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ALGO MÁS SOBRE LA POSTAL Nº 259

Parque Central es de por sí una estupenda excusa para realizar no uno, sino varios trabajos de investigación. De allí la dificultad de abarcar desde aquí la totalidad de temas sobre los que invita a hablar y reflexionar este complejo que buscaba convertirse, como se señala en la propaganda que ilustra nuestra postal el día de hoy, en “el nuevo centro para la Caracas del futuro”.

Proyectado desde 1969 por dos jóvenes arquitectos, Henrique Siso y Daniel Fernández-Shaw, al sur de la avenida Bolívar, en una extensión de 30 hectáreas sobre la que otrora fuera la urbanización El Conde, Parque Central para 1971 (fecha en que sale publicado el aviso publicitario que hoy nos acompaña) llevaba un año construyéndose para el Centro Simón Bolívar (presidido por Gustavo Rodríguez Amengual) por Delpre C.A. (empresa del ingeniero Enrique Delfino) y, como puede notarse en el montaje, aunque los edificios residenciales ofrecen su perfil y alturas definitivos, las que finalmente serán las dos torres que por mucho tiempo ostentarían el primer lugar entre los edificios más altos realizados en concreto armado del hemisferio occidental, ofrecían (a través de una de ellas) una imagen muy distante a la que finalmente tuvieron. Se trataba de la primera versión que derivará luego en la definitiva que hoy todos conocemos.

1. Propaganda promocional destinada a la venta de Parque Central publicada en fechas cercanas a su terminación.

Si bien la polémica siempre acompañó la realización de Parque Central, desde la propia demolición de El Conde y el procedimiento que se siguió, hasta su compaginación con los diferentes visiones que se tenían para la avenida Bolívar; desde las propuestas que lo antecedieron para el mismo lugar hasta la decisión que le permitió construirse con una altísima densidad que sin duda impactó el sector donde se implantó, lo cierto es que fue proyectado con un elevado profesionalismo, afrontando la complejidad del caso, tomando y resolviendo todas las previsiones técnicas necesarias que involucraba el estar en presencia de una ciudad dentro de la ciudad. Se buscó ofrecer los servicios y el confort que hicieran sentir a sus residentes que salir de sus confines no era necesario lo cual se acompañó de una alta calidad en el diseño arquitectónico. “En Parque Central todo está a la puerta de su casa, caminandito. El fascinante mundo que ofrece una esplendorosa ciudad moderna, como una alfombra se extiende a sus pies, invitándole a ser protagonista de una emoción sin igual”, será la frase que aparecerá en el folleto propagandístico “Cómo vivir mejor en una ciudad moderna”, publicado alrededor de 1975 por el Centro Simón Bolívar.

De tal forma, en el complejo, además de viviendas, oficinas y comercios (1.170 locales), se puede encontrar un enorme estacionamiento desarrollado en sus 3 sótanos con capacidad para 8.000 vehículos, y en sus áreas comunes (las abiertas tratadas paisajísticamente según proyecto de Roberto Burle Marx) se cuenta con museos, piscina techada, gimnasio, escuela, iglesia y centro parroquial, salas de cine, salas de teatro y espacios destinados a convenciones y eventos, usos algunos que no estaban previstos en el proyecto original.

2. Proyecto para el Centro Residencial El Conde de la oficina BMPT (Bemergui, Menéndez, Posani y Tobito), 1966
3. Arriba: Vialidad en El Conde y sus alrededores (1956). Abajo: Reestructuración de la vialidad asociada a la construcción de Parque Central (1981)
4. Conjunto Parque Central. Dibujo axonométrico.
5. Las dos etapas de Parque Central

Pensado para desarrollarse por etapas, está conformado por ocho edificios residenciales de 44 pisos y 127 metros de altura (uno de los cuales se destinó posteriormente al uso de hotel) con 317 apartamentos cada uno para albergar 3.500 familias, y dos torres gemelas de oficinas de 60 pisos y 225 metros de alto que buscarían desplazar al Centro Simón Bolívar como símbolo de la ciudad y además albergarían buena parte de la administración pública central (alrededor de 16.000 personas).

6. Arriba: Corte general del conjunto mostrando los edificios residenciales. Abajo: plantas tipo con modelos de uno de dos de los apartamentos duplex de los edificios residenciales de Parque Central
7. Fachada estrutural, planta y vista exterior de una de las torres de oficinas de Parque Central

Tal y como apunta Nancy Dembo en el artículo dedicado al conjunto dentro de Caracas del valle al mar. Guía de arquitectura y paisaje (2015): “Los edificios de vivienda… fueron concebidos con sistemas de extracción de basura al vacío, suministro de agua por tuberías de cobre y aire acondicionado integral con agua helada, de avanzada para su época. La mayor parte de las fachadas están orientadas al sur o al norte”. Fueron construidos utilizando el “sistema túnel” el cual, pese a sus limitaciones, fue aprovechado para sacarle el máximo provecho logrando ofrecerse una amplia diversidad de apartamentos siendo tratado de manera inteligente al momento de resolver su llegada a las plantas inferiores. Están rematados con espacios que finalmente, a diferencia de lo proyectado inicialmente, se destinaron a guarderías. “Las torres de vivienda fueron diseñadas con un pasillo central y apartamentos a ambos lados, que combinan 28 tipos de residencias, simples o dúplex, de entre 60 y 140 metros cuadrados”. Se ofrecían soluciones de un dormitorio (46 m2), de dos (80 m2), de tres (121 m2) y de cuatro (141 m2).

