ALGO MÁS SOBRE LA POSTAL Nº 312

Desde 1958, cuando Carlos Raúl Villanueva es sometido a una especie de ostracismo por su importante aporte como arquitecto en tiempos de la dictadura perezjimenista, la Ciudad Universitaria de Caracas (CUC), aunque había llegado a realizarse en un alto porcentaje, tenía aún pendiente la ejecución de una serie de proyectos y obras que atenderían necesidades no del todo satisfechas en el plan piloto original. Sobre ellos el Maestro no dejó de trabajar ahora con la colaboración de Gorka Dorronsoro y Emilio Palacios egresados de la FAU UCV (el primero en 1963 y el segundo en 1967) quienes, aún siendo estudiantes, se sumarían al equipo que ya integraba Juan Pedro Posani desde 1949.

Durante esa etapa posterior a 1960 Villanueva continuará dirigiendo el proceso de planificación y el diseño de los edificios pendientes hasta 1973, momento en que su salud se deteriorará hasta su muerte en 1975. De allí surgirán una serie de estudios que, como Leszek Zawisza apuntará en el nº 59 de la revista Punto dedicado a La Ciudad Universitaria de Caracas (octubre 1977), “serán una especie de testamento que el Maestro transmite hacia el futuro”.

El Plano de Conjunto de la CUC conservado de aquella fecha “permite detectar y enfatizar las intenciones de C.R. Villanueva acerca de la evolución deseable del espacio físico de la UCV, cosa que, con la desaparición del Maestro, resulta de más improbable realización todavía de lo que fue durante su vida”, complementará Zawisza.

1. Plano de conjunto de la Ciudad Universitaria de Caracas (c.1974) en el que se muestran los edificios proyectados en la última etapa con el de la Escuela de Ingeniería Metalúrgica y Ciencia de los Materiales resaltado en rojo.

Dentro de dicha evolución, donde la participación proyectual de Dorronsoro será por demás relevante, “los cambios más evidentes se producen en la faja sur del conjunto, que debería cobijar las Escuelas de Ingeniería y Ciencias. (…) Paralelamente con esto los estudios tecnológicos adquieren una nueva dimensión en el país y por tanto el original núcleo de las Ciencias Médicas tan decisivo e importante en la fase inicial de la Ciudad Universitaria, deberá ser balanceado con un cuerpo no menos importante de las Escuelas Politécnicas, cónsonas con la nueva realidad de Venezuela, país petrolero y metalúrgico. El centro de este núcleo formaría una plaza ubicada en el eje del conjunto Rectorado-Plaza Cubierta, es decir, el área ocupada actualmente por el estacionamiento frente al rojo prisma de la Biblioteca Central, flanqueada por tres grupos de edificios: un alto y compacto paralelepípedo del Ciclo Básico de Ingeniería al este, por el complejo de la Escuela de Ingeniería Industrial al sur, y por la Facultad de Ciencias al oeste. (…) A continuación de este grupo se proyectó el edificio de las escuelas de Minas y Metalurgia (en la inmediata cercanía de la entrada Las Acacias-San Pedro) y luego, del lado opuesto la Escuela de Ingeniería Sanitaria y el Edificio de Materiales y Modelos Estructurales, ambos realizados. De esta forma se proyectaba también completar el frente de la Ciudad Universitaria hacia la avenida Las Acacias (Paseo Los Ilustres) rellenando espacios que hasta hoy permanecen vacíos y abandonados o apenas cubiertos por deterioradas instalaciones provisionales”.

2. Maqueta del proyecto para la Escuela de Ingeniería Metalúrgica y Ciencia de los Materiales. Gorka Dorronsoro con la colaboración de Julio Riquezes.

Esta larga cita tomada del texto de Zawisza preparado para la revista Punto 59, creemos que contextualiza a la perfección el marco en el que se inscribe la realización primero del proyecto (1976) y luego la construcción (1982-1987) de la Escuela de Ingeniería Metalúrgica y Ciencia de los Materiales, cuya imagen tomada desde su último nivel ilustra nuestra postal del día de hoy.

