ALGO MÁS SOBRE LA POSTAL Nº 273

Luego de diez años de sostenido trabajo traducido en la salida con regularidad de la revista entre rayas, el arquitecto Jesús Yépez a la cabeza del Grupo Editorial Entre Rayas, C.A. (GEer) decidió darle vida a un proyecto concebido en mayo de 2002, cuando apareció el nº 41 dedicado al tema de Arquitectura Interior, que consistía en lanzar una segunda publicación periódica en este caso especializada en divulgar los temas de diseño, decoración, revestimiento, equipamiento y mobiliario. “Catorce meses después -y gracias al sólido apoyo recibido tanto de las empresas patrocinantes como de los articulistas- esa idea se materializa con el nombre de entreSPACIO”, comentará Yépez en el “Editorial” del nº 1 cuya portada ilustra nuestra postal del día de hoy.

Pese a estar atravesando “los tiempos más difíciles de la historia contemporánea de Venezuela”, la aspiración del GEer a través de la revista no era otra que crecer y recorrer un largo camino en pro de divulgar lo mejor que se realiza en las áreas que interesaban tanto de nuestro país como de otras partes del mundo.

Diseñada por Rozana Bentos, montaje electrónico de Estrógeno/GEer, dirección de fotografía de Andrew Álvarez y asistencia editorial de Alexandra Dávila, las 58 páginas entreSPACIO reproducidas a todo color por Impresos Minipres, C.A. se organizaron con base en tres secciones: Proyectos, Productos y Personajes, a las que “progresivamente se incorporarán más”, entre las cuales se intercala a modo de separación la publicidad.

Páginas 6 y 7 correspondientes al Sumario y Editorial del nº 1 de la revista entreSPACIO

El apartado de “Proyectos” de este primer número estuvo integrado por las obras Discoteca Loft del arquitecto Juan Ignacio Morasso y las Oficinas Uniglobe Candes del arquitecto Omar Seijas. “Productos”, la sección más nutrida, cuyas reseñas se dejaron a cargo de las empresas que los comercializan, incluyó: la Silla Mirra (creada por Herman Miller en unión con la firma alemana Studio 7.5, comercializada en Venezuela por Decodibo, S.A. y Modusistema, C.A.); Kitchinettes Teka (Teka Andina, S.A.); My home Bticino (Ticino de Venezuela, C.A.); El diseño industrial = simplicidad, funcionalidad y forma (artículo a cargo del T.S.U. Miguel José Maestre); Tecnología con belleza y diseño (Industrias Venezolanas Philips, S.A.); Galería de productos (hasta un total de 35 que incluyen: 19 tipos de lámparas, apliques y luminarias, 2 sofás, y diversas piezas de diseño que van desde relojes, ceniceros-papeleras y alfombras hasta joyas); No-Contact Jacket (abrigo femenino diseñado por Adam Whiton y Yolita Nugent, www.no-contact.com); y Sprit (silla de oficina diseñada por Busa & Lauretti).

Páginas 36 y 58 correspondientes a las secciones Producto y Personaje, respectivamente, del nº 1 de la revista entreSPACIO

El capítulo “Personajes” lo ocupa el breve texto “Bajo la sombra de Gaudí” elaborado por el arquitecto Carlos Teodoro Itriago con motivo de la exposición del mismo nombre abierta hasta el 12 de marzo de 2003 en la Galería Reference en El Raval, Barcelona, y que agrupó a cinco fotógrafos (Paul Boswell, Txema Durán, Santiago Adeye, Natalia Berneda Costa y Carlos Teodoro Itriago) “que se propusieron el proyecto común de fotografiar la obra de Gaudí con luz nocturna natural, para resaltar aún más la plástica de su obra”.

