A inicios de semana se conoció que el profesor y ex Decano de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad Central de Venezuela, Américo Faillace, fue seleccionado por el jurado evaluador del Ministerio de la Cultura con el Premio Nacional de Arquitectura, por sus “valiosos aportes a la ciudad y a la arquitectura desde su ejercicio profesional privado, público y académico”.
El arquitecto Faillace había sido postulado por el Consejo de FAU a solicitud de la representación de egresados en el CF, en particular el grupo FAU70s y el representante profesoral Nedo Paniz.
Américo Faillace, arquitecto venezolano (FAU UCV Promoción Nº 6 / 1957), profesor de Diseño Arquitectónico de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la UCV, fue elegido Decano de esa institución para el lapso 1975-1978. Ha sido planificador y programador (junto a su compañero de estudios Gustavo Legórburu) de la Universidad de Carabobo y de la Universidad Regional Centro-Occidental; Presidente de la Fundación de Edificaciones Escolares -FEDE- (Ministerio de Educación); y cuenta con una práctica profesional destacada gracias, entre otras, a obras como, el conjunto residencial Veracruz en Las Mercedes, Caracas (1965), en colaboración con Gustavo Legórburu; la Remodelación y Ampliación de los hoteles Tamanaco, Caracas (1967), en colaboración con Nelson Douahi, Manuel Corao y Manuel Fuentes Madriz, y Del Lago, Maracaibo (1975).
Se trata, por tanto, de un merecido reconocimiento el cual aplaudimos con alegría.
Le enviamos al profesor Faillace desde aquí nuestras más sinceras felicitaciones con nuestros deseos de mucha salud y larga vida.
Nuestra postal del día de hoy dedicada a reproducir el “Mapa índice de los lotes adjudicados por el Sindicato Blandín a sus suscriptores”, trazado por la Oficina de Ingeniería Edgar Pardo Stolk sobre el General Plan del Caracas Country Club (plano nº23, archivo 7947), Caracas, Venezuela, de Olmsted Brothers-Landscape Architects, Brookline, Massachusetts, fechado en noviembre de 1928, nos permite repasar varios aspectos involucrados a la creación de esa urbanización, sus antecedentes y su significado dentro del desarrollo de la trama urbana de la capital venezolana.
El primer asunto que puede ofrecernos pistas sobre los antecedentes del tema que abordaremos tiene que ver con el momento en el que un “selecto grupo de personas de la sociedad caraqueña” encabezado por los señores William Phelps, Robert Wesselhoeft y A. Mustard, quienes para entonces ya habían comenzado a practicar el golf, deciden fundar en 1918 el “Caracas Golf Club”, antecedente directo de lo que hoy conocemos como “Caracas Country Club”. El acta constitutiva sería firmada por ciento treinta y cuatro personas y el sitio escogido para albergar las primeras actividades y luego la correspondiente casa-club, se ubicaría en el sector Las Barrancas de la Hacienda La Vega, área que luego llevó el nombre de La Quebradita.
1. Primera ubicación del Caracas Golf Club, luego Caracas Country Club, en el sector Las Barrancas de la Hacienda La Vega (extremo oeste de la actual avenida San Martín, entrada de la urbanización Vista Alegre)2. Las instalaciones del club desde el este (f.1920s).
Tal y como señala Hannia Gómez en “An experimental green” texto publicado en su blog Desde la memoria urbana el 19 de septiembre de 2019, el lugar donde funcionaría el club era “…una amplia franja de piedemonte en forma de media luna que se extendía al norte del rio Guayre, del Camino Real (hoy Avenida San Martín) y de la línea del Ferrocarril, llegando hasta el sitio llamado ‘Cruz de la Vega’ (la esquina del mismo nombre aún se conserva). Los terrenos de suave pendiente combinaban una vasta sabana de árboles ocasionales, en su mayoría hermosos Cujíes, con una serie de barrancos”.
El acondicionamiento de los terrenos se llevó a cabo de forma progresiva desde su estado inicial “con un solo solo green y nueve diferentes tees de salida … hasta convertirse en una nueva cancha formal con 9 hoyos con su propio tee y su propio green, diseñada por el arquitecto de golf norteamericano Charles Henry Banks (quien luego también proyectaría los campos de golf de Blandín) y que duró en vigencia hasta la mudanza del club en 1930”. Sobre una explanada de 5.000 m2 cercana al Camino Real se decidió ubicar la casa-club, terminada de construir en 1923 y cuya autoría se la disputan entre el fundador Robert Wesselhoeft y el para entonces joven arquitecto, recién llegado de Europa, Alfredo Jahn López, quien en 1926 diseñaría la sede del Club Paraíso. El camino de acceso se ubicaba en el lugar donde hoy se encuentra el monumento a Artigas al final de la avenida San Martín en la entrada de la urbanización Vista Alegre.
