
Archivos diarios: 17 de abril, 2022
Postal nº 303

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NOVEDADES EDITORIALES DE AQUÍ Y DE ALLÁ

Ambiguous Territory
Architecture, Landscape and the Postnatural
Cathryn Dwyre, Chris Perry, David Salomon, Kathy Velikov (eds.)
Actar Publishers
2022
Idioma: inglés
Extracto del prólogo del libro por Catherine Ingraham
Profesor, Graduado en Arquitectura y Diseño Urbano, Pratt Institute
Los escritores y diseñadores de esta colección se encuentran entre los arquitectos, artistas, arquitectos paisajistas y teóricos más reflexivos que trabajan en la actualidad. Los editores organizaron estos ensayos y obras de arte y diseño en torno a tres territorios: el atmosférico, el biológico y el geológico. Cada grupo de ensayos está enmarcado además por prólogos y epílogos, que atraen puntos de vista individuales en una articulación más amplia de lo que podría ser un territorio ambiguo y cómo funciona. Ambiguous Territory surgió de un simposio y una exposición realizados en la Universidad de Michigan en el otoño de 2017, y de exposiciones en la Universidad de Virginia y Pratt Manhattan Gallery en 2018, y en Ithaca College en 2019. Las conversaciones que surgen en este libro son inquisitivas y comprometidas críticamente. Presionan las suposiciones que hacemos habitualmente sobre lo que constituye perspectivas significativas y de principios en arquitectura, arquitectura paisajista y arte. Tanto los textos como la obra abordan algunos de los temas más espinosos de nuestro tiempo.
Extracto de un epílogo del libro por Peder Anker
Profesor, Escuela Gallatin de Estudios Individualizados, Universidad de Nueva York
Las obras de Ambiguous Territory co-existen en un espacio creativo, en el cambiante reino de las posibilidades. Es un ámbito del diseño en el que las soluciones (o la falta de ellas) aún no se han asentado. Ese debería ser un sentimiento familiar para todas las personas creativas, cuya vida diaria puede incluir explorar una salida a un problema sin poder concretar una respuesta exacta. Este volumen pertenece a ese territorio de la ambigüedad y la curiosidad, un lugar donde hay espacio para las cavilaciones, las risas y la desesperación. Los proyectos transmiten, de diferentes maneras, la esperanza de un futuro mejor, pero también la sensación de no saber si ese futuro es posible.
Con aportes de
Ellie Abrons, Paula Gaetano Adi, amid.cero9, Amy Balkin, Philip Beesley, Ursula Biemann, The Bittertang Farm, Edward Burtynsky, Bradley Cantrell, Gustavo Crembil, Brian Davis, Design Earth, Mark Dion, Formlessfinder, Lindsey French, Adam Fure, Formas futuras, Michael Geffel, Rania Ghosn, David Gissen, El Hadi Jazairy, Harrison Atelier, Cornelia Hesse-Honegger, Lisa Hirmer, Catherine Ingraham, Lydia Kallipoliti, Perry Kulper, Sean Lally, Landing Studio, Oficina lateral, LCLA, Mark Lindquist, LiquidFactory , Ariane Lourie-Harrison, Meredith Miller, Thom Moran, Ricardo de Ostos, NaJa & deOstos, Nemestudio, Mark Nystrom, OMG / O’Donnell Miller Group, The Open Workshop, Ricardo de Ostos, oOR / Office of Outdoor Research, Jennifer Peeples , pneumastudio, Alessandra Ponte, Oficina de Innovación Política, Rachele Riley, RVTR, Smout Allen, smudge studio, Neil Spiller, Terreform ONE, Andreas Theodoridis, Unknown Fields, Liam Young, Marina Zurkow
ACA
ALGO MÁS SOBRE LA POSTAL Nº 303