La revista fue presentada el 17 de julio de 2003 en el marco de la celebración del Día del Arquitecto con la asistencia de más de 250 personas de acuerdo a la reseña publicada en https://www.analitica.com/entretenimiento/presentado-el-primero-numero-de-la-revista-entrespacio/ donde se señala, además, que “este evento, organizado por la revista entre rayas, contó con el patrocinio de las siguientes empresas, quienes, a pesar de la difícil situación que vive el país apuestan por la pronta recuperación del mercado de la construcción: Bticino, Laminova, Lafarge Cementos, Deco Abrusci Toldos y Persianas, Philips, Unifedo Interamericana, Teka Andina, Total Office, Hunter Douglas de Venezuela, Modusistema, Autodesk, Falinca, Decorando en la Web, Sugaca, Graphic Signs, ilab Estudio Gráfico, Arq-Links.com y Cybercentrum”.

Logo de entreSPACIO utilizado en las redes sociales

El proyecto que giró en torno a la revista entreSPACIO contempló la creación de una cuenta en twitter (@entreSpacio) y otra en Facebook (Revista entreSpacio) así como una dirección de correo electrónico (entrespacio@gamail.com). También se planteó como pauta dentro del programa de radio que se emite “todos los martes de 9 a 10 a.m. (hora de Venezuela) por la emisora virtual www.enlaredradio.com”.

Como parte del empuje inicial apareció el nº 2 de entreSPACIO en noviembre de 2003 en cuyo editorial Jesús Yépez anunciaba, junto a la buena acogida que la publicación había tenido entre arquitectos, diseñadores, decoradores y empresas, y “bajo la filosofía de las publicaciones de GEer: sin prisa pero sin pausa”, que se había trazado para el 2004 un camino de crecimiento “en todos los aspectos posibles: más páginas, más secciones, más ejemplares, una periodicidad trimestral y sobre todo, la valiosa participación de profesionales con sus proyectos destacados y las empresas patrocinantes, tanto a nivel nacional como internacional”.

Portadas de los números 2 y 4 de entreSPACIO

Sin embargo, a diferencia de entre rayas la continuidad de entreSPACIO no ha podido consolidarse. De esa discontinuidad da cuenta la propia página www.entrerayas.com donde al abrir hoy la pestaña EntreSpacio nos encontramos con un resumen de sus características (similares a las que ya hemos reseñado) en la que se señala una periodicidad semestral y que “hasta la fecha se han editado cuatro números de la revista. Se prepara la edición No. 5 dedicada a Arquitectura de Oficinas”. Si tenemos en cuenta que el número 4 salió en julio de 2009 (con criterios de diseño gráfico algo diferentes a los empleados en los dos primeros ejemplares) es fácil notar la acumulación de una considerable demora que no dudamos puede atribuirse a la severa crisis que atraviesa el país y a un asunto de establecer prioridades por parte del GEer.

También al revisar al día de hoy las cuentas de entreSPACIO nos ncontramos que la de twitter registra como último movimiento el fechado el 14 de junio de 2011, la de facebook el 8 de junio de 2018 (con interesante contenido y espaciosos intervalos entre una publicación y otra) y el último enlace con www.enlaredradio.com también el 14 de junio de 2011. Presumimos que los contenidos que había ofrecido publicar entreSPACIO los ha asumido en parte la revista entre rayas (la cual, contra viento y marea ha logrado mantenerse) a la espera de tiempos mejores que todos aspiramos lleguen más temprano que tarde para lograr su reactivación, así como como la de tantas otras cosas que ivernan a todo lo largo y ancho del país.

ACA

HA SIDO NOTICIA

Madrid: el eje Prado-Retiro, declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco

27 de julio de 2021

Tomado de www.preferente.com

El eje Prado-Retiro de Madrid ya es Patrimonio Mundial, distinción que otorga la Unesco y que premia así la insistencia de la capital de España por conseguir un reconocimiento para uno de sus mayores atractivos turísticos.

Tras siete años de trabajo y pese al dictamen de Icomos (ONG que asesora al organismo internacional) el eje Prado-Retiro de Madrid se suma al Monasterio de El Escorial, al centro histórico de Alcalá de Henares, el paisaje cultural de Aranjuez y el Hayedo de Montejo.