3. Frederick Law Olmsted y Calvert Vaux. Central Park, Nueva York (1858).
Así, cuando en 1928 el Sindicato Blandín (constituido por las familias Vaamonde, Phelps, Hauck, Brandt, Machado y Arismendi), por sugerencia de Nelson Rockefeller, encarga a la ya mencionada firma Olmsted Brothers-Landscape Architects (proyectistas de Central Park de Nueva York), el diseño al este de la ciudad de una urbanización campestre que contendría 18 hoyos para practicar el golf, en los terrenos que ocupaban la antigua Hacienda Blandín junto a los de las haciendas Lecuna, el Samán y la Granja, se trasladará el antiguo Caracas Golf Club (ya para entonces denominado Caracas Country Club) a una nueva sede, dejando atrás los terrenos acondicionados de La Quebradita, contratándose para el diseño del nuevo campo al ya conocido especialista Charles Henry Banks.
4. Crecimiento de Caracas hacia el este plasmado en el «Plano de Caracas y sus alrededores» de Eduardo Rohl (1934).5. Detalle del plano de Rohl en el que se ve el trazado del Country Club (izquierda) y foto aérea de la construcción de la urbanización en fechas cercanas a 1930 (derecha).
De esta manera, la urbanización Country Club, proyectada en 1928, construida por etapas y terminada en 1941 se convertiría, tras Los Chorros (1914-1935) y junto a Los Palos Grandes (1928-1940) y La Florida (1929), en pionera dentro del racimo de desarrollos que hacia el este ya empezaban a poblar el valle de Caracas producto de la venta de los terrenos de las haciendas que los ocupaban. De esa manera también surgirían Campo Alegre (1932), San Bernardino (1939), Los Caobos (1939-1941) y Altamira (1943-1944).
Por otra parte, como señalan María Isabel Peña e Iván González Viso en Caracas del valle al mar. Guía de arquitectura y paisaje (2015), el Caracas Country Club “es un desarrollo pionero del urbanismo residencial en la ciudad, que logró integrar el diseño urbano con el paisajismo natural del valle (…) La firma norteamericana de Olmsted, padre del paisajismo americano (…), planteó aprovechar el valor del escénico paisaje de la Hacienda Blandín, la presencia de grandes árboles como mangos, bucares rosados, mijaos y sus incomparables vistas sobre el valle de Chacao y el pico Ávila. El plan maestro colocó la casa club en el mismo sitio donde se ubicaba la casa de hacienda, manteniendo la relación entre la vieja casona y su entorno, reafirmando los valores paisajísticos del existente camino Blandín flanqueado por palmas washingtonias en la avenida principal y un inolvidable túnel de bambú en el acceso a la casa club. El puente sobre la quebrada Chacaíto (siglo XVIII) también se mantuvo en su ubicación tradicional, mientras que la vía de acceso, paralela a la quebrada de Chacaíto, se planteó a lo largo del arroyo que regaba la plantación de café, lo que reforzó la costumbre de arbolar las entradas a las haciendas en el valle de Caracas, entre los años 30 y 40 (tal como la avenida Vollmer en San Bernardino o la avenida del Parque en Campo Alegre)”.
6. La urbanización en plena construcción (izquierda) y ya concluida en fechas cercanas a su inauguración (derecha).7. Dos vistas de los campos de golf y una de la vialidad principal.
También, continúan Peña y González Viso, “los campos de golf, diseñados por el arquitecto norteamericano C. H. Banks, fueron construidos en dos etapas (nueve hoyos en 1930, y el resto en 1934), preservando la topografía natural de las faldas del Ávila y reforzando las vistas hacia las colinas del sur y la montaña. Para conservar intactos los árboles centenarios que aún hoy vemos florecer, se trazaron parcelas de formas irregulares y se desvió el trazado de las calles, colocando grandes extensiones de grama bordeadas por masas de árboles al mejor estilo del movimiento internacional Garden City”.