El dibujo de Pablo Lasala (1940-2000) que hemos seleccionado para acompañar nuestra postal del día de hoy, proviene de la página 24 del libro que Isabel Lasala (su hija) publicara en 2014 titulado Creando lugares, entre la exaltación y la superación del objeto arquitectónico en la obra de Pablo Lasala con el apoyo de Ediciones FAU UCV. La publicación que recoge el trabajo de investigación llevado a cabo por Isabel como profesora de la Escuela de Arquitectura Carlos Raúl Villanueva teniendo como objeto de estudio la obra de su padre, se constituye en pieza clave para la comprensión de la obra de un talentoso arquitecto que llevó adelante una intensa actividad proyectual y docente acompañada por el éxito obtenido al participar en numerosos concursos logrando en muchos de ellos el primer premio, la cual, lamentablemente, no fue compensada con la realización de los proyectos involucrados.
Identificado como “Calles con curvas verticales en La Guaira”, hecho en tinta sobre papel el año 1994, el dibujo que nos ocupa abre el capítulo 1 “La expresión de la arquitectura de Pablo Lasala” del libro ya mencionado. Se trata por el tema que reproduce y el tipo de representación utilizado de la demostración de una preocupación constante por parte de su autor de lo que fue su temprana pasión de reproducir a través de bocetos y pinturas más que “imágenes abstractas o fantasiosas…paisajes o situaciones en las que se encontraban elementos que, al principio, de una manera menos consciente, quería explorar”. También se trata de un claro ejemplo del privilegiado lugar que siempre ocupó el dibujo en perspectiva al nivel del peatón (técnica que dominó como pocos) para quien permanentemente reflejaba y comunicaba con su mano lo que veía, pensaba e interpretaba.


No es casual que haya sido La Guaira, ciudad que debe a la topografía y a la sabia adaptación a ella su potente morfología y su atractiva fisonomía urbana, el objeto de atención de este dibujo de Lasala. Producto seguramente de una visita “intencionada”, esas “calles con curvas verticales” se suman a los “Caminos curvos con árboles en las riberas de La Puerta, Los Andes” (óleo sobre tela de c. 1958) o a los “Caminos curvos con árboles en Los Andes” (lápiz sobre papel de c. 1963) como manifestaciones de una búsqueda constante que tuvo al comienzo, mediante la pintura al óleo que realizó cuando de joven vivió en Los Andes y en Maracaibo, su foco de atención en situaciones espaciales de la naturaleza patente a través de “cumbres montañosas, senderos curvos que desaparecen en el paisaje, insinuaciones de cambios de nivel en el camino, reflejos, juegos de luz y sombra, entre otros”, y que luego, al decantarse Lasala por la arquitectura como profesión, deriva en la representación con lápiz o tinta de espacios urbanos que visita o de sus ideas arquitectónicas cada vez más comprometidas con la creación de lugares y la construcción de paisajes propios.
Así, aunque para 1994 ya Lasala le había abierto las puertas al dibujo por computador y alcanzado elevados niveles de expresión tan impactantes como inconfundibles, que junto a los años en que se desempeñó como profesor de Geometría Descriptiva le permitieron elaborar el trabajo Perspectiva para arquitectos (con el que ascendió en el escalafón a la categoría de agregado en 1990), nunca ocultó la mirada con que se aproximaba a lo que representaba pudiéndose considerar el caso de La Guaira como paradigmático.


Acompañado siempre por todas las herramientas necesarias (lápices, portaminas, pluma fuente, marcador desechable y bolígrafo), y de un cuaderno sobre el cual dibujaba cada vez que tenía ocasión, como bien señala Joel Sanz en el “Prólogo” del libro que está apoyando el desarrollo de esta nota, “…Pablo, cuando asistía a reuniones aburridas … lo abría y sin rubor alguno comenzaba a trazar sobre el papel inmaculado, decenas de bocetos semejantes a cumbres, colinas, mesetas, explanadas, grietas, cráteres o cualquier otra cosa parecida a una acción de las fuerzas naturales que han conformado en el tiempo los paisajes sobre los cuales vivimos. Los bocetos no tenían destino ni ubicación específica. Parecían pura calistenia gráfica, pero eran, en verdad, calistenia intelectual. Era la pasión por entender las formas y las leyes de las fuerzas que las producen, para responder al modelado de algún paisaje que requiriese su construcción o su completamiento”.
Si bien lo señalado por Sanz apunta a un territorio dominado por el inconsciente, la memoria y la imaginación (además de la razón) más próximo a su proceso creativo, no deja de ser colindante al dibujo que hoy hemos querido presentar. La Guaira, sin duda, abonó el cúmulo de ideas recurrentes entre las cuales “la predilección por geográfico y la creación de paisajes” ocupan un lugar privilegiado. Si bien se trata, como ya hemos adelantado, de un dibujo tardío no se aleja del sello que dejaron en Lasala los meses que solía pasar en La Quebrada el pueblo de los Andes trujillanos donde junto a su familia llegó a Venezuela procedente de España el año 1947. En 1949 los Lasala se mudarán a Maracaibo y, en 1957, Pablo vendrá a Caracas a realizar sus estudios de arquitectura graduándose en agosto de 1963 e iniciándose como docente en 1965, siendo primero profesor de geometría descriptiva y luego de diseño.
Sobre su padre, Isabel Lasala afirmará que “la música y la arquitectura fueron sus grandes pasiones. El conocimiento de ambas se fusionaba en él de tal manera, que a menudo comentaba que no entendía cómo se podía hacer buena arquitectura sin saber música. (…) Cuando tuvo que decidir entre una y otra disciplina, eligió la arquitectura como carrera y siguió con la música por placer. (…) A sus dos grandes pasiones originarias, la música y la arquitectura se sumó, desde los años sesenta, una nueva pasión: la navegación a vela”.