Con esta nominación España se convierte en el tercer país del mundo con más bienes inscritos (48) en el catálogo de 1.121 sitios. “Con profunda emoción recibimos esta noticia, en tiempos de pandemia y después de unos meses en los que esta ciudad que ha sufrido. Quiero agradecer al equipo técnico que ha hecho un gran trabajo y ratificar lo que ha dicho el emabajador: asumimos el compromiso de mantener y conservar este enclave. Y Madrid estará a la altura», ha manifestado el alcalde de Madrid, José Luis Martínez Almeida.

ACA

VALE LA PENA LEER

Poster de la exposición «Hassan Fathy a contracorriente» montada en La Casa Árabe de Madrid entre el 29 de enero y el 16
de mayo de 2021.

Con ocasión de la exposición «Hassan Fathy a contracorriente» montada por La Casa Árabe de Madrid entre el 29 de enero y el 16 de mayo del presente año, comisariada por José Tono Martínez, nos ha parecido de interés para nuestros lectores reproducir dos textos que aparecieron en momentos en que la capital española disfrutaba de la obra de quien es considerado el más importante arquitecto egipcio del siglo XX.

Cúpulas de la casa Fathy en Sidi Krier, 1971.

Fathy: vernáculo, sostenible e inclusivo

La Casa Árabe de Madrid se adentró entre el 29 de enero y el 16 de mayo a través de la exposición “Hassan Fathy: a contracorriente” en la obra del controvertido arquitecto egipcio que construyó identidad con tierra, lógica y conocimiento de la tradición

Anatxu Zabalbeascoa

20 de abril 2021

Tomado de elpais.com

Pintoresco, el adjetivo que con frecuencia empleamos para calificar las arquitecturas que construyen una identidad sólida y arraigada, pero alejada de la modernidad, viene del inglés picturesque y significa digno de aparecer en un cuadro (picture). Lo pintoresco en arquitectura se asocia a lo vernáculo. Suele trabajar recursos tradicionales —como las celosías en la parte más soleada del planeta, las casas encaladas del sur de España, las contraventanas coloreadas del Mediterráneo o las cubiertas de teja a dos aguas de los chalets suizos— y, con esa referencia a la cultura del lugar, indica respeto y construye identidad.

La obra del considerado mayor y mejor arquitecto egipcio del siglo XX, Hassan Fathy (Alejandría 1900- El Cairo, 1989) puede, desde una óptica extranjera, ser considerada pintoresca. Sin embargo, tiene ambición universal, recrea un lugar, ha quedado fuera del tiempo, construyó identidad, trabajó en favor de la sostenibilidad del planeta, plantó cara a los prejuicios y trató de encontrar la manera de construir con muy poco para que la vivienda fuera verdaderamente un derecho universal. ¿Lo consiguió? Seguramente mejor que la modernidad. ¿Trabajó realmente para los más necesitados? Fomentó la autoconstrucción, pero sus casas fueron fundamentalmente para intelectuales y artistas ¿Cuál es entonces la vigencia de su obra? Comisariada por José Tono Martínez, la exposición en la Casa Árabe de Madrid, Hassan Fathy a contracorriente trató de contestar a esas preguntas.

Hassan Fathy, en su estudio del palacio Ali Effendi, distrito de Dar el-Labbana, El Cairo.

Fathy conoció su país viajando de El Cairo a Alejandría. Ese traslado, entre la casa de su padre y la de la familia de su madre, marcó su manera de mirar. El padre, juez de instrucción, evitaba el campo “un lugar lleno de mosquitos y agua contaminada”. Fathy recuerda que solo llegaba hasta allí para cobrar el alquiler de sus tierras. El arquitecto tenía 27 años la primera vez que pisó un suelo que no fuera urbano. Su madre, en cambio, se había criado en el campo. En la ciudad echaba en falta a los animales. Sabía cómo autoabastecerse. Estaba convencida de que la ansiedad de la ciudad desaparecía en el campo. Fue ella la que despertó el amor de Fathy por la naturaleza hasta el punto de que, tras estudiar escultura y violín, quiso ser agricultor antes de convertirse finalmente en arquitecto.

