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Textos fundamentales

1. Portada de la edición original de 1964

Carlos Raúl Villanueva y la arquitectura de Venezuela

Sibyl Moholy-Nagy

Editorial Lectura

1964

Después de Caracas a través de su arquitectura y de Venezuela y el problema de su identidad arquitectónica, Carlos Raúl Villanueva y la arquitectura de Venezuela de Sibyl Moholy-Nagy (Dresden,1903-Nueva York,1971), resultó ser el tercer libro más citado entre quienes respondieron la consulta realizada el pasado año por la Fundación Arquitectura y Ciudad a académicos y profesionales, con miras a llevar a cabo una antología de textos imprescindible sobre nuestra disciplina.
Publicado en su primera versión bilingüe por Editorial Lectura en 1964, reeditado en 1999 por el Instituto de Patrimonio Cultural (en el marco de las celebraciones asociadas al centenario del nacimiento de Villanueva el año 2000), el trabajo de Sibylle Pietzsch (nombre de pila de la autora), profesora de Historia de la Arquitectura del Pratt Institute de New York, prestigiosa crítico de arte y viuda del pintor húngaro Lazlo Moholy-Nagy (miembro del cuerpo docente de la Bauhaus), se constituye en el primer texto dedicado de lleno a recopilar, contextualizar y mostrar en toda su magnitud la obra del más importante arquitecto venezolano del siglo XX, lo cual lo convierte en referencia ineludible a la hora de marcar un antes y un después para los estudiosos en la materia.
Previo a la aparición del libro de Moholy-Nagy, la obra de Villanueva había empezado a reseñarse en diversas publicaciones periódicas a nivel internacional y sido objeto de atención de parte de aquellos historiadores y críticos que se interesaban (siempre desde fuera) por analizar las manifestaciones de la arquitectura moderna en algunos países de Latinoamérica. Así, Latin American Architecture since 1945 de Henry-Russell Hitchcock (1955), Masters of Modern Architecture de John Peter (1958), Baukunst der Gegenwart (Arte de la arquitectura de nuestro tiempo) de Udo Kulterman (1958), Art in Latin American Architecture de Paul Damaz (1963) y Knaurs Lexikon der modern Architekture de Henrique Mindlin (1963), obras en las que Villanueva se citaba, se convirtieron para la autora en importante material de consulta a la hora de emprender su tarea a lo cual sumó como necesario complemento una serie de visitas al país.
Tras la salida de Carlos Raúl Villanueva y la arquitectura de Venezuela un largo silencio, interrumpido esporádicamente por el empeño de Antonio Granados Valdés, Juan Pedro Posani y Mariano Goldberg o por su renovada incorporación en textos recopilatorios, parecía condenar la obra del maestro poco a poco al olvido. Sin embargo, quizás asociado al desarrollo en los años 90 de los estudios de postgrado en nuestras universidades, de una labor crítica más consecuente y, sobre todo, al empuje sostenido se le dió a la declaratoria de la Ciudad Universitaria como Patrimonio Mundial entre 1992 y 2000 (año éste último, como ya se señaló, del centenario de su nacimiento), Villanueva y su obra pasan finalmente a ser objeto de estudio, ampliándose el espectro y catalogación de sus realizaciones y sometiéndola a múltiples miradas que tienen en su gran mayoría a Moholy-Nagy como primera referencia. Hoy se puede afirmar que, tras la labor pionera de la profesora de Pratt, el objetivo de contar con una amplia gama de publicaciones y estudios que dan cuenta de la trayectoria del Maestro se ha cumplido en buena medida, saldándose de esta manera una deuda y llenándose un vacío que corría el riesgo de sumarse a la tradicional amnesia histórica que caracteriza nuestro país.
El valor del texto de Moholy-Nagy estriba no sólo en su condición pionera sino en el particular enfoque que imprime a la revisión de la obra del Maestro venezolano. Sin obedecer estrictamente un orden cronológico y apelando más bien a resaltar su carácter evolutivo, son la manera en que agrupa los edificios y realizaciones (protagonistas centrales de la publicación), la forma didáctica como los describe y sobre todo las constantes referencias a la cultura local e internacional de las que echa mano para contextualizar el material analizado, lo que le dan al tono crítico con que se desarrolla el libro un significado especial.
La edición que consta de 179 páginas, diseñada cuidadosamente en formato apaisado e impresa sobre papel glasé, se vale del excelente material fotográfico que lo acompaña destacando fundamentalmente el trabajo de Paolo Gasparini así como también el aporte, entre otros, de Graziano Gasparini, Alfred Brandler y de la propia autora, a quien se debe la imagen del conjunto de piscinas de la Ciudad Universitaria que engalana la portada de 1964. Otro detalle nada menor lo constituye la presencia, si bien en un tono muy inferior que las fotografías, de planos de algunas de las obras y valiosos esquemas explicativos de las mismas que hacen amable la lectura para quien no necesariamente es especialista en la materia.