Con relación a los proyectistas quizás valga la pena señalar que la firma Olmsted se originó en el otoño de 1857, cuando Frederick Law Olmsted y Calvert Vaux acordaron participar en el concurso de diseño de Central Park en Nueva York. Cuando su plan «Greensward» recibió el primer premio en abril de 1858, los dos hombres se comprometieron a supervisar la construcción del parque: Olmsted como arquitecto en jefe y Vaux en una posición subordinada como arquitecto consultor. Durante los siguientes siete años colaboraron en diferentes trabajos, pero aparentemente no tenían ningún acuerdo formal de asociación. Esta situación cambió en el otoño de 1865, cuando formaron la firma de Olmsted, Vaux & Co. con la cual obtuvieron varios encargos importantes. Olmsted también fue socio del estudio de arquitectura Vaux, Withers & Co. Ambas sociedades se disolvieron en 1872.
8. Frederick Law Olmsted (padre) y Calvert Vaux.9. John Charles Olmsted y Frederick Law Olmsted (hijo) fundadores de Olmsted Brothers en 1898.
Luego, Frederick Law Olmsted creará F.L. Olmsted & Co, y en 1893 junto a John Charles Olmsted (su sobrino e hijo adoptivo) y Charles Eliot fundará Olmsted, Olmsted & Eliot. Después de 1895, Olmsted ya no ejerció activamente y dos años más tarde, tras la muerte de Eliot, los socios restantes de la firma, John Charles Olmsted y Frederick Law Olmsted, Jr. la rebautizaron como F.L. & J.C. Olmsted. Al año siguiente, la firma se hizo conocida como Olmsted Brothers.
Para cuando a Olmsted Brothers se le encarga el proyecto del Caracas Country Club ya J.C. Olmsted había fallecido (1920) y había quedado al frente de la firma Frederick Law Olmsted, Jr., sumándose luego como socios de pleno derecho James Frederick Dawson en 1922, Percival Gallagher en 1927, Edward Clark Whiting en 1927 y Henry Vincent Hubbard también en 1927, todos arquitectos paisajistas formados en la oficina. Para entonces la compañía Olmsted Brothers-Landscape Architects ya era la más importante de los Estados Unidos en su ramo.
10. Postal que muestra el acceso a la casa-club (c.1935.).11. Fachada y planta de la casa-club.
Con relación al diseño de la casa-club del Caracas Country Club, sólo agregar que sería William H. Phelps quien invitaría a Cliford Charles Wendehack, quien fuera su compañero de estudios en la escuela de Lawrenceville, a participar en el concurso internacional que el Sindicato Blandín había organizado para tal fin. Una vez declarado ganador, Wendehack quien había presentado una propuesta en estilo Spanish revival vería como se le abrían las puertas para realizar en Caracas “gran cantidad de obras, empezando por una serie de casas-modelo para la venta en el propio club, con cinco tipologías que eran todas variaciones de un mismo tema, en torno siempre a una torre cilíndrica”, señalará Hannia Gómez en Our architectsen Caracas, catálogo de la exposición del mismo nombre realizada en 2017.
La construcción de la casa-club “estuvo a cargo de Carlos Guinand Sandoz, quien resolvió gran parte de su arquitectura e hizo aportes fundamentales en su imagen final. Inaugurada en diciembre de 1930, esta obra representa una de las mejores realizaciones en su tipo en Venezuela”, señalará González Viso en Caracas del valle al mar…
12. Manuel Cabré y El Ávila pintado desde el Caracas Country Club.
Desde su finalización, los campos de golf del Caracas Country Club se convirtieron lugar de visita frecuente para los caraqueños y en el sitio predilecto desde donde Manuel Cabré realizó buena parte de las obras donde el cerro El Ávila sería el protagonista principal, encontrando allí encuadres y lugares que convirtieron esa serie de pinturas en una colección memorable.
Como se indica en www.ccscity450.com, a mediados de los años setenta, dado el incremento del tráfico por las calles de la urbanización y el paulatino aumento de la inseguridad, “los campos de golf fueron cercados y posteriormente amurallados, impidiendo su contemplación al paso y negando una de las experiencias escenográficas más hermosas de Caracas, donde el paisajismo acompaña las vistas hacia el Ávila de manera única”.
13. Vista aérea de la urbanización en la actualidad.
Wikipedia por su parte señala: “En dos ocasiones (2006 y 2010) el gobierno de la Alcaldía mayor y el central propusieron dar un uso diferente al CCC para construir edificios residenciales en sus terrenos de golf, pero finalmente el proyecto no se llevó a cabo”.