Ya para 1994 fecha del dibujo de nuestra postal de hoy Pablo Lasala había sido decano de la FAU UCV (1987-1990), participado en al menos 10 y obtenido los primeros premios en prestigiosos concursos de arquitectura tales como: la Sede para las Oficinas Administrativas del Congreso Nacional y la Cancillería (1974) y el Concurso Nacional para un Sistema Constructivo Flexible para la Construcción de las Estaciones Ferroviarias en todo el País (1977), a los que se sumarían más adelante la Sede de la Asociación de Ejecutivos del Estado Carabobo (1998) y la Ampliación del Club Valle Arriba en Caracas (1999). También había obtenido el 2º premio en el Concurso para la sede del Instituto Nacional de Obras Sanitarias INOS (1971), la Mención de Honor en el de la Sede de la Orquesta Sinfónica Venezuela (1971) y la Mención Arquitectura Urbana por la propuesta para el Centro Cívico de San Cristóbal (1979-80).
ACA
Procedencia de las imágenes
Todas, excepto 6 izquierda: Isabel Lasala. Creando lugares, entre la exaltación y la superación del objeto arquitectónico en la obra de Pablo Lasala (2014)
6 izquierda. Revista PUNTO, nº 44, octubre 1971
¿SABÍA USTED…
… que el 6 de septiembre de 1940 es inaugurado el Teatro Boyacá?

El sobrio y elegante Teatro Boyacá, proyectado por Carlos Guinand Sandoz (1889-1993) con la colaboración del arquitecto de origen belga Henry Brons, fue considerado como una de las más notables edificaciones de su tipo en la ciudad desde el momento mismo de su apertura.

Se ubicó sobre la avenida Este 10 (hoy Lecuna) entre las avenidas Sur 11 y Sur 9 (muy cerca del Nuevo Circo de Caracas) en la ya para entonces consolidada urbanización clase media San Agustín del Norte, iniciativa del Sindicato Prolongación de Caracas, constituido por Juan M. Benzo, Santiago Alfonso Rivas, Tomás Sarmiento, Luis Roche y Juan Bernardo Arismendi Lairet, quienes adquieren terrenos que formaban parte de la antigua Hacienda La Yerbera y de las vegas del Río Guaire. Igualmente, su proximidad a la urbanización El Conde lo convirtió en sitio de reunión de los pobladores de las que fueron dos de las primeras ampliaciones de la trama urbana del centro de la ciudad de Caracas hacia el este.
Guinand, quien se gradúa en el Technische Hochschule, Munich, Alemania, en 1913, regresa a Venezuela en 1915, y revalida su título de arquitecto en la Universidad Central de Venezuela en 1936, diseña el teatro en estilo art-déco constituyéndose en referencia de dicha tendencia dentro del uso cinematográfico para el que estuvo destinado.
Su fachada, en la que predomina la presencia del volumen cúbico que contiene la sala de espectadores, se aligera a partir del vacío conformado por un pórtico que contiene, simétricamente dispuestas, cuatro columnas cilíndricas separadas delicadamente por paños de bloque de vidrio que iluminan el foyer, lográndose definir una ventana urbana de proporciones monumentales que apela a un ritmo emparentado con la arquitectura clásica.

