ALGO MÁS SOBRE LA POSTAL Nº 254

A finales del siglo XIX, durante el segundo período de la revolución industrial, las compañías aseguradoras desarrollaron planos y mapas como apoyo para asegurar inmuebles y edificaciones de importancia ante posibles incendios, en vista de la presencia de actividades de riesgo (fábricas e industrias) en las áreas centrales de la ciudad. Estos planos catastrales fueron elaborados con el fin de limitar las pérdidas del negocio ante estos eventos catastróficos, disminuir pérdidas y ayudar a calcular y tabular los costos de las primas.

El plano de Caracas, Venezuela, firmado por “Charles E. Goad” cuya fecha data de 1897, es un plano catastral que muestra las características físicas de cuarenta y ocho manzanas del centro fundacional de la ciudad, y que se presume fue encargado por una empresa aseguradora de inmuebles al matemático e ingeniero Charles Edward Goad. 

Goad (1848–1910) fue un notable ingeniero y cartógrafo, nacido en Oxford, Gran Bretaña, destacado por sus conocimientos y habilidad única en este campo, de levantar, cartografiar y categorizar la materialidad y condición física de las edificaciones de ciudades y producir planos detallados para las compañías aseguradoras. Goad, quien fundó su empresa en 1875, se concentró en evaluar las edificaciones en los distritos comerciales centrales de grandes áreas urbanas, para determinar su nivel de riesgo, y evaluar el alcance de la responsabilidad en caso de incendio, así como estimar las primas adecuadas para las pólizas. Una vez completados los planos y los informes del área urbana, Goad los insertaba en un gran Atlas, tal como lo explica Gwyn Rowley en “Fire Insurance Plans” (http://www.mcrh.mmu.ac.uk/pubs/pdf/mrhr_03ii_rowley.pdf): “cada plano individual medía 25¼ pulgadas por 21 pulgadas (63,7 x 54 centímetros). Una vez realizado este volumen inicial, se emprendían nuevos levantamientos y actualizaciones. Una nueva edición sería publicada en promedio cada 6 o 7 años, aunque para áreas populosas podría ser anual o bianual”.

La necesidad de los “Fire Insurance Plans” es explicada por Goad en “Introductory comments”, Insurance and Real State Society, 6 (1883) de la siguiente manera: “Coexistiendo con la práctica de los riesgos de fabricación de aseguramiento de incendios especialmente, y los riesgos y ocupaciones peligrosas y no peligrosas ubicadas a cierta distancia del asegurador también, surgió la necesidad, si no el uso inmediato de utilizar un levantamiento, una descripción de las instalaciones a cubrir por la póliza, acompañadas por un diagrama o plano adjunto, mostrando no solo el peligro interno del riesgo en sí, sino su posición relativa con respecto a las estructuras vecinas, sus clases, ocupación, etc., por el cual las instalaciones del seguro podrían estar expuestas, no sólo para el asegurador contra las tergiversaciones de los peligros -intencionales o de otro tipo- en cuanto a los peligros que conllevan dichos riesgos, sino también para los que también están en posesión de algunos datos de reconocimiento sobre los cuales calcular una tasa de prima justa para el riesgo asumido”.

Los planos de Goad registraban los nombres, anchos y números de las calles; las instalaciones de protección contra incendios; los materiales, forma, altura, ubicación y uso de los edificios; la ubicación de las aberturas, los tipos de materiales almacenados, las áreas de actividades de alto riesgo en los sitios industriales, la proximidad de los servicios contra incendios y los suministros de agua cercanos. Debido a la evolución de la ciudad y los cambios en las prácticas y normas de las compañías aseguradoras, los planos e informes de Goad debían ser actualizados de forma regular. Originalmente estos planos se hicieron según lo exigido por las compañías de seguros, pero los gastos de levantamientos topográfícos, trabajos de campo, litografía y estarcido con acuarelas, combinado con una demanda relativamente limitada y la necesidad de revisiones frecuentes debido a la morfología urbana que cambiaba rápidamente, significó que pocas copias de los planos de Goad fueran producidas.

Especial importancia tienen sus planos para las ciudades canadienses e inglesas. La exhaustividad y rigor de su trabajo se refleja en su estudio para Manchester, desarrollado en 1902, que constaba de siete tomos, donde explica las cualidades físicas de las construcciones, colores, aberturas, ventanas, pisos, lucernarios, techos y misceláneas, expresados en planos y diagramas de gran valor plástico, cuyo contenido fue actualizado, llegando a acumular mas de treinta versiones. Goad también preparó planes entre 1895 y 1909 para ciudades en Chile (Santiago y Valparaíso), Dinamarca, Egipto, Francia, México, Mozambique, Sudáfrica, Turquía, Venezuela y el Caribe.