Lo anterior ocurría pese a que en 2005 el Instituto del Patrimonio Cultural, había declarado a la urbanización Caracas Country Club (el parcelamiento, sus calles y casas) “Bien de Interés Cultural de la Nación”, publicándose así en la Resolución Nº 003-05 de fecha 20 de febrero, pasando, en consecuencia, a estar protegida por el artículo 178 de la Constitución Nacional.
Hoy en día el Caracas Country Club es considerado un importante pulmón vegetal y forma parte del patrimonio moderno de Caracas.
De Frank Gehry a Diébédo Francis Kéré, pasando por Álvaro Siza, Rafael Moneo, Renzo Piano, Norman Foster, Jacques Herzog o Kazuyo Sejima.
Este libro reúne conversaciones con ganadores del Premio Pritzker: de Frank Gehry a Francis Diébédo Kéré, pasando por Álvaro Siza, Rafael Moneo, Renzo Piano, Norman Foster, Jacques Herzog o Kazuyo Sejima, hasta completar una lista de veintitrés laureados.
Creado en 1979, el Pritzker se ha convertido en el canon oficioso de la arquitectura contemporánea. Su palmarés reúne a los autores de buena parte de los mejores edificios de los últimos decenios. Para cualquier arquitecto, recibir el Pritzker equivale a acceder al olimpo profesional. En sus inicios, el premio distinguió a los clásicos vivos, a caballo entre los siglos XX y XXI, fueron seleccionadas las estrellas más innovadoras y brillantes, mientras que actualmente está reconociendo a quienes anteponen la conciencia medioambiental o social.
Unos y otros desvelan en este libro sus primeras y decisivas experiencias, revisan su trayectoria, dan las claves de sus obras mayores y exponen la particular idea de la disciplina que les ha encumbrado. Al tiempo que cimentaba su prestigio, el Pritzker ha multiplicado su responsabilidad. Cada uno de sus galardonados contribuye hoy a conformar la opinión pública arquitectónica global. Con su obra, por supuesto.
Y, también, con su palabra.
Comentarios sobre el libro y su autor
«Los libros de Moix trazan un panorama cultural, se leen con gusto y (…) son un modelo» (Julià Guillamon, La Vanguardia).
«Un autor meticuloso, propenso a la ironía» (Antonio Muñoz Molina, El País).
«Fraseo de tractor diésel que no deja surco por arar… Moix está por las cosas bien hechas… Metódico y sin prisa, le da a cada detalle su lugar y su tiempo» (Ignacio Vidal-Folch, El Español).
El artista, diseñador y arquitecto nacido en Nigeria, Demas Nwoko, recibió el León de Oro a la Trayectoria de la Bienal de Arquitectura de Venecia 2023, titulada El laboratorio del futuro. La decisión se tomó por recomendación de la curadora de la exposición, Lesley Lokko, y fue aprobada por la Junta Directiva de La Biennale presidida por Roberto Cicutto. La ceremonia de premiación será parte de la inauguración de la 18° exposición internacional y se llevará a cabo el 20 de mayo de 2023 en Ca’Giustinian, la sede de La Biennale di Venezia.
Akenzua Cultural Centre, Ciudad de Benín, 1972 – 1995.
Demas Nwoko es un artista, diseñador y maestro constructor nacido en Nigeria que está a la vanguardia del movimiento de arte moderno de Nigeria. A través de sus obras, se esfuerza por incorporar y articular temas africanos y técnicas modernas en arquitectura y escenografía. Sus obras versátiles abarcan medios y disciplinas, que incluyen arquitectura, escultura, diseño, literatura, crítica, escenografía e historia.
The Dominican Institute and Chapel, Ibadan, 1970-75.
Hijo de Obi (Rey) Nwoko II, el Príncipe Demas Nwoko nació en 1935 en Idumuje Ugboko, Nigeria. Allí, Nwoko se inspiró en las residencias recién construidas en la ciudad y en el edificio del Palacio de Obi, su abuelo, quien diseñó el palacio. Estudió en la Facultad de Artes, Ciencias y Tecnología de Nigeria en Zaria entre 1957 y 1961, donde se convirtió en miembro fundador de la Sociedad de Arte de Zaria. El grupo, también conocido como “Zaria Rebels”, promovió la idea de la síntesis natural, un concepto desarrollado por el artista Uche Okeke. El concepto tenía como objetivo cerrar la brecha entre la formación occidental de los artistas por parte de los educadores coloniales y su origen africano, centrado en temas y narrativas tradicionales. Los rebeldes de Zaria contribuyeron al movimiento de vanguardia modernista poscolonial en Nigeria a principios de la década de 1960.