Por su parte, “los edificios de oficina se construyeron con encofrados deslizantes con los cuales se levantaron los cuatro núcleos externos de circulación que, unidos entre sí por macrovigas, cada 12 ó 14 pisos, constituyen enormes pórticos. La estructura interior de los edificios es de acero, y crean un sistema de soporte de estructura liviana, muy conveniente para la condición sísmica de Caracas”, nos apuntará Dembo.

Como señala Henrique Vera en el artículo “Parque Central: un símbolo de Caracas”, aparecido en la revista CAV, nº 58 (2011), “el diseño y cálculo de la estructura de los edificios de vivienda estuvo a cargo de Mario Paparoni y Sergio Holoma. (…) La estructura de las dos torres de oficina fue calculada por el mismo Enrique Delfino, utilizando como base aportes realizados por Paparoni, Holoma, Andrés Ruiz, Castro Taguada y José Luchsinger”.

La primera de las tres etapas contempladas para la construcción de los 1.123.533 m2. de Parque Central se culminó en 1973, dándose inicio un año antes a la promoción y venta de apartamentos (de gran éxito entre profesionales y familias de la clase media), y cumplimiento a una de las condiciones que había impuesto el gobierno para otorgar su aval a la obra. Esto nos lo explica con claridad David Myers en el interesante libro Toma de decisiones sobre la renovación urbana en El Conde (1974): “Consciente de que su triunfo al terminar una década de gobierno de A. D. se debió a la división del partido de gobierno, y con la esperanza de fortalecer su partido COPEI, el nuevo Presidente buscaba oportunidades para contrastar su administración en forma favorable con la anterior… El Presidente Caldera nombró a su amigo personal y conocido contratista, Gustavo Rodríguez Amengual, como Presidente del Centro Simón Bolívar…[quien] inmediatamente re-examinó la posibilidad del complejo de vivienda multifamiliar para la clase media en El Conde… recibió instrucciones de que cualquier proyecto relacionado con El Conde debería reunir tres condiciones: (a)…retornar una ganancia sustancial y así colocar al CSB en una posición financiera fuerte; (b) la construcción tendría que realizarse lo más rápidamente posible para asegurar que sus elementos principales fueran terminados antes de las elecciones de 1973; y (c) el financiamiento tendría que hacerse aparte del presupuesto regular, para de esta manera lograr que el Congreso, controlado por la oposición, no tuviera poder para retardar o rechazar el proyecto. Dentro de éstos parámetros, Rodríguez Amengual tenía completa libertad para ejercer su criterio en cuanto a solicitud y análisis de proyecto, por cuanto el CSB constituye legalmente una compañía anónima”.

Rodríguez Amengual entra en contacto con Enrique Delfino, experimentado constructor a quien conocía desde sus tiempos colegiales, para ofrecerle la ejecución del conjunto quien le hace una tentadora propuesta que eximía al Centro Simón Bolívar de financiar la obra debiendo asumir “únicamente” el préstamo hipotecario, como propietario y beneficiario. El proyecto suponía que el conjunto llegaría a autofinanciarse, y que su administración, condominio y mantenimiento debían pasar a manos privadas en algún momento; pero esto no ocurrió nunca. Meyers agregará: “Rodríguez Amengual eligió el plan integral preparado por Enrique Delfino… Delfino propuso un proyecto en tres etapas con torres de 54 pisos, 6.800 apartamentos de clase media, espacios para oficinas y centro comerciales. El costo total, excluyendo los terrenos, ascendía a unos 500 millones… ofreció financiamiento internacional con la condición de que los activos del Centro fueran dados en garantía para respaldar los préstamos a DELPRECA, la cual era su compañía de construcción privada. A fines de 1969, Rodríguez Amengual presentó el proyecto Delfino como proyecto del CSB, iniciándose una nueva etapa en la vida urbana de la clase media de la capital”.

8. La vida en Parque Central después de su apertura
9. Imágenes del deterioro en el que se encuentra sumido Parque Central

Puesta en servicio la segunda etapa en 1979 cuando se entrega la Torre Oeste y finalizado en su totalidad en 1983 cuando se concluyó la Torre Este, año en el que durante el mes de febrero se produjo el llamado “viernes negro” (momento en el que la fortaleza del bolívar empezó a debilitarse), el funcionamiento de Parque Central fue durante más de dos décadas demostración de que el concepto original era viable. Sin embargo, el hecho de que ningún gobierno haya cedido el mantenimiento del conjunto dándolo sólo como pagos políticos a terceros en medio de una alta corruptela, aunado a su incapacidad para autofinanciarse a partir del cobro regular de las cuotas de condominio comenzó a hacer mella en la calidad de vida de sus ocupantes afectando indirectamente a sus visitantes, estando hoy en día prácticamente abandonado por el Estado a su propia suerte. Vicente Lecuna en “El nuevo modo de vivir. Violencia informal en ‘Nocturno’ de Lucas García y Parque Central”, artículo aparecido en el nº 24 de Voz y Escritura. Revista de estudios Literarios (2016) afirmará: “El Estado no pudo mantener en pie un proyecto que, entre otras cosas, daba al traste con su vecino, el barrio, y con la ciudad tradicional que nunca llegó a colonizar”.