Formado en El Cairo y luego en París, Fathy fue un joven rico que decidió trabajar más que para los pobres como los pobres: diseñó innumerables viviendas para artistas. Superada una fase inicial moderna en la que en una escuela primaria ideó una cubierta plana y empleó ventanas con carpintería de aluminio y levantó edificios modernos como el casino Bosphoro o la imprenta Mustafá-Bey —ambos demolidos— Fathy regresó a la tierra: a los patios y a las celosías, es decir, a las tradiciones y a la lógica del lugar.

Detalle de la cúpula y la celosía de barro de la Casa Casaroni, de 1981.

La recuperación vernácula de elementos como los patios, de materiales como el ladrillo secado al sol o de técnicas de construcción de cúpulas y bóvedas sin armazón arraiga su aportación y la hace exportable. Diseñaba con el lenguaje universal de los países con exceso de soleamiento. Y diseñaba con el lenguaje universal de los pobres: los medios escasos y locales utilizados durante siglos.

El comisario de esta muestra, José Tono Martínez, lo presenta como “un visionario, uno de los fundadores de la arquitectura sostenible afincada en las tradiciones vernáculas en tiempos de Estilo Internacional”. Explica que Fathy quiso empoderar a los campesinos para que produjeran sus propios materiales. “No quería que el orientalismo remplazara a Oriente”. “Convivir con el desierto significó para él aislarse del desierto, y crear un espacio interior resguardado, con fuente y pozo los símbolos de vida”. Martínez destaca la importancia de los artesanos, que decoraban con símbolos la simbólica puerta de entrada y construían con técnicas pretecnológicas. Y explica, en un catálogo publicado por Ediciones Asimétricas, que su oposición a la arquitectura repetitiva le valió enemigos en el ámbito de la industria y la construcción a gran escala.

Detalle de la celosía de barro en la aldea Nueva Gourna (1948), donde se trasladó a la población que ocupaba el sitio arqueológico de Luxor.

Para ser el arquitecto de los pobres que tenía reputación de ser, Fathy trabajó como arquitecto de los poderosos, esa misma reputación lo había convertido en un artista. ¿Qué hizo que un joven burgués formado en París le plantara cara a Le Corbusier y se interesara por la arquitectura más pobre? Una visita a su hermano en Asuán. En 1941, conoció la técnica nubia tradicional para construir bóvedas y cúpulas sin ningún tipo de estructura de armazón, pero con más paja que ladrillo para conseguir ligereza. Conocer esa técnica le hizo entender el sentido de la arquitectura que ya no dejó de construir. Más allá de honrar la lógica del genius loci, su arquitectura reconstruía la identidad que apenas llevaba dos décadas de independencia (1922) y que formaba parte del protectorado británico.

Fathy busca en las raíces, en la tradición constructiva de los no arquitectos, la vía para recuperar la arquitectura egipcia y el paisaje de su país. Para él, como para Dante, lo nuevo era simplemente lo que no merecía ser antiguo. La muestra contó con ejemplos de arquitectura construida con barro en España y con la mirada de la fotógrafa Hannah Collins adentrándose en la arquitectura de Fathy.

Hassan Fathy. Dibujo para la casa Hamdi Seif Al-Nasr, El Fayum, 1944.

Hassan Fathy y la belleza innata del adobe

La Casa Árabe recuerda al llamado arquitecto de los pobres

1 de febrero de 2021

Tomado de masdearte.com

Antes de que las cátedras de arquitectura analizaran materiales apropiados a la sostenibilidad, Hassan Fathy, nacido en Alejandría en 1900 y figura clave de la disciplina en Egipto, ya estudió las cualidades del nada contemporáneo adobe (arcillas y arenas secadas al sol y mezcladas con paja) en cuanto recurso constructivo barato, fácilmente disponible en amplias zonas del planeta y con muy beneficiosas propiedades como aislante térmico. Especialmente en el desierto, dada la diferencia de temperaturas entre día y noche, su uso cuenta con una extensa tradición.