Con respecto a los orígenes de la entidad que da pie al programa del edificio, sabemos que inicialmente Ingeniería Metalúrgica se trató de un Departamento que pertenecía a la Escuela de Geología, Minas y Metalurgia y que funcionaba en la mitad de uno de los galpones ubicados entre la Facultad de Arquitectura y la Escuela de Derecho. De lo que relatan los profesores Leopoldo Finol, Julio César Ohep y Ana Teresa Vielma Mendoza en “Sobre la construcción de nuestra sede”, consultable en http://www.ucv.ve/en/organizacion/facultad/facultad-de-ingenieria/escuelas/metalurgia/resena-historica.html, sabemos que “luego de la creación de la Escuela de Ingeniería Metalúrgica y Ciencia de los Materiales (octubre de 1972), surgió la necesidad de construir una sede acorde con los lineamientos académicos que se habían formulado en la solicitud de aprobación del Proyecto de Creación de la Escuela, ante el Consejo Nacional de Universidades. En este documento se plasmaron: las necesidades docentes, de investigación y de extensión de la Escuela, junto con la demanda de profesionales por la industria de este sector. Para la fecha la profesión de ingeniero metalúrgico había adquirido una importancia relevante y su desarrollo había sido considerado prioritario, en el Plan de la Nación. A estos efectos, se desarrollaron las especificaciones de diseño del edificio de la Escuela. Se contemplaron ambientes amplios y cómodos para dar cupo a una matrícula estimada en 400 estudiantes de pre y postgrado y al personal docente, técnico, administrativo y de servicios, requerido para su apropiada operación”.

3. Arriba: Vistas generales del edificio desde el norte y desde el sur (Paseo Los Ilustres). Abajo: Corte transversal.

Con base en la planificación adelantada por Villanueva y su equipo descrita por Zawisza, se realizaron ante las autoridades universitarias las solicitudes respectivas para ubicar el edificio de la Escuela en el terreno cercano al lindero sur de la CUC, limítrofe con el Paseo Los Ilustres, que al norte limitaba con un estacionamiento y la Facultad de Farmacia; al noreste con el edificio de la Escuela de Ingeniería Mecánica; y al oeste con Puerta Técnica y la vialidad de acceso a la Ciudad Universitaria y al Hospital Clínico, la cual separaba este lote de terreno de la entonces Escuela Técnica Industrial (hoy día la Facultad de Ciencias) y la Facultad de Odontología. Obtenida la aprobación, “el Prof. Leopoldo Finol fue designado por el Director de la Escuela, Gerente del Proyecto e interlocutor entre la Escuela y las diversas autoridades, instituciones y empresas del Sector, que aportaron tanto su aprobación, como ideas, asesoría y recursos materiales, para su construcción”.

Para la obtención del dinero necesario en la ejecución de la obra fueron claves las figuras del Ing. José Ignacio Casal (Ministro de Fomento entre 1975 y 1976 del primer gobierno de Carlos Andrés Pérez) y del presidente de la Junta Directiva de SIDOR en aquel momento, Ing. Ángel Barreto (ambos metalúrgicos) los cuales a través de los respectivos organismos contribuyeron al financiamiento de la construcción del edificio, aportando la suma de Bs. 8.000.000.

Es entonces cuando se contacta al arquitecto Gorka Dorrondoro para realizar, con la colaboración de Julio Riquezes, el proyecto con que se construirá la edificación. Proyecto en mano se convocó la licitación de la obra la cual fue ganada por la empresa EDIFICA colocándose la primera piedra el 18 de agosto de 1982.

Paralelamente y con la anuencia del Consejo Universitario de la U.C.V., el proyecto fue elevado a la consideración de la Cámara de Diputados, para que fuese incluido en el presupuesto de la Ley de Planta Física de la Educación Superior. Los recursos restantes fueron así otorgados directamente por el Estado Venezolano a la Universidad Central de Venezuela, para la culminación de la obra, la cual tuvo oficialmente lugar el 18 de agosto de 1987”, complementarán Finol, Ohep y Vielma.