Henrique Vera, producto de la entrevista que le realizara a Daniel Fernández-Shaw en la revista CAV, nº 58 ya citada, concluirá su artículo (escrito hace 10 años) afirmando: “Hoy día, el conjunto tiene muestras evidentes de deterioro las cuales no son irreversibles. Se requiere colocar en manos de los propietarios residentes el manejo del mantenimiento, que está a cargo del CSB, sujeto a los avatares que dicta la política, a subcontrataciones ineficientes y a corruptelas. Hay que sanear los estacionamientos, reparar los ascensores, restituir el paisajismo y otras tareas, algunas mayores y otras no, que de realizarse devolverían el esplendor de ese símbolo caraqueño que alberga diariamente una población de 50.000 personas”.

Ya el CSB desapareció y el deterioro ha continuado acrecentándose a pesar de intervenciones siempre esporádicas y desarticuladas que buscan solucionar problemas cuando llegan al límite. A ello deben añadirse los inconvenientes derivados de la inseguridad, la falta de agua y los cortes eléctricos los cuales suman puntos a la imposibilidad de ver la deseada recuperación hecha realidad.

10. Vista aérea del conjunto de Parque Central y sus alrededores en 2015

En todo caso, queda como consuelo el que Parque Central fuera seleccionado en representación de Venezuela (junto a otras importantes obras) por los curadores para estar presente en la exposición «Latin America in Construction: Architecture 1955-1980» realizada el Museo de Arte Moderno (MoMA) de Nueva York entre marzo y julio de 2015.

Nota

Para tener una visión más completa sobre este complejo y sus antecedentes, así como para encontrar las fuentes de las imágenes remitimos a consultar, adicionalmente a las citadas en la nota, las siguientes referencias:

  • Revista PUNTO, nº 29 (1966)
  • Revista CAV, nº 33 (1971)
  • Revista CAV, nº 35 (1973)
  • Revista ESPACIO, nº 2 (1988)
  • Newton Rauseo, “Intervenciones urbanas en la parroquia San Agustín: de la gestión privada (Urb. El Conde) a la gestión estatal (Parque Central), 2013 (http://saber.ucv.ve/handle/123456789/3364?mode=full).
  • Oscar Tenreiro, Blog Entre lo cierto y lo verdadero, “Una pequeña historia necesaria” (13 entregas más una de conclusiones publicadas entre el 21/12/2013 y el 19/03/2014)
  • Iván González Viso, María Isabel Peña y Federico Vegas, Caracas del Valle al mar. Guía de Arquitectura y paisaje, 2015
  • Mariano Goldberg, Guía de edificaciones contemporáneas en Venezuela. Caracas. Parte 1, 1980

ACA

¿SABÍA USTED…

… que en 1968 es inaugurada en Caracas la plaza en honor al militar independentista y colaborador de Bolívar y Sucre, Diego Ibarra?

1. Dibujo en perspectiva (vista aérea) del proyecto para la Plaza Diego Ibarra. Fernando Tábora y John Stoddart, 1967

Una vez concluidas las obras del Centro Simón Bolívar (CSB) en 1954, según proyecto de Cipriano Domínguez, el lugar que hoy ocupa la Plaza Diego Ibarra, ubicado al este del complejo entre la Avenida Este 6 y Avenida Este 8, Parroquia Santa Teresa, Municipio Libertador, transitó un período de incertidumbre en cuanto al diseño que finalmente la caracterizaría llegando a convertirse prácticamente en “tierra de nadie”.

En ese lapso que transcurre hasta 1967 cuando se inician los trabajos de construcción, ya a comienzos de la década de los años 1960, Tomás José Sanabria había incorporado el espacio que existía al este de lo proyectado por Domínguez, dividido por la trinchera de la avenida Bolívar, como parte de una serie de acciones sobre el centro histórico de Caracas, una de las cuales sería intervenirlo integrándolo a un eje norte-sur que conectaría el Panteón Nacional y la Iglesia de Santa Teresa y que finalmente sólo quedó restringido a lo que hoy se conoce como el Bulevar Panteón.

2. La Plaza Diego Ibarra en momentos en que se concluían las obras del Centro Simón Bolívar (CSB), cuando transitó momentos de incertidumbre. Abajo a la derecha: 1952, obra escultórica “Venezuela Progresa”, creada por el artista zuliano Ramón Quintero Roldán, realizada con motivo de “La Exposición Objetiva Nacional. 1948-1952”

Ya anteriormente, en 1952, en el terreno de lo que sería la plaza cuando el CSB aún se construía, una semana antes de celebrarse las “primeras elecciones nacionales”, luego del golpe militar que derrocó al Presidente Romúlo Gallegos en 1948, la Junta Militar que gobernaba al país, presidida por el Dr. Germán Suárez Flamerich, organiza e inaugura el 22 de noviembre “La Exposición Objetiva Nacional. 1948-1952”. Dicha exhibición buscaba destacar los logros de esa Junta Militar en ese período y promover a Marcos Pérez Jiménez como el candidato idóneo para gobernar nuestro país.