De espíritu tan místico como ilustrado, Fathy siempre valoró la historia pasada de la arquitectura y su imbricación en distintos países y climas (En otro tiempo, había una belleza innata en todo lo que nos rodeaba: éramos nosotros mismos, dijo) y se opuso, por tanto, a las tendencias neocolonialistas que pretendían homogeneizar también los rasgos constructivos internacionalmente. Se esforzó en dirigir su mirada a las raíces, en su caso a las propias de la cultura nubia del sur, con sus cúpulas, arcos y bóvedas inclinadas, sin armazón, presentes en la región desde hace siglos.

Durante la II Guerra Mundial, se codeó con intelectuales y artistas del colectivo Friends of Art and Life, del que formaron parte el escritor Naghib Mahfuz o Hamed Said, para quien Fathy (también pintor, poeta y pensador) diseñó un estudio elaborado justamente con ladrillos de adobe: la casa Toub Al Akhdar de Marg. Ese grupo, pionero de la educación social en Egipto, animó a sus estudiantes a convivir, tanto como a trabajar, con campesinos y artistas rurales y también defendió la artesanía y los viejos oficios, en línea con las pretensiones de las construcciones de ese autor.

No hay que olvidar que Fathy inició su trayectoria cuando su país acababa de independizarse del Reino Unido y se gestaba un movimiento político y cultural que pretendía la autoafirmación y también alcanzar una modernidad desde cánones propios: la Nahda. Ya consolidada su labor, entre 1957 y 1962 colaboraría con Constantino A. Doxiadis, fundador del Centro Ateniense de Ekística, la llamada ciencia del hábitat, y en 1976 fundó el Instituto Internacional de Tecnología Apropiada. Entre los galardones que recibió hasta su muerte, en 1989, se encuentra el Aga Khan de Arquitectura o el Right Livelihood Award.

Hasta el próximo mayo, y bajo el comisariado de José Tono Martínez, podemos visitar en la Casa Árabe madrileña “Hassan Fathy: a contracorriente”, una exhibición que da cuenta de esos principios de arraigo y sostenibilidad que determinaron la obra del egipcio a través de planos, maquetas y fotografías; especial protagonismo cobra, entre sus más de 120 proyectos, el del New Gourna (Nueva Gourna) de Luxor, que desarrolló en la segunda mitad de la década de los cuarenta y que hoy consideramos ejemplo de planteamiento urbano integral, hasta el punto de ser protegido por el World Monuments Fund y la UNESCO.

Fathy trabajó en este poblado, desde postulados ecológicos, por encargo del Departamento de Antigüedades egipcio, sirviéndose de materiales y técnicas locales (y del análisis de los usos y costumbres de los habitantes de la zona, que se mantenían del expolio de las tumbas del Valle de los Reyes) para reubicar el Viejo Gurna, una comunidad de arqueólogos aficionados que pretendía paliar justamente saqueos y daños en los yacimientos faraónicos y también velar por el buen desarrollo del incipiente turismo. Solo parte de los propósitos de Fathy pudieron llevarse a cabo, debido a complicaciones políticas y financieras y a la oposición de parte de la población a la reubicación; además, se ha perdido casi la mitad de los edificios originales. Hasta hace unos años, Nueva Gourna continuaba siendo un asentamiento vivo y con historia en curso, con viviendas e instalaciones públicas a disposición de sus habitantes, pero la revolución de 2011 frenó su restauración y hoy se encuentra en decadencia, difuminándose en la periferia de Luxor, dominada por el hormigón.

Hassan Fathy. Mezquita Nuevo Gourna, 1945.

Los retos planteados aquí por Fathy (plasmados en el conocido ensayo Architecture for the Poor: An Experiment in Rural Egypt), se adelantaron, en dos generaciones, a inquietudes que desarrollarían autores internacionales como el chileno Alejandro Aravena, el burkinés Francis Kéré o la francesa Anne Lacaton. A saber: Fathy esperaba que esa nueva ciudad, que contaba con teatro al aire libre, mercado cubierto, mezquita, escuelas y almacenamiento de agua potable, se convirtiera en un lugar con un sistema de vida sostenible, mirando al futuro, sin depender del expolio. Su fuente de inspiración fueron los pueblos de adobe de esta zona, los asentamientos beduinos, los templos romanos y las aldeas nubias de Asuán, a orillas del Nilo; sus técnicas antiguas evitaban el uso de soportes costosos de madera y el empleo de técnicas sostenibles de enfriamiento de aire y agua.