4. Izquierda: Puente de acceso al edificio donde se aprecia la escultura de Harry Abend colocada en 1994. Derecha: Dos aspectos de la piel que recubre el edificio en su fachada norte

En cuanto al edificio en sí lo primero que cabe señalar es que su implantación obedece a una dirección distinta al resto de los integrantes del campus, adaptándose más bien a las directrices del espacio urbano del Paseo Los Ilustres. En la ficha elaborada por Sebastián Monteagudo para Caracas del valle al mar. Guía de arquitectura y paisaje (2015) encontramos que la Escuela fue construida “salvando el desnivel en el borde sur de los terrenos de la universidad; la planta de acceso se genera un nivel por encima del suelo y el ingreso se resuelve a través de un puente. En su composición hay elementos que la distinguen pero guardan relación con la Ciudad Universitaria. La estructura, de concreto, se expresa en la potente fachada hacia el paseo Los Ilustres, que revela (su) vigoroso esqueleto estructural… Esta cara contundente se orienta a la ciudad, y contrasta con la frágil persiana metálica que se muestra hacia el campus, que cubre la altura del volumen. Este dispositivo de control climático genera sombras entre las aulas, que se abren a terrazas, el jardín de palmas y el juego de luces que se filtra a través del cedazo que lo cubre. Las plantas, organizadas a partir de un corredor central, rematan en escaleras exteriores. Al centro, se ubica la torre de circulación vertical, coronada por una ligera pérgola metálica que protege el corredor hacia la biblioteca y el cafetín. Completa la pieza un enorme cilindro a doble altura, que alberga los laboratorios de ensayo, y actúa como marca de uno de los accesos al campus”.

El carácter que cobró el edificio sirvió para que William Niño Araque lo incluyera entre las obras que conformaban una “posible” Escuela de Caracas, término que utilizó para agrupar arquitectos y obras que a partir de los años 1970 establecen su compromiso ya no tanto con la tradición abstracta de la arquitectura moderna, sino con una simbología más figurativa, ya no con la simple eficiencia, funcionamiento y racionalidad constructiva sino “con el novedoso sentido que hoy adquiere la lógica de la historia, interpretada esta vez desde la geografía tropical y caribeña”.

5. Carátula del libro «Croquis. Plan Rector. Ciudad Universitaria de Caracas» de Gorka Dorronsoro lanzado el año 2000 y uno de los dibujos que contiene.

Nota

Gorka Dorronsoro, Juan Pedro Posani y Frank Marcano entre 1993 y 1999, retomarán la idea de actualizar el Plan Rector de la CUC buscando darle continuidad a lo dejado por Villanueva en los años 70, sin evadir la posibilidad de dar una serie de pasos adelante en la línea evolutiva señalada por el Maestro quien siempre la consideró un “organismo vivo”. Ya para entonces el edificio de Ingeniería Metalúrgica se había construido y la atención se centró, entre otros, en el espacio que se tenía previsto ocupara la escuela de Ingeniería Industrial (el más desarrollado por Villanueva y Dorronsoro, el cual tenía un área techada de 40.000 m2, casi la mitad del Hospital Clínico) y la plaza que la acompañaba ubicada en el actual estacionamiento al sur de la Biblioteca Central. De este trabajo quedó el libro de Dorronsoro Croquis. Plan Rector. Ciudad Universitaria de Caracas lanzado el año 2000, cuando se conmemoraba el centenario del nacimiento de Carlos Raúl Villanueva y se producía la declaratoria de la CUC como Patrimonio Mundial.

ACA

Procedencia de las imágenes

  1. Revista Punto, nº 59, 1977.

2. William Niño Araque. GALERÍA DE ARTE NACIONAL, «La Escuela de Caracas. Apuntes para un acercamiento a la arquitectura contemporánea venezolana», 1993.

3. Colección Fundación Arquitectura y Ciudad y http://guiaccs.com/obras/escuela-de-ingenieria-metalurgica/

4. https://www.flickriver.com/photos/gorgal/sets/72157600926269347/ y http://guiaccs.com/obras/escuela-de-ingenieria-metalurgica/

5. Gorka Dorronsoro. Croquis. Plan Rector. Ciudad Universitaria de Caracas, 2000.

¿SABÍA USTED…

… que en 1944 se inaugura el hotel Waldorf?

1. Postal de finales de los años 1940 donde se aprecia el hotel Waldorf a la derecha. En primer plano la esquina Puente Anauco ocupada por un edificio de vivienda.