La muestra que ocupó mas de 2.000 m2 en tres niveles de la Plaza, describía nuestra cultura, bondades geográficas, climáticas y riquezas naturales (flora y fauna). También incluyó temas como la alfabetización, la inmigración, la construcción, educación y deporte, sin omitir, por supuesto, lo militar, todo presentado a través de murales, 250 maquetas, fotografías, equipos y vehículos (camiones y automóviles importados).

Una obra importante, que recordaba a un mascarón de proa que avanzaba hacia el futuro en procura del “Nuevo Ideal Nacional”, colocada en un punto central de la exposición, al aire libre, fue la escultura de una figura femenina alusiva a la patria denominada “Venezuela Progresa”, creada por el artista zuliano Ramón Quintero Roldán.

3. Tres vistas de la Plaza Diego Ibarra en diferentes momentos. Abajo: el proyecto de Fernando Tábora y John Stoddart totalmente concluido en 1968

Regresando al tema central de esta nota, el proyecto de la plaza Diego Ibarra retoma las proposiciones de Sanabria buscando contribuir al enlace originalmente planteado y al mismo tiempo crear un oasis de unos 18 mil metros cuadrados que le permitiera al visitante tener una sensación de refugio en contraste con la dispersión, el ruido y la contaminación del entorno inmediato. En su diseño participan los arquitectos paisajistas Fernando Tábora y John Stoddart y el ingeniero Santos Michelena quien se encargaría de todo lo relacionado con la hidráulica de las fuentes ornamentales que la acompañarían. Ya para la fecha se encontraban construidos los edificios Camejo y Cruz Verde del arquitecto José Antonio Ron Pedrique, que terminarían de determinar el borde del espacio hacia el este.

La plaza, diseñada originalmente en mármol y granito, tenía zonas de permanencia con distintas calidades de luz y sombra, corredores apergolados que bordeaban las avenidas y tres fuentes rectangulares en el patio interior: una principal con un alto chorro, ubicada al oeste de la plaza, foco del espacio creado y punto de referencia del lugar, y otras ubicadas al norte y sur, con juegos de iluminación y de agua sincronizados.

Tal y como se recoge en http://www.deconews.net/dn29/29_tabora.html, “el momento de la inauguración de la plaza tuvo un doble significado: era la respuesta de la ciudad que no se rendía ante el desastre del terremoto que la había sacudido fuertemente y al mismo tiempo festejaba el primer millón de habitantes».

4. Vista de los trabajos de reconstrucción de la Plaza Diego Ibarra después d 2007 con el Palacio de Justicia en primer plano

Este espacio público urbano fue modificado parcialmente en el año 1993 para adecuarlo a la transformación de los edificios Camejo y Cruz Verde en la Sede del Palacio de Justicia proyectada por el arquitecto Carlos Gómez de Llarena.

En el portal ya señalado también se apunta cómo “El aspecto psicológico de frescor que dio el agua y la magia de la luz y el color durante la noche hicieron de esta plaza una referencia obligada para el centro de Caracas, hasta que la desidia en el mantenimiento, no sólo de la plaza sino de todo el conjunto del Silencio fue repitiendo lo que siempre ha sido un problema nacional: la carencia de conservación, donde se construye hoy para olvidar mañana y nunca preocuparse por lo ejecutado”.

5. Izquierda: La Plaza Diego Ibarra tugurizada y tomada por el comercio informal a partir del año 2001. Derecha: Estado de deterioro en el que quedó la plaza luego del desalojo en 2007

Así, desde finales de la década de los noventa la plaza comienza a ser invadida por la buhonería siendo totalmente ocupada en 2001 por “ranchos” construidos por comerciantes informales convirtiéndose en la principal zona distribuidora de CDs y películas de DVDs ilegales, siendo conocida también como “Saigón”. En enero de 2007 la Alcaldía de Libertador, ante la degradación que el lugar había alcanzado, el descontrol en la inseguridad y la presión ciudadana decide desalojar el comercio informal de la plaza para cerrar el espacio e iniciar trabajos de recuperación profunda debido a los daños severos que la ocupación ocasionó.

El proyecto de rescate, cuidadosamente concebido dentro de criterios de preservación patrimonial, fue elaborado por John Stoddart (Premio Nacional de Arquitectura 2020) y Diana Henríquez entre el 2007 y 2008 y contratado por Fundapatrimonio. Las obras se iniciaron en paralelo a las fases finales del proyecto, con la esperanza de parte de las autoridades del ayuntamiento local de que concluyesen para el tercer trimestre de 2008. Ya con retraso, se suspendieron en enero del 2009 para finalmente terminarse en 2011 para la celebración del Bicentenario de la Independencia de Venezuela, programándose la fecha de reinauguración para el 5 de julio de 2011.

6. La Plaza Diego Ibarra recuperada en el año 2014

Reinaugurado el espacio en la nueva fecha prevista, en el acto se develó una nueva escultura en el espejo de agua central llamada “La Aguja”, figura de metal helicoidal en forma ascendente de unos 20 metros de alto, obra del escultor Luis Alfredo Ramírez.