Hablando de agua, en la década de los sesenta se descubrieron reservas acuíferas subterráneas en el oasis de Kharga y aquí a Fathy le encargaron la construcción de New Baris, otro pueblo levantado con ladrillos de adobe que debía transformarse en una comunidad sostenible que creciera y exportase frutas y verduras del desierto. Para lograr almacenar esos productos tan perecederos en el nuevo asentamiento, el arquitecto ideó un sistema con pozos de ventilación y torres secundarias que acelerase la circulación de aire, haciendo descender las temperaturas externas más de quince grados. También New Baris quedó inacabado, en 1967 y a causa de la guerra.

No son los únicos proyectos reflejados en esta exposición: también podemos ver documentos relativos a las casas Hamid Said y Hamdi Seif al-Nasr de El Fayum, la  Mezquita de Lulu at al-Sahara de El Cairo, el apartamento de Shahira Mehrez, en la misma ciudad; Costa Norte Sidi Krier, la Casa Fathy, la Casa Casaroni de Shabramant, la Villa Dar al-Islam de Albiquiu, en Nuevo México, o un trabajo español: Sa Bassa Blanca, en Alcudia (Mallorca).

Y tampoco Aravena, Kéré o Lacaton han sido los únicos en dejarse influir por el legado de Fathy: en Haré una canción y la cantaré en un teatro, rodeada de un aire nocturno, Hannah Collins dedicó a Nueva Gourna un conjunto de fotografías montadas en secuencia y proyectadas como un filme, junto a otras tomadas en grandes formatos. Su serie, que se presentó en 2019 en la Fundació Tàpies y también se recoge ahora en Casa Árabe, supone un tributo al arquitecto, pero también un deseo de contribuir a la consolidación de un urbanismo sostenible, barato y que mejore la vida de quienes más lo necesitan, como Fathy quiso.

El título de su propuesta tiene un porqué: el teatro al aire libre que el arquitecto quiso poner en marcha en Nueva Gourna y que no sería un escenario al uso, sino enraizado, como sus construcciones, en las tradiciones populares: los habitantes de esta aldea podrían cantar y recitar allí cuando quisieran.

La exhibición se complementa con gouaches de Fathy, con imágenes de su apartamento en el viejo Cairo, la Mansión Ali Effendi Labib; un panel centrado en la arquitectura de tierra en la Península Ibérica, con tipologías de técnicas y obras de estudios contemporáneos y una obra del artista Chant Avedissian, discípulo de Hassan Fathy, que ha cedido para la ocasión la Galería Sabrina Amrani.

Se trata de un vídeo en el que este creador egipcio, de origen armenio, filmó a los gatos del arquitecto en su casa (hay que recordar que estos animales en el antiguo Egipto eran símbolo de protección y belleza).

Nota final

El Catálogo de la exposición “Hassan Fathy: a contracorriente”, coordinado por J.T. Martínez y publicado por Ediciones Asimétricas, fue reseñado en el Contacto FAC nº 231 del 04/07/2021.

ACA

HA SIDO NOTICIA

Victoria para Mallet-Stevens

Después de dos años de una larga batalla legal, los miembros de la asociación Mont 14 y los habitantes del edificio en 7 rue Méchain en París ganaron su caso. El tribunal administrativo de París ha emitido su decisión de cancelar el permiso de construcción de un nuevo edificio de tres pisos que podría haber perjudicado la obra del arquitecto Robert Mallet-Stevens.

«Una victoria patrimonial».

12 de abril 2021

Tomado de L’Architecture d’Aujourd’hui

(Reproducción del texto escrito por Maurice Culot, arquitecto y especialista en la obra de Mallet-Stevens, sobre esta decisión.)