El volumen cúbico ya señalado, se eleva a partir de un basamento de mármol negro diseñado con proporciones áureas, para permitir el acceso independiente desde la calle tanto al confortable hall que precedía a las localidades de patio como al balcón y la galería ubicados en la parte superior y posterior, tradición espacial impuesta durante los años treinta. A la vez, se encuentra bordeado simétricamente por tres lucernarios circulares dispuestos de lado y lado y cinco más que rematan su frontón, lográndose con ello obtener una composición equilibrada y limpia. Valga añadir que el juego compositivo utilizado en la fachada se reprodujo en un pórtico similar que se utilizó como boca del escenario interno.

La solución estructural adoptada convirtió al Teatro Boyacá en el cine de mayor área libre y sin columnas intermedias construido hasta el momento en la capital (24 metros de luz). Tal y como se señala en la nota elaborada para el catálogo de la exposición Wallis/Domínguez/Guinand. Arquitectos pioneros de una época (1998) a cargo de Carmen Araujo y William Niño Araque, “el sistema de soporte está conformado por un conjunto de pórticos de concreto que permiten el desarrollo de esta espacialidad fluida. La inmensa viga de concreto, además de un alarde tecnológico para la época, permite recoger todo el peso del balcón a todo lo ancho de la sala, constituyendo una experiencia espacial novedosa”.


Otro tema destacable dentro del diseño del Teatro Boyacá fue el esfuerzo llevado adelante para entender la edificación como un todo integrado, donde arte y arquitectura intentan fusionarse a través del uso cromático de los materiales utilizados como revestimiento, en pisos y cerramientos donde predomina el color negro. A ello se suma la incorporación de enormes murales realizados por el artista Rafael Rosales, “los cuales, pintados en dorados sobre zócalos en negro, reseñaban una referencia inmediata al edificio de la RCA del Rockefeller Center de Nueva York”. Las butacas eran de cuero de dos colores y los pisos eran de granito en diversos tonos de gris y negro.
Como no se descuidó ningún detalle, el nombre del teatro realizado en relieve, estaba perfectamente proporcionado y colocado en la fachada, acentuando su elegante y monumental aspecto.
En resumen, el Teatro Boyacá contó con un considerable aforo de 1.597 puestos: 741 en patio, 506 en balcón y 350 en una galería ubicada detrás del balcón.
Guinand, uno de los más importantes arquitectos de Venezuela durante el siglo XX, quien encabezó la generación que impulsó la modernización de Caracas entre 1920 y 1970, desde su regreso al país en 1915 hasta la construcción del Teatro Boyacá enfocó su práctica en viviendas privadas (donde destaca la suya propia en El Paraíso) predominando entonces el estilo neocolonial. Completó entre 1928-29 los diseños para la ejecución del Caracas Country Club Golf House y construyó entre 1933-1935 el conjunto original, inicialmente proyectado en mission style por el arquitecto californiano Clifford Wendehack, para la urbanización homónima. En 1930 proyecta la Policlínica Maracay, mientras en Caracas realizaba la Policlínica Caracas finalizada en 1932. En 1934 realiza la moderna edificación del Ministerio de Fomento (hoy Vicepresidencia de la República), obra encargada por el Ministerio de Obras Públicas, de corte beauxartiano. En 1935 realiza la nueva sede del Club Alemán en El Paraíso, donde evidencia sus vínculos con el art-déco y sus referencias con la arquitectura wrightiana, en especial el Templo Unitario de Oak Park (1906).



En 1938 forma parte de la Comisión Nacional de Urbanismo, donde trabaja junto a Rotival, Lambert y Prost en el Plan Rector de Caracas publicado en 1939. Entre 1938 y 1940 proyecta y construye la Casa Taurel (art-déco) en la Urb. Los Caobos y en 1939 realizó una de las obras más ambiciosas: El Sanatorio Antituberculoso en Antímano que fue uno de los logros más importantes en materia de asistencia pública para Venezuela. De comienzos de la década de 1940 serán: la Urbanización Pro-Patria Venezolana (1939-1940) -317 casas junto con su plaza, parque deportivo, la casa-club (casa del obrero) y la capilla-, el teatro Continental (remodelación, 1941) y el puente art-déco sobre el río Guaire hacia la Urbanización Las Mercedes (1941). En la misma década proyectó y construyó importantes residencias privadas en lenguaje neohispanista, en diversas urbanizaciones de Caracas, entre ellas la Casa Gathmann en La Florida y su residencia familiar Atapaima en la Urb. Los Chorros (1943-1944 y ss.).