La plaza, ahora despejada, se ha convertido en lugar hacia donde se asoman de nuevo diversas terrazas que forman parte del Centro Simón Bolívar, principalmente las correspondientes al Consejo Nacional Electoral (CNE). Salva dos niveles de altura con una superficie llana, tratados con base en un pavimento sencillo y muy bien modulado. El ya mencionado espejo de agua de forma circular, ubicado simétricamente entre ambos brazos del CSB, marca el acceso al terminal de transporte Río Tuy, en los sótanos del complejo, funcionando como elemento activador del espacio exterior el cual, ocasionalmente, es utilizado para espectáculos públicos y mítines políticos.

El haberse podido revertir el deterioro al cual se vio sometida el lugar a lo largo de más de 10 años, apunta a la necesidad de “instaurar una memoria basada en ordenanzas, buen mantenimiento y la educación de sus habitantes, para que sean éstos transformados en ciudadanía los que defiendan y luchen por la conservación de su patrimonio”. Desde 2018 la parte sur de la plaza Diego Ibarra se ha convertido en estacionamiento de funcionarios del CNE lo cual no le augura, de nuevo, un buen futuro.

ACA

Procedencia de las imágenes

1 y 6. http://guiaccs.com/obras/plaza-diego-ibarra/

2 y 3. Colección Crono Arquitectura Venezuela

4. https://es.wikipedia.org/wiki/Plaza_Diego_Ibarra

5. Colección Fundación Arquitectura y Ciudad

¿SABÍA USTED…

… que el 31 de octubre de 1969 el presidente Rafael Caldera inaugura el hotel Caracas Hilton, construido por la nación venezolana y cedido para su operación a esa cadena hotelera internacional?

1. Vista exterior del hotel Caracas Hilton en los años 1970

Los antecedentes que se tienen en relación al sitio donde se construyó el hotel Caracas Hilton (hoy hotel Alba Caracas), apuntan a que se trataba de unos terrenos propiedad de la familia Mohedano al este del casco central de Caracas, ubicados al norte de la hacienda El Conde localizada entre las quebradas Catuche (al oeste) y Anauco (al este), la avenida Este 6 al norte y el río Guaire al sur. Ya el plano de Ricardo Razetti de 1897 destaca cómo el solar se encontraba perfectamente delimitado producto de la prolongación de la cuadrícula colonial, cosa que permanecerá incluso cuando en 1927 los hermanos Machado Hernández ya tenían cuadriculada y parcelada la vieja hacienda El Conde, lo que dará origen a la urbanización del mismo nombre también conocida como El Ensanche.

2. Trazado de la prolongación de la avenida Bolívar y futura conexión con la Autopista del Este. Se puede observar la ubicación del Edificio Creole donde posteriormente de ubicará el hotel Caracas Hilton
3. Izquierda: Primer edificio sede de la Creole Petroleum Corporation (1944). Derecha: Saqueo del edificio de la Seguridad Nacional (antiguo edificio Creole) el 23 de enero de 1958.

El terreno de aproximadamente una hectárea que delimitaba al sur con la plaza Mohedano y al norte con la avenida México, cercano a la Plaza Morelos, será adquirido, simultáneamente al inicio de los trabajos de la avenida Bolívar y con ello la puesta en marcha del Plan Rotival, por la Creole Petroleum Corporation para construir en la capital la que sería su primera sede en 1944. Cuando la petrolera se muda sólo diez años después a una nueva edificación ubicada en Los Chaguaramos que albergara todos sus departamentos, el antiguo edificio de la Creole se convertirá en el asiento desde 1955 de la Seguridad Nacional (SN), policía política del régimen de Marcos Pérez Jiménez, uno de los primeros focos que fueron atacados y saqueados cuando cae la dictadura el 23 de enero de 1958.

4. Primer edificio del Conjunto Residencial El Conde en construcción de acuerdo al proyecto del arquitecto José Joaquín Álvarez. Luego entre 1966 y 1969 de manos de la firma de arquitectos venezolanos Edmundo Díquez, Oscar González y José Alberto Rivas sería transformado en el hotel Caracas Hilton

Demolido el edificio de la SN, los terrenos pasan a ser propiedad del Centro Simón Bolívar que en 1965 designó al ingeniero Juan Sánchez Carranza para la construcción del Conjunto Residencial El Conde de acuerdo al proyecto del arquitecto José Joaquín Álvarez. Será la primera edificación inconclusa del también inconcluso conjunto la que se transformará entre 1966 y 1969 de manos de la firma de arquitectos venezolanos Edmundo Díquez, Oscar González y José Alberto Rivas en el primer hotel con que la cadena Hilton abrirá operaciones en Caracas. La instalación de 238 habitaciones, categoría cinco estrellas, con todos los servicios que dicha clasificación exigía, fue manejado desde su apertura por el Barón Marcos von Nesselhauf y contó con un completo proyecto de diseño gráfico realizado por el artista Gert Leufert. Casi de inmediato por la calidad de los servicios que ofrecía se convirtió en referencia dentro de la ciudad.

Estratégicamente ubicado en la zona de mayor potencial cultural de Caracas donde ya se encontraban los museos de Bellas Artes y de Ciencias Naturales, el hotel se verá beneficiado por la construcción del Parque Central (1970-76) y la ampliación del Museo de Bellas Artes (1973) y más adelante la realización del Ateneo de Caracas (1981) y el Teatro Teresa Carreño (1972-83) así como la apertura de la línea 1 del Metro (1983).