Más tarde, Nwoko fundó el New Culture Studios en Ibadan, un centro de formación para el programa de artes escénicas y diseño. El impacto de su conjunto de obras radica en su deseo de sintetizar las influencias occidentales con prácticas africanas auténticas y tradicionales. Su arquitectura demuestra estos intereses. Sus edificios, aunque relativamente pocos, demuestran un enfoque sostenible y consciente de los recursos al tiempo que incorporan formas de expresión culturalmente auténticas.
New Culture Studios, Oremeji, 1967.
Esta es la declaración oficial de la curadora Lesley Lokko:
Uno de los temas centrales de la 18ª Exposición Internacional de Arquitectura es un enfoque de la arquitectura como un campo de actividades «expandido», que abarca tanto el mundo material como el inmaterial; un espacio en el que las ideas son tan importantes como los artefactos, particularmente al servicio de lo que está por venir. Sin embargo, con todo su énfasis en el futuro, parece completamente apropiado que el León de Oro a la Trayectoria se le otorgue a alguien cuyos trabajos materiales abarquen los últimos 70 años, pero cuyo legado inmaterial (enfoque, ideas, ethos) todavía está en el proceso de ser evaluado, comprendido y celebrado.
New Culture Studios, Oremeji, 1967.
Baba (un título honorífico nigeriano) Demas Nwoko es todo a la vez: arquitecto, escultor, diseñador, escritor, escenógrafo, crítico e historiador. Cuando se le presiona, se refiere a sí mismo como un «artista-diseñador», lo que habla tanto de la naturaleza políglota de sus talentos y obras como de la interpretación bastante estrecha de la palabra «arquitecto» que posiblemente ha mantenido su nombre fuera de los anales.
Hijo de un Obi (gobernante) tradicional, nació en 1935 en Idumuje-Ugboko, en el sur de Nigeria. Sus primeras incursiones en la pintura, el dibujo y el tallado en la escuela secundaria de la ciudad de Benin lo impulsaron a postularse para estudiar arquitectura en la Facultad de Artes, Ciencias y Tecnología de Nigeria en Zaria. Sin embargo, su descubrimiento de que el curso se centraba más en las habilidades de dibujo técnico que en la imaginación creativa lo llevó a cambiar de táctica y, en cambio, se postuló para estudiar bellas artes. Fue miembro fundador de la Zaria Art Society, un grupo que incluía a Yusuf Grillo, Bruce Onobrakpeya, Uche Okeke y Simon Okeke, también conocidos como los «Zaria Rebels», que estaban interesados en una combinación de modernidad y estética africana como un lenguaje auténtico para reflejar el espíritu de independencia política que creció en las décadas de 1940 y 1950.
Villa Demas Nwoko, Idumuje Ugboko, 1976.
Este profundo deseo de mezclar y sintetizar, en lugar de barrer, ha caracterizado el trabajo de Nwoko durante más de cinco décadas. Fue uno de los primeros creadores de espacio y forma de Nigeria en criticar la dependencia de Nigeria de Occidente para importar materiales y bienes, así como ideas, y se ha mantenido comprometido con el uso de recursos locales.
Aunque son relativamente pocos, los edificios de Nwoko en Nigeria cumplen dos funciones fundamentales. Son precursores de las formas de expresión sostenibles, conscientes de los recursos y culturalmente auténticas que ahora se extienden por todo el continente africano, y el mundo, y apuntan hacia el futuro, lo que no es un logro menor para alguien cuyo trabajo aún se desconoce en gran medida, incluso en casa. En 1977, al escribir sobre el primer encargo de Nwoko para construir el complejo para el Instituto Dominicano en Ibadan, el crítico de arquitectura Noel Moffett escribió: “Aquí, bajo un sol tropical, la arquitectura y la escultura se combinan de una manera que quizás solo Gaudí, entre los arquitectos, ha sido capaz de hacerlo de manera convincente.
New Culture Studios, Oremeji, 1967.
Me enorgullece y complace enormemente otorgar el León de Oro a la Trayectoria a Demas Nwoko, un arquitecto de los siglos XX y XXI, y animar a todos los visitantes de la 18° Exposición Internacional de Arquitectura a visitar la pequeña pero perfectamente formada y articulada exposición de su obra en el Pabellón Stirling de los Giardini, junto al Proyecto del Pabellón del Libro de El Laboratorio del Futuro.
ACA
Nos interesan temas relacionados con el desarrollo urbano y arquitectónico en Venezuela así como todo lo que acontece en su mundo editorial.