El valor de este plano de Caracas, único en su tipo, es su utilidad para entender la condición formal, edilicia, material y la estructura del centro de la capital venezolana a finales del siglo XIX.

Goad describe el centro de la capital como un terreno nivelado, cuyos suburbios crecen aceleradamente hacia el norte y el oeste, y decrecen hacia el sur y el este. También describe una montaña alta al lado Oeste del casco central, presumiblemente el cerro El Calvario.

En cuanto a la dimensión de sus calles, especifica que tienen “24 pies de ancho” (que equivale a 7,30 metros).  Sus edificios son “mayormente en concreto, algunos de ladrillos, pero todos encementados. Las cubiertas de los tejados son de tejas pesadas colocadas con mortero sin galerías salientes, pero con aleros que frecuentemente sobresalen 2 pies (unos 60 cm.) sobre el alineamiento de la calle. Algunas veces soportados por madera, otras por un enyesado inferior”.

“Formalmente las calles no tienen nombres, solo se nombran las esquinas”, mientras que el método de las avenidas sigue la lógica cartesiana de un centro donde confluyen las avenidas Norte, Sur, Este y Oeste, y la numeración par o impar se desarrolla de manera ascendente a medida que se aleja del centro.

Según se describe en la leyenda del mapa, Goad clasifica las edificaciones en dos categorías: las de mayor valor (contain most value) representadas en color rojo; y edificaciones que podrían valer la pena (may be worth in detailed survey) representadas en color rosa luego de realizar un informe detallado.

Las notas abreviadas en las manzanas establecen tres consideraciones: el número de plantas o niveles de cada edificio y cuales fueron construidos en concreto (2 and 1 Story Concrete Buildings), aquellos de mejor clase o bien construidos (Better class – well built) y las viviendas ordinarias (ordinary dwellings). Esta breve descripción de la materialidad apuntaba a proveer la condición de inflamabilidad de las distintas estructuras. La selección del área representada, estaba directamente relacionada con el área a asegurar contra el evento de un incendio.

La dimensión e importancia de la labor de Goad, se refleja en sus atlas de ciudades, que brindan un vasto depósito de información sobre el tejido construido de finales del siglo XIX y principios del XX. Para el momento de su muerte en 1910, Goad y sus asistentes habían realizado planes para mas de 1.300 lugares en Canadá. La producción cartográfica de Charles Edward Goad, y de los hoy llamados “mapas Goad” es difícil de documentar, ya que los atlas y mapas producidos por su empresa se encuentran dispersos entre numerosas instituciones y ningún depositario posee un conjunto completo. La colección más completa de planes de seguros canadienses y atlas publicados entre 1895 y 1923 es probablemente la de la Biblioteca Británica (Londres). El plano de Goad fue publicado el mismo año que el plano elaborado por el ingeniero Ricardo Razetti titulado “Plano de Caracas y situación de la parroquias foráneas”.

IGV

NOVEDADES EDITORIALES DE AQUÍ Y DE ALLÁ

Esta tierra es nuestra tierra

Manifiesto del inmigrante

Suketu Mehta

Literatura Random House

2021

Nota de los editores

Mas que nunca antes, gran parte de la población global se ve obligada a abandonar su hogar y emigrar. Suketu Mehta se encuentra entre los millones de personas que se han visto forzadas a vivir en un país en el que no han nacido, y Esta tierra es nuestra tierra es su urgente defensa de la inmigración global. Un manifiesto a favor de la empatía en el que expone que Occidente no está siendo destruido por la llegada de inmigrantes desde áreas empobrecidas, sino por el miedo a la inmigración. Mehta contrasta las hipócritas narrativas de las ideologías populistas con el heroísmo cotidiano de trabajadores que emigran desde Latinoamérica o el Magreb hacia Occidente en busca de una mejora en sus condiciones de vida. Desde la experiencia de su propia familia, que tuvo que dejar India para trasladarse primero a Reino Unido y después a Estados Unidos, Mehta somete el rechazo a la inmigración a un escrutinio implacable y explora los destructivos legados del colonialismo y la desigualdad que asolan a una gran parte de los habitantes del planeta. Pasional, riguroso y nutrido por un amplio abanico de historias personales, Esta tierra es nuestra tierra es una oportuna y necesaria intervención en un debate de absoluta vigencia.