2. Portada de la reedición de 1999

La reedición en 1999 de Carlos Raúl Villanueva y la arquitectura de Venezuela por parte del Instituto de Patrimonio Cultural, que como bien señaló en su presentación Juan Pedro Posani, se buscó dejar intacta, a pesar de las imprecisiones en que se incurre en la versión original, y de las complementaciones y actualizaciones que hubiese requerido, sirvió también para rescatar del olvido esta trascendental obra convertida ya en documento histórico indispensable para entender un momento peculiar del desarrollo del país.

ACA

Textos fundamentales

1. Portada de la primera edición de Caracas en tres tiempos, Carlos Raúl Villanueva, 1966

Caracas en tres tiempos

Iconografía retrospectiva de la ciudad

Carlos Raúl Villanueva

Talleres de Gráfica Arte C.A.

1966

Formando parte del importante número de publicaciones (de las cuales se cuentan al menos 14), que se impulsaron hace ya 50 años desde el Comité de Obras Culturales de la Comisión Nacional del Cuatricentenario de la Fundación de Caracas, Caracas en tres tiempos. Iconografía retrospectiva de una ciudad de Carlos Raúl Villanueva es, como señala el propio autor, “una reedición de … ‘La Caracas de ayer y de hoy’, editado en julio de 1950 y que con grata sorpresa de mi parte mereció una generosa acogida entre nosotros, puesto que a pesar del tiempo transcurrido y de los cambios que en ese período se han efectuado (políticos, económicos, sociales y hasta internacionales), tienen todavía validez algunos de los conceptos emitidos”.
A dicha obra, que contenía sendos escritos de Carlos Manuel Moller (“Caracas, ciudad colonial”) y Maurice E. H. Rotival (“Caracas marcha hacia delante”), le fueron añadidos otro de Mariano Picón Salas (“Caracas Allí está…”), un incremento importante del registro correspondiente a la arquitectura colonial existente o desaparecida tanto en Caracas como en otras regiones del país, “un estudio sobre la Iglesia de Santa Teresa y el Teatro Municipal a manera de eslabón entre pasado y presente” y el importante artículo firmado por el propio Villanueva titulado “El sentido de nuestra arquitectura colonial”, aparecido originalmente en el nº 3 de la Revista Shell (1952).
Como su título indica, se trata de mostrar desde el contenido una visión de Caracas que abarca su pasado, su presente y su futuro aunque el subtítulo delate una mirada mucho más anclada en el pretérito. Así, Caracas en tres tiempos pasa a ser un libro referencial no sólo por la cuantía y la calidad de la información que incorpora (consistente en fotografías y planos de aquellas obras religiosas, militares y civiles que fueron consideradas como las más importantes acompañadas de sencillos textos explicativos), sino también un libro que denuncia el proceso de destrucción y consecuente pérdida de la memoria de que ha sido objeto la arquitectura del pasado en nuestro país. “Ningún sentimiento histórico ni tampoco religioso ha prevalecido ante la destrucción sistemática de nuestro pasado colonial, que ha sido reemplazado en muchos casos por obras transitorias de poco valor artístico y con todos los defectos del falso lujo, de la poca personalidad, de la imitación servil de estilos pseudo modernos a veces y en otras de copias de ajenas tradiciones”, reclamará Villanueva en la Introducción de la publicación.
Es la Reurbanización de El Silencio, objeto que constituye el corazón de La Caracas de ayer y de hoy con la que se cierra Caracas en tres tiempos, la pieza que Villanueva considera articula el presente de la ciudad con que pudo haber sido su futuro desarrollo y que el transcurrir de los años se encargó lamentablemente de desconocer. Allí y posteriormente en la Ciudad Universitaria se lleva a cabo un proceso claro de interpretación que recobra el sentido de la tradición, tema éste que ha sido objeto de reflexión por parte de reconocidos pensadores contemporáneos.
Caracas en tres tiempos se imprimió en los Talleres de Gráfica Arte C.A., saliendo a la luz en noviembre de 1966 con un tiraje de 3.000 ejemplares. Fue diagramado por Mateo Manaure y colaboraron en las ilustraciones, entre otros: Juan Avilán, Alfredo Boulton, Alfredo Brandler, Graziano Gasparini, Hueck Condado, Carlos Eduardo Misle y Luis Noguera.