5. Izquierda: Vista panorámica del conjunto de Parque Central. Derecha: Edificio Anauco de Parque Central utilizado en 1974 como alojamiento para los asistentes de la III Conferencia Mundial sobre los Derechos del Mar. Después del evento se remodelaría para convertirse en las Residencias Anauco Hilton

Justamente, en la medida que el Parque Central se estaba construyendo, a finales de 1973 a la oficina de Siso Shaw y Asociados, sus proyectistas, llegó la noticia de que Caracas asumiría en abril de 1974, como relevo de Chile (a raíz del golpe de estado llevado a cabo contra el gobierno de Salvador Allende), la sede de la III Conferencia Mundial sobre los Derechos del Mar y se debía contar con espacios suficientes para que los 3000 delegados participantes fueran alojados. Ello originó la conversión de uno de los edificios residenciales del conjunto (el Anauco) que ya estaba listo para la venta en aparta-hotel. Los locales comerciales que fueron diseñados para supermercados y tienda por departamentos se convirtieron en Salas de Exposiciones; el espacio concebido para un concesionario de automóviles dio paso al Museo de Arte Contemporáneo; y la planta baja del edificio se transformó en el lobby.

Pasada la Conferencia, a fines del año 1974, el arquitecto Nicolás Sidorkovs y el diseñador de interiores Julio Obelmejías, a solicitud del Centro Simón Bolívar, rediseñan el mismo edificio para 330 habitaciones tipo suite el cual, dada la proximidad con el Caracas Hilton, se convierte en Residencias Anauco Hilton, primera ampliación de los servicios que se registra del proyecto original.

6. Ampliación del Caracas Hilton realizada en 1979 según proyecto de la firma DGR (Díquez, González y Rivas)

En virtud de la demanda creciente que la ciudad estaba teniendo de servicios de alojamiento, en 1979 de nuevo la firma DGR (Díquez, González y Rivas) será la seleccionada para proyectar una importante ampliación del Caracas Hilton la cual es inaugurada por el presidente Luis Herrera Campins en 1984. Se trata de una torre de 27 pisos situada al norte de la instalación original que le añadió 500 nuevas habitaciones (para un total de 738) con vistas panorámicas de la ciudad, 20 salas de reuniones, una Gran Salón para 6.000 personas, piscina, 2 canchas de tenis, 24 cabañas, 2 restaurantes, cafetería, bares, salas de fiestas, gimnasio, locales comerciales, alquiler de autos y un estacionamiento adicional de 600 puestos. Se incorporaron obras de reconocidos artistas venezolanos a la colección de arte del hotel, tales como: Jesús Soto, Harry Abend, Elsa Gramcko, Alejandro Otero y Víctor Valera, entre otros.

7. Fotografía del conjunto de las dos edificaciones que conformaron el hotel Caracas Hilton en los años 1980

La concesión del hotel fue renovada en 2006 por el Centro Simón Bolívar por un plazo de cinco años. Después de esto, la empresa hizo varias mejoras a la infraestructura: actualizó su imagen corporativa, reparó la piscina, los baños y otras áreas. No obstante, al poco tiempo se recibe la noticia de que el Gobierno decidió rescindir el contrato y, a través de un decreto publicado en la Gaceta Oficial, ordenó la adquisición forzosa de los activos del complejo. En 2007 reabrió sus puertas con el nombre de Hotel Alba Caracas y según fuentes oficiales, se invirtieron seis mil millones de bolívares en su modernización, adaptándolo a los nuevos tiempos.

El 15 de abril de 2010 pasa a la tutela del Ministerio del Poder Popular para el Turismo para forma parte de la red denominada como Venezolana de Turismo (VENETUR), pasando a tener nueva denominación, directiva e imagen corporativa. Sus condiciones de mantenimiento desde entonces han sufrido un marcado deterioro. Pese a las vicisitudes asociadas a todo lo que ha pasado a manos del Estado en los años recientes que hemos vivido, aunque le hayan cambiado de nombre, el Hilton sigue siendo un hotel de referencia perviviendo aún así (no sabemos hasta cuando) en la memoria colectiva.

ACA

Procedencia de las imágenes

  1. https://www.pinterest.com/pin/607634174695045669/

2, 3, 4, 5 y 6. Colección Crono Arquitectura Venezuela

7. https://es.wikipedia.org/wiki/Archivo:Hotel_Caracas_Hilton.jpg

se altera la fachada original del teatro municipal

1949• Se altera la fachada original del Teatro Municipal de Caracas para dar paso a la construcción de la Torre Sur del Centro Simón Bolívar, haciendo desaparecer el peristilo semicircular, el vestíbulo original y la escalera del palco presidencial.
El teatro había sido inaugurado el 7 de abril de 1885 con el nombre de Teatro Guzmán Blanco. Su construcción se había iniciado en 1876 estando a cargo de la obra el arquitecto francés Esteban Aricar, quien fue sustituido en 1879, hasta terminar su construcción, por el ingeniero venezolano Jesús Muñoz Tébar
Es una de las salas de opera más antiguas de Suramérica.
El Teatro Municipal fue reabierto diez años después, el 17 de febrero de 1959.