El Waldorf, que ocupó inicialmente una edificación ubicada en la avenida Norte 17 (hoy Las Industrias) entre las avenidas Este 1 (hoy avenida Urdaneta) y Este 0, o, dicho de otra manera, entre las esquinas de Campo Elías y Puente Anauco, Parroquia La Candelaria, es uno de los hoteles que formó parte del proceso de “americanización” de que fue objeto la zona de San Bernardino a raíz de su conversión en lo que Henry Vicente califica como el primer distrito petrolero de la ciudad en “Distritos Petroleros en CCS”, texto aparecido en el portal Prodavinci el 8 de agosto de 2017. Dicha “americanización” fue iniciada con la construcción del hotel Ávila (1942) y continuada con el Waldorf (1944), el Potomac (1949) y el Astor (1950), y estuvo acompañada por la ejecución en 1944 de la primera edificación sede en Venezuela de la Creole Petroleum Corporation en la Plaza Mohedano; la instalación de la Embajada de los Estados Unidos en el edificio Valderrey (1948) en San Bernardino; la ocupación por parte de la Mene Grande Oil Company del edificio Vulcania, también en San Bernardino; y de cinco pisos del recién construido Edificio Phelps (1946), obra del arquitecto estadounidense Clifford C. Wendehack, ubicado entre las esquinas de Veroes a Ibarras, por la Sinclair Venezuelan Oil Company. Adicionalmente se construirán el Centro Médico (1947), obra de Stelling, Tani & Cía., con asesoría de Edgar D. Martin, de Chicago; y luego la Shell contratará a Badgeley & Bradbury, una compañía de arquitectura de Nueva York, para la elaboración del proyecto de su edificio sede que terminará de levantarse en 1950 como remate de la avenida Vollmer.

2. Plano de San Bernardino con la señalización en rojo de los cuatro hoteles allí construidos entre 1942 y 1950. Al norte el Ávila (1942), al oeste el Astor (1950), al este el Potomac (1949) y al sur el Waldorf (1944)

Por tanto, la actividad hotelera se convirtió en apoyo de primer orden al movimiento que en torno al negocio de los hidrocarburos se dio en el mencionado “distrito” y la influencia norteamericana se ve claramente reflejada en los nombres que las instalaciones asumen, buscando el Waldorf remitir directamente al neoyorquino Waldorf Astoria, imponente hotel que ocupa un rascacielos de 47 pisos construido en estilo art déco en 1931 sobre la prestigiosa Park Avenue.

En sus tiempos de esplendor el Waldorf estuvo a cargo del reconocido operador e inmigrante austríaco llegado a Venezuela tras la muerte de Gómez, Federico Schlesinger, quien había trabajado previamente en el Potomac al que también colocó en un nivel muy alto. Como relata María F. Sigillo en “Remembranzas de la Hotelería Caraqueña” a partir de un texto tomado de la página Viejas Fotos Actuales (publicado en el 2006), reproducido en su blog Caracas en retrospectiva el 23 de septiembre de 2012, “Schlesinger se concentró en El Encantado y el Waldorf: a mediodía estaba en el restaurant de La Electricidad y de noche despachaba hasta altas horas en el Waldorf, en cuyas paredes del comedor colgaban obras de maestros de la alta pintura europea del siglo XIX y comienzos del XX pues invertía en arte parte de las ganancias como hostelero profesional. (…) Schlesinger tenía humor, pasión por el trabajo. Detrás del comedor, había un espacio de regulares dimensiones en donde semanalmente se reunían rotarios, los miembros del Serra Club, la asociación de damas presidida por Margot Boulton. La comida, tanto en El Encantado como el Waldorf, era buena y ambos establecimientos contaban con un equipo que se desempeñaba con profesionalismo y esmero en la atención pues estaba compenetrado con la manera de ser y entendía la generosidad del patrono, quien hacía gala de su afabilidad. Como decimos al comienzo de estas líneas, merece ser tomado en cuenta cuando se escribe de gastronomía y hostelería venezolana de la segunda mitad del siglo XX”.