2. Portada del relanzamiento de 344 los ejemplares de la primera edición de Caracas en tres tiempos en conmemoración del centenario del nacimiento de Carlos Raúl Villanueva, 2000


Posteriormente, en mayo de 2000, al cumplirse el centenario del nacimiento de Villanueva e incorporado a las Ediciones Conmemorativas que la Fundación Villanueva impulsó para esa fecha, trescientos cuarenta y cuatro ejemplares pertenecientes a la edición original fueron rescatados de los depósitos de Gráficas Armitano, los cuales fueron numerados y remozados con una nueva portada a los que se les añadió una sola página con la dedicatoria de Margot Arismendi de Villanueva a la memoria de su esposo, la cual no puede ser más elocuente con relación al espíritu que recoge la obra: “A la memoria de mi querido Carlos, quien habiendo aceptado el futuro, no rechazó nunca el pasado”.

ACA

¿SABÍA USTED…

… que tal día como hoy, el 26 de febrero de 1994, aparece en el nº 51 de Arquitectura HOY el artículo titulado “¿Dónde está el norte?” de Juan Pedro Posani, considerado como el segundo más relevante escrito breve elaborado en nuestro país entre quienes consultamos para adelantar una posible antología de Textos Fundamentales?

En los años 90 cuando Posani retoma luego de un largo silencio el compromiso de escribir con periodicidad semanal, vuelve a insistir en los temas que desde hacía ya mucho tiempo le venían preocupando, un tanto deslastrado del componente altamente ideológico que caracterizó su producción crítica de los años 60 y 70. En esta nueva etapa, reafirma sus inclinaciones existencialistas, retoma el realismo como bandera y se preocupa por el asunto de la identidad y con ella el de la autenticidad.

Reaparece, como parte de una actitud que busca abrir los ojos al extraviado accionar de nuestros arquitectos, la necesidad de tomar en cuenta la estrecha relación que la arquitectura debe buscar con el medio al que pertenece, al uso de los materiales y tecnología del lugar y de los dispositivos adecuados para controlar las variaciones climáticas.

Dentro de ese contexto, partiendo de rememorar la pregunta con la que Villanueva se aproximaba a la hora de corregir los proyectos de los estudiantes (¿Dónde está el norte?), Posani no hace otra cosa en su artículo que refrescar el significado que dicha pregunta llevaba asociado: consideración del contexto, la inclinación del sol, las brisas y las lluvias, las vistas, la temperatura, la geografía y la cosmografía. En pocas palabras la “relación con la tierra y con el clima. La vida y el azar nos dieron un tiempo y un lugar. De allí -nos decía Villanueva- hay que partir.”

Posani rescata las recetas que James Marston Fitch (referido por Reyner Banham) daba para diseñar en el trópico húmedo que mantienen “toda la serena verdad de la experiencia comprobada durante siglos:

  1. Pisos separados de la tierra… ofreciendo la máxima exposición a las brisas dominantes.
  2. Grandes techos livianos a manera de protección contra el sol y la lluvia tropicales.
  3. Corredores y balcones continuos para proteger las paredes de la inclinación del sol y de la lluvia que las azota.
  4. Grandes puertas y ventanas, del piso hasta el techo, para la máxima ventilación.
  5. Cielosrrasos altos y desvanes ventilados, para mayor confort.
  6. Persianas controlables, para proveer todas las combinaciones de ventilación y de privacidad.”

Con dicho baremo por delante, en tono claramente prescriptivo, Posani señala en su artículo, lo siguiente: “Una vez definidos los aspectos esenciales el enfrentamiento con el clima y de haberlo asumido como factor que determina el horizonte del diseño arquitectónico, el paso siguiente puede ser el de la manipulación espacial y formal, atendiendo a los impulsos de las sensaciones individuales, de la memoria o de la ‘cross-fertilization’ de la información cultural.” Ética de un hacer que se iguala a una estética austera y sin excesos.

Cierra Posani su disertación subrayando: “Diseñar partiendo del norte es poner los pies sobre la tierra; es abrazar la realidad; es observarse en el espejo y acordarse de los abuelos. Diseñar partiendo del norte es, sobre todo, orientarse hacia el futuro; es disponer de un mapa en el cual esté marcado un proyecto de vida y de país”. Todo un alegato que pone en evidencia una trayectoria vital, que ha dado pie a diferentes polémicas pero en la cual su autor encontró la manera de elaborar un discurso reiterativo pero no menos consistente del cual hoy en día temas como la sostenibilidad son claros herederos. También abre la oportunidad, bajo el supuesto de que no puede haber diversidad sin autenticidad, de apreciar y evaluar la arquitectura venezolana en toda su amplitud marcando con ello claras diferencias con el “todo vale”.