HVH

La fachada principal del Teatro Municipal vista a través de la Plaza San Pablo, desde el Hotel Majestic. Se puede observar que la entrada al teatro se encuentra a pocos centímetos por encima de la acera. (fotografía tomada de la Revista Élite, 1947)

HVH

ALGO MÁS SOBRE LA POSTAL nº 107

La imagen que ilustra nuestra postal del día de hoy corresponde a la perspectiva aérea del proyecto del Centro Cívico de Caracas, propuesto para ser construido en terrenos propiedad del Centro Simón Bolívar, C.A. (CSB), cuyo presidente Dr. Camilo Arcaya y el arquitecto responsable del mismo José Antonio Ron Pedrique hacen público en enero de 1961.

1. José Antonio Ron Pedrique. Proyecto de Centro Cívico para la Avenida Bolívar de Caracas. Centro Simón Bolívar. Desarrollo integral. Plan de obras y financiamiento, Caracas, septiembre 1961

El planteamiento, recogido en una publicación facsímil editada por el propio CSB (Centro Simón Bolívar. Desarrollo integral. Plan de obras y financiamiento, Caracas, septiembre 1961), forma parte de lo que Silvia Hernández de Lasala calificó como “Violaciones sucesivas. Notas sobre la arquitectura de la Avenida Bolívar de Caracas, después del Plan Monumental de 1939”, texto que integra el libro El Plan Rotival. La Caracas que no fue (1991) estudio coordinado por Marta Vallmitjana que aparece con motivo de la celebración del 50 aniversario de la aprobación del citado Plan.

En su escrito, sin pretender convertirse en una historia de cerca de 10 lustros de la Avenida Bolívar, Hernández de Lasala observa y registra lo acontecido con ese importante eje vial y la manera como es definido el espacio urbano que a él va asociado, paseándose por las diferentes proposiciones formuladas, atreviéndose a considerarlas, con diferentes grados de intensidad, de “violaciones” al plan de 1939. Desde las parciales, presentes en el desarrollo de la Reurbanización de El Silencio (Carlos Raúl Villanueva, 1942-45) y el Centro Simón Bolívar (Cipriano Domínguez, 1949), hasta el proyecto para el Parque Vargas (Carlos Gómez de Llarena, 1985) que a inicios de los años 90 del siglo XX ya se había empezado a materializar (pasando en el intervalo por transgresiones no realizadas como el “Trébol Radiante” de Richard Neutra, el propio “Centro Cívico” de Ron Pedrique, el “Centro Residencial El Conde” de Menéndez y Bemergui, la recogida en “Ciudad de Caracas/Casco Central” del IAU/FUNDACARACAS o las presentadas por Doménico Silvestro; efímeras como “Imagen de Caracas” (Juan Pedro Posani) o “Parque El Conde” (Jorge Castillo); y otras de nueva escala que sellan su destino como “Parque Central” de Siso y Shaw o la sede del Palacio de Justicia de Carlos Gómez de Llarena), Hernández de Lasala encuentra que es el propio Rotival el “gran violador” de los principios de diseño urbano que rigieron su propia propuesta, cuando en 1959 finaliza el encargo que le hiciera el CSB (“Tesis para el Centro de Caracas”) que la misma institución publica como Acción sobre Caracas.

2. “Tesis para el Centro de Caracas” presentada por Maurice Rotival en 1959 y publicada por el Centro Simón Bolívar bajo el título de Acción sobre Caracas
3. Propuesta de Rotival (1959) publicada en L’ Architecture d’aujourd’hui

El viraje planteado por Rotival en el que se buscaba concebir “una proposición más amplia, que superara las propuestas aisladas e inconclusas elaboradas hasta ese momento”, plantea la modificación del carácter simétrico inicial de eje de la Avenida Bolívar (flanqueada por edificaciones que reforzaban dicha condición), por la de una vía triunfal que remataba ahora también hacia el oeste (polo jerárquico opuesto al considerado por el Plan inicial) con un moderno “Centro Federal”, ubicado delante del parque Los Caobos y antecedido a su vez por un distribuidor vial que acentuaba la condición «expresa» del tránsito por la avenida y de elemento separador entre el norte y el sur del casco de la ciudad.

El giro que incorpora Rotival dará licencia y vuelo a la casi totalidad de las propuestas posteriores que se realizan sobre la avenida y muy particularmente a la que hoy nos ocupa y que tiene a Ron Pedrique como cabeza visible de un equipo interdisciplinario integrado por los arquitectos Stan Panasewicz, Peter Hugues y Ana Teresa Márquez; los ingenieros Rafael Raga, Jaime Balderrama, Tulio Pérez Planchart, Giuseppe Maule y el economista Panaghis Travios. Como dato no menos relevante vale la pena señalar que las perspectivas del informe ya citado que lo recoge fueron dibujadas por el arquitecto Lezsek Zawizsa.