En 1928, el arquitecto Robert Mallet-Stevens (1886-1945) proyectó un edificio en 7A rue Méchain en el distrito 14, París. El edificio de apartamentos, el único construido por el arquitecto a lo largo de su trayectoria, es notable y consta de apartamentos de viviendas y artistas, incluido el de Tamara de Lempicka. Todas las fachadas, así como el jardín y otras partes del edificio, están catalogadas como monumentos históricos. 

El 11 de marzo de 2021, la Comisión Nacional de Arquitectura y Patrimonio emitió un dictamen favorable para la clasificación de las partes inscritas y la intención de clasificar toda la construcción y los interiores.

La composición arquitectónica gira en torno a un jardín interior de estilo cubista e inspirado en la Secesión Vienesa (el arquitecto conocía el Hotel Stoclet de Bruselas). Una sucesión de arbustos cortados en forma de conos marcan el camino hacia la entrada al edificio ubicado en la parte trasera del jardín. El arquitecto contrasta los planos verticales con los planos horizontales que se manifiestan particularmente en la alta ventana vertical que ilumina el hueco de la escalera, que se convierte en una espectacular fuente luminosa al anochecer. Como siempre ocurre con Mallet-Stevens, el diseño del jardín está íntimamente asociado con la arquitectura. 

Hace dos años, MMA Mutual Insurance decidió derribar los edificios R + 1 apoyados contra el muro del jardín contiguo para construir un edificio de tres pisos. Este proyecto, que distorsiona por completo la atmósfera del jardín y la arquitectura, sin embargo recibió la aprobación del ente que vela por el patrimonio (ABF) y, por lo tanto, el permiso fue otorgado por el Ayuntamiento de París y el MMA llevó a cabo su proyecto. Los habitantes del edificio y la asociación Monts 14, asistidos por el abogado Joëlle Mouchart, libraron una batalla judicial que duró más de dos años y que acaba de encontrar su desenlace en una sentencia dictada por el tribunal administrativo de París el 19 de marzo de 2021.

La decisión de la entidad que vela por el patrimonio (ABF) fue rechazada por la corte después de un análisis particularmente fino y relevante centrado en la presencia de la luz y la composición volumétrica en la obra de Mallet-Stevens. 

«De los documentos en el expediente se desprende que la elevación de un piso del edificio ubicado en el corazón de la parcela, autorizado por el permiso de construcción, impactará la volumetría e iluminación del edificio afectando dos elementos esenciales de la obra tal y como fue concebida por Robert Mallet-Stevens.»

El tribunal cita las medidas cosméticas recomendadas por el órgano patrimonial «para armonizar los dos edificios», pero observa que «estas prescripciones no pueden atenuar la alteración del equilibrio logrado en el jardín diseñado por Robert Mallet-Stevens donde el área circundante juega un papel decisivo para su preservación.» El tribunal concluye que: «el proyecto daña partes de un edificio catalogado como Monumento Histórico y en cuyo campo de visión se encuentra. Por lo tanto, al dar un dictamen favorable a este proyecto, la entidad garante de su preservación como monumento cometió un error de apreciación y el permiso que se emitió en vista de este dictamen ilegal desconoce las disposiciones del código de patrimonio.» *

Los abogados han agradecido el control que el tribunal ha acordado realizar para cuestionar a la ABF. Por su parte, los críticos de arte se regocijarán al ver que el análisis de una obra de arte de calidad puede ser motivo de consideración en la sala de un tribunal. 

Finalmente, la sentencia precisa que «la ilegalidad, de la que está manchada la licencia de obra, no parece susceptible de ser regularizada», lo que significa que una licencia de modificación sería impotente para legalizar la construcción. Como resultado, se cancela el permiso otorgado por el alcalde de París el 22 de mayo de 2018 y se ordena conjuntamente al MMA y al Ayuntamiento de París pagar una pequeña indemnización procesal a los copropietarios. El MMA todavía puede apelar en casación ante el Consejo de Estado, pero ahora se puede presentar la solicitud de demolición del edificio indebidamente construido.

Maurice Culot

Arquitecto

Especialista en la obra de Mallet-Stevens

* extractos de la sentencia TA Paris n ° 1823677 / 4-3 del 19 de marzo de 2021.

ACA