre de “Bicentenario”) de seis números y de 1988 cuando se lanza la serie “Cuatro Repúblicas” de siete entregas, ambas, por cierto, de corte histórico. Otras series dignas de ser mencionadas son “Siglo XXI” concentrada en los años 1985 y 1986 y “Medio Milenio” aparecida el año 1992 cuando se cumplían 500 años de la llegada de Colón a América.

5. Número de Cuadernos Lagoven titulado “Arquitecturas de Villanueva” (abril 1978) con textos de Juan Pedro Posani, fotografías de Paolo Gasparini e ilustraciones de Kees Verkaik de la serie «El hombre y su ambiente».
6. Otros dos ejemplares de la serie «El hombre y su ambiente»

Al ensayo de Manuel Pérez Vila publicado en el número 1 se sumaron, dentro de la serie “El hombre y su ambiente” (la de mayor amplitud en cuanto a ejemplares dedicados a través del tiempo), otros autores y temas que podríamos considerar afines a los que desde estas páginas promovemos. Así, vale la pena recordar el muy cuidado ejemplar titulado “Arquitecturas de Villanueva” (abril 1978) con textos de Juan Pedro Posani, fotografías de Paolo Gasparini e ilustraciones de Kees Verkaik, obra que posteriormente se editaría en tapa dura y en inglés el año 1985. Del mismo año 1978 data “La Ciudad Transfigurada”, con textos de Augusto German Orihuela y fotografías de Luis H. Doguis. En 1996, como número 100, aparecerá “Arborización y su mantenimiento en áreas urbanas” del biólogo y especialista en botánica Jesús Hoyos Hernández, Premio Nacional de Divulgación Científica y, previamente, dentro de la serie Siglo XXI, con el número 54, “El Futuro de las Ciudades Venezolanas” del sociólogo Roberto Briceño-León.

7. Dos de los ejemplares de la serie «Siglo XXI» (1985-1986).
8. Tres de los ejemplares de la serie «Medio Milenio» (1992).

De tal manera, con la firma de connotados autores entre los que vale la pena citar a Arturo Uslar Pietri, Luis Beltrán Prieto Figueroa, Pedro Grases, Pedro Cunill Grau, Armando Rojas Guardia, Efraín Subero, Tomás Polanco Alcántara, R. J. Lovera De-Sola, Aníbal Romero, Orlando Albornoz, Diego Bautista Urbaneja, María Elena Ramos, José Luis Salcedo Bastardo, Alfredo Armas Alfonzo, Germán Carrera Damas, Elías Pino Iturrieta, Ramón Escovar Salom y Luis Castro Leiva, la crítica, el ensayo histórico, la investigación antropológica, el pensamiento venezolano, la geografía del país, la ecología, la ciudad y su atmósfera, la tecnología, la literatura, la música,  la relación mantenimiento y ambiente, el lenguaje, la zoología, el arte y la arquitectura se dieron cita a través de las páginas de Cuadernos Lagoven dejando un importante legado de parte de la empresa a la cultura venezolana y una demostración de una de las tantas maneras en que el petróleo puede ser sembrado.

9. Portada del nº50 de Cuadernos Lagoven.

Tal y como se recoge del artículo de Wikipedia dedicado a la publicación que hoy nos ocupa, “el buen grado de aceptación y veracidad de sus temas se vieron recompensados en el año de 1986 cuando se le otorgó el Premio Nacional de Periodismo a los Cuadernos Lagoven. (…)  También en el año 1986 Cuadernos Lagoven llegó a su publicación número 50, (llevando) por título “La poesía de los pueblos con sed” escrito por la pluma del Maestro Luis Beltrán Prieto Figueroa”. A ello cabe agregar que recibió por cinco años consecutivos el premio del Instituto Autónomo Biblioteca Nacional como mejor publicación en su estilo.

Adicionalmente a las publicaciones periódicas e impulsada por el reconocimiento alcanzado, la empresa petrolera tomó la decisión de dar luz verde a la creación de la serie audiovisual de Cuadernos Lagoven, lográndose la producción de documentales diversos entre los que destacó la correspondiente a historia venezolana titulada «Cuatro Repúblicas», constituida por nueve videos. Como bien señala Manuel Bermúdez Romero en “El petróleo sembrado. Cuadernos Lagoven es un valioso legado cultural” (2021) publicado en http://petroleumag.com: “Del mismo modo fue satisfactoria en esta modalidad la divulgación televisiva de las biografías y contribuciones plásticas de los artistas Juan Lovera, Arturo Michelena, Francisco Narváez, Carlos Cruz-Diez, Emerio Darío Lunar y Jacobo Borges”.

Los Cuadernos Lagoven audiovisuales “eran transmitidos por la Televisora Nacional, canal 5, los sábados a las ocho de la noche. Venezolana de Televisión los proyectaba los martes a las once y treinta de la mañana”, acotará Bermúdez Romero.

A partir de 1998, la publicación fue rebautizada como Cuadernos PDVSA, a consecuencia del cese de actividades de la filial petrolera. El cambio radical en el enfoque que se le dio al nuevo producto editorial, lamentablemente, dejó atrás lo que fue una de las experiencias más notables dentro de las publicaciones periódicas culturales del país durante el siglo XX.

ACA

Procedencia de las imágenes

Postal, 2, 3, 4, 6, 7, 8 y 9. https://www.venciclopedia.org/index.php?title=Cuadernos_Lagoven

1. http://petroleumag.com/el-petroleo-sembrado-cuadernos-lagoven-es-un-valioso-legado-cultural/

5. Colección Crono Arquitectura Venezuela

1978• Serie “El hombre y su ambiente” de los Cuadernos Lagoven

1978• En el mes de julio la empresa LAGOVEN, filial de Petróleos de Venezuela, S.A. publica en la serie “El hombre y su ambiente” de los Cuadernos Lagoven, el título La Ciudad Transfigurada, con textos de Augusto German Orihuela y fotografías de Luis H. Doguis.
La riqueza del texto, con el apoyo de las fotografías dejan un impresionante testimonio del cambio de Caracas ante el avance del “progreso”.

HVH

1978• Se publica «Arquitecturas de Villanueva» de la Colección Cuadernos Lagoven

Se publica Arquitecturas de Villanueva.jpg

1978•  En el mes de abril aparece, en la Serie El Hombre y su Ambiente, de la Colección Cuadernos Lagoven, «Arquitecturas de Villanueva», con textos de Juan Pedro Posani, fotografías de Paolo Gasparini e ilustraciones de Kees Verkaik, obra que posteriormente se editaría en inglés en el año 1985.

HVH