ACA

VALE LA PENA LEER

Un Parlamento que hablará del lugar más que de la democracia

Francis Kéré y su estudio construirán la nueva Cámara de la República de Benin, un edificio inspirado en el árbol de la palabra, el lugar de encuentro para tomar las decisiones comunitarias

Anatxu Zabalbeascoa

Tomado de elpais.com

23 marzo de 2021

Bajo la sombra de los árboles de la palabra se reúnen los ancianos de África Occidental para discutir y tomar decisiones consensuadas a favor del interés de la comunidad. El árbol de la palabra es un símbolo del acuerdo, de la construcción de ese acuerdo, y también de la generosidad de la naturaleza y del respeto que esta merece. Su majestuosidad, su simbolismo y su fuerza son eternos. Por eso el estudio del burkinés Francis Kéré pensó en ese árbol cuando el Gobierno de Benín contactó con él y le pidió que diseñara un nuevo parlamento para la República en Porto Novo. El antiguo databa del siglo XIX, la época colonial. Tenía el clasicismo de la estética colonial y se había quedado pequeño.

Cuando concluya su construcción —iniciada en el mes de marzo— el Parlamento se convertirá en el mayor edificio del estudio de Kéré, es decir en el más arriesgado. Será también el más simbólico —tras la escuela que consiguió levantar en Gando, su pueblo, para que los niños tuvieran la oportunidad de estudiar que él mismo había tenido—. Como sucede en casi cualquier árbol, lo más majestuoso de este nuevo inmueble será la copa, una cubierta orgánica que amplía el tronco estructural del edificio para acoger las oficinas. El edificio es, en realidad, el perímetro de un patio. Hay un despliegue de columnas y arcos para levantar —y ventilar— ese patio y para separarlos del azote del sol, y el calor. Ese bosque de columnas convertirá el acceso al Parlamento en un espacio sombreado. Las columnas externas del cuerpo elevado mitigarán también la incidencia del sol. La asamblea, en la planta baja, se convertirá en las raíces del árbol. Y el tronco, hueco, será el patio que permitirá la ventilación natural, la iluminación de las estancias y el paso entre los espacios. Sobre las oficinas, en el perímetro del patio que forma la corona de este árbol arquitectónico, la cubierta será una gran terraza, una azotea con vistas a la laguna del golfo de Benín.

Keré cuenta que el Parlamento ampliará algo más que las oficinas de la Administración. En un rincón del jardín, donde se declaró la independencia de Benín en 1960, el jardín que rodeará el nuevo edificio será un escaparate de la flora autóctona de Benín. También será un espacio público, con cubiertas sembradas y sombreadas. Será un lugar de libre acceso que —explica el equipo de arquitectos— “extenderá la huella del árbol de la palabra ofreciendo sombra para que los ciudadanos se sigan reuniendo, hablando y pactando”.

ACA

VISITAS MEMORABLES

Aldo Rossi (1931-1997)

La única visita que realizó Aldo Rossi a Venezuela se llevó a cabo en octubre de 1980 a raíz de una invitación que le cursara el Instituto de Arquitectura Urbana (IAU), fundación sin fines de lucro constituida en 1979 por 26 de arquitectos de reconocida trayectoria, y que sin duda tuvo en el arquitecto italiano uno de sus principales inspiradores en su afán por promover la discusión sobre la arquitectura y la ciudad con el objetivo de participar en la creación, transformación y optimización de los espacios arquitectónicos y urbanos.

Aquel viaje que realizara Rossi, generó las más altas expectativas posibles tanto para el IAU como para el mundo académico donde llevó a cabo una importante conferencia en el Auditorio de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la UCV, cuya traducción estuvo a cargo de Juan Pedro Posani con quien polemizó durante el evento. También tuvo la oportunidad de visitar la Universidad Simón Bolívar y llevar adelante una serie de intercambios y debates en la sede del Instituto que lo trajo a Venezuela donde además se presentaron una serie de sus ya conocidos dibujos.

Considerado uno de los arquitectos italianos más importantes del siglo XX, Rossi se formó en el Politécnico de Milán (su ciudad natal) donde comenzó sus estudios en 1949 egresando en 1959. Durante sus años de estudiante colaboró desde 1955 en la importante experiencia impulsada por Ernesto N. Rogers desde la revista Casabella Continuitá donde fue redactor entre 1961 y 1964. También trabajó con Ignazio Gardella y Marco Zanuso en 1956.