3. Aviso de prensa donde la administración del hotel Waldorf invitaba al «Grandioso baile de nochebuena de pascua» (años 1950)

A lo anterior y a la usanza de la época, debe añadirse que el Waldorf también era uno de los puntos en los que la sociedad caraqueña tenía la oportunidad de celebrar fiestas y disfrutar de noches bailables en un ambiente sobrio, quedando para la posteridad un anuncio en el que se promociona la invitación a pasar la nochebuena al son de la muy conocida orquesta de Luis Alfonzo Larrain.

Al parecer, según se publicó en la página de la Cámara de Comercio, Industria y Servicios. La Cámara de Caracas https://camaradecaracas.com/por-aqui-pasaron/trompeta-de-louis-armstrong-supero-el-racismo-en-caracas/ bajo el título “La trompeta de Louis Armstrong superó el racismo en Caracas”, fue al Waldorf y no al hotel El Conde donde se dirigió el famoso trompetista norteamericano junto a su esposa Lucille y siete músicos luego de haber sido discriminado por la administración del hotel Tamanaco, donde tenía reservaciones para su visita a Caracas en noviembre de 1957. Esta versión se contrapone a la hecha “de memoria” por Nikolajs Sodorkovs que recogiéramos en el Contacto FAC 263 (13-3-2022) según la cual “Satchmo” había recalado en el Hotel El Conde, donde fue “considerándolo Huésped de Honor, ya que en ese tiempo ya era una figura legendaria, le dieron la Suite Presidencial”. También la página de La Cámara de Caracas desmiente el hecho de que “cuando Armstrong regresó a principios de los años sesenta, una vez cambiado el Gobierno, en lugar del Hotel Tamanaco previsto fue directamente a Hotel El Conde”, afirmando que el trompetista vino a nuestro país sólo una vez. Sin tomar partido por ningún de las dos versiones quisimos dejarlas aquí plasmadas para que el lector evalúe en todo caso la importancia que en su momento tuvieron ambas instalaciones hoteleras.

4. La Casa de Italia, Doménico Filippone, 1957, junto a su vecino el hotel Waldorf, 1944.

En los años 1950, más precisamente en 1957, al lado norte del Waldorf se ubicó La Casa de Italia notable edificio diseñado por Doménico Filippone que aún hoy se conserva en buen estado y es referencia en la zona. Eran aquellas fechas en las que ya se venía dando la transición que terminó apuntando hacia el este de Caracas como zona en la que se desarrollaría un nuevo distrito petrolero y con ello la paulatina decadencia del hotel.

5. El Waldorf a finales del siglo XX.

Las líneas modernas que caracterizaron el diseño original de la fachada del Waldorf, de quien Martín J. Padrón en el Dossier titulado “De la posada al hotel. El devenir del alojamiento turístico en Venezuela”, aparecido en la revista entre rayas nº 131 de septiembre de 2019 dedicada al tema, supone (junto al Astor y al Potomac) ser proyectado por algún arquitecto norteamericano “de menor renombre al reconocido Wallace Harrison del Hotel Ávila”, aguantaron los embates del tiempo pero cada vez menos la competitividad del hotel con respecto a edificaciones más modernas que se empezaron a construir en el resto de la ciudad, lo cual se tradujo en un paulatino deterioro que llegó a su punto culminante en la década de los años 1990.

6. Recuperación y ampliación del hotel Waldorf, Nikolajs Sidorkovs, 2007-2017.
7. Diversas tomas de la ampliación y recuperación del hotel Waldorf.

Será entre 2007 y 2017 cuando, tras ser adquiridas las dos edificaciones contiguas que al igual que el Waldorf tenían declaratoria de bien de interés cultural, se emprenda desde el sector privado una estrategia inédita en la ciudad dirigida a la recuperación de edificaciones de valor patrimonial. Como apunta Martín J. Padrón, dicha estrategia “implicó la integración al nuevo hotel de dos edificaciones de vivienda muy deterioradas adosadas al hotel, densificando la nueva parcela con un bloque de habitaciones de cinco niveles adicionales desplazados de la fachada original. La operación permitió recuperar la imagen urbana de la conformación de la tradicional esquina de Puente Anauco. La audaz propuesta (ajustada) a los requerimientos del Instituto de Patrimonio Cultural…implicó la demolición interior de los restos desvencijados de las edificaciones (declaradas bien de interés cultural)… para construir la nueva…manteniendo la primera crujía de la fachada original, una estrategia que permite pensar en la posibilidad de intervención de muchas edificaciones de la primera modernidad caraqueña que todavía conservan la imagen urbana original, pero requieren actualizar y mejorar su estructura interior. El proyecto de esta experiencia de recuperación del Hotel Waldorf lo dirigió el arquitecto Nikolajs Sidorkovs con el apoyo del ingeniero Alonso Olivares en el área de restauración y desarrollo estructural, contando con la orientación de conservación integral restaurativa del arquitecto Gregory Vertullo desde el Instituto de Patrimonio Cultural”.

Quienes quieran leer una aproximación algo sesgada y no necesariamente positiva de la intervención hecha en el Waldorf pueden consultar el escrito “Ampliación de pobres resultados” del arquitecto José E. Martínez G. publicado en https://construidoencaracas.wordpress.com/2016/07/31/hotel-waldorf/.

Para conocer el nuevo programa, facilidades, ventajas y servicios que ofrece el nuevo “Waldorf Hotel Boutique”, dotado de salones, piscina, sky bar, restaurante, centro de negocios, gimnasio, wifi gratis y estacionamiento privado gratuito, amén de 118 habitaciones de cuatro tipos con aire acondicionado, escritorio, caja fuerte, TV de pantalla plana y baño privado con ducha, nada mejor que visitar https://waldorfhotelboutique.com/.

ACA

Procedencia de las imágenes

  1. https://www.pinterest.com/pin/462604192952677067/

2. Colección Crono Arquitectura Venezuela y Colección Fundación Arquitectura y Ciudad.

3. https://entrerayas.com/2016/06/los-tiempos-hoteleros-de-caracas-en-la-memoria-de-nikolajs-sidorkovs/

4. https://voce.com.ve/2018/10/24/360689/el-legado-de-los-arquitectos-italianos/

5. https://construidoencaracas.wordpress.com/tag/libertador/

6 y 7. https://planetofhotels.com/es/venezuela/caracas/waldorf-hotel-boutique

HA SIDO NOTICIA

Pabellón Black Chapel para la Serpentine Gallery 2022

Theaster Gates

Curado por Paula Pintos

Fotografías de Iwan Baan

14 de junio de 2022

Tomado de Plataforma Arquitectura

Descripción enviada por el equipo del proyecto.

Black Chapel (capilla negra) se inspira en muchas de las tipologías arquitectónicas en las que se basa la práctica del artista. La estructura hace referencia a los hornos de botellas de Stoke-on-Trent, en Inglaterra, a los hornos de colmena del oeste de Estados Unidos, a San Pietro y a los templetes romanos, así como a estructuras de construcción tradicionales africanas, como las chozas de barro Musgum de Camerún y las tumbas Kasabi de Kampala, en Uganda.

Atraído por el ambiente trascendental de la Capilla Rothko de Houston (Texas), Gates ha producido una serie de nuevas pinturas de alquitrán, especialmente para Black Chapel. Decidido a crear un espacio que refleje la mano y la sensibilidad del artista, siete paneles cuelgan de la estructura interior.

En estas obras, Gates hace honor al oficio de techador de su padre y utiliza estrategias de techado y bajada con soplete, que requiere una llama abierta para calentar el material y fijarlo a la superficie.

Una campana de bronce en funcionamiento, rescatada de St. Laurence, una emblemática iglesia católica que en su día estuvo en el South Side de Chicago, se situará junto a la entrada del Pabellón. La histórica campana, que subraya la desaparición de los espacios de reunión y comunión espiritual en las comunidades urbanas, servirá de llamada a la asamblea, a la congregación y a la contemplación durante los eventos del verano.

ACA

HA SIDO NOTICIA

Balkrishna Doshi recibe la Medalla de Oro Real de Arquitectura RIBA 2022

Escrito por Christele Harrouk

Traducido por Mónica Arellano

16 de junio de 2022

Tomado de Plataforma Arquitectura

Balkrishna Doshi, recibió formalmente, el 15 de junio, la Royal Gold Medal for Architecture 2022 del presidente de RIBA, Simon Allford. Otorgado por el Instituto Real de Arquitectos Británicos, en nombre de Su Majestad la Reina, el premio anual se «otorga a una persona o grupo de personas que han tenido una influencia significativa, ya sea directa o indirectamente, en el avance de la arquitectura».

Una figura principal en la configuración de la arquitectura de la India y sus regiones adyacentes, conocido especialmente por su planificación urbana visionaria y proyectos de vivienda social, Balkrishna Doshi ha «combinado el modernismo pionero con la lengua vernácula», mientras que sus edificios han sido «informados por una profunda apreciación de las tradiciones de la arquitectura, el clima, la cultura local y la artesanía de la India”. Con una carrera de 70 años, más de 100 proyectos construidos y su trabajo en educación, fue reconocido internacionalmente por sus contribuciones a la escena arquitectónica. Todavía practicando a los 90 años, «sigue siendo tan prolífico como inspirador», afirma el Comité de Honor de RIBA 2022.

“Estoy gratamente sorprendido y profundamente honrado de recibir la Medalla Real de Oro de la Reina de Inglaterra. ¡Qué gran honor! La noticia de este premio me trajo recuerdos de mi tiempo trabajando con Le Corbusier en 1953 cuando acababa de recibir la noticia de recibir la Medalla Real de Oro. Recuerdo vívidamente su entusiasmo por recibir este honor de Su Majestad. Me dijo metafóricamente: «Me pregunto qué tan grande y pesada será esta medalla». Hoy, seis décadas después, me siento realmente abrumado por recibir el mismo premio que mi gurú, Le Corbusier, en honor a mis seis décadas de práctica. Me gustaría expresar mi más sincero agradecimiento a mi esposa, mis hijas y, lo más importante, a mi equipo y colaboradores en Sangath, mi estudio”. — Balkrishna Doshi

Anunciado en diciembre de 2021, Doshi, el ganador de la Royal Gold Medal de este año, también recibió el Premio Pritzker en 2018. Otorgado desde 1848, como reconocimiento al trabajo de toda una vida, los anteriores Royal Gold Medallists incluyen a Sir David Adjaye OBE (2021), Dame Zaha Hadid (2016), Frank Gehry (2000), Lord Norman Foster (1983), Frank Lloyd Wright (1941) y Sir George Gilbert Scott (1859).

El evento de este año fue seguido por una celebración virtual transmitida en vivo desde el estudio de Balkrishna Doshi en Ahmedabad, India y la sede de RIBA en Londres, Reino Unido. El evento digital contó con tributos de arquitectos de todo el mundo, incluidos Frank Gehry, Álvaro Siza y Benedetta Tagliabue. El comité de selección de la Royal Gold Medal de 2022, presidido por el arquitecto y presidente de RIBA, Simon Allford, estuvo compuesto por: Sir David Adjaye OBE, arquitecto y ganador de la Royal Gold Medal for Architecture de 2021; Alison Brooks, Directora Principal y Creativa de Alison Brooks Architects; Kate Cheyne, arquitecta y Directora de la Escuela de Arte, Diseño y Arquitectura de Leicester en la Universidad De Montfort y el Dr. Gus Casely-Hayford OBE, Director fundador de V&A East y Profesor de Práctica en SOAS (Escuela de Estudios Orientales y Africanos en Londres).

“Fue un honor y un placer presidir el comité que seleccionó a Balkrishna Doshi como Medallista Real de Oro 2022. A sus noventa y cuatro años, ha influido en generaciones de arquitectos a través de su arquitectura deliciosamente útil. Un pensador original e independiente: es capaz de deshacer, rehacer y evolucionar. En el siglo XX, cuando la tecnología facilitó que muchos arquitectos construyeran independientemente del clima y la tradición locales, Balkrishna permaneció estrechamente conectado con su interior: su clima, tecnologías nuevas y antiguas y artesanías. La destacada contribución de Balkrishna Doshi al arte de la arquitectura, el oficio de la construcción y la práctica del diseño urbano lo sitúan como uno de los más merecedores de este premio. Fue un honor para mí entregarle la medalla y haber podido celebrar con él, junto a una audiencia global”. — Simon Allford, presidente de RIBA.

ACA