Egresado en 1948 en la primera promoción de la Escuela de Arquitectura, perteneciente entonces a la Facultad de Ingeniería de la UCV, con estudios de especialización en Suecia en urbanismo y arquitectura sanitaria, José Antonio Ron Pedrique (1927-2001) se convirtió en uno de los arquitectos cuya impronta marcó la ciudad desde finales de los años 50 del que poco se ha escrito. Junto a Jorge Romero Gutiérrez realiza (prácticamente recién graduado), a finales de los años 40, los proyectos para las urbanizaciones Prados del Este y para la Ciudad Balneario Higuerote y luego, de forma independiente, para Cumbres de Curumo, Santa Sofía, San Luís y Santa Paula, entre otras. Fue Director Técnico del Centro Simón Bolívar entre 1960 y 1962, por lo que es bajo su gestión que se elabora el proyecto del Centro Cívico de Caracas. Posteriormente (1964-1966) diseña y se construyen los edificios gemelos de baja altura, prolongación del Centro Simón Bolívar, que albergarían por muchos años al INAVI (Cruz Verde, al sur) y Cartografía Nacional (Camejo, al norte), absorbidos y desdibujados por el proyecto para el Palacio de Justicia de Gómez de Llarena. Con ellos el propio Ron Pedrique se plegaba a planteamientos académicos y simétricos que se suponían superados por la imagen plasmada para el Centro Cívico.

4. Centro Simón Bolívar. Desarrollo integral. Plan de obras y financiamiento. Plano volumétrico

En todo caso, la propuesta de Ron Pedrique se apoya en los informes previamente elaborados por la Comisión de Estudios sobre la Utilización y Desarrollo de las Áreas propiedad del Centro Simón Bolívar, C.A., el Informe y recomendaciones propuestas por Maurice E. H. Rotival y los Planos y Documentación de la Dirección de Urbanismo del Ministerio de Obras Públicas y de la Oficina Municipal de Planeamiento Urbano. La propuesta propone usos y divide el área de 50 hectáreas asignada en cinco zonas: la Zona A, contigua a las Torres existentes del Centro Simón Bolívar; Zona B, destinada a la Plaza Cívica; Zona C recreativa cultural: la Zona D para el Palacio de los Ministerios y un Centro Comunal y la última, la Zona E, donde se propone la Comunidad El Conde, a ser resuelta por concurso.

5. Centro Simón Bolívar. Desarrollo integral. Plan de obras y financiamiento. Edificaciones (uso)

Dos citas de una entrevista concedida en 1989 por Ron Pedrique a Silvia Hernández de Lasala, que extraemos de su texto ya citado, son suficientemente esclarecedoras de la actitud pragmática y hasta cierto punto arrogante con que se enfrentó el proyecto, ilustrativas de cómo se visualizaba la ciudad, sus componentes y su desarrollo por aquel entonces. La primera refiere al proyecto del Centro Cívico: “La Avenida Bolívar es una autopista, está empalmada con la Autopista del Este y centraliza un caudal enorme de tránsito por todo el centro del casco urbano… Me parece bien la vía rápida como alimentación del Centro, la creación de una plataforma por encima de la Avenida y la utilización del desnivel que hay entre la Avenida Bolívar y la plataforma peatonal con estacionamiento… Se obtenía así una continuidad desde el Centro Simón Bolívar y el Parque Los Caobos”.

La segunda evidencia su cuestionable papel como gerente urbano que partía de la premisa de actuar sobre territorio devastado, situación que aún al día se hoy se padece: “Nosotros mandamos a arrasar a El Conde para quitar esa idea de la calle y la manzana de la cabeza. Esa era una zona de manzanas pequeñas parecidas a las de San Agustín… se nos criticó que parecía que se había bombardeado esa zona… Esa escala de cuadras y manzanas no va, no tenía valor alguno para su conservación. Zonas como esa podrían cumplir una función mucho más adecuada si hubiera una remodelación, un ordenamiento, una absorción de la zona para algo actualizado… El Conde era una estructura urbana que estorbaba, queríamos que de una vez se demoliera … lo tenían alquilado… estaba lleno de hoteluchos y pensiones”. A la luz de los efectos derivados del pensamiento que motiva esta última cita, del cambio de paradigma experimentado desde entonces en la manera como se debe actuar en el tejido urbano y de la situación actual de la avenida Bolívar y su entorno, a la cual habría que sumar las intervenciones provenientes de la Gran Misión Vivienda, preferimos que sea el lector, previa reflexión, quien saque sus propias conclusiones.

ACA

Procedencia de las imágenes

Postal. Colección Crono Arquitectura Venezuela

1, 2, 3, 4 y 5. https://oscartenreiro.com/2013/12/28/una-pequena-historia-necesaria-ii/

1966• Edificios Camejo y Cruz Verde

Edificios Camejo y Cruz Verde.jpg

1966•  Luego de dos años de construcción el Centro Simón Bolívar (CSB) concluye los Edificios Camejo, sobre la avenida Este 6 y Cruz Verde, sobre la avenida Este 8, proyectados por el arquitecto José Antonio Ron Pedrique (1927-2001) (FI UCV, promoción 1/ 1948 – la primera promoción de egresados de la Escuela de Arquitectura de la Facultad de Ingeniería).
En los dos edificios gemelos, bajos de altura (seis pisos sobre el nivel de la Plaza Diego Ibarra, más los niveles adicionales para tener sus accesos directos sobre las avenidas antes citadas), los cuales fueron diseñados respetando el eje compositivo del proyecto de Cipriano Domínguez (1904-1995) y del Plan Rotival (1939), el Centro Simón Bolívar instaló como su sede en el primero al Banco Obrero -BO- (luego transformado en el Instituto Nacional de la Vivienda -INAVI-) y en el segundo la Dirección General de Cartografía Nacional del Ministerio del Ambiente y los Recursos Naturales Renovables.

HVH