ACA

Textos fundamentales

Caracas a través de su arquitectura

Graziano Gasparini y Juan Pedro Posani

Fundación Fina Gómez/Armitano Editores C.A.

1969

Si entre los escritos breves, artículos o ensayos que citaron quienes fueron consultados por la Fundación para precisar aquellos textos sobre arquitectura y ciudad que, dentro del proceso histórico venezolano, no deberían faltar a la hora de llevar a cabo una antología, resultó favorecido mayoritariamente “El sentido de nuestra arquitectura colonial” de Carlos Raúl Villanueva (ver Contacto FAC, nº 6, 4/12/2016), en el renglón de libros el señalado la mayor cantidad de veces fue Caracas a través de su arquitectura, de Graziano Gasparini y Juan Pedro Posani.
Fechada en 1969, esta publicación de 573 páginas de Armitano Editores C.A., impresa en los Talleres de Gráficas Edición de Arte C.A., cuyo primer tiraje fue de 4.000 ejemplares, es producto de la iniciativa de la Fundación Fina Gómez quien buscó homenajear a Caracas sumándose a la celebración de sus 400 años, cumplidos en 1967. La propia Sra. Gómez, convencida de la importancia de trabajo realizado por los autores, señala premonitoriamente en la primera edición del libro: “1567… 1967… Cuatricentenario de Caracas…400 años que no podemos encontrar en la fisonomía actual de la ciudad, porque el progreso ha ido dejando muy pocos vestigios que permitan una visión retrospectiva. (…) Es por eso que la presente obra de Graziano Gasparini y Juan Pedro Posani asume, unida a su elevada calidad artística, la categoría fundamental de documento histórico.”
Fieles a sus particulares intereses en cuanto a observar el desarrollo de la ciudad con actitud crítica, Gasparini y Posani, para la fecha profesores de historia en la Escuela de Arquitectura de la FAU UCV, se propusieron preparar, lográndolo a cabalidad, el primer estudio de la evolución arquitectónica de Caracas, ocupándose el primero de la etapa comprendida desde su fundación hasta finales del siglo XIX y el segundo abarcando el período 1900-1968. En la elaboración del libro fue crucial no sólo ordenar, actualizar y pasar en limpio las investigaciones que cada uno de los autores había venido desarrollando, sino también contar con la contribución recibida de instituciones y personalidades vinculadas a la temática objeto de estudio y con el apoyo de los estudiantes de los cursos que dictaban en el pregrado, complementados con el enorme valor del material fotográfico y documental aportado por el propio Graziano Gasparini para la primera parte y por su hermano Paolo para la segunda, donde el rol asumido por la imagen, además de impactante, es indudablemente protagónico.
Como muestra de la contraposición de enfoques que convierten al libro en una fascinante travesía por la historia de la ciudad, valga señalar que si Gasparini, apelando a la “objetividad” narrativa, inicia los dos primeros párrafos del primer capítulo (La ciudad colonial) señalando que: “La fundación de Caracas se realiza en la segunda fase de la conquista, es decir, la fase de penetración del territorio” para después acotar que “Las conjeturas planteadas por diversos historiadores respecto a la fecha de la fundación de Caracas, no es problema reciente”, Posani, por el contrario, poniendo el acento en el rol crítico y militante del historiador, lo concluye con la siguiente proclama que acompaña el último párrafo del capítulo final titulado «La arquitectura de la responsabilidad»: “Apegarse al pasado no tiene sentido en un país como el nuestro: no es nuestro deber reconstruirnos un pasado sino el de inventarnos un futuro.”
Considerada aún como la publicación más importante sobre arquitectura realizada en el país, esta obra a cuatro manos, donde se logran diferenciar claramente las fortalezas de cada autor y se develan facetas desconocidas del objeto estudiado, pareciera haber quedado a la espera por otro esfuerzo similar para completar los 32 años que faltaron para cubrir nuestro siglo XX. Sin embargo, el desarrollo de los estudios históricos, teóricos y críticos a partir de los años 80 en Venezuela, permiten contar hoy con un cúmulo muy importante de investigaciones que no sólo complementan el contenido del libro en cuanto a su ya copiosa información, sino que aportan miradas, categorías de análisis y temas no necesariamente coincidentes con los sesgos que sus autores evidenciaron para el momento en que la obra vio la luz.

ACA