Tal y como se recoge en http://www.mcnbiografias.com: “Tras terminar sus estudios trabajó como ayudante de Ludovico Quaroni en la Escuela de Urbanismo de Arezzo, y de Carlo Aymonino en el Instituto de Arquitectura de la Universidad de Venecia. Dio clases en el Politécnico de Milán en 1965, y en el Politécnico de Zurich en 1972. Abandonó su actividad docente en Italia durante cuatro años por motivos políticos, para retomarla en 1975 en la Universidad de Venecia. Trabajó en Estados Unidos en 1976, impartiendo clases en la Universidad de Cornell, Ithaca y en la Cooper Union, Nueva York”, a las que habría que añadir Harvard, Rice, Tulane, Yale y Berkeley.

Durante sus años de actividad en Milán Rossi formó parte de lo que se conoció como La Tendenza, grupo de arquitectos italianos que comenzó a cimentar las bases sobre las que se habría de asentar el pensamiento urbano más influyente del último tercio del siglo pasado en Europa. El grupo manejó principios básicos como “vuelta a las tipologías y formas constructivas tradicionales” o “recuperación de los sentimientos de pertenencia e identidad urbana”, y terminología esencial como “memoria” o “monumento”. El origen de sus reflexiones radicó en reconocer que la ciudad zonificada del Movimiento Moderno no sólo ha transformado el paisaje urbano, sino que ha modificado los modos naturales de habitar del hombre adquiridos durante siglos de tradición, provocando la alienación del individuo. Formaron también parte de esta línea que buscaba continuar la tradición racionalista de la arquitectura italiana anterior a la Segunda Guerra Mundial Giuseppe Samonà, Giorgio Grassi, Massimo Scolari, Ezio Bonfanti y Carlo Aymonino algunos de ellos discípulos, al igual que Rossi, de Ernesto N. Rogers.

1. Portadas de la edición original (1966) y de la edición en español de L’architettura della cittá (La arquitectura de la ciudad)

Pero sin lugar a dudas el salto a la fama de Rossi a nivel internacional se produjo en 1966 cuando, incorporado dentro de La Tendenza, se publicó la primera edición en italiano de L’architettura della cittá (La arquitectura de la ciudad) libro que junto a Complexity and contradiction in architecture (Complejidad y contradicción en la arquitectura) de Robert Venturi (editado también por primera vez en 1966) se convertirían en puntas de lanza del posmodernismo y dos de las obras teóricas más importantes de la segunda mitad del siglo XX. Rossi, como se señala en la nota que acompaña la 2ª edición en español de Gustavo Gili reclamó en su texto “el valor autónomo de la arquitectura y reivindicó, en el marco de lo que él denominaba la ‘ciencia urbana’, la obra singular y el monumento como los elementos fundamentales de la historia de la ciudad y de la memoria colectiva. Pero más allá de estas aportaciones… con este ensayo Rossi abordó directamente los principios y fundamentos de la teoría de la arquitectura y propuso el establecimiento de un cuerpo científico autónomo que fundara la actividad de la arquitectura y condujera a la acumulación de las experiencias, al estudio ordenado de los problemas y a una enseñanza sistemática”.

2. Grupo de dibujos de Aldo Rossi, una de sus facetas más conocidas
3. Algunas de las obras de Aldo Rossi relizadas entre 1959 y 1980. Arriba. Izquierda y centro: Plaza del Ayuntamiento, Segrate, Italia (1965). Derecha: Gallaratese 2, Milán, Italia (1969-73). Centro y abajo centro. Cementerio de San Cataldo, Módena, Italia (1971-84). Derecha. Teatro del Mondo para la Bienal de Venecia, Italia (1979). Abajo izquierda: Ciudad Análoga (1976).

Para el momento en que Rossi viene a nuestro país, aparte de su experiencia docente había acumulado un significativo grupo de obras y proyectos realizados en su estudio de Milán que compartía con Gianni Braghieri. De entre lo ejecutado entre 1959 y 1980 destacan: su participación en el Concurso para el Monumento a la Resistencia, Cuneo, Italia (1962); la Plaza del Ayuntamiento, Segrate, Italia (1965); el Concurso para el Polígono de San Rocco, Monza, Italia (1966); Gallaratese 2, Milán, Italia (1969-73); el Cementerio de San Cataldo, Módena, Italia (1971-84); la Escuela elemental, Fagnano Oloma, Italia (1972-76); las propuestas Ciudad Análoga (1976) y Roma Interrotta (1977); la Escuela secundaria, Broni, Italia (1979); y el célebre Teatro del Mondo para la Bienal de Venecia, Italia (1979). A su condición de arquitecto, teórico y profesor, se sumarían la de artista, dibujante y diseñador de objetos utilitarios. Ya para entonces Rossi, además de La arquitectura de la ciudad, había publicado en italiano Scriti scelti sull´architettura e la citta. 1956-1972 (1975) que aparece en español con el título Para una arquitectura de tendencia. Escritos 1956-1972 (1976) y al año siguiente de su visita a Caracas (1981) saldría Autobiografía científica.

Sin embargo, sería más adelante cuando aparecerían los reconocimientos que poco a poco fue acumulando a lo largo de su carrera y que significaron su incorporación al star system de la arquitectura: obtuvo el Premio Pritzker el año 1990, el Premio al mejor arquitecto de la ciudad de Fukuoka por su Hotel Il Palazzo, y el Premio AIA, en 1991. Gana la Medalla Thomas Jefferson de Arquitectura en 1992, y en 1985 y 1986 dirigió la Bienal de Venecia siendo uno de los dos únicos directores que han tenido el privilegio de ostentar ese cargo dos veces. Este salto al estrellato también incluiría, entre otros, encargos importantes como el Quartier Schützenstrasse, Berlín, Alemania (1992-94); el Museo Bonnefanten, Maastricht, Holanda (1992-95) o el Complejo de oficinas de la compañía Disney, Orlando, EEUU (1991-1996). También la realización en 1991, en el Centro Pompidou de París, de una exposición monográfica dedicada a su obra.

4. Número 218 de Arquitectura HOY aparecido el 12 de septiembre de 1997, dedicado a rendir homenaje a Aldo Rossi con motivo de su fallecimiento

La fortuna crítica de Rossi como arquitecto (no así como agudo crítico o excelente dibujante), había entrado en declive ya en los años 90. De ello se hace eco Juan Pedro Posani cuando en el número 218 de Arquitectura HOY aparecido el 12 de septiembre de 1997 a raíz de su fallecimiento, afirmará, manifestando una aversión que nunca ocultaría: “Es extraordinaria la impasividad con la cual logró repetir, de manera casi obsesiva, los mismos esquemas tipológicos, las mismas ventanas, los mismos techos, las mismas formas académicas insípidas. En una abundante secuencia de proyectos y en un creciente número de realizaciones en diferentes partes del mundo, la misma morfología: indiferente al contexto (a pesar de sus repetidas declaraciones afirmando lo contrario), indiferente a las razones estructurales y constructivas, indiferente a cualquier motivo de realismo vital que pudiese alejarlo de ese talante suyo tristón y pesimista.”

De una manera más balanceada pero igualmente crítica, Hannia Gómez expondrá en “Obituario científico: Aldo Rossi (1931-1997)”, artículo publicado en la columna “Arquitectura”, El Nacional, Caracas, 15 de Septiembre de 1997 (accesible en https://hanniagomez.blogspot.com/2007/09/obituario-cientfico-aldo-rossi-1931.html) lo siguiente: “Toda esa generación de arquitectos que tenía en los sesenta como libro de cabecera La arquitectura de la ciudad (1966), y abrazó con fervor sus teorías sobre la ciudad histórica entendida como la expresión más completa de la arquitectura, y toda esa legión de estudiantes que tenía como objeto de culto en los setenta los proyectos que conocía a través de las revistas, quisieron comprobar en la práctica qué sería de esa arquitectura metafísica cuando se construyera. Y fue entonces cuando el desencanto vino a mellar el aura paradigmática de esas dos décadas de rossianismo febril. Los edificios eran parcos, duros y fríos. La arquitectura metafísica no ‘construía’ bien”.

5. Vista del patio interno de la casa de la antigua hacienda Juan Díaz (siglo XVII) hoy propiedad del Caraballeda Golf & Yacht Club, Litoral Central

En la memoria de quienes lo acompañaron durante su estadía en Venezuela quedaron frescos dos episodios. El primero cuando luego de haber dictado su primera conferencia el IAU lo llevó a cenar a la casa de hacienda del Club Caraballeda en el Litoral Central. De nuevo Hannia Gómez en “La casa de Aldo” artículo publicado en “Arquitectura”, El Nacional, Caracas, 17 de Octubre de 1993 (accesible en http://hanniagomez.blogspot.com/2007/03/1993-22-la-casa-de-aldo.html), relatará: “La tarde le dio la bienvenida a Rossi, iluminando la casa de la manera más hermosa. Y he aquí que éste, habiendo atravesado el largo patio central, y habiendo recorrido el corredor frente al mar (cuya insólita columnata apilastrada habría hecho las delicias de Alberti y de Venturi si fuera posible ponerlos juntos), hizo una confesión memorable: “Esta casa y mi casa, cuando la pueda construir, serán exactamente iguales”. (…) Los asistentes quedaron sorprendidos. Aunque sabían que la casa le gustaría (por eso lo habían llevado allí), nunca se imaginaron cuánto. Era verdad: no hay nada mas rossiano en Venezuela que esa casa, y, al mismo tiempo, nada que tenga menos que ver en el mundo con Rossi. Feliz, Aldo Rossi seguidamente rogó a los presentes que le enviasen los planos a Italia, si éso era posible…”

El segundo episodio lo relata Carlos Brillembourg en la nota “En Caracas” aparecida en el ya citado número 218 de Arquitectura HOY: “A Aldo le fascinaron los ranchos. Cuando estábamos caminando por los alrededores de Petare nos dijo ‘supongo que todo el mundo sueña con tener una casa’. Mirar los ranchos como la realización de un sueño arquetípico fue otra manera en la que Aldo cambió mi percepción de Caracas. Señaló que Caracas le recordaba la estructura original de la ciudad griega, que estaba caracterizada por el desarrollo del interior hacia el exterior, así como se relacionan el templo, el teatro, y la casa; estructuras abiertas no rodeadas por muros como la ciudad medieval, aunque de alguna manera, las nuevas extensiones de Caracas eran ciudades medievales a la escala del automóvil”.

6. Dos publicaiones realizadas por el Instituto de Arquitectura Urbana (IAU) en los años 80 del siglo XX: Criterios de Diseño para el Casco Central de Caracas (1981) y La Vivienda Multifamiliar. Caracas 1940-1970 (1983)

Por su parte el IAU, que dejó de funcionar en 1985, logró constituirse durante el corto período de tiempo en que se mantuvo activo en punto de referencia caraqueño en el debate sobre arquitectura y ciudad. A su cargo estuvieron la realización de una serie de muestras, proyectos y publicaciones como el trabajo “Criterios de Diseño para el Casco Central de Caracas” contratado en 1981 por la Fundación Caracas (FUNDACARACAS) o el libro “La Vivienda Multifamiliar. Caracas 1940-1970” de 1983. Como una de sus últimas actividades en 1985 organizó la serie de charlas tituladas “Encuentros con la Arquitectura” dirigidas al público en general que fueron dictadas una cada mes desde agosto hasta diciembre en cada una de las obras objeto de la disertación, magníficos ejemplos de la primera arquitectura moderna del país, construidas en Caracas antes de la consolidación de los estudios de arquitectura.

Además de Rossi, el IAU trajo al país para participar directamente de sus actividades y promover la discusión entre un gremio que se encontraba particularmente alicaído a figuras como Anthony Vidler, Kenneth Frampton, Ignasi de Solá-Morales, Manuel de Solá-Morales, Diana Agrest y Mario Galdensonas.

La trágica e inesperada muerte de Rossi en 1997 a raíz de los traumatismos causados por un accidente automovilístico, permitió, como ya hemos visto, recordarlo de diferentes maneras. Para quienes admiraron al que una vez señaló que “No hay justificación ideológica para un puente que se cae”, aquella visita de 1980 significó, como apunta Hannia Gómez, que “tras su desaparición, puede Caracas vanagloriarse de haber sido la única ciudad latinoamericana que visitó Aldo Rossi”.

ACA

Procedencia de las imágenes

1 y 4. Colección Fundación Arquitectura y Ciudad.

2. Aldo Rossi. Obras y proyectos, Peter Arnell y Ted Bickford (eds.), Gustavo Gili, 1985.

3. https://twitter.com/Marialovessea/status/1409764028755419136, https://tecnne.com/arquitectura/aldo-rossi/, https://www.pinterest.com/pin/403072235392978607/, https://es.wikiarquitectura.com/edificio/teatro-del-mondo/ y https://aquileana.wordpress.com/2009/11/28/aldo-rossi-colin-rowe-ciudad-analoga-collage-city/

5. http://guiaccs.com/obras/casona-caraballeda-golf-yacht-club/

6. Colección Crono Arquitectura Venezuela