Tras una larga agonía que también persiguió a las más importantes salas de cine de la capital, el Teatro Boyacá fue cerrado en 1963 y finalmente demolido en 1969. Ligada a su desaparición asociada a la finalización de la construcción de la avenida Lecuna en 1970, el Boyacá tuvo una vida paralela y simultánea con otra importante edificación de gran calidad ubicada pocas cuadras más hacia el este (en Puente Mohedano, El Conde) que corrió con la misma suerte: el edificio de A. Planchart y Cía. Sucr. C.A. concesionario de vehículos inaugurado en 1947 propiedad del empresario y mecenas, Armando Planchart Franklin y diseñado por el ya mencionado arquitecto norteamericano Clifford Wendehack.
ACA
Procedencia de las imágenes
Encabezado, 2, 3, 4, 5 y 7. Galería de Arte Nacional. Catálogo de la exposición Wallis/Domínguez/Guinand. Arquitectos pioneros de una época (1998)
6. Colección Crono Arquitectura Venezuela y Galería de Arte Nacional. Catálogo de la exposición Wallis/Domínguez/Guinand. Arquitectos pioneros de una época (1998)
8. Colección Crono Arquitectura Venezuela
NOVEDADES EDITORIALES DE AQUÍ Y DE ALLÁ

Outdoor Domesticity
On the Relationships between Trees, Architecture, and Inhabitants
Domesticidad a la intemperie
Sobre las relaciones entre árboles, arquitectura y habitantes
Ricardo Devesa
Actar Publishers
2022
Idioma: inglés y español
Nota de los editores
La primera parte de esta publicación presenta una colección de cinco casas ejemplares que evidenciaron relaciones explícitas con árboles preexistentes. Los cinco proyectos del siglo XX son: La Casa (B. Rudofsky, 1969), Cottage Caesar (M. Breuer, 1951), Ville La Roche (Le Corbusier & P. Jeanneret, 1923), Villa Pepa (J. Navarro Baldeweg, 1994 ) y Hexenhaus (A. & P. Smithson, 1984-2002).
La segunda parte del libro contrubuye con tres preocupaciones teóricas para el proyecto contemporáneo, aquellas que se van asentando en el proceso, respecto al tiempo, lugar y domesticidad exterior en la vivienda occidental moderna.
Uno de estos aportes teóricos establece que toda casa ubicada en un sitio encuentra un lugar significativo en conjunto con los árboles preexistentes. La segunda contribución describe los efectos en términos de tiempo, además de las consideraciones espaciales, que los árboles pueden aportar al proyecto arquitectónico. Finalmente, el establecimiento de estas conexiones entre la arquitectura y los árboles amplía la idea de la casa: el árbol sirve para atraer el entorno circundante a la casa y, como resultado, se convierte en una parte intrínseca de la casa misma.
Ricardo Devesa se licenció en arquitectura en la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Valencia y tiene un doctorado de la Universidad Politécnica de Barcelona (UPC, 2012) por su tesis doctoral Houses & Trees (que se publicará en 2020). Actualmente es editor jefe de Actar Publishers y de su plataforma digital urbanNext.net, con sede en Barcelona y Nueva York. Desde 2019 es profesor de proyecto arquitectónico en la Escuela Técnica Superior de Arquitectura La Salle, Universidad Ramon Llull (ETSALS), así como coordinador de su Máster en Proyectos Arquitectónicos Integrados. Ha sido profesor asociado de Teoría e Historia de la Arquitectura en la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Barcelona (ETSAB, UPC, 2011-2016) y profesor titular en el Instituto de Arquitectura Avanzada de Cataluña (IaaC, 2013-2019). Fue miembro de la redacción de la revista Quaderns d’Arquitectura i Urbanisme (1997-1999) y fue miembro del consejo de redacción de la revista Basa (2004-2008). Fue profesor invitado en la Graduate School of Architecture (GSAPP) de la Universidad de Columbia en Nueva York (2007-2009). Es coautor de Otra mirada. Posiciones contra crónicas. La acción crítica como reactivo en la arquitectura española reciente (Gustavo Gili, 2010) y Barcelona: Modern Architecture Guide (Actar, 2013) así como editor en numerosos libros publicados por Actar desde